De esta forma, cuando en la iglesia comenzaron a ver mi alejamiento de sus actividades (pues antes era propositivo y dispuesto), comenzaron a manejar que el estudio de Física, me había afectado, y comenzaban a narrar de supuestos casos en que algunos estudiantes de física se trastornaban, todo ello a mis familiares, pero a mí jamás se atrevieron a decirme nada. El pastor que es muy listo (en su intento por atraerme), me envió una fotografía al propósito en blanco y negro, de mis épocas de actividad misionera (supongo que con lo bien que me conocía quiso atraerme por mi profundo aprecio por lo antiguo y esa añoranza al pasado que siempre me caracteriza), Pero el jamás se atrevió a hablarme, en esa época no les había comunicado a mis padres que yo ya no creía en Ieshu.
Caí en una crisis de agnosticismo, esa crisis fue muy fuerte, mi mundo entero era un satélite de la fe en Ieshu, todo cuanto planeaba y hacía era en torno a él, cuando este desapareció quede sin futuro, todas mis metas estaban sustentadas en mi fe, todo se desmorono para mí junto con él (al menos esto era lo que apreciaba). Ya no quería creer en nada y nada me satisfacía, ni aún la ciencia, pues parte de creer en un orden pre existente, alcanzable o por lo menos imaginable, yo ya no quería creer, para mí esa palabra era causa de espanto. Pero me encontraba ante mi, y ante mi se manifestaba una realidad incuestionable que me rodeaba, esta crisis aunada a unos cambios en la forma de trabajo en la facultad me llevaron a reprobar el penúltimo semestre de la carrera por faltas, pues me había ido a trabajar con mis hermanos de albañil, pues los cimientos de mis metas se habían hundido.
Poco a poco acepté el creer en la exigencia del Eterno. Lo que hice consecutivamente, fue querer convertirme al judaísmo y practicarlo, así que por medio de Internet me enteré de una comunidad judía en México DF, la que tiene en la red su página, pero al enviarles un email al rabino de dicha comunidad no recibí contestación. Después me encontré con la página de serjudio.com y comencé a leer y me encontré con que existía un camino para el no judío, pero aunque lo acepté como tal, en mi interior mantenía la ilusión de una conversión formal al judaísmo, pues consideré en un principio, que es de menor valor ser noájida que judío. Poco tiempo después conocí a un judío reformista quien era presentado como rabino el me expresaba que, o se era cristiano o se era judío, que no habian puntos medios, incitándome a la conversión, pero de forma diplomática le exprese que si me convertía al judaísmo lo haría según la normativa ortodoxa.
Por esas fechas retomé el semestre inconcluso, con la meta de terminar la carrera.
Al terminar los estudios, encontré inmediatamente un modesto empleo, dando clases de Física y Matemáticas en una escuela de secundaria y bachiller privadas. Pero al terminar el semestre, mi padre se enfermó de súbito, fue internado, y le diagnosticaron cáncer de estomago con un avance de entre tres y cuatro años. Siendo el único de los hijos de mis padres, que aún vive en la casa paterna, tome la responsabilidad de estar con él en el tratamiento. Inmediatamente en la iglesia donde se reúne mi familia vaticinaron la eminente muerte de mi padre, según ellos no se debía permitir el tratamiento de quimioterapias, por que moriría, en breve.
Esto provocó que entre la familia hubiese discusiones, mi hermana Martha quien es Lic. En Contaduría (había dejado de asistir a dicha iglesia para casarse con un joven católico según ese rito, por lo que es mal vista dentro de la congregación evangélica) ella y un servidor apoyamos el tratamiento, pero un bloque de la familia (Juana, Raquel, Eva, Pedro) no lo aceptaban, ante la indiferencia de (David y Alvino) y la neutralidad de Ascensión, este último apoyaba la decisión que tomara mi padre.
Se le expuso moderadamente el asunto a mi padre con la intención de que su animo no decayera, el con optimismo dijo que si estaba dispuesto a recibir el tratamiento. Pero el otro bando basados en los vaticinios de sus seudo profetas, se acercaban continuamente insistiéndole en que no tomara el tratamiento y que mejor se pusiera a cuantas con Ieshu, encabezados por Juana, quien discutiendo con Martha nos hizo responsables de la vida de mi papá. Fue por esas fechas que se le detectó un pólipo en la vesícula biliar a Juana (previamente un tumor que se desvaneció en uno de sus senos, ellos afirmaban que era un milagro de Ieshu).
La primera cita en el Puerto de Veracruz fue para finales de Octubre, Raquel según afirmaba sentía de parte de dios que mi padre moriría en ese viaje, literalmente decía que sentía que: “jamás lo volvería a ver”, y el resto suponía un deterioro grave de la salud de mi padre, pero los médicos, no aprobaron dar diagnostico y tratamiento asta realizar nuevos estudios. Al ratificar el diagnostico de Xalapa, de cáncer gástrico con metástasis al hígado, asta el mes de diciembre comenzó la primer quimioterapia.
Precisamente en noviembre, el día 27 mi hermana Juana fue sometida ala operación de vías biliares, de ella los seguidores de Ieshu habían vaticinado que la operación sería un éxito y que incluso si no se la hacían ella sanaría de forma milagrosa.
La operación fue un desastre, el medico, decidió someterla a otras dos, en el mes de diciembre y debido a una sepsis, en cuando el primer medico se jubilo de súbito, otro la intervino para hacerle un lavado dejando la cirugía abierta, desde la boca del estomago asta cerca de 5 cm por debajo y a un lado de la cicatriz umbilical (unos 20cm en total). Consultamos a otro medico el que nos urgió a exigir se le trasladara a el Puerto de Veracruz o al DF para un mejor tratamiento (alimentación parenteral), de lo contrario moriría irremisiblemente.
Después de solicitar e incluso exigir, el director asustado (pues sabía del caso de negligencia cometido) gestiono el traslado a Veracruz, pocos tuvieron la disposición de acompañar a Juanita asta allá, mi hermana Martha apoyo solventando los gastos (debo aclarar que estos eventos ocurrieron en una Institución de Seguridad Social pública, pero ello no evitó grandes costos) y Ascensión y un servidor estuvimos con ella cuidándola uno de día y otro de noche, apoyados en el día por algún miembro mujer de la familia. El desenlace fue el día 9 de febrero del presente murió de un choque hipovolemico (esto fue muy doloroso pues a pesar de las diferencias, teníamos buenas relaciones familiares, ver morir a aguien es algo muy fuerte). Y los vaticinios positivos dados sobre ella no se manifestaron.
Por otra parte mi padre a quien acompañaba también al tratamiento, subió 6 kg su peso, y no mostraba ninguna reacción adversa al tratamiento, asta después del deceso de mi hermana (su favorita) y los nuevos estudios revelaron un incremento del cáncer, manifestándolo como reflectivo al tratamiento. Pero después de un año esta vivo. Las conclusiones que se sacan de estos desastrosos eventos son directas.
En mi familia, siguen considerándose cristianos pese a que han visto, la falsedad evidente de sus “profecías” buscan excusas para justifica los vaticinios incumplidos, con astucia férrea y se los creen (por ejemplo habian afirmado que: «dios la levantaría sana que esa situación era un engaño del diablo», hoy dicen que “levantar” se refería a que moriría, entre otros disparates) yo en esto tengo una herramienta excelente para confrontarlos, ¿Pero no es este el estilo de los misioneros?, debe de ser con nuestro diario vivir, con lo que uno muestre equilibrio en su vida, con esto se debe hablar.
Hace poco se me acercó mi sobrina (hija de Juana y próxima a bautizarse con 27 años de edad) mientras leía un artículo de fulvida.com y al notar lo que leía me dijo: “todavía sigues con eso”, yo le dije: esto no es una moda, es mi vida, después de un rato afirmo, “ese se va a ir al infierno” refiriéndose al autor del texto, yo le sonreí diciéndole que yo también (ella sabe que yo no creo en los infiernos de los evangelios).
Hoy día estoy retomando mis trabajos de la tesis para la obtención del grado de licenciado en Física.