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QUE ES LA FE

En este estudio vamos a analizar los diferentes conceptos que se tiene de la palabra fe:

1.- Fe (confianza absoluta) definición científica: La convicción que tenemos los seres humanos de creer en algo cuya prueba recae en hechos.
Ejemplo: El objetivo de la enseñanza de los padres, es dotar al niño de la capacidad de establecer su propia fe en base a su propia experiencia, ósea, dotarle de criterio y capacidad de contraste o en otras palabras, enseñarle a creer con criterio.
Etimológicamente, en griego, significa «decir todo,» es decir, libertad de palabra y, por lo tanto, confianza, franqueza, seguridad.

2.- Fe, del latín fidere, «confiar», es en la terminología religiosa, «el asentimiento firme de la voluntad a una verdad basada sola y únicamente en la revelación divina». Royston, E. Diccionario de religiones. Fondo de cultura económica.
Es la confianza de lo que no se espera la certeza de lo que no se ve ósea una fe ciega sin un fundamento o una base.
Creer sin evidencia, en algo que dijo alguien sin conocimiento, sobre cosas sin fundamentos.
Actitud fundamental del cristiano por la que pone en Dios toda su confianza y cree lo que Dios le enseña por su Hijo y por la Iglesia.

Con estas definiciones se aprecia una diferencia entre las dos, ya que la primera hace referencia es desde un punto de vista científico, el segundo y son conceptos desde el punto de vista religioso, donde esta definición idolatrita no concuerda con la realidad y verdad de Dios.
Por ejemplo hay personas que caen en un estado de enfermedad, la cual con un simple tratamiento medico esta pueda desaparecer, y por su puesto mejora el paciente, pero por el fanatismo de afearse en un concepto errado nos confiamos en Dios, para quitar la enfermedad, ignorando que la ciencia proviene de Dios, y no acuden al medico y su estado empeora al extremo de llegar a la muerte y expresamos frases falsas sin fundamento alguno “que era la voluntad de Dios”, cuando uno de los principios del Eterno es el mantener y cuidar la vida.

Si Dios ha creado la ciencia es para beneficio de la humanidad, a través de la cual el ser humano puede crecer y desarrollarse, y así lograr un cuerpo y vida sana, haciendo de lado esos falsos concepto que los lleva a la ruina destrucción y la muerte, en el entendido que la fe debe estar basada en la experiencia que se tiene de algo como por ejemplo para las personas hipertensas no deben consumir cierto alimento que les afecta su salud, para construir una casa la mezcla del concreto debe contener x cantidad de arena, x de cemento y x de agua, ya que de lo contrario la construcción corre el riesgo de caerse o su duración es menor a una que cumpla con todos sus componentes exactos, y de donde se ha obtenido esta información de la experiencia.
Pero en el mundo idolátrico, hay que admitirlo de una vez desconociendo la experiencia, ya que las certezas no son tales, sino saltos de fe, porque nunca comprobamos, sino simplemente creemos.

“En el judaísmo tradicional no hay mucho espacio para la fe, pues ésta es apropiada para la idolatría, que todo responde con mitos y dogmas, mientras nada permite cuestionar ni criticar (pues la fe desaparecería).
En el judaísmo tradicional se alimenta el tesón por la práctica de los preceptos, por el estudio exhaustivo de Torá, por el inquirir sin vergüenzas, por incluso enfrentar a Dios en pos de desentrañar lo que es Justo y Verdadero (lea un ejemplo en Bereshit / Génesis 18:22-33)”. Htp//Serjudio.com Lic. Prof. Yehuda Ribco

Romanos 3:20 ya que nadie será justificado ante EL por las obras de la ley,
pues la ley no da sino el conocimiento del pecado.
El hombre u hombres que escribieron bajo el nombre de Pablo, pretenden
revelar una gran y completamente mentira en una nueva verdad. Se nos esta diciendo que por obras de la ley ninguna carne se justifica.
La verdad es que tal cosa no es cierta. El propósito de la ley de Hashem no
fue la de dar al hombre justificación, creyendo que realizando tal actividad ya estoy justificado, alcanzando un lugar igual que el de D-s error.
El propósito de la Torá es encaminar a la Sociedad de este mundo material a uno moral y de justicia, en donde todos puedan convivir en paz y armonía.
En el entendido que los mandamientos o leyes de D-s, son una guía a una vida mejor. Las leyes de la Torá son un estilo de vida para una persona ya salva de su vida pecaminosa y no un modo de salvación como a muchos se les ha hecho pensar. En ningún momento se dio la idea de que estas leyes fueran para salvación ya que en casi toda la Torá se llama primero al arrepentimiento y luego al cambio de vida, ósea lo del Judío para el Judío lo del Gentil para el Gentil, ya que hay leyes solo para el Judío y leyes para el Gentil, esto es muy importante de tener en cuenta y no errar como pasa con los movimientos Mesiánicos que quieren imponer al gentil leyes que son del Judío, y violan la identidad del pueblo de Israel. Por ejemplo una persona de nacionalidad Venezolana, quiere hacer cosas en otro país como votar en las elecciones para elegir un gobernante del tal país, para poderlo hacer primero debe adquirir la nacionalidad del país y luego cumplir con las leyes del país del cual obtuvo la nacionalidad, de lo contrario no puede, y esto es lo que esta ocurriendo con el pueblo de Israel que algunas religiones quieren violar su identidad, cosa que según el ejemplo no se puede hacer.
La Torá tiene leyes y mandamientos solo para Judíos y leyes y mandamientos para los Gentiles, y otras que es para ambos pueblos y no podemos separar, como mantener la Paz (Shalom), la armonía, la existencia de un único y verdadero D-s, entre muchas otras, para poder convivir los pueblos en total unidad y armonía, sin caer en enfrentamientos unos contra otros como hoy día existe, ya que nuestro Eterno y verdadero D-s busca es la unidad, conforme a su leyes que están en la Torá cosa que no podemos menospreciar.
Es por ello que los mandamientos y leyes son para la rectitud y no justificación. Esto lo podemos ver en:
Deuteronomio 6:25 “Entonces tendremos justicia, cuando cuidemos de cumplir todo este mandamiento en presencia del señor, nuestro Dios, como Él nos lo tiene mandado”. Cuidar de poner en práctica todos estos mandamientos ante Heshem nuestro D-s, como él nos ha prescrito.
Ahora la pregunta que surge aquí es, ¿Que significa la palabra justicia? Una de las definiciones es, ser exonerado por un Juez; ser declarado inocente por un jurado, Etc.
Salmo 143:2 Leemos así; “Y no entres en juicio con Tu siervo, porque ningún viviente podrá ser justo delante de Ti”.
Si puedes entender en este verso, notaras que este es un hecho permanente en nuestras vidas; y no esta sujeto a cambio. El hombre puede declararse justo, pero nunca lo será delante de D-s. Por más justa que se quiera llamar una persona, delante de la justicia de D-s nunca lo será. La justicia de D-s es
absoluta, nadie la puede igualar. La justicia del hombre es una justicia
aparente, por lo tanto delante de D-s ningún hombre será justificado, ya que
el es el verdadero Juez justo. Nunca podremos debatir con D-s en cuanto a
quien es justo o quien no lo es, ya que delante de D-s todos somos injustos.
Nunca tendremos la justicia justa y perfecta de D-s. Y quiero que esto entre
en sus mentes. Nadie, pero nadie aquí en la tierra puede tener la justicia
perfecta de D-s así que si no tenemos esta clase de justicia, no somos
justos. Y si no somos justos no somos justificados. No se da cuenta el
cristiano que después de llamarse Justo delante de D-s. El hombre sigue
haciendo injusticia aun siendo llamado justificado por la fe?.
No existe ningún hombre que no peque aun siendo lavado con la sangre del
Llamado Jesús. Si se sigues pecando ya no eres justo. Ahora si no te acuerdas
de lo que significa ser justo, regresa a buscar lo que significa la palabra
para que refresques tu conocimiento.
Puede que creas de corazón en un D-s que murió y derramo su sangre por ti,
Esta palabra la encontramos en:
Romanos 5:9 ¡Con cuánta más razón, pues, justificados ahora por su sangre, seremos por él salvos de la cólera! Pero la cosa es que no es así. Esto es palabra de hombre y la palabra de hombre no salva. La Santa Torá dice una y otra vez que D-s nunca muere.
El hombre nunca será justificado delante de D-s, ya que tendríamos que tener
la justicia de El, y esta clase de justicia es absoluta. Nunca llegaremos a
ser como El. Es por esto que somos perdonados, si es que nos arrepentimos de nuestra manera de vivir. Veamos que dice:
Ezequiel 18:25-28
“25. Y vosotros decís: No es justo el proceder del Señor. Escuchad, casa de Israel: ¿Que no es justo mi proceder? ¿No es más bien vuestro proceder el que no es justo?
26. Si el justo se aparta de su justicia, comete el mal y muere, a causa del
mal que ha cometido muere.
27. Y si el malvado se aparta del mal que ha cometido para practicar el derecho y la justicia, conservará su vida.
28. Ha abierto los ojos y se ha apartado de todos los crímenes que había
cometido; vivirá sin duda, no morirá”. Hashem perdona por medio del arrepentimiento, pero perdón no es justificación. Querido lector no dejes que palabras mal interpretadas te alejen de la verdad de la Torá. La serpiente descamino a Adán y a Eva, diciéndoles que de nada valía el obedecer la ley establecida y ya puedes ver los resultados del fatal error.
Estas mismas palabras las puedes leer una y otra vez en el llamado nuevo
pacto. «La ley no salva». ¿Crees tú que esta sea la verdad?
En la Torá esta la vida. Escoge la Vida y Vivirás. Vive en la Ley de D-s y Vivirás.
Es por ello que mucha gente muere, y termina en un caminos errados creyendo en doctrinas y conceptos incorrectos que nada tiene que ver con la realidad, a la que El Eterno nos ha traído a este mundo, pero que el hombre a desviado creando posiciones encontradas y distintas la verdad confundiendo y apartándose mas de D-s. Por ello les exhorto a tener cuidado y ha buscar la luz del Eterno para lograr una verdadera reconciliación y perdón mas no una justificación.

Abg. José N. Linares G. (Chano)

Uno hace la diferencia- Lic. Yehuda Ribco

Tema publicado con la autorización del More Yehuda Ribco
UNO HACE LA DIFERENCIA
Lic. Prof. Yehuda Ribco // Tammuz 22, 5763 – 22/7/2003
Tomado de la Parasha Bemidbar Matot (“Tribus”)
Este corresponde leer la parashá llamada Matot («Tribus») junto a Masei («Etapas»), que son la novena y la última del cuarto tomo de la Torá, el sefer Bemidbar, conocido en español como «Números».
El mundo es tan diverso, son tantas las actividades humanas, variadas líneas de conocimiento nos cruzan, innumerables son los campos de estudio y acción, que difícilmente podemos tener una perspectiva general de lo que está aconteciendo. Seguir leyendo Uno hace la diferencia- Lic. Yehuda Ribco

Pensamientos de quien comienza a retornar

Muchos de los que inician el camino del retorno a la senda de lo correcto, nos cuentan de que se ven aquejados por pensamientos negativos, idolátricos, de rebeldía.

Para entender porque ocurre esto tenemos que comprender que hay diversos tipos de “pensamiento”.

Trataré de ser breve, conciso y esquemático en un tema que es muy complejo.

 

Como sabemos el ser humano está formado por cinco planos: físico, emocional, social, intelectual y espiritual.

Existen cinco tipos (básicos, sin mixturas) de pensamiento, que son acordes a como reciben su energía, orientación y contenido de cada uno de estos planos.

 

Pensamientos enraizados en el plano físico.
Básicamente se manifiestan como: recuerdos automáticos; ideas
“instintivas”; sentimientos (pensamientos primitivos o infantiles);
mecanismos de supervivencia.

 

 

Pensamientos enraizados en el plano emocional.
Básicamente se manifiestan como: imaginación, reproches, burlas;
manipulaciones emocionales; lapsus; olvidos; deseos; recuerdos
reprimidos que surgen como síntomas; fantasía; excusas; automatismos;
fanatismos; religiosidad; sugestiones; ensoñaciones.

 

 

Pensamientos enraizados en el plano social.

Básicamente se manifiestan como: lemas; consignas; parafraseo; repetición de dichos
ajenos; formulismos; juicios; justificaciones; referencias.

 

 

Pensamientos enraizados en el plano intelectual.

Básicamente se manifiestan como: lógica; razón; cálculos; análisis; creatividad.

 

 

Pensamientos enraizados en el plano espiritual.

Básicamente se manifiestan como: inspiraciones divinas; confianza a toda prueba en el Eterno y Su Torá; premoniciones; conciencia de la unicidad de la humanidad; sentir la Presencia del Eterno en todo
momento y lugar; hacer de la Divina Voluntad la propia voluntad.

 

 

Si comprendes lo que estoy expresando aquí, admitirás junto conmigo que la mayoría del tiempo
nos estamos moviendo con pensamientos que parten del plano emocional y se centran en aspectos emocionales.

 

Cuando un noajida comienza su viaje de retorno a la senda de la corrección (Torá permitida y siete mandamientos universales), necesariamente debe irse despojando de las pesadas piedras que porta en su mochila, para ir
adquiriendo nuevos rasgos, más elevados y trascendentes, de plenitud y desarrollo espiritual (y de los otros cuatro planos también). Pero,  estará habituado a pensar emocionalmente, a usar razones del corazón, a
dejarse llevar por sus entrañas (o la moda, o sus ocurrencias) más que por las reglas celestiales.

No podemos esperar otra cosa, por tanto, lo bueno y aconsejable no es plantarse con severidad
de juez para denunciar y sentenciar negativamente esto, sino dar una mano, acompañar el proceso, motivar positivamente, guiar hacia la buena Luz.

 

De a poco el que comienza su retorno irá desarrollándose, creciendo, apaciguando sus planos
inferiores para que predomine su plano espiritual.

 

En ese momento, cuando el noajida esté afianzado en el camino, su plano emocional seguirá
existiendo, continuará deseando, propondrá cosas prohibidas o absurdas,
pero estará dominado y será canalizada su poderosa energía hacia obras de edificación.

 

Por supuesto que esté proceso de crecimiento, este trepar por sobre los obstáculos, son
esfuerzos que van depurando el espíritu de la persona, brindándole posibilidades de irse desprendiendo de las pesadas rocas en su mochila pasada.

Son oportunidades para crecer, para aquel que está confiado en el Eterno y se ha comprometido con responsabilidad en andar la senda de la corrección.

 

 

¿Está claro?

Siento quizás no he sido muy claro, por lo que aguardo vuestros comentarios constructivos;
relatos de experiencias propias del despertar noajico; etc.

Un abrazo cariñoso

Iebarejejá H’ – Dios te bendiga, y que sepamos construir Shalom.

Idolatrí­a en Paraguay Parte I, Ingerencia en el Estado

En Paraguay la Idolatría ha tomado un status tan fuerte y fundamental en los ciudadanos, afectando de sobremanera las relaciones interpersonales y familiares. Fundamentalmente el responsable es el Cristianismo en general ( en sus diversas formas ), y el Catolicismo en particular. Tras cientos de años de predominio de estas corrientes y habiendo tenido una Constitución Nacional Confesional Católica ( La declaraba Religión Oficial y el Presidente tenía que profesarla como requisito excluyente para el cargo ), resulta muy difícil erradicar el fanatismo intolerante hacia otras corrientes religiosas ó de pensamiento, ya que a los paraguayos siempre se nos quiso criar como personas con pensamiento muy estructurado.

Para tener una idea de la situación, recién desde la reforma Constitucional de 1.992, se ha declarado que el Paraguay es un estado Laico, fundamentada debidamente en la "igualdad" que todos los paraguayos tienen derecho a tenerla, sin diferencia de raza, creencia religiosa ó política, etc. Aunque todo muy lindo en el papel, en la práctica no se da de esa manera. Instituciones Oficiales y Estatales, mantienen imágenes y tradiciones que responden a la Tradición Católica.

Un ejemplo: En el ejército, cada Arma ( Marina, Aeronáutica, Infantería, etc. ) tienen su "Santo" al que adoran y veneran y realizan largas procesiones en honor a ellos. la Policía también esta en la misma situación, en una total falta de respeto al credo o forma de pensar de miembros de esas fuerzas públicas que no comulgan con la citada creencia. En los colegios estatales, los profesores les hacen rezar oraciones católicas a "Santos" y "Vírgenes" discriminando descaradamente a los alumnos que profesan otro pensamiento o concepto del Creador, inclusive en un colegio público de Encarnación ( la ciudad donde resido ), en la puerta principal de la institución, hay un "Cristo Ecológico" ( hecha hace pocos años ) que parece una abominación y total ofensa al eterno. Son cosas que a lo mejor para lectores de otros piases les sorprendería, pero ocurre en Paraguay.

Se ha fundado en Paraguay en Diciembre del 2006, el Instituto Laico de Estudios Contemporaneos ( ILEC ), que aglutina a hombres librepensadores y humanistas ( entre ellos reconocidos miembros de la comunidad Judía en Paraguay ) que están luchando para erradicar la discriminación por causas religiosas, políticas, sociales, etc.

Esta primera parte es un análisis objetivo e imparcial de la situación en Paraguay, con esta pincelada, podemos tomar conciencia de lo arraigado que está la Religión Católica en mi país. Todo esto es indignante de por sí, sin siquiera todavía analizar como arrastra deliberadamente a toda una sociedad a servir a otros Dioses inclusive a la fuerza.

Como Noájidas en Paraguay, estamos expuestos a un montón de discriminaciones en prácticamente todo el espacio sociales, laborales, formales e informales; pero ello debe ser un desafío que nosotros el poder servir con agrado a nuestro Creador y seguir el camino que él nos ha direccionado y nos acerca más a él.

Shalom y Bendiciones.

 

La Naturaleza de la Judeofobia (G. Perednik) – Unidad 5

En el medievo la realeza protegía a "sus judíos" mientras le resultaban útiles, y hasta tanto no estallara el clamor de los deudores empobrecidos. Cuando el resentimiento de las masas hervía debido a los altos impuestos, el rey transformaba a los judíos en chivos expiatorios, se unía a la furia popular, y echaba mano a la mitología judeofóbica… Así ocurrió casi en cada país europeo.
 


Unidad 05: La Judeofobia medieval

Por: Gustavo Perednik

Vimos cómo a partir del cristianismo fue gestándose una judeofobia novedosa, más grave, que alcanzó su acérrimo punto durante el siglo IV, llamado por Flannery "el más funesto". La teología de odio hacia los judíos se expresó en bulas papales, y en la persecución a los judíos por medio de sermones y bautismos por la fuerza, quemas y prohibiciones de libros, disputas y ghettos.

En esta lección añadiremos dos prácticas: las expulsiones sistemáticas de judíos, que también fueron la política a partir del mentado siglo IV, y las matanzas en gran escala, que comenzaron en el siglo XI.

Hubo precedentes de expulsiones en Roma (tres veces: en el 139 a.e.c., en el 19 e.c. por Tiberio y en el 50 e.c. por Claudio); y en Jerusalem, a la que los judíos tuvieron prohibida la entrada entre el 135 y el 638. Pero las expulsiones posteriores incluyeron la remoción de judíos de países enteros y por períodos extensos (por ejemplo, para fines del siglo XIII, ya habían sido expulsados de Inglaterra, Francia y Alemania).

Debido a las persecuciones, y a las restricciones a sus ocupaciones, cuando un judío llegaba a enriquecerse, optaba por invertir sus bienes en contante y sonante, y no en bienes inmuebles. Por ello, frecuentemente era utilizado por los reyes como prestamista oficial del cual obtener recursos al contado, con la ventaja adicional de que dichas operaciones no estarían sometidas a las limitaciones eclesiásticas en materia de préstamo a interés.

Asimismo, el rey unificaba las actividades financieras por medio de colocar al judío como colector de los impuestos que cobraba a los campesinos. Así, a los ojos de éstos el judío agravaba su imagen por medio de la odiosa tarea, que era su modo de garantizar su incierta existencia.

La realeza protegía a "sus judíos" mientras le resultaban útiles, y hasta tanto no estallara el clamor de los deudores empobrecidos. Cuando el resentimiento de las masas hervía debido a los altos impuestos, el rey transformaba a los judíos en chivos expiatorios, se unía a la furia popular, y echaba mano a la mitología judeofóbica. Se atribuía visos de "buen cristiano" aun cuando sus móviles hubieran sido meramente económicos. Y al rey se asociaban comerciantes y artesanos cristianos que repentinamente se veían libres de la competencia de los judíos. Así ocurrió casi en cada país europeo.

En Inglaterra, durante la guerra civil de 1262, los judíos fueron atacados en muchas localidades; sólo en Londres mil quinientos fueron asesinados. En el 1279 todos los judíos de la ciudad fueron arrestados bajo cargo de que adulteraban la moneda del reino. Después de un juicio en Londres, doscientos ochenta fueron ejecutados y el rey Eduardo I ordenó la expulsión de todos los demás, apropiándose de todas sus posesiones. El plazo para abandonar el reino fue el Día de Todos los Santos del año 1290.

En octubre, dieciséis mil judíos partieron a Francia y Bélgica; muchos de ellos perecieron apenas cruzado el río Thames en el que un capitán los hacía ahogarse. La readmisión de los judíos a Inglaterra se produjo sólo en 1650.

Francia los expulsó de la mayor parte de su territorio en 1306 (y los que eventualmente regresaron, volvieron a ser expulsados en 1394) y no fueron oficialmente readmitidos hasta 1789. De las diversas regiones de Alemania fueron expulsados mayormente durante la Peste Negra, a la que nos referiremos en la próxima lección. En Rusia la residencia de los judíos fue prohibida entre el siglo V y 1772 (cuando masas judías fueron incorporadas desde los anexados Polonia-Lituania). En 1495 fueron expulsados de Lituania, y readmitidos ocho años después. Expulsiones de ciudades específicas hubo muchas, como Praga en 1744 o Moscú en 1891.

La expulsión más destacada es la de España, en 1492, que removió por virtualmente medio milenio a casi trescientos mil judíos, la mayor comunidad hebrea de la época, que había producido filósofos, astrónomos, poetas, médicos y notables contribuciones al Siglo de Oro español.

Después de la boda entre Fernando e Isabel, que unificó los tronos de Castilla y Aragón en 1479, la homogeneidad nacional española se transformó en un objetivo real, y los judíos (y más tarde los conversos) fueron percibidos como una amenaza a dicho objetivo.

Al principio, los Reyes Católicos continuaron usando funcionarios judíos y conversos, pero ulteriormente requirieron del papa que extendiera a su reino las actividades de la Inquisición. En el 1480 dos dominicos fueron designados inquisidores y en los seis años siguientes más de setecientos conversos fueron quemados en la hoguera. Tomás de Torquemada, confesor de la reina, fue nombrado Inquisidor General en el 1483, y la institución impuso el terror a los judíos de aldea en aldea. En una década la Inquisición condenó a trece mil conversos, hombres y mujeres.

La marcha hacia la completa unidad religiosa fue vigorizada cuando cayó el último bastión del poder musulmán en España, con la entrada triunfal de los Reyes Católicos en Granada, el 2 de enero del 1492. La presencia de miles de conversos que se mantenían secretamente fieles al judaísmo, fue considerada un escándalo que probaba que no bastaban la segregación de los judíos y restricciones a sus derechos: los Nuevos Cristianos aún debían ser alejados de la influencia de judía.

El edicto de expulsión total fue firmado en Granada y en mayo comenzó el gran éxodo. A partir de entonces, la vieja preocupación acerca de los Nuevos Cristianos se transformó en una obsesión contra aquellos que habían permanecido. Se prohibió a los Marranos y sus descendientes ejercer cargos públicos, así como la pertenencia a corporaciones, colegios, órdenes, e incluso la residencia en ciertas ciudades.

Los roles públicos fueron reservados en exclusividad a los cristianos de "ascendencia impecable", es decir quienes no eran sospechosos de antepasados judíos cualesquiera. Si no quedaban judíos, pues el odio judeofóbico necesitó de otro continente para descargarse: los Nuevos Cristianos. Con el transcurso del tiempo, fueron redoblándose los esfuerzos para desenterrar todo resabio de antepasados "impuros" que hubiera sido pasado por alto.

En Portugal, la discriminación legal entre Viejos y Nuevos Cristianos fue abolida oficialmente sólo en 1773. España fue más lejos: hasta 1860 se exigía pureza de sangre para ingresar a la academia militar, y la más prestigiosa de sus escuelas, la San Bartolomé de Salamanca, se ufanaba de que rechazaba todo candidato sobre el que se corriera el más mínimo rumor de contar con antepasados judíos. Pero nadie podía estar absolutamente seguro de tener "pureza de sangre desde tiempo inmemorial", por lo que la mancha era negociable por medio de testigos sobornados, genealogías barajadas y documentos falsificados.

Con todo, el más atroz de los sufrimientos judíos aún no ha sido abordado. Lo descripto hasta ahora fue muchas veces considerado un mal menor, ya que la acechanza de genocidios siempre se cernía sobre los judios. Así se infiere por ejemplo de los escritos de un conocido filósofo y rabino, el Maharal de Praga. Este anota que la era del exilio que a él le había tocado en suerte era tolerable porque el principal sufrimiento se limitaba a las expulsiones. Así reza un poema de Eljanan Helin de Frankfurt de 1692: "partimos en júbilo y en tristeza; aflicción, debido a la destrucción y la desgracia. Mas nos alegramos de haber escapado con tantos sobrevivientes". También en Tevie el Lechero, la famosa obra de Scholem Aleijem (1894), toma las expulsiones con ligereza: la razón por la que usamos sombreros, deduce, es que debemos estar siempre preparados para partir en cualquier momento.

Sin embargo, las expulsiones no sólo significaban ingentes pérdidas de propiedad, sino un debilitamiento de cuerpo y de espíritu. Dejaron una marca indeleble en el pueblo judío y su devenir, con sentimientos de extranjería. Los judíos eran como empujados a los márgenes de la historia. Considérese que después de 1492 no había judíos abiertamente identificados a lo largo y ancho de toda la costa europea del Atlántico Norte, durante un período en el que allí estaba el centro del mundo.

Matanzas Totales: Ocho Ejemplos

Pero la peor parte del martirio judío fueron sin duda las matanzas, que desde la antigüedad habían tenido lugar esporádicamente, y desde las Cruzadas fueron sistemáticas. La judeofobia fue superando su crueldad a lo largo de los siglos, y cada superlativo iba empequeñeciéndose por eventos posteriores.

Matanzas bajo dominio cristiano, datan ya de los primeros siglos. En Antioquía (ciudad que asumió en el Este la importancia de Alejandría) facciones enfrentadas (los azules y los verdes) terminaron por masacrar judíos e incendiar la sinagoga de Daphne junto con los huesos de las víctimas (circa 480). El emperador Zenón se limitó a comentar entonces que hubiera sido preferible quemar a los judíos vivos.

Pero esas masacres ocasionales devinieron en norma durante la primera mitad de este milenio, el período en el que la Iglesia alcanzó el cenit de su poder. A modo de resumen, digamos que los principales genocidios de judíos en la primera mitad del milenio tuvieron lugar en el transcurso de cada una de las tres primeras Cruzadas, y de cuatro campañas judeofóbicas que las sucedieron. Añadiré a su enumeración, el año y el nombre de los cabecillas, a saber: la Primera Cruzada (Godofredo de Bouillon, 1096); la Segunda Cruzada (el monje Radulph, 1144); la Tercera Cruzada (Ricardo Corazón de León, 1190); los Judenschachters (Rindfleisch, 1298); los Pastoureaux (el fray Pedro Olligen, 1320); los Armleder (John Zimberlin, 1337); y la Muerte Negra (Federico de Meissen, 1348).

Como escribiera Flannery, para encontrar en la historia de los judíos un año más fatídico que 1096, habría que remontarse a mil años antes hasta la caida de Jerusalem, o a casi nueve siglos después hasta el Holocausto. Todo comenzó el 27 de noviembre del 1095 en la ya mencionada ciudad de Clermont-Ferrand, cuando durante la clausura de un concilio, el Papa Urbano II convocó una campaña "para liberar Tierra Santa del infiel musulmán". Hordas de caballeros, monjes, nobles y campesinos, se lanzaron sin organización a la aventura, pero eventualmente optaron por comenzar la purga de los "infieles locales", y acometieron ferozmente contra los judíos de Lorena y Alsacia, exterminando a todos los que se negaban a bautizarse. Corrió el rumor de que el líder Godofredo había jurado no poner en marcha la cruzada hasta tanto no se vengara la crucifixión con sangre judía, y que no toleraría más la existencia de judíos.

En efecto, un común denominador de las matanzas enumeradas fue el intento de barrer a la población judía íntegra, niños incluidos. Los judíos franceses advirtieron del peligro a sus correligionarios alemanes, pero infructuosamente. A lo largo del valle del Rhin, las tropas, incentivadas por predicadores como Pedro el Hermitaño, ofrecieron a cada una de las comunidades judías la opción de la muerte o el bautismo. En Speyer, mientras los crusados rodeaban la sinagoga, en donde se había refugiado la comunidad presa del pánico, una mujer reinició la tradición de Kidush Hashem, la aceptación voluntaria del martirio para gloria de Dios. Cientos de judíos se suicidaron y algunos aun sacrificaban primero a sus propios hijos. En Ratisbon, los cruzados sumergieron a la comunidad judía entera en el río Danubio a modo de bautismo colectivo. Las matanzas se sucedían en Treves y Neuss, en las aldeas a lo largo del Rhin y el Danubio, Worms, Mainz, Bohemia y Praga.

El fin del viaje era Jerusalem, en donde los crusados hallaron a los judíos agolpados en sus sinagogas y procedieron a incendiarlas (1099). Los pocos sobrevivientes fueron vendidos como esclavos, algunos de los cuales fueron eventualmente redimidos por comunidades judías de Italia. Pero la comunidad judía de Jerusalem quedó destruida por un siglo. En los primeros seis meses de la Primera Cruzada aproximadamente diez mil judíos fueron asesinados, que constituían en esa época un tercio de las poblaciones judías de Alemania y el norte de Francia.

En el año 1144, los cruzados perdieron Edessa, y se temió por la suerte del Reino Latino de Jerusalem. El Papa Eugenio III convocó la Segunda Cruzada, y sus sucesores "judaizaron" la marcha. Se estipuló que no debía pagarse interés sobre el dinero que se tomara de de judíos para financiar la cruzada (nótese que desde el siglo XIII el término cruzada se aplicó a toda campaña de la que la Iglesia se veía políticamente beneficiada).

En el 1146 el monje Radulph exhortó a los cruzados a vengarse en "los que crucificaron a Jesús". Centenares de judíos del Rhineland cayeron ante las hordas incitadas que los aplastaban al grito de Hep, Hep! (esta consigna, que probablemente era la abreviatura del latín Jerusalem se ha perdido, fue un lema judeofóbico muy popular en Alemania, y así se denominaron los tumultos contra judíos alemanes en 1819).

Brutalidades se perpetraron en Colonia y Wuezburg en Alemania, y en Carenton y Sully en Francia. El famoso maestro Rabenu Jacob Tam fue acuchillado cinco veces en recuerdo de las heridas sufridas por Jesús. Pedro de Cluny (llamado el Venerable) solicitó que el rey de Francia castigara a los judíos por "macular el cristianismo. No debería matárselos, sino hacerlos sufrir tormentos espantosos y prepararlos para una existencia peor que la muerte". Puede verse que el pretendido celo religioso de estos judeófobos no era sino una máscara para poder descargar sus instintos más sádicos, ideológicamente justificados.

La tregua que se dio a los judíos europeos después de de las dos primeras cruzadas, fue balanceada por las persecuciones a las que los sometieron los almohades en España y Noráfrica. Pero cuando Saladino puso fin al reino crusado en Jerusalem, una Tercera Cruzada fue lanzada, a la que se sumaron con entusiasmo el emperador de Alemania y el rey Felipe Augusto de Francia, quien ya había hecho quemar a cien judíos en Bray, como castigo por el ahorcamiento de uno de sus oficiales que había asesinado a un judío.

La novedad de la Tercera Cruzada fue que repercutió más en Inglaterra, que en las dos primeras había tenido un rol menor. Las comunidades judías de Lynn, Norwich y Stamford, fueron íntegramente destruidas. En York, los judíos se refugiaron en el castillo, al que se le puso sitio, y en el que se autoinmolaron a comienzo de la Pascua hebrea.

Para los judíos, las Cruzadas pasaron a simbolizar la inveterada hostilidad del cristianismo. Trescientos rabinos emigraron en el 1211 a Eretz Israel, en la certeza de que si permanecían en Europa Occidental pocas serían sus posibilidades de sobrevivir. Y como lo rubrica Flannery "los que decidieron quedarse terminaron lamentando su decisión". Al mismo tiempo, el recuerdo de los mártires fue para los judíos una fuente de inspiración para las generaciones posteriores: Dios los había puesto a prueba y demostraron ser héroes. Su martirio fue percibido como una victoria, símbolo del pueblo entero. La mayoría de los que se convirtieron por la fuerza pudieron ulteriormente regresar al judaísmo… y terminaron siendo víctimas de las matanzas que estallaron después. En la percepción del cristiano, el judío se había transformado en el implacable enemigo de su fe.

Las Cruzadas revelaron en toda su dimensión el peligro físico en el que se hallaban los judíos, lo que resultó en dos efectos. En principio, los judíos se mudaron mudarse a ciudades fortificadas en las que serían menos vulnerables (esto puede ser una explicación parcial del carácter urbano de los judíos que fue mencionado en la segunda lección). Segundamente, se instituyó el status de "siervos de la cámara real". Los judíos compraron la protección de emperadores y reyes a un elevado precio. Se consideraba que tendrían un privilegio si se los protegía del fanatismo de las masas y de la rapacidad de los barones. Pero en poco tiempo la supuesta protección se transformó en un artificio para enriquecer la Corona.

La teología ayudaba. El Papa Inocencio III proclamó la "servidumbre perpetua de los judíos" y el jurista Enrique de Bracton (m.1268) definió que "el judío no puede tener nada de su propiedad. Todo lo que adquiere lo adquiere para el rey". Para el siglo XIII era un buen negocio poseer algunos judíos, antes de que fueran eventualmente masacrados. Y las matanzas que sucedieron a las Cruzadas probaron ser las más sombrías.

En Rottingen en 1298 un noble llamado Rindfleisch incitó a las masas, que quemaron en la hoguera a la comunidad íntegra. Luego sus Judenschachters (asesinos de judíos) atravesaron Austria y Alemania saqueando, incendiando y asesinando judíos a su paso. Ciento cuarenta comunidades fueron diezmadas; cien mil judíos asesinados.

En el 1306 el rey de Francia hizo arrestar a todos los judíos en un mismo día y les ordenó abandonar el país en el plazo de un mes. Cien mil lo hicieron y se asentaron en comarcas vecinas; nueve años después fueron readmitidos… para ser nuevamente masacrados.

Un monje benedictino lideró a los Pastoureaux (pastorcitos) en una especie de cruzada que destruyó ciento viente comunidades. En reacción a la matanza de los Pastoureaux en Castelsarrasin y otras localidades entre el 10 y el 12 de junio del 1320, el vizconde de Tolosa comandó una tropa para detener a los revoltosos, y cargó veinticuatro carros de Pastoureaux, a fin de encarcelarlos en el castillo de la ciudad. Sin embargo, el populacho vino en socorro de los saqueadores y los liberó. En efecto, otra característica común de los genocidios es el grado pasmoso de apoyo campesino con el que contaban. Y como es habitual en la judeofobia, lo peor estaba por venir.

En el 1336 John Zimberlin, un iluminado que había "recibido un llamado para vengar la muerte de Cristo matando judíos" lideró a cinco mil enardecidos armados, que usaban bandas de cuero en los brazos (los Armleder) y se lanzaron al asesinato de los judíos alsacianos. En Ribeauville fueron masacrados mil quinientos. Finalmente, el 28 de agosto del 1339 se concluyó un acuerdo entre el obispo de Estrasburgo y Zimberlin, que puso fin a los desmanes.

El séptimo genocidio mencionado en la lista fue el de la Muerte Negra. Una plaga mató a alrededor de un tercio de la población de Europa entre 1348 y 1350 (casi cien millones de personas). Las comunidades judías de Europa fueron exterminadas por el populacho enloquecido por tanta muerte. ¿Quién podía ser culpable de la plaga sino el archiconspirador y envenenador, el judío?

El emperador Carlos IV ofreció inmunidad a los que atacaran judíos, otorgándoles sus propiedades a los favoritos de la corte… ¡incluso antes de que una matanza tuviera lugar! Por ejemplo, le ofreció al arzobispo de Trier los bienes de los judíos "que ya han sido muertos o lo sean en el futuro" y a un margrave de Nurenberg la elección de las casas de judíos "cuando la próxima matanza se lleve a cabo".

Debido a Hitler que superó a todos, se tiene poco en cuenta los genocidios previos. El ucraniano Bogdan Chmielnicky fue eventualmente olvidado al perder su rol de peor genocida judeofóbico. Combatió la dominación polaca de su país asesinando a más de cien mil judíos en 1648-1649, y hasta hoy es reverenciado como héroe nacional de Ucrania. Así lo describió el cronista de la época, Natan Hanover en su libro Ieven Metzula ("El fango profundo") págs. 31-32: "A algunos de los judíos les arrancaban la piel y arrojaban su cuero a los perros. A otros les cortaban las manos y los pies y arrojaban a los judíos al camino en donde eran finalmente pisoteados por caballos… Muchos eran enterrados vivos. A los infantes se los mataba en el pecho de la madre; a muchos niños se los despedazaba como pescado. Desgarraban los vientres de las mujeres preñadas, extraían a los bebés no nacidos y se los tiraban a las madres en las caras. A algunas les abrían el vientre y reemplazaban el feto con gatos vivos y las dejaban así, asegurándose primero de cortarles las manos para que las mujeres no pudieran sacarse el gato de su cuerpo… No hubo nunca en el mundo una muerte no-natural que no les infligieran".

La pregunta acerca de cuán profundo debe de ser un odio que lleve a semejantes atrocidades, tendrá respuesta parcial en la próxima clase, cuando nos refiramos a la mitología judeofóbica que las sostuvo. Pero adelantemos que tanta muerte atroz debe ser motivo de reflexión. Máximo Kahn, un intelectual judío que escapó de Alemania y se radicó en la Argentina, escribió en 1944: "La muerte de los judíos es, quizá, la más enigmática de todas las muertes; ciertamente es la más acusadora. Durante dos mil quinientos años se ha venido matando a los judíos en vez de permitir que mueran… Se empezó a matar judíos con tanto éxtasis que la muerte natural ya no les causó terror… los judíos se agarraron a la muerte natural como si fuera vida, como si fuera luz del sol, canto de pájaros, fragancia de flores o amor. Nada les pareció tan apetecible como poder morir sin huellas de homicidio en el cuerpo. Su vida se convirtió en esperar la muerte. Es de extrañar que la palabra judío no se haya vuelto sinónimo de moribundo… el judaísmo es una salud incurable".

El odio ilimitado que se descargó contra los judíos estaba sostenido por un cuerpo mitológico que vamos a revisar en la próxima lección.

 

 

 

Resp. 77 – Vive, sin drogas

SHALOM ¡¡¡
POR FAVOR NECESITO SABER QUE OPINAN SOBRE EL CONSUMO DE MARIGUANA, QUE ORIENTACIÓN PODRÍAN DAR A LOS JÓVENES NOAJIDAS;
LES QUEDO MUY AGRADECIDO.
ATT. RICARDO RAMIREZ
ECUADOR.
ES LO MEJOR QUE HE ENCONTRADO, APRENDER A SER NOAJIDA ME ESTA TRAYENDO SHALOM Y LIBERTAD. !
GRACIAS Y SIGAN ADELANTE¡

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6.000.000.000 de hermanos

Las religiones monoteístas, o que se hacen pasar por tales (cristianismo en todas sus ramas, incluido el falso judaísmo mesiánico; y el Islam) son exclusivistas. Ellos afirman como veraz una tremenda falsedad: que ellos son la única puerta hacia la salvación. Niegan el derecho a existir a todo lo que no sea acorde a sus dogmas. A los hechos nos remitimos: matanzas, genocidios, holocaustos, cruzadas, guerras seudo santas, terrorismo, fanatismo dictatorial, en fin… ¿no basta leer un poco el periódico o saber un tantito de historia para darse cuanta de esta trágica verdad?

Gracias a Dios, que NO es así en el judaísmo y el noajísmo, es decir, entre los verdaderos monoteístas que son fieles al Uno y Único Dios.

Ambas formas de vida, judaísmo y noajísmo, llaman HERMANOS a todos los seres humanos, están pecando, o no; crean en Dios, o no; nos quieran exterminar, o no; nos acepten, o no.
Afirmamos que TODOS los seres humanos somos HERMANOS, todos hijos del mismo Creador, todos descendientes de la misma familia, todos miembros de la tripulación del mismo barco cósmico.
TODOS HERMANOS, y por eso nuestro anhelo es que en el mundo reine la paz, la serenidad, el respeto, la concordia, el diálogo, la autenticidad, la justicia, la bondad.
Pero, no somos ingenuos, sabemos que existe gente que está fanatizada, que enarbolan banderas de muerte, falsedad, extorsión, dolor.
Lo sabemos, pero NO los consideramos como "el enemigo", puesto que sabemos también que el enemigo son sus tendencias negativas, sus pasiones mal educadas, su entrenamiento en favorecer el mal en lugar de lo que edifica.

Luchemos, hermanos míos, por extirpar el pecado del mundo, para que no haya más pecadores.

Alejemos las malas acciones, para aproximar a los 6.000.000.000 (seis mil millones) de hermanos.

¡Un abrazo y a trabajar!