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La Naturaleza de la Judeofobia (G. Perednik) – Unidad 1

El sacerdote Edward Flannery, en el prólogo a su obra Veintitrés Siglos de Antisemitismo, revela que su interés por este tema nació cuando descubrió que la ignorancia al respecto es un abismo que separa a judíos de cristianos. "¿Cómo es posible que el judío – se pregunta Flannery- abrumado por la conciencia de la secular opresión que ha sufrido en el mundo cristiano, hable en igualdad de condiciones con el cristiano, que está sinceramente convencido de que su interlocutor otorga excesiva importancia a las persecuciones?"


 

Unidad 01: Introducción

Por: Gustavo Perednik

 

El sacerdote Edward Flannery, en el prólogo a su obra Veintitrés Siglos de Antisemitismo, revela que su interés por este tema nació cuando descubrió que la ignorancia al respecto es un abismo que separa a judíos de cristianos. "¿Cómo es posible que el judío – se pregunta Flannery- abrumado por la conciencia de la secular opresión que ha sufrido en el mundo cristiano, hable en igualdad de condiciones con el cristiano, que está sinceramente convencido de que su interlocutor otorga excesiva importancia a las persecuciones?"

Y bien, en ese sentido un curso como el nuestro podrá tender un puente sobre el abismo, permitiendo a más gente conocer páginas muy oscuras de la experiencia humana, y llamativamente poco investigadas.

Hasta 1879, el odio hacia los judíos no tenía siquiera un nombre especial. Ese año Wilhelm Marr acuñó el término "antisemitismo" a fin de distanciar el fenómeno de toda connotación religiosa. El panfleto de Marr, "La victoria del judaísmo sobre el germanismo considerada desde un punto de vista no-religioso" exhortaba a que se hostilizara a los judíos independientemente de sus inclinaciones religiosas. Pero el vocablo que Marr eligió tiene varios defectos.

En principio, "semitas" no hay. Puede hablarse de lenguas semíticas, o de grupos semitas de la remota antigüedad, pero suponer que, por ejemplo, un judío de Holanda, uno de Etiopía pertenecen a la misma "raza semita" junto con un árabe de Marruecos, es a todas luces absurdo.

En segundo lugar, y más importante aún, personas contra los semitas, no sólo que no hay, sino que nunca hubo. Jamás se crearon partidos, publicaciones, o ideas que combatieran a los "semitas". Es más, la voz se presta a juegos de palabras. En marzo de este año, el canciller egipcio Amer Musa respondió a una acusación preguntando: "¿Como vamos a ser antisemitas, si nosotros somos semitas?"

Lo lamentable es que el término acuñado por un judeófobo como Marr se difundió por doquier, aun cuando tres años después, un prestigioso pensador judío, León Pinsker, sugirió la más apropiada palabra, "judeofobia", para caracterizar el encono hacia los judíos.

"Judeofobia" es más precisa porque en el prefijo señala el verdadero destinatario de esta aversión, el judío, y en el sufijo alude a su carácter irracional. Es cierto que en psicología "fobia" también responde a su origen griego, "miedo". Y se habla de ailurofobia (miedo a los gatos), nictofobia (a la noche) o claustrofobia (a los lugares cerrados). Pero en ciencias sociales tiene un significado más cercano al odio (no al temor) como en "xenofobia" (odio a los extranjeros).

La judeofobia no es una forma de la xenofobia, puesto que los judíos no son extranjeros de los países en los que viven. Y si, como dijimos, tampoco son una raza, la judeofobia no es una especie del racismo. Es un fenómeno muy singular, y como tal vamos a estudiarlo.

Hemos ofrecido cinco justificaciones del término "judeofobia" en lugar del usual "antisemitismo". Estas incluyen motivos históricos, semánticos y lógicos. Pero si aún no están convencidos de que el uso de "judeofobia" sea el deseable, permítanme agregar un argumento más.

El prefijo "anti" combinado con el sufijo "ismo" sugiere una opinión que viene a oponerse a otra opinión, como en antimercantilismo, antidarwinismo o antiliberalismo. Pero la judeofobia no es una idea. Jean-Paul Sartre, en su famoso libro sobre el tema, sugiere que no le permitamos al judeófobo disfrazar su odio de "opinión". En la medida en que usemos "antisemitismo", los judeófobos podrán adornar a sus rencores con una aureola de criterio razonado, lo que además nos impide entender el fenómeno de la judeofobia con claridad.

La Singularidad de la Judeofobia 

Odios contra grupos siempre existieron. Pero en nuestro estudio partimos de la base de que el despecho contra los judíos es único. Los judíos fueron odiados en sociedades paganas, religiosas y seculares. En bloque, fueron acusados por los nacionalistas de ser comunistas, por los comunistas de ser capitalistas. Si viven en países no judíos, son acusados de dobles lealtades; si viven en el país judío, de ser racistas. Los judíos ricos fueron agredidos y los pobres maltratados. Cuando gastan su dinero son resentidos por ostentosos; cuando no lo gastan, son despreciados por avaros. Fueron llamados cosmopolitas sin raíces o chauvinistas étnicos. Si se asimilan al medio, son temidos por quintacolumnas; si no, son odiados por cerrarse en sí mismos. Cientos de millones de personas han creído por siglos, que los judíos beben la sangre de los no-judíos, que causan plagas y envenenan pozos de agua, que planean la conquista del mundo, o que asesinaron al mismísimo Dios.

En aras de ordenar la clase, digamos que no hay odio más antiguo, más generalizado, más permanente, profundo, obsesivo, peligroso y quimérico que la judeofobia. Veamos cada característica separadamente.

  1. Antiguo. Robert Wistrich tituló a su último libro sobre el tema "El odio más antiguo". Veremos enseguida las distintas posibilidades acerca de cuándo nació la judeofobia, pero adelantemos ya que se trata de un inquina que continuó más o menos durante dos milenios y medio. O como explica Shmuel Etinger, la judeofobia "es un fenómeno que se prolongó ininterrumpidamente, en lo fundamental, desde la época helénica hasta nuestros días, aunque asume características distintas en el curso de la historia. Precisamente, su continuidad histórica es un factor decisivo en su intensidad y en su capacidad de adaptarse a las cambiantes condiciones contemporáneas".
  2. Generalizado. De todos los países europeos en los que residieron, los judíos fueron expulsados alguna vez. Los ejemplos más recordados son Inglaterra en 1290, Francia en 1306 y en 1394, Hungría en 1349, Austria en 1421, numerosas localidades de Alemania entre los siglos XIV y XVI, Lituania en 1445 y en 1495, España en 1492, Portugal en 1497, y Bohemia y Moravia en 1744. En las más diversas situaciones históricas, los judíos fueron hostilizados en casi todos los países del mundo, aun aquellos en donde no estaban. El Japón de hoy es un ejemplo de cómo la judeofobia puede existir aun cuando la comunidad judía sea minúscula. Y China es frecuentemente citada como la excepción a esta regla de la universalidad de la judeofobia.
  3. Permanente. En la mayoría de los lugares, la judeofobia continúa años, décadas, e incluso siglos después de que los judíos han partido. El rey Eduardo I expulsó a los judíos de Inglaterra en 1290, y su readmisión no se produjo hasta 1650. Es notable que Shakespeare pudo crear su estereotípico Shylock, el judío de "El Mercader de Venecia", después de tres siglos en los que en su país no había judíos. La audiencia podía despreciar al judío y burlarse de él, sin que ninguno de ellos, ni sus padres, ni sus abuelos, los hubieran conocido en persona.
    En el siglo XVII Francisco de Quevedo atacaba a su competidor literario, Luis de Góngora, aludiendo a su "nariz judía" y amenazando con que untaría sus poemas con tocino a fin de que los judíos no se los plagiaran… aunque éstos habían sido expulsados de su país hacía más de un siglo.
    En Latinoamérica, Julián Martel escribe su novela "La Bolsa" en la que se acusa a los judíos de haber hecho quebrar la Bolsa de Comercio de Buenos Aires en 1890, una época en la que virtualmente no había judíos allí.
    Un último ejemplo: en 1968 el gobierno polaco lanzó una campaña por radio y televisión tendiente a "desenmascarar a los sionistas de Polonia". Casi treinta años después de que tres millones de judíos polacos fueran exterminados por los alemanes, en Polonia podía aún despertarse odio por una diminuta minoría que no alcanzaba al 1% de la población.
  4. Profundo. Como resultado de los atributos mencionados, los estereotipos mentales en contra de los judíos están hondamente arraigados. Si tenemos en cuenta que por siglos, cientos de millones de personas creyeron que los judíos transmiten la lepra, que matan niños cristianos para sus rituales, que dominan el mundo entero, que son una raza promiscua o criaturas diabólicas, que Dios desea que sufran, u otras variantes, entonces se ve por qué la judeofobia es tan fácil, por qué el judeófobo no debe invertir muchos esfuerzos en despertar antipatías contra el judío, ya que no tiene más que echar mano a la asociación mental apropiada a un momento determinado.
    Se dice de Goebbels, el ministro de propaganda alemán durante el régimen nazi, que había distribuido un cartel que mostraba a un hombre montado en un bicicleta con la leyenda "La desgracia de Alemania son los judíos y los ciclistas". El lector se preguntaba ingenuamente "¿Y por qué los ciclistas?" y así la propaganda había cumplido con su objetivo. La profundidad de la judeofobia había hecho una buena parte del trabajo.
  5. Obsesivo. Para el judeófobo los judíos no son un enemigo; son el enemigo. No ve satisfecho su impulso hasta que el judío no es quebrado del modo más total. Durante los siglos XIX y XX en el imperio ruso las palizas y asesinatos de judíos se difundieron a tal punto, que se acuñó el término "pogrom" para definirlos. Y eran vistos por sus perpetradores como el medio de salvar a la nación. "Byay Zhidov Spassai Rossiyu, Golpea al judío y salva a Rusia" era su lema.
    Ernest Cassirer reflexionó en "Modernos mitos políticos" acerca del discurso de despedida de Adolf Hitler a la nación alemana, antes de su suicidio el 30 de abril de 1945. ¿Cuál fue su mensaje? No recordó las glorias de Alemania, ni expresó dolor por la destrucción de su país; no se arrepintió del baño de sangre en el que acababa de sumir al mundo; ya no promete la conquista. Su atención sigue fija en un punto que lo obsesiona: los judíos, "el enemigo eterno". "Si soy vencido, la judeidad podrá celebrar"… Y si bien Hitler encarnó la judeofobia en su extremo máximo, la obsesividad es una característica reiterada.
  6. Peligroso. Debido a su profundidad, con mucha frecuencia la hostilidad contra los judíos desborda la discriminación y estalla en violencia física. En casi todos los países en donde los judíos viven o vivieron, fueron en algún momento sometidos a golpizas, tortura y muerte, por el único motivo de ser judíos. Por ello toda expresión judeofóbica es potencialmente más peligrosa que expresiones de aversión contra otros grupos. Por ejemplo, en todos los países hay chistes xenofóbicos en contra de minorías. En los EE.UU. son los chistes de polacos, en Inglaterra de irlandeses, en Brasil de portugueses, en la Argentina de gallegos, en Suecia de noruegos, etc. Los chistes de judíos pueden ser tan inofensivos como cualquiera de los otros. Sin embargo, si no hubieran existido habido chistes de judíos en Europa durante uno o dos siglos antes del Holocausto, la virulencia de la judeofobia podría haber sido menor, y los nazis habrian encontrado menor apoyo para su genocidio. Para las otras minorías mencionadas, no hubo hogueras, cámaras de gas y hornos crematorios. Y la judeofobia se transmite en gestos, en chistes y en generalizaciones, mucho más que en conferencias. Ulteriormente, cuando un prejuicio es tan peligroso, los chistes pueden ser letales.
  7. Quimérico. Este bien puede ser el rasgo esencial. El odio de grupo deriva usualmente de una incorrecta interpretación de la realidad. Si como hoy, un francés odia a los argelinos porque corrompen su cultura, o un alemán odia a los turcos porque le quitan sus puestos de trabajo, en ambos casos la realidad ha sido mal interpretada. Ciertamente hay desempleo en Alemania, pero no son los turcos los culpables de ello.
    El caso de la judefobia difiere de la xenofobia mencionada. No hay que confrontarse con una interpretación incorrecta, sino con mitos. Los judíos son odiados por comer no-judíos en el pasado, o por dominar el mundo en el presente, por haber matado a Dios, o por haber inventado el Holocausto, o por promover las guerras, la esclavitud, el mal.

No es fácil contender con argumentos de esta índole.

Incluso si hubiera odios que comparten una o dos de estas características, no se encontrará uno que, como la judeofobia, combine todas ellas. Que la encaremos de modo singular no significa, por supuesto, minimizar el sufrimiento de otros grupos, o condonar la persecución contra otras minorías cualesquiera. Todo aborrecimiento de grupo, todo racismo y persecución deben ser repudiadas. Pero la judeofobia sigue siendo el odio más antiguo, profundo, peligroso y quimérico, y si la diluimos en un mar de discriminaciones y prejuicios, la entenderemos menos. Empecemos por analizar cuándo se originó el fenómeno.

Seis Teorías sobre el Origen de la Judeofobia

Puede esgrimirse que la judeofobia comenzó:

  1. con los primeros hebreos, hace cuatro milenios;
  2. con la esclavitud egipcia hace algo más de tres milenios;
  3. con el Retorno a Sión, hace dos milenios y medio;
  4. con el helenismo alejandrino, hace veintitrés siglos;
  5. con el cristianismo, hace dos milenios;
  6. con el totalitarismo moderno, hace algo más de un siglo.

En esta lección intentaremos descartar las teorías 1,2,3 y 6. En la próxima nos concentraremos en la teoría 4, y en la lección subsiguiente en la 5.

Sobre la teoría 1, digamos que rastrear la judeofobia hasta la época patriarcal es incorrecto, tanto histórica como teóricamente. Desde el punto de vista histórico, no es cierto que los judíos hayan sufrido persecuciones por tanto tiempo. Aunque hay algunos versículos bíblicos que evidencian un tono judeofóbico, extraeremos de la Biblia solamente arquetipos que faciliten la comprensión, y no precisión histórica.

El primer ejemplo podría ser Abimelej, el rey de Guerar en el Neguev, quien espetó al patriarca Isaac: "Alejate de entre nosotros, puesto que te has hecho más poderoso que nosotros" (Génesis 26:16). Este es un arquetipo de los argumentos que emplea la judeofobia, especialmente porque el original hebreo puede leerse "Alejate de entre nosotros, porque has prosperado a costa nuestra".

Desde la teoría, sostener como Hermann Gunkel que con los primeros hebreos aparece la judeofobia, es dar por sentado que las meras diferencias son la fuente del odio, y no la intolerancia frente a la diferencias. Abraham no tenía por qué generar enemigos por el hecho de proponer la distinción monoteísta; la judeofobia comienza con los judeófobos, no con los judíos.

En cuanto a la teoría 2, quien sostenga con Charles Journet que la motivación del Faraón era judeofóbica, debe tomar la Biblia demasiado literalmente. Es cierto que el monarca egipcio expresa un tercer argumento habitualmente empleado por judeófobos: que los judíos son una quinta columna. Así lo enuncia el Faraón: "He aquí los hijos de Israel, son más que nosotros y más fuertes. Actuemos contra ellos con astucia para que no se multipliquen y, para que cuando nos acaezca una guerra, no se unan a nuestros enemigos para combatirnos" (Exodo 1:9-10). Pero sería más razonable atribuirle a los egipcios un intento xenofóbico de esclavizar a otros pueblos, una práctica usual de la antigüedad, y no un odio específico contra los judíos como tales.

Otros arquetipos de judeofobia que trae la Biblia son los pueblos que atacaron a los hebreos gratuitamente, durante la marcha hacia la Tierra Prometida. Los dos más destacados son Amalek y Midián, precisamente por la gratuidad del ataque. En esos dos casos, a diferencia de Moab, el trayecto de los hebreos no representaba amenaza alguna para ellos. Por ello el ataque fue generado por la saña y a mansalva. Pero la historicidad de esos combates es demasiado nebulosa como para que puedan considerarse comienzos de la judeofobia.

Descartadas las hipótesis 1 y 2, pasemos a explicar la 3, que señala el origen de la judeofobia en la época del Retorno judío a Sión durante el siglo V a.e.c. Probablemente, de esta época data el máximo arquetipo bíblico de la judeofobia, Hamán. En efecto, algunos historiadores relacionan a este personaje con el rey persa Jerjes I, quien habría sido el Ajashverosh (Asuero) del libro de Ester. De acuerdo con este texto, Hamán fue el visir del rey que planeó el genocido de todos los judíos del extenso reino. Y, otra vez, aun cuando la historicidad de los hechos no fue demostrada, las palabras de Hamán tuvieron eco en las de los judeófobos de todas las épocas: "Hay un pueblo disperso en todas las provincias… cuyas leyes son distintas de las del pueblo, y no observan las órdenes del rey… Escríbase que sean destruidos" (Ester 3:8).

Más allá de la Biblia, hay dos eventos de ese siglo V a.e.c. que sí podrían marcar la génesis de la judeofobia. Uno en la tierra de Israel (el ataque contra los que regresaban de Babilonia para reconstruir Jerusalem) y otro en la Diáspora (la destrucción del templo judío de Elefantina en Egipto).

Cuando Nejemías, en cumplimiento del permiso que otorgara el rey Ciro de Persia, lideró el Retorno a Sión en el año 445 a.e.c., debió confrontarse con la activa oposición de Sanbalat I "el enemigo" (Nejemías 6:1,16).

Tres décadas después, el templo que la comunidad judía había erigido en la pequeña isla de Elefantina en el Nilo, fue destruido. El templo se había levantado en el 590 a.e.c. y fue destruido en el 411 a.e.c. por los sacerdotes de Khnub con la ayuda del comandante persia Waidrang. Pero más que un estallido judeofóbico, aquella destrucción parece haber sido un acto fanático de egipcios que resentían el dominio persa.

Podemos concluir que los episodios de Sanbalat y de Waidrang fueron aislados, y no dejaron huellas en la historia de la judeofobia, que aún debía nacer. Esta conclusión nos deja con tres tesis, las 4, 5 y 6.

Esta última fue sostenida por Hannah Arendt, quien en "Los orígenes del totalitarismo" describe "el antisemitismo como una ideología secular evidentemente diferente" del odio religioso contra los judíos. Esta descripción es simplista. Por supuesto que los partidos políticos judeofóbicos se crearon en Alemania en el los años 1880s, y por entonces ocurrió por primera vez que un régimen utilizara la judeofobia como un medio calculado para obtener poder, pero lo importante no es cuándo la judeofobia fue por primera vez un instrumento político, sino cuando apareció.

Es cierto que el siglo XIX trajo consigo un nuevo tipo de judeofobia. Pero el fenómeno ya existía: es único precisamente por su adaptabilidad a distintos contextos históricos. Esta característica muestra tanto su permanencia como su singularidad.

Nos quedamos entonces, con las dos teorías más aceptables. Las raíces de la judeofobia están o bien en el helenismo, o bien en el cristianismo. En las próximas dos clases analizaremos sendas posibilidades.

Bibliografía

La bibliografía general en la que se basa el curso es:

  • "Historia del antisemitismo" de León Poliakov, en cinco tomos.
  • "Antisemitismo" de James Parkes, Ed.Paidós, Bs.As., 1965.
  • "Veintitrés siglos de antisemitismo" de Edward Flannery, Ed. Paidós, Bs. As., 1964.
  • La bibliografía especial, se irá ofreciendo en cada una de las clases.

Dictador el maestro, dictadores los pupilos…

A continuación presento el artículo de la periodista guayaquileña Gabriela Calderón, publicado en el diario El Universo de mi país Ecuador (10 de abril 2007).

Muy atinado el artículo. Especialmente cuando los dictadores Correa y Chávez venden a la colectividad la idea de que son los sucesores del libertador Simón Bolívar. Bueno, lo son: ¡dictador el maestro, dictadores los pupilos! 


Bolívar no era un demócrata

Por Gabriela Calderón
Editorialista de
El Universo (Ecuador)

“El presidente de la República viene a ser en nuestra Constitución como el sol que, firme en su centro, da vida al universo. Esta suprema autoridad debe ser perpetua”. —Simón Bolívar. Lima, 25 de mayo de 1826.

Uno de los mitos más difundidos en Latinoamérica es que el “Libertador” era un demócrata.

Como guayaquileños debemos conocer que aunque este enigmático hombre puede haber sido el “Libertador” para gran parte de América Latina, fue lo contrario para nuestra ciudad. Esta aclaración es necesaria, sobre todo, cuando nuestro alcalde Nebot anda citando precisamente al personaje que nos anexó a la fuerza a su fracasada Gran Colombia. Para la próxima sería más apropiado que cite a José Joaquín de Olmedo, cuando esté hablando de defender los intereses de Guayaquil.

En 1822, Bolívar dio instrucciones a Sucre de utilizar la fuerza militar, si era necesario, para anexar a Guayaquil. En una carta a San Martín –luego de que este había pedido que se respete la voluntad del pueblo guayaquileño con respecto a su destino– le dijo: “Yo no creo que Guayaquil tenga derecho a exigir de Colombia (Gran Colombia) el permiso para expresar su voluntad”. Y a Olmedo le dijo que la Gran Colombia nunca permitiría que Guayaquil se incorpore a otro país —todo esto, sabiendo que la voluntad de los guayaquileños favorecía anexarse con el Perú, o incluso la independencia antes de ser anexados a la Gran Colombia.

En una carta dirigida a Francisco de Paula Santander, el entonces vicepresidente de la Gran Colombia, Bolívar reconoció que fue por respeto a la fuerza militar de la Gran Colombia que el gobierno guayaquileño de ese entonces cedió. El “Libertador” reemplazó el gobierno constitucional y legal que existía en la ciudad porteña con un régimen militar.

Bolívar no era muy democrático en su forma de gobernar. Esto no lo deduzco solamente de sus escritos, sino también de lo que historiadores del mismo siglo decían de Bolívar, notablemente entre ellos, Carlos Marx (el del Manifiesto comunista, no el del SRI). Marx consideraba a Bolívar un buen imitador de Napoleón Bonaparte y dijo de Bolívar: “Su dictadura pronto evidenció una anarquía al abandonar los asuntos más importantes en manos de favoritos, quienes malgastaron los fondos del país y luego recurrieron a medios abominables para reponerlos”.

Bolívar tenía un concepto muy extraño de democracia. Él creía que los pueblos sudamericanos no podían practicar virtudes democráticas como los europeos. Cuando en Bolivia se le presentó la oportunidad de escribir una Constitución, Bolívar la aprovechó para escribir una a su medida: presidencia vitalicia (él), senadores hereditarios, diputados elegidos por el pueblo y “censores” con el deber de “proteger la moral, las ciencias, las artes, la instrucción y la imprenta”.

“Si esto no es legítimo es al menos popular y, por lo mismo, propio de una república eminentemente democrática”, le dijo Bolívar a Francisco de Paula Santander cuando este se opuso a que la Constitución “democrática” de Bolivia fuese aplicada a la Gran Colombia.
¿Cómo se puede creer que alguien que asumió poderes dictatoriales en Caracas en 1813, en Angostura en 1817, en Lima en 1824 y luego en Bogotá en 1828 era un demócrata?

Álvaro Vargas Llosa dice que Bolívar encarnó el “pecado original” de las repúblicas latinoamericanas: “El elitismo, el totalitarismo, y una pasión desmesurada por lo que nosotros conocemos como la construcción social”.

“Alerta, la espada de Bolívar está pasando a través de América Latina”, dijo nuestro Presidente en su discurso de inauguración. Como ecuatorianos (y más aún como guayaquileños) que todavía creemos en la democracia constitucional y en la República, verdaderamente tenemos que estar muy alertas.

Infinito Absoluto

 ¿Por qué no usaron una letra griega para referirse al infinito más pequeño? No sé exactamente la historia pero fue el matemático Georg Cantor, de ancestros judíos sefardíes, a quien se le ocurrió esta cosa exótica. El es el padre de la Teoría de Conjuntos sin la cual hoy sería inconcebible crear matemática. Quizá su inconciente le jugó una agradable pasada…  


Llegué a ser matemático como de rebote. Estudié en un colegio técnico y me gradué de técnico en electrónica. ¡Si supieran mis ex-profesores que ahora me complico hasta para cambiar la bujía de mi lámpara! Un profesor mío, el Ing. Martínez, me dijo que me estaba engañando con la Electrónica, ¡que sería un fracaso! "Vaya" -me dijo – "a ese edificio de allá… vaya al séptimo piso y diga que yo le envío. Me agradecerá después de unos años". El tenía razón pero no dejó de ser una decepción para mi promegitor: "¿matemático? ¿para qué? ¿por qué?".

Todos los estudiantes partimos sabiendo ya el alfabeto griego pues en el plan común (para estudiantes de ingeniería, física y matemátia) nos alimentábamos diariamente de él. Y recién al final de la carrera apareció la única letra hebrea que es comunmente conocida por los matemáticos: Alef

Fueron un deleite los cursos que tomé al final de mi carrera, Lógica Superior y Teoría de Conjuntos, pues son materias que tienen un toque de misticismo – conectan inevitablemente a la Ciencia con la Religión.

Resulta que para poder hablar del infinito (con minúsculas) uno necesita referirse a conjuntos (i.e. colecciones de objetos) cuyo tamaño sea por lo menos Alef sub cero. Hay conjuntos que son estrictamente más grandes que otros pero el conjunto infinito de menor tamaño tiene tamaño Alef sub cero. Por ejemplo, el conjunto de los enteros positivos: 1,2,3,… tiene tamaño Alef sub cero.

¿Por qué no usaron una letra griega para referirse al infinito matemático más pequeño? No sé exactamente la historia pero fue el matemático Georg Cantor, de ancestros judíos sefardíes, a quien se le ocurrió esta cosa exótica. El es el padre de la Teoría de Conjuntos sin la cual hoy sería inconcebible crear matemática. Quizá su inconciente le jugó una agradable pasada… Como si la Mano Invisible hubiera dejado un rastro que apuntaba hacia el Infinito (con mayúscula)…

 Si Alef sub cero es el menor infinito matemático, ¿cuál es el que le sigue? La respuesta es Alef sub 1, la potencia del continuo, el tamaño correspondiente al conjunto de los números reales – aquellos que se pueden escribir con cifras decimales. Y entonces, el siguiente es Alef sub 2, Alef sub 3, etc. ad infinitum

Pero entonces surge la pregunta (la famosa paradoja de Cantor), ¿existe un conjunto que sea el más grande de todos? Equivalentemente, ¿existe algo como Alef sub infinito? Planteadas las cosas de manera ingenua o inocente – como fue en los principios de la Teoría de Conjuntos – esto podría traducirse a ¿existe el Infinito? o sea ¿existe Dios?

La matemática no alcanza para resolver este dilema. De hecho para poder mantener viva a la Teoría de Conjuntos, fue necesario axiomatizarla, esto es, establecerle límites de manera que sea consistente consigo misma, para que no sea como un perro que se muerde la cola por sus propias contradicciones. A esta Arca de Noé nos subimos los matemáticos para seguir pensando como científicos – seres humanos supuestamente iluminados por el conocimiento, que buscan la verdad pero que usualmente tienen un mar de prejuicios (el principal de cuales es la negación del Infinito Absoluto).  

Pero mientras progresa más y más la ciencia, más y más evidencias de la Mano Invisible aparecen. ¿Que dice la Teoría del Bing – Bang? ¡¡Dice que simplemente hubo un principio (del espacio-tiempo)!! ¿Quiere decir entonces que para alcanzar el conocimiento del primer versículo del Génesis se necesita tener una mente de un Einstein o un Hawkins? ¡No! El mismo Génesis habla del primer hombre que a partir de su intelecto (sin ser un alquimista o científico) usó la lógica y el razonamiento para no sólo darse cuenta de que hubo un comienzo sino que, de hecho, este estallido fue provocado por la Fuerza Sustentadora del Universo. Y que casualidad: este primer hombre que alcanzó esta sublime concepción fue el primer hebreo, Abraham – ¡cuyo nombre empieza con la letra Aleph!

Una vida, Un Dios, Una humanidad…

Todo número elevado a la cero, da como resultado UNO; lo que explica en cierta medida que la Nada y el Todo resultan en una Unidad inseparable.

Shemá Israel Ad-nay Elokenu, Ad-nay EJAD

 

Monoteísmo y Revelación

El monoteísmo es la forma más evolucionada de practicar la espiritualidad, siendo ésta forma la única en la que impera la conciencia absoluta de la existencia de Dios (Dios como Unidad inseparable, incalificable y absolutamente inentendible por la conciencia humana).

Este Dios, Uno, Único, sin par, sin divisiones, sin aditamentos, sin calificativos que puedan explicarlo, sin ciencias y complejas teologías que escriban su historia, ha llegado a conocerse por medio de la Tradición.

La etimología de Tradición halla sus raíces en el vocablo latín tradere, que significa entregar y en el sentido más religioso puede significar, si así se quiere, Revelar.

Podemos concluir de esto que el Uno y Único se ha revelado a la humanidad, más sin embargo, esto nos presenta una nueva incógnita: ¿cuál es el fin?

Para conocer éste proceder debemos indagar en aquello que ha sido entregado; pues la Tradición es el manual.

La Torah, que es la Tradición, nos adentra en lo que queremos investigar: el propósito de la revelación de D’ a la humanidad. Veamos:

En el principio creó Dios los cielos y la tierra

Aquí hay un claro indicio; si Él es creador de todo, el NO creado, Padre (en el sentido metafórico) de TODO y Señor (en el mismo sentido) de la NADA, entonces existe una razón por la cual Él se ha revelado a nosotros (Su creación). Ésta revelación no es otra cosa que una conciencia interior de Su existencia. Esto a nosotros (los humanos) se aplica cuánto más conocemos y profundizamos en la Tradición.

Hagamos un hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza…

Si el resto de la creación es en esencia parte del pensamiento (figurativamente) de Él, nosotros somos más que pensamiento, somos además tselem y demut, Maimónides, en su obra "Guía de los Descarriados", distingue dos conceptos: tselem (forma) y demut (semejanza), de tóar (aspecto) y tavnit (configuración). Tóar y tavnit expresan la figura material, mientras que tselem y demut la forma espiritual. La Torah, al indicar tselem y demut define el espíritu y nos confronta con uno de los principios básicos de la tradición. No es posible elevarse a Dios por medio de la materia, tóar y tavnit, (ver Isaías 44: 13) y sí por medio del espíritu.

Esto explica una segunda razón para la Revelación; además de provenir del pensamiento del Eterno, somos criaturas que poseen la capacidad de conocer su origen (la Voluntad de Dios).

Ahora bien, esta casi claro el cómo comprendemos la Revelación, pero no hemos avanzado en el por qué.

Si ahondamos en esta pregunta conoceremos que al primer hombre fueron dadas una serie de instrucciones, que perseguían el propósito de mantener un orden, la armonía.

Y dijo Dios: Haya luz, y hubo luz”  

La primera orden que Él emite en la creación tiene como fundamento sustancial la armonía, el equilibrio. D’ no elimina el vacío (la oscuridad), sino que separa la misma de la Luz y es entonces cuando comienza a haber vida.

De aquí podemos intuir que mediante el orden, la armonía, el equilibrio, surge de manera espontánea la vida: el nacer, el crecer y el crear.

Hasta aquí hemos respondido en parte el por qué: “la Revelación Es por el orden, por la armonía, por la vida”.

De esta conclusión podemos extrapolar un mensaje tácito: La Revelación es para el aquí y el ahora, para la construcción de Este Mundo, para la edificación de Esta Vida.

Ahora pues, comprendemos el sentido del monoteísmo.

La acción monoteísta no es una religión, una moda, una forma de pensar, una teoría, una teología, no es un pensamiento superfluo, no es para teorizarse y escribirse, nada más, es en profundidad una conciencia de lo que somos, del por qué somos y del para qué estamos.

Somos una raza única, como Único es Él, somos porque así lo quiso Él y estamos para VIVIR.

Según la Wikipedia, vida se puede definir como la estructura molecular capaz de establecer un soporte material de transferencia energética homeostática, cuando es estimulada por el medio en condiciones favorables.

En palabras menos científicas: vivir es la actitud dinámica de un ser que busca un equilibrio en el ambiente interno, favorecido éste por el medio en condiciones adecuadas.

Esto es vida en el sentido meramente biológico, pero esto aplica al resto de los planos que conforman al ser humano (además del físico, el emocional, el social, el intelectual y el espiritual).

De lo anteriormente expuesto podemos concluir que el monoteísmo es, además, la herramienta más completa que usa el ser humano para vivir (en todos sus planos).

 

Homocentrismo Monoteísta

Sabemos ya que el monoteísmo no persigue solamente el Culto a Un Dios, si bien es cierto que la palabra monoteísmo indica claramente que es la creencia religiosa que afirma la existencia de un solo Dios (Génesis 1:1), y por ende la Adoración a éste Único. Las instrucciones que da el verdadero monoteísmo (a veces confundido con monolatría) poseen, a grandes rasgos, el Homocentrismo.

Tenemos que el primer mandamiento dado a Adán fue el dar vida, tanto en el plano físico (multiplíquense) como en el plano etéreo (fructifiquen).

Luego podemos notar que cinco de los siete mandamientos noajidas están dirigidos al hombre como figura central (No robar, no asesinar, mantener una sexualidad sana, mantener el cuidado en la alimentación y respetar la integridad de los animales y establecer un sistema legal y jurídico)

Claro está que este Homocentrismo es Monoteísta; y no nada más homocentrista (ya que esto sería ateísmo) ni solamente monoteísta (ya que esto sería monolatría)… recordemos que el equilibrio es fundamental en la vida.

Aquí esta la diferencia entre el Islam/Cristianismo y el Judaísmo/Noajismo.

Esperemos que muchos más dejen de rendirle culto a la muerte (¿salvífica?), y comiencen de una vez por todas a ser libres y vivan, vivan a plenitud.

El poder de la sonrisa

Una sonrisa tiene valor desde el comienzo en que se da,  si crees que a ti la sonrisa no te aporta nada, sé generoso y da la tuya, porque nadie tiene tanta necesidad de la sonrisa como quién no sabe sonreír.

La sonrisa es la luz de nuestro rostro, lo que nos abre muchas puertas, la que genera aptitudes positivas y la que nos alisa el camino para llegar a los demás.

Incluso, la sonrisa puede mermar el efecto de algún error o equivocación que tengamos.

Sonríe aunque sea una sonrisa triste, porque más triste que la sonrisa triste, es la tristeza de no saber sonreír.

Los invito a aprender de una bella historia llamada

                              El atardecer de la Vida

Allí estaba… sentado en una banqueta, con los pies descalzos sobre las baldosas rotas de la vereda,; gorra marrón, manos arrugadas sosteniendo un viejo bastón de madera, pantalones que arremangados dejaban libres sus pantorrillas y una camisa blanca, gastada, con un chaleco de lana tejido a mano. El anciano miraba a la nada…

Y el viejo lloró, y en su única lágrima expresó tanto, que me fue muy difícil acercarme a preguntarle, o siquiera consolarlo. Por el frente de su casa pasé mirándolo , al voltear su mirada la fijó en mí, le sonreí, lo saludé con un gesto, aunque no cruce la calle…no me animé, no lo conocía, y si bien entendí que en la mirada de aquella lágrima se mostraba una gran necesidad, seguí mi camino , sin convencerme de estar haciendo lo correcto.

En mi camino guardé la imagen, la de su mirada encontrándose  con la mía. Traté de olvidarme. Caminé rápido como escapándome. Compré un libro y, ni bien llegué a mi casa, comencé a leerlo, esperando que el tiempo borrara esa presencia…pero esa lágrima no se borraba…

Los viejos no lloran así por nada, me dije. Esa noche me costó dormir, la conciencia no entiende de horarios, y decidí que a la mañana volvería a su casa y conversaría con él, tal como entendí que me lo había pedido. Luego de vencer mi pena, logre dormir.

Recuerdo haber preparado un poco de café, compré galletas, y muy de prisa fui a su casa convencido de tener mucho por conversar. Llamé a la puerta, cedieron las rechinantes bisagras y salió otro hombre.

¿Qué desea?, preguntó, mirándome con gesto adusto.

Busco al anciano que vive en esta casa.

Mi padre murió ayer por la tarde, dijo entre lágrimas.

¿Murió?, dije decepcionado. Las piernas se me aflojaron, la mente se me nublo y los ojos se me humedecieron.

¿Y usted quién es?, volvió a preguntar.

En realidad nadie, contesté. Y agregué: ayer pasé por la puerta de su casa, y estaba su padre sentado, vi  que lloraba y, a pesar de que lo saludé, no me detuve a preguntarle  qué le sucedía… hoy volví para hablar con él, pero veo que es tarde.

No me lo va a creer pero usted es la persona de quién hablaba en su diario.

Extrañado por lo que me decía, lo miré pidiéndole más explicación.

Por favor, pase me dijo aún sin contestarme.

Luego de servir un poco de café, me llevó hasta donde estaba su diario, y la última hoja rezaba:

           Hoy me regalaron una sonrisa plena y un saludo amable…hoy es un día bello…

 

(Autor desconocido)

Una sonrisa significa mucho. Enriquece a quién la recibe sin empobrecer a quién la ofrece.

Dura un segundo pero su recuerdo, a veces, nunca se borra.

 

Norma Medina

Unamos nuestros pedidos al Eterno por nuestro colegio

Queridos hermanos noájidas, como ya hemos publicado el primer colegio noájida del mundo (del que tengamos conocimiento al menos) está en peligro de ser cerrado.
El mismo se encuentra en la ciudad de Viña del Mar, Chile, y cuenta con un gran número de estudiantes.
Es un hermoso trabajo y un gran proyecto para el futuro.
Pero, los enemigos del Eterno están trabando el desarrollo del colegio, ponen impedimentos, y encontraron la forma de que por motivos económicos el colegio cierre.
Así pues, precisamos unos 40.000 (cuarenta mil) dólares para mantenerlo abierto y que sea un motor de luz y bendición, no solo para los que concurren a él, sino para todos los noájidas de la región y el mundo.
Sabemos que es mucho dinero, pero confiamos en el Eterno y sabemos de la buena disposición de las personas de bien del mundo.
Entonces, les propongo que además de buscar en el plano material y social los fondos económicos, unámonos en plegaria ante el Eterno, para que desde Arriba surja la solución.
Recitemos los tres salmos que citaré a continuación, con todo fervor, desde el corazón, con la conciencia centrada en que el Eterno oiga nuestros ruegos y nos bendiga con una solución favorable.
Mientras tanto, sigamos haciendo lo posible no solamente para el colegio, sino para sostener a FULVIDA y para expandir el mensaje de vida y luz del noajísmo.

"[Al músico principal. Salmo de David] ¿Hasta cuándo, oh Eterno? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí?
 ¿Hasta cuándo tendré conflicto en mi alma, y todo el día angustia en mi corazón? ¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí?
¡Mira; respóndeme, oh Eterno, Elokim mío! Alumbra mis ojos para que no duerma de muerte.
No sea que mi enemigo diga: ‘¡Lo vencí!’ Mis enemigos se alegrarán, si yo resbalo.
Pero yo confío en Tu misericordia; mi corazón se alegra en Tu salvación.
Cantaré al Eterno, porque me ha colmado de bien."

(Tehilim / Salmos 13:1-6)

" [Salmo. Cántico para el día de shabbat]
Bueno es alabar al Eterno, cantar salmos a Tu nombre, oh Altísimo.
Bueno es anunciar por la mañana Tu misericordia y Tu verdad en las noches, con el arpa de diez cuerdas y la lira, con el tono suave del arpa.
Ciertamente me has alegrado, oh Eterno, con Tus hechos, grito de gozo por las obras de Tus manos.
¡Cuán grandes son Tus obras, oh Eterno! Muy profundos son Tus pensamientos.
El hombre necio no sabe, y el insensato no entiende esto:
que los impíos brotan como la hierba, y que todos los que hacen engaños florecen para ser destruidos para siempre.
Pero tú, oh Eterno, para siempre eres el Altísimo.
Porque he aquí Tus enemigos, oh Eterno; porque he aquí, Tus enemigos perecerán. Serán dispersados todos los engañadores.
Pero Tú enaltecerás mi poder como el de un toro salvaje, y sobre mí verterás aceite fresco.
Mis ojos mirarán sobre mis enemigos; mis oídos oirán de los malhechores que se levantaron contra mí.
El justo florecerá como la palmera; crecerá alto como el cedro en el Líbano.
Plantados estarán en la casa del Eterno; florecerán en los atrios de nuestro Elokim.
Aun en la vejez fructificarán. Estarán llenos de savia y frondosos, para anunciar que el Eterno, Mi roca, es recto, y que en Él no hay injusticia."

(Tehilim / Salmos 92:1-16)

"Amo al Eterno, pues ha escuchado mi voz y mis súplicas, porque ha inclinado a mí Su oído. Por tanto, Le invocaré todos mis días.
Me rodearon las ataduras de la muerte; me encontraron las angustias del Sheol. En angustia y en dolor me encontraba.
Entonces invoqué el nombre del Eterno, diciendo: ‘¡Libra, oh Eterno, mi vida!’
Clemente y justo es el Eterno; sí, misericordioso es nuestro Elokim.
El Eterno guarda a los ingenuos; estaba yo postrado, y Él me salvó.
Vuelve, oh alma mía, a tu reposo, porque el Eterno te ha favorecido.
Porque Tú has librado mi vida de la muerte, mis ojos de las lágrimas y mis pies de la caída.
Andaré delante del Eterno en la tierra de los vivientes.
Creí; por tanto, hablé, estando afligido en gran manera.
Y dije en mi apresuramiento: ‘Todo hombre es mentiroso.’
¿Qué daré al Eterno por todas sus bendiciones para conmigo?
Alzaré la copa de la salvación e invocaré el nombre del Eterno.
Cumpliré mis votos al Eterno delante de todo su pueblo.
Estimada es en los ojos del Eterno la muerte de sus fieles.
Escúchame, oh Eterno, porque yo soy Tu siervo; soy Tu siervo, hijo de Tu sierva. Tú rompiste mis cadenas.
Te ofreceré sacrificio de acción de gracias e invocaré el nombre del Eterno.
Cumpliré mis votos al Eterno delante de todo su pueblo, en los atrios de la casa del Eterno, en medio de ti, oh Ierushalaim [Jerusalén]. ¡Alaben al Eterno [Aleluia]!"

(Tehilim / Salmos 116:1-19)

Doce caracterí­sticas básicas de un noájida tí­pico

Noájida

Confía solamente en el Eterno, que es el Padre celestial, que es el Creador del universo, que es el Dios Uno y Único, que es el Dios que liberó a los Hijos de Israel, que es el Dios que les entregó directamente a todo el Pueblo judío presente Su perfecta e inmutable Torá. No pone su fe en dioses humanos, ni en dioses ajenos, sino que solamente en Aquel que se manifestó a ciencia cierta delante de TODO el pueblo judío.

Se rige por un simple y estricto código que se basa en la justicia, la bondad, la verdad y la fidelidad. Acata las disposiciones de sus líderes, siempre y cuando no contradigan el código de conducta que proviene de la Torá, tal cual es iluminada por los Sabios verdaderos de Israel. No acepta como verdad espiritual ninguna palabra de otros libros que se hacen llamar «sagrados» y que son base de religiones del mundo.

Se concentra en la vida. Trabaja con libertad, ánimo, coraje, valentía, alegría en la construcción de Este Mundo, con la confianza de que está sembrando los buenos frutos que recogerá en el Mundo Venidero. La muerte es un hecho ineludible al final del camino, por el cual no hay que preocuparse, ya que el Padre celestial le ha dado la vida para que la desarrolle a plenitud. Por tanto, no teme a la muerte, no ronda en su mente todo el tiempo la idea de la muerte, no se dedica a «salvarse», no indaga con ansiedad y angustia al respecto de «cielos e infiernos», pues tiene certeza absoluta de que su cielo y su infierno dependen de sus obras en Este Mundo. Vive a plenitud, en la medida de sus posibilidades, pues confía en la Justicia y Amor del Padre celestial.

Escoge el camino por el cual andará de acuerdo a su libre albedrío, pues confía en que Dios le ha provisto de la capacidad para tomar buenas decisiones. Para actuar con corrección debe estudiar de buenas fuentes y analizar con madurez, para aprender cada vez mejor lo que es correcto. NO pasa su vida aterrorizado por el futuro. Sus líderes NO le amenazan constantemente con el infierno, castigos, tormentos, maldiciones, y otros sufrimientos inconsolables. NO achaca todos sus males a satanases y demonios, a enemigos materiales o etéreos. Sus maestros y líderes NO le exigen total sumisión ni obediencia ciega.
Por el contrario, el noájida puede y debe dialogar, preguntar, criticar con mesura, exponer sus puntos de vista, votar en las decisiones trascendentes de su comunidad, etc.

Colabora maduramente con sus hermanos judíos, pues entiende que cada uno tiene su lugar y su rol. El Eterno ha escogido a Israel para ser la nación santa, el reino de sacerdotes. Por tanto, no ataca a los judíos, no los aborrece, no los quiere suplantar, no quiere robarles su identidad única.
Con sus hermanos noájidas es solidario, colaborador, un amigo fiel, un compañero que no hace depender su ayuda o cariño de las creencias del otro.
Respeto y admisión del otro son sus patrones normales de conducta.

Predican con su acción acorde a los preceptos que Dios ha dado. NO predican con palabras altisonantes, incoherentes, carentes de fundamentos. NO envuelven con palabras complejas, que finalmente no quieren decir nada. JAMÁS amenazan, acusan, agreden, confunden, demandan furiosamente, ni apelan al sentimentalismo barato en procura de manipular a su audiencia. No dan dádivas o caridad como mecanismo para atraer adeptos, ni abusan del prójimo.

Su vida es simple, equilibrada, armoniosa. No rehuyen de los placeres, ni tampoco de sus deberes. Son responsables y comprometidos con la realidad. Carecen de rituales obsesivos, o de actos supersticiosos, o de objetos fetiches.

No tienen dogmas ni doctrinas irracionales. Están libres de doctrinas  faltas de racionalidad o carentes de valor espiritual. NO repiten lemas huecos, ni consignas de los jefes, ni frases rebuscadas pero ridículas, ni versículos fuera de contexto. Sino que desarrollan su intelecto, canalizan sus emociones, cultivan su espíritu en todos los planos que Dios nos ha dado.

Sus líderes viven de su trabajo honrado. No parasitan a los miembros de su comunidad, no amenazan con el infierno para conseguir «diezmos» u otras dádivas.
En caso de recibir sueldo de su comunidad, es un ingreso justo, de acuerdo a la tarea que realiza y al contrato laboral que la comunidad acepta abonar, tal como se paga a un secretario, a un gerente, a limpiador, etc.

La familia es un pilar fundamental. El respeto y aprecio por el cónyuge, el esmero por criar correctamente a los hijos, la unidad familiar, etc. No se abandona a la familia para correr a la «iglesia», ya que el centro de la comunidad noájica es la familia.

No acepta la discriminación negativa, el sexismo, los abusos de poder, las teocracias, el totalitarismo, la corrupción, ni cualquier otra manifestación del extravío del individuo y/o la sociedad. Dentro de la legalidad lucha para establecer justicia.

Son ciudadanos respetuosos y leales de su patria, pues es su deber espiritual participar de la vida pública para que la justicia sea establecida y sostenida.


Te ruego que hagas un ejercicio interesante.
Con total honestidad elabora una lista paralela a la que te he presentado, pero que en lugar de reflejar a un típico noájida, defina a un típico seguidor de Jesús, en cualquiera de sus miles de vertientes (católico, evangélico, bautista, falso judío mesiánico, falso judío netzarita, trinitario, unitario, etc.).
Luego, si lo deseas coméntame lo que has descubierto.
¿Te parece?

DERRIBA A TU GIGANTE primera parte

“Y metiendo David la mano en la bolsa, tomó de allí una piedra y la tiró con la honda, e hirió al filisteo en la frente, y quedó hincada la piedra en su frente; y él cayó sobre su rostro en tierra. De esta suerte David prevaleció sobre el filisteo con una honda y con una piedra, e hirió al filisteo y le mató; mas no había espada en manos de David” (1 Samuel 17: 49-50).

 

Escarbemos en esta milenaria historia los principios que aplicó David para enfrentar y vencer al gigante Goliat y utilicémoslos para derribar y vencer aquello que nos desafía e insulta.

 

Introducción:

Cuando hablamos de gigante, nos referimos a todas aquellas situaciones adversas y conflictivas que llegan a nuestras vidas vestidas de crisis y desafían e insultan nuestras capacidades, nuestra dignidad y nuestra humanidad. Muchos, al no saber cómo enfrentar y desenvolverse en estos escenarios, caen devorados ante dichos retos, y terminan su carrera existencial plagados de amarguras, confusión y pena.

Ese gigante puede tomar forma de crisis familiar, vicios (del cuerpo o del alma), deudas, una enfermedad crónica, una relación sexual impropia, un conflicto legal (justo o injusto), una amistad rota, una confrontación vecinal, entre otras luchas.

No sueñes (por favor, no lo hagas) que tú nunca tendrás problemas, que la vida es para “gozarla”, sin preocupaciones y sin las sombras de la adversidad. Esto es simplemente una fantasía, o una utopía, que a la final entorpecerá tu avance en el camino de la vida. Las luchas propias del ser humano, sus conflictos y adversidades son parte del estar vivos.

El secreto para trascender estas vicisitudes no radica en negar la realidad de dichas crisis (esta es la postura de los “triunfalistas” de oficio, los promotores de la ciencia de la negación, que inducen a sus víctimas a negar la realidad del dolor), sino, antes bien, en reconocerlas y enfrentarlas con sabiduría, inteligencia y conocimiento. Como ven, todo es cuestión de carácter y de desarrollar una perspectiva adecuada de la vida.

Los principios que David aplicó para vencer al gigante Goliat tienen vigencia y pueden ser practicados en cualquier situación y por todos aquellos hombres y mujeres que hoy están siendo desafiados e inquietados por circunstancias difíciles, independientemente de su raza o condición social.

He aquí las tácticas espirituales que empleó David para vencer a Goliat y propinar una estrepitosa derrota a todo el ejército de los filisteos.

Si quieres vencer a tu gigante:

1. No te dejes impresionar por lo complicado de la situación:

Goliat media casi tres metros de altura. La coraza que llevaba en su bestial cuerpo pesaba cincuenta y cinco kilos. La punta de su lanza pesaba cerca de siete kilos (tenía el poder de atravesar un búfalo). Además, estaba armado con espada, lanza y jabalina, es decir, estaba totalmente blindado. Su armadura completa superaba los setenta kilos. Parecía invencible, indestructible, imposible de superar. Desafió a todo el ejército del rey Shaúl. No obstante, David prevaleció en contra de esa mole humana y lo venció, provocando, a su vez, la derrota del ejército filisteo. ¿Cuál fue la óptica de David respecto al “problema” que tenía al frente? No se dejó impresionar por las trabas y complicaciones que prevalecían a la vista de los demás. Miró más allá. Vio la posibilidad de vencer y lo hizo.

Amigo mío, quizá el escenario en el que hoy te encuentras sumido pareciera que es “un reto imposible de superar”. Incluso, has llegado a pensar (o hasta creer) que este es “el destino que el cielo te trazó” y que, por consiguiente, nada puedes hacer para superarlo. Te encuentras desesperado, sin ganas de seguir luchando (ni viviendo). Pero, déjame decirte con fuego en mi corazón: ¡tú puedes superar y trascender cualquier obstáculo que tengas frente a ti! Nada resulta ser indestructible en esta tierra. No hay situación adversa que haya sido etiquetada como “imposible de vencer”. Por lo tanto, renueva hoy mismo tus fuerzas; siéntate y precisa el plan a seguir. Establece las estrategias propias de tu situación. Impresiónate por las capacidades y cualidades que hoy están dormidas en ti, mas no por lo rudo del problema.


Si quieres vencer a tu gigante:

2. No te dejes influenciar negativamente por el ambiente de temor y espanto que se mueve en tu rededor:

Dice la Torá: “No seguirás a los muchos para hacer el mal” (Éxodo 23: 2). Este es uno de los principios fundamentales que debe distinguirte en tu generación. La mayoría no siempre tiene la razón. El colectivo no siempre debe marcar la pauta en tu vida. Para ello, debes entender los tiempos, los momentos propios de cada día, los aires que se respiran en el ambiente, para que nada impuro o perniciosos penetre solapadamente en ti. Este concepto fue para David imprescindible a la hora de alcanzar la victoria. Cuando llegó al campamento de Israel, todo era caos, confusión y queja. David muy fácilmente pudo haber sucumbido ante esa crisis colectiva. Sin embargo, vemos que no fue así. Miró más allá de la tormenta. Abrió sus ojos espirituales y percibió una clarísima posibilidad de luchar contra el “gigantón” y vencerlo. Esto fue lo que lo influyó; no los gritos desafiantes del intruso, ni los ruidos de derrota que se habían anidado en las mentes de los soldados de Dios. Como puedes ver, todo depende de la óptica con la que miras los conflictos. Esto determinará tu manera de concebir y enfrentar la batalla.

Las histerias colectivas no deben arrastrarte a sus tenebrosas aguas. Las presiones, zozobras y angustias que padece esta “modernísima” sociedad no deben sacarte del juego, ni muchos menos, llevarte a la bancarrota. Vamos, soldado de Dios, ¡trasciende! Elévate cual águila por encima de los rayos y las tormentas que tratan de anegar tu embarcación. Tú tienes con qué. Sólo esfuérzate y decídete a combatir hasta obtener la victoria.

           

Si quieres vencer a tu gigante:

3. No te dejes encarcelar por los sentimientos de inferioridad ni de indignidad:

Esto se extrae de la actitud que los hermanos mayores de David tuvieron hacia el joven David. Lo menospreciaron, por su tierna edad, o por su “inexperiencia” en asuntos militares (Véase 1 Samuel 17: 12-14; 26-30). Aún el rey Shaúl lo tuvo en poco (Véase 1 Samuel 17: 32-33), y ¡cómo duelen los desprecios de un líder! A esta lista de menospreciadores se sumó el mismo gigante, que no paraba de burlarse del dulce cantor de Israel (Véase 1 Samuel 17: 42). Sin embargo, David no se achantó ante semejantes posturas. Él sabía quién era, y esto bastó para derribar a aquél que tenía aterrado a toda una guarnición.

Debes tener bien claro cuál es tu posición ante la vida, y quién eres tú en tu generación, si quieres prevalecer ante los obstáculos. Lo peor que te puede pasar es asumir una posición y una actitud de indignidad, esto es, sentirte “poca cosa”, “un bueno para nada”, “un ser inútil y sin valor ante los demás”. Los resultados, por adoptar esta clase de pensamientos, han sido del todo nefastos: Sueños abortados, decisiones locas, crímenes, divorcios, suicidios y toda una lista de cruentos hechos que traen al mundo desequilibrio y desorden en todos los sentidos.

 

Alfredo Zambrano G.

admin@fulvida.com

Feliz séptimo – Vaikrá

En la lectura del profeta que acompaña a la lectura prescrita de Torá que los judí­­os debemos hacer en Shabat, el profeta Isaí­­as anuncia la Palabra eterna y refrescante del Padre Celestial:

«He borrado como niebla tus rebeliones, y como nube tus pecados.
Vuelve a Mí­­, porque Yo te he redimido.»

(Ieshaiá / Isaí­­as 44:22)

Ningún pecador está desamparado, ya que siempre está el Padre celestial esperando para que el pecador «vuelva a Dios», es decir, se arrepienta sinceramente.
Cuando ese arrepentimiento total y sincero se produce, todas las perversiones, pecados y errores del pasado son borrados, son evaporados, tal como se disipa la nube de la tormenta cuando el poderoso viento actúa.
Aquellos actos negativos de los que uno se arrepiente de verdad, quedan en el olvido, en el pasado muerto.
La perfecta memoria celestial los quita, para que no interfieran más, para que no sigan dañando y perjudicando.
Tal es el poder maravilloso del arrepentimiento sincero.
Nosotros no podemos llegar a comprender como se produce este misericordioso proceso, ya que solamente el Altí­­simo tiene el conocimiento de ese secreto trascendental (Ieshaiá / Isaí­­as 55:8). Pero, nosotros tenemos confianza en que esto ocurre, ya que el Eterno no es hombre que mienta, ni mortal para olvidar Sus promesas (Bemidbar / Números 23:19).
La palabra del Eterno es eterna, es certera, no defrauda, tal como dijo el profeta:

«la palabra de nuestro Elokim permanece para siempre.»
(Ieshaiá / Isaí­­as 40:8)

Nosotros podemos aprender para nuestra vida dos enseñanzas muy grandes:

  1. Que el Padre celestial nos ama y nos tiene paciencia. No importa que tan lejano estemos, ni que tan equivocados hayamos andado en nuestras vidas, Él está ahí­­, siempre a nuestro lado aguardando a que Lo queramos abrazar. 
    Espera y se mantiene como vigí­­a atento, sin dormirse, nos espera a que encontremos el camino correcto que nos conduce a Él. ¿Acaso lo despreciaremos?
  2. Tal como el Padre celestial hace, debemos hacer nosotros. Cuando alguien nos ha causado algún daño a causa de un acto incorrecto, pero se ha dado cuenta y nos ha pedido perdón y ha hecho algo para corregirse, entonces debemos hacer «borrón y cuenta nueva». Olvidar las cosas oscuras del pasado, para que de esa manera podamos tener una vida más luminosa ambos.
    Y si el error lo hemos cometido nosotros, tener la humildad para reconocerlo y la valentí­­a como para comprometerse a corregirlo.
    Y si el daño nos lo hemos causado a nosotros mismos, entonces, debemos aprender a perdonarnos, a no castigarnos, a amarnos, para que de esa manera tengamos la capacidad de recibir el amor que desde Arriba nos están enviando.

Creo que las dos enseñanzas son muy provechosas, y espero que las sepas disfrutar en tu vida.

Te deseo que tengas un feliz séptimo, en compañí­­a de aquellos a quienes amas.

PALABRAS CON MOTIVO DEL DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER – SEGUNDA PARTE

PALABRAS CON MOTIVO DEL DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER
ORADORA DE ORDEN LIC EVA YASMIN MARTINEZ DE RAMIREZ
Podemos entonces hablar de principios y derechos que siguen vigentes hoy día en la lucha revolucionaria que llevamos adelante en medio de adversidades y contraposiciones absurdas de un mundo masculino que no quiere reconocer en nosotras  las mujeres un potencial formador y trasformador de la sociedad. Principios de vida manifestados en la Paz, la igualdad, la libertad y la fraternidad de los pueblos, marcan la vida del principio socialista bolivariano que busca nuevamente la unidad e igualdad de América como un solo pueblo que somos. Seguir leyendo PALABRAS CON MOTIVO DEL DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER – SEGUNDA PARTE