Archivo de la categoría: Despertando al projimo

Los bien intencionados…

Hay gente con buenas intenciones, pero con escasa preparación, o quizás con poco apego a las limitaciones saludables que brinda la ley.
Entonces, llevados por sus deseos, por su «buena onda», quieren hacer cosas para mejor, pero terminan haciendo lo peor.
En el Tanaj encontramos varios ejemplos, de los cuales quiero compartirte uno:

«Cuando llegaron a la era de Nacón, Uza extendió su mano al arca de Elokim y la sujetó, porque los bueyes tropezaron.
Entonces el furor del Eterno se encendió contra Uza, y Elokim lo hirió allí por el atrevimiento. Y murió allí con el arca de Elokim.»
(2 Shemuel / II Samuel 6:6-7)

El Eterno había prohibido que cualquier tocara el Arca de la Alianza, había advertido que solamente los sacerdotes designados (y acondicionados perfectamente) realizaran la tarea de trasportar Su Arca.

En el relato que citamos, el rey David llevaba el Arca a Ierushalaim de un modo incorrecto.
En mitad del camino el Arca iba a caer, entonces el ágil y bien intencionado Uza quiso rescatar el Arca del estropicio.
Con sus manos desnudas, sin autorización, sin preparación, sin estar designado, sin permiso del Eterno, con toda la buena onda Uza se zambullió como arquero de fútbol para sujetar el Arca.
E inmediatamente, allí, rodeado de su buena intención, a causa de su buena intención, Uza murió como consecuencia de su acto irresponsable aunque noble, ajusticiado severamente por la furia del Eterno.

La conclusión: que tus buenas intenciones siempre estén dentro del marco protector de la legislación, porque si te sales, te perjudicas y quizás perjudiques a otros.

Si quieres sujetar la Torá, que es patrimonio y heredad de Israel, NO lo hagas; porque tus buenas intenciones no cuentan, si te apartas de la Senda que te dio el Eterno.
Si tocas el tesoro privado de Israel, aunque sea para algo que te parece bueno, recuerda a Uza y el furor del Eterno.

Tenlo presente, porque estás jugando con algo muy importante y sagrado.

Si quieres Torá…

Algunos por ignorancia, otros por rebeldía, otros por dificultad para modificar paradigmas mentales, otros por complacencia, insisten en tener parte de la Torá que Dios ha dado al pueblo judío.
A pesar de las claras evidencias, de los testimonios milenarios, de los versículos, de las enseñanzas de los Sabios, siguen insistiendo.
Perfecto, veamos entonces…
¿Qué es lo que quieren de la Torá?

¿Acaso cumplir con los mandamientos que aparecen en ella?
Resultaría muy extraño que los asumiera para sí un gentil (noájida), pues ante cada uno de ellos (no individualmente, pero si como colectivo) el Eterno afirmó sin menoscabo: «di a los hijos de Israel».
Es decir, si pretenden obtener para sí la Torá, y encontraran algún recurso legal para hacerlo, igualmente estarían ante un hecho consumado: los mandamientos son dados por Dios directamente para los hijos de Israel, no para los hijos de las naciones.

Ahora, si dijeran que a pesar de esta realidad, igualmente deciden hacerse cargo de esos mandamientos, haciendo de cuenta de que los han recibido (vaya uno a saber cómo) de parte de Dios, la cuestión sería: ¿Cuáles de los 613 mandamientos (que Dios ha dado a los judíos y no a los gentiles) se responsabilizarían y comprometerían seriamente a cumplir?
Porque, si con siete mandamientos se siente apabullados (y en su mayoría no los cumplen), ¿qué pasará cuando tengan sobre sí el deber de cumplir cientos de mandamientos?
¿Acaso comenzarán a escoger según deseo y gana del momento aquel mandamiento que asumen para sí?
Será muy patético ver a personas que (con toda buena intención) hacen de los mandamientos una feria, un circo, un mercado, en donde pasarán a escoger entre «la mercadería» para decidir (basados quién sabe en qué) aquello que creen que les conviene o les gustará hacer…
(Por supuesto que desoyendo la Voluntad de Dios, quien ya ha expresado que no hagan tal cosa…)

Ahora, como cualquier estudioso serio de las cosas de Dios sabe, la Torá escrita es solamente la punta del iceberg que es la Torá completa.
La Torá escrita vino acompañada intrínsecamente de la Torá oral, que desarrolla cada uno de los centenares de reglamentos que hacen al correcto cumplimiento de los mandamientos.
Allí en donde la Torá escrita menciona un mandamiento en dos o tres palabras, la Torá oral (dada también por Dios a Moshé para entregar como patrimonio y heredad a los judíos) detalla y prescriba centenas de pautas, reglas, condiciones, etc.
Que deben ser tomados en cuenta, a rajatabla, para llevar a buen término el cumplimiento del mandamiento.
Así pues, el gentil osado que se quiere hacer de la Torá (que ya sabemos que no es algo legal, pero estamos imaginando) deberá asumir también la carga de los miles de reglamentos que hacen del cumplimiento de la Torá un acto de lealtad al Eterno y no una mera actuación ridícula.

Por supuesto, habrá iluminados entre los gentiles que argumentarán que no desean los mandamientos, que eso se lo dejan a los judíos (obviamente, ¿quién en su sano juicio quiere asumir miles de responsabilidades dificultosas de cumplir?). Pero que toman para sí la guía moral y espiritual de la Torá.
Se quedan con el espíritu pero no con la letra.
Optan por tomar la parte deliciosa, pero no la trabajosa.
Ante esta muestra de desprecio hacia los dueños de la Torá y su Autor, ¿qué queda por decir?
Veamos, si recorremos las páginas de la Torá nos encontramos que hay unos 10 capítulos al comienzo de la misma que tratan de los comienzos del mundo y de la humanidad, y luego, todo el resto inmenso se trata acerca de los orígenes de la gran Familia judía, de historias familiares para los judíos pero ajenas para los gentiles. Se relata acerca del nacimiento de la nación de Israel, de sus peripecias, de sus aciertos, de sus errores, de su grandeza y bajeza. Se continúa en el resto del Tanaj, con precisas narraciones acerca del pueblo, de la tierra, de las costumbres, de los monarcas, de los pecados, de los extravíos, de los retornos, de las promesas, del pasado y del futuro… del pueblo judío.
Por tanto, el gentil atrevido que reclama la Torá, sin conocerla realmente, estará leyendo y releyendo una historia que le es en un 99% ajena, lejana, que no le incumbió ni le incumbe.

Eso si llega a captar algo, pues para entender el Tanaj es imprescindible estar munido de la Torá oral, con sus comentarios, elucidaciones, descripciones.
Aquel que lee Torá escrita sin la clave de la Torá oral, no puede descifrar nada (o casi nada) del verdadero sentido de los textos sagrados.

Así pues, más allá de reglas que hemos expuesto en este sitio, más allá de versículos que demuestran con meridiana verdad la potestad exclusiva del pueblo judío sobre la Torá, más allá de las palabras de los sabios, también tenemos el sentido común, que estipula que la Torá no es de los gentiles, ni lo será.

Como bien expresa la ley, recogida por Maimónides y citada por nosotros en otra oportunidad: el gentil que quiere tomar para sí el compromiso de los mandamientos de la Torá, que quiere estudiar Torá, hacer las festividades y el Shabat, etc., pues que sea honesto y digno, y que no profane lo sagrado que le es ajeno; sino que se convierta legal y formalmente al judaísmo. Que asuma para sí el compromiso de cumplir con los 613 mandamientos. Que se atreva a ser perseguido, masacrado, discriminado, exterminado solamente por ser judío.
Que se una a la familia judía por medio de la conversión REAL al judaísmo, y de ese modo podrá hacer eso que tanto dice querer.
Pero con honestidad, con sinceridad, con integridad, sin menoscabos, sin volteretas, sin egoismo.

El gentil que tanto quiere tener parte en la Torá, que se convierta al judaísmo, con TODO lo que eso implica. Todas las privaciones que tendrá, dificultades, humillaciones, desventajas variadas.
Que tome para sí todo, como corresponde.
O que deje de pretender lo que por derecho no le corresponde.

Pues, lo que le corresponde al noájida son los siete mandamientos universales.
Esos que sus antepasados desperdiciaron.
Esos que borraron de la memoria colectiva.
Pero que sobrevivieron gracias a la lealtad y fidelidad de Israel.
Esos mandamientos que resurgen hoy, para bendición y belleza de los noájidas, merced a los nobles judíos que comparten este recuerdo con sus hermanos noájidas.
El hecho de que el pueblo judío haya guardado el recuerdo del legado de los noájidas, en nada implica que los gentiles tengan parte en la Torá. Solamente tienen autorización para leer (estudiar con guía idónea) aquellas secciones que los retrotraen a una época en la cual todavía se conservaba fresco el recuerdo del pacto que Dios hiciera con Noaj y sus descendientes por toda la eternidad.
Solo ese pequeño fragmento de Torá es compatible con los noájidas, pues es lo único que les incumbe y atañe.

El resto… NO.

Pronto habrá comentarios iracundos, angustiados, temerosos, repetitivos, aburridos, fatigosos, revoltosos, amenazantes, huyentes… no es novedad. A la gente no le gusta cuando son puestos en su lugar… siempre buscan los pastos más verdes del vecino.
No suele la persona estar contenta con su porción, aunque ésta sea la que Dios ha designado con belleza, amor y sabiduría para los noájidas.

Además de la natural inclinación a desear lo ajeno, está la pesada mochila doctrinaria del cristianismo, que muchos siguen cargando. Por la cual siguen creyendo que tienen parte en Israel, o que son Israel, o que ya no existe diferencia entre judíos y gentiles, o que todos debemos hacer lo mismo, o que pueden y deben leer y predicar «la palabra», etc…. todas mentiras y falsedades que embotan el alma y el ánimo, llevan perdición y dolor.

En cuanto a mí, estoy tranquilo con mi porción y sabiendo que oriento en verdad y luz a mis amigos noájidas.
Quien quiera seguir el consejo, que lo haga.

Shalom y bendición.

Resp. 318 – Confusión de identidades espirituales

hugo heredia nos consulta:

1- que opina de los rabinos mencionados en el talmud conversos como rabi Tarfon por que fueron mencionados en el talmud?. Una recopilacion de los sabios sobre la ley sagrada. fueron incluidos.
2- ahora Isaias 56 dice que no diga el gentil que Hashem lo extirpara y que observen el sabado esto acaso no es un mandamiento?
3- Con que autoridad se divide entre un judio y un gentil
4- con todo respeto maimonides fue quien recopilo las sietes leyes \»noajicas\» hasta despues de mas de 2000 anos de la entrega de la
hugo heredia 30 ninguna brownsville TX USA

Seguir leyendo Resp. 318 – Confusión de identidades espirituales

Los mandamientos que cumplió Avraham

Avraham, el primero de los patriarcas judíos vivió algunos siglos ANTES de que Dios entregará la Torá a Israel.
Por tanto, Avraham, el patriarca de los judíos, era noájida (ya que el judaísmo se conformó con la entrega de la Torá).
Regía su vida con los Siete Mandamientos Universales, tal como deben hacer los noájidas de todas las épocas, incluso en la actualidad.

Empero, él recibió algunas consignas particulares directamente por orden de Dios.
Algunas de ellas para realizar actos puntuales, de una sola ocasión.
Otras eran parte de un Plan divino que irían delineando el emerger de la nación judía, con su correspondiente alianza eterna con Dios.
Distinguimos algunas que sirven como ejemplos: abandonar la tierra y cultura en donde vivía; residir en la tierra de santidad; el deber de circuncidar a los hijos de su familia (esta orden particular mucho tiempo más tarde el Eterno legalizaría como mandamiento perpetuo para los hijos de Israel).

Sin embargo, Avraham no se limitaba a vivir de acuerdo a los mandamientos universales (siete en total) y a las consignas particulares, sino que además era un constructor de Shalom, por lo que su conducta se embellecía con constantes actos y actitudes plenas de justicia y por sobre todo bondad generosa hacia el prójimo.
Ejemplos sobran: litigar con Dios para preservar la integridad de los habitantes de las ciudades perversas; agasajar huéspedes; rescatar prisioneros; enterrar a los difuntos; velar por la paz y el orden; entre otros consignados en la Torá.

Estas no son meras suposiciones, sino que está refrendado en el recuerdo fielmente preservado en la memoria colectiva de la nación judía.
Pero además, está claramente descrito en la perenne letra de la Torá, de acuerdo a lo que el Mismo Dios testimonió:

«Avraham [Abraham] obedeció Mi voz y guardó Mi ordenanza, Mis mandamientos, Mis estatutos y Mis instrucciones«
(Bereshit / Génesis 26:5)

¿No está claro?
Es un testimonio veraz, pleno de realidad, rotunda y firme.
Avraham guardaba los mandamientos del Eterno.

¿Cuáles?
Los que existían en su época, es decir, aquellos sellados en el pacto entre Dios y Noaj (y sus descendientes).
Avraham relucía por tomar sobre sí el compromiso y la responsabilidad de vivir con fidelidad, con justicia y bien.
Yendo más allá de la letra de la ley, para sumarle reglamentos de ética y moral trascendentes.
Pues, con los mandamientos noájicos Avraham era leal a Dios, se apartaba del mal; pero hacía algo más: construía Shalom con sus hechos cotidianos.

Avraham NO estudiaba Torá (no existía, no le correspondía), aunque sí era asiduo estudioso de las leyes y normas jurídicas de su sociedad, para saber cómo actuar dentro de la ley.
Avraham no era un vano seguidor de doctrinas o enceguecido por la fe. Por el contrario, dedicaba tiempo y empeño en el estudio de los reglamentos y formas de aplicación de los mismos. Era un estudioso de la conducta humana, pero en especial, en lo profundo, en lo esencial, era un activo constructor de Shalom

Solamente como corolario, la descripción que hace Dios de Avraham:

«Avraham [Abraham] Mi amigo«
(Ieshaiá / Isaías 41:8)

¿Qué significa esto?
Que la persona que desea ser amiga de Dios, que Dios lo consideré «amigo», tiene la opción al alcance de su mano.
No es complicado, no es arriesgado, no es fatigoso, no es de fanáticos o gente de fe fiera.
Dios da la opción a cada noájida para ser «Su amigo».
¿Cómo?

«Aborrezco, rechazo vuestras festividades, y no me huelen bien vuestras asambleas festivas.
Aunque Me ofrezcáis vuestros holocaustos y ofrendas vegetales, no los aceptaré, ni miraré vuestros sacrificios de paz de animales engordados.
Quita de Mí el bullicio de tus canciones, pues no escucharé las salmodias de tus instrumentos.
Más bien, corra el derecho como agua, y la justicia como arroyo permanente.«
(Amos / Amós 5:21-24)

Tienes un patrimonio inmenso, glorioso, sagrado. Tienes los mandamientos noájicos, una enorme cantidad de reglamentos, un vida para dedicar al servicio del Eterno y como ayudador de tu prójimo.
Tienes un mundo que edificar.
Nunca lo olvides y pregona la vieja-buena-nueva.
No te dejes corromper, ni por religiones, ni por dogmas, ni por los deseos de tu corazón. (Sea que estos deseos te parezcan «terrenales» o «espirituales»).

No te apartes de la Buena Senda que el Padre ha dibujado con amor y sabiduría para tu vida en Este Mundo y en la Eternidad.

Cuatro hijos y un padre

Vale la pena su relectura:

Cuatro hijos y un padre

La semana pasada explicamos brevemente
acerca de los cinco niveles de existencia humana, en los cuales hay que
trabajar para crecer y ser libres, y así no caer víctimas de los Faraones
que intentan someternos y esclavizarnos.
Como
recordarán
, los cinco estratos en un orden descendente son:

Espiritual,
Intelectual,
Desiderativo o Social,
Emocional,
Acción,
(E-IDEA por sus siglas).

Esta semana podemos ampliar un poco más la
perspectiva sobre este asunto, a partir de tres secciones de nuestra
parashá, y una de otro sitio.
Estas frases son popularmente conocidas gracias a la Hagadá de Pesaj, pues
son empleadas en el apartado que lleva por título «Los cuatro hijos«
(la idea original usada por ésta se halla en TI Pesajim 10:4)
.
Cada una de estas frases se corresponde con uno de los cuatro hijos
mencionados por la Hagadá (cada hijo simboliza un tipo básico
de personalidad)
.
En su orden son:

  1. Para el Sabio:
    «En el futuro, cuando tu hijo te pregunte diciendo: ‘¿Qué significan los
    testimonios, las leyes y los decretos que el Eterno nuestro Elokim os
    mandó?’.
    Entonces responderás a tu hijo: ‘Nosotros éramos esclavos del faraón en
    Egipto, pero el Eterno nos sacó de Egipto con mano poderosa.
    El Eterno hizo en Egipto señales y grandes prodigios contra el faraón y
    contra toda su familia, ante nuestros propios ojos.
    Él nos sacó de allá para traernos y darnos la tierra que juró a nuestros
    padres.
    Y el Eterno nos mandó que pusiéramos por obra todas estas leyes y que
    temiésemos al Eterno nuestro Elokim, para que nos fuera bien todos los días
    y para conservarnos la vida, como en el día de hoy.
    «
    (Devarim / Deuteronomio 6:20-24)

  2. Para el Perverso:
    «Y cuando os digan vuestros hijos: ‘¿Qué significa este rito para
    vosotros?’
    Vosotros les responderéis: ‘Éste es el sacrificio de Pesaj del Eterno…’
    «
    (Shemot / Éxodo 12:26, 27)

  3. Para el Ingenuo o torpe:
    «Y cuando mañana te pregunte tu hijo diciendo: ‘¿Qué es esto?’.
    Le dirás: ‘Con mano poderosa el Eterno nos sacó de Egipto, de la casa de
    esclavitud…’
    «
    (Shemot / Éxodo 13:14)

  4. Para el Perplejo, o el que no sabe preguntar:
    «Aquel día se lo contarás a tu hijo diciendo: ‘Esto se hace con motivo de
    lo que el Eterno hizo conmigo cuando salí de Egipto…’
    «
    (Shemot / Éxodo 13:8)

Es fácil reconocer que cada uno de estos tipos
de personalidad, con sus frases correspondientes, apunta a un nivel E-IDEA.
En su orden:

  1. Intelectual <=> Sabio;

  2. Desiderativo <=> Perverso;

  3. Emocional <=> Torpe;

  4. Acción <=> Perplejo.

Los cuatro hijos, en su condición de tales,
están representando a la persona inmadura espiritualmente, que aún no se ha
desarrollado, que aún está sometida a las influencias atrapantes de uno u
otro nivel.

El hijo menos desarrollado
(pero no por eso en peor estado espiritual, ya que este dudoso mérito
recae sobre el Perverso)
es el Perplejo, que está tan sumido en las
cosas materiales (concretas y/o instintivas), en los
actos por sí mismos, que ni siquiera sabe (o tiene
ganas/tiempo/ocasión/motivo/etc. para)
preguntar.
Su vida es un pasar indiferente en búsqueda constante de goce.
Lo valioso para él es aquello que le llama la atención en ese momento, y así
pierde de vista lo que es realmente importante y trascendente.
Para liberarlo, es preciso hablar en su idioma: el del hacer, sin mucha
teoría, pero con una clara conducción que lo lleve hacia metas no egoístas.
Cuando está liberado, sus actos son edificantes.

El que le sigue en la cadena evolutiva
de los sometidos es el Torpe.
Este hijo tiene enorme miedo a sus afectos, a las sensaciones, a las
opiniones, a las impresiones, por lo que queda aprisionado de una
estructurada red de complejas reglas y mandamientos que lo mantienen en un
ambiente de seguridad.
Su vida es un vaivén de atracciones y repulsiones que están petrificadas
detrás de mandatos que ha interiorizado y lo convierten en una especie de
autómata, de seguidor férreo de la voluntad ajena.
Para liberarlo, hay que conducirlo con firmeza, y proveerlo de acciones y
alicientes afectivos que lo mantengan en el buen sendero y le den fuerza
para aceptar que él tiene capacidad de decisión y es libre de optar y de
errar o triunfar.
Cuando logra zafar, es una persona de afectividad centrada y constructiva.

El habitante esclavizado en el siguiente plano
es el Perverso.
Esta persona puede estar completamente desquiciada, viviendo en su propio
mundo de informes ideas, emociones y bajezas muy humanas.
Pero es más habitual encontrar que este tipo de persona suele gobernar con
crudeza sus sentimientos y no cae fácilmente presa de los instintos
pasajeros. Esto lo convierte en un personaje capaz de cualquier atrocidad
sin el menor dejo de conmiseración.
Sin embargo, es inepto para dominar su deseo, y por tanto preso de él.
Y ya sabemos (Bereshit / Génesis 8:21) que por
naturaleza, el inculto deseo de la persona tiende hacia lo negativo. Es
solamente mediante Torá y preceptos que el deseo se cultiva para que
sintonice y colabore en armonía con su esencia espiritual.
La vida de un esclavo de este plano es un llamado de atención permanente, un
reclamo perpetuo para recibir más y más para sí, una exigencia para que lo
adulen y alaben, un intento por atraer a otros a su centro de gravedad sin
beneficiarlos directamente en nada. (Los dos exponentes más
famosos de esclavitud en el plano desiderativo son Jesús el pecador, y Pablo
el rebelde. Tal como el árbol sus frutos, y así vemos como es habitual entre
los misioneros encontrar personas corrompidas en este plano, y por lo tanto,
esclavizadas a él.)
.
Para liberarlo, primero hay que callarlo.
Negarle cualquier oportunidad a su deseo negativo para expresarse.
Esto en lugar de ser una falta de consideración hacia la persona, es el
mecanismo para limpiarlo de la adicción a creerse el centro del universo.
Cuanto más charla se le dé, cuanto más espacio para emitir sus opiniones,
menos resultado dará el intento por libertarlo.
Luego, o al mismo tiempo que se le impone el mutismo, hay que ponerlo a
trabajar en lo que es realmente trascendente y generoso… lo desee o no.
Cuando se quita las cadenas, es una persona que desea beneficiar al prójimo.

Por último, el que queda sumergido en el nivel
intelectivo, está empantanado en pensamientos inútiles, en dudas
asfixiantes, en ignorancia militante, en erigir excusas en lugar de
enfrentar los hechos desnudos.
Sus reflexiones (absurdas muchas veces, aunque teñidas de una
pátina de alta filosofía)
no están en principio movidas por un deseo
negativo, a diferencia de los motivos que dirigen al Perverso en sus
argumentos (el perverso afirma, nunca indaga… aunque use
signos de pregunta en sus frases)
.
Su vida es un pensar, sin hacer lo máximo que está a su alcance.
Para liberarlo, hay que brindarle argumentos claros y concisos. Razones
perfectamente delimitadas, explicaciones que sean razonables.
Y hay que acicatearlo con fineza y constancia para que demuestre su valía a
través de las acciones nobles y necesarias.
Al romper el yugo de la hiper-reflexión estéril, emplea su potencia
intelectual para promover el bienestar.

Hasta aquí un resumido bosquejo de los cuatro
hijos y los cuatro modos de la esclavitud.

El lector atento ya habrá advertido que nos
hemos quedado sin mencionar al quinto hijo.
Es que, este hijo no existe.
La Torá nos habló de cuatro hijos, no de tres ni de cinco.
Esto significa que no hay un quinto hijo.
Es decir, no hay inmadurez para el que llega a habitar en el plano
Espiritual (del cumplimiento cabal de los preceptos).
No es hijo, sino padre.
Un padre que ha trabajado, y lo continúa haciendo cada día de su vida, para
no ser aprisionado en alguno de los otro cuatro planos de su existencia.
Es un padre que educa con paciente esmero a los cuatro hijos que lleva
dentro.
Es el padre que responde, y se responde.
Es el padre libre y que libera.
(Un ejemplo muy simple y cotidiano:
Moishe es una persona que ha madurado con tal calidad que ha llegado a ser
morador del plano Espiritual. Pero Moishe vive en Este Mundo, con sus
conflictos, anhelos, tentaciones, desencantos, etc. Un día, en un agasajo de
ciertos conocidos, le presentan a Moishe un plato de comida no kosher.
¿Qué es lo que puede ser que acontezca en una fracción de segundo dentro de
Moishe?
Su plano corporal lo pincha: ‘Tengo hambre y no puedo esperar más, ¡come
ya!’.
Su plano afectivo le implora: ‘¿Qué pensará de ti esta gente que le rechazas
su gentil ofrecimiento de comida? Come ahora para no avergonzarlos y
avergonzarte.’
Su plano desiderativo le exige: ‘¡No me vengas con tus tonteras de judío!
¿Qué te va a hacer un platito de esto? ¡Come ahora que la vida es corta!’.
Su plano intelectual razona: ‘Ciertamente yo sé que no debo, pero es un
mandamiento tan antiguo… quizás no tiene ya fundamentos en la actualidad.
Los estudios de los médicos señalan que… blablablablablablablabla… por
lo tanto, estaría en condiciones de comer de este plato y después en todo
caso me arrepiento y blablablabla…’.
Pero, el padre, plano Espiritual recuerda: ‘El Eterno me ha ordenado que no
lo coma, y eso es lo que debo hacer’)
.

Todos llevamos dentro nuestro estos cinco
planos, y todos tenemos la capacidad de ser hijos o padre. Es cuestión de
querer liberarse y trabajar por ser libre.
Las herramientas nos han sido dadas, así como la fuerza para lograrlo.

Nunca es tarde para comenzar a ser libre…
¿por qué no prueba con

Cabalaterapia online
?
Con la Cabalaterapia se procura educar a nuestros hijos internos, para dar
dicha y tranquilidad a nuestra vida, y especialmente un sentido por el cual
vivir realmente con fidelidad a la Verdad.


Moré Yehuda Ribco

http://serjudio.com/shemot/bo64.htm

No-preguntas de un misionero

Les recomiendo que relean este texto:

Claves: Mesías, mesiánico, interpretación, Isaías, siervo, sufriente, profeta, profecía, Proverbios, hijo, Dios, religión, Midrash, Talmud, rabino, rabínico, oral, Torá, estudio, bíblico, Biblia, Israel, israelita, hebreo, judío, judaísmo

judíos preguntas respuestas mashiaj hamashiaj fiestas jaguim shabat shabbat rezos plegaria Dios Pregunta: Yehuda Ribco
Saludos desde guayaquil-ecuador, soy un joven que le gusta mucho aprender y tratando de encontrar informacion sobre los judios encontre su pagina q me parece muy interesante. Aunque me gustaria preguntarle muchas cosas, creo q me seria de mejor ayuda si usted me podria facilitar algun tipo de estudio judio(costumbres, creencias, mitos, entre otras)…sabe la verdad que los comentarios q he leido y las respuestas que usted a dado a los mismos me han parecido muy interesantes…el que mas me llamo la atencion es el de el mesias, para este comentario le citaron estos versiculos:
Isaías 7:14 y 9:5,6, al rey Jizquiá/Ezequías.
isaías 53, a la nación judía.
proverbios 30:4, a Moshé/Moisés nuestro maestro.
revise y analice lo q usted dice d cada uno y su capitulo entero lei, y si usted dice q el primero hable de ezequias…el no fue rey antes de isaias?? como podria isaias profetizar algo q ya paso?, el segundo dice q habla de la nacion judia…acaso su nacion fus exterminada? pago los pecados de todos? por sus llagas somos curados??, la tercera…me parece q habla del hijo de dios, no de moises…por favor expliqueme pues me gustaria aprender, no le escribo para polemnizar, solo lo hago para aprender.
gracias
Xavier E., País: Ecuador

Shalom.

Aquel que no quiere polemizar,
usa los signos de interrogación para PREGUNTAR realmente
no para dar sus opiniones encubiertas como si fueran preguntas.

Así pues,
daré las respuestas que son razonables y verídicas,
el que tiene ojos ciegos y corazón clausurado… ¡que crea lo que le parezca!

1- ¿Dice usted que Isaías vivió DESPUÉS del rey Ezequías y NO antes?
Mi única respuesta ante esta afirmación es:
¡Gracias por rescribir la historia y avisarme que lo ha hecho!

La verdad es tan simple de descubrir, está solamente abriendo el Tanaj y leyendo el comienzo del libro de Isaías:

«Visión de Isaías hijo de Amoz, que vio acerca de Yehudá [Judá] y de Ierushalaim [Jerusalén] en los días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Yehudá [Judá]«
(Ieshaiá / Isaías 1:1)

Y por si fuera poco:

«Entonces el Eterno dijo a Isaías: -Sal al encuentro de Acaz…«
(Ieshaiá / Isaías 7:3)

Momentos más tarde se encuentra Isaías con el rey Acaz y le avisa que su joven esposa está embarazada, cosa que nadie sabía, y que en unos meses daría a luz a un hijo… a Ezequías (tal es lo que acontece en el capítulo 7 de Isaías, nada de estúpidas versiones idolátricas de vírgenes pariendo u otras sandeces propias de la mente supersticiosa del idólatra).

Y TODOS sabemos que Acaz fue el padre de Ezequías… ¿lo sabemos no?:

«…comenzó a reinar Ezequías hijo de Acaz, rey de Yehudá [Judá].«
(2 Melajim / II Reyes 18:1)

Así pues, renuevo mi agradecimiento hacia usted,
por avisarme gentilmente que ha la historia del Tanaj es falsa,
y que usted es el que posee la verdad esclarecida en lo que respecta a
que Isaías vivió después de Ezequías, y nunca le profetizó nada a Acaz.
Mi más sentido agradecimiento para usted y todos los suyos.

2- Como ya hemos demostrado claramente, el siervo sufriente de Isaías 53 ES la NACIÓN JUDÍA, si quiere saber las evidencias, tómese el real trabajo de buscar en el sitio lo que está publicado.
Ahora bien, usted dice entre signos de pregunta: «acaso su nacion fus exterminada? pago los pecados de todos? por sus llagas somos curados?«.
Y la respuesta es, sí.
Arafat, Hitler, Osama, la Inquisición, las expulsiones de aquí y allí, los cosacos, los cruzados, las persecuciones romanas, las prédicas asesinas desde los púlpitos de las iglesias, los falsos judíos mesiánicos, Pablo de Tarso, el exilio del 135, el exilio del 70, el exilio del -450, Amán, los pogromos, Mel Gibson… ¿acaso todo esto no es parte de un intento reiterado una y otra vez por exterminar a la nación de Dios? Los malvados lo intentan, y a veces en gran medida lo logran… pero hay un Dios fiel que nos ha prometido una Alianza Perpetua, y Él nos defiende y no permite que nos acaben totalmente.
La nación judía, claro que paga los pecados de los demás. ¿O acaso no se nos acusa de comunistas, fascistas, liberales, ateos, religiosos, legalistas, inmorales, tradicionalistas, revolucionarios, inconformistas, quedados en la historia, asesinos o peleles?
Cada enfermo (moral) nos ataca con su enfermedad, y nosotros recibimos todos esos ataques una y otra vez, miles de veces nos llueven los ataques enfermizos que los enfermos nos lanzan como pretendiendo liberarse con sus perversiones hacia nosotros de sus perversiones y locuras.
Los malvados que nos atacan a diestra y siniestra creen encontrar paz en sus ataques, por las llagas que nos hacen, ellos sienten el placer de creerse mejores… cuando en realidad se hunden en lo más podrido de la malicia.
Así pues, cada hijo de Israel torturado, masacrado, expulsado, perseguido, violentado, vejado, estafado… ES un siervo sufriente de Dios,
y en conjunto la nación santa de Israel ES el siervo sufriente de Isaías 52-53.
¿Acaso alguien más puede decir lo mismo de sí mismo, o de su nación?
Solamente si rescribe nuevamente la historia (y la plaga de mentiras, fantasías y mitología), podrá hallar a alguien que ocupe mejor el puesto del siervo sufriente de Dios.

3- Ok, a usted, que es el que rescribe la historia, no le gusta la interpretación tradicional y exacta, que es Moshé el que es referido en Proverbios 30:4 como el que subió a los Cielos.
¿Qué argumento tiene usted para oponerse como lo hace a la explicación dada por la santa y fiel a Dios Tradición de Israel?
¿Acaso su fe en un falso mesías, inmundo pecador que tuvo el atrevimiento de hacerse pasar por «hijo de dios»?

Podemos probar una interpretación alternativa…
Dice el proverbista:

«¿Cuál es su nombre, y el nombre de su hijo, si lo sabes?«
(Mishlei / Proverbios 30:4)

Cualquiera que es fiel a Dios, SABE el nombre del PRIMOGÉNITO de Dios,
como usted parece desconocerlo, permítame decírselo con las propias palabras de Dios:

«Así ha dicho el Eterno: ‘Israel es Mi hijo, Mi primogénito…«
(Shemot / Éxodo 4:22)

¿Le gusta a usted esta interpretación?
Espero que sí, pues es lo que Dios dice explícitamente, sin vueltas ni rodeos.

En cierto momento crucial de la Historia, Israel estuvo bajo el liderazgo de Moshé,
por lo tanto, a quién correspondía dirigirse cuando uno se quería dirigir a toda la nación hija primogénita de Dios… a su líder, a Moshé.

Hasta aquí las respuestas a preguntas no formuladas.

Quedo a las órdenes de los sinceros lectores que tengan verdaderas consultas o dudas,
a las órdenes de los que quieren en verdad aprender, y no solamente predicar su fe en la falsedad.

Que el Uno y Único Dios bendiga a quienes le son fieles servidores, y que sepamos construir Shalom, Iebarejejá H’.

Yehuda Ribco

http://serjudio.com/rap2801a2850/rap2839.htm

Responsabilidad de sus antepasados

El Eterno concertó un pacto perpetuo con Noaj/Noé y sus descendientes, toda la especie humana.

La parte humana correspondiente a este pacto es el cumplimiento de los Siete Mandamientos Universales.

Las personas se desviaron de la senda correcta, dejaron de lado los mandamientos, asumieron sus propios deseos y doctrinas.
Mantuvieron solamente aquello que les convenía o no les importunaba.

Pero, un puñado de personas se mantuvo leal, un grupito pequeño, del cual luego surgió la nación judía.
Esta nación fue dotada de un pacto alterno, exclusivo, que se concreta con la entrega de la Torá por parte de Dios para los judíos.

Los siglos pasaron, los milenos pasaron, ahora hay un renacer de la conciencia de la identidad espiritual de los gentiles.
El noajismo está renaciendo.

Pero, hete aquí que muchos se quejan y protestan.
Pretenden tener una Torá propia, o ser parte de la Torá de Israel.
Exigen y demandan que el pacto noájico esté claramente establecido en la Torá.
Reclaman que la Torá de Israel sea compartida y los ilustre, tal como si fuera su heredad y patrimonio.
Se enojan cuando descubren que no tienen parte en ella.
Y siguen demandando precisión, claridad, mandamientos noájicos firmemente estipulados en roca, o al menos en antiguos escritos «sagrados».
Insisten en obtener respuestas de los judíos, y se ofenden cuando los judíos no quieren o no pueden darle lo que quieren.
Siguen iracundos, se sublevan en contra de esos judíos «aislacionistas» que no comparten su Torá.
Prefieren buscar «otras verdades» (como si hubiera más de una…), porque no son receptores de la Torá, porque no encuentran un códice antiguo que esté titulado: «Siete Mandamientos Universales».

No entienden, no pueden o no quieren entender…

Los antiguos antepasados gentiles fueron los responsables de cortar el vínculo con el Eterno.
El pacto siguió y sigue vigente, pues es perpetuo, pero aquellos ancestros gentiles no hicieron su parte, mucho menos la trasmitieron a sus hijos.
La culpa de esa terrible desidia no es de los judíos, tampoco de Dios.
Es de los antepasados de los gentiles.
La Torá es el libro de la alianza entre Dios y los judíos, NO entre Dios y los gentiles.
Por tanto, pretender encontrar un código legal noájico delimitado claramente en la Torá, es como pretender encontrar un tratado de ortografía en un libro de matemáticas.

Que no tengan tradición de los siete mandamientos, no es culpa ni responsabilidad de los judíos.
Tampoco de Dios.
Es vuestra herencia malgastada por vuestros ancestros.
Id a ellos a reclamarlos, no a los que no tienen nada que ver.

Por bendición, resulta que los judíos a pesar de todas las dificultades se mantuvieron fieles a Dios.
Los judíos preservaron sus mandamientos (que son 613 y no solamente 7), mantuvieron vital su tradición, cuidaron de no corromper el legado sagrado.
Ellos guardaron la memoria de los Siete Mandamientos Universales, aunque no es la porción correspondiente a los judíos.
En antiguos libros judíos aparecen mencionados, al pasar, como dato anecdótico, como leyes secundarias de vínculo con gentiles.
Al pasar, porque no hace a la esencia de la vida judaica, sino a la noájica.

No es cuestión de los Sabios de Israel preservar la heredad de las naciones, sino de cada uno hacerse cargo de lo que Dios le ha dado como legado y patrimonio.

Por tanto, aquel que se llama buscador de la verdad (que es una sola, por cierto), no puede tener el descaro de reclamar, demandar o exigir NADA ni de los judíos, ni de los textos sagrados judíos, ni de Dios (en lo que refiere a la preservación de los mandamientos universales).
Sino solamente de sus propios antepasados.

¿Que no tienen a quién reclamarle?
Pues entonces, asuman su realidad tal cual es, sin maquillajes, sin disfraces, sin bravuconadas.
Háganse cargo del menguado legado que recibieron de sus padres.
Tomen sobre ustedes la responsabilidad que ellos no supieron tomar, para que ustedes sean los dignos preservadores del pacto eterno noájico, y los que darán continuidad en sus descendientes a este camino sagrado.

Y con humildad, y con valentía, y con buen ánimo reconocer la inmensa gratitud que se le debe brindar a aquellos judíos que comparten la memoria milenaria de los Siete mandamientos, para que no se pierdan los noájidas, sino que vivan a plenitud.

Gratitud por aquellos judíos que dedican de su tiempo y esfuerzo, en gran medida desinteresado y generoso, para que sean cada día más las personas leales al Eterno, los seguidores de la Buena Senda por Él diseñada.

Gratitud para con Dios, que les brindó un pacto eterno, simple, claro, humano, inscrito en el alma de cada persona.

Miedos del noájida re-nacido

A continuación enumero algunos de los asuntos preocupantes que rondan por la mente de aquellos que recién se enteran que existe algo más antiguo que el Judaísmo, es decir, el Noajismo. Esto con el propósito de mostrar que en algún momento el 99.9 % de los fulvidianos (el otro 00.1% son aquellos que nacieron y crecieron en un hogar netamente noájico sin rastros de religión) pasamos por situaciones parecidas, pero que a la larga vinieron a ser parte del proceso de cambio, de mejora y/o maduración. Claro está, esto no significa que aquellos que ya tenemos cierto tiempo montados en la barca de Noaj hemos alcanzado el culmen de este viaje hacia la plenitud. Todo lo contrario, ahora es que falta.

Veamos:

1. Miedo a que la relación con Dios no vuelva a ser lo mismo que antes. Antes se creía tener una comunión intensa con el Eterno, pero a la luz del noajismo, darse cuenta que no fue tal, es una realidad que impacta a muchos. Cómo se pudo adjetivar de intensa una relación basada en la mentira de un falso e inexistente mediador, que por ser colgado consiguió supuesta entrada a la presencia de Dios, y por sus supuestos méritos había libre acceso. Y más aun, qué intensidad hay en entablar un dialogo con Dios ataviados de vestimentas ajenas: Kipá, tefilin, tzitziot, talit.

2. Miedo a aceptar que no se es parte del pueblo hebreo. Gracias a las religiones, la idea de pertenecer a una nación no elegida causa un sentimiento antipatriótico, donde pertenecer a Israel lo es todo y haber nacido en cualquier otro lugar es visto como una maldición.

3. Miedo a aceptar que el Tanaj (Biblia) no es heredad de las naciones. Durante años se leyó una carta de amor que contenía promesas, palabras bonitas y regaños amorosos, que en primer lugar estuvo dirigido a otras personas, pero que otros pretendieron cambiar el destinatario y la esencia del mensaje. Enterarse que esa carta de amor no estaba dirigida a los gentiles hace sentir estúpido a cualquiera que haya creído lo contrario.

4. Miedo a dejar de lado la meta de hacer conversión al judaísmo. Tienen la falsa ilusión de que si no se es judío no se es nadie. Les hicieron creer en sus iglesias, o en su ignorancia, que ser judío es lo máximo. Tiene la falsa idea de que solo los judíos «van al cielo». O por ahí creyó que cambiarse de camiseta y vestir la del judaísmo era una solución a diversos problemas personales y emocionales. Así se planteó un día la meta de asimilarse a los judíos, camuflarse de uno, hacerse pasar por judío. Se le ocurrió que siendo convertido y haciendo un judaísmo a su medida estaría salvo y feliz.

5. Miedo a olvidarse de ir a establecerse a la tierra de Israel. Hazte judío y vete a vivir a Israel porque las demás naciones se van a pudrir. ¿Y quién dijo que un noájida no puede irse a vivir a Israel? Pero si es por razones escapistas… hay mucha tela para cortar.

6. Miedo a decirle a otros que en realidad nunca fuimos judíos, que se erró al afirmar dicha idea. «No gracias, yo no como jamón, soy judío» vs. «¿Y eso que ahora come jamón, usted no dijo que era judío?, Sí, pero… solamente es un pedacito».

7. Miedo a comer cerdo porque la convicción de que es un animal maldito, inmundo, sucio, etc, aun permanece. Concebir la idea que afirma que un animal fue creado maldito es igual a creer en el agua bendita. ¿Acaso el agua fue creada maldita que precisa que se le bendiga?

8. Miedo a dejar de leer el Nuevo Testamento. La «neotestamentodependecia» sucede cuando se comienza a creer que leer otros los libros es una pérdida de tiempo y que sus autores están destinados a la perdición porque son «del mundo». Y que la verdad se encuentra es los evangelios y las cartas de los seguidores del colgado.

9. Miedo a descubrir que los líderes anteriores estaban errados en sus enseñanzas. El idealismo, la infalibilidad, la perfección proyectada por la religión, son sofisticaciones que demuestran claramente las falsas bases sobre las cuales ésta se erige.

10. Si se fue pastor, predicador, evangelista, profeta, maestro dominical, líder de alabanza y adoración, intercesor, danzor; y según la óptica mesiánica: jajam, shaliaj, moré, talmid, jazán, roé; miedo a aceptar que ahora se es un humano común y corriente, con defectos y virtudes. Y que entre los deberes no está decirle a otros qué hacer con sus vidas. Sin comentarios.

Finalmente, los anteriores miedos son subjetivos, irreales, falsos.

  • La verdad es que ahora la relación con Dios es real, mejor, única y por sobre todo directa.
  • La verdad es que es un orgullo sano ser parte de una nación con arepas, mate, tortillas, pupusas, enchiladas, frijoles, asados, las medias lunas, los panchos, el sancocho, etc.
  • La verdad es que ser herederos de Siete Leyes es un gran honor.
  • La verdad es que vivir y pasar al Mundo Venidero siendo noájidas es positivo, refrescante, alentador, prometedor.
  • La verdad es que quedarse viviendo en el país de origen, mejorándolo, enriqueciéndolo, construyéndolo, prosperándolo es un buen ejemplo para nuestros hijos.
  • La verdad es que afirmar con la frente en alto «soy gentil» es muestra de madurez.
  • La verdad es que apreciar la creación como una obra maravillosa, incluyendo al cerdo, es aplaudir la obra del Eterno.
  • La verdad es que leer, instruirse, formarse, compartir opiniones, buscar la verdad, con una mente abierta al aprendizaje, resultará en un crecimiento personal inimaginable.
  • La verdad es que aceptar que el Maestro por excelencia es el dador de las Siete Leyes, es un antídoto contra la tendencia humana de manipular vidas ajenas.
  • La verdad es que la enseñanza significativa es aquella que se da con el ejemplo, con las acciones, con los hechos.

Noájida que recién llegas, que recién naces: Vive sin miedos. Asume tu identidad liberadora. Sé feliz, eres noájida.