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Una flor de siete petalos

Por: José Eduardo Oliveros Hernández

 
        Había una vez, hace
mucho tiempo, un mundo en donde Vivian los Colibríes y algunas otras aves, allí
habitaba un pequeño e inteligente Colibrí de hermoso plumaje color azul  llamado Joe, este era un joven e inexperto
pajarillo que nunca había libado o tomado el néctar de ninguna flor, su madre
una hermosa y sabia colibrí le dijo un dia: — Joe, tienes que salir al mundo a
tomar el néctar de las flores y cumplir con tu misión de colibrí que para eso
vinimos a este mundo. – pero busca una flor especial, que te de la vida–,
agrego la madre,– no busques cualquier flor—ve a los jardines mas allá de este
bosque y nunca dejes de buscar, pues algún dia podrías hallar la Flor que da la vida.–; Joe
había escuchado historias de los colibríes mas viejos acerca de una Flor que
daba la vida, pero sabia como todos que eran solo habladurías y fabulas de
pájaros viejos, — Puro cuento sin sentido–. Pensó.
 

        Pero un DIA como todos
los colibríes al fin a Joe le llego el momento de dejar su casa y salir a
buscar flores para libar y cumplir su misión de colibrí como decían todos los
viejos; — bah! Que gran fastidio, puros cuentos de pájaros viejos–, pensó
lleno de rabia y miedo ante un inmenso mundo que se abría ante él, — ¿quien
dice que tenemos la estupida misión de libar las estupidas flores?–; pero
igual se fue, se lanzo en vuelo hacia el mundo. Durante días, semanas y meses
recorrió bosques, libando flores aquí y allí y todas le parecían lo mismo y la
que hacia le parecía sin sentido, a medida que pasaba el tiempo fue creciendo
mas y madurando y vio que podía mover sus alas cada vez mas rápido. Un buen
dia, de “esos aburridos” que el llamaba, vio un enorme ave bien extraña y fea,
sin embargo no se asusto ni tuvo miedo, mas bien movido por su curiosidad se
acerco al enorme ave y le pregunto: — Oye, ¿Qué eres tú?–, –jamás había
visto nada igual de feo a ti—le dijo entre burlón y curioso; El enorme ave giro
su cabeza y mirándolo con unos enormes ojos le dijo: — Vaya, eres un colibrí
muy atrevido para ser un colibrí– –¿Cómo es que sabes que soy?—le pregunto
Joe sorprendido; — Yo se muchas cosas, he recorrido muchos sitios y lugares y
he aprendido mucho de todo– –Soy un Búho y algunos dicen que somos muy
sabios–; — Así que tu eres un Búho—Respondió el colibrí, –Había oído de
ustedes pero jamás había visto uno–, durante horas Joe y el Búho, que se
llamaba Beto, estuvieron hablando, luego su conversación se hizo habitual de
cada día, Beto le hablo al colibrí de los lugares y las cosas que había visto y
se convirtió en una especie de mentor o guía para Joe, un buen día el colibrí
le hablo sobre su misión en la vida como colibrí y sobre las flores, también le
menciono sobre la Flor
especial en la cual creían los viejos colibríes, su sorpresa no fue pequeña
cuando Beto le dijo: — No son cuentos mi pequeño amigo, esa flor existe, es la Flor que da la vida y la
sabiduría, el que la encuentra y descubre su secreto será sabio y feliz y jamás
estará triste porque será uno con el Gran Hacedor–; –¿Gran Hacedor?—pregunto
muy sorprendido Joe, –¿ Quien es ese Gran Hacedor?—Beto le explico que ese
“Gran Hacedor” era el que había puesto al bosque, a los ríos, a las flores y a
todos los demás animales; aves y no aves en donde estaban y que era el que daba
la vida, pero que no sabia mucho al respecto, que tendría que buscar el Jardín
en donde estaba esa Flor, Joe pensó por toda esa noche, muy asombrado y
extrañado por lo que había sabido, — Entonces todo es verdad,– Pensaba –
Entonces si existe–, pero también estaba consciente de que su amigo Beto no
podría ayudarle mucho ya que no sabia mucho al respecto, así que ese mismo día
decidió que partiría a buscar esa Maravillosa Flor que daba la Vida y la Sabiduría, así se lo
hizo saber al Búho y este trato de disuadirlo para que no se fuera pero en
vista de que no lo logro ya que Joe estaba totalmente decidido a irse pues el
Búho Beto le dio algunas recomendaciones para que no fuera a pasarle algo malo
en su viaje y triste se despidieron los dos amigos.

           Joe marcho en su
búsqueda, recorrió bosques y selvas, conoció a innumerables personajes y aves y
no aves, así pasaban mas días y semanas y meses y años colibriescos, pero Joe
no encontraba el jardín donde se encontraba la flor y mucho menos la flor, un
buen día ya cansado de buscar, cuando había recorrido muchos lugares, vio un
jardín muy hermoso, con muchas flores y árboles, se acerco hasta la puerta y
allí había un Cuervo, que le saludo y le dijo con voz chillona y altisonante:
— –Hola Bienvenido, este es mi jardín y todas las aves son bienvenidas, sobre
todo los colibríes–, — me llamo Idol el Cuervo y este es el jardín de Idol
aquí están las flores que dan la Vida Eterna,
pasa y prueba–; Joe estaba cansado de buscar y de las penurias que había
vivido, se sentía confundido y creyó que por fin su suerte le había sonreído
por eso le contó a Idol todas sus aventuras y el objetivo de su búsqueda, el
Cuervo Idol le dijo: — Aquí encontraras muchas Flores que te darán Vida y
Sabiduría y veras al gran “hacedisor”–, — Ven – Agrego el Cuervo – Come de
estas flores, se llaman flores de “jes crist” y estas otras se llaman flores de
“budi”, y estas otras de “krish” y estas se llaman flores de “esoteria” y
aquellas de “brujer” y todas te dan la vida y el conocimiento–, — ¡Pero ten
mucho cuidado!—le advirtió el pajarraco, — no hables con las aves que pasan
por el lado derecho fuera del jardín–, dijo, — esos son los colibríes
extraviados que sirven al Destructor que es el demonio del bosque y que puede
robarte la vida, te lo advierto nunca dejes que se te acerquen–. Joe acepto
como verdad lo que decía el avechucho y se quedo en el jardín, allí empezó a
libar de todas las flores que había, se dedicaba un tiempo a una especifica
pero en vista de que no le satisfacía pasaba a otra, pero siempre se sentía
hambriento y veía que los demás 
colibríes del jardín estaban hambrientas también, pero no solo eso sino
que todos se sentían cada vez mas tristes y temerosos además de débiles, sus
plumajes estaban opacos, sus alas ya no se movían tan rápido como antes apenas
se podían mantener en vuelo y sus ojos estaban 
apagados y nublados, pero Idol les decía que “Eso era normal que luego
pasaría” que libaran mucho mas néctar de esas flores que todo estaría bien. Pero
no era así, al contrario Joe y los otros estaban cada vez peor y hasta se les
dificultaba pensar.

            Un buen día Joe
estaba por el lado derecho del jardín y vio pasar por la parte de afuera a
muchos colibríes machos y hembras que volaban raudos y batían sus alas a una
velocidad fabulosa, sus plumajes eran de vivos colores y hermosos y sus ojos
brillaban, como ya casi él no podía volar estaba sobre una rama y se sorprendió
cuando se le acerco una hermosa colibrí, en realidad la mas hermosa que hubiera
visto y le preguntó:

–¿que te pasa?– — ¿a que te refieres?—respondió Joe, — a que eres
un colibrí y no estas volando, sino que estas parada en una rama y eso no se ve
nunca, además los colibríes no pueden pararse en una rama, deben ser colibríes–,
–¿estas enfermo?—

— No solo un poco cansado—dijo Joe y le pregunto: — ¿Por qué ustedes
no entran en este jardín, aquí están las flores que dan vida—a lo que la
avecilla hembra contesto: –¿Vida?, — no lo parece, nosotros vamos a unos
jardines donde están las Flores que alimentan y de verdad te dan la sabiduría y
la vida y te hacen conocer al Gran Hacedor—

— ¡¿ No son ustedes los que sirven al destructor?! ¿Al demonio del
bosque?—

La avecilla hembra se rió de todas las cosas absurdas que le contó Joe
y le dijo que todas esas cosas eran cuentos y habladurías sin sentido de Idol
que lo que quería era tener a muchos colibríes esclavizados y sirviéndole
entupidamente, la colibrí, que se llamaba Gracia, lo invito a venir con ella a
conocer los otros jardines, Joe venciendo su miedo y haciendo un esfuerzo para
superar su debilidad voló con ella y partieron.

          Durante horas que a
Joe le parecieron interminables volaron hasta que por fin llegaron a un lugar
en que habían dos jardines, uno tenia en la entrada un letrero que decía:
“Jardín de Noa” y el otro tenia en la entrada un letrero que decía: “Jardín de
Judai”. Gracia y Joe se detuvieron frente a ambas entradas y ella le pregunto a
Joe:

        ¿Dónde naciste tú?,–
–¿en el bosque de Cedros, o en el de Robles?, Joe le contesto: — En el de
Robles, ¿Por qué? –

— Porque si naciste en el de Cedros debes ir al Jardín de Judai y si
naciste en el de Robles debes ir al de Noa—Repuso ella.

–¿A que se debe eso?—inquirió Joe, a lo que ella respondió: –Esa es la Ley que hizo el Gran Hacedor,
si eres del bosque de Robles las Flores del Jardín de Noa son las que te
nutrirán mejor y te curaran y devolverán tu fuerza y vigor, si libas las del
jardín de Judai no te harán bien pues no es lo que corresponde a tu identidad
de nativo del bosque de Robles–, –pero yo no te puedo decir mucho es mejor
que entremos y el ave Jardinero nos lo diga–.

            Entraron al jardín
de Noa y allí Joe se emociono cuando vio a otro Búho quien era el ave
jardinero, este se llamaba Sabion y era mas pequeño y joven que Beto, su viejo
amigo, luego de presentarse a Sabion este les dio la bienvenida y les explico:

–Aquí encontraran la
Flor
de Siete Pétalos o Flor de Noa, deben saborear el néctar
de cada pétalo primero para poder llegar a saborear el néctar del centro de la Flor, el néctar del Centro es
la esencia que da Vida pues viene del Gran Hacedor que se Llama Eterno–. –Cada
pétalo te enseñara una Verdad Única. —

— El Primer pétalo te Enseñara que solo hay Un Gran Hacedor y solo
Uno, no podrás reconocer ni servir ni adorar a otro hacedor delante de EL.—

— El Segundo Pétalo te enseñara que nunca puedes tomar el Nombre del
Único Gran Hacedor falsamente, ni maldecirlo, ni deshonrarlo—

–El Tercer Pétalo te enseñara que no tomaras nada que no te halla
sido dado o que no hallas ganado por tu esfuerzo—

–El cuarto pétalo te enseñara que solo te relacionaras con otros
Dignamente y sin nada que valla en contra de la ley del Gran Hacedor—

–El quinto pétalo te enseñara a no quitar la vida a ningún ser
inocente o indefenso—

–El sexto pétalo te enseñara a seguir las leyes y hacer justicia de
acuerdo a la ley del Gran Hacedor llamado Eterno—

–El séptimo y ultimo pétalo te enseñara que no puedes ser cruel con
ningún ser inferior en evolución a ti ni a comer partes de el con vida ni con
su esencia de vida—

          Luego el Búho Sabion
les dijo que una vez que cada pétalo fuera parte de ellos podrían llegar al
centro de toda la Flor
y recibir la Esencia
de Sabiduría y Vida que venia del Único Gran Hacedor, llamado Eterno.

           Con el Tiempo
Joe  y Gracia se dedicaron a saborear
cada pétalo y a recibir su sabiduría, Joe recupero su Fuerza y Vitalidad, su
plumaje volvió a ser de un intenso color Azul y en la medida que saboreaba e internalizaba
la esencia del néctar de cada pétalo, sus alas se movían mas rápido y su
inteligencia crecía, un día en que vio hacia el Jardín de Judai, pues había
comunicación entre los dos jardines, le pregunto a Sabion: –¿Por qué los
Colibríes que nacimos en el Bosque de los Robles no podemos libar las Flores
del jardín Judai? — –¿ Por que tienen tantos Pétalos?–; Sabion le
contesto:– Las Flores del Jardín de Judai tienen 613 Pétalos y el Único Gran
Hacedor las Reservo solo para sus Colibríes del Jardín de los Cedros, pues
ellos tienen que realizar algo que El les Encargo a ellos, mas sin embargo los
colibríes del Jardín de Noa son socios y Hermanos de los Colibríes del Jardín
de Judai en el perfeccionamiento de todo el Bosque– –Pero— continuo Sabion—Lo
que le corresponde a cada colibrí es distinto, ellos deben saborear con mucho
sacrificio cada uno de los 613 pétalos para poder llegar a la esencia del
centro de la flor, pues lo que les encomendó a esos colibríes el Gran Hacedor
Único requiere que eso sea así.

        Joe entendió que así
eran las cosas y que el No era quien para inquirir en los designios del Único
Gran Hacedor llamado Eterno quien de paso le había dado la oportunidad de
llagar a su Jardín de Noa y conocer a sus hermanos de su Jardín de Judai,
además había conocido a Gracia y ese día le diría que quería que fuera su
pareja para siempre y trajeran mas colibríes al Jardín de Noa sobre todo a los
que estaban prisioneros del cuervo Idol, en fin después de todo su mamá y Beto
además de los Colibríes Viejos si tenían Razón, si Existía una Flor que daba la Vida a los Colibríes del
Bosque de Los Robles, esa Flor era la
Flor
de Noa, sonrió y zumbando se fue a buscar a Gracia,
sonriendo y alegre mientras caía la tarde…..

 

FIN

Noajismo y valores familiares

Pregunta. Apreciado Juan quisiera compartir esta duda con usted: ayer hablando con mi madre (quien es católica) ella me decia que por qué el noajismo no hablaba de la familia ni del amor familiar ni cosas por el estilo porque ella solo veía documentos que hablaban sobre el individuo. Obviamente yo le discrepe su comentario pero se hizo dificil explicarle ya que carecia de un documento que hablara al respecto…. me gustaría en la medida de lo posible que me guiara hacia un texto o video que hable del tema. De antemano le agradezco su atención Atte. Luis Zarate, Cartagena – Colombia Seguir leyendo Noajismo y valores familiares

Resp. 143 – Era sin pecados

Shalom! Moré, su respuesta a mi preguntaestá bastante clara desde el punto de vista Escritural y espiritual. Sin embargo, lo que no puedo entender, desde el punto de vista social y evolutivo de la conciencia humana, es lo siguiente: si rabínicamente la pena de muerte está prohibida y si la humanidad va rumbo a la abolición de la pena de muerte en cualquiera de sus formas (claro está, ejecutada por manos de hombres), por considerarse el respeto a la vida de la persona como uno de sus derechos más fundamentales (por no decir que el mayor de todos los derechos fundamentales), lo cual no significa que los jueces no apliquen otras penas (cárcel, multas, etcétera) a los malechores, volver a activarla en la sociedad ¿no sería como un retroceso a los avances que en esta materia ha dado la humanidad? ¿No es hacia allá que se dirige la humanidad? ¿No es, acaso, lo que anuncian los profetas, perfección plena e integral de los hombres?Un fuerte abrazo y gracias por su apoyo…

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Resp. 142 – Cuidado, cumple con los mandamientos

Shalom…
¿Por qué en el noajismo se habla tan radicalmente de la pena de muerte para el gentil que comete ciertas transgresiones? Tengo entendido que eso fue abolido por Rabí Akiva. ¿O no? ¿Cómo manejar esos conceptos hoy?
Gracias…

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Palabras

En la búsqueda incesante de la luz de la Torá para la vida del gentil justo, en el estudio presentado por el more Yehuda encontramos un interesante consejo para todos aquellos que buscamos el conocimiento de lo que Hashem quiere que hagamos como gentiles justos de este mundo al cual nos llamo a juntamente con el pueblo de Dios “Israel” un mundo mejor.
Espero podamos aprovechar estos fundamentos pilares y sobre todo veamos las ventajas de lograr cuidar nuestra lengua, pronunciando así bendiciones simplemente y dándole de esta forma el uso adecuado.
Gracias al More Yehuda por permitir la publicación del presente y que podamos hacer de esta Palabra “PALABRAS” una buena adaptación a la vida gentil.

Comentario de la Parashá Matot
PALABRAS
Lic. Prof. Yehuda Ribco // Tammuz 18, 5765 – 25/7/2005
El tema que da comienzo a esta parashá es el valor que tienen los votos o juramentos que la persona hace:
«Cuando algún hombre haga al Eterno un voto o un juramento asumiendo obligación, no violará su palabra; hará conforme a todo lo que ha salido de su boca.» (Bemidbar / Números 30:3)
Si bien la Torá específicamente habla de éstos, y del deber de preservarlos, el sentido es más amplio e incluye a todas las palabras que decimos.
Como sabemos, desde su mismo comienzo la Torá pone un énfasis particular en las palabras, no en vano se nos narra que el Eterno creó el Universo por medio de la palabra creativa, tal como dice:
«Entonces dijo Elokim: ‘Sea la luz’, y fue la luz.» (Bereshit / Génesis 1:3)
No en vano la bendición verbalizada (así como su contraria) tiene un considerable lugar, tal como vemos en el versículo que reza:
«Bendeciré a los que te bendigan, y al que te maldiga maldeciré» (Bereshit / Génesis 12:3)
Ciertamente la primera palabra, la del Eterno, es fuente de todo, de bienes y también de pesares:
«¿No es Mi palabra como el fuego y como el martillo que despedaza la roca?, dice el Eterno.» (Irmiá / Jeremías 23:29)
Así mismo, pero a su respectivo nivel, es la palabra humana: capaz de generar/atraer lo bueno como lo letal.
La palabra de la persona ordinaria, no solamente de los grandes espirituales -de los tzadikim-, es poderosa y puede provocar calamidades innumerables o re-crear mundos armónicos.
Es por esto que la persona no debiera maldecir, ni tampoco decir cosas negativas sobre otros y especialmente de sí mismo. Pues, el poder creador y destructor de la palabra es inimaginable.
Cuando una persona piensa que su palabra es inefectiva, es que realmente no conoce el poder que está detrás de ella. Toda palabra, breve o ampulosa, premeditada o impulsiva, amorosa o letal, toda palabra cuenta con un enorme poder. En nuestra cara Tradición, desde incluso antes de la entrega de la Torá en Sinaí, se conoce el poder y valor de la palabra, y se lo continúa reconociendo. La palabra santifica el vino del kiddush de Shabbat y lo hace un objeto de santidad en lugar de un elemento de perdición. La palabra santifica el enlace matrimonial en los kiddushin cuando el novio se consagra y consagra para sí a su novia.
La palabra pide paz antes de salir a la guerra (ver Devarim / Deuteronomio 20:10).
En un resumen hecho por el más sabio de los mortales:
«Las palabras de la boca del sabio son agradables, pero los labios del necio causan su propia ruina.» (Kohelet / Predicador 10:12)
Actualmente, y al parecer sin contacto con nuestra Tradición, en el conocimiento profano existe una cada vez más poderosa corriente que reafirma sin dudas el poder de la palabra, por ejemplo: la PNL, la escuela de Palo Alto, el psicoanálisis de Lacan, entre otros. Al parecer los modernos buceadores del ser humano están encontrando el camino hacia lo que nuestra Tradición ya enseñaba desde hace milenios: el poder de la palabra.
Este especial don de la humanidad, el poder del verbo, no debe ser usado impropiamente o con ligereza, por lo cual vamos a transcribir nueve principios dictados por el eminente sabio del siglo 18, el Jofetz Jaim, con respecto a shmirat halashon -cuidado de la lengua-:
1. Es maledicencia dar una imagen negativa de alguien, aunque sea cierto; y es una infamia cuando es una falsedad.
2. Es maledicencia dar información acerca de alguien que le pueda causar un daño físico, financiero, psicológico o espiritual.
3. Es maledicencia humillar a alguien, aunque sea en broma; también lo es el contar historias avergonzantes de personas que no están presentes.
4. La maledicencia no se limita al habla, incluye también la vía escrita, el lenguaje corporal y las insinuaciones.
5. Es maledicencia hablar contra de una comunidad, raza, grupo étnico o grupo etario.
6. No se debe hacer maledicencia ni siquiera con la propia esposa, los familiares o con los amigos cercanos.
7. No se debe repetir maledicencias incluso cuando sean conocidas por mucha gente.
8. Hay que abstenerse de chismosear: no repetir a la gente las cosas negativas que se han dicho respecto a ellos, pues esto puede llevar a innecesarios conflictos.
9. No se debe escuchar maledicencia o chismes. Se debe dar el beneficio de la duda.
Nuestra palabra, verbal o por otro canal, es nuestra conexión tanto con lo Alto como con el alma de nuestro prójimo. Lo espiritual no puede ser tocado por armas, puños, fuego u otros elementos materiales. Pero las palabras, así como el amor, o cualquier otro sentimiento manifestado penetra la capa de materia y se interna hasta lo más íntimo en el ser del prójimo.
La palabra es la que nos une realmente, o la que nos distancia realmente. Por esto, en Cterapia empleamos la herramientas conocida como «Comunicación Auténtica», de la cual ya hemos hablado extensamente en otras ocasiones. Sus cuatro pilares son:
1. Intentar ser auténticos.
2. No querer dañar ni recibir daño.
3. Respetar y querer ser respetado.
4. No dar nada por supuesto ni presuponer, sino averiguar con calma.
Los cuatro pilares están sustentados en una vasta teoría, pero sin dudas que encuentran un arraigo en la Tradición, prestemos atención a los versículos siguientes del capítulo 12 de Mishlei / Proverbios:
1. Intentar ser auténticos: «El labio veraz permanecerá para siempre; pero la lengua mentirosa, sólo por un momento.» (19)
2. No querer dañar ni recibir daño: «Hay quienes hablan como dando estocadas de espada, pero la lengua de los sabios es medicina.» (18)
3. Respetar y querer ser respetado: «En la transgresión de los labios hay una trampa fatal, pero el justo saldrá bien de la tribulación.» (13)
4. No dar nada por supuesto ni presuponer, sino averiguar con calma: «El insensato al instante da a conocer su ira, pero el que disimula la afrenta es prudente.» (16)
La ventaja de emplear esta herramientas es triple:
1. La persona va aprendiendo a expresar sus propios sentimientos a la vez que respetando los de su interlocutor.
2. La persona trata de entablar un diálogo y no meramente participar de un monólogo de a dos.
3. La intención de la palabra es de construir y nunca para destruir, en armonía con la divina Voluntad.
Sería realmente provechoso que más gente aprendiera el uso de esta herramienta, y de este modo dar a la palabra el lugar que le corresponde: de creación y crecimiento.
¡Les deseo a usted y los suyos que pasen un Shabbat Shalom UMevoraj!
¡Qué sepamos construir shalom! Moré Yehuda Ribco

Resp. 139 – Palabra rota

Shalom!
Hola, de ante mano quisiera felicitarlo por la pagina que tiene, la verdad me ha sacado de muchas dudas importantes que han cambiado radicalmente mi manera de pensar y actuar en la vida.

Hace como un año hice un juramento a Di-s, fue un juramento que hice sin pensar en ese momento y pues ahora me he dado cuenta que se me dificulta un poco y la verdad ya lo he violado varias veces; quisiera saber, como liberarme de el?.
Por su tiempo, gracias.

Que Di-s lo bendiga con larga vida llena de alegria!
Yessica Miguel Chavez

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Resp. 128 – Lo que siento en el corazón

Shalom,

He leido el comentario acerca del alma, además; según Ramal (Shuljan Aruj) dice que el alma producto de la asignación divina – define la misión de cada persona en su servicio al Creador.

Desde este punto de vista, deseo saber cual es la diferencia o relación entre alma y corazón. ¿Cuál es la función del corazón? Puesto que yo puedo decir que sirvo al H’ de acuerdo a mi corazón.

Devarin 6, 5 dice: Amarás a tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza.

Cómo amo a Dios: con el alma? Con el corazón?

Muchas gracias por este servicio de preguntas y respuestas.

Cordial Saludo,

Jairo Vega Lizarazo
Bogotá, Colombia

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¡Blog de Mesiánicos fuera del aire!

Con respecto al plagio del que fuimos objeto por parte de un Blog de pseudo-judíos mesiánicos (cristianos vestidos de judíos) me alegra informar que el blog en cuestión sacó todo su material del aire.

Amable lector, lo invitamos a que se una en nuestro esfuerzo por construir un mundo más pleno. Ayúdenos a combatir el plagio. Denúncielo.

Más importante aún: a nuestros amigos que colaboran con material en Fulvida les rogamos que tengan mucho cuidado para que no caigamos, quizá por desconocimiento o falta de atención/cuidado, en esta misma falta .

Recuerda que plagiar es robar.

AUTOESTIMA (Capitulo 4)

Por el rav . Azrael Tauber

CAPÍTULO 4

AUTOESTIMA

EN MEDIO DE LA

DIFICULTAD

El pequeño conglomerado alrededor del rabino finalmente se disgregó, y el lobby se vació; un hombre sentado en una silla del salón prendió un cigarrillo. Un judío observante según las apariencias externas. Estaba absorto contemplando las ondas de humo que el cigarrillo prendido hacía revolotear sobre su cabeza. Dejando su cigarrillo para que se extinguiera en un cenicero, se levantó de la silla y empezó a caminar hacia el lobby vacío.

Sus ojos se posaron repentinamente sobre un sombrero negro tirado en el piso, obviamente dejado ahí por accidente. Lo recogió, le quitó el polvo y estaba por dejarlo en una mesa cuando se sobresaltó por una voz. —Oh, debe ser mío. Una pequeña pausa y luego, —Sí, es mío, —dijo el rabino extendiendo sus manos. Había bajado al lobby específicamente para buscar su sombrero.

Aquí tiene, —dijo el hombre regresando el sombrero.

Gracias. Buenas noches.

Igualmente.

Cuando el rabino se había volteado para dirigirse a su cuarto, el hombre repentinamente alzó la voz y preguntó, —¿Dispone de un minuto?

Sí. ¿Cómo te llamas?

Preferiría no decir. Llámeme Reuvén.

Está bien, Reuvén.

Escuché la discusión que tuvo con esas personas después de la conferencia. Usted sabe, con ese israelí.

Sí.

Lo manejó muy bien, rabino.

Gracias.

De hecho, no creo haber escuchado nunca a nadie explicar las cosas así. Hubiera deseado que alguien como usted me hubiera enseñado cuando yo era más joven. Al hacer Reuvén una pausa, se veía que era obvio que tenía mucho en su mente. —¿Podemos sentarnos? —preguntó Reuvén.

Seguro.

Cuando se sentaron en unas sillas del lobby, Reuvén dijo, —Rabino…— pero se detuvo. Obviamente con una lucha dentro de sí; empezó nuevamente y dijo, —Rabino, necesito hablar con alguien.

Adelante, estoy escuchando.

Yo…

¿Sí?

Yo… yo no me siento cómodo hablando de mí. —Reuvén se detuvo—. Estoy en una situación que no comprendo. Siempre he ayudado a la gente. Pero desde que mi negocio se vino abajo, y me quedé con una enorme hipoteca, una familia grande y muchas deudas, he sido como veneno para aquéllos que están cerca de mí. Para hacer la historia corta, no sé si todavía tengo un matrimonio. No soy capaz de tratar decentemente a mi esposa y mi familia. Sé que está mal, pero no puedo hacer nada. No quiero estar así. Pero las cosas que me han pasado están más allá de mi capacidad de resistencia. No entiendo por qué Hashem me ha hecho esto a mí. Siempre ayudé a la gente.

¿A toda la gente?

Sí.

¿Incluyéndote a ti?

¿A mí?

Sí, tú también eres un judío. ¿Te ayudas a ti mismo?

Reuvén hizo una pausa. —Yo creo que usted ya dio con el problema. Yo me descuido.

Si tú te descuidas, no puedes comprender realmente las necesidades de otros. Veahabta lereaja kamoja, ‘Ama a tus semejantes como a ti mismo’ enseña que si tú no te amas a ti mismo, no puedes amar realmente a tus semejantes. Si tú maltratas a tus amados, es porque te maltratas a ti mismo. Eres amigo de todos excepto de ti mismo.

Reuvén metió la cabeza entre las manos y dijo: —¿Pero no es todo el propósito de la Torá ayudar a otros?

Finalmente. Pero primero te tienes que ayudar a ti. Conoces el famoso caso de dos personas que están perdidas en el desierto con agua suficiente para que sólo una de ellas sobreviva. Rabí Akiva nos enseña que una persona tiene la obligación de primero salvarse a sí misma, jayeja kodmin, ‘Tu vida, primero’. Tiene que tomar de su cantimplora, aun si eso significa que el otro va a morir de sed.23 Éste es el mismo Rabí Akiva que dice que ‘Ama a tu prójimo como a ti mismo’ es el gran principio de la Torá.24 No hay contradicción. La persona primero tiene obligación hacia sí misma, y sólo después puede dar ayuda apropiada a los demás.

El Rebe de Tzans dijo que cuando era joven, se había propuesto salvar el mundo entero. No obstante, cuando se hizo un poco más grande, concluyó que el mundo estaba más allá de su capacidad para arreglar, así que redujo sus objetivos y se propuso arreglar su ciudad. Años más tarde, se dio cuenta que eso también estaba más allá de sus medios, mientras tanto, su familia estaba carente, así que trató de arreglarla. Ya como anciano, dijo: ‘¿Por qué estoy tratando de arreglar a mi familia? Debo arreglarme a mí mismo’. ¿Si una persona no puede arreglar el mundo que está dentro de él, qué esperanza tiene de arreglar el mundo que está fuera de él?

Sé mejor que nadie que estoy lejos de la perfección, —dijo Reuvén—, pero todavía tengo mucha Torá y mitzvot en mi poder.

Aun las personas con Torá, no están inmunes de descuidarse a sí mismas. Es posible hacer de la Torá algo cosmético e ignorar totalmente tu personalidad. Es por esto que la Torá enseña: derej eretz precede a la Torá. Derej eretz, respeto por otros que emana del autorespeto, de la dignidad. Primero debes respetarte a ti mismo para poder respetar a otros. Derej eretz, entonces, un sentido de valor propio, debe preceder a la Torá, de otra manera, hasta la Torá se puede volver una vestidura externa dependiente del valor propio y no una herramienta para desarrollar el verdadero yo.

¿Está usted diciendo entonces, que yo he sido castigado por haber descuidado mi persona?

No estoy diciendo nada acerca de castigos. Todo lo que estoy diciendo es que hay una causa de tu problema. Si arreglas eso, otras cosas caerán en su lugar.

No me malinterprete —agregó Reuvén—. Aprecio el hecho de que usted está hablando conmigo pero, ¿de qué me sirve entender mi problema si todavía tengo deudas enormes, un matrimonio desintegrado, no tengo ingresos y todos mis otros problemas?

Te regreso la pregunta —dijo el rabino—. ¿De qué te sirve acabar con tus deudas y superficialmente corregir todos tus problemas si no llegas a la raíz de tu problema?

Ganaría un poco de alivio.

Eso tiene un valor, —dijo el rabino—, pero tarde o temprano tienes que localizar la causa si quieres curar la enfermedad. Los problemas son síntomas. Un síntoma es un regalo si lo interpretas correctamente y lo usas para curar la enfermedad—. El rabino se detuvo por un momento y luego dijo,  Déjame preguntarte algo Reuvén, ¿para qué construye una persona una casa?

Para protegerse.

Sí, pero más aún, tiene una necesidad de sentirse arraigado, necesita un hogar. La casa es solamente un medio para producir un hogar. Si uno descuida la idea del hogar mientras se ocupa de construir una casa, daña su objetivo original. Esto es porque la casa es sólo el medio para construir un hogar. No obstante, ¿cuántas personas conocemos y cuántas historias hemos oído de personas que se esclavizan a sus carreras a fin de poder tener una hermosa casa, pero descuidan su matrimonio, sus hijos y a sí mismas? Tienen mansiones vacías. Y probablemente sientan el vacío pero están imposibilitadas para detener el impulso de largos años persiguiendo el medio mientras olvidaban el objetivo.

Ahora, ¿qué es lo mejor que Hashem puede hacer por tales personas, una persona que básicamente es buena, pero que ha olvidado la idea de construir un hogar en su búsqueda de construir una casa? Primero, Él le dará signos de que ha perdido de vista el objetivo, y si él no lee los signos, Hashem en Su misericordia, le quitará la casa porque se volvió un obstáculo para su objetivo real. Perdiendo la casa, él puede ganar un hogar.

Por otro lado, si Hashem sabe que una persona es tan materialista que no va a pensar siquiera dos veces en perder su casa, Él podría permitirle conservar la casa o el matrimonio superficial, o la relación débil con sus hijos. Éste es un castigo peor. Es algo permanente; algo con ramificaciones permanentes. Sin embargo, cuando Hashem castiga a la gente que ama, no es de ninguna manera permanente. Y por lo tanto, no es realmente un castigo. Él quita a fin de que la persona gane al final.

Entonces, ¿usted está diciendo que en la persecución de los medios del objetivo yo olvidé el objetivo en sí?

Eso es lo que estoy sugiriendo. El objetivo de la Torá puede ser ayudar a otros, pero al primero que debes ayudar es a ti mismo. Hashem no quiere que estés satisfecho con un entendimiento superficial o incompleto de ti mismo, sino quiere que llegues realmente a la raíz de quién eres tú, limitando o eliminando ciertas cosas externas que te dan un sentimiento falso de valor propio. Sufres porque eres merecedor del amor de Hashem.

Entiendo lo que me está diciendo —replicó Reuvén—. Y me gustaría creer que soy digno del amor de Hashem. Pero tal vez no soy merecedor de Su amor. Quizá Él me está castigando realmente.

¿Tú eres un judío ¿correcto?

Sí.

Kol Israel yesh lahem jelek leolam habá, ‘Todos los judíos tienen una porción en el mundo venidero’.25 El solo hecho de que seas un judío, quiere decir que Hashem muestra favor especial hacia ti. Además de eso, tienes Torá y mitzvot en tu mérito. Mientras sigas siendo una persona sincera que quiere mejorarse a sí misma y a otros, Hashem te puede estar dando golpecitos, pero no es un castigo. Él sabe que finalmente obtendrás provecho de la dificultad. Por lo tanto, no te dejes vencer. Tu dificultad es suficiente sufrimiento. No lo compliques negando tu valor interno.

¿Pero cómo puedo convencerme de que tengo algún valor si soy un fracasado para todos los que me rodean?

Mientras más notable es la persona, más se espera de ella. Cuando Hashem piensa que una persona es fuerte y meritoria, Él generalmente le quita las cosas que más quiere. Tú te volviste un fracaso, un fracaso para tus hijos, para tu familia, para tus amigos, para tu sociedad. Te das cuenta ahora cuán solo estás. Sin embargo, cuando todos tus recursos externos que te dan valor se colapsan, descubres algo: que de cualquier modo, todo siempre dependía de ti. El status y las posesiones no eran intrínsecas. Una mañana te miras en el espejo y dices, ‘¿soy un fracaso para mí? Hashem puso Su tzelem Elokim, Su Imagen Divina en mí. Él me creó. ¿Acaso puedo ser un fracaso? En este punto te descubres a ti mismo. A partir de ahí, puedes reconstruir tu propia imagen.

Pero ¿tiene que ser a través de la pérdida de todo lo demás?

A veces. La Mishná enseña:26 ‘¿Quién es rico? Aquél que está contento con su parte’. Si él está contento con su parte en tanto que está viviendo en la pobreza, entonces si se volviera rico no se echaría a perder por el dinero. Sin embargo, uno que no puede encontrar satisfacción con las cosas simples cuando sea rico, será destruido por el dinero. Por supuesto, somos parte de este mundo material, y está aquí para que nosotros lo aprovechemos. Sin embargo, no vale nada si aprovechándolo perdemos nuestro yo. Solamente aprovechando primero nuestro yo, el aprovechar los elementos del mundo tiene permanencia y significado. Si descubres tu valor interno mientras estás privado de ciertas cosas esenciales, entonces después, cuando la normalidad vuelva a tu vida, la tomas con el conocimiento de que nunca más vas a cambiar los valores reales por valores externos.

Debes tener el favor de Hashem, —añadió el rabino—, de otra manera Él te dejaría tener las cosas fácilmente. Debes ser capaz de sobreponerte a tu desesperación. Hashem solamente desafía a una persona que Él sabe puede perseverar y sobreponerse. Debes creer en ti mismo tanto como Él cree en ti.

Reuvén dejó salir un profundo suspiro y dijo: —Lo que usted está diciendo está bien, rabino. Pero conmigo es una desgracia tras otra. ¿Cómo me puedo sentir bien de mí mismo si todo alrededor de mi vida se está deshaciendo?

Dijiste que me escuchaste hablar antes acerca de la autoestima —dijo el rabino—. ¿Tú crees que lo que dije se aplica solamente cuando las cosas van bien? Muy por el contrario, se aplica igualmente, si no es que más, cuando las cosas no van bien.

Yo creo que entiendo eso, —dijo Reuvén—, pero no obstante, no sé cómo creerlo. Usualmente yo soy el que dice a las personas que tengan fe, sin embargo, ya que he estado sufriendo enormemente no puedo convencerme a mí mismo de eso.

Tampoco te afecta si no puedes entenderlo o porque no puedes entenderlo con suficiente profundidad todavía. De cualquier modo, déjame tratar de ayudarte. Vamos a asegurarnos que entendemos qué quiere decir ser creado betzelem Elokim, a la imagen de D os.

Llenando la Brecha

Tzelem Elokim,—el rabino empezó a explicar—, es algo en todos nosotros. Si Hashem es el Creador, entonces una de las cosas creadas a Su imagen, implica que nosotros también podemos volvernos creadores, no solamente creadores de algo a partir de algo, sino creadores como Hashem de algo a partir de nada. Desafortunadamente, tendemos a utilizar el hermoso poder de la creatividad para crear nada de la nada. Tomamos el mundo material, que es una gran nada por sí mismo, y usamos nuestro tzelem Elokim para crear más nada, más de este mundo, olam hazé. En realidad, se nos dio la nada de este mundo material a fin de reconstruir la materia en algo, es decir, en espiritualidad, olam habá.

Y cuando digo el mundo material, no me refiero sólo a los objetos físicos de este mundo, sino también toda circunstancia de la vida en la que nos encontremos. Todas las formas de sufrimientos, son la materia prima de la nada de la que podemos construir algo. Y la regla es que mientras más problemática es nuestra ‘materia prima’, mayor es el potencial de crear algo valioso de ella.

Imagina que existe un proceso que puede convertir varios tipos de materia en diamantes, y tienes frente a ti varias máquinas diferentes que pueden realizar este proceso. Una máquina puede convertir oro en diamantes. Otra puede convertir plata en diamantes. Otra cobre en diamantes. Y finalmente, una que pueda convertir basura en diamantes, ¿qué máquina usarías tú? Obviamente la última. Aun si fuera más costosa que las otras máquinas, hay tanta basura en el mundo, basura gratis, que nunca te faltaría materia prima para producir diamantes.

Esto es lo que Hashem hace por nosotros. Cada uno de nosotros es un creador con Él. Estamos aquí para crear algo de la nada. Hashem es el que realmente nos da la habilidad para crear algo. Nuestra contribución a la mezcla es la nada. Nuestras malas circunstancias de vida, nuestros rasgos de carácter indeseables, nuestro yo físico, etc., son la materia prima con la que contribuimos. Si dependiera de nosotros, descartaríamos toda nuestra ‘materia prima’, pero Hashem se asegura que no lo hagamos. Él entrega ‘materia prima’ indeseable a nuestras puertas cada día.

Una persona se queja: ‘Hashem, me diste una tarea de vida muy difícil. Me diste mucha basura: una esposa problemática, hijos problemáticos, un ingreso problemático, rasgos personales de carácter, etc.’ Sin embargo, si Hashem nos lo dio a nosotros debemos decir: ‘Éste es mi potencial’.

Pero aun así no me siento más que engañado por Hashem —dijo Reuvén—. Estoy en una situación tan tremendamente difícil. No veo manera de salir de ella.

Por supuesto, no es cómodo trabajar con basura —replicó el rabino—. Y, regresando a nuestra analogía, vamos a decir que la máquina toma de siete a ocho años en transformar la basura en diamantes. Una persona muy bien podría decir: ‘No quiero estar trabajando con basura por seis o siete años’. Sin embargo, está miope. Cuando todo lo que ves es la basura, por supuesto que vas a decir que no la quieres. No obstante, si vislumbras el resultado final, puedes tener paciencia mientras el proceso de transformación prosigue.

Cierto, tal vez sólo tome siete u ocho años antes que la basura se transforme en diamantes —remarcó Reuvén—. Pero tal vez tome 70 u 80 años.

Aun así, en relación con diamantes espirituales, ¿qué son 70 u 80 años comparados con la eternidad? El punto es que si solamente apreciáramos lo que estamos haciendo acá en este mundo, ya poseeríamos el cúmulo de fuerza necesario para sobreponernos a cualquier situación. Si Él nos tuvo confianza con todas nuestras dificultades, pruebas y debilidades, no existe obstáculo que no podamos vencer. Y después de todo, Él nos dio las circunstancias de vida porque ninguno de nosotros se ofreció nacer y que le fueran dadas esas circunstancias.

Decir que Hashem te engañó al darte tantos déficit personales, pero no te dio al mismo tiempo las habilidades para transformarlos en ventajas, es acusar a Hashem de no saber lo que Él está haciendo. Si Hashem nos creó con deficiencias, Él también nos creó con las habilidades para transformarlas en ventajas. Cuánta gente me ha dicho, ‘tuve una terrible educación, o tuve terribles amigos, o un terrible matrimonio, una terrible situación de trabajo, midot terribles, etc., pero no entienden que eso los hace gente más rica. Toda su basura se puede transformar en diamantes. Decir que no se puede, es decir que Hashem no sabe lo que está haciendo.

¡Hashem sabe lo que está haciendo! —enfatizó el rabino—. Deficiencias, fallas humanas, crueldad, maldad, todas son parte del plan de la creación. Es Hashem el que las creó, y el que permite que sigan funcionando. No obstante, la gente algunas veces se cuestiona: Si Hashem es todopoderoso, perfecto, benévolo, ¿por qué permite que la maldad y la deficiencia existan en el mundo que Él creó? La respuesta es que si Él hubiera creado un mundo completo, no hubiéramos tenido la oportunidad de completarlo.

Déjame darte un ejemplo de la industria de la joyería. El primer paso en el proceso para hacer joyas, es crear un modelo. El modelo es sumergido en un molde suave de yeso, que eventualmente se endurece en una impresión negativa de la joya. Un individuo perceptivo puede observar la impresión y saber cómo quedará la joya. Mientras más profundamente se hunda la impresión en el molde, la pieza de joyería que se produzca será más costosa.

La gente es creada con ciertas naturalezas. ‘Naturaleza’ en hebreo, tevá, se relacionan con t’viá, hundir. A través de entender las deficiencias, la t’viá, la parte hundida, el hueco del molde, llegas a conocerte a ti mismo. Esto es lo que Abraham hizo, y así es como llegó a conocer toda la Torá antes de haber sido entregada en el Monte Sinaí. Abraham era un observador muy perceptivo de la naturaleza humana. Él observaba cómo por naturaleza la gente era proclive a robar, mentir, hacer trampa, asesinar. Él entendía que todas las deficiencias debían tener una contraparte que había sido diseñada para completarla. Así es como Abraham conoció y cuidó toda la Torá siglos antes que fuera entregada en el Monte Sinaí. A través de las faltas de la naturaleza humana, él percibió la perfección de la Torá. La maldad es un duplicado exacto de la Torá en inverso. La maldad, la deficiencia, (el hueco), es la impresión de la Torá, (el relleno).

El ser humano es puesto en este mundo para llenar deficiencias. ¿Cuánto puede lograr una persona? Depende de cuántas deficiencias le han otorgado, de qué tan ‘hundida’ está su naturaleza. Una persona tiene baja autoestima porque cree que no es nada. Se ve a sí misma y ve un hueco. Sin embargo, cada característica negativa que tenemos revela grandeza. Mientras más grande es el hueco, mayor es la cantidad de materia con la que se puede rellenar. En el momento que lo llenas, tu relleno es más valioso que el de aquél que aparentemente no tiene problemas. Por supuesto, el proceso de rellenar el vacío es largo, lento y doloroso. Decir que es imposible, no obstante, es falso. El precio que tienes que pagar puede ser mayor, pero el precio que pagas es una inversión que se te reembolsará con creces al final.

La Torá nos dice que aquél que regresa a Hashem por amor, no sólo se le perdonan sus pecados, sino que se le convierten en méritos.27 Los pecados son el hueco. El propósito final por el que Hashem le dio al ser humano el potencial de pecar fue para que pudiera llenar el hueco causado por el pecado. Cuando puedes ver tu propio hueco y de repente percibir la santidad que fue destinada a llenar el hueco, entonces debes percibirlo como un recipiente potencial de bien. Agradece a Hashem por tus deficiencias y empieza a transformarlas en ventajas que alojan el oro precioso de santidad que estaban destinadas a contener.

Debemos recordar siempre que cuando Hashem creó el mundo con deficiencias, Él sabía lo que estaba haciendo. Analizó nuestras almas y vio lo que cada uno de nosotros podía lograr. Luego nos colocó en un mundo donde tenemos las deficiencias exactas y necesarias para hacer salir nuestro potencial. Decir que Hashem no nos dio las habilidades para sobreponernos a nuestras deficiencias, es decir que Él no sabía lo que estaba haciendo cuando creó el mundo. Pero Él sí sabía. Debemos mostrar tanta fe en nosotros como Él la mostró en nosotros.

Reuvén,—dijo el rabino levantándose de la silla—, realmente se está haciendo muy tarde y todavía tengo que dar muchas clases este fin de semana. Debemos platicar más. Quizá todavía hay más personas u organizaciones de Jesed que no has contactado. De cualquier forma, espero haberte ayudado con el primer paso. ¿Por qué no llamas a tu esposa mañana y le pides que venga por el fin de semana? Todavía tienes mañana por la tarde, todo el Shabat y el domingo.

Hmmm. Puede que no sea una mala idea.

Estaré muy complacido en hablar con ustedes dos, pero por favor discúlpame ahora.

Muchas gracias rabino. Creo que llamaré a mi esposa.

Bien.

Antes de que el rabino se dirigiera a su cuarto, añadió: —Déjame dejarte con este pensamiento. Tú sabes por supuesto, que el pueblo judío, como un todo y como individuos, está sufriendo ahora tanto, si no más que siempre. La tuya no es la única historia de ese tipo, desafortunadamente. Yo digo esto, no para hacerte sentir mejor a través del sufrimiento de otros, sino para iluminarte sobre cuán especial es el tiempo en el que estamos viviendo.

No vas a encontrar una familia judía en algún lugar en la actualidad, que no esté de algún modo, sufriendo. Problemas financieros, problemas familiares, uno que no tiene hijos, uno que tiene muchos hijos, uno que tiene hijos enfermos, y así sucesivamente; cada judío hoy en día es víctima. Somos víctimas del Holocausto, no sólo del Holocausto nazi, sino también del Holocausto Espiritual Occidental. Hitler se llevó seis millones, pero todavía más judíos se han perdido en Norteamérica y el occidente. Un judío ahora tiene el derecho a preguntar: ¿Qué es lo que Hashem está haciendo? La respuesta básica es: éste es el hueco. Está acá para que nosotros lo llenemos. Estamos viviendo quizá en el rincón más profundamente oscuro de la historia. Pero no te deprimas acerca de lo que está pasando en estos tiempos. Úsalo para descubrir tu potencial y hazlo salir.