Existe toda una amplia gama de patanes, bribones, estafadores, traficantes de la fe, que medran con la mentira, el temor, la amenaza, el engaño, la manipulación emocional, etc.
Son pastores, clérigos, supuestos rabinos mesiánicos, líderes supuestamente espirituales, seudo noájidas y desgraciadamente también los hay judíos o que se quieren hacer pasar por tales a toda costa.
Entre este último grupo de malandrines, de judíos perversos o falsos judíos perversos, están los que inventan que todos deben convertirse al judaísmo, que ser gentil es una condición inferior, y muchos etcéteras más plagados de falsas citas sagradas, repletos de ideas corruptas, hábiles para hacer malabarismos intelectuales, astutos para actuar con sigilo oscuro.
Incluso de estos piratas de la fe hay alguno que se ha atrevido a robarme el afamado y apreciado nombre de mi sitio “serjudio.com”, para usarlo como trampolín para sus mezquinas estrategias de diseminar caos, confundir al inocente, perjudicar al bueno y por supuesto obtener dinero en el camino para sus maliciosos bolsillos.
Esos patanes que insisten con que todos deben ser judíos, y se escudan en que ellos mismos son judíos y rabinos, cuando a la vista de cualquier conocedor no son rabinos y dudosamente sean realmente ellos mismos judíos.
En fin, gente adicta al mal y que daña al prójimo constantemente…
Pruebas del sagrado valor de la identidad judía ya hemos expuesto en serjudio.com así como en fulvida.com.
Por otra parte, cualquier conocedor promedio de la ley espiritual sabe y profesa que las dos únicas identidades espirituales (la noájida y la judía) son sagradas y completas en sí mismas.
Pero, para dar un definitivo respaldo a la plenitud de la identidad noájica, presentemos el siguiente texto del libro de los Salmos:
«¡Oh casa de Israel, bendecid al Eterno!
¡Oh casa de Aarón, bendecid al Eterno!
¡Oh casa de Leví, bendecid al Eterno!
¡Los reverentes del Eterno, bendecid al Eterno!»
(Tehilim / Salmos 135:19-20)
Como es sabido, la nación de Israel se subdivide en tres castas: la sacerdotal, de los descendientes de Aarón; la levítica; y la del resto de las tribus de Israel.
Estas tres castas se mencionan explícitamente en el párrafo citado.
Es decir, se incluye a todos los judíos en el texto, sin dejar lugar a que alguno quede afuera.
Pero, notemos que se añade a otro grupo entre los que son leales al Eterno y Le bendicen, pues se habla también expresamente de los “reverentes o temerosos del Eterno”.
¿Quiénes son estas personas fieles a Dios, si ya han sido mencionados todos los pertenecientes al pueblo judío?
Los sabios expositores de la Torá lo explican con claridad: son los gentiles justos, es decir, los noájidas conscientes y activos.
Así pues, cuando algún zorro o lobo disfrazado de cordero te quiera confundir, tú ten en cuenta este salmo sagrado.
Recuerda que como noájida tienes tu parte santa entre la congregación de los que son leales al Eterno.
No precisas “judaizarte” ni convertirte a judío ni anhelar cosas judías, sino que precisas conocer tu propia identidad espiritual, tu esencia espiritual, tu manera de hacer las cosas como noájida, puesto que si haces tu parte como noájida estarás cumpliendo la Voluntad de Dios, construyendo Shalom.
No permitas que los piratas de la fe te sigan robando, estafando, perjudicando en este mundo y en la eternidad.
No sigas comprando falsas conversiones al judaísmo, ni supuesto misticismo cabalístico, ni ningún otro espejito de colores que te venden a muy alto costo, tanto material, emocional como espiritual.
Tú has de vivir como noájida consciente y activo, y con ellos ya estás alimentando tu alma, comprando el buen lugar y placer que te corresponde en el paraíso.
¿Te seguirás dejando estafar?
Si lo haces, ya no eres más inocente, sino cómplice de los patanes.
Construye Shalom.