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Resp. 538 – Dejar a Jesús es un paso decisivo para amar a Dios

daniel1234 nos consulta:

les felicito q continuen difundiendo la identidad noajica, tengo una pregunta: 2 semanas antes que yo encontrara la pagina de fulvida tube un sueño, en mi casa ubo un terremoto y vi a niños arrodillados alabando a dios y pude oler incienso y en mis manos tenia un libro y me dijo una voz q eral el torah, yo no conocia q era torah, aqui lo conoci,yoal principio era catolico, pero luego cristiano evangelico(una secta cristiana)yo no creia en imagenes pero si en jesus aora¿como lo veo a jesus lo r
DANIEL/GOMEZ/16/ESTUDIANTE/LIMA/PERU

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¿Te quieres convertir al judaísmo?

Llevamos varios años difundiendo el mensaje noájida, mensaje que no inventamos nosotros, ni siquiera descubrimos.
El noajismo es, históricamente, la primera forma de servir a Dios del modo que Él quiere.
El noajismo es el primer pacto perpetuo sellado con toda la humanidad, por medio del cual las personas han de ser fieles al Padre por medio del cumplimiento de los Siete Mandamientos Fundamentales.
Es una realidad que tiene 5000 años y no ha sido modificada ni ha sido anulada, ni lo será jamás, puesto que Dios dice claramente al respecto:

«Y dijo Elokim: ‘Ésta será la señal del pacto que establezco entre Yo y vosotros, y todo ser viviente que está con vosotros, por generaciones, para siempre»
(Bereshit / Génesis 9:12)

Desde entonces, durante varias generaciones el noajismo permaneció como conocimiento y experiencia de pocos, pues el miedo al salvajismo de las religiones era grande.
Los gentiles que eran leales del Eterno se refugiaban y no pronunciaban su parecer, puesto que ser considerado «apóstata» o «hereje», era lo mismo a ser condenado a una muerte espantosa.
En ese silencio, en la pasividad, en el anonimato, la conciencia noájida fue cayendo en el olvido de las masas.
La gente se estaba apartando de la senda del Eterno, aunque en su interior su espíritu santo clamaba a viva voz por retornar a ese camino de Luz.
Como paliativo, la gente se hizo más y más adicta a las religiones, creían de esa manera saciar su hambre de Dios, cuando lo cierto es que se desnutrían más y se asfixiaban más.

Pero, en los últimos tiempos, con el comienzo paulatino de la Era Mesiánica, muchos renacimientos han ocurrido.
El más llamativo y espectacular es el resurgir de la nación judía de dentro del horno de la Shoá.
También el retorno y restablecimiento de una patria de nacionalidad hebraica en la sagrada tierra de Israel.
Pero, coincidiendo con esto, no es casual que esté despertando nuevamente (y cada vez con más vigor) la conciencia noájica.

Cada día son más los gentiles que redescubren su verdadera identidad espiritual. Que se libertan de las cadenas de las religiones, que se rebelan en contra de pesados mandatos sociales centenarios, que se alzan en armas espirituales en contra de piratas de la fe e imperialistas de las religiones.
Los noájidas están despertando, y es un proceso libertador imparable que llegará a su punto más radiante cuando la Era Mesiánica sea un hecho evidente para todos los humanos, pronto, bien pronto.

Sin embargo, sigue habiendo gente confundida en relación a los alcances y marcos que corresponden a su identidad espiritual como noájidas  y aquello que les compete por legado y herencia de Dios.
En buena medida son víctima de su ignorancia con respecto a las cosas del Eterno.
Otras veces siguen prendidos a la idea errónea de que hay que ser judío para ser salvo, cosa que se desprende de cierta de la confusa y ambivalente teología (mitología) del imperialismo cristiano (en sus mil ramas y variantes, incluído el falso judaísmo mesiánico).
Muchos de los confundidos siguen creyendo que el noajismo es una secta subsidiaria del judaísmo. O es una escala en un extraño viaje que lleva de la idolatría al judaísmo. O suponen que ser noájida y vivir como tal es indigno, o que eso no satisface tanto como lo haría el ser judío.
Todas estas confusiones se producen por oir campanas emocionales en lugar de usar el raciocinio, se dan por querer en vez de cumplir.

Usemos un momento la mente, de manera correcta.
¿Acaso Dios quiere que todos seamos judíos?
La respuesta es no.
Es obvio que Dios quiere que haya una inmensa mayoría gentil (que viva como lo que son, noájidas) y una infima minoría que sea judía.
¿Cómo lo sabemos?
A partir de las sagradas revelaciones:

«No porque vosotros seáis más numerosos que todos los pueblos, el Eterno os ha querido y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos.»
(Devarim / Deuteronomio 7:7)

La grandeza de la nación judía no radica en su gran número, ni en su poderío material, ni en su inteligencia, ni en ser el que domina sobre los demás; sino en haber aceptado con fidelidad su propio pacto con el Eterno, un pacto diferente al que tiene el resto de la humanidad.
Ni mejor, ni peor, diferente.

Así pues, para Dios no es bueno que la gente quiera ser judía si ha nacido gentil; sino que el gentil acepte su identidad, se ame como Dios le ama y viva de acuerdo al programa trascendente de vida que se denomina noajismo.
Ni más, ni menos.

Si Dios hubiera querido el predominio de Israel sobre las naciones, así lo hubiera decretado.
Si Dios quisiera que los judíos fueran la mayoría, y no una ínfima minoría, así sería.
Pero no es así.
Dios quiere que el mundo sea en su gran mayoría de gentiles, pero conocedores del Eterno, que viven de acuerdo a su propio patrón de conducta, que no es el judaísmo, sino el noajismo, tal y como Él ha declarado como bueno y justo.

Y para aquellos que aún dudan del valor del noajismo a ojos del Eterno; para los que se siguen dejando influenciar por las serpientes, les pido que tengan en cuenta esto:

«Avram [Abram] tenía 99 años cuando el Eterno se le apareció y le dijo: -Yo soy el Elokim Todopoderoso; camina delante de Mí y sé perfecto.»
(Bereshit / Génesis 17:1)

En aquel entonces Avraham era un noájida como tú debes serlo.
Ni siquiera tenía una orden extra, cual sería la de circuncidar su prepucio.
Era tal como tú debes ser.
Un noájida, cumplidor de los Siete Mandamientos Universales.
No era judío, no era estudioso de Torá, no era circunciso, no respetaba el Shabat, no comía Kosher, no usaba ropajes de judío, ni siquiera tenía un nombre de judío… no tenía nada que pudiéramos reconocer como judaico.
Era en todo su esplendor un gentil, un noájida a plentiud, fiel del Eterno por cumplir con Sus Siete Mandamientos Fundamentales.
Era acepto por Dios, era salvo, era perfecto a ojos de Dios, sin necesidad de recurrir a disfraces de judaico, ni a palabrería hebraica, ni a recitar capítulos de Salmos o sabios… era perfecto a ojos de Dios, por ser noájida.
¿Acaso tú no puedes llegar a ese nivel también?
Despójate de vanidades, quítate disfraces, no anheles ser lo que no eres, acepta tu identidad noájica, no pretendas lo que te es ajeno, no vivas alienado de tu ser, no repudies el mandato sagrado que el Eterno te ha dado.
Apártate del mal, para hacer el bien.
Apártate del mal, aunque éste sea producto de buenas intenciones.
Así pues, deja lo judaico para los judíos, olvida tus pretensiones de convertirte a judío mientras aún no has alcanzado el grado de perfección que te compete como noájida.
Y, si supones que eres menos por no ser judío, o no vales por no tener los mandamientos que Dios ha encomendado a los judíos, entonces eres un desgraciado que se auto-desprecia, que se auto-rechaza, que se odia…
Ámate, por saberte gentil y ser orgulloso de vivir como noájida.
Así serás bendito tú y tu descendencia por siempre.
Pero, si te desesperas por la porción de Israel, que no te corresponde, si escapas de lo tuyo para ser parte de lo de los judíos, entonces llevarás la angustia a donde vayas y traerás pesar a tu vida y a la de tu simiente, en este mundo y en el venidero. (Aquel pequeño porcentaje de gente que se convierte leal y legalmente al judaísmo, es asunto aparte, que no corresponde a la inmensa casi totalidad de los gentiles, que deben vivir como noájidas).

En resumen hasta aquí, sé como Avram, alguien orgulloso de su propia nación, sea argentina, boliviana, venezolana, mexicana, la que fuera; siéntete orgulloso y dichoso de ser noájida, pues es el tesoro de bendición y bienestar que Dios te ha dado para que vivas y sea salvo.

Como un aparte, para la gente que no está trastornada con la conversión al judaísmo, sino que sigue presa de la maldición de la idolatría, especialmente la del falso dios y falso redentor del madero cruzado, te digo lo siguiente.
Puedes tú mismo testimoniar que Dios no le pide fe a Avram.
Que Dios, habiendo hablado con él, no le ordena que siga a Jesús o el Verbo, sino que le dice que siga el camino de la rectitud que se establece con los Siete Mandamientos Fundamentales.
Dios le indica a la humanidad cómo redimir al mundo, desde la época de Avram hasta ahora y por siempre: caminando por el camino de los Siete Mandamientos, para ser amigo de Dios y perfecto.
Al creer en Jesús, aunque sea como mediador, o como rabino, o como salvador, estás apartando el claro mensaje de Dios para establecer un dogma que Él rechaza.
Te repito, Él pudiendo exigir la fe, prefirió dar la sencilla y verdadera clave de la salvación, que se llama lealtad y cumplimiento de los Mandamientos.

Ahora, queda en ti la reflexión, el reconocimiento, el arrepentimiento, el retorno, el despertar, el accionar para difundir el noajismo, el promover FULVIDA, el hacer de FULVIDA el hogar de los cientos, de los miles que están volviendo a las fuentes sagradas de vida verdadera.

No des más excusas, no pierdas más el tiempo, no sigas corriendo detrás de vanidades.
El mensaje te lo ha dado Dios, lo aceptas o pierdes…

Cariños y bendición.

Resp. 532 – ¿Quien puede estudiar cabala?

juan pablo nos consulta:

¿ More quiero saber su opinion sobre el Rav.Dr Michael Laitman quien fue disipulo de (Rabash)Rav.Baruj Shalom Ha levi Ashlag Hijo de (Baal Ha Sulam)Rav. Yehuda Ha Levi Ashlag, quiero saber si el noajida esta autorizado para estudiar cabala en Bnei Baruj la organización mundialmente conocida por diseminar la ciencia de la sabiduria de la cabala?
¿Que opina de dicha organización que tiene discipulos de todo clero, creencia, color, sin distinción de personas?
juan pablo florez 28 comerciante san cristobal – venezuela

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Resp. 527 – Busco Quien me Ayude?

Gamaliel nos consulta:

Agradezco infinitamente el trabajo que hacen aqui, in embargo muchas veces las ocupaciones diarias no dejan tiempo a la reflexion, la oracion o el estudio, me preguntaba si es posible acercarse a un rabino para que este pueda guiarle mejor a uno, en su calidad de gentil, pues es mi deseo seguir lo que el Eterno desea de mi, mas las dudas son mayores y creo que seria mejor acudir a un sabio maestro y dejar de molestarte a ti con tantas preguntas. Que el eterno te de paciencia y paz…
Gamaliel Rangel, 21, estudiante, México, México

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Resp. 514 – explicacion de Tehilim cap. 22

yonyer nos consulta:

un Shalom alejem con todos.gracias por sugerirme q lea unos cap. antes y despues del 53 de yeshayahu,como era logico ya lo habia hecho, y en este shabat debatimos este punto algido para los q me acompañan, pero a las finales les quedo claro. Su respuesta confirmo lo q yo tambien habia entendido y como me han puesto al frente de este pequeño grupo, ellos exigen de mi todo lo q pueda dar y desean q se confirme lo q les explico. ahora quieren lo mismo con Tehilim cap. 22 sobretodo los vs. 16 y 18.
jonill herbert,43 años,comercio,tarapoto-peru

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¿Dios rechazó a los judíos y adoptó otra nación?

He escuchado en numerosas ocasiones a los esbirros del Mal (los misioneros) y sus cómplices (los que repiten sus dogmas) que el pueblo judío ha sufrido a causa de no creer en el falso dios, el pobre sujeto colgado de una cruz. Que Dios nos expulsó de nuestra tierra patria, nos sometió a torturas, nos llevó a destierros solamente por no haber depositado nuestra creencia en aquel desgraciado colgado por sus espantosos crímenes.
Además, se burlan de nuestro dolor diciendo que Dios nos repudió, que nos quitó nuestro sello de «pueblo elegido», que nos desheredó, que tomó a los gentiles creyentes en el ídolo colgado como nuevo pueblo elegido.
En su repudio por Dios, en su odio por nosotros, nos acusan de estar perdidos, en oscuridad, ser ciegos, ignorantes de nuestras propias escrituras e historia.
Nos señalan como errantes, por haber sido apartados por Dios.
Pero, la Torá es muy clara en su perfección.
La Torá es siempre pura y nos dice con extrema sencillez:

«Aun con todo esto, estando ellos (los judíos) en la tierra de sus enemigos,
Yo (Dios) no los rechazaré ni los detestaré hasta exterminarlos,
ni invalidaré jamás Mi pacto con ellos (los judíos);
porque Yo, el Eterno, soy su Elokim

(Vaikrá / Levítico 26:44)

No hay mucho más que agregar, las palabras del Eterno en la Torá son suficientes.
A pesar de cualquier padecimiento colectivo que suframos, a pesar de ser el siervo sufriente durante generaciones, a pesar de que pareciera que Dios nos abandonó, a pesar de cualquier invento dogmático de los fieles del falso dios colgado, la realidad celestial es otra.
Dios es puro cuando nos dice que no hay forma de cortar el sagrado lazo que une a Él con el Pueblo Judío.
Fuimos, somos, seremos la nación santa, la nación escogida para cumplir una tarea particular entre las naciones.
Aunque cometamos errores, aunque padezcamos, aunque el odio de los enemigos de Dios pareciera aniquilarnos, siempre estaremos, somos eternos como Dios lo es.
Mantiene Él Su palabra y Su pacto con todos.
Tanto el pacto noájida como el pacto judío.

Así pues, tú misionero, encuentra otro argumento falaz para seguir viviendo a costillas de tus víctimas. Este no te sirve más.

Tú ingenuo que eres preso de las doctrinas de los misioneros, despierta. ¡Despierta! Te han estado estafando, engañando, mintiendo, llevando al crematorio eterno con estas mentiras maliciosas. Rechaza por completo la fe en falsos salvadores y súmate a los leales al Eterno. Si eres de madre gentil, vive como noájida (aprende en FULVIDA.com lo que es tu legado sagrado).
Si eres de madre judía, quítate el disfraz, vístete de gloria con los ropajes espirituales que te corresponden como judío. Encuentra un rabino ortodoxo y habla con él, para que puedas retomar la senda de tus mayores.

Tú amigo judío, amigo noájida, toma el mensaje y difúndelo. Sé socio de Dios, colabora en la campaña de despertar la conciencia de las personas para recobrar la vida espiritual que corresponde a cada uno.

Jesús mencionado en la Torá

Pregunta: ¿Jesús es mencionado en la Torá y en los Profetas?

Respuesta: Sí. Aparece dos veces. Aunque no explícitamente, pues éstos fueron escritos mucho antes que Jesús naciera, pero los criterios y los parámetros que se mencionan coinciden y concuerdan en un 100%.

 

En el libro de Daniel (11:14) se habla de aquellos que «Intentan enarbolar un ideal y solo provocarán escollos” . al respecto explica el Rambam (Maimónides) «¿Acaso existe mayor escollo que el mismísimo Jesús?  Todos los profetas hablaron de un redentor del pueblo de Israel, que los proteja y reúna a sus exiliados, fortaleciendo la observancia de la Torá. Mas este provocó todo lo contrario: además causó la destrucción del pueblo judío por la espada, y la dispersión y la humillación del remanente hebreo entre lasa naciones. Asimismo, planteó sustituir la Torá y engañó a la mayor parte del mundo a practicar el culto a un dios falso [es decir, a sí mismo]”.

 

Del mismo modo, en Deuteronomio 13:2-6:

 

«Si surge entre ustedes un profeta o un visionario de sueños y te anuncia una señal en el cielo o un milagro en la tierra, en caso de que se cumpla la señal o el milagro que él anunciara y sustentándose en eso te diga “sigamos a otros dioses que no conoces y sirvámoslos”, no obedezcan a ese profeta o a ese visionario de sueños. Pues el Eterno, vuestro Di-s, quiera ponerlos a prueba, para saber si aman al Eterno con todo su corazón y con toda su alma. Ustedes deben seguir al Eterno, su Di-s. A Él deben reverenciar Sus preceptos deben observar. Su voz deben escuchar a Él deben servir y a él deben apegarse. Ese pseudo profeta o visionario de sueños deberá ser condenado a muerte por haber hablado falsamente en nombré del Eterno”

 

Por el Rabino Yosi Marcus . Extraído de www.askmoses.com. Traducido y adaptado por el Rabino Ariel Groisman

La Paz Cristiana y su Genocidio

“No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no
he venido para traer paz, sino espada. Porque he venido para enfrentar al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra;” (Mateo 10:34)

Matanzas bajo dominio cristiano, datan ya de los primeros siglos. En Antioquía (ciudad que asumió en el Este la importancia de Alejandría) facciones enfrentadas (los azules y los verdes) terminaron por masacrar judíos e incendiar la sinagoga de Daphne junto con los huesos de las víctimas (circa 480). El emperador Zenón se limitó a comentar entonces que hubiera sido preferible quemar a los judíos vivos.

A modo de resumen, digamos que los principales genocidios de judíos en la primera mitad del milenio tuvieron lugar en el transcurso de cada una de las tres primeras Cruzadas, y de cuatro campanas judeofóbicas que las sucedieron. Anadiré a su enumeración, el ano y el nombre de los cabecillas, a saber: la Primera Cruzada (Godofredo de Bouillon, 1096); la Segunda Cruzada (el monje Radulph, 1144); la Tercera Cruzada (Ricardo Corazón de León, 1190); los Judenschachters (Rindfleisch, 1298); los Pastoureaux (el fray Pedro Olligen, 1320); los Armleder (John Zimberlin, 1337); y la Muerte Negra (Federico de Meissen, 1348).

Para encontrar en la historia de los judíos un ano más fatídico que 1096, habría que remontarse a mil anos antes hasta la caida de Jerusalem, o a casi nueve siglos después hasta el Holocausto. Todo comenzó el 27 de noviembre del 1095 en la ya mencionada ciudad de Clermont-Ferrand, cuando durante la clausura de un concilio, el Papa Urbano II convocó una campana «para liberar Tierra Santa del infiel musulmán». Hordas de caballeros, monjes, nobles y campesinos, se lanzaron sin organización a la aventura, pero eventualmente optaron por comenzar la purga de los «infieles locales», y acometieron ferozmente contra los judíos de Lorena y Alsacia, exterminando a todos los que se negaban a bautizarse. Corrió el rumor de que el líder Godofredo había jurado no poner en marcha la cruzada hasta tanto no se vengara la crucifixión con sangre judía, y que no toleraría más la existencia de judíos.

En efecto, un común denominador de las matanzas enumeradas fue el intento de barrer a la población judía íntegra, ninos incluidos. Los judíos franceses advirtieron del peligro a sus correligionarios alemanes, pero infructuosamente. A lo largo del valle del Rhin, las tropas, incentivadas por predicadores como Pedro el Hermitano, ofrecieron a cada una de las comunidades judías la opción de la muerte o el bautismo. En Speyer, mientras los crusados rodeaban la sinagoga, en donde se había refugiado la comunidad presa del pánico, una mujer reinició la tradición de Kidush Hashem, la aceptación voluntaria del martirio para gloria de Dios. Cientos de judíos se suicidaron y algunos aun sacrificaban primero a sus propios hijos. En Ratisbon, los cruzados sumergieron a la comunidad judía entera en el río Danubio a modo de bautismo colectivo. Las matanzas se sucedían en Treves y Neuss, en las aldeas a lo largo del Rhin y el Danubio, Worms, Mainz, Bohemia y Praga.

El fin del viaje era Jerusalem, en donde los crusados hallaron a los judíos agolpados en sus sinagogas y procedieron a incendiarlas (1099). Los pocos sobrevivientes fueron vendidos como esclavos, algunos de los cuales fueron eventualmente redimidos por comunidades judías de Italia. Pero la comunidad judía de Jerusalem quedó destruida por un siglo. En los primeros seis meses de la Primera Cruzada aproximadamente diez mil judíos fueron asesinados, que constituían en esa época un tercio de las poblaciones judías de Alemania y el norte de Francia.

En el ano 1144, los cruzados perdieron Edessa, y se temió por la suerte del Reino Latino de Jerusalem. El Papa Eugenio III convocó la Segunda Cruzada, y sus sucesores «judaizaron» la marcha. Se estipuló que no debía pagarse interés sobre el dinero que se tomara de de judíos para financiar la cruzada (nótese que desde el siglo XIII el término cruzada se aplicó a toda campana de la que la Iglesia se veía políticamente beneficiada).

En el 1146 el monje Radulph exhortó a los cruzados a vengarse en «los que crucificaron a Jesús». Centenares de judíos del Rhineland cayeron ante las hordas incitadas que los aplastaban al grito de Hep, Hep! (esta consigna, que probablemente era la abreviatura del latín Jerusalem se ha perdido, fue un lema judeofóbico muy popular en Alemania, y así se denominaron los tumultos contra judíos alemanes en 1819).

Brutalidades se perpetraron en Colonia y Wuezburg en Alemania, y en Carenton y Sully en Francia. El famoso maestro Rabenu Jacob Tam fue acuchillado cinco veces en recuerdo de las heridas sufridas por Jesús. Pedro de Cluny (llamado el Venerable) solicitó que el rey de Francia castigara a los judíos por «macular el cristianismo. No debería matárselos, sino hacerlos sufrir tormentos espantosos y prepararlos para una existencia peor que la muerte». Puede verse que el pretendido celo religioso de estos judeófobos no era sino una máscara para poder descargar sus instintos más sádicos, ideológicamente justificados.

La tregua que se dio a los judíos europeos después de de las dos primeras cruzadas, fue balanceada por las persecuciones a las que los sometieron los almohades en Espana y Noráfrica. Pero cuando Saladino puso fin al reino crusado en Jerusalem, una Tercera Cruzada fue lanzada, a la que se sumaron con entusiasmo el emperador de Alemania y el rey Felipe Augusto de Francia, quien ya había hecho quemar a cien judíos en Bray, como castigo por el ahorcamiento de uno de sus oficiales que había asesinado a un judío.

La novedad de la Tercera Cruzada fue que repercutió más en Inglaterra, que en las dos primeras había tenido un rol menor. Las comunidades judías de Lynn, Norwich y Stamford, fueron íntegramente destruidas. En York, los judíos se refugiaron en el castillo, al que se le puso sitio, y en el que se autoinmolaron a comienzo de la Pascua hebrea.

Para los judíos, las Cruzadas pasaron a simbolizar la inveterada hostilidad del cristianismo. Trescientos rabinos emigraron en el 1211 a Eretz Israel, en la certeza de que si permanecían en Europa Occidental pocas serían sus posibilidades de sobrevivir. Y como lo rubrica Flannery «los que decidieron quedarse terminaron lamentando su decisión». Al mismo tiempo, el recuerdo de los mártires fue para los judíos una fuente de inspiración para las generaciones posteriores: Dios los había puesto a prueba y demostraron ser héroes. Su martirio fue percibido como una victoria, símbolo del pueblo entero. La mayoría de los que se convirtieron por la fuerza pudieron ulteriormente regresar al judaísmo… y terminaron siendo víctimas de las matanzas que estallaron después. En la percepción del cristiano, el judío se había transformado en el implacable enemigo de su fe.

Las Cruzadas revelaron en toda su dimensión el peligro físico en el que se hallaban los judíos, lo que resultó en dos efectos. En principio, los judíos se mudaron mudarse a ciudades fortificadas en las que serían menos vulnerables (esto puede ser una explicación parcial del carácter urbano de los judíos que fue mencionado en la segunda lección). Segundamente, se instituyó el status de «siervos de la cámara real». Los judíos compraron la protección de emperadores y reyes a un elevado precio. Se consideraba que tendrían un privilegio si se los protegía del fanatismo de las masas y de la rapacidad de los barones. Pero en poco tiempo la supuesta protección se transformó en un artificio para enriquecer la Corona.

La teología ayudaba. El Papa Inocencio III proclamó la «servidumbre perpetua de los judíos» y el jurista Enrique de Bracton (m.1268) definió que «el judío no puede tener nada de su propiedad. Todo lo que adquiere lo adquiere para el rey». Para el siglo XIII era un buen negocio poseer algunos judíos, antes de que fueran eventualmente masacrados. Y las matanzas que sucedieron a las Cruzadas probaron ser las más sombrías.

En Rottingen en 1298 un noble llamado Rindfleisch incitó a las masas, que quemaron en la hoguera a la comunidad íntegra. Luego sus Judenschachters (asesinos de judíos) atravesaron Austria y Alemania saqueando, incendiando y asesinando judíos a su paso. Ciento cuarenta comunidades fueron diezmadas; cien mil judíos asesinados.

En el 1306 el rey de Francia hizo arrestar a todos los judíos en un mismo día y les ordenó abandonar el país en el plazo de un mes. Cien mil lo hicieron y se asentaron en comarcas vecinas; nueve anos después fueron readmitidos… para ser nuevamente masacrados.

Un monje benedictino lideró a los Pastoureaux (pastorcitos) en una especie de cruzada que destruyó ciento viente comunidades. En reacción a la matanza de los Pastoureaux en Castelsarrasin y otras localidades entre el 10 y el 12 de junio del 1320, el vizconde de Tolosa comandó una tropa para detener a los revoltosos, y cargó veinticuatro carros de Pastoureaux, a fin de encarcelarlos en el castillo de la ciudad. Sin embargo, el populacho vino en socorro de los saqueadores y los liberó. En efecto, otra característica común de los genocidios es el grado pasmoso de apoyo campesino con el que contaban. Y como es habitual en la judeofobia, lo peor estaba por venir.

En el 1336 John Zimberlin, un iluminado que había «recibido un llamado para vengar la muerte de Cristo matando judíos» lideró a cinco mil enardecidos armados, que usaban bandas de cuero en los brazos (los Armleder) y se lanzaron al asesinato de los judíos alsacianos. En Ribeauville fueron masacrados mil quinientos. Finalmente, el 28 de agosto del 1339 se concluyó un acuerdo entre el obispo de Estrasburgo y Zimberlin, que puso fin a los desmanes.

El séptimo genocidio mencionado en la lista fue el de la Muerte Negra. Una plaga mató a alrededor de un tercio de la población de Europa entre 1348 y 1350 (casi cien millones de personas). Las comunidades judías de Europa fueron exterminadas por el populacho enloquecido por tanta muerte. ?Quién podía ser culpable de la plaga sino el archiconspirador y envenenador, el judío?

Fuente: La Naturaleza de la Judeofobia- Gustavo D. Perednik.

Seguimos con la insistencia en el error…

Me han comentado algunos amigos noájidas que antiguos participantes (o hasta colaboradores) están navegando (¿o naufragando?) en foros de apariencia noájida o netamente judía. Que ya no se allegan a estas riberas de constructores de Shalom.
Una de las excusas es que declaran que tienen derecho a usar términos en hebreo, a estudiar Torá, a hablar como jasídicos de tal o cual Rebe, a ejercer su potestad para decidir qué estudiar acerca de la Torá… incluso a creerse dominadores de los senderos de la «Kabbalah».

Ya hemos escrito al respecto, hemos mostrado fuentes, presentado la clara ley espiritual, traído palabras de rabinos consagrados y expertos… pero parece que no hay forma de frenar la catarata de «envidia» (no sé, en este momento, que otra palabra usar) que lleva al tremendo error. Tristemente alentado por vaya uno a saber qué personas.

Ahora, para beneficio de aquellos amigos (sinceramente amigos en mi corazón) y de aquellos ignotos que pasean por estas mansas orillas, publico un pequeño fragmento del Talmud, que ha sido codificado como ley espiritual.

A diferencia de anteriores ocasiones, no lo traduzco, porque considero que si esos afansosos estudiosos de Torá son tales, no tendrán problema en entender y descifrar debidamente el párrafo.
Como única ayuda resalte con rojo la frase clave, aunque toda la breve cita es de enorme valor.

Quiera el Eterno que pronto los hijos retornen al hogar. Los noájidas al conocimiento del noajismo y su apliación, y los judíos al manantial de la Torá, tal como corresponde a cada uno.

Shalom y que sepamos ser proactivos en traer redención al mundo (interno y externo), al actuar como verdaderos constructores de Shalom.