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Cambiar la Canción

Empiezo esta canción
cambiarla en bien es mi función

Oh Rey, estoy deprimido, acongojado
creyendo con hidalguia
de tu yugo liberado
olvidando que tu presencia
esta en todos lados
de verdad estoy dolido
cansado de equivocarme
Arden … mi alma y mi carne
perdiendo toda conducta
con actos que a la inteligencia insultan
años y años perdidos entre daños
y pensamientos extraños
de que me sirve pedir perdon
si al rato vuelvo a hacer
por lo que tanto yo rece
es momento del cambio
de abandonar mis liturgias
de costumbre parafernalias
el sometimiento nunca cambia

sigo mal en la cancion
cambiarla en bien es mi funcion

reflexionando sobre la cancion
es algo vital y reelevante
yo no soy especial ni importante
me sentire mejor mas adelante?
tampoco importa tanto
me importa mas este canto
cuando ello suceda
por hablar nada queda
sin buscarlo no tengo donde atarlo
de sentimientos hablo
aunque me falten vocablos
de los mismos no me preocupen
solamente que me ocupe
de lo que El ha dictado
ya lo dije no es complicado
a que tantas preguntas
quien me erigio en juez
en muchas cuestiones
mi cerebro es una nuez

sigo mal en la cancion
cambiarla en bien es mi funcion

inutilmente en la arrogancia
de mi mente ideas apropio
desafiando la sabiduria
de necedades soy proveeduria
asi yo me complico
para creerme inteligente explico
pero pienso en lo que falta
y despierto de mi falta
me queda poco tiempo
para afirnar los cimientos
con verdaderos fundamentos
mientras tanto pasa mi canto
en la calle no es mero detalle
literalmente hablando
mis hermanos se estan matando
a cada minuto hay estafados
y otros mueren sin estofado
infidelidad haciendo estragos
y otros hundidos en tragos
escapes espirituales en boga
no dejan de ser otra droga
tengo derecho de estar amargado?
tengo la ley, pies y manos

Deje de estar mal en la cancion
cambiarla en bien es mi funcion
un ser unico con una unica mision
todos los dias construir shalom

Publicación: Volumen de 3 tomos por Yehuda Ribco en México

Reconocemos la importancia de contar con material apto para el estudio del noajida. En esta ocasión les presentamos un volumen de 322 páginas con cuatro tomos dedicados exclusivamente al estudio que el noajida promedio y su familia deben tener como guía a la hora de acercarse a su heredad. La primer edición (julio 2008) es como sigue:

La sección A contiene “Luz para la vida”. En estas páginas, Yehuda Ribco explica que “El Eterno nos ha dado guías, pautas, nos extiende siempre la mano para rescatarnos de tanta confusión y obscuridad. También nos aclara que: “Desde el génesis ya tenemos la respuesta a tanta miseria dolor y dudas: El modo de vida noájico.”

La sección B contiene un “Comentario a los siete principios universales”. En estas páginas se elaboró por un servidor, un pequeño sistema de apoyo para el auto análisis. Mismo que nos lleva a cumplir las leyes universales. El comentario a los siete es en realidad la aplicación de la lógica y el método científico a los principios universales. Las técnica parte de la herramienta del pensamiento de Ely Goldratt y las explicaciones de nuestros maestros de Israel a las dimensiones internas y externas. De esta forma se indican las mismas como condiciones necesarias para cumplir la ley universal en cuestión. Y la sugerencia de los dilemas mentales que pueden existir en la mente del noajida a la hora de enfrentarse al cumplir diariamente los siete se muestran gráficamente.

La sección C contiene “Aromas del Paraíso: Cabala-Terapia para la vida cotidiana”. En estas paginas Yehuda Ribco explica que “es nuestro deber vivir a plenitud en este mundo, con sus luces y sombras, pero con el objetivo de reconstruir Aquí el paraíso que hemos perdido. Para lograrlo es menester aprender a reconocer los aromas del Edén, que encontramos en fulgurantes momentos de inspiración celestial, pero que de continuo están en la Torá«. Y desde la Torá nos muestra las enseñanzas para la vida noájica.

La sección D contiene el “Libro de rezos para noajidas”. Nuestro Moré explica que “es frecuente que la persona realice rezos inapropiados, ofensivos para la gloria del Eterno, abusivos, egoístas, superficiales, etc. Es por esta razón que se ha elaborado un servicio de plegarias para todos los días, que se basa en el ritual de rezos establecido en el judaísmo.”

Esperando que sea de gran utilidad para los visitantes de este sitio. Agradecemos a nuestro Moré Yehuda Ribco por autorizar realizar esta edición para beneficio de nuestros hermanos noajidas.

Damos también un agradecimiento al Sr. Wilfrido Vega Servín ya que fue el director de la edición por lo que siempre estuvo al pendiente de su proyecto y logró excelentes resultados con muy pocos recursos.

Shalom desde México.

Un día especial, muy común

Estoy de casi vacaciones, así que tengo tiempo para dedicar a más y más buenas obras.
Así pues, el viernes muy temprano, aún antes del amanecer, me reuní para formar un minián (grupo de diez varones judíos) y rezar. Para lo cual me revestí en mi talit (manto con borlas) y me ate a mis tefilín (objetos sagrados para uso de los judíos).
Era principio de mes universal/hebreo, comenzó Tamuz, así que el rezo fue un poco más extenso e incluyó lectura de Torá.
En medio del rezo di unos dólares (no tenía pesos conmigo, a fin/comienzo de mes la cosa está difícil para el bolsillo de un humilde maestro) para caridad.
Cada tanto le daba una mano a un muchacho recién llegado a estas cuestiones del Sidur (libro de rezos), tefilá (plegaria) ordenada en comunidad, etc. No debe ser fácil para él estar de regreso en el hogar espiritual, así como tampoco lo era para mí concentrarme en mi propio sidur y al mismo tiempo no dejar de ayudar al muchacho. Seguir leyendo Un día especial, muy común

El estudio de la Torá

Hay algo muy curioso cuando te introduces en el estudio de la Torá; la reacción de las personas que te rodean. Extrañamente todas las personas que te rodean se empiezan a sentir amenazadas, frustradas, preocupadas, se vuelven hasta enojadas e insultantes. De alguna forma no pueden entender que puedes tener un trabajo productivo, un matrimonio feliz, una sonrisa en tu rostro, y aun así una necesidad inmensa de volver tu rostro hacia lo que D-is quiere decirte para que tu vida sea cada vez mejor. Puedes decirle a tus padres, pareja, amigos, hermanos a quien sea; que estas estudiando Nueva Era, Budismo, cualquier religión o cultura; pero diles que estudias Torá y la reacción es inmediata, como si les dieras un golpe en su punto débil. Seguir leyendo El estudio de la Torá

Resp. 260 – Idolatría en casa de padres

Adell nos consulta:

En casa de mis padres, al entrar a la sala esta llena de imagenes que ellos veneran, no puedo estar tranquila. Pero una de ellas es puertorriquena y mi hermano la trajo a la ciudad de Houston, Texas y el es el que promueve su culto tiene muchos seguidores. El no me habla porque me negue estar en su
Adell Castillo, 37 anos, maestra, Houston, Tx.

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Cuento: Un Joven y su Camino.

El siguiente es un cuento que ideé algo breve al principio, pero que a medida que lo escribía se me ocurrían ideas, y más ideas, por lo que no pude evitar hacerlo extenso. No soy literato ni tengo experiencia en escribir relatos, sólo me apoyé en algo de conocimiento, otro poco de lectura de la cual pudiera influenciarme, otro poco de sentido común, pero creo que valdría la pena leerlo si es que se tiene algo de tiempo, o si quieren cópienlo y péguenlo en un word, como deseen. Espero que les guste. Shalom.

Sebastián.

Había un joven y junto a él su familia y algunos amigos. Su familia era su padre, su madre, hermanos y algunos parientes. Siempre juntos andaban en la vida, compartían todo y todos se amaban mutuamente, algo que nunca se rompería era los lazos de amor eterno que entre ellos había.

Cierto día caminando sólo Di-s sabe dónde, divisaron a lo lejos un lugar donde había un tumulto de gente, y por curiosidad se acercaron hacia ahí. Notaron al llegar que de ese lugar nacían varios caminos, cada uno tenía un cartel en la entrada y muchas de las personas empezaban a tomar estos varios caminos.

Se acercaron más a leer lo que estos carteles decían, así fué como leyeron uno que expresaba: » El Camino del Gentil Justo», y tenía un símbolo, como un arco iris. Este camino les inspiraba confianza, y resplandecía con claridad desde adentro, pero notaban que eran poquísimas las personas que entraban acá. Les parecía raro, nunca habían escuchado hablar sobre un gentil justo, ni imaginaban por qué tenía tal símbolo, sin embargo no se detuvieron a pensar mucho en este asunto, más, siguieron leyendo los carteles de los otros caminos.

Había otro cartel que dictaba: »Camino de la Salvación», y éste tenía como símbolo una cruz, sin embargo no les parecía raro, puesto que ya antes de llegar al lugar habían oído mucho sobre este camino. Comprobaron lo que habían oído al ver que muchas personas, la mayoría, eligían éste. Además, éste camino al igual que el anterior, también les inspiraba confianza e irradiaba casi la misma claridad, apenas algo menos, y al ver que eran muchas las personas que entraban por ahí comenzaban ya a decidirse por éste camino. Así la familia y amigos del joven empezaron a entrar, pero el joven se detuvo un momento para pensar, y les dijo que se adelanten, que ya los alcanzaría.

Antes de entrar decidió ver los letreros de los otros caminos. Notó pues que había varias entradas que simplemente decían »camino», o »camino sin retorno», y varios otros. Por último vió que había uno cuyo cartel tenía la leyenda »Camino de la Torá», y tenía como símbolo una estrella de seis puntas.

Acá se detuvo por un instante, se asombró al ver que era la única de todas las entradas que estaba cerrada, cercada por un alambrado de una especie de acero inmenso y que parecía llegar a los cielos. El joven no llegaba a distinguir hasta dónde llegaba, pues escapaba a su vista al mirar hacia arriba. Pensó que cómo es que hay un camino cuya entrada está bloqueada, no tenía sentido para él.

Pronto había menos gente, ya todos iban decidiendo sus caminos, por lo que el joven decidió emprender el que había elegido, en donde su familia y amigos ya habían entrado. Sin embargo, al estar frente a la entrada del Camino de la Salvación, vió que había personas que salían de acá y se dirigían al de la Torá, y que además, sin que nadie los viera escondían en sus ropas una cruz y un libro. Se vestían de una manera extraña, algunos se ponían una redonda »tapita» rara en la cabeza, otros sombreros, otros extrañas mantas, hasta se ponían barba falsa. El joven no entendía qué hacían, por qué se vestían así o para qué.

Entonces vió que estas personas al llegar a la entrada de aquella estrella, comenzaban a trepar el alambrado, cada vez erán más los que hacían lo mismo. Sólo por curiosiad, pospuso su entrada y fué a ver qué encontrarían al llegar al final de esa red.

Así empezó el muchacho también a trepar, trepaba, trepaba, trepaba…y nada. No llegaba a nada. Miraba hacia arriba y sólo había más alambrado…y más trepaba, y más alambrado. Lo curioso acá fué que mientras el subía, las pesonas que ya lo habían hecho antes se cruzaron con él y comenzaban a descender exhaustos, pero él decidió seguir un poco más.

Ya al fin se dió cuenta que era imposible, estaba cansado y miraba hacía arriba y sólo veía…mas alambrado.

Decidió ya descender, y al estar cerca ya del suelo se sorprendió al ver a través de la red a personas dentro de éste camino. Eran personas que tenían una apariencia similar a las que antes trepaban el alambrado, pero éstas emanaban una especie de luminiscencia, tenían unos extraños rollos hermosos que destellaban luz, tampoco entendía el joven lo que veía, todas estas personas aplaudían, bailaban, reían, abrazadas unas con otras, todas alrededor de este rollo. Lo que más le llamaba la atención era cómo estas personas estaban ahí, en ese camino, si era imposible de entrar…el alambrado no sólo era altísimo, imposible de llegar a la cima, sino que a pesar de que se podía doblar un poco, era indestructible a causa del raro material con el que estaba confeccionado. Era realmente imposible de pasar al otro lado.

Además también desde ahí se apreciaba claridad, era distinta a las anteriores pero de la misma hermosura.

Terminó entonces de descender, la gente que antes quería trepar el alambrado ya no estaba, así se dirigió al camino que había elegido.

Al estar nuevamente en la entrada, al leer otra vez el cartel pensaba: –»Si éste es el Camino de la Salvación, no tengo por qué temer, además esto debe significar que me tengo que salvar de algo, que seguramente es oscuro y malo, optaré pues por este camino.»

Al pasar ya la entrada, dentro del camino, dio algunos pasos hasta que a su encuentro salieron unas personas con vestigios con la insignia de la cruz que vió en el cartel. Fué el primer saludo: –¡Saludos hermano!¡Aleluya y enhorabuena para ti haber entrado!– Así hablaban con macabra astucia. Estas personas le dieron una »calurosa bienvenida», lo llamaban hermano y lo felicitaban por haber elegido el camino de un tal »Cristo». Le dieron una supuesta guía de este camino: dos rollos. El muchacho otra vez se asombró ahora al ver que un rollo era muy similar en tamaño y forma al resplandeciente que alcanzó a ver en el Camino de la Torá, sólo que éste rollo no destellaba luz, de hecho era muy opaco y carecía de la extraordinaria belleza del anterior, sin embargo éste parecía lindo y le gustó, entonces lo tomó. También tomó el otro rollo, que era muy similar al primero que le dieron, su título era »Nuevo Pacto» y era también opaco. Después de tomarlos se alejó de ellos y emprendió el viaje. Al alejarse algo el joven, una de estas personas recepcionistas le dijo al otro: –Veo que no hay más gente afuera, apaga entonces las luminarias sobre la entrada-. Habiendo dicho esto fué el otro solícito y apagó aquellas opacas luces. Tal era su oscuro proceder.

Con estas guías entonces emprendió lo que ignoraba iba a ser un largo y arduo camino, difícilmente lo imaginaría, el sólo se sentía contento, feliz de que su camino lo salvaría de algo.

Comenzó a la vez que caminaba, a leer las guías. Así supo de la Creación, de que había un Ser superior que creó todo lo que existe y que además había creado al ser humano, y tambíen leyó acerca de los ángeles que eran seres celestiales también creados y al servicio de este Supremo Ser. Dios,así supo que le decían, había creado un lugar llamado Edén y ahí vivían el primer humano y su compañera, pero en una ocasión desobedecieron un mandato del Ser Supremo, por culpa de una serpiente que había engañado a la mujer de aquel jardín, y a causa de esto fueron expulsados…y seguía leyendo más. Entendía todo lo que había en esos rollos, veía cosas positivas, cosas lindas, pero a veces había cosas que no le cerraban, algunas contradictorias, otras sin mucho sentido, algo vacío. También se encontró en estas lecturas muchas referencias a un ser malvado, un espíritu inmundo que sólo quiere hacer perder a los humanos y que gobierna el mundo de los hombres. Alguien que según estos escritos se llama »Satanás el Diablo», pero también lo llamaban por muchos otros nombres, pero la idea general era que se trataba de un ángel que se opuso al Supremo Ser, un enemigo, y se trataba de la misma serpiente que engaño a la primera mujer.

La sola idea de que existía un ser así le producía terror, mucho miedo, pues no quería que este ser lo hiciera perder. Descubrió que de éste ser había que salvarse.

Siguió leyendo y felizmente para él se encontró con que había alguien que tenía el poder de destruir al ser malvado, justamente era la persona a quien los que le dieron la bienvenida al muchacho llamaban Cristo, aunque también se referían a este personaje como Jesús, Jesucristo, etc.

Era alguien que según estos escritos era hijo unigénito del Ser Supremo, y que era del mismo origen de las personas que antes él había visto reir y bailar junto con el rollo luminoso. Así y todo, tampoco le cerraban las cosas que se decían sobre este personaje, pues le daban condición divina, poder milagroso, y hasta se decía que era el mismo Ser Supremo…pero…murió! no entendía esto el joven ¿un dios puede morir? lo habían matado las mismas personas de su nación, porque lo despreciaban…era mortal! murió y todo para salvarnos…eso leía, aunque entendía lo que leía, muchas cosas no le cerraban, no tenían sentido. Igualmente decidió aceptarlo, pues resolvió que era el único que lo salvaría del espíritu malvado, esto era lo que más le aterraba.

Luego de terminar sus lecturas, se encontraba ya en pleno sendero, había gente con él que había hecho lo mismo, también había dejado camino atrás y tenía mas por delante.

Notó que de pronto las personas que terminaron sus estudios empezaron a reunirse en varios grupos, algunos eran de mucha gente, otros con poca, y gran parte de la gente tenía como una venda en los ojos aunque parecía buena, pero lo más increíble era que entre los grupos se discriminaban, se desaprobaban, se despreciaban y hasta se insultaban. Justamente discutían sobre lo que habían leído y competían por sus creencias. Estos grupos tenían líderes, cada líder dirigía a su gente y algunos de estos líderes tenían tambien vendas, otros no. Uno de ellos le decía al joven que si bien son los jefes de su grupo el Líder de todos era el Salvador.

Para sorpresa del muchacho también en este camino se encontraban las personas que al principio querían trepar las redes de la entrada de la Torá, que al no poder pasar del otro lado bajaron y entraron al de la Salvación mientras el joven todavía intentaba subir aquel alambrado. Tampoco habían abandonado sus vestigios, la »tapita», el sombrero, la manta en la cabeza, las barbas…también imitaban a las personas de aquel camino, bailando riendo, aplaudiendo, todos abrazando un rollo parecido al del joven y al resplandeciente, de hecho también tenía cierto brillo, pero requería ser pulido constantemente, porque su brillo no era natural, era igual de opaco que los rollos del joven. Más bien parecían tratar de imitar aquella radiante luz pero no lo lograban. También notó que a una de estas personas se le escaba una cruz de su bolsillo mientras bailaba y festejaba, y creyendo que nadie lo veía, escondía esa cruz. Esta situación le pareció muy inquietante y lo desconcertaba. Este grupo también era como los demás al desaprobar a los otros, algo no andaba bien…

Algunos líderes y especie de supervisores en ocasiones se topaban con el muchacho a pedirle colaboración con dinero, para mantenimiento del camino, pues alegaban que era mucho el tránsito a causa de la gran cantidad de gente y que esto desgastaba el suelo, era »para el bien de todos», decían. El joven un poco perplejo les daba algo del dinero que traía consigo, aunque al ver los suelos no le parecía que estaban en buenas condiciones, o que alguien haya hecho algún mantenimiento. Sin embargo lo entregaba de buena fé, con la intención de ayudar a los demás.

Así pasaba el tiempo para él, caminando y dando dinero, contemplando gente discutir, llorar, insultar…un caos…a veces leía su guía y se consolaba en ella pero no lograba reconfortarse del todo, recordaba y extrañaba a su familia y amigos, no sabía nada de ellos, sólo estaba seguro que se encontraban en el mismo camino que él. Pasaban días, meses, años…lo mismo de siempre, ya no estaba contento ni seguro del camino que eligió, y seguía caminando…

Pronto notó que el suelo del camino estaba raro, como con barro, a medida que avanzaba había más barro, más incómodo era caminar, de a poco costaba más avanzar, en esta zona ya del camino otros andaban con dificultad y con una constancia que parecía terquedad u obsesión, pero esforzados en seguir a toda costa, »tal vez sea una prueba para saber si queremos seguir»- pensaba- ‘‘¿quién sabe? a lo mejor, después del fango estaría la salvación…»’

En esta zona había carteles raros que decían: »Peligro, no continuar», éstos parecían no estar hechos por los mismos que contruyeron este camino, pues más bien resplandecían de una manera parecida al del rollo que vió al principio. Tampoco comprendió qué origen tenían esos carteles de suma advertencia, ni cómo estaban ahí apartados a un lado del sendero . De alguna manera se podría presumir que no eran de la misma naturaleza que el camino tomado ni de las guías que llevaba consigo. Pero una cosa era segura: ya no quería seguir caminando ahí. Realmente sintió miedo del lugar en el que estaba, peor, no sabía como salir.

Así divisó cerca de uno de esos carteles un pequeño camino que se unía al cual él se encontraba, y rápidamente se dirigió para aquel pequeño sendero y llegó. Era humilde, algo precario, pero más firme que el fango en el que estaba, era como de arena. Si bien no era cómodo de estar parado, pues tenía que estar constantemente moviendo los pies, al menos ya no se hundiría como antes, porque ya a esa altura el otro camino en vez de fango era arena movediza. Entonces se alegró pues creía aún que su Salvador le había mostrado aquella oportunidad, así empezo a andar por este nuevo sendero, y a lo lejos veía que se conectaba con algo que no alcanzaba a ver pues se veía como niebla, pero igual el muchacho siguió.

Ya cerca de donde terminaba este nuevo camino, podía ver atrás de él, lejos pero claro, el destino final de su camino anterior. Primero una especie de rampa hacia abajo.Luego un precipicio. Ciertamente significaba la muerte para los que lleguen, esto estremeció al joven que recordaba a sus allegados, no quería que llegasen ahí, pero el fango del lugar le imposibilitaba volver para buscarlos, no podía él buscar a su familia y amigos.

Llegó triste al final del nuevo sendero… y otro cartel más:»Estás llegando a Fulvida. Fundación Luz de Vida.» »Constructores de Shalom». –¿Shalom? ¿Qué significa eso?– se dijo a sí mismo,-Jamás había oído sobre esa palabra ¿Qué lugar es éste?-

Dejó el cartel atrás y siguió, pero había una espesa niebla que parecía no tener principio ni fin, muy densa, que no dejaba ver qué había del otro lado, y temió seguir, –Tal vez exista un precipicio parecido al que ví antes– dijo, y se quedó parado…

MIentras tanto, del otro lado, había mucha gente, justo a la misma altura de dónde se encontraba el joven, trabajando sobre el camino, parecían estar renovando los pisos. Éstos parecían como de madera firme, con una inscripción en cada una de sus tarimas: »Shalom». En esos momentos las estaban cambiando por unas baldosas que eran de piedra muy dura, mas firmes aún que las de madera, y que también tenían tallada la misma inscripción, y todos trabajaban en esto.

Junto con estas personas había una que parecía ser una especie de asesor, guía y supervisor en esta obra, aunque también ponía manos a la obra. Era muy entendido en el tema, y lo curioso es que no era como los demás trabajadores, traía sobre su cabeza esa redonda tapita, una similar que nuestro joven había visto anteriormente, también un rollo resplandeciente como el que ya conocemos. Él mismo parecía dar pautas, extraía instrucciones de su rollo, de las cuales elegía lo conveniente para sus colegas obreros, aunque todos mostraban una eficacia en lo que hacían. Pero todos trabajaban juntos en lo mismo, hacer más firme y sólido ese camino. Tenían en mente para el futuro cambiar la piedra por acero grueso, para hacer más sólidos aún sus baldosas, aunque requerían de recursos y debido a eso todo lo hacían despacio pero seguro, y siempre en acuerdo mutuo en mantener la inscripción de los suelos de su camino. Cosas como éstas hacían con alegría.

De repente uno de ellos vió sorprendido a un joven parado del otro lado, nuestro muchacho. Con ese asombro le dijo a los demás: – ¡Miren! ¡Un muchacho desconocido está parado al costado de nuestro camino!-, los demás vieron y no con menor sorpresa advirtieron la presencia de aquel extraño. Otros más lejos, no se habían percatado aún del asunto.

¿Quién sera?– se decían –Se ve bastante cansado y angustiado, vamos, acerquémonos y averigüemos quién es y de dónde viene-…entonces dejaron de hacer aquello en lo que trabajaban y fueron a su encuentro. Entonces uno de ellos le habló diciéndole: –Hola, quién eres y de dónde vienes?

El joven oyó estas palabras, pero no vió a nada ni nadie cerca ni alrededor: solo algo de camino que terminaba en una niebla interminable. Entonces se estremeció, pues ya no sabía qué creer. Si era fruto de su imaginación, o que era el tal Diablo, o algun ángel…ya sentía pánico y temblor en todo el cuerpo. Miraba a todos lados pero no veía nada ni a nadie.

Hola-de nuevo-¿No nos ves?– El joven se dió cuenta que no era su imaginación ni alucinación, notó que la voz venía como de la niebla, y tomando valor se camino un poco más hacia ella y miraba la niebla más de cerca, y la examinaba con el entrecejo fruncido, tal es el gesto cuando no se comprende algo, y miraba hacia más arriba, abajo, a los costados…

Las personas del otro lado se extrañaron por la actitud del muchacho: –¿Estará ciego? Yo lo veo claramente– decía alguno a los de su alrededor. Volvieron a hablarle de la misma manera, y el joven ya armado de valor y extraña curiosidad respondió:-¿Quién esta ahí? Sólo veo niebla

¿Niebla? ¿Cuál niebla?– Todos se decían, ya más personas se percataban y se agrupaban en el lugar.

No hay ninguna niebla, te estamos viendo claramente joven. Estás parado ahí moviendo la cabeza intentando ver algo, parece como si fueras ciego

Ya al joven más que miedo sintió curiosidad, hablaba más ameno, tal vez por su propia perplejidad que lo sacaba de su propia asimilación de la situación. –No estoy ciego-dijo-Sólo veo una niebla al terminar éste camino que anduve después de haber transitado otro peor, además hay un cartel con un nombre, Fulvida, no sé que es ni porqué está acá…no entiendo ya nada

En ese momento ya las personas comenzaban a comprender las cosas. el joven evidentemente no era ciego, pues habló del cartel, de Fulvida, del camino…pero de modo alguno él no los podía ver, aparentemente por una supuesta niebla que ellos no veían, sin embargo parecían creerle porque nadie mueve así la cabeza ni mira alrededor como buscando algo, no podía ser un loco por las referencias que hizo. Así que el único misterio era la niebla, pero en vez de meditar sobre eso más bien quisieron ayudarlo por el estado en que se veía, así que nuevo le hablaron: –Joven, te ves muy cansado y bastante afligido. Ven así te daremos comida, agua, ropas…pues pareces necesitado-. Pero el joven dudaba ante estas palabras, y prefería quedarse donde estaba y sin dar gesto de respuesta, lo que desconcertaba en cierto modo a la gente.

Viendo todo esto y sin decir nada estaba el supervisor de aquellas personas, un hombre sabio y solícito cuando los demás lo requerían, pues todo lo hacía con amor pero también seriedad, por esto y otras cosas más era respetado. Era llamado por todos »Moré» cuyo significado es maestro. Éste excelso hombre pues decidió romper su silencio hablándole a todos sabia y firmemente con estas palabras:

Escúchenme estimados amigos y compañeros, el joven que ven ahí me figuro que viene de un camino lejano, que evidentemente no fué propicio para él, sino miren nada más el estado en el que está. Lo sé muy bien porque tristemente sé acerca de ese horrible camino aunque no lo he andado ni me interesa hacerlo, ni aunque sea para conocer. Éste pobre desafortunado tiene una expresión de desasosiego, vacío y soledad y sus pies rondan la miseria de haber andado por un terreno áspero y pantanoso, al parecer le costó mucho llegar acá y creo que su único medio fué ese pequeño sendero que ven detrás de él. Lo que yo veo y que parece ser es que hay algo que él llama »niebla» que no le deja ver lo que hay hacia acá, pero ustedes no pueden ver. Esto se trata de una alguna probable imposibilidad que le dejó aquel miserable camino andado de ver lo que realmente es bueno, una especie de membrana ante sus ojos frente a lo recto y justo, fíjense bien en lo que ustedes recién trabajaban y tendrán la respuesta al enigma: este suelo es por demás superior al que anduvo el joven, ustedes sí lo pueden ver puesto que no tienen esa membrana a causa del buen suelo, pero él a ustedes no. La razón primordial por la que se origina esta niebla es un secreto de Di-s que no tiene que ocuparles la cabeza pues nada bueno hallará para quién lo investigue, sólo Él sabe por qué forma este fenómeno. Más bien ahora vaya uno cerca del muchacho y extiéndale la mano traspasando este camino, para que lo pueda ver y se tranquilice, después veamos cómo ayudarle. Tal cosa es lo que el Eterno desea y manda.-

Ante semejantes palabras todos enmudecieron, porque eran concientes de la sabiduría de todo en cuanto hablaba y además estaba ya claro en sus mentes el asunto. Así que uno de ellos se acercó al joven y le extendió su mano. El muchacho del otro lado miraba estupefacto cómo una mano abierta de repente salía extendida de aquel denso y grisáceo muro, a esa altura este nuevo fenómeno para él sobrepasaba su ya pobre discernimiento y si antes estaba inmóvil, ahora parecía de piedra, una parálisis difícil de describir.

Comprendió todo el sabio Moré, y alzando la voz le dijo de una manera dulce: –No debes temer joven, solamente acerca tu mano y agarra fuerte de la que ves

El joven sintió esta nueva voz más santa que la anterior, así logró recomponerse un poco de su estado, y ya con más seguridad respondió:-Gracias. Sí lo haré, porque siento en tus palabras paz que jamás sentí antes, pero dime…¿Eres tu el Salvador?

Esto dijo porque mantenía la creencia que tuvo cuando descubrió el pequeño sendero que lo sacó del desastroso lodo de su camino antes andado. Pero entonces el Moré al escuchar aquella pregunta insensata, se disgustó y le habló con serenas y directas palabras: –No soy ningún Salvador ni otra cosa que se le parezca, pues aquello que te han dicho sobre esa persona sólo fueron calumnias que por la inocencia que en tí veo creíste. Te digo que aunque tuviste buen corazón estuviste errado en varias de tus acciones, no te culpo pues sólo fuiste victima de falacias, pero la verdad es que no hay salvación alguna por donde antes anduviste. Se nota igualmente que tienes buen corazón y tu intención es sana, sino no hubieras encontrado este lugar que aún no ves. Vamos, confía y tiende tu mano.-

La primera sensación del joven fué de miedo y tristeza, por lo que aquél decía de su supuesto salvador, si bien no huvo violencia en sus palabras, para el joven fueron duras, pues no estaba preparado para escucharlas y se entristeció porque tenía razón el hombre sabio, de alguna manera llegaba a ese lugar movido por alguna fuerza de la que nunca se percató, así recordaba la luminiscencia de los objetos que anteriormente había visto. Pero inmediatamente después y felizmente para él, sintió una nunca antes percibida sensación de esperanza. Por ésta última entonces, alargó su mano y tomó fuertemente la que lo esperaba, y tomando impulso pasó del otro lado.

Entonces cerró los ojos en su primera reacción, porque en ese lugar había más claridad que del lugar de donde venía, de hecho recordaba la claridad del Camino del Gentil Justo, y se preguntaba si se encontraría ahí. Luego de adaptarse a la nueva vista, comenzaba a contemplar el lugar y sus gentes. Sin saberlo aún, se había salvado él mismo.

Entonces las personas más cercanas le dieron la calurosa bienvenida, lo felicitaban por haber tomado el coraje que lo hizo pasar al buen camino, e inmediatamente se dispusieron a atenderlo.

Éstas personas cercanas eran justamente las muy pocas que el joven había visto entrar al principio de todo, en el Camino del Gentil Justo, ésta era la extraña razón por la que no se percataron nunca de la niebla. Así confirmó el muchacho aquello que pensaba y supo que estaba ahí, con gentiles justos. Y así recibía con alegría las palabras de aliento que le daban, le decían esto y aquello, todo era recibido gratamente por el muchacho y éste les respondía con gratitud. Así hablaban.

Mientras aquellos hablaban de tales cosas, se iba reuniendo más gente aún que antes, algunas ya habían visto algo, otras recién se enteraban. Muchos se recordaban a sí mismos actuando como el muchacho, pues también en otro tiempo habían caminado y conocían del macabro Camino Salvador. Éntre éstos hubo entonces alguno que les hablaba a los que tenía a su alrededor diciendo:

Escúchenme amigos noájidas, todos que descendemos del noble Noaj. Al ver a aquel joven vino a mi memoria todo aquello que he pasado cuando caminaba por aquel deplorable Camino de la Salvación, borrado sea este nombre. También de similar manera llegué a este lugar, tal como el Moré nos describió hace un momento, y recuerdo un sendero perdido que sería mi esperanza para llegar acá así como también veía una niebla antes de llegar y pasé por parecidas circunstancias, y muchos de ustedes saben bien de qué hablo. No nos debería entonces extrañar que ahora nosotros no veamos nada de eso, pues nuestra visión es pulcra y sé que me entienden, lo que veo es que tal niebla no desapareció en verdad y hay muy pocos caminos como los que conectan a éste, el nuestro, yo también advertía que a lo largo de toda esa niebla no se veía ni a lo lejos algún otro sendero esperanzador, fué un milagro que haya encontrado aquél uno de éstos caminos. Por eso les propondré cómo debemos actuar de aquí en adelante:

MIentras algunos de nosotros siguen con la obra de mejorar estos suelos, otros vayan prestos con ayuda de máquinas o cualquiera otra que sirva, a disipar esa espesa niebla que no deja ver para acá, a pesar de que no la vemos está ahí, y debemos hacerlo. También apresurémonos en construir más caminos como el de arena que se ve ahí, pero que sea de un mejor material, más firme, por ejemplo las maderas que estamos ahora sacando. Si así obramos entonces hay mas probabilidades de que más personas extraviadas como éste pobre joven encuentren el camino que en verdad deben tomar. Vamos, no perdamos más tiempo hablando y hagámoslo.-

Dicho esto todos empezaron a obrar de esta manera, felices porque entonces tenían una nueva manera de construir su Shalom, ayudando a los perdidos, y así renovaban su lema de Constructores de Shalom, descubrían pues un nuevo significado.

Así entonces comenzaba también el joven su nueva y definitiva etapa, aunque le sería largo y costoso la adaptación total a esto nuevo, pero no lo abandonaba su esperanza: ahora sí entendía sobre Di-s. Entonces él mismo luego del descanso empezó en silencio a aprender todo cuanto había ahí, observando por largo tiempo las obras sobre los suelos, a los que disipaban la niebla y a los que construían pequeños senderos conectores.

Notó también que entre ellos estaba un hombre con la tapita redonda, de semblante sabio y reconfortante. Pero no hizo preguntas ni comentarios, pues le vencía el sueño en ese momento después de sus penurias interminables, así se durmió a un costado hasta el día siguiente.

Era viernes ahora cerca del mediodía, el joven abrió los ojos y se sentía bien descansado, mucho había dormido por el sueño pesado y al ver alrededor notaba que estaban todos trabajando en lo mismo del día anterior,y nuevamente el Moré entre ellos, portando esos magníficos rollos de luz que ya el joven conocía de lejos y por los cuales aún se extrañaba. Se incorporó entonces y fué a su encuentro, cuando estuvo al lado del guía quiso ver el contenido de lo que leía , y al posar su vista sobre las letras sintió un ardor en los ojos que lo hizo cerrarlos y retroceder un poco. Refregó sus párpados y volvió a abrirlos con dificultad, pero podía ver.

Advirtió todo esto el sabio hombre y le hablo así: –Estimado, tuviste suerte esta vez, pues si mirabas otras letras de estos rollos era inevitable la pérdida de tu vista con el tiempo. Tus ojos naturales no son aptos para leer de esas letras, pero sí lo son para leer las que viste recién, sólo que no estás listo y por eso sentiste sólo ardor, pudo ser peor para ti. Ten paciencia y con lentitud aprende todo de cuanto hay aquí, luego podrás leer con mi ayuda algo de esto, pero nunca lo intentes solo. Ahora me despido de tí querido, pues tengo obligaciones en otro lugar, para que sepas soy del Camino de la Torá y allá debo ir.-

Luego habló a los demás exhortando:- Amigos, me voy ahora a lo mío pues llegará Shabbat y tengo cosas múltiples que hacer y el tiempo apremia. Algunos de ustedes acompañen a este joven en lo que necesita, lo que realmente necesita, sé que me entienden. Ahora me despido y nos veremos pronto. Cariños y fuerza noájidas.-

Así hablo y se alejó con sus cosas. Recién en ese momento comprendió algunas cosas el joven pues aquél que se iba tenía el mismo resplandor de las personas que estaban alrededor de los rollos radiantes del principio. Luego de pensar en eso le dijo a su más cercano: –¿Shabbat?¿Noájidas? no comprendo a qué se refiere

Le respondió entonces el gentil sonriendo: – Amigo, Shabbat es un día especial de nuestro Moré y de los que son como él, y debe preparar ciertas cosas y hacer otras, pero eso por ahora no debe acuciarte, con el tiempo sabrás de qué se trata, aunque es importante que vayas sabiendo que no debes imitarlo, jamás. Del mismo modo actuarás con los rollos que viste, seguro ya te lo habrá dicho. Ten paciencia y sabrás todo lo que debes saber, sobre cómo trabajar en los suelos de Fulvida, aunque si te fijas al lado y muy cercano de nuestro camino verás otros caminos parecidos a éste. Ése se llama por ejemplo »Benei Noaj», aquél otro tiene por nombre »Gran Arca» y muchos otros más, todos juntos en realidad forman el verdadero Camino del Gentil Justo, el nuestro es en realidad uno pequeño en comparación con éste inmenso…en cuanto a los noájidas, se refiere a los descendientes de Noaj, que tú conoces como Noé…

Así entonces empezaría a aprender con paciencia y virtud todo lo que a él competía, se le inculcarían las 7 leyes universales sobre las que todos ahí se regían, las cosas que debería hacer, las que tendría permitido, las que tendría totalmente prohibido, todo lo recibiría con felicidad, aunque sin olvidar a sus seres queridos de los cuales no supo más y le preocupaba, y también para esto le darían aliento pues si tenían buen corazón como el joven el Eterno haría que llegaran como él, así le hablarían y todos los días futuros en su vida trabajaría como los demás contruyendo suelos, disipando nieblas por conocer él mismo los tormentos antiguos, Desechando las cosas que llevaba física y mentalmente consigo. Desecharía sobre cestos de basura al costado de su nuevo camino los rollos opacos que traía, así como sus expresiones antiguas, todos en los mismos cestos donde otros también llegarían como él, así como también los gentiles que ya obraban tiempo hace y estaban en constante aprendizaje desechando sus cosas también. También el Moré le enseñaria con amor y alegría a leer de lo que podía de los rollos que eran llamados Torá (de acá el camino del Moré), y de éste hombre el joven aprendería mucho, del Shabbat mencionado, y otras cosas que no debería imitar. Así sería de ahí en más para nuestro joven, y se convertiría algún día en un ejemplar noájida.

Pasaron tres años de haber llegado a su lugar ya amado, y advirtió para su sorpresa que de su camino amado se desprendían como puentes gigantescos con carteles que dictaban: »Al Camino de la Torá»; éstos puentes se veían muy dificutosos para tomar por el complicado andar que demandaba: muchas subidas, bajadas, curvas, escalinatas, todo tipo de complicaciones, pero también se notaban muy firmes. En algunos de ellos se veían hombres gentiles andando acompañados de hombres parecidos al Moré, pero que sugerían un rango algo más alto y exhibían magnificencia. Éstos eran por el joven ya conocidos, porque su Moré siempre les hacía referencia cuando le enseñaba, decía que los consideraba sus maestros y que no sólo en vida los eran sino también aquellos ancestros que dejaron sus sabios escritos y de los cuales el Moré leía. A ellos pues también los consideraba sus maestros, y eran por él llamados Rabinos.

Los últimos eran entonces los acompañantes de los noájidas en los puentes, pero mientras éstos andaban por ahí de manera dificultosa, aquellos caminaban sin problemas, pues los puentes no les representaba incomodidad alguna, a pesar de las depresiones e irregularidades de sus estructuras, eran parte de su Camino de la Torá. Y les daban fuerzas los Rabinos a sus guiados, cuando éstos sucumbían en su andar, porque solos no podían ni debían.

El muchacho sabía de esas dificultades, porque mientras aprendía de sus 7 leyes tenía referencias sobre sus colegas los Judíos (así se llamaban los felices bailadores del rollo de luz), y de la luz de aquel otro buen camino, pero él decidió seguir de largo…estaba contento con su propia labor y no quería dejar de ser noájida aunque apreciaba a aquellos de los puentes, al llegar al otro lado de largo brazo se encontrarían con muchos de los excelsos hombres para ser como ellos y al fin ser llamados Judíos.

Así continuaba su extenso y amado camino, donde siguió avanzando en años hasta convertirse en hombre, luego hizo su propia familia, tenía no menos ejemplar mujer, buenos hijos nacidos noájidas que seguirían los pasos del buen padre…ya entonces estaba completo porque sentía en si interior que cumplía con todo cuanto el Eterno su Di-s le encomendaba, pero no consideraba lo que sentía para no caer en soberbia, más bien seguía cumpliendo y cumpliendo como si no llegara nunca a hacerse. Así era su proceder en su vida.

Llegaba entonces al tiempo de su vejez que toca la puerta de los que mucho viven, estaba cerca ya de sus 120 años,  cosa admirable porque fué de los pocos en lograrlo. El blanco de sus cabellos era el fiel anunciador de su grandeza y saber a cualquiera que lo viese. A él acudían los muchos jovenes y hombres que buscaban sabiduría, para hacer todo lo que debían y que este anciano hizo en su juventud. Recordaba a su Moré instructor a quien mucho le debía, y con esto en la mente enseñaba el también todo lo que había aprendido, era menester hacer todo lo que se podía para llegar a buen puerto, así era todo para quien fué una vez joven que ahora estaba cerca del final de su camino y de sus días.

Un día de repente se sintió distinto a los demás días de su vida, se acercaba el final de su sendero y el anciano bien lo reconocía y con gusto pues no temía, sabía bien en su corazón que había cumplido cabalmente sus 7 leyes, aunque nunca cesó de hacerlo mientras le quedaba fuerza, como si siempre le quedara algo por cumplir. Llegaba ya al final de los férreos bloques con el querido Shalom inscripto, cuando un sueño distinto pero muy dulce le vencía, se tomó la cabeza con una mano y se sentó. Estas ganas de dormir eran distintas a las demás.

Así como el fiel trabajador se levanta temprano a la mañana, antes del cantar del gallo, y se dirige a su deber durante todo el día hasta llegada casi la noche y vuelve muy cansado y se va a la cama a dormir sin pensar en la reparadora cena, tal era el cansancio del anciano. Pronto apoyó el resto de su cuerpo sobre el suelo amado y comenzaba a cerrar los ojos. La misericordia del Eterno había hecho cansar los arrugados párpados del centenario noájida, y éstos se rindieron por fin y se juntaron para que sus ojos terrenales no vieran nunca más. Así fueron pues los últimos momentos del ejemplo de muchos.

Pasado un tiempo imposible de decir si mucho o poco, nuevamente se levantaba el hombre ahora desorientado; no sentía su cuerpo o lo que sentía más bien era algo muy extraño y nunca antes sentido, se sentía vivo pero de otra manera… –¿Qué es esto?– se decía su espíritu sin norte al principio.

Se incorporó, o más bien una hizo una acción parecida, y con sus nuevos ojos veía muchas personas sollozando juntas, eran sus descendientes, amigos, colegas, todos queridos alrededor de algo. Era su cuerpo material. Ësto lo conturbó más pues si bien sabía de qué se trataba la muerte, sólo esa vez, que era la única, era como si nunca hubiera aprendido al respecto. Para las personas presentes había sucumbido el anciano en medio del camino, pues sus ojos veían más camino por recorrer, mientras que los del anciano ya en espíritu veían el fin del suyo.

Sin tiempo para deliberar sintió el alma la atracción del otro lado, era como si caminara sin necesidad de usar piernas, como si una fuerza externa lo hiciera dezplazar hacía una nueba niebla para él nunca antes vista. Era ésta la cortina que separaba el fin del camino de lo maravilloso que se aproximaba. Cruzó así la línea divisora y empezaba la paz.

Notó ahora que después de cruzar había un patio al que llegaba también otro camino que llegando a su fin se unía al suyo. Y de él llegaban otros, los judíos, tal como lo hacía como el anciano, y al ver la señal de ese sendero leyó: »Fin del Camino de la Torá», al darse vuelta al suyo vió: »Fin del Camino del Gentil Justo». Éstos se unían entonces al final para hacer saber a todos que tanto un camino como el otro eran los necesarios para llegar a buen destino.

Se juntaban entonces gentiles y judíos para saludarse y seguir hacia la enorme puerta de un edificio áureo con argénteos adornos, tal construcción daba la idea de un tribunal. No era otra cosa más que eso, y la fuerza desplazadora los guiaba a todos mezclados hacia su interior. Entonces el fiel noájida sentía temor reverencial y alegría a la vez, pues bien sabía lo que llegaría. Se abrieron las puertas y se hizo una fila entre los muchos llegados para entrar. Al hacerlo, el interior del lugar era destellante, hermoso, indescriptible apenas los ojos espirituales podían mirar algo hacia el suelo que también era de luz. Apenas se podía ver algo, casi nada…

Avanzó una persona delante de él y una voz enfrente e imposible de ver su emisor decía: –Dime Yehuda, ¿Has cumplido con las 613 órdenes que te He dado?-.

Conmoción. Ésto sentía el buen gentil y todos los demás detrás de él. –Sí, las he cumplido– respondía el judío, y avanzaba pero no se sabía dónde.

Quedó ahora solo el siguiente frente a la Majestuosa Voz, que le dijo: –Dime Noaj-(por ésto era la grata sorpresa que se llevó en vida al saber del nombre de su ancestral patriarca)-¿Cumpliste con las 7 órdenes que te He dado?-. Al momento se llenaba su alma de inmensa alegría, y con una sonrisa respondió: –Sí mi Señor, tal como lo he aprendido-dijo, y agregó:- Perdóname mi gran Señor, ¿Qué es de mi familia y amigos a quienes nunca más vi?-, a lo que la Magnificencia respondió: –No te preocupes por ellos, han recibido también su juicio justo como tú, más, complácete porque lleno de misericordia es el mismo-. Dicho ésto avanzó mediante la fuerza recorriendo la Sala de Justicia, hacia una puerta que daba a otro exterior.

Había tenido su juicio justo, y sentía amor por su Amo, cantaba alabanzas, se abrazaba con otros, y se disponía a gozar de las cosechas de su siembra. Estaba ahora en otro patio, interior, que llevaba a un gran portal hermoso del mismo dorado y plateado que el Sagrado Tribunal, sabía que aquél era su Mundo Venidero, al que todos se dirigían con no menor gozo que el noájida.

Caminaba hacía ahí cuando de pronto de su interior salían personas que parecían alborotadas de mucha alegría, hablando rumores, escuchando voces y gritos del primer patio, anterior al Tribunal, como si se hablaran con los que están del otro lado, pero no alcanzaba a entender lo que decían, así que se acercó a ellos. Tanto era el alboroto que sólo alcanzó a entender unas pocas palabras, las suficientes para aumentar su alegría. Todos los que habían salido volvían a entrar corriendo, tal vez para avisar al resto. Detrás de ellos caminaba Noaj lentamente hasta que quedó solo, y traspasaba de a poco el acceso al mundo de gozo con una sonrisa y un ligero pensamiento sobre lo que recién había oído:

Andaba por el Camino de la Torá un tal Mashíaj…

FIN.

D-OS nunca se equivoca.

Hace mucho tiempo, en un reino

distante, vivía un rey que no creía en la

bondad de D-os.

Tenía, sin embargo, un súbdito que

siempre le recordaba acerca de esa

verdad.

En todas las situaciones decía:

«!Rey mío, no se desanime, porque todo

lo que D-os hace es perfecto. El nunca

se equivoca! »

Un día el rey salió a cazar junto con su

súbdito, y una fiera de la jungla le

atacó.El súbdito consiguió matar al animal

, pero no evitó que su Majestad

perdiese el dedo meñique de la mano

derecha. El rey, furioso por lo que

había ocurrido, y sin mostrar

agradecimiento por los esfuerzos de su

siervo para salvarle la vida, le preguntó

a éste:

-«Y ahora, que me dices, D-os es

bueno?, Si D-os fuese bueno yo no

hubiera sido atacado, y no hubiera

perdido mi dedo.»El siervo respondió:

-«Rey mío, a pesar de todas esas cosas,

solamente puedo decirle que D-os es

bueno, y que quizás, perder un dedo

, sea para su bien. Todo lo que D-os

hace es perfecto. !El nunca se

equivoca! »

El rey, indignado con la respuesta del

súbdito, mandó que fuese preso a la

celda más oscura y más fétida del

calabozo. Después de algún tiempo, el

rey salió nuevamente para cazar, y fue

atacado, esta vez, por una tribu de

indios que vivían en la selva.Estos indios eran temidos por todos

, pues se sabía que hacían sacrificios

humanos para sus dioses.

Inmediatamente después que capturaron

al rey, comenzaron a preparar, llenos

de júbilo, el ritual del sacrificio

. Cuando ya tenían todo listo, y el rey

estaba delante del altar, el sacerdote

indígena, al examinar a la víctima,

observó furioso:

-«!Este hombre no puede ser

sacrificado, pues es defectuoso!….!Le

falta un dedo!»Luego, el rey fue liberado.

Al volver al palacio, muy alegre y

aliviado, liberó a su súbdito y pidió que

fuera a su presencia.

Al ver a su siervo, le abrazó

afectuosamente diciendo:-«!Querido, D-os fue realmente bueno

conmigo! Tú debes haberte enterado

que escapé justamente porque no tenía

uno de mis dedos.

Pero ahora tengo una gran duda en mi

corazón: si D-os es tan bueno, por que

permitió que estuvieses preso, tú que

tanto lo defendiste?»El siervo sonrió, y dijo: … -«Rey mío

, si yo hubiera estado junto con usted

en esa caza, seguramente habría sido

sacrificado en su lugar, !ya que no me

falta ningún dedo! Por lo

tanto,acuérdese siempre:Todo lo que D-os hace es perfecto. !El

nunca se equivoca! »

Alegría en el Cono Sur – Bs. As. 19/06/08

Se me ocurren muchas cosas para resaltar de este anhelado día. De hecho, lo iré desenvolviendo en siguientes post’s, pero dos cosas qusiera decir de esta reunión habiendo recordado todo en cuanto pude al regresar a casa, antes de dormir, y ahora mismo escribiendo.

La primera es, como ya algunos amigos venían comentando en el post al respecto del amigo David Russomano, de que se trataba tal vez sin darnos cuenta, de un preámbulo de aquello que podría ser el gran evento en Panamá 2009 y del que Di-s me ayude a a formar parte, dado que como una señora y su hija cruzaron la misma cordillera que otrora atravesara el Gral. San Martín, que un hombre que es maestro de muchos cruzó el charco (Río de la Plata), y que otros tres muchachos locales viajaron algunos kms.; todos en un punto de Buenos Aires, estábamos entonces ante un encuentro internacional. Muchos otros países asistían de manera espiritual, físicamente lo hacían Chile, Argentina y Uruguay.

Lo segundo: compartir con el señor Ribco y los demás un día es hacerlo la mitad. Es que la calidez, alegría y humanidad que emanaba el encuentro te hacía olvidar que hay algo llamado tiempo.

Salgo de casa casi al caer la tarde del 18/06, colectivo-tren-colectivo hasta el aeropuerto de Ezeiza, y llego unos 10 min. antes de que llegara el avión de la sra. Nidia, la matrona de fulvy ( parece que así se la podría llamar si gusta). Improvisé un pobre cartelito que decía »FULVIDA NIDIA», con prisa para que me pudiera ver, pero nadie, pasaba media hora y nadie. Recibo una llamada al celu, y era su hija…estaban esperándome en otro sector de arribos, ya que el aeropuerto en sí es grande y los arribos de LAN eran por ambos sectores..ufff, menos mal que les dejé mi No. de celu.

Me apuré al llegar al otro y ahí estaban sentadas al costado de la entrada, dije: »disculpe, ¿ud. es Nidia?», y se le llenó de sonrisas la cara de la matrona, saludos, abrazos, y a buscar alojamiento. Combinamos con Andrés, y nos encontramos en el barrio porteño de Once, crisol de nacionalidades, y máxima concentración de la comunidad judía. La sencillez de la srs. y su hija era por demás elogiable, se les notaba la cara de felicidad y seguramente la mía y de Andrés (que estaba con su linda nena) no eran distintas. Después se sumó la mujer de Andy y compartimos una buena noche. Más saludos, una comida amena, charlas, un »hasta mañana» y a dormir;por suerte tengo una tía que vive cerca…

LLegaba el día esperado. Hablé con David y ya estaba yendo temprano al puerto, así que fuí para allá y él ya estaba. Así que deliberábamos en cómo lo reconoceríamos porque no teníamos carteles como las otras personas, la foto que presenta en Fulvida es bastante clara, no sería difícil…además tal vez traiga su kipá. Mientras así hablabamos apareció entre los llegados una silueta de aprox. 2 mts. de estatura, que por más que lo evitara (si quisiera hacerlo) no pasa desapercibido pero ni ahí. Imagino que de haber jugado de chico a las escondidas hubiera perdido siempre.

Un gran saludo, y una sensación de que estábamos ante una notable persona en todo aspecto. Ya lo veníamos imaginando pero comprobarlo de manera presencial es distinto. Así buscamos un taxi y fuimos los tres a un restaurant kosher en el mismo barrio de Once donde estaba alojada doña Nidia. Ella junto con su hija y Andrés llegarían un poco después, sobre todo Andy porque un taxista al parecer le dió un lindo paseo innecesario por la city, supongo que ya les contará. Muchas conversaciones, noajismo, algo de judaísmo, cristianismo en voz baja porque el lugar no daba para esa cuestión y por mucho respeto, algo de fútbol, familia, cosas generales; desayuno mediante, un café, un cortado, un capuccino, medialunas…una linda mañana.

Después salimos a recorrer un poco la zona donde cada tanto se veían personas de aquí para allá de la colectividad judía. Muy grande es la comunidad en Argentina. Y Llegamos al Abasto Shopping, grande por cierto, que se encuentra en el barrio homónimo.

Y ahí más charlas de todo tipo, pero también nos daba clases, que por suerte no eran a distancia esta vez, así que nos sacábamos dudas, el Moré respondía las cuestiones, de éstas derivaban otras y así aprendíamos más. Pasado el mediodía el hambre nos atacó otra vez y buscamos provisiones, el sr. Ribco las buscó en el Mc Donald’s Kosher del shopping, nosotros los chicos en un Burger King, y las mujeres en un local donde pidieron comida china, que por cierto no le gustó a la matrona e hizo un trueque por una de las hamburguesas. Así las agujas del reloj no corrían, VOLABAN, hasta que al decidir salir otro rato vimos que empezaba el aguacero temido y anunciado por los servicios meteorológicos, por suerte no era el Gran Diluvio de la época de Noaj. Volvimos a nuestro lugar y seguimos hablando y hablando, riendo, compartiendo, etc., por supuesto que hubo fotos que ya subiremos. Cabe destacar que en esta oportunidad había un vigilante de varios que recorría el lugar de comidas, y cuando pasaba por el nuestro se acercaba incómodamente cerca…¿será que mi cara era de preocupar? ¿pensaría que tal vez por traer algo de barba y por ésto parecer árabe sería un fundamentalista con explosivos alrededor de mi cuerpo? Naaa… simple rutina, creo.

Por fin decidimos salir a pesar de la lluvia, entramos al subte (tren subterráneo) y fuimos hasta el obelisco, símbolo porteño,en Av. Corrientes y Av. 9 de Julio, más fotos, recorrimos algo sobre Corrientes, luego la peatonal Florida, Av. de Mayo: ya a esta altura poco importaba la lluvia. Después hubo una merienda, unas últimas charlas y despedidas calurosas. Nidia y su hija junto con Andrés despedían al Moré, a quien David y yo acompañaríamos otra vez hasta el buquebus. Así que otra vez como al principio, el sr. Yehuda y los dos muchachos se saludaban, se sacaban fotos y se prometían más reuniones. En fin, 12 horas que habrán sido 6 para nuestra percepción, pero indudablemente un día prohibido olvidar. Tal vez fuí extenso, pero les aseguro que para describir todo harían falta más post’s y tiempo.

Ahora mismo es sábado a la tarde y acabo de llamar al hotel de Nidia para arreglar juntarnos para compartir la despedida de mañana al mediodía. Seguramente ella al estar en su tierra patria otra vez, expondrá su visión de todo, lo cual valdrá la pena leer. Por lo pronto muchas gracias a todos aquellos que le pusieron buena onda desde muy lejos y no tanto, a los pibes locales, a la señora Nidia y su hija, y al sr. Ribco por compartir un distinto 19/06, sea éste el primero de varios.

Saludos y cariños desde Argentina para todo el mundo.

Sebastián.

Un debate

En esta ocasión he de platicarles algo que me sucedió el día de ayer, pero antes quiero aclarar una cosa, mi postura con respecto al estudio del Judaísmo es la misma, pero a veces cuando alguien anda extraviado es necesario tocar ciertos temas bajo la guía y orientación adecuada, por lo que en esta ocasión un compañero de fulvida y su servidor buscamos la respuesta a una interrogante que es argumento de personas practicantes del cristianismo sobre un pasaje de la biblia.

Por lo regular procuro evitar tocar estos temas porque no soy conocedor de ellos y mucho menos soy la persona mas apta para debatir sobre estos, pero como no podemos dejar a un Noajida perdido en conceptos alejados de la realidad, junto con este compañero que recién se ha incorporado a fulvida cuyo acercamiento y adhesión lo comente en un texto publicado anteriormente, trabajando en equipo le orientamos a este compañero sobre sus equivocadas afirmaciones.

Trabajando como de costumbre en las oficinas de un cliente, salió a flote un debate que sostenían un Ingeniero civil y este recién ingresado compañero de las filas de la Luz, aclaro no es mi costumbre ahondar en temas de Judaísmo pero a veces es indispensable para sacar a hermanos de la oscuridad, en fin el Pasaje de la biblia en debate era el siguiente:

«Entonces dijo Elokim: »Hagamos al humano a nuestra imagen, con nuestra semejanza, y dominará sobre los peces del mar, y las aves del cielo, y las bestias, y en toda la tierra, y sobre todo animal que se desplaza sobre la tierra. ‘‘»
(Bereshit / Génesis 1:26)

Y la pregunta que se hacia era referente a que El Eterno utilizo el plural de hacer “hagamos” ¿a quien se dirigía cuando dijo Hagamos?, para contestar y ayudar a mi compañero de fulvida a dar una respuesta clara y contundente nos dirigimos al sitio que trata este tipo de temáticas o sea Serjudio.com, y enseguida encontramos una respuesta ala pregunta, las respuestas que da el Moreh a este tipo  de cuestiones son legendarias y contundentes, respuestas impresionantes y con mucha profundidad pero siempre claras y fáciles de entender.

Obviamente el debate surgió porque en el cristianismo este pasaje bíblico lo utilizan para erróneamente afirmar que cuando el Eterno dijo Hagamos se estaba refiriendo a otra persona a un personaje ficticio que Uds. ya saben de quien se trata, pero con esto me he dado cuenta que realmente los esfuerzos que hacen algunas personas por buscar pasajes que puedan ayudarles a reafirmar su creencia es por su gran inseguridad, por la carencia de seguridad de que lo que profesan sea real, un hueco enorme que tienen y que quieren llenar con sus conclusiones alejadas de la realidad.

Y por supuesto a este compañero de trabajo se le facilito la respuesta a su pregunta, aunque ya saben que cuando te abren los ojos de momento es difícil aceptarlo, pero estamos confiados que en un futuro este compañero de trabajo nos acompañe también en este camino de enorme crecimiento y bendición que es el Noajismo.

Cabe mencionar que una gran diferencia que existe entre el cristianismo y el Noajismo, es que nosotros nunca estamos buscando argumentos que puedan darle credibilidad a nuestro legado, nunca estamos tratando de reafirmar la veracidad de nuestros Preceptos, nosotros día a día estamos llevando a la practica los 7 preceptos para las naciones, cada día tratamos de ser mejores constructores de Shalom, el despertar Noajico es de acción no de pensamientos solamente, los 7 Preceptos para las naciones apuntan a la practica, y es lo que nos preocupa que si son reales eso ya esta comprobado al 100%s, y a nosotros ya solo nos toca llevar a la practica, aunque claro si lo deseas puedes comprobar por ti mismo buscando aquí en fulvida los textos relacionados con el Pacto Noajico.  

Pero lo mejor de todo, fue que leyendo la respuesta me encontré con un link hacia una respuesta de el Moreh a una interrogante muy profunda con relación ala definición de el concepto de Hombre, una respuesta que me dejo perplejo y honestamente les digo algo el Moreh es un hombre con una capacidad impresionante sus respuestas demuestran  un nivel de conocimientos muy elevado, de verdad es asombrosa la forma de responder del Maestro, no en vano es un Maestro de Torah.

En dicha respuesta hay bastante sabiduría pero solo me permitiré pasar algunos de los aspectos a mi consideración bastante relevantes, aunque la verdad debería poner todo el texto en su totalidad porque es impresionante pero mejor les dejo el link mas abajo por si desean leer en su totalidad este gran mensaje.

¿El Hombre es Hombre?
Pues, me parece que sí pero no.
Es como el árbol que duerme en la semilla, ¿acaso la semilla es el árbol o viceversa?
El Hombre se hace, se construye, tiene todas las potencialidades, todo disponible para llegar a ser un verdadero Hombre… pero, si nada construye en sí mismo… sólo queda en eso… potencialidades…
¡Nada más triste que una esperanza a punto de florecer que se marchita antes de hacerlo!
Como verá, mi humilde opinión en parte disiente con la del rabino por Ud. citado en primer término. Yo digo que el Hombre no teme ser lo que es, sino que puede quedar en el proceso de llegar a serlo… es algo bastante diferente.
¿Y qué puede llegar a ser?
Eso cada cual debe responderlo en su proceso de crecimiento…

El mensaje que contienen los 7 preceptos para las naciones es una clara invitación a crecer y formarte en todos los aspectos, un llamado a contribuir en un objetivo que el Creador fijo para nosotros en nuestra calidad de gentiles justos, el cabal cumplimiento de los 7 es la forma de potencializar todas nuestras habilidades para el beneficio propio y por consiguiente el de toda la sociedad, los 7 preceptos son el agua que hace que una pequeña semilla se transforme en un fuerte y frondoso árbol, que tipo de árbol no lo se pero a mi me gustaría que te convirtieras en un fuerte y enorme encino, de hecho apenas vi uno con 200 años de edad y con un tronco grueso, enorme como de 12 metros de altura y aun con fuertes y verdes ramas, ojala que como este árbol seas tu hermano.

Nuestros jajamim (Avot 2:6) enseñaron con sabiduría:

«Allí donde no haya Hombres, sé tú uno«

¿Qué podemos decir acerca de esto?
Algunos sugieren que la palabra «Hombres», refiere a líderes, a ejemplos positivos para seguir. Por lo que, cuando nuestros modelos para identificarnos no sean loables, modelos realmente, entonces debemos erigirnos nosotros en guías de los demás (si es que somos dignos de tal pretensión).
Pero, podemos advertir una interpretación más llana, y próxima a nuestro tema: si lo que estamos viviendo no nos alienta, mueve, a crecer, no es parte de nuestro desarrollo integral, sino un simple pasar el tiempo, de experimentar sensaciones, entonces… estamos en ausencia del Hombre… estamos en presencia de una maravillosa y compleja estructura materialmente espiritual que se está desperdiciando… debemos pues… ser un Hombre.

Noaj nuestro ancestro se hallaba dentro de un circulo con ausencia de ejemplos a seguir pero no obstante el se erigió en un modelo hasta ahora benéfico para la humanidad, y que pasa con nosotros, en la actualidad nosotros somos también podemos convertirnos en ejemplos a seguir, pero solo trabajando en la construcción de Shalom  y cumpliendo los  7 podemos llegar a serlo.

«Iaacov [Jacob] se quedó solo, y un hombre luchó con él hasta que rayaba el alba.«(Bereshit / Génesis 32/25)

Algunos afirman (con excelencia digo yo) que el hombre que lucho con él hasta el amanecer fue su propia conciencia. Iaacov contra Iaacov.
Y cuando lucho realmente consigo mismo, y desnudo su alma frente a sí… se hizo el amanecer, despuntó un nuevo y más claro día…
Como vemos, es cuestión de enfrentarnos a nuestros temores, a nosotros mismos, para poder superar nuestra vivencia y alcanzar la Vida.

Nosotros conocemos cuales son los desequilibrios en cada una de las sefiras, conocemos cuales son los aspectos donde estamos fallando, así que solo queda llevar a cabo las acciones que corregirán todos esos aspectos no favorables, los 7 preceptos están enfocados a mediante su cumplimiento refinar nuestra conducta  y solo transitar por donde lo favorable de la vida fluye, entonces solo queda ubicar las distorsiones en cada una de las sefiras y empezar a trabajar en la corrección y por consiguiente empezar a construir Shalom.

El instinto del mal es fuerte en nosotros pero cuando hacemos lo que se debe de hacer cumple con su objetivo, la lucha es dura pero cuando logras vencer a tu lado obscuro, logras lo que este Patriarca de el pueblo de Israel, ves por fin el amanecer después de una larga noche.   

Antes de terminar me gustaría hacer algunas aclaraciones.

1.- cito algunos pasajes de la biblia por que lo creí necesario, honestamente no lo habría hecho pero fue necesario por las circunstancias, pero si fue incorrecto de mi parte estoy a la escucha de la opinión de el Moreh.

2.- este edificante debate era sostenido entre un nuevo compañero de fulvida y un compañero de trabajo, pero el compañerismo que existe entre nosotros me movió a integrarme al debate, la verdad no lo pude evitar y ver a un compañero de fulvida tratando de orientar a alguien que anda errado es algo en lo que no puedes evitar participar.

3.- recordemos que la unidad es un concepto muy profundo y de suma importancia en nuestro actuar, para mi representa uno de los aspectos fundamentales en cualquier organización, es un aspecto importante que se debe de cultivar en cada uno de nosotros, así que a darnos una mano unos a otros y a apoyarnos en las buenas y en las no tan buenas.

Por el momento creo que es todo, pero quiero despedirme con una frase que me impacto cuando la leí y que me parece muy acertada porque el primer beneficiado cuando se publica algo es uno mismo.

Espero haberles sido de utilidad, pues sin duda, lo que he escrito me es de provecho para mí.

Me despido de ustedes poniéndome a las ordenes, deseando logros y victorias en sus batallas, y que la Luz del Eterno ilumine su camino.

¡Un abrazo y Shalom hermano!

Oficina Fulvida México

Referencias

http://serjudio.com/dnoam/rap83.htm

¿En qué se parece al despertar noájida actual?

Perdió su reloj en el mar y lo encuentra 67 años después… y ¡funciona!

Los misterios del mar.
Un hombre encuentra, 67 años más tarde, su reloj de oro que había perdido en el mar cuando navegaba.

Teddy Bacon vio por última vez su reloj en 1941 cuando estaba en su barco en el puerto de Gibraltar. El reloj se había deslizado de su muñeca y se perdió en el mar. Dos buceadores intentaron recuperar el tesoro pero no lo lograron. Entonces Bacon abandonó la idea de volverlo a ver.
El valioso reloj apareció en 2007 cuando trabajadores dragaron el puerto y encontraron el objeto junto a otros escombros.
Uno de los jefes del puerto dejó escrita en 1941 una descripción del reloj con su situación aproximada, por lo que los trabajadores supieron a quién pertenecía y lo enviaron por correo a la dirección que Bacon había dejado apuntada hacía años en un trozo de papel, publica 20minutos.
Tras pasar por todas las casas en las que Bacon había vivido, el paquete finalmente llegó al felpudo de su casa en Tarvin, Cheshire (Inglaterra).

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