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Noajismo y valores familiares

Pregunta. Apreciado Juan quisiera compartir esta duda con usted: ayer hablando con mi madre (quien es católica) ella me decia que por qué el noajismo no hablaba de la familia ni del amor familiar ni cosas por el estilo porque ella solo veía documentos que hablaban sobre el individuo. Obviamente yo le discrepe su comentario pero se hizo dificil explicarle ya que carecia de un documento que hablara al respecto…. me gustaría en la medida de lo posible que me guiara hacia un texto o video que hable del tema. De antemano le agradezco su atención Atte. Luis Zarate, Cartagena – Colombia Seguir leyendo Noajismo y valores familiares

Resp. 142 – Cuidado, cumple con los mandamientos

Shalom…
¿Por qué en el noajismo se habla tan radicalmente de la pena de muerte para el gentil que comete ciertas transgresiones? Tengo entendido que eso fue abolido por Rabí Akiva. ¿O no? ¿Cómo manejar esos conceptos hoy?
Gracias…

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Reuniones en la cuidad de México

Les recordamos que tenemos cursos TODOS LOS DOMINGOS en la sede Fulvida México. EXEPTO LOS INDICADOS EN LA AGENDA (http://fulvida.com/paises/mexico/agenda-de-actividades-fulvida-oficina-mexico ) YA QUE ESTOS CORRESPONDEN A ACTIVIDADES PUBLICAS.

 

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Por Ramon Ruiz Quezada

Cuatro niveles de sincero arrepentimiento

Es importante tener presente que hay muchas cosas que aprender y mucho que andar y compartir en la vida que el Señor nuestro Dios nos da en este mundo, por ello doy gracias primeramente al Eterno por la sabiduría y sencillez que ha puesto en las enseñanzas del More Yehuda Ribco quien con esa pluma sencilla trae a nuestras vidas la enseñanza de un camino al cual Hashem nos llama a andar como Justos, por ello pido al Eterno grandes bendiciones que multipliquen la sabiduría para tratar cada asunto de la vida que comparte con todos aquellos que hemos visto la Luz del Eterno a través de sus enseñanzas, Publicado con autorización del More Yehuda Ribco

II.- CUATRO NIVELES DE SINCERO ARREPENTIMIENTO
GENESIS 44:23
Lic. Yehuda Ribco Shabbat: Tevet 7, 5766; 6/1/06
Un comentario a la Parashá Vaigash
Esencia y máscaras
En la parashá de esta semana, los hermanos, más específicamente Yehudá el líder, recuerdan que Iosef, en su personificación del mandamás egipcio, había dicho:
«‘…Si vuestro hermano menor no viene con vosotros, no veréis más mi cara…'» (Bereshit / Génesis 44:23)
En cierta manera, estas palabras eran su reto, su prueba hacia los hermanos.
Pues, ellos debían demostrar que existía el tal hermano menor que ellos habían mencionado, pero que estaba ausente. Además, debían exhibir que eran capaces de viajar con suficiente armonía como para traerlo en paz hasta Egipto. Que habían cambiado y que ya no eran los hermanos pendencieros y envidiosos que lo habían lanzado a él al oscuro pozo y a la dura esclavitud.
Además, era también una manera para poder reconocer que el padre y el hermano menor confiaban lo suficiente en ellos como para admitir este viaje en conjunto. Pues, si padre o hermano menor desconfiaban de la honorabilidad de los hermanos, difícilmente el hermanito viajaría con ellos.
En cierta manera, la frase que citamos era también algo así como su amenaza hacia los hermanos. Pues de no traer al hermano, no habría realmente comida.
Además, ellos estarían demostrando que no eran dignos de confianza, pues decían algo y luego no lo cumplían. Y además, era la clara amenaza de que terminarían en prisión de por vida, o algo peor, si aparecían nuevamente en Egipto sin Benjamín.
Pero, en cierta manera este enunciado de Iosef era también una profunda enseñanza hacia sus hermanos (y de paso para nosotros). Tal como si les estuviera diciendo:
Ustedes que no supieron comportarse correctamente con el hermano menor en el pasado, tienen ahora la oportunidad de redimirse mediante la teshuvá -el sincero arrepentimiento-. Pueden revivir aquella situación, y tomar ahora una decisión errónea como antaño, o una acertada que cambiará para siempre sus vidas.
Si escogen bien, se limpiarán de una enorme carga, de mucho resentimiento y dolor.
La decisión depende exclusivamente de ustedes, son ustedes los que escogerán si me volverán a ver como hombres íntegros o si continuarán cargando su pesada culpa de por vida.
Cuando dijo «…no volveréis a ver mi rostro…», la idea era que eventualmente volverían a ver al príncipe egipcio, que era la careta más imponente que ocultaba la verdadera personalidad de Iosef; pero, para volver a ver a Iosef el hermano, al Yo Auténtico, ellos debían hacer teshuvá, y ese era el mensaje oculto de la frase.
Y he aquí una gran enseñanza para nosotros. Si nos concentramos en lo esencial y hacemos lo correcto para obtener bendiciones de paz, la serenidad insuflará vida a en nuestras vidas. Si nos enfocamos en nuestro Yo Esencial o Auténtico para comunicarnos con el Yo Auténtico del prójimo, sin dejarnos engañar por los Yoes Vividos1, por las caretas que nos ponemos por miedo, entonces lograremos un enlace vital que nos fortalece. Si hacemos que nuestro hermano menor, aquel que no está contaminado por los valores pasajeros, por las modas, por los adoctrinamientos, ese hermano menor que permanece casto y puro, si hacemos que él vaya con nosotros, que se manifieste, entonces podremos hallar el verdadero rostro de nosotros y de nuestro semejante.
Es un hecho que todos cargamos con algún resentimiento, más o menos profundo, más o menos consciente, más o menos activo y perjudicial. Desde incluso antes de nacer nos van depositando sentimientos, ideales, sueños, agresiones, libretos que no son nuestros, pero que se van convirtiendo en una máscara que encubre nuestra auténtica identidad. Nos vamos familiarizando con las máscaras de aquellos que nos rodean y vamos por la vida creyendo que las máscaras que presentamos son nuestra identidad. ¡Pero ciertamente que esto no es así! Nuestra identidad esencial no se ve disminuida o crece con los influjos externos, es un núcleo estable y permanente (incluso nos sobrevive luego de la muerte a Este Mundo). Pero tristemente la mayoría vivimos una vida de engaños, voluntarios pero en general involuntarios, y provocados por enfocarnos en las máscaras en vez de en la identidad esencial. Como esas máscaras nacen a partir de las máscaras de los otros, nuestros sentimientos de los sentimientos de otros, nuestros pensamientos negativos de pensamientos negativos de otros, etc., debemos hacer un profundo proceso de reparación, de teshuvá, para retornar a nuestra esencia y de esa manera hacer nuestra parte para redimir al mundo.
«Teshuvá», en el contexto de valores y ética se traduce generalmente como «arrepentimiento». También puede ser entendida como «respuesta» o como «reparación».
Todas estas acepciones que de cierta manera ya hemos usado hasta ahora, pero de hecho, la traducción literal es «retorno». ¿A qué o quién retorna el que retorna, el que hace teshuvá? Pues, retorna a su auténtica identidad, a su Yo Esencial, a la chispa de divinidad que nos da vida. Retornando, reencontrando cada uno de nosotros nuestro Yo Esencial, estamos también encontrando el camino para cumplir cabalmente el mandamiento que nos dice:
“… [Haz de saber que] Yo soy, el Eterno tu Elokim que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud…» (Shemot / Éxodo 20:2)
En nosotros está continuar liberarnos o seguir siendo los esclavos del sentimiento adverso, y así ir por la vida como un derrotado, que no está libre para gozar y crecer. Padeciendo esclavitud emocional, mental y espiritual, que nos llevará a in-cumplir de cierta manera el precepto que nos ordena:
«…No tendrás dioses [poderes] ajenos delante de Mí…» (Shemot / Éxodo 20:3)
¿Cómo es esto? Pues, el que está esclavo de «poderes ajenos», que es adicto a todo tipo de dependencias (personas, cultos tóxicos, Jesús, drogas, Internet, fama, dinero, etc.), está ante-poniendo su «droga» al Eterno. Por ejemplo, el ambicioso que está fervientemente detrás de la adquisición de dinero, ¿acaso es íntegro de corazón y acciones para con el Eterno? Quizás sea una buena persona, excelente ser humano y hasta alma caritativa, pero si su fervor está puesto en el dinero, está esclavo de su dependencia. Tal como este esclavo, son todos los otros que dependen (en un sentido profundo y existencial) de valores, objetos o personas que no son el Eterno.
Aprendamos entonces que está en nosotros el optar por dejar el pesado pero conocido camino del dolor, para comenzar el del retorno, y posterior crecimiento.
Aprendamos a vivir menos nuestras máscaras, y menos a juzgar las máscaras de nuestro prójimo, para poder re-encontrarnos un poco más con el prójimo verdadero y con nuestro Yo verdadero.
Para lograrlo, primero debemos hacer caso al salmista:
«…Apártate del mal y haz el bien…» (Tehilim / Salmos 37:27)
Cuatro son los niveles para comprender este profundo consejo, tal como cuatro son las etapas para desarrollar este versículo a plenitud en nuestras vidas4:
En nuestro interior así como en el mundo, el mal está mezclado y confundido con el bien. Recordemos que el fruto del árbol del Conocimiento se llamaba «del bien y del mal» (Bereshit / Génesis 2:9), es decir, de ambos confundidos en un sólo elemento. Si hubiera sido solamente fruto para conocer el mal, el Eterno no se habría avergonzado de mencionarlo así… Siendo que la luz y la oscuridad se funden en un abrazo caótico (Bereshit / Génesis 1:4), ¿cómo discernir a simple vista cuál parte del fruto es para bien y cuál no lo es?
El primer paso para crecer es darse cuenta de este hecho: a veces lo que llamamos «bueno» es tan solamente una apariencia de bien, y lo que consideramos «malo» en su esencia tampoco lo es. Cuando no podemos discernir lo que es luz de lo que es oscuridad, no hallamos oportunidades de crecimiento, estamos varados y en caos (Ieshaiá / Isaías 57:20). Por eso es imprescindible aprender a diferenciar realmente lo bueno de lo que no lo es, sin engaños, sin trampas al solitario, sin mediatintas. Saber esto, es el primer paso.

En la práctica es hacer el esfuerzo consciente para cumplir los preceptos «de no hacer» y cumplir los «harás», sin dar excusas ni justificaciones para no cumplir unos u otros.8 – 47:27
1. Por ejemplo: darte cuenta que puedes estar guardando rencor en tu corazón y que por consiguiente no estás amando realmente a tu prójimo como a ti mismo2.
2. El segundo paso es apartarse de lo negativo ANTES de proceder a hacer lo bueno. Es como tener un campo para arar y sembrar pero que está plagado de malas hierbas, que absorberán todos los nutrientes que destinemos a nuestro sembradío y no le darán oportunidad de vivir.
Así pues, en ocasiones la destrucción es imprescindible paso previo para le construcción. La crítica es indispensable para el crecimiento.
El extirpar nuestras cualidades nocivas como antesala para poblar nuestro ser de virtudes. Renunciar a pensamientos, palabras y acciones negativas que nos perjudican sin sentido y dañan sin motivo verdadero al prójimo. En la práctica es esforzarse por cumplir los preceptos de «no hacer» y complementarlos de inmediato con los «harás». Por ejemplo: no guardes rencor en tu corazón para que ADEMÁS puedas efectivamente amar a tu prójimo como a ti mismo.
3. Cuando hemos evolucionado un poco más, estamos en condición de vivir esta frase de otra manera, con más dulzura en nuestros juicios, reconociendo que no estamos libres de errores, lo que significa que si cometemos un error o pecado no por ello somos malos. Si llegamos a ser auténticos en esta vivencia, tampoco juzgaremos severamente a nuestro prójimo, y encontraremos la manera de encauzarnos y encauzarlo sin entrar en penosos conflictos o altercados personales.
Mala es la acción, no la persona que la comete (Kohelet / Predicador 7:20).
De esta manera, hacemos bien y en esta acción constructiva nos estamos apartando del mal, pues «…incluso una pequeña luz dispersa una gran oscuridad…» (Jovat HaLevavot 5:5). Al mismo tiempo, cuando actuemos bien no nos henchiremos de falso orgullo, ni nos sentiremos en falta o culposos si no alcanzamos la meta, pues sabemos que el mal siempre está presente, pero vive solamente si nosotros le damos vitalidad. Este tercer nivel no es fácilmente accesible para la persona que no ha desarrollado una personalidad centrada, humilde, pues no es común que se nos enseñe a juzgar con equilibrio ni a ser gratificadores con mesura. Pero si lo alcanzamos, el mal pensamiento, la mala palabra, la mal acción, el mal sentimiento no tendrán mucha fuerza para obstaculizarnos al hacer lo que es bueno. En la práctica es cumplir los preceptos «harás» de tal manera que ya casi no se tenga que necesitar con urgencia ciertos preceptos de los de «no hacer» (especialmente los de índole ética, en relación al prójimo). Por ejemplo: como amas a tu prójimo como a ti mismo con tanta autenticidad y vigor, entonces ya CASI ni siquiera sientes que algún rencor pueda guardarse en tu corazón.
4. Por último, el cuarto nivel es propio de una persona que alcanza a vivir como un tzadik, una persona que hace que su vida gire en torno a la justicia compasiva. Quizás no lleguemos a este nivel, pero podemos actuar algún día con el ánimo de alcanzarlo. ¿Cómo se interpreta y vive el «apartarse del mal para hacer el bien» para este nivel? Es hacer un proceso de conversión o reciclaje, para decirlo en un término moderno. En este nivel se desprende la chispa de divinidad que está en lo malo3, o se descubre la finalidad positiva. Se recicla el desecho en material productivo. Se descubre el valor de lo despreciado. Se usa el poder para el bien. Se confía en el Eterno y no en dependencias endebles que son ídolos vanos. El apartarse entonces no es un alejarse, sino un desvanecer el mal para convertirlo en bien. En este nivel la conciencia está tan limpia de juicios duros, y tan apegada al Eterno, que no ofende ni teme. Cumple con los preceptos de la Torá con integridad y vive a plenitud.
Es, sin dudas, una persona verdaderamente libre. En la práctica es cumplir y ayudar a cumplir los preceptos de «no hacer» y los «harás», porque así el Eterno lo demanda. Por ejemplo: ayudar al que te guarda rencor en su corazón a liberarse de esa carga oscura y deprimente para que ambos puedan amarse mutuamente.
Notas:
1- El Yo Esencial o Auténtico de cada uno es uno y único, una chispa de divinidad que nos forma. Los Yoes Vividos son múltiples en cada persona.
Incluso aquella persona que se aferra a una sola máscara, a un solo Yo Vivido, no deja de estar oculto detrás de diversos antifaces pero que se han amalgamado defectuosamente en uno que representa su personalidad.
2- «…No te vengarás ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Eterno…» (Vaikrá / Levítico 19:18).
3- Recordemos que el mal también es una creación del Eterno, por tanto su finalidad siempre es para bien. A veces no se puede desarrollar la chispa de divinidad en lo negativo, y permanece en oscuridad esperando ser redimida.
4- Cada una de estas etapas o niveles está como rectificación o complemento para cada una de las cuatro personalidades básicas, lea aquí para tener una idea al respecto.
Preguntas y datos para meditar y profundizar:
El Rav Elías Schwartz cuenta en uno de sus textos:
La primera vez que el tren vino a su pequeña aldea, los jasidim decidieron mostrarle a su Rebbe este avance de la civilización moderna. Mientras el Rebbe se aproximaba a la estación, divisó una larga línea negra, fría, anónima y apática de coches encadenados unos con otros. La maquina estaba al frente, fiera en su plenitud de fuego y calor. Su impetuoso humo se elevaba entre las altas nubes. De pronto, con un estruendo poderoso y una bocanada monumental de humo la locomotora comenzó a andar, y la larga línea negra de coches se movía a su paso. Los jasidim entonces preguntaron con curiosa gracias reverente a su maestro: «Rebbe, Rebbe, ¿qué opina usted de esta maravilla?». El sabio hombre hizo un gesto con sus hombros y dijo: «No es muy novedoso… ¿no les resulta familiar que haya uno fuerte y lleno de fuego interior arrastrando tras de sí a una larga fila de sujetos oscuros, fríos, dubitativos y apáticos?».

Palabras

En la búsqueda incesante de la luz de la Torá para la vida del gentil justo, en el estudio presentado por el more Yehuda encontramos un interesante consejo para todos aquellos que buscamos el conocimiento de lo que Hashem quiere que hagamos como gentiles justos de este mundo al cual nos llamo a juntamente con el pueblo de Dios “Israel” un mundo mejor.
Espero podamos aprovechar estos fundamentos pilares y sobre todo veamos las ventajas de lograr cuidar nuestra lengua, pronunciando así bendiciones simplemente y dándole de esta forma el uso adecuado.
Gracias al More Yehuda por permitir la publicación del presente y que podamos hacer de esta Palabra “PALABRAS” una buena adaptación a la vida gentil.

Comentario de la Parashá Matot
PALABRAS
Lic. Prof. Yehuda Ribco // Tammuz 18, 5765 – 25/7/2005
El tema que da comienzo a esta parashá es el valor que tienen los votos o juramentos que la persona hace:
«Cuando algún hombre haga al Eterno un voto o un juramento asumiendo obligación, no violará su palabra; hará conforme a todo lo que ha salido de su boca.» (Bemidbar / Números 30:3)
Si bien la Torá específicamente habla de éstos, y del deber de preservarlos, el sentido es más amplio e incluye a todas las palabras que decimos.
Como sabemos, desde su mismo comienzo la Torá pone un énfasis particular en las palabras, no en vano se nos narra que el Eterno creó el Universo por medio de la palabra creativa, tal como dice:
«Entonces dijo Elokim: ‘Sea la luz’, y fue la luz.» (Bereshit / Génesis 1:3)
No en vano la bendición verbalizada (así como su contraria) tiene un considerable lugar, tal como vemos en el versículo que reza:
«Bendeciré a los que te bendigan, y al que te maldiga maldeciré» (Bereshit / Génesis 12:3)
Ciertamente la primera palabra, la del Eterno, es fuente de todo, de bienes y también de pesares:
«¿No es Mi palabra como el fuego y como el martillo que despedaza la roca?, dice el Eterno.» (Irmiá / Jeremías 23:29)
Así mismo, pero a su respectivo nivel, es la palabra humana: capaz de generar/atraer lo bueno como lo letal.
La palabra de la persona ordinaria, no solamente de los grandes espirituales -de los tzadikim-, es poderosa y puede provocar calamidades innumerables o re-crear mundos armónicos.
Es por esto que la persona no debiera maldecir, ni tampoco decir cosas negativas sobre otros y especialmente de sí mismo. Pues, el poder creador y destructor de la palabra es inimaginable.
Cuando una persona piensa que su palabra es inefectiva, es que realmente no conoce el poder que está detrás de ella. Toda palabra, breve o ampulosa, premeditada o impulsiva, amorosa o letal, toda palabra cuenta con un enorme poder. En nuestra cara Tradición, desde incluso antes de la entrega de la Torá en Sinaí, se conoce el poder y valor de la palabra, y se lo continúa reconociendo. La palabra santifica el vino del kiddush de Shabbat y lo hace un objeto de santidad en lugar de un elemento de perdición. La palabra santifica el enlace matrimonial en los kiddushin cuando el novio se consagra y consagra para sí a su novia.
La palabra pide paz antes de salir a la guerra (ver Devarim / Deuteronomio 20:10).
En un resumen hecho por el más sabio de los mortales:
«Las palabras de la boca del sabio son agradables, pero los labios del necio causan su propia ruina.» (Kohelet / Predicador 10:12)
Actualmente, y al parecer sin contacto con nuestra Tradición, en el conocimiento profano existe una cada vez más poderosa corriente que reafirma sin dudas el poder de la palabra, por ejemplo: la PNL, la escuela de Palo Alto, el psicoanálisis de Lacan, entre otros. Al parecer los modernos buceadores del ser humano están encontrando el camino hacia lo que nuestra Tradición ya enseñaba desde hace milenios: el poder de la palabra.
Este especial don de la humanidad, el poder del verbo, no debe ser usado impropiamente o con ligereza, por lo cual vamos a transcribir nueve principios dictados por el eminente sabio del siglo 18, el Jofetz Jaim, con respecto a shmirat halashon -cuidado de la lengua-:
1. Es maledicencia dar una imagen negativa de alguien, aunque sea cierto; y es una infamia cuando es una falsedad.
2. Es maledicencia dar información acerca de alguien que le pueda causar un daño físico, financiero, psicológico o espiritual.
3. Es maledicencia humillar a alguien, aunque sea en broma; también lo es el contar historias avergonzantes de personas que no están presentes.
4. La maledicencia no se limita al habla, incluye también la vía escrita, el lenguaje corporal y las insinuaciones.
5. Es maledicencia hablar contra de una comunidad, raza, grupo étnico o grupo etario.
6. No se debe hacer maledicencia ni siquiera con la propia esposa, los familiares o con los amigos cercanos.
7. No se debe repetir maledicencias incluso cuando sean conocidas por mucha gente.
8. Hay que abstenerse de chismosear: no repetir a la gente las cosas negativas que se han dicho respecto a ellos, pues esto puede llevar a innecesarios conflictos.
9. No se debe escuchar maledicencia o chismes. Se debe dar el beneficio de la duda.
Nuestra palabra, verbal o por otro canal, es nuestra conexión tanto con lo Alto como con el alma de nuestro prójimo. Lo espiritual no puede ser tocado por armas, puños, fuego u otros elementos materiales. Pero las palabras, así como el amor, o cualquier otro sentimiento manifestado penetra la capa de materia y se interna hasta lo más íntimo en el ser del prójimo.
La palabra es la que nos une realmente, o la que nos distancia realmente. Por esto, en Cterapia empleamos la herramientas conocida como «Comunicación Auténtica», de la cual ya hemos hablado extensamente en otras ocasiones. Sus cuatro pilares son:
1. Intentar ser auténticos.
2. No querer dañar ni recibir daño.
3. Respetar y querer ser respetado.
4. No dar nada por supuesto ni presuponer, sino averiguar con calma.
Los cuatro pilares están sustentados en una vasta teoría, pero sin dudas que encuentran un arraigo en la Tradición, prestemos atención a los versículos siguientes del capítulo 12 de Mishlei / Proverbios:
1. Intentar ser auténticos: «El labio veraz permanecerá para siempre; pero la lengua mentirosa, sólo por un momento.» (19)
2. No querer dañar ni recibir daño: «Hay quienes hablan como dando estocadas de espada, pero la lengua de los sabios es medicina.» (18)
3. Respetar y querer ser respetado: «En la transgresión de los labios hay una trampa fatal, pero el justo saldrá bien de la tribulación.» (13)
4. No dar nada por supuesto ni presuponer, sino averiguar con calma: «El insensato al instante da a conocer su ira, pero el que disimula la afrenta es prudente.» (16)
La ventaja de emplear esta herramientas es triple:
1. La persona va aprendiendo a expresar sus propios sentimientos a la vez que respetando los de su interlocutor.
2. La persona trata de entablar un diálogo y no meramente participar de un monólogo de a dos.
3. La intención de la palabra es de construir y nunca para destruir, en armonía con la divina Voluntad.
Sería realmente provechoso que más gente aprendiera el uso de esta herramienta, y de este modo dar a la palabra el lugar que le corresponde: de creación y crecimiento.
¡Les deseo a usted y los suyos que pasen un Shabbat Shalom UMevoraj!
¡Qué sepamos construir shalom! Moré Yehuda Ribco

¿Puedo ser algo más que humano?

Cuán irracionales encontramos algunos convencionalismos, algunos modos y costumbres que etiquetan a la persona nos resultan fuera de lugar; esta en crisis la identidad. Algunos se sienten o creen pertenecer a algo, piensan que son parte de un algo, un algo que a veces les es dificil explicar, o sea, no logran descubrir la raíz de su identidad.
Somos sin duda algo, pero no parte de. Nos hemos llamado Raza Humana, sin embargo decimos que hay muchas razas, y digo yo: el africano, como el asiático, el árabe como el europeo, el amerindio como el esquimal no estamos constituidos de los msimos elementos que conforman la tierra. Somos biológicamente animales de la tierra, sin más que eso. Todos.
Sin embargo hay en cada uno de nosotros una identidad especial, individual, indivisible, sin igual y cuyo desarrollo depende en gran medida de las capacidades y habilidades que vayamos adquiriendo de elementos socio-culturales que tomamos. 

Es el pensamiento lo único que nos hace diferentes, todo un universo interno, enlazado con el todo, pero autónomo, libre, en la medida que se conquiste aquello. Para convivir y trascender la convivencia ¿qué hay que tener? 

"Fides est substantia rerum sperandarum, argumentum non apparentium"
La fé es la sustancia de las cosas que esperamos, y la prueba de todo lo que no llega a los sentidos, dijo alguna vez uno de los tantos idolatras que poblaron, pueblan y esperemos que no sigan poblando nuestro mundo.

En cierta forma es esa una gran verdad, aunque a mi parecer no dicha de la manera más específica.
Nuestros ojos observan un espectro de 160º, casi un semicirculo; aunque no queramos esto es así; ellos perciben ese ángulo, la única manera de evitarlo es cerrando los ojos y aún así veremos el mismo ángulo dentro de nuestros párpados. A través de nuestras pupilas todo ese mar de información, de realidad, es absorbida, captada y almacenada. Pero qué vemos, ¿acaso vemos con detalle toda la realidad?; ¿no es cierto que nos enfocamos al ver en un objeto, y a veces gracias a la inercia en una idea, en un punto tan lejano que lo que esta en el presente, no es desconocido. Es un presente progresivo violento, queremos estar, ansiamos tanto estar, que no somos, que no nos dedicamos a ser, a estar en un reposo activo, de contemplación, de despeje, de atención, de sensibilización. Discriminamos; establecemos prioridades, colocamos una cosa por encima de las demás; nos apegamos a la tierra, y eso es bueno, pero no en exceso; no cuando pierdes la brújula de la dirección por ir en pos de una sóla cosa.
El sentido no se pierde, los que nos perdemos somos nosotros al no usar nuestros sentidos en la medida en que debemos. La pituitaria percibe cada olor que existe en el planeta y alcanza un importante radio de acción, es una glándula maravillosa a la que poco prestamos atención. Sólo los olores que vemos, los olores que escuchamos, sólo esos somos capaces de atender. Si no lo vemos, no lo conocemos; las cosas son, pero si no las conozco no existen.
Definitivamente es una realidad la necesidad de fe; precisamente por la flojera de descubrir sin discriminar; de vivir sin pre-juzgar, de sentir sin temor la realidad más sublime, lo más notorio y lo mas oculto, lo que esta a la vista; hacernos de una certeza cierta por nuestros sentidos.

Nuestro deseo de pertenecer a algo, de vernos separados del resto, de auto-discriminarnos, de auto-excluirnos, de fragmentarnos, separandonos del todo, creo que se debe a esas ansias egoístas de sumergirnos en nuestros Yoes, meticulosamente creados, moldeados, muy bien pintados que asemejan una autenticidad increíble.
Esto nos impide alcanzar el propósito, llegar al centro, conocernos y por lógica conocer al de al lado. Pareciéramos seres que intentan llegar al norte viajando al este; Y me pregunto: ¿no crees que si sigues la misma dirección hacia el este llegarás solamente al este y nunca alcanzarás el norte? y me respondo casi enseguida: Puesto que quiero ir al norte debo guiarme por algo; ¿hay algún instrumento que nos guíe mejor que nuestros sentidos? ¿acaso alguna vez han engañado a alguien? ¿no son los mejores sensores de la realidad?; ¿quién es el artífice de estos instrumentos? Sin duda alguna es D’, el Creador. Tan sólo si redujéramos el ego, las pasiones, si quitáramos de encima de lo esencial lo aprendido, si refináramos el instinto, si suprimimos lo que nos pesa, la carga ligera y el sentido presto a la percepción más sutil, estoy seguro que nuestra brújula adquiriría dimensiones más precisas que un GPS y que cualquier aparato de ubicación.

Ver las diferencias es algo normal; pero esas diferencias van reduciéndose en la medida en que vemos en nosotros las cualidades del otro; y vemos en el otro cualidades  nuestras. Si esto no lo llevamos a la práctica haríamos como dijo Marcos Mundstock (humorista argentino integrante de Les Luthiers) razonaríamos fuera del recipiente. Y no es lo que queremos. Tino, Asertividad, Autenticidad es lo que queremos.
Dijo Rabi Levitas de Yavne en el Pirkei Avot: "Sé de espíritu modesto en extremo, pues el porvenir del hombre es la putrefacción"
¿Qué tiene que ver el espíritu con el fin de la carcaza?, Si un sabio de Israel aconseja un espíritu de humildad es porque las acciones del espíritu se reflejan en el cuerpo físico; y si se consigue la verdadera humildad, aquella que no es apariencia de debilidad, sino fuerza para saberse débil y voluntad para reparar constantemente el camino, entonces claramente el sello impuesto en aquel mundo venidero será reflejado en este; y en el cuerpo físico.
Dijo Rabi Ishmael: "No juzgues sólo por ti mismo, pues no juzga por Sí mismo sino Uno; y no digas: "Acepten mi parecer", pues a ellos les es lícito y no a ti."
¡Qué aromas del paraíso se desprenden de las enseñanzas de los sabios de Israel! ¡Qué lecciones de vida nos dejan los elegidos de D’ para ser Luz a las naciones, faro que guía a buen puerto, señal que marca el sendero a aguas de bendición!
¿Quiénes somos para juzgar desde nuestro cerrado ángulo? No es correcto que ande yo el camino mirando a mi juicio; requiero del consenso, de la discusión con otros puntos de vista, incluso de la exposición de motivos del enjuiciado. Y si no soy yo el más apto para juzgar, si sólo no puedo determinar que esta bien y que esta mal; si necesito de un referente; si requiero de los valores establecidos, de ubicarme correctamente; ¿cómo puedo pedir se acepte el parecer de un neófito?

Esta demostrado que nuestra percepción es limitada; que no estamos sólos, que a todo hombre le llega su hora, que D’ nos otorgó el don de los sentidos para usarlos, descubrilos, manejarlos, dominarlos; no para dejarnos dominar por los senti-mientos, por las pasiones, por las trabas que se interponen entre la realidad y nosotros. Que la empatía es el medio, que como dijera alguna vez Ghandi: "el amor es el medio, la verdad es el fin; si utilizamos el medio, tarde o temprano llegaremos al fin." Que como dijera una segunda vez este hombre de paz: "La pureza de los medios debe ser igual a la pureza del fin"
Que mirando con numinosidad al mundo, abandonando el orgullo, que sabiendonos fuertes nos sintamos aún débiles para seguir escalando; que las costumbres, los papeles, los convencionalismos, los moralismos mojigatos, son lastres en nuestro crecimiento, que desprendernos de dogmas nocivos adquiriendo el sentido primordial; el criterio; podemos alejarnos de cualquier dogma y construir una vida; alejada de vicios, de identidades hechas a medida tal y como el traje nuevo del emperador, que si descubrimos que por encima de todo nuestra humanidad es perfecta, pues es capaz de intentar enderezar lo imperfecto, fijándose en ello; que poseemos roles, habilidades distintas a las de los demás pero que la unión bajo el mismo fin es lo que da armonía al mundo. que el propósito individual no debe convertirse en ascetismo espiritual, que no somos espíritus ermitaños pues un lazo de amor une al Padre con sus hijos y a los hijos entre ellos. Que si nos conducimos sabiendo que el día más bello es hoy, que la cosa más fácil es equivocarse, que el obstáculo más grande es el miedo, que el mayor error es abandonarse, que la distracción más bella es el trabajo, que la peor derrota es el desaliento, que la primera necesidad es comunicarse, que lo que hace más feliz es ser útil a los demás, que el peor defecto es el mal humor, que el regalo más bello es el perdón, que lo más imprescindible es el hogar, que la ruta más rápida es el camino recto, que la mayor satisfacción es el deber cumplido, que el valor más grande es el amor, entonces habremos de pasar juntos, como hermanos, en armonía por el gran vestíbulo que nos lleva al salón donde haremos banquete en la postrer preparación.

Uno hace la diferencia- Lic. Yehuda Ribco

Tema publicado con la autorización del More Yehuda Ribco
UNO HACE LA DIFERENCIA
Lic. Prof. Yehuda Ribco // Tammuz 22, 5763 – 22/7/2003
Tomado de la Parasha Bemidbar Matot (“Tribus”)
Este corresponde leer la parashá llamada Matot («Tribus») junto a Masei («Etapas»), que son la novena y la última del cuarto tomo de la Torá, el sefer Bemidbar, conocido en español como «Números».
El mundo es tan diverso, son tantas las actividades humanas, variadas líneas de conocimiento nos cruzan, innumerables son los campos de estudio y acción, que difícilmente podemos tener una perspectiva general de lo que está aconteciendo. Seguir leyendo Uno hace la diferencia- Lic. Yehuda Ribco

Personalidades noájicas

A Noaj/Noé el Padre Celestial le confirmó las seis leyes fundamentales que le había ordenado a Adam y sus descendientes:

  1. No adorar, servir, reverenciar, depositar la fe en otra cosas que no sean el Padre Celestial.
  2. No maldecir al Eterno.
  3. No asesinar.
  4. No robar.
  5. No cometer actos de inmoralidad sexual.
  6. Constituir institutos de Derecho y Justicia, para preservar las leyes dadas por el Creador, y desarrollarlas debidamente, de modo de establecer un mundo de plenitud, bondad y justicia.

Noaj y sus descendientes recibieron una ley fundamental extra:

  1. No comer partes de animal con vida.

Esta ley no tenía sentido en el mundo pre-noájico, puesto que la alimentación se hacía exclusivamente de vegetales y minerales.

Noaj fue fiel a las Siete Leyes Universales.
Por esto fue designado por el Eterno como un hombre «justo e íntegro», alguien que seguía con devoción firme al Eterno.

En el camino de la fidelidad, caminando por la Buena Senda, le continuó su hijo Shem/Sem, quien fuera más tarde conocido por el seudónimo de Malki-Tzedek (que quiere decir el Rey de la Justicia).

El resto de la gente más pronto o más tarde fueron olvidando la Buena Senda, creando sus propias creencias, siguiendo sus ideas y pretensiones.
Pero, Ever de la descendencia de Shem se afirmó con rectitud al camino de los noájidas, se mantuvo firme y fuerte en la Buena Senda marcada por el Padre Celestial para las gentes.

Un nieto de Ever se transformó en el modelo estupendo de persona espiritual, de ejemplo de vida, en piedra angular de la vida noájica.
Este descendiente de Noaj-Shem-Ever fue Avraham, el primer patriarca del pueblo judío.

Sin embargo, Avraham no era judío, ni siquiera israelita; Avraham era noájico; tal como tú, hermano noájico querido debes serlo.
Era amigo del Eterno, no por fe, ni por tontas ideologías, sino porque caminaba por la Buena Senda, la del cumplimiento de los Siete Mandamientos Universales.

Por su conducta excelente, por sus cualidades, Avraham fue elegido por el Eterno para ser la raíz de la nación de Israel, aquella que debería ser el faro para las otras naciones.
Pero, Avraham continuó siendo noájico, aunque a él y su familia tras él se le exigió el cumplimiento de otros mandamientos, que eran privativos de la familia judía y no del resto de las naciones (como por ejemplo la circuncisión).

Tú, apreciado hermano noájida, eres descendiente de Noaj, pero no de Avraham.
Tienes tu propio precioso legado, que debes conocer, valorar y cumplir.
¿Lo sabías?

¿Qué conoces de Noaj?
¿Qué mandamientos noájicos estás cumpliendo?
¿Qué tan desviado estás de la Buena Senda, de los Siete Mandamientos Fundamentales?

Ven, acércate a FULVIDA para seguir creciendo en la identidad espiritual que el Padre Celestial te ha dado.
Tienes un mundo completo que desarrollar, mucho Shalom para construir.
Esa es tu misión, es tu herencia, es tu perfección.

Te espero, para que sigamos compartiendo juntos el andar por la Buena Senda.

Iniciamos cursos para este 5768 en México

Les recordamos que tenemos cursos TODOS LOS DOMINGOS en la sede Fulvida México. EXEPTO LOS INDICADOS EN LA AGENDA (http://fulvida.com/paises/mexico/agenda-de-actividades-fulvida-oficina-mexico ) YA QUE ESTOS CORRESPONDEN A ACTIVIDADES PUBLICAS. Comenzamos ya este Domingo 23 de septiembre.

En relación a esto,  los domingos de 3pm a 5pm nos reuniremos en la "SEDE FULVIDA MEXICO" para desarrollar “ciudadanía corporativa”. Proyectos de negocios para mejorar el plano físico de cada uno de nuestros asociados. NO TIENE COSTO ALGUNO. Confirme asistencia a noajidasmexico@hotmail.com para recibir mapa y dirección de la sede.  Es necesario para ingresar a esta sesión:

  1. Credencial de Fulvida México
  2. Ser asociado permanente de Fulvida México
  3. Confirmar asistencia vía mail a noajidasmexico@hotmail.com
  4. Entrevista previa con un servidor (Solo DOMINGOS de 5-7pm) agendar cita a: noajidasmexico@hotmail.com
  5. Al menos una Sesión de cabaloterapia http://serjudio.com/sesiones-online
  6. Entrevista vía mail con el Lic. Yehuda. Agendar cita a: cterapia@serjudio.com
  7. Conocer y practicar los siete principios Universales. Vea el texto del siguiente link:  http://fulvida.com/?p=156

La agenda de todas las actividades que tenemos para la sede México la puedes ver en el siguiente link:

http://fulvida.com/paises/mexico/agenda-de-actividades-fulvida-oficina-mexico

SHALOM SOLO SE LOGRA PARTICIPANDO
Confirma ya tu asistencia.

La Paz

En hebreo la palabra Shalom comúnmente se asume como paz; sin embargo estas cuatro letras encierran algo más que la simple paz occidental, la pax latina… Shin, Lamed, Vav y Men sofit son las cuatro letras que conforman el concepto Armonía/Equilibrio; cuando se lee esta palabra con masoretas se advierte que no en balde apunta a la armonía, pues debajo de la Shin hay una "A" y sobre la Vav hay una "O"… Se cumple el principio de arriba-abajo, sobre el cuatro que es el número de lo perfecto, de lo armónico.
Ahora bien, lo perfecto y lo armónico requieren de esfuerzo; ya que nuestros deseos/actitudes siempre tienden a desbocarse hacia un lado de la balanza; es natural, hemos sido condicionados de esa manera. Aquí es donde entra entonces el concepto libertad, pues la libertad es esa pequeña diferencia que hace de un ser social completamente condicionado, una persona que no se limita a re-exteriorizar en su totalidad el condicionamiento que ha sufrido.
Des-aprender, re-emprender, re-tornar, re-empezar es el trabajo constante del hombre (como raza), procurar hacer el Shalom, procurar el equilibrio/perfección es un trabajo diario, de hora en hora, de pensar y actuar, de regresar y corregir; de contemplar y buscar el modo de reparar.

Para asumir este gran reto es que nos han sido otorgado los valores y dones con que D’ nos ha bendecido; para lograrlos D’ ha dado Su Torah a Israel y le asignado el rol de guía, de faro, de lámpara que ilumina el sendero de quienes buscan el Shalom.

Como dice el moré, quiera D’ que pronto sepamos construir Shalom. Pues yo agregaría; quieran las naciones aprender de Israel a construir Shalom.