Te invito a jugar una adivinanza y luego a reflexionar juntos. Hay un solo elemento creado en nuestro entorno más cercano que está continuamente brindándose generosamente al resto de la creación. Es sumamente poderoso.Por eso los antiguos politeístas lo identificaban con una gran deidad. Nada ni nadie le devuelve su constante entrega, porque no tenemos […]
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Un consejo para quien me lo pida
Enseñan los Sabios que no hay que juzgar al amigo hasta que no estemos en sus exactas mismas condiciones.Como es evidente, jamás esa condición podrá darse, puesto que no hay un ser humano que sea idéntico al otro en ninguno de los cinco planos de existencia (físico, emocional, social, mental y espiritual).¡Ni siquiera se logra […]
Dos modos de proceder
El gran maestro Shlomo Carlebaj enseñaba:
«Noaj construyó su arca durante 120 años y fue incapaz de lograr que siquiera uno se arrepintiera de sus maldades.
Lo que sucedía era que Noaj no respetaba a sus contemporáneos.
Les gritaba: «Ustedes son asquerosos y criminales. En unos pocos años todos ustedes se van a ahogar en el mar… jajaa.»No hacía así el patriarca judío Avraham.
Él respetaba a cada uno de los seres humanos.Noaj era un extraño para la gente de su generación.
En la entrada de su casa había un cartel que decía: «Aquí vive el gran Noaj, el más grande de los justos».Avraham, por el contrario, se acerca a todas las personas con humildad y respeto cariñoso.»
Tú, noájida querido, ¿cual de las sendas escoges para tu vida?
¿La que resultó errónea y fatal de Noaj?
¿O la de apertura y justicia bondadosa de Avraham?
Queda en ti la respuesta.
La lección de Koraj
Hay un personaje en la Torá llamado Koraj, Coré en español.
Era un personaje judío, pero cuestiones de su vida sirven como moraleja para los noájidas.
Un modelo para conocer y NO seguir.
Nos cuenta la Tradición que Koraj era un hombre que poseía innumerables fortunas; mucho poder; gran astucia; renombre; familia; amistades; en resumen, Koraj podía considerarse el hombre más satisfecho y feliz sobre la tierra.
Pero, no lo era.
Estaba insatisfecho, y por eso, era infeliz.
Le faltaba una cosa, una pequeña cosa: humildad.
La humildad es reconocer con justicia el valor de cada persona, de cada cosa, de cada cualidad.
Humildad es esforzarse por convertir en realidad lo potencialmente positivo.
Humildad es tener confianza en que lo mejor es aliado de lo bueno.
Humildad es tener conciencia de que el fracaso justo no es humillación, ni el éxito es motivo para enorgullecerse y despreciar a otros.
Le faltaba humildad a Koraj.
Y cuando la humildad no está, entonces se vive insatisfecho.
La fortuna económica parece miseria.
La salud se vive como enfermedad.
Las amistades en lugar de apoyar, incitan a equivocarse.
La felicidad no se aprovecha.
Así que, pobre Koraj, teniendo todo y con la sensación de carecer de todo…
Y Koraj expresó su falta de humildad rebelándose contra Moshé y Aarón.
Él y sus malandrines acompañantes pretendían convertirse en los líderes de Israel, es decir, no aceptaban el liderazgo que el Eterno había dispuesto para Su pueblo.
Entre gritos y piquetes de los revoltosos, Dios pone en evidencia Su deseo, demostrando públicamente que el mando político debía permanecer en manos de Moshé, y el sacerdocio para oficio de Aarón y sus descendientes.
Fue Dios el que se encargó de poner las cosas en su sitio.
¿Qué pasó con Koraj, el que tenía de todo, pero le faltaba humildad?
¿Cómo terminó su vida el exitoso Koraj que siempre quería estar un poco más arriba?
Koraj y los rufianes que lo aconsejaban y seguían, en lugar de ascender y transformarse en la cabeza del Pueblo, fueron tragados por la tierra.
Tal cual lo dicho, hubo un temblor de tierra, entonces una gran zanja se abrió bajo Koraj y los suyos, y todos los descarriados por el hambre de poder y orgullo desaparecieron para no volver.
Este hecho ocurrido en la realidad, tiene su lectura educativa: si queremos elevarnos y superarnos, es imprescindible ser humildes y correctos, porque de lo contrario, en lugar de subir- bajamos.
Parashá Ki Tisá: la clave eterna para salvar tu alma
El pueblo judío lee esta semana públicamente de la Torá la parashá Ki Tisá, contiene enseñanzas eterna y profundas que también pueden enriquecer a la espiritualidad del noájida.
Presta atención a la Palabra eterna e inmodificable de Dios:
"…cada uno dará al Eterno el rescate por su persona…esto dará todo el que sea contado: medio siclo…"
(Shemot / Éxodo 30:12, 13)
El mensaje es extremadamente claro.
La persona que comete pecados en su relación con Dios tiene un método para redimirse, para rescatarse, para limpiarse de tal hecho.
Es el arrepentimiento, por supuesto.
Pero presta atención que no es lo que expresa el verso, la Palabra de Dios.
Sino que menciona otro método, muy especial, aunque al alcance de la mano de todos.
¿Te has dado cuenta de cuál es?
Sí: la caridad.
Así pues, ya lo sabes.
No precisas de complicados rituales, ni de sacrificios cruentos, ni de sangre, ni de intermediarios, ni de santos, ni de imágenes, ni de mediadores, ni de obradores de milagros, ni siquiera de actos complejos y bizarros… nada de eso te sirve para adquirir el rescate por tu vida por los pecados en tu relación con Dios.
Lo que precisas es tener conciencia y dar dinero para obras de bien (que no impliquen idolatría u otros crímenes), para el necesitado, para el carenciado, para centros de difusión de Torá, para SERJUDIO.com, para FULVIDA, caridad.
Tal es lo que la verdadera Palabra de Dios te dice.
Abre tu bolsillo, da de tu dinero y entonces desde lo Alto el Eterno te bendecirá en todos tus caminos y limpiará tu alma de los pecados que has cometido en contra de Él.
Ya lo sabes.
Cuando algún timador te quiera vender al tal Jesús (con el nombrete que le quieran inventar), con la excusa que te digan, con el envase que le quieran dar, con las palabrejas en supuesto hebreo que lo adornen, y te digan que ese personajillo es el camino al rescate de tu vida, debes saber que te están timando.
Dios no requiere del tal Jesús, ni de fe, ni siquiera de rezos particulares, Él no te los exige.
Dios no te pide que estudies Cabalá, o lo que te quieren hacer creer que es tal, ni que seas un noájida “jasídico”, o que te entrometas en asuntos de judaísmo, o que seas un efervescente repetidor de lemas judaicos que difícilmente captas en la esencia de tu alma.
Dios no demanda que estudies Torá, ni que te disfraces de judío, mucho menos, muchísimo menos a Dios agrada que te afilies a alguna religión o secta, o vivas una vida de miseria en cualquiera de tus cinco dimensiones de existencia.
Dios quiere, te pide, te demanda que seas leal a Él a través de ser leal a TU esencia espiritual, si eres gentil la noájida, si eres judío la judía.
A Dios agrada inmensamente que seas generoso, bondadoso, dadivoso, contigo, con el cercano, con el menos cercano. A Dios agrada que seas colaborador económico de grandes obras sagradas como FULVIDA.com y de aquellos que precisan que tú abras tu mano generosa.
Da dinero con finalidad de santidad y serás rescatado de la muerte eterna.
Por supuesto que habrás de intensificar tu arrepentimiento y tus rezos, para evitar caer nuevamente en el error que te llevó al fracaso anterior.
En cuanto a los pecados cometidos en contra de tu prójimo, además de caridad está el exacto proceso de arrepentimiento. Es imprescindible que sea realizado, con todos sus pasos, pues el prójimo ha sido perjudicado de alguna manera y por tanto es imprescindible que se reacomode el equilibrio, que las fuerzas cósmicas encuentren su canalización correcta para que tu alma se limpie de tus actos negativos en contra del prójimo.
Del proceso de arrepentimiento ya hablamos en otras ocasiones, sería muy recomendable que buscarás, leyeras y lo aplicaras en tu vida. (Busca "teshuvá").
Como ves, desde el inicio Dios ha dado el camino del rescate, de la salvación,
no precisó inventar sobre la marcha la estupidez idolátrica de parir un hijo mediante la violación de una mujer desposada, convertirse en su hijo, ser ajusticiado sádicamente por quienes debiera rescatar,
para que luego el pecador tuviera fe en su personificación del bastardillo (hijo nacido de infidelidad matrimonial) y de esa forma se salvase.
Tal cuento mitológico plagado de inconsistencias y absurdos y blasfemia es una absoluta rebelión contra Dios y un atentado directo contra la dignidad del ser humano.
La verdad es absolutamente otra, la salvación está al alcance de tu mano, si quieres hacerlo.
Comparte de tu dinero y serás salvo.
Pero, no le des un céntimo al pastor, al supuesto rabino mesiánico, al "líder noájico" que alaba a Jesús (con el nombrete que le ponga), ni al cura, ni al misionero, ni al cabalistero, ni al títere jasideo (que no es lo mismo que jasídico), ni a ningún fetraficante, tal como no se lo darías a ningún delincuente ni a ningún adicto para que se hunda en su inmundicia.
Nada de lo tuyo para engordar el “lado oscuro”, pues cada centavo que le das a ellos es una gruesa mancha en tu alma en la eternidad.
Pero, sí abre tu mano y comparte de lo tuyo con aquellos que fortalecen la difusión de la luz, el mejoramiento del mundo, la construcción del shalom.
Cada monedita que compartas, que inviertas en el lado de la luz, será una fortuna de placer y bendición para tu vida aquí y en la eternidad.
Das, te asocias con la causa de de redimir al mundo, de ser socio de Dios y a cambio te dan multiplicado varias veces.
Dona tu dinero a quien se lo debes dar, según aprendiste de la parashá hoy.
Parashat Sheminí 5770: ni para aquí ni para allá
Luego de un lamentable suceso en el cual fallecieron dos de los cuatro hijos de Aarón haCohén, la Torá anuncia:
«Entonces el Eterno habló a Aarón diciendo:
-Ni tú ni tus hijos contigo beberéis vino ni licor, cuando hayáis de entrar en el tabernáculo de reunión, para que no muráis. Esto será un estatuto perpetuo a través de vuestras generaciones, para hacer diferencia entre lo santo y lo profano, entre lo impuro y lo puro, y para enseñar a los Hijos de Israel todas las leyes que el Eterno os ha dicho por medio de Moshé [Moisés].»
(Vaikrá / Levítico 10:8-11)
Si bien podríamos dedicar bibliotecas enteras a este párrafo, con tu permiso, quisiera detenerme en un pequeño punto del sagrado texto, para comentarlo humildemente y hallar una enseñanza ética para nuestras vidas.
Allí en donde dice: «vino y licor», el excelentísimo comentarista tradicional, RASHI, brevemente cita del Talmud (TB Kritut 13b):
«Vino como para emborracharse«
En otra de nuestras fuentes se afirma:
«el vino que alegra el corazón del hombre«
(Tehilim / Salmos 104:15)
Aquí apreciamos dos fuentes que se complementan sabiamente.
Se está haciendo claramente una distinción entre el motivo y la cantidad de vino tomado.
La copa de vino que se bebe para santificar el día de Shabbat, por ejemplo, es apropiada.
En un lejaím, brindis, para celebrar una mitzvá o feliz acontecimiento, está muy bien.
Esa copita de vino que dicen los médicos que es provechosa para la salud del corazón, sería bienvenida.
El vino bebido moderadamente, en su justa medida, sirve para alegrar el corazón de la persona.
PERO, cuando se bebe «para olvidar», para huir, viciosamente, torpemente, para agraciar socialmente, por aburrimiento, porque es fin de semana, por enfermedad, como un borrachín, entonces deja de ser un acto saludable y en armonía con el Cosmos, para ser un acto terrible, de caos y confusión.
Cuando el límite se quiebra y se ingiere como para emborrarse, deja de ser alegría y regocijo y se transforma en tortura y pesar.
Esto es una regla general.
El exceso, más allá de lo que está delimitado por las leyes (naturales o espirituales), incluso de lo que pudiera parecer bueno, alegre, saludable, justo, puede llegar a ser negativo.
La búsqueda de la justicia, es excelente; el exceso de justicia puede llevar a la amargura y falta de compasión.
La búsqueda de placer, es muy buena; su exceso puede convertir la vida en vacía y sin sentido.
Las acciones generosas, son buenísimas; su exceso puede llevar a empobrecer a la persona y dejarla furibunda.
El cuidado del cuerpo, es necesario y de bendición; dedicarse solamente al cuerpo es de personas huecas.
El EGO es maravilloso como siervo; pero espantoso como amo.
Así podríamos ir enunciando una a una actividades o actitudes positivas, pero cuando caen en la desmesura pasan a ser negativas, para uno, para el otro, para la creación.
¿Cuál es nuestra moraleja del día?
Dejemos que la resuma y añada LUZ el maestro de los maestros, Maimónides:
«El camino recto es el término medio en cada pensamiento y proceder que el hombre se propone como línea de conducta. Y es la acción que está alejada de ambos extremos (exceso positivo y exceso negativo o defecto), sin tender ni a uno ni a otro.»
(Capítulo 4 de «Shmoná Perakim»)«No debe el hombre decir: ‘Puesto que la envidia, la ambición y la codicia son malas consejeras y arruinan al hombre, me apartaré al otro extremo y me abstendré de todo: no comeré carne ni beberé vino, no tomaré mujer ni viviré en una casa confortable, no usaré lindas ropas sino una bolsa de arpillera; me mortificaré como los sacerdotes paganos.’
También esa es una conducta equivocada y no se la debe imitar.»
(Mishné Torá, Pensamientos 3:1)
La lógica del universo y la lógica humana
Cada aspecto del universo está diseñado para ser funcional, para que se obtenga algún provecho propio o colectivo.
Nada está demás, nada es sobrante, nada fue creado porque sí.
Cada conducta de los seres que pueblan la naturaleza busca un beneficio real, sin alentar segundas intenciones, malas intenciones, o sin intenciones.
Todo en su lugar, todo en pos de un beneficio real.
Pues, hay un Creador que ha diseñado con Sabiduría Su mundo.
Un Creador que no realizó nada torpemente, ni en vano, o sin trascendencia.*
Mira en tu entorno, capta la maravilla que te rodea.
Cada elemento busca un beneficio real, te reitero, del individuo o colectivo.
Nada en la naturaleza escapa a esto.
O casi nada.
Solamente se evade el único ser terrestre coronado con libre albedrío, el ser humano.
Es el hombre el único que no actúa en pos del beneficio real en toda ocasión, sino que da lugar a otros intereses, a beneficios enfermizos o irreales.
El ser humano puede seguir la lógica del universo y entonces actuar en todo momento buscando un beneficio real y saludable.
O puede seguir la limitada lógica humana, y dejarse llevar por el Ego.
Entonces, si ocurre lo segundo, se embarcará en tareas fatigosas e intrascendentes, arruinará el mundo para obtener riquezas, demolerá la belleza del entorno para adquirir banal dominio, mantendrá relaciones tóxicas con otros para someter o ser sometido, por el afán y la codicia actuará de mala manera, etc.
Al final, quizás alcance algún beneficio, pero no será real.
Te daré un ejemplo grotesco, pero que por ser extremo es sumamente claro.
¿Qué gana un asesino en serie cometiendo sus barbaridades?
Ningún beneficio real, nada en sintonía con el Cosmos.
Ah, pero su enfermo EGO recibirá las enfermizas caricias de gozar con el dolor y muerte de los inocentes.
¿Qué gana un drogadicto con su adicción?
Escapar, volar, disfrutar, cosas que puede él catalogar como beneficios personales, pero que no son reales.
Y así, sucesivamente con todas y cada una de las acciones faltas de beneficio y armonía del ser humano.
Pero, hay un detalle no menor en la lógica del universo, de la naturaleza: carece de compasión.
El león es ágil, veloz, fiel a su rol en la creación, actúa para obtener beneficios reales.
Al igual que el tiburón, el volcán, la tormenta, el terremoto, etc.
Pero no miden sus actos con una regla distinta a aquello que tienen programado en su «esencia», que busca el beneficio (por supuesto que sin conciencia), sin miramientos segundos.
No así en el hombre.
Como dijimos, dotado de libre albedrío es capaz de cualquier barbaridad, necedad o banalidad, movido por su EGO.
Pero, también tiene el impresionante potencial de la compasión y de la generosidad.
En este caso, ya no vivirá con la lógica del universo solamente (actuar en pos de beneficio), sino que añadirá la lógica del Padre Celestial a la ecuación (actuar para beneficiar a otros).
No se regirá por el deseo sin límites, ni actuará exclusivamente motivado por un sano anhelo de beneficiarse, sino que su patrón estará en sintonía con el Creador.
Que es actuar con bondad y justicia: construir Shalom.
En la construcción del Shalom se encuentra el lazo exquisito que une la lógica del universo y la lógica humana, dotando a la existencia del hombre y de la comunidad de verdadero sentido y trascendencia.
En la lógica de la VIDA se actúa, piensa, habla y siente de acuerdo al manual de vida, que para los judíos se denomina TORÁ y para los noájidas se denomina Siete Mandamientos.
Entonces, depende de ti, ahora que conoces esto, evaluar cada acto que estás por hacer y no dejarte llevar ni por la rutina, ni por la pasión, ni por la presión social, ni por las excusas que encubren la realidad.
O vives con la lógica del constructor de Shalom, marcada por Dios y legislada dentro de los mandamientos que te competen,
o vives en la lógica del universo, buscando el real beneficio pero sin evaluar las consecuencias en el prójimo,
o vives según la lógica humana, a merced del EGO, que corrompe el orden y llena de caos la realidad.
El consejo es: ELIGE LA VIDA.
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* Para profundizar al respecto sugiero al lector que lea con el asesoramiento idóneo el capítulo 25, del tercer tomo, de la «Guía de los Descarriados», del maestro de maestros Maimónides. (El estudio de esta obra no es aconsejado para los gentiles que no cuenten con la diestra y directa instrucción de la misma por parte de un entrenado maestro judío.)
Resp. 735 – la Era Mesiánica y el pecado?
ronal.ar nos consulta:
1- En la era mesiánica se descarta totalmente el pecado,
2- habrá una santidad perfecta, casi perfecta o muy perfecta en el mundo?
3- Por la justicia del rey de Israel y por el acercamiento al Eterno…,
4- o se corregirá tan pronto como aparezca el pecado?
5- alternartivas de correcion de pecados en la era mesiánica un ejemplo por favor.
le agradezco mucho su tiempo el que toma par leerme H\’ le bendiga. con paciencia esperaré…
Ronald J. Gautemala, San Marcos, taxista, 27, noajida.
Resp. 734 – Que conexion hay con Mesías, Eternidad, el mas allá?
ronal.ar nos consulta:
1- La era mesiánica es el mundo venidero,
1a- cuando resucitaran los muertos,
1b- pero igual seremos mortales,
2- después de vivir la era mesiánica seremos realmente eternos?
3- En la presencia de H’ habiendo vivido esta era absolutamente todos, así será?
4- Que conexión existe entre el mesías, la era mesiánica, el mundo venidero y después la eternidad.
5- Cohabitaremos juntos con los ángeles,
6- serán visibles a nuestros ojos?
7- Quiero poner muy en orden estas cosas en mi cabeza que aun están revueltas.
Ronald J. Gautemala, San Marcos, taxista, 27, noajida.
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Un relato de Antonio Guerrero….. Desde Oklahoma. Parte I
Podría describir aquí numerosos detalles del traslado desde Miami hasta nuestras prisiones. El trato que nos dieron: separación, caja negra, celdas de castigo, etcétera, no sorprendió, siempre es el mismo. Nada significó para las autoridades carcelarias la reducción de nuestras sentencias.
Particularmente, mi estancia en el Centro de Transito Federal de Oklahoma fue larga. Dieciocho días, aislado, en una celda del llamado “hueco”, días que parecieron una eternidad.
Con algo de papel y diminutos lapicitos, fui escribiendo el diario de estas jornadas, así como un grupo de cartas personales y muy especiales, nacidas en esa soledad, donde, parafraseando versos de Juan Ramón Jiménez, diría: “Tú eres dios de tu pecho, tú eres solo Universo, tu eres uno en tu centro”.
Solo una parte de ese diario y una de las nueve cartas escritas llegaron a su destino. Me dolió muchísimo que esto pasara, y recurrí a la poesía para revivir las vivencias de aquel aislamiento y, de alguna forma, reponer la irreparable perdida.
Para este poemario decidí escribir versos decasílabos con una rima libre, en la cantidad de versos del soneto. No es mi objetivo la búsqueda de belleza rítmica o de perfección de estrofa, mucho menos crear algo novedoso.
Solo pretendo llevar al lector hasta los rincones de mi alma por aquellos días de injusto y total asilamiento, aunque también, como dijera Darío: “mi protesta queda escrita” contra el trato y contra la inusual perdida.
Antonio Guerrero
Martes, 26 de enero de 2010
Sucede que la injusticia sigue.
Sucede que llevo caja negra.
Sucede que soy yo quien lo dice.
Sucede que quisiera que me creas.
Sucede que vuelo sin temores.
Sucede que sacudo mis venas.
Sucede que se cruzaron dos soles.
Sucede que oscurecen las piedras.
Sucede que la sombra no es de árbol.
Sucede que la hora tiene dueño.
Sucede que se unen las paredes.
Sucede que me ríe un hermano.
Sucede que penetra en mi pecho
una serenidad, que sucede.