Nadie conoce mejor a uno que uno mismo. Uno mismo sabe de sus defectos, virtudes, características físicas, mentales, espirituales, etc.; por lo tanto, conociendo bien estas premisas individuales en realidad la persona tiene todo para ser feliz. Todo aquello con lo que cuenta son regalos del Padre, para que salga adelante ante cualquier adversidad, no olvidemos que el Eterno jamás nos pone una prueba de la que no seamos capaces de sobreponernos y continuar. Justamente todo aquello nos sirve como herramienta para ser feliz, o empezar a serlo…es decir, contamos siempre con las herramientas, sólo hay que saber usarlas y eso está en uno mismo.
La persona se deprime por cierta desgracia, le ocurre algo malo y la primera reacción es ponerse mal, quejarse o llorar, pero…¿realmente esto que nos pasa es para hacernos mal? ¿o para aprender a estar bien y cada vez mejor, y ser más fuertes? ¿Realmente el Eterno quiere nuestro mal, o nuestro bien?
«Ciertamente, Yo no quiero la muerte del que muere, dice el Señor Eterno. ¡Arrepentíos y vivíd!»
(Iejezkel / Ezequiel 18:32)
El Eterno nos da la maravillosa oportunidad de arrepentirnos de nuestros errores y malas acciones, ¡para poder vivir!…entonces, ¡cuánto más viviríamos si todavía más aún, nos mantenemos apartados del mal o intentamos hacerlo y vivir en la buena senda!
Entonces, cuando nos sobreviene una desgracia, nunca mejor bienvenida para aprender de ella, al principio nos ponemos mal, lloramos, nos deprimimos…pero lo bueno, es encontrar el tesoro oculto en ese mal llegado: no dejar al fin que nos afecte. No más depresión, quejidos, sollozos que te impiden seguir avanzando; no quiere decir esto »vivir en la luna», sino que, aceptando (no resignarse) y afrontando la situación con firmeza, es posible SER FELIZ.
Como sabemos, todo lo que el Eterno hace es para bien, siempre. Entonces si logramos encontrar la manera de reconocer dentro de la adversidad la maravillosa obra de nuestro Creador sin dudas que es posible sentir la fuerza para sobrellevarla y superarla; y así ser fuerte en la vida.
Se trata de estar constantemente agradecido al Eterno por cada momento de la vida, tal como nos refiere a veces el administrador de Fulvida. Así es como se reconoce a Di-s en las pequeñas y grandes cosas de nuestra vida, entonces así es como podemos ser felices, felices con nosotros mismos y nuestro entorno.
Entonces llegará ese momento en que »a mal tiempo, buena cara» y descargar la mochila de cosas inútiles, como dice nuestra amiga Nidia en un post anterior y vivir la vida a pleno.
Sé feliz. Shalom.
Sebastián.