Hay una interesante anécdota, que no podemos decir si es cierta o no, pero que es muy ilustrativa.
Resulta que, se enteró el famoso físico de que en un edición de Superman habían publicado algo parecido a: “Superman aceleró al doble del a velocidad de la luz”.
Ante este disparate, escribió a los editores de la revista una atenta misiva en la que les explicaba la imposibilidad de que, de acuerdo a su teoría de la relatividad, cualquier objeto con masa pudiera superar la velocidad de la luz.
Los editores se asesoraron y contestaron: “Estimado Dr. Einstein, agradecemos tanto su carta como su atención, pero nos permitimos recordarle que su Teoría de la Relatividad es solamente una teoría, en tanto que el hecho de que Superman vuele al doble de la velocidad de la luz es un hecho comprobado.”
Los seguidores de la idolatría, con la de Jesús (Yeshuah) a la cabeza, viven como una realidad su fantasía. Repiten insistentemente los mismos eslogans y lemas, como una manera de confirmar y comprobar la realidad que se han inventando.
Desprecian a los que somos fieles del Eterno, y que por tanto nos negamos a ensuciarnos con la idolatría.
Se creen dueños de la verdad y la salvación, pero solamente están presos de sus oscuras cárceles de mentiras y fantasías.
Sabemos que llegará la época en la cual los misioneros desaparecerán, que ya nadie cargará con la cruz/madero de ninguna rebelión en contra del Eterno.
Mientras tanto, es nuestro deber como judíos y noájidas mantenernos dentro de la Buena Senda, ser constructores de Shalom.
Aunque las masas llamen «teorías» o «viejos tesamentos» a nuestras concepciones espirituales.