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El Secreto de una Familia «la Familia Rothschild»

¿Quién no ha escuchado hablar alguna vez de la ilustre familia Rothschild, célebre tanto por su inmensa fortuna como por sus buenas obras?

Su fundador fue Meyer-Anschel Rothschild, nacido en Frankfurt, hace más de doscientos años, pertenecía a una familia que se distinguía por su religiosidad. Su padre, Moisés Rothschild, que falleció un año después del Bar Mitzvá de Meyer-Anschel, quería que su hijo fuese Rabino. En lugar de ello, fue uno de los banqueros más famosos del mundo, lo que no le impidió seguir cumpliendo la Torá en la forma más estricta. ¿Cómo es que este joven huérfano, nacido en el ghetto de Frankfurt, reunió una fortuna tan extraordinaria? He aquí la historia, en la que fue protagonista principal Moisés Rothschild.

En la pequeña ciudada de Galitzia llamada Tchorkow, la comunidad judía eligió un día, como máximo dirigente espiritual, a un rabino conocido a la vez por su gran piedad y por su vasta erudición. Su nombre era Tzvi Hurwitz, pero cariñosamente lo llamaban Rab Herschele Tchorkower.

Considerado por todos como un Tzadik, numerosos habitantes venían a pedirle un consejo o una bendición. Estaba siempre dispuesto a ayudar al prójimo y especialmente a las viudas y necesitados, para los cuales realizaba colectas especiales. Como inspiraba una confianza total, todo aquél que deseaba efectuar una donación, no encontraba nada mejor que hacerla por medio del santo Rabino.

Es comprensible que una persona con tantas responsabilidades, necesitase un ayudante, este cargo lo tenía el joven Moisés Rothschild. El sueldo no era particularmente elevado, pero Moisés era feliz por poder estar cerca del Tzadik. Desempeñó sus tareas con gran entusiasmo y en poco tiempo ganó la confianza de todos y fue considerado como un miembro de la familia.

Pero llegó el tiempo en que Moisés deseó fundar su propio hogar. Se casó con una joven judía de Sniatyn y se estableció allí donde su suegro, y lo ayudó a instalar un pequeño negocio.

Un tiempo después, el día antes de Pésaj (Pascua hebrea), durante Bedikat Jametz (búsqueda de productos prohibidos en Pésaj), Rab Herchele Tchorkow descubrió que le habían robado una bolsa con quinientas golden (moneda del lugar), del cajón de su escritorio. La suma era considerable y cons-tituía el ahorro de personas no pudientes que, con gran esfuerzo habían logrado reunir algún dinero y se lo habían confiado al Rabino.

¿Qué podía hacer? La suma era demasiado grande para reembolsarla, pero su pena era aún mayor al pensar que alguien de su propia casa pudo realizar una acción tan reprensible. Además, había un detalle, lamentable por su presición, que lo atormentaba: sólo una persona, además de él, conocía la existencia de la bolsa en el cajón del escritorio: era Moisés Rothschild. El Rabino había depositado en él toda su confianza y no hubiera soñado siquiera una acción tan baja de su parte. De todas maneras, era necesario rendirse ante la evidencia. ¿Era posible que Moisés, ante gastos tan urgentes para formar su nuevo hogar, hubiese tomado el dinero a título de préstamo? El muchacho era honesto; seguramente devolvería el dinero lo antes posible.

Después de llegar a este razonamiento, que era el único posible, el Rabino decidió no contar nada a nadie. No había que causar daño en la colectividad, y menos aún acusar a nadie de robo. Pensaba hablar con Moisés y aclarar el asunto con él sin que nadie se enterase. Por lo tanto, al tercer día de Pésaj, alquiló un carro a caballos y fue a Sniatyn para ver a su ex-ayudante. Su partida no sorprendió a nadie en la colectividad. El Rabino acostumbraba realizar pequeños viajes. Pero quien se sorprendió fue Moisés, al verlo entrar de manera tan inesperada, en su modesto negocio.

Cuando ambos estuvieron solos, el Rabino con mucho cuidado, relató a Moisés el motivo de su visita. Le dijo cómo había descubierto la desaparición de la bolsa, asegurándole que ni paso por su mente la idea de robo.

¿Acaso Moisés, apremiado por la necesidad, había querido tomar prestado el dinero por cierto tiempo? Ciertamente, aún con esta intención, tal gesto era contrario a las leyes; pero suele suceder que el ser humano ceda a la tentación. De todos modos, si reparaba su falta, podía estar seguro de que D’s lo perdonaría. El Rabino también estaba dispuesto a perdonarlo. Además Moisés podía contar con su entera discreción: nadie se enteraría jamás de lo sucedido. El Rabino concluyó diciendo que si esa suma le hubiese pertenecido, no habría tratado de recuperarla. Pero aquel dinero era propiedad de viudas, huérfanos y gente pobre, cuya vida misma, de él dependía.

A medida que el Rabino hablaba, Moisés empalidecía y su mirada se llenaba de inmensa tristeza. De pronto no pudo contener sus lágrimas: seguramente ya lo atormentaba el remordimiento. Al menos, el Rabino lo interpretaba así y esto acrecentó su estima por Moisés.

Este, no trató de negar nada; permaneció en silencio, sin defenderse. Instantes después abrió su caja, vaciándo su contenido; lo contó y se lo entregó al Rabino sin una palabra. Luego le pidió que esperase un momento pues iría a ver con qué completar la suma.

Pasó un rato. Cuando Moisés regresó, la misma angustia alteraba sus rasgos. Le dijo al Rabino que, a pesar de sus esfuerzos, no llegó a reunir más que la mitad de la suma. Pero si el Rabino tendría paciencia, se comprometía a completar escrupulosamente la otra mitad, con pagos sucesivos.

El Rabino se sentía feliz del cariz que tomaban los sucesos. Siempre había pensado que Moisés era un muchacho bueno y honesto. Su actitud en la presente situación, lo confirmaba. Además ¡qué alivio saber que los pobres huérfanos y las viudas no sufriran ningún perjuicio! Tenía la certeza que Moisés cumpliría la promesa.

En efecto, fiel a la palabra dada, sin que jamás hubiese que recordárselo, el jóven envió regularmente a Rabbí Herschele, pequeñas sumas de dinero hasta completar los quinientos golden. Este último hallaba por fin, la paz que aquel grave accidente había turbado. En su mente, ese asunto sólo quedaría en el recuerdo; y si alguna vez pensaba en ello, sería sólo para admirar la dignidad y bondad con las cuales podía actuar un simple joven como Moisés, quien con tanta abnegación había reparado una falta cometida en un mal momento.

Cierto día en que Rabbí Herschele estaba profundamente sumido en el estudio, llegó a su casa un mensajero que venía de parte del Jefe de Policía de la ciudad. Este último, disculpándose por molestar al Rabino, le informó que desea verlo por un asunto urgente y que un coche lo esperaba en la puerta para conducirlo.

El Rabino no tenía la menor idea del motivo del llamado; se encomendó a D’s, esperando que ningún peligro amenazara a la colectividad y se apresuró a acompañar al mensajero.

El jefe de policía lo recibió amistosamente y le preguntó si en el último tiempo, no le habían robado nada en su casa.

Rabbí Herschele le respondió que si refería a cierta suma que se la había desaparecido, en la actualidad ya la había recuperado. Ante estas palabras, el jefe de la Policía pareció muy sorprendido y le pidió que le contase lo sucedido.

-«Si Ud. me promete no emprender ninguna acción contra un inocente que, además, ya reparó su falta, le contaré todo», respondió Rabbí Herschele.

El jefe de la policía se lo prometió. El Rabino le dio los detalles que deseaba sin omitir uno solo.

-«¡Uds. los judíos, son verdaderamente extraordinarios! ¡Jamás en mi vida oí cosa semejante!», exclamó lleno de admiración el jefe de Policía.

Después de decir esto, abrió un cajón del escritorio, y sacando una bolsa, preguntó: «Sr. Rabino: ¿reconoce esto?».

Esta vez el sorprendido fue Rabbí Herschele. ¡Era su bolsa, la misma que había desaparecido en víspera de Pésaj!

El jefe de Policía se alegró del efecto causado. Esperó unos instantes. Luego llamó y cuando apareció un subordinado, le dijo: «¡Tráelos!». El policía regresó rápidamente con una mujer y un hombre con las manos esposadas.

-«¿Los conoce Ud.?», preguntó el jefe de Policía al Rabino. -«¡No!», respondió este último cada vez más intrigado. -«Absorbido por los libros, como Ud. está siempre, no se fijó en la cara de la doméstica que limpia su casa. Pero poco importa que la reconozca o no, pues ya confesó todo».

Y luego de ordenar que se llevaran a la pareja, el jefe de Policía relató al Rabino su historia, la verdadera. Días antes de Pésaj, la mucama había hecho una gran limpieza en la casa y encontró la bolsa que Rabbí Herschele guardaba en el cajón de su escritorio; la escondió y luego se la llevó a su casa en las afueras, donde vivía con su marido.

Ambos decidieron enterrar el botín en el granero, para que no despertara sospechas. Pero el marido, era un ebrio consuetudinario, y no pudo resistir la tentación de sacar algo para satifacer su pasión. Así es que tomó una moneda y se fue a la hostería. Cuando el posadero le preguntó cómo había obtenido aquella moneda de plata, le contestó que la había encontrado. Pero al día siguiente volvió con otra moneda, y lo mismo hizo al día siguiente. Entonces el posadero empezó a sospechar y advirtió a la policía.

El hombre fue detenido y negó todo; pero algunos latigazos lo hicieron confesar. La bolsa fue encontrada casi intacta, ya que no faltaban más que las tres monedas gastadas en la hostería.

-«Es suya, llévesela», dijo el jefe de policía al Rabino. Este sonreía; su satisfacción era enorme. Sin embargo no dejaba de estar intrigadopor la conducta de Moisés que no sólo no se había defendido al aparecer como sospechoso, sino que hasta había pagado, por un robo cometido por otro.

El Rabino se fue con el corazón desbordante de alegría y se apresuró a visitar a Moisés.

-Reb Moshé,- le dijo luego de haberlo saludado- espero que quieras perdonarme». «¿Por qué – le preguntó con los ojos llenos de lágrimas -No me dijiste que no habías tomado el dinero?»

Su colaborador le respondió que la posible desdicha de los pobres huérfanos unida a las angustia del Rabino, lo habían conmovido profundamente. Si hubiera dicho la verdad negando ser el autor del robo, el Rabino no hubiera aceptado su ayuda pues la hubiera considerado un sacrificio demasiado grande. En efecto lo fue, pues debió empeñar todo lo que poseía para poder reunir la suma que le entregó al Rabino el primer día; además debió economizar moneda sobre moneda para formar el resto. Pero aquel sacrificio era necesario, pues sabía que Rabbí Herschele no podría reunir aquella suma.

El Rab estrechó a Moisés en sus brazos y le dió su bendición, pidiendo a D’s que le diese una gran fortuna para que siempre pudiese ayudar a los pobres necesitados.

-«Aquí está la suma que tan generosamente pagaste de tu bolsillo. Vuelve a Frankfurt donde tendrás mejor ocación de hacer buenos negocios y cumplir buenas acciones. Que D’s esté contigo, con tus hijos y con los hijos de tus hijos en todas las generaciones futuras».

La bendición de Rabbí Herschele Tchorcower no fue dada en vano. Moisés Rothschild fue un gran comerciante en Frankfurt, dedicándose también a operaciones de cambio muy ventajosas. Su hijo Meyer-Anschel Rothschild tuvo aún más éxito que él. Sus cinco hijos, que se establecieron, cada uno en otra capital de Europa, ayudaron a acrecentarla.

La fortuna creada por Moisés creció y se multiplicó de generación en generación. Un nieto de Moisés, el barón Edmond de Rotschild, que encabezaba la casa Rotschild y vivía en Francia, se distinguió particularmente por su acción en favor de sus correligionarios, ayudándolos por todos los medios posibles, lo que le valió el apodo de «HaNadib HaYadú’a» (el Ilustre Benefactor). Su vida fue larga. Murió en París (en 1934) a los noventa años de edad.

Es de gran merito hacer obras de Justicia social “Tzedaka” este es un relato que hace tiempo lo lei y me gusto, la nobleza y el sacrificio siempre son bien recompensados cuando se hacen en pro de la Justicia verdadera.

Referencias

http://www.masuah.org/cuento%20el_secreto_de_una_familia.htm

Sabiduría Noajica

Este pensamiento me gusto, me parece muy acertado espero contribuya a la reflexión y el autoanalisis.

 

El cuerpo humano es el carruaje; el yo, el hombre que lo conduce; el pensamiento son las riendas, y los sentimientos los caballos.

Platón

427 AEC-347 AEC. Filósofo griego.

Para dirigir la existencia es necesario que la conduzca el yo autentico eso que radica en el plano espiritual.

En pocas palabras al acatar los 7 Mandamientos para las Naciones el plano superior de la existencia toma las riendas de nuestra existencia, y son nutridos los cinco planos de la existencia de forma adecuada.

Solo lo mejor y más favorable en la vida ocurre cuando damos el control de nuestras acciones a lo más elevado de la realidad humana, el aspecto espiritual mediante el plano intelectual.

Y esto se traduce en una vida buena y sana en todos los aspectos.

Debe de primar la razón y el entendimiento cuando de las acciones humanas se trata, pues como lo señala acertadamente el Filósofo, “los sentimientos son los caballos”.

Si dejas que las emociones se apoderen de el control de tu existencia, las consecuencias por lo general son siempre lamentables, pues por ser uno de los planos inferiores de la existencia el plano emocional es de cierto modo “primitivo”, esto no quiere decir que sea menos importante o secundario nada de eso, debe ser nutrido y también en ese plano debemos hallar el equilibrio, pues todos los planos en conjunto son necesarios para llevar a cabo nuestra misión en este Mundo.

Solo actúa conforme al Legado Noajico querido amigo Noajida desde las Alturas descenderá verdadera Luz de Vida para alumbrar hasta el rincón más oscuro.

Equilibrio en cada aspecto de nuestras vidas es igual a cumplimiento cabal de los 7 Mandamientos para las Naciones.

Referencias

http://serjudio.com/cterapia/cab060906.htm

http://fulvida.com/misioneros/algunas-reflexiones-necesarias

Resp. 483 – De infidelidad matrimonial

Moreh:
A- Se que por las leyes noajidas, esta en contra de la voluntad de Dios ser infiel a la pareja.
B- Tambien he leido que para pedir perdon a Dios, primero hay que remediar el daño hecho hacia la persona que se ofendio, el procedimiento entonces debe ser: reconocer la falta, y arrepentirse, ir hacia la persona que recibio la falta (en este caso sin que la persona lo sepa, porq la persona afectada no sabe que se le fue infiel) y alli si elevar nuestra plegaria a Dios de que estamos arrependidos y poder recibir su perdon.
Pero:
1. Hablarle a la pareja de la infidelidad es causrle un dolor tremendo que no tiene proporciones …claro, eso se debio pensar antes de caer en semejante delito, pero ya como lo hecho, hecho esta, ud que piensa de esta parte, se debe hablar con la pareja o no al respecto, o bastaria con el arrepentimiento profundo y sincero hacia el Creador.
2. Esta situacion molesta ocurrio cuando aun no se es noajida, asi que en teoria el camino era facil: se va donde el cura, se le cuenta, el intercede, le ora a dios, y recibe el perdon … eso no se hizo aun, pero resulta que gracias a la vida y a personas maravillosas se conocio el noajismo y con ello se conocieron mas a fondo las leyes noajidas, asi que el delito espiritual pesa aun mas en la conciencia …
3- por lo tanto, sigo pensando que sera necesario hablar con la pareja o mejor dejarlo asi, como se ha mantenido por tanto tiempo, en silencio, porque no fue un hecho reciente, fue un hecho de años … necesito luz al respecto…
necesito realmente su valiosa colaboracion …
Gracias por su atencion
En Reserva, República Argentina

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El enemigo que quiere parecer interno

Atentos a este relato por favor:

«Cuando los enemigos de Yehudá [Judá] y de Benjamín [1] oyeron que los que habían venido de la cautividad edificaban un templo al Eterno Elokim de Israel, se acercaron a Zorobabel y a los jefes de las casas paternas, y les dijeron:

-Permitidnos edificar con vosotros; porque como vosotros, buscamos a vuestro Elokim, y a Él hemos ofrecido sacrificios desde los días de Esarjadón, rey de Asiria, que nos trajo aquí.

Pero Zorobabel, Jesúa y los demás jefes de las casas paternas de Israel les dijeron: -No edificaremos con vosotros una casa a nuestro Elokim, sino que nosotros solos la edificaremos al Eterno Elokim de Israel, como nos lo mandó el rey Ciro, rey de Persia.

Entonces el pueblo de la tierra desmoralizaba al pueblo de Yehudá [Judá] y lo amedrentaba, para que no edificara.»
(Ezrá / Esdrás 4:1-4)

Veamos un hecho muy actual a través de esta milenaria narración verídica.

En tierra judía vivían unos extranjeros, ajenos por completo a Dios y Sus cosas (2 Melajim / II Reyes 17:24).
Sin embargo, por cuestiones acomodaticias pretendían rendir honores al Eterno (2 Melajim / II Reyes 17:28), aunque en realidad hacían unos rituales estrafalarios, una mescolanza imperfecta entre algo parecido a Torá y religiones por completo apartadas del Eterno (2 Melajim / II Reyes 17:33).
No por convicción, amor, dedicación, devoción, fidelidad, sumisión, sino como un modo de conseguir alguna ventaja, salvación, o algo similar (2 Melajim / II Reyes 17:25).
Así vivían ellos, en completo error, pero disfrazando su impiedad en ropajes de apariencia de santidad, tal cual hacen los mesiánicos (fanáticos cristianos pero que se hacen pasar por judíos) de nuestros días (2 Melajim / II Reyes 17:34).
Y de esa manera educaban en perdición con disfraz de salvación a sus hijos y discípulos y a todo ingenuo que caía en sus garras sanguinarias con apariencia de bondad (2 Melajim / II Reyes 17:41).

Con esa misma apariencia de rectitud se acercaron a los valientes judíos que estaban retornando del cautiverio en Babilonia y que con gran dedicación comenzaron a edificar trabajosamente el Templo para el Eterno en Jerusalén.
Con mentiras y media verdades (que son peores y más letales que las mentiras) anunciaron que querían participar de las cuestiones propias de los judíos.
Daban buenas excusas, manejaban muy bien las palabras como para hacer creer ciertas cosas y confundir y generar dudas y hacer de esa manera que los poco preparados admitieran sus afiebradas teorías.
Ellos decían adorar a Dios y por eso pedían participar de las cosas propias de los judíos.
Ellos decían ser fieles a Dios, aunque cuando uno se ponía a indagar con capacidad y paciencia, más pronto o más tarde descubría cosas grotescas: el odio intenso hacia los judíos, el odio profundo hacia lo judaico, el desprecio hacia el Eterno, la adhesión pasmosa a dioses ajenos, entre otras cosas aberrantes.
Asumían cierta familiaridad con los judíos, que realmente no poseían.
Declaraban que ciertos individuos de la historia los habían naturalizado como judíos, aunque ciertamente nada tenían de judíos, ni podían tenerlo.
Y recuerda amigo lector que te estoy hablando de los samaritanos de hace 2500 años atrás, aunque en todo parezca calco de lo que hacen los mesiánicos (netzaritas, ebionitas, amitas, entre otros desquiciados) de la actualidad.
Además de aquellos otros gentiles que desprecian su identidad espiritual noájica y pretenden tener derechos sobre las cosas que Dios ha declarado patrimonio y herencia perpetuos de Israel.
Esos, que se dicen amigos, que quieren participar en las cosas concernientes a los judíos sin querer entender que no les corresponde, terminan por descubrir su hilacha profunda, oscura, antijudaica, oponente a Dios.
De tanto querer lo que les es ajeno, de tanto envidiar la identidad ajena, terminan por odiar a aquellos que envidian, sin darse cuenta de que están odiando intensamente su propio ser.
Es complicado, pero lamentablemente cotidiano.
A diferencia de los gentiles concientes de su patrimonio como noájidas, que se contentan con su bella porción otorgada por el Eterno. Que son verdaderos socios en la construcción de Shalom. Que no se afanan buscando la propiedad de otro, ni quieren tomar parte en lo que no les corresponde.
Son amigos sinceros, pues entienden que cada uno tiene un rol determinado por Dios y que así debe ser.
No pisotean la propiedad del otro, con la excusa de que quieren tener parte en ella.
No desprecian su identidad, pues la conocen y la encuentran estupenda, como todo lo que es obra del Padre Celestial.
Estos noájidas, los conscientes de que tienen su propia identidad y su propio patrimonio, son los amigos de los judíos, los que se comportan como hijos ante el Padre.
Esos otros gentiles, los que pretenden tomar para sí lo que no han sido llamados a poseer, son personas confundidas, extraviadas, ignorantes, quizás con buenas intenciones, pero cuando se aferran a sus deseos dejan la bondad y la justicia y se embarcan en la senda de los enemigos de Dios.
A tenerlo presente.

Los líderes, los sabios, los entendidos, los capacitados, los poseedores de autoridad denegaron a los extraños el participar de las cosas del Eterno. Ellos no podían admitir que los enemigos tomaran parte de las cosas concernientes a los judíos.
Sabían que cuando algo puro se mezcla con los que se disfrazan de pureza, termina por contaminarse todo el contenido.
Si los enemigos de Dios, disfrazados de constructores, se hubieran sumado a las fuerzas de verdaderos constructores, bien pronto hubiera comenzado una crisis profunda. Se hubiera desangrado el caudal sagrado de los leales. Se hubiera introducido la corrupción idolátrica y perversa entre los cimientos de la Luz.
Por lo cual, tuvieron que dejar bien en claro quien formaba parte de los edificadores del Templo y quien no.
Porque hay ley, porque debe imperar el orden.

Entonces, los enemigos mostraron su verdadero rostro.
Dejaron tiradas a un costado sus caretas de amistad y por fin enseñaron los afilados dientes dispuestos a asesinar a los leales a Dios.
Ya no se hacían pasar por ovejas deseosas de trabajar en la obra del Eterno, sino que dedicaban todos sus esfuerzos misioneros para obstaculizar, retrasar, entorpecer, destruir, maldecir.
Usaban su poder material, ejercían presión, hacían actos de terror, manipulaban a las masas, difamaban, enseñaban mentiras atroces acerca de los leales.
Ya dejaron de jugar a los «buenos» y «amigables» para ser quienes eran todo el tiempo debajo de sus disfraces de bondad.
Ahora el desprecio estaba a flor de piel, se sentía a cada instante.
El odio no era imaginario, sino una realidad intensa.
Esos mismos que hasta ayer lloraban quejosamente: «¿Por qué no nos dejas aprender hebreo contigo? ¿Cómo quieras que sepamos cosas de noajismo si no nos muestras cosas de judaísmo?» Esos mismos que se hacían pasar por amables ovejitas perdidas en busca de sentido, ahora demostraron su verdadera naturaleza porfiada, extranjera al Bien.
Usaron sus caretas para disfrazarse, sus excusas para conseguir sembrar la duda, promover la discordia, generar la controversia, malquistar a los socios en la construcción.

La historia, tristemente, se repite.
Hay un enemigo que quiere parecer que es interno, que es uno más de los anhelantes de ser leales al Eterno, de ser constructor de Shalom.
Se visten con las ropas apropiadas para la ocasión, para tapar sus verdaderas intenciones.
Reclaman cosas que no les pertenecen, dan vueltas para justificar sus deseos prohibidos, se venden como buenas víctimas de malos victimarios; pero en el fondo, solamente tienen rechazo hacia ellos mismos, hacia los judíos, hacia los noájidas leales, hacia Dios.

Tengamos en cuenta esta enseñanza, pero no para salir a perseguir a los que dudan, a los que critican sanamente, a los que preguntan para aprender.
No tenemos necesidad de ser inquisidores, pues ese rol es para los enfermos, los de alma mortal, los colegas de la idolatría.
Pero sí tenemos la obligación de ser despiertos vigías en la atalaya, para que los que se vienen con ofrendas de supuesta paz no entren dentro de las murallas de la ciudad de la Luz y la infecten con sus mensajes desmoralizadores, con sus dudas perversas, con sus media verdades ofensivas, con sus retóricas aburridas pero atrapantes.

Estemos atentos, no para iniciar una caza de brujas, sino para seguir siendo constructores de Shalom y no meramente gente perdida y sin rumbo en la vida.

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Resp. 482 – Relación personal con persona con algunos desequilibrios emocionales

Pregunta desde México:
Si un noajida conoce a una persona «x» cuyo desbalance emocional (el innato por asi decirlo) es mayor, comparado con el propio (desbalances en los poderes emocionales del alma).Y esta persona «x» desea corregir esta tendencia.
1.¿Se debe abandonar cualquier relación con esta persona y desearle que corrija sus desbalances?
2.¿Se debe compartir como noajida alguna relación-amistad, compañerismo, etc- con esta persona?
(sin saber si la persona compremetida con los siete podra corregir su actitud y por consigiente podria traer más desbalance)?
¿Que se debe hacer?
Gracias, Moré.

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Resp. 480 – ¿Las obras alcanzan para agradar a Dios?

angeldonaire nos consulta:

Buenas, More! Conozco en mi universidad muchas personas que por su robusta formacion intelectual y por el entorno cientifico, se mantienen alejados de toda concepcion de Dios. No blasfeman ni insultan a Dios, pero no lo consideran. Sin embargo, encuentro en ellos acciones piadosas y justas: hacen reinvindicaciones de justicia social y ayuda de socorro al pobre. ¿Alcanzan sus obras para agradar a Dios?, ¿o sin el reconocimiento al Altisimo es vano su esfuerzo?
muchas gracias!
Angel Donaire, 27 años, profesor en Letras, Buenos Aires, Argentina.

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Resp. 479 – ¿Que significa la palabra Elokin?

Gerardo Arturo nos consulta:

Quisiera saber con detalle que significa la palabra Elokin, una vez me dijeron que es todo Angel que porta el Tetragramaton en su investidura y por lo tanto es como un embajador del Eterno en donde se encuentre y que todo lo que hace lo hace en nombre del Eterno. Creo que esta escrito (EN EL PRINCIPIO ELOKIN CREO LOS CIELOS Y LA TIERRA); a mi parecer al Noajida le incumbe saber esto, pq seria bueno que sepa la historia de la tierra, ya que en ella vive, y bueno en este pasaje dice, Elokin creo.
Gerardo, Castillo, 20, Estudiante, San Juan de los morros, Venezuela

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Algunas reflexiones necesarias

Cuando nuestro cerebro interpreta que estamos bajo situaciones de peligro (reales o en fantasía) toma el mando la parte trasera del cerebro, el llamado sistema límbico, que controla nuestras emociones.
La amígdala como parte de nuestro sistema límbico activa la corteza adrenal, de modo que hay una salida de epinefrina y norepinefrina que permite generar una reacción que nos prepara para la lucha o para la huida: activación cardíaca, activación de toda una cantidad de adaptaciones, que es lo que ha descripto Selye.
Al mismo tiempo hay salida de glucocorticoides que van a tratar de
compensar el impacto que se está generando en esta situación de estrés. Nuestro sistema cerebral nos prepara para la huida, en tanto que nos alista para cuidarnos en caso de ser atacados y heridos.

Ahora bien, paradójicamente, frente a temáticas poco importantes para nuestro sistema de valores cotidiano (cuestiones aburridas), ocurre un proceso similar.
También es el sistema límbico el que toma el control de nuestras acciones.

Resumamos.
Tanto lo más urgente para nuestra supervivencia como lo sentido como menos importante para nuestra vida se procesa en el mismo lugar del cerebro.

Por supuesto que tener un mecanismo defensivo automático que se dispara en situaciones reales de peligro es un gran beneficio para preservar la vida e integridad. Cuando no hay tiempo para investigar, analizar, cotejar, meditar, escoger, cuando el peligro se cierne y está a instantes de provocar un resultado fatal, es imprescindible que se ejecute este sistema de protección irracional, dominado por el sistema límbico.
También es necesario en las cuestiones poco llamativas, encapsuladas en el devenir cotidiano, pues no malgastamos inútilmente recursos superiores para cuestiones simples y «aburridas».

Pero, como suele ocurrir, en la ventaja está la pérdida, pues, en ocasiones cuando más necesitaríamos de nuestro pensamiento crítico, de la racionalidad, de la dimensión intelectual, no podemos utilizarlo
por cuestiones adaptativas.
La zona límbica es la que «piensa» y «decide» por nosotros.
El sitema límbico que ha sido nuestra principal área de «pensamiento» durante mucho más tiempo que el lóbulo frontal se rige por la emoción y la Unidad de Ganancia a corto plazo.
La Unidad de Ganancia a corto plazo sesga y elimina la posibilidad de ampliar el marco de perspectiva en la toma de determinaciones tanto políticas, religiosas como de otros órdenes de nuestra vida cotidiana.

Esta instancia en la percepción emocional es la que nos lleva a elegir
aquello que primero nos satisfaga, sin pensar en consecuencias
posteriores. Escoge el placer inmediato a costas de un futuro incierto.
El sistema de clientelismo político tiene su base biológica en esta cuestión: La Unidad de Ganancia a corto plazo.
La ciega adhesión por fe a creencias estrafalarias también.

El plano emocional domina en cuestiones de suma importancia, pero que son catalogadas como irrelevantes por el cerebro.
En lugar de comandar el plano intelectual, a las órdenes del plano espiritual, se concentra la acción bajo el liderazgo pobre y cortoplacista del plano emocional.
El niño pequeño que vive en nuestro sistema límbico, nuestro ser primitivo, ese resabio de humanidad sin refinación espiritual, se encarga de buscar el dulce, la respuesta cómoda, la caricia rápida, la vagancia azucarada, en lugar del rigor de los que emprenden una tarea enorme por crecer y alcanzar la trascendencia.

Esta realidad no es patrimonio de la masa ignorante, pobre, inculta, adiestrada en la fe hacia falsos dioses, sino que implica a todos los humanos. En tanto su vida se traduzca en una búsqueda ciega de placer, o de huida de los miedos básicos que nos aquejan.

Así pues, la comprensión del mundo que nos rodea no está relacionada directamente con el nivel de instrucción, sino primeramente con la capacidad para canalizar el miedo y referir el placer.
Aunque el papel fundamental de la educación es despertar y facilitar la utilización del sistema de valoración límbico y del pensamiento crítico, únicas barreras lógicas al impulso biológico de la Unidad de Ganancia a corto plazo.

Así pues, como hemos enseñado en otras ocasiones, la opinión de la persona vale tanto como su conocimiento sobre la temática acerca de la que opina más su equilibrio emocional.


QUIERE GANAR DINERO? SER FELIZ?



Hago esta pregunta para todos los lectores de FULVIDA:

Desean ganar dinero, sin que ningun remordimiento , cargo de conciencia o custión similar experimente?

Quiere ser feliz?, muy feliz?, con esa pureza de sentimiento que se le manifieste?.

Desea ser libre?

Desea conocerse a sí mismo?

La respuesta es muy simple, tanto que cualquiera puede tomarla a la ligera y pensar que no es posible.

Nada más reconozca que sólo hay un Dios, sin socios, hijos ni nada……….y cumpla sus 7 preceptos.

Shalom y punto.