Hemos enseñado hace tiempo esta lección, pero me parece oportuno repasarla.
Tenemos cuatro diferentes posturas para vivir, en relación a los modelos provistos por nuestros padres, los mayores, la sociedad, las personas de referencia:
1- Copiar el modelo.
2- Complementar el modelo.
3- Estar en posición antagónica al modelo.
4- Optar por un modelo.
En las tres primeras posiciones, uno se ve atado (en la mayoría de los casos de manera inconsciente) al modelo, a las figuras que lo representan.
Es una especie de esclavitud actitudinal, pues somete a la persona a un estilo de vida irreflexivo, que lo hace ajeno a su Yo Auténtico, que lo hace vivir adherido a un modelo sin criticarlo, sin revisarlo, acatándolo con sumisa indolencia.
A diferencia de la cuarta posición, en la cual la persona toma las riendas de su vida, analiza su pasado, ordena su presenta, vislumbra los caminos para construir un futuro en el cual enarbole su identidad.
A través de esta cuarta posición se conseguiría armonizar entre el Yo Vivido y el Yo Auténtico.
Te daré un ejemplo, quizás así sea más fácil comprender la idea, interiorizarla y beneficiarse de ella.
Considera un padre fanático del equipo de fútbol X. Va a todos los partidos, habla todo el tiempo de su cuadro, hizo socio del club a su hijo cuando éste todavía estaba en el útero materno. Es capaz de dejar de hablar con su hermano si éste contradice algo de su cuadro. Intervino en alguna escaramuza a causa de su equipo. Supo viajar por medio continente para alentar al cuadro de sus amores. Es un ciego, esclavizado, idólatra que no admite ni un milímetro de duda en lo que refiere a su religión. (Toda similitud con gente adicta las religiones, NO es mera coincidencia).
Ahora, su hijo, ese que fue sometido a convertirse en socio del club antes de nacer, ese que debió usar pañales con los colores del cuadro, ese que concurrió en su cunita a todos los partidos, ese que fue obligado a decir X como su primer palabra, ese que constantemente fue inculcado en la fanática adhesión al equipo, ¿qué pasará con él?
¿Cómo vivirá, al menos en lo que respecta al fútbol?
Podrá copiar el modelo introducido por su padre, y será un fanático sin un ápice de conflictos internos por esta esclavitud.
Podrá ser un complemento a algú fanático. Entonces no será él quien quiera ir a los partidos, que hará todo para complacer a su equipo, etc.; pero será cónyuge de alguien así, o mejor amigo, o socio, o… cualquier relación en la cual pueda cooperar, complementar para que el otro siga en la senda de su padre.
Podrá ser un activo partidario del noX, odiará a X, hará todo lo que pueda para ensuciar X, vivirá pendiente de los partidos que dispute X para celebrar con sus derrotas, saldrá a festejar cuando los percances laceren a X. Será conocido por ser anti-X y no por alguna condición personal, o identidad propia.
Como puedes ver, estos tres tipos no están libres del modelo inyectado por el padre, sino que viven pendientes de él. Incluso el tercero, o quizás debiéramos decir especialmente el tercero…
Pero, el cuarto, aquel que opta racionalmente, que evalúa y alumbra entre las sombras de su inconsciente, podrá ser partidario de X, o casarse con una fan de X, o desagradarle X, o quizás X ni le va ni le viene; lo que sea que escoja no será por girar en torno a X, sino que su vida, sus decisiones, su conducta estará libre de la esclavitud al modelo recibido por sus mayores o la sociedad.
Esto se aplica a todos los órdenes de la vida.
Sea en conductas de alimentación, de educación, de esparcimiento, de relaciones familiares, de adicciones, de religiosidad, etc.
Nosotros, los constructores de Shalom, no debiéramos ser reconocidos como anti-X, ni como fanático de un nuevo-X, o como gente que está pendiente todo el tiempo de lo que los idólatras hacen o dejan de hacer.
Es cierto que no podemos tolerar ni un pedacito de idolatría, que no podemos admitir que los estafadores de la fe sigan embaucando, robando, sembrando maldición.
Pero, tampoco podemos deternos todo el tiempo en considerar lo que desde el lado de la oscuridad se hace, dice, o deeja de hacer-decir.
Tenemos nuestra propia identidad espiritual, que ha sido otorgada por el Eterno.
Tenemos una misión fundamental, construir Shalom de acuerdo a los mandamientos del Eterno.
Así pues, aprendamos a ser del cuarto tipo, que optamos y somos libres. Ya no más engorrosamente pegados al pasado oscuro.
Tenemos mucho por hacer.
Que se nos conozca por ser constructores de Shalom