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El Señor Jones y el Rebbe de Lubavitch

Esta anécdota es acerca del señor Jones, un ministro Bautista, quien eventualmente renunció al Cristianismo.

En 1990, en una reunión en el Coliseo Forth Worth, anunció la creación formal de un movimiento noájida.

El señor Jones visitó Brooklyn ese mismo año en búsqueda de la bendición del Rabbi Schneerson. “El Rebbe me agarró y colocó sus brazos sobre mí y me dijo: “Vendyl Jones, estás haciendo el trabajo más importante del mundo”.

El dijo que había considerado la idea de convertirse al judaísmo, pero su esposa se opuso.

“No es un requisito”, dijo él. “Dios me hizo gentil por una razón muy específica”.

“Agradezco a Dios por lo que él (El Rabi) hizo”.

Tomado de The Dallas Morning News, 2004.

—-

Para pensar:

El mencionado Rabino, uno de los máximos exponentes y líderes del movimiento judío Jabad.

Considerado uno de los colaboradores más fehacientes de la educación noájida.

Admirado por muchos, incluso idolatrado por algunos de sus seguidores.


Llama la atención las palabras del Rabino: «Estás haciendo el trabajo más importante del Mundo»

¿Cual trabajo?

¿Acaso estudiar Torá, hebreo y cabalá?

¿Acaso procurar la conversión al judaísmo?

¿Acaso usar el tiempo de Este Mundo, para ocuparse de lo judío?

¡No!

Segun el Rabino, educar a los gentiles en las Siete Leyes de Noaj, es el trabajo más importante del mundo, nada más y nada menos.

Por otro lado,

Llama la atención la actitud del Sr. Jones.

¿Cuál actitud?

¿Acaso el procurar hacerse judío?

¿Acaso el insistir tercamente en dejar de lado su identidad noájida?

¿Acaso el dar razones que justificaran ocuparse de lo que no le compete?

¿Acaso el correr (luego de haber conocido al Rabino en persona) a hacer la conversión al judaísmo?

¡No!

Según el Sr. Jones, Dios lo hizo gentil «por una razón específica»

Finalmente,

¿Conocemos nosotros esa razón específica por la cual Dios no hizo gentiles?

¿Vivimos por y para ella?

Saludos, respetos y cariños.

Gigante!!

rebbe1Durante 92 años, D-is implantó esta alma inmensa en una generación que necesitaba cambios para poder enfrentar los desafíos que iba a tener. Para llevar al pueblo judío a un compromiso más grande con su legado y al noájida para hacerlo descubrir lo bello que es servirle al Amo del Universo con verdad, alegría y conocimiento.

La antorcha de su alma es la que ilumina nuestra senda para llegar a los días del Mashiaj preparados, sin temor y con la seguridad de que estamos haciendo lo correcto.
Cada uno de sus escritos, de sus charlas de sus palabras tenían una sola dirección; librar al mundo entero del dolor, del odio y la codicia que lo enferma. Su saludo y despedida tenían una sola consigna traer al redentor del mundo inminentemente.

El Rebbe, como es llamado dejo un tesoro en enseñanzas (mas de 250 libros), enseñándonos como acoplar cualquier tema espiritual a la vida cotidiana y moderna, a ver en cada problema la raíz y enfocarla a el alma, para encontrar la respuesta en el mundo ordinario.

Su éxito como guía para judíos y noájidas fue que no solo era un erudito religioso vestido de Jasídico, sino que se convirtió en un experto de la vida humana, captando en sus enseñanzas y sus palabras los problemas cotidianos a los cuales se puede enfrentar un rabino, un médico o una persona común.

No tuve la buena suerte de conocer al Rebbe, pero mi guía, igual que todos los Jasidim del planeta es un ejemplo vivo de sus enseñanzas. Viviendo al compás de la Torá día y noche, aconsejando sin interés en cualquier circunstancia y de forma amable y acertada.

Un tres de Tamuz hace 15 años, el gigante de nuestra generación partió de este plano, pero en cualquier lugar donde haya un jasidim se siente su presencia y se respiran sus enseñanzas.

Gracias Rebbe por confiar en nosotros como noájidas, gracias Rebbe por los Jasidim, gracias Rebbe por mi maestro, gracias Rebbe por prepara el mundo para el Mashiaj; pronto en nuestros días.

Futbol Espiritual

world-cup-soccer-ballPersonalmente soy un gran aficionado al futbol, cuesta mucho que me pierda un partido de mi equipo favorito (llamado el Saprissa); pero también me preocupa el hecho de perder valiosos minutos sentado frente a un televisor viendo 22 hombres corriendo tras un balón. Uno de mis maestros dice que en el futbol todos ganan menos tu; el equipo gana dinerales en patrocinios, los jugadores reciben sueldos exorbitantes por hacer lo que les gusta, el canal que trasmite el partido gana pues recibe de los anunciantes millones; mientras que nosotros solo gastamos 2 horas de vida sin recibir un solo incentivo.
Debido a mi inquietud y a mi decepción recibí una explicación dada por el Rebbe de Lubavitch sobre el futbol que quiero compartir con ustedes
El mundo es esférico como un balón de futbol. Esa pelota o globo (el mundo), fue entregado a cada uno de nosotros. El objetivo de la vida es introducir ese balón (hacer un gol) en el “portón del Rey (el arco)”.
El plan de D-is no quiere que introducir el globo en el arco se algo sin obstáculos; por el contrario están todos nuestros adversarios (temores, falta de fe, instintos, emociones, etc.), dispuestos a detenernos para lograrlo (el equipo contrario). Así como nosotros tratamos de meter el “balón” en el “arco del Rey”, nuestros adversarios luchan por meterla en el “arco del mal”.
Pero, es exactamente la competencia del equipo contrario la que nos motiva a luchar y ganar, pues si se hiciera un partido de todos en el mismo equipo, sin adversarios, sería el más aburrido del mundo.
La enseñanza Jasídica explica que el deseo de victoria nos impulsa a buscar más profundamente dentro de nosotros mismos para revelar nuestro potencial oculto. Igual a un rey que estaría dispuesto, en momentos de guerra, a vaciar su tesoro con tal de ganar la guerra. Es la batalla espiritual que tenemos con nuestros instintos negativos lo que nos impulsa a descubrir nuevas habilidades y fortalezas guardadas en nuestro “tesoro” espiritual.
Este tipo de conducta se ve especialmente en el futbol, donde cada equipo trata de reprimir los esfuerzos del otro por hacer un gol. Y es sabido que la motivación más grande de un jugador no es lo que ganan, ni la condición física que alcanzan; solamente su deseo personal de salir ganadores es su fuente para luchar.
De la misma forma que en el futbol, uno puede moverse con pereza. Debemos mantenernos en movimiento con vitalidad, corriendo, saltando y driblando los desafíos de la vida. Esta tarea no solo se logra con la cabeza, ni con el corazón, sino también con los pies; cuando ponemos en práctica lo que sabemos y aprendemos, para llevar el “gran balón” a él “arco del Rey”.
Sigamos disfrutando de los partidos y juguemos futbol con la bola inmensa que nos regalo nuestro Papá D-is.

Aniversario del fallecimiento de un sabio

Yosef_rebbeRabí Yosef Izjak Shneerson(bendita sea su memoria),el sexto Rebbe de Lubavitch , un hombre que con su carácter enseñó como trascender los límites personales y aprovechar cada segundo aun en los momentos más difíciles, como los fueron los de los dominios de zar y la segunda guerra mundial; siempre exigiendo el máximo de cada uno de sus seguidores; la palabra suficiente no existía en su vocabulario y eso lo llevo a seguir llenando de fuerza y energía a una potencia espiritual mundial como lo es Jabad Lubavitch. Decía que uno cuando va a enseñarle a alguien no debe ponerse a planear mucho las cosas, pues este mundo ahoga a las personas y si tú ves a alguien ahogándose no puedes ponerte a planear como salvar a esa persona, pues el tiempo es sumamente importante, por lo tanto insistía en enseñar, guiar, sembrar sin esperar ni planear mucho; pues algo que se enseñe hoy le puede salvar la vida a alguien en el mundo futuro.
Se cuentan cientos de historias de cómo su sabiduría, su inspiración y sus milagros ayudaron a cientos de personas a superarse y crecer; entre tantas quiero compartir una que me ha gustado personalmente mucho:
Era el verano de 1896, el y su padre paseaban por los campos de Balivka, una aldea cerca de Lubavitch. El grano estaba a punto de madurar, el trigo y las hierbas oscilaban suavemente en la brisa.

Su padre le dijo: «¡Vé la Divinidad! Cada movimiento de cada tallo y hierba fue incluido en el Pensamiento Primordial en creación de Di-s, en Su visión holística de la historia y está guiada por la Providencia Divina hacia un propósito de Divinidad.»

Entraron al bosque. El Rab absorto en lo que había escuchado, excitado por la apacibilidad y la seriedad de sus palabras, pasó junto a un árbol y distraídamente arrancó una de sus hojas. Sosteniéndola un rato en sus manos, siguió caminando pensativo, rasgándola en pedacitos y lazándolos al viento.

«El Santo Ari» dijo su padre, «dice que no sólo cada hoja de un árbol es una creación investida con hálito Divino, creada para un propósito específico dentro de la creación de Di-s, sino también que dentro de cada una de las hojas hay una chispa de un alma que ha descendido a la Tierra para encontrar su corrección y propósito.

«El Talmud,» continuó, «enseña que un hombre siempre es responsable de sus actos, despierto o dormido. La diferencia entre la vigilia y el sueño radica en las facultades internas, su intelecto y emociones. Las facultades externas funcionan igualmente bien en el sueño, sólo las facultades internas están confusas. De esta manera, los sueños se nos presentan con verdades contradictorias. Un hombre despierto ve el mundo real, un hombre dormido no. Ésta es la profunda diferencia entre la vigilia y el sueño: cuando uno está despierto ve la Divinidad; cuando está dormido, no.

«No obstante, nuestros Sabios sostienen que el hombre siempre es responsable de sus actos, despierto o dormido. Hace un momento hablamos de providencia Divina y sin pensarlo, arrancaste una hoja de un árbol, jugaste con ella, la cortaste en pedacitos y tiraste al viento.

«¿Cómo puede uno ser tan cruel con la creación de Di-s? Esta hoja fue creada por el Omnipotente con un propósito específico y está imbuida con la energía Divina de vida. Tiene un cuerpo y tiene su vida.

Hoy 10 de Shvat, recordamos el día en que su alma dejó los límites físicos y se volvió mas real de lo que ya era.

Para nosotros los noajidas este gran hombre nos es poco concocido o desconocido totalmente, pero los miles de alumnos que han vivido y viven con sus enseñanzas y las de sus alumnos y maestros, ven en el noájida un rol sumamente importante en el mundo y en la sociedad actual, al punto de sentir la necesidad de que el noajida debe aprender y alimentarse espiritualmente constantemente. Al punto de que inclusive el Rebbe Menajem Mendel, quien fue el sucesor de el Rab del que hablamos, y que tambien celebra hoy su aniversario de liderazgo, hizo una campaña llamada 7 para 70, exclusivamente para noajidas y tambien logró que el congreso de los Estados Unidos aceptara las 7 leyes noajidas como los cimientos de la sociedad y que se empezaran a enseñar en las escuelas públicas.

Que la memoria y los logros de estos grandes maestros nos ayude a acelerar la venida del santo Mashiaj pronto.

Cuatro niveles de sincero arrepentimiento

Es importante tener presente que hay muchas cosas que aprender y mucho que andar y compartir en la vida que el Señor nuestro Dios nos da en este mundo, por ello doy gracias primeramente al Eterno por la sabiduría y sencillez que ha puesto en las enseñanzas del More Yehuda Ribco quien con esa pluma sencilla trae a nuestras vidas la enseñanza de un camino al cual Hashem nos llama a andar como Justos, por ello pido al Eterno grandes bendiciones que multipliquen la sabiduría para tratar cada asunto de la vida que comparte con todos aquellos que hemos visto la Luz del Eterno a través de sus enseñanzas, Publicado con autorización del More Yehuda Ribco

II.- CUATRO NIVELES DE SINCERO ARREPENTIMIENTO
GENESIS 44:23
Lic. Yehuda Ribco Shabbat: Tevet 7, 5766; 6/1/06
Un comentario a la Parashá Vaigash
Esencia y máscaras
En la parashá de esta semana, los hermanos, más específicamente Yehudá el líder, recuerdan que Iosef, en su personificación del mandamás egipcio, había dicho:
«‘…Si vuestro hermano menor no viene con vosotros, no veréis más mi cara…'» (Bereshit / Génesis 44:23)
En cierta manera, estas palabras eran su reto, su prueba hacia los hermanos.
Pues, ellos debían demostrar que existía el tal hermano menor que ellos habían mencionado, pero que estaba ausente. Además, debían exhibir que eran capaces de viajar con suficiente armonía como para traerlo en paz hasta Egipto. Que habían cambiado y que ya no eran los hermanos pendencieros y envidiosos que lo habían lanzado a él al oscuro pozo y a la dura esclavitud.
Además, era también una manera para poder reconocer que el padre y el hermano menor confiaban lo suficiente en ellos como para admitir este viaje en conjunto. Pues, si padre o hermano menor desconfiaban de la honorabilidad de los hermanos, difícilmente el hermanito viajaría con ellos.
En cierta manera, la frase que citamos era también algo así como su amenaza hacia los hermanos. Pues de no traer al hermano, no habría realmente comida.
Además, ellos estarían demostrando que no eran dignos de confianza, pues decían algo y luego no lo cumplían. Y además, era la clara amenaza de que terminarían en prisión de por vida, o algo peor, si aparecían nuevamente en Egipto sin Benjamín.
Pero, en cierta manera este enunciado de Iosef era también una profunda enseñanza hacia sus hermanos (y de paso para nosotros). Tal como si les estuviera diciendo:
Ustedes que no supieron comportarse correctamente con el hermano menor en el pasado, tienen ahora la oportunidad de redimirse mediante la teshuvá -el sincero arrepentimiento-. Pueden revivir aquella situación, y tomar ahora una decisión errónea como antaño, o una acertada que cambiará para siempre sus vidas.
Si escogen bien, se limpiarán de una enorme carga, de mucho resentimiento y dolor.
La decisión depende exclusivamente de ustedes, son ustedes los que escogerán si me volverán a ver como hombres íntegros o si continuarán cargando su pesada culpa de por vida.
Cuando dijo «…no volveréis a ver mi rostro…», la idea era que eventualmente volverían a ver al príncipe egipcio, que era la careta más imponente que ocultaba la verdadera personalidad de Iosef; pero, para volver a ver a Iosef el hermano, al Yo Auténtico, ellos debían hacer teshuvá, y ese era el mensaje oculto de la frase.
Y he aquí una gran enseñanza para nosotros. Si nos concentramos en lo esencial y hacemos lo correcto para obtener bendiciones de paz, la serenidad insuflará vida a en nuestras vidas. Si nos enfocamos en nuestro Yo Esencial o Auténtico para comunicarnos con el Yo Auténtico del prójimo, sin dejarnos engañar por los Yoes Vividos1, por las caretas que nos ponemos por miedo, entonces lograremos un enlace vital que nos fortalece. Si hacemos que nuestro hermano menor, aquel que no está contaminado por los valores pasajeros, por las modas, por los adoctrinamientos, ese hermano menor que permanece casto y puro, si hacemos que él vaya con nosotros, que se manifieste, entonces podremos hallar el verdadero rostro de nosotros y de nuestro semejante.
Es un hecho que todos cargamos con algún resentimiento, más o menos profundo, más o menos consciente, más o menos activo y perjudicial. Desde incluso antes de nacer nos van depositando sentimientos, ideales, sueños, agresiones, libretos que no son nuestros, pero que se van convirtiendo en una máscara que encubre nuestra auténtica identidad. Nos vamos familiarizando con las máscaras de aquellos que nos rodean y vamos por la vida creyendo que las máscaras que presentamos son nuestra identidad. ¡Pero ciertamente que esto no es así! Nuestra identidad esencial no se ve disminuida o crece con los influjos externos, es un núcleo estable y permanente (incluso nos sobrevive luego de la muerte a Este Mundo). Pero tristemente la mayoría vivimos una vida de engaños, voluntarios pero en general involuntarios, y provocados por enfocarnos en las máscaras en vez de en la identidad esencial. Como esas máscaras nacen a partir de las máscaras de los otros, nuestros sentimientos de los sentimientos de otros, nuestros pensamientos negativos de pensamientos negativos de otros, etc., debemos hacer un profundo proceso de reparación, de teshuvá, para retornar a nuestra esencia y de esa manera hacer nuestra parte para redimir al mundo.
«Teshuvá», en el contexto de valores y ética se traduce generalmente como «arrepentimiento». También puede ser entendida como «respuesta» o como «reparación».
Todas estas acepciones que de cierta manera ya hemos usado hasta ahora, pero de hecho, la traducción literal es «retorno». ¿A qué o quién retorna el que retorna, el que hace teshuvá? Pues, retorna a su auténtica identidad, a su Yo Esencial, a la chispa de divinidad que nos da vida. Retornando, reencontrando cada uno de nosotros nuestro Yo Esencial, estamos también encontrando el camino para cumplir cabalmente el mandamiento que nos dice:
“… [Haz de saber que] Yo soy, el Eterno tu Elokim que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud…» (Shemot / Éxodo 20:2)
En nosotros está continuar liberarnos o seguir siendo los esclavos del sentimiento adverso, y así ir por la vida como un derrotado, que no está libre para gozar y crecer. Padeciendo esclavitud emocional, mental y espiritual, que nos llevará a in-cumplir de cierta manera el precepto que nos ordena:
«…No tendrás dioses [poderes] ajenos delante de Mí…» (Shemot / Éxodo 20:3)
¿Cómo es esto? Pues, el que está esclavo de «poderes ajenos», que es adicto a todo tipo de dependencias (personas, cultos tóxicos, Jesús, drogas, Internet, fama, dinero, etc.), está ante-poniendo su «droga» al Eterno. Por ejemplo, el ambicioso que está fervientemente detrás de la adquisición de dinero, ¿acaso es íntegro de corazón y acciones para con el Eterno? Quizás sea una buena persona, excelente ser humano y hasta alma caritativa, pero si su fervor está puesto en el dinero, está esclavo de su dependencia. Tal como este esclavo, son todos los otros que dependen (en un sentido profundo y existencial) de valores, objetos o personas que no son el Eterno.
Aprendamos entonces que está en nosotros el optar por dejar el pesado pero conocido camino del dolor, para comenzar el del retorno, y posterior crecimiento.
Aprendamos a vivir menos nuestras máscaras, y menos a juzgar las máscaras de nuestro prójimo, para poder re-encontrarnos un poco más con el prójimo verdadero y con nuestro Yo verdadero.
Para lograrlo, primero debemos hacer caso al salmista:
«…Apártate del mal y haz el bien…» (Tehilim / Salmos 37:27)
Cuatro son los niveles para comprender este profundo consejo, tal como cuatro son las etapas para desarrollar este versículo a plenitud en nuestras vidas4:
En nuestro interior así como en el mundo, el mal está mezclado y confundido con el bien. Recordemos que el fruto del árbol del Conocimiento se llamaba «del bien y del mal» (Bereshit / Génesis 2:9), es decir, de ambos confundidos en un sólo elemento. Si hubiera sido solamente fruto para conocer el mal, el Eterno no se habría avergonzado de mencionarlo así… Siendo que la luz y la oscuridad se funden en un abrazo caótico (Bereshit / Génesis 1:4), ¿cómo discernir a simple vista cuál parte del fruto es para bien y cuál no lo es?
El primer paso para crecer es darse cuenta de este hecho: a veces lo que llamamos «bueno» es tan solamente una apariencia de bien, y lo que consideramos «malo» en su esencia tampoco lo es. Cuando no podemos discernir lo que es luz de lo que es oscuridad, no hallamos oportunidades de crecimiento, estamos varados y en caos (Ieshaiá / Isaías 57:20). Por eso es imprescindible aprender a diferenciar realmente lo bueno de lo que no lo es, sin engaños, sin trampas al solitario, sin mediatintas. Saber esto, es el primer paso.

En la práctica es hacer el esfuerzo consciente para cumplir los preceptos «de no hacer» y cumplir los «harás», sin dar excusas ni justificaciones para no cumplir unos u otros.8 – 47:27
1. Por ejemplo: darte cuenta que puedes estar guardando rencor en tu corazón y que por consiguiente no estás amando realmente a tu prójimo como a ti mismo2.
2. El segundo paso es apartarse de lo negativo ANTES de proceder a hacer lo bueno. Es como tener un campo para arar y sembrar pero que está plagado de malas hierbas, que absorberán todos los nutrientes que destinemos a nuestro sembradío y no le darán oportunidad de vivir.
Así pues, en ocasiones la destrucción es imprescindible paso previo para le construcción. La crítica es indispensable para el crecimiento.
El extirpar nuestras cualidades nocivas como antesala para poblar nuestro ser de virtudes. Renunciar a pensamientos, palabras y acciones negativas que nos perjudican sin sentido y dañan sin motivo verdadero al prójimo. En la práctica es esforzarse por cumplir los preceptos de «no hacer» y complementarlos de inmediato con los «harás». Por ejemplo: no guardes rencor en tu corazón para que ADEMÁS puedas efectivamente amar a tu prójimo como a ti mismo.
3. Cuando hemos evolucionado un poco más, estamos en condición de vivir esta frase de otra manera, con más dulzura en nuestros juicios, reconociendo que no estamos libres de errores, lo que significa que si cometemos un error o pecado no por ello somos malos. Si llegamos a ser auténticos en esta vivencia, tampoco juzgaremos severamente a nuestro prójimo, y encontraremos la manera de encauzarnos y encauzarlo sin entrar en penosos conflictos o altercados personales.
Mala es la acción, no la persona que la comete (Kohelet / Predicador 7:20).
De esta manera, hacemos bien y en esta acción constructiva nos estamos apartando del mal, pues «…incluso una pequeña luz dispersa una gran oscuridad…» (Jovat HaLevavot 5:5). Al mismo tiempo, cuando actuemos bien no nos henchiremos de falso orgullo, ni nos sentiremos en falta o culposos si no alcanzamos la meta, pues sabemos que el mal siempre está presente, pero vive solamente si nosotros le damos vitalidad. Este tercer nivel no es fácilmente accesible para la persona que no ha desarrollado una personalidad centrada, humilde, pues no es común que se nos enseñe a juzgar con equilibrio ni a ser gratificadores con mesura. Pero si lo alcanzamos, el mal pensamiento, la mala palabra, la mal acción, el mal sentimiento no tendrán mucha fuerza para obstaculizarnos al hacer lo que es bueno. En la práctica es cumplir los preceptos «harás» de tal manera que ya casi no se tenga que necesitar con urgencia ciertos preceptos de los de «no hacer» (especialmente los de índole ética, en relación al prójimo). Por ejemplo: como amas a tu prójimo como a ti mismo con tanta autenticidad y vigor, entonces ya CASI ni siquiera sientes que algún rencor pueda guardarse en tu corazón.
4. Por último, el cuarto nivel es propio de una persona que alcanza a vivir como un tzadik, una persona que hace que su vida gire en torno a la justicia compasiva. Quizás no lleguemos a este nivel, pero podemos actuar algún día con el ánimo de alcanzarlo. ¿Cómo se interpreta y vive el «apartarse del mal para hacer el bien» para este nivel? Es hacer un proceso de conversión o reciclaje, para decirlo en un término moderno. En este nivel se desprende la chispa de divinidad que está en lo malo3, o se descubre la finalidad positiva. Se recicla el desecho en material productivo. Se descubre el valor de lo despreciado. Se usa el poder para el bien. Se confía en el Eterno y no en dependencias endebles que son ídolos vanos. El apartarse entonces no es un alejarse, sino un desvanecer el mal para convertirlo en bien. En este nivel la conciencia está tan limpia de juicios duros, y tan apegada al Eterno, que no ofende ni teme. Cumple con los preceptos de la Torá con integridad y vive a plenitud.
Es, sin dudas, una persona verdaderamente libre. En la práctica es cumplir y ayudar a cumplir los preceptos de «no hacer» y los «harás», porque así el Eterno lo demanda. Por ejemplo: ayudar al que te guarda rencor en su corazón a liberarse de esa carga oscura y deprimente para que ambos puedan amarse mutuamente.
Notas:
1- El Yo Esencial o Auténtico de cada uno es uno y único, una chispa de divinidad que nos forma. Los Yoes Vividos son múltiples en cada persona.
Incluso aquella persona que se aferra a una sola máscara, a un solo Yo Vivido, no deja de estar oculto detrás de diversos antifaces pero que se han amalgamado defectuosamente en uno que representa su personalidad.
2- «…No te vengarás ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Eterno…» (Vaikrá / Levítico 19:18).
3- Recordemos que el mal también es una creación del Eterno, por tanto su finalidad siempre es para bien. A veces no se puede desarrollar la chispa de divinidad en lo negativo, y permanece en oscuridad esperando ser redimida.
4- Cada una de estas etapas o niveles está como rectificación o complemento para cada una de las cuatro personalidades básicas, lea aquí para tener una idea al respecto.
Preguntas y datos para meditar y profundizar:
El Rav Elías Schwartz cuenta en uno de sus textos:
La primera vez que el tren vino a su pequeña aldea, los jasidim decidieron mostrarle a su Rebbe este avance de la civilización moderna. Mientras el Rebbe se aproximaba a la estación, divisó una larga línea negra, fría, anónima y apática de coches encadenados unos con otros. La maquina estaba al frente, fiera en su plenitud de fuego y calor. Su impetuoso humo se elevaba entre las altas nubes. De pronto, con un estruendo poderoso y una bocanada monumental de humo la locomotora comenzó a andar, y la larga línea negra de coches se movía a su paso. Los jasidim entonces preguntaron con curiosa gracias reverente a su maestro: «Rebbe, Rebbe, ¿qué opina usted de esta maravilla?». El sabio hombre hizo un gesto con sus hombros y dijo: «No es muy novedoso… ¿no les resulta familiar que haya uno fuerte y lleno de fuego interior arrastrando tras de sí a una larga fila de sujetos oscuros, fríos, dubitativos y apáticos?».