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La Naturaleza de la Judeofobia (G. Perednik) – Unidad 2

"En esta segunda lección retomamos la tesis sostenida entre otros por el sacerdote norteamericano Edward Flannery, cuyo libro Veintitrés siglos de antisemitismo da la respuesta en el título mismo. Flannery rastreó las primeras citas históricamente documentadas, que evidencian un encono específico contra los judíos. Para entender dicha hostilidad, es necesario que nos introduzcamos en la Alejandría del siglo III a.e.c. "


 

Unidad 02: El judío en el mundo pagano; el fenómeno alejandrino

Por: Gustavo Perednik

 

 

Hemos comenzado el curso explicando los motivos que justifican el nombre de judeofobia para el odio antijudío, y enumeramos las características que hacen del mismo un fenómeno único y singular.

Luego planteamos diversas opiniones acerca de cuándo nació la judeofobia, y nos quedamos con dos alternativas plausibles: que tuvo su germen, o bien en el helenismo, o bien en el cristianismo.

En esta segunda lección retomaremos la primera de esas dos tesis, que fue sostenida entre otros por el sacerdote norteamericano Edward Flannery, cuyo libro Veintitrés siglos de antisemitismo da la respuesta en el título mismo. Flannery rastreó las primeras citas históricamente documentadas, que evidencian un encono específico contra los judíos. Para entender dicha hostilidad, es necesario que nos introduzcamos en la Alejandría del siglo III a.e.c.

Una Posible Cuna de la Judeofobia

Alejandría fue fundada por quizá el máximo conquistador de todos los tiempos, Alejandro Magno, quien, según historia Josefo Flavio, tuvo una actitud favorable hacia los judíos. Les permitió construir sus propios barrios en la ciudad, en la que desarrollaron el comercio y prosperaron. Alejandría se transformó en una segunda Atenas, capital comercial e intelectual del mundo antiguo.

En Eretz Israel, después de la muerte de Alejandro hubo un período de inestabilidad que provocó deportaciones y emigraciones de judíos, especialmente a Alejandría, cuya poblacíon judía creció notablemente.

A comienzos de la era común había allí cien mil judíos, que ocupaban casi la mitad de la ciudad. (La población judía mundial era de cuatro millones, un millón de los cuales residía en Eretz Israel).

En consecuencia, Egipto se transformó tanto en el corazón de la Diáspora judía, como en lo más avanzado de la helenización fuera de Grecia. Y no se sustrajo a la norma del mundo pagano, que en general fue muy tolerante en materia de diversidad religiosa. Después de todo, si cada familia veneraba a sus muchos dioses, qué mal podía haber en dioses adicionales que cada uno eligiera.

Esa atmósfera tolerante, típicamente pagana, permitió a los judíos practicar libremente su monoteísmo. Tres ejemplos de destacadas personalidades que valoraban altamente a los judíos fueron Clearco, Teofrastro y Megástenes, a comienzos del siglo III a.e.c.

Los dos primeros habían sido, como el mismo Alejandro, discípulos de Aristóteles. Clearco de Soli se refiere en su diálogo Del Sueño al encuentro entre su maestro y un judío, y Teofrastro de Eresos llama a los judíos "raza de filósofos", una descripción nada infrecuente en aquella época.

Sin embargo, aquel trío fue en cierto modo una excepción, puesto que la mayor parte de los historiadores alejandrinos fueron notorios por su judeofobia. Una razón para ello puede ser que aunque los egipcios nativos gozaban de prosperidad económica y cultural, no faltaba entre ellos el descontento por la dominación foránea, primero griega y luego romana. Ese resentimiento se tradujo en una xenofobia que terminó por descargarse contra el pueblo hebreo.

Probablemente a los egipcios los irritaba la tolerancia que el imperio había otorgado a los judíos. Esto, más la envidia social frente al florecimiento de esa colectividad, fue caldo de cultivo para las primeras agresiones escritas. Siguen algunos ejemplos.

Hecateo de Abdera fue el primer pagano que se explayó acerca de la historia israelita, y en el siglo IV a.e.c. no excluyó lo legendario de su narración: "debido a una plaga, los egipcios los expulsaron… La mayoría huyó a la Judea inhabitada, y su líder Moisés estableció un culto diferente de todos los demás. Los judíos adoptaron una vida misantrópica e inhospitalaria".

Debe aclararse que el relato de Hecateo no ataca especialmente a los judíos, a tal punto que cuatro siglos después Filón de Biblos se preguntó si aquel historiador no se habría convertido al judaísmo. Pero Hecateo sí es responsable de inventar el primer mito sobre la historia judía, el primero de una extensa y mortífera mitología. Los judíos "habían sido expulsados" y la vida que Moisés "les impuso en recuerdo de su exilio, era hostil a todos los humanos".

Los escritores alejandrinos posteriores (con algunas excepciones como Timágenes y Apián) repetían siempre que los judíos tenían ese origen humillante. El primer egipcio en narrar la historia de su país en griego fue el sacerdote Maneto, quien escribió en el siglo III que "el rey Amenofis había decidido purgar el país de leprosos… que fueron guiados por Osarsiph", a quien Maneto identifica con Moisés. No menciona explícitamente a los judíos, pero habla de "una nación de conquistadores foráneos que prendieron fuego a ciudades egipcias y destruyeron los templos de sus dioses… después de su expulsión de Egipto, cruzaron el desierto en su camino a Siria, y en el país de Judea construyeron una ciudad que llamaron Jerusalem".

El motivo del reiterado rechazo por lo judío que se daba entre aquellos egipcios, es que posiblemente la narración del Exodo ofendía su patriotismo. La religión israelita había hecho del Exodo de Egipto su creencia central, sinónimo de la aspiración judaica por la libertad.

Por ello, no es de extrañar cierto despecho de parte de los egipcios, quienes comenzaron por transformar el Exodo en una gesta nacional de expulsión de indeseables. Para ello, hacía falta denigrar a los supuestos "expulsados", rebuscar las causas posibles de aquella "expulsión". Así, los temas del linaje leproso y la falta de sociabilidad aparecen en las obras de Queremon, Lisímaco, Poseidonio, Apolonio Molon y, especialmente, Apión. Eran egipcios que escribían en griego.

Según Lisímaco "los judíos, enfermos de lepra y de escorbuto, se refugiaron en los templos, hasta que el rey Bojeris ahogó a los leprosos y mandó los otros cien mil a perecer en el desierto. Un tal Moisés los guió y los instruyó para que no mostraran buena voluntad hacia ninguna persona y destruyeran todos los templos que encontraran. Llegaron a Judea y construyeron Hierosyla (ciudad de los saqueadores de templos)".

Mnaseas de Patros (s. II a.e.c.) aporta la novedad de que los judíos "adoran una cabeza de asno" y su contemporáneo Filostrato resume: "los judíos han estado en rebelión en contra de la humanidad; han establecido su propia vida aparte e irreconciliable; no pueden compartir con el resto de la raza humana los placeres de la mesa, ni unírseles en sus libaciones o plegarias o sacrificios; están separados de nosotros por un golfo más grande del que nos separa de las Indias".

Por su parte, Agatárquides de Cnido destacaba las "prácticas ridículas de los judíos, el carácter absurdo de su ley y, en particular, la observancia del Shabat" que los mostraba como un pueblo de holgazanes. La mitificación va creciendo como una bola de nieve, y en el siglo I a.e.c. Apolonio Molon lanza contra los judíos una nueva escalada: "son los peores de entre los bárbaros, carecen de todo talento creativo, no hicieron nada por el bien de la humanidad, no creen en ninguna divinidad… Moisés fue un impostor".

Pero el mito más funesto de los inventados en la antigüedad (por sus derivaciones ulteriores, según veremos en próximas lecciones) fue el de Damócrito (s. I a.e.c.): "Cada siete años toman un no-judío y lo asesinan en el templo…" Dos historiadores de marras fueron Queremón, quien relacionó el Exodo con las migraciones de los Hyksos, y Apión, el máximo judeófobo antiguo.

Apión, a quien Plinio el Antiguo y Tiberio llamaron "gran charlatán", fue iniciador de las agitaciones antijudías bajo el gobernador Flaccus (año 38) que provocaron que decenas de miles de judíos fueran asesinados. El recopiló las ideas de sus predecesores y agregó de su propia creatividad: "Los principios del judaísmo obligan a odiar al resto de la humanidad. Una vez por año toman un no-judío, lo asesinan y prueban de sus entrañas, jurándose durante la comida que odiarán a la nación de la que provenía la víctima. En el Sancta Sanctorum del Templo Sagrado de Jerusalem hay una cabeza de asno dorado que los judíos idolatran. El Shabat se originó porque una dolencia pélvica que los judíos contrajeron al huir de Egipto los obligaba a descansar el septimo día".

Dos grandes sabios de esa época enfrentaron a este judeófobo. Flavio Josefo tituló una de sus obras Contra Apión, y el filósofo Filón de Alejandría lideró la delegación de judíos que se entrevistaron con el emperador Calígula a fin de poner fin a la violencia en la ciudad.

La Judeofobia Romana

Cuando la provincia Roma prevaleció sobre lo que había sido el imperio helenista, los escritores romanos heredaron de los griegos también la judeofobia. En Horacio (siglo I a.e.c.) hay condena contra los judíos, pero muy moderada (sus obras son despues de todo, sátiras).

El satirista más famoso de Roma, Juvenal (50-127), culpa a los extranjeros (si bien incluye griegos y sirios destaca a los judíos) de haber provocado la decadencia de la forma tradicional de vida romana. Desprecia especialmente a los judíos porque adoran nubes, haraganean en sábado, practican la circuncisión y son pobres.

Tácito (55-120) repite que los judíos debilitan la moralidad romana, y que los egipcios los expulsaron al desierto, en el que Moisés les enseñó rituales para separarlos de las otras naciones. Según Tácito, cuando los israelitas llegaron a Judea comenzaron con el culto asnal porque los asnos los habían guiado en su marcha por el desierto. "Los judíos revelan un terco vínculo los unos con los otros… que contrasta con su odio implacable por el resto de la humanidad… siniestros y vergonzosos, han sobrevivido sólo gracias a su perversidad… Creen profano todo lo que para nosotros es sagrado, y permiten lo que nos es aborrecible… consideran criminal matar a un bebé recién nacido".

Una característica que cabe analizar aquí es la sobrepercepción del judío, aspecto que ya comienza a verse en autores de esa época. A comienzos de la era común, el historiador y geógrafo Estrabón argüía que "los judíos han llegado a todas las ciudades, y es difícil hallar un lugar en la tierra habitable que no haya admitido a esta tribu, y que no haya sido poseído por ella".

La sobrepercepción del judío es la norma, pero no siempre viene acompañada de judeofobia. Un buen ejemplo es una carta que Mark Twain (el famoso escritor norteamericano, que de ningún modo fue judeófobo) envió al editor de la Encyclopedia Britannica: "leí que la población judía de los EE.UU. es de 250.000. Yo tengo más amigos judíos que esa cifra, por lo que supongo que se trata de un error tipográfico por 25.000.000".

Corresponde aclarar que en todos los países en donde viven, los judíos llegan a ser, como máximo, el 1% de la población (las únicas dos excepciones son EE.UU., donde superan el 2%, e Israel, donde constituyen casi el 90%). Pero casi en todo país son percibidos como si fueran cinco o diez veces más.

Esa sobrepercepción resulta de por lo menos tres razones para esa sobrepercepción: 1) los judíos son eminentemente urbanos (el 90% de ellos está concentrado en las dos ciudades principales de cada país en el que residen); 2) son muy activos en actividades centrales (economía, artes, ciencia); y 3) su historia se transformó en la historia sagrada de una buena parte de la humanidad, por lo que la mayoría de la gente aprende acerca de los judíos en algún momento de su educación, de modo que los judíos están mentalmente presentes en la gente antes de ser personalmente conocidos.

En el siglo I a.e.c. Cicerón describe la "superstición bárbara" de los judíos, y alerta acerca de "cuán numerosos son, aislacionistas e influyentes en las asambleas". La comunidad judía de Roma seguía a la de Alejandría en cuanto a tamaño e importancia, y también allí, los privilegios que algunos emperadores les acordaron para que pudieran observar libremente su estilo de vida, despertaron la envidia de sus vecinos. Esos privilegios incluían la exención de adorar imágenes, práctica que estaba muy entretejida en la vida cotidiana de los romanos.

La política romana nunca fue sistemáticamente judeofóbica (sólo algunos emperadores lo fueron), y su ambivalencia no se modificó ni siquiera durante la guerra contra Judea. Pero los hombres de letras romanos sí tendieron a hacerse eco de los prejuicios alejandrinos. Tíbulo, Ovidio, Quintiliano y Marcial se sumaron a los ataques contra "la perniciosa nación". Séneca los llamó "la nación más malvada,cuyo despilfarro de un séptimo de la vida va contra la utilidad de la misma".

Como vimos, este capítulo de la judeofobia fue principalmente literario, y justificaría la postura de aquellos que ven en Alejandría la cuna del fenómeno.

La pregunta es cómo podría ser de otro modo, de qué manera alguien podría argumentar que la judeofobia nació con el cristianismo (según la quinta de las hipótesis planteadas) si hay tanta evidencia de odio antijudío entre los griegos y romanos. A responder esa pregunta dedicaremos la próxima lección.

¿Es el egoí­smo idolatrí­a?

En serjudío.com, Yehuda nos enseña en el tema ”La causa del mal” que en la base de todos absolutamente todos los males provocados por la persona se encuentra el así llamado Ietzer-Ha Rá que significa la tendencia a lo negativo, que si le damos nombre es egoísmo. (Les recomiendo que vean en esta misma página el tema “Esa Tendencia” donde Yehuda enseña clara y detalladamente lo que es Ietzer-Ha Rá)

Siguiendo con el tema La causa del mal, Yehuda nos enseña que existen dos modalidades del egoísmo, una constructiva y otra nociva. Me referiré a la nociva a través de esta pregunta ¿Es el egoísmo una forma de idolatría?

Vayamos al Diccionario de la Real Academia (Drae) para ver el significado de cada palabra.

 

Egoísmo:   (del latín ego, yo) Inmoderado y excesivo amor que uno tiene a si mismo, y que le hace atender desmedidamente a su propio interés, sin cuidarse del de los demás.

Idolatría:   1- Adoración que se da a los ídolos y falsas deidades

2- Amor excesivo y vehemente a una persona.

 

Solo partiendo de estas dos definiciones podemos afirmar que el egoísmo si es idolatría, porque desde el momento que el centro de atención de todo lo que se mueve  a mi alrededor y rige mi vida soy yo y todo lo que hago y espero está basado nada más que en mi propio beneficio sin importarme beneficiar a mi prójimo, da como resultado que el hombre con el egoísmo se diviniza, es decir se convierte en su propio dios, lo que según el concepto enumerado arriba es idolatría.

 

Uno de los siete Preceptos Universales que debo cumplir me demanda no adorar o servir espiritualmente a nada ni nadie fuera de El (D-os), porque solamente El es digno de adoración y servicio y si existe un solo D-os Infinito y Supremo sobre todas las cosas, no debo entonces reemplazar al Ser Supremo por ídolos limitados ya sean otros seres o uno mismo. Es más en el libro del Gentil Justo de (Chaim Clorfene y Yakov Rogalsky) dice de la idolatría:

La esencia de las Siete LEYES universales es la prohibición en contra de la idolatría. Aquel que reverencia a una deidad, distinta del Creador, niega el fundamento de la religión y rechaza la completitud de las Siete Leyes Universales. Por otro lado, “quién se guarda a si mismo de la idolatría” demuestra creer en D-os y afirma la completitud de las Siete Leyes.

Por lo tanto queda claro que el egoísmo es una forma de idolatría.

 

En varios de los temas que Yehuda expone en Serjudío.com nos enseña claramente las consecuencias nefastas que trae el egoísmo a la vida del hombre, como por ejemplo, que el egoísmo es un cáncer emocional y espiritual que debilita y acaba con la vida del que lo padece y probablemente de quién esta a su alcance. El egoísmo es la raíz y la finalidad de todas las acciones y actitudes negativas humanas. También dice que otra forma de idolatría es la egolatría, el egoísmo exacerbado, pues no solo niega a D-os sino también al prójimo. El que es movido por el egoísmo siempre es llevado a la infelicidad, a la espera desesperada, pues nunca se calma el corazón, ya que jamás para de esperar más y más provecho para  sí.

 

Cada uno de nosotros tiene en su interior una cierta medida de egoísmo y como vimos al comienzo, es bueno en su medida constructiva si la aprendemos a usar, pero es importante empezar a trabajar en la nociva para cambiarla desde ya. Mientras más pronto la corrijamos dando a nuestro prójimo la ayuda necesaria de acuerdo a nuestras capacidades reales y sin esperar nada a cambio, absolutamente nada,  porque si doy esperando algo a cambio sigo en el mismo egoísmo.

 

Cuando decidimos voluntariamente enrumbarnos por el Camino Derecho porque esta ruta es buena y apropiada como esta escrito “Tu caminarás en Sus Caminos” (Deut. 30.16) debemos seguir su ejemplo. Así como D-os es Compasivo, el hombre debe ser compasivo, Así como D-os es llamado Misericordioso el hombre debe ser misericordioso. Es obligación del hombre seguir el ejemplo de D-os a lo máximo de sus capacidades. (extraído  del libro El Gentil Justo de Chaim Clorfene y Yakov Rogalsky)

 

¿Cual es la cura del egoísmo?

 

–    Debemos tener siempre una actitud bondadosa y una disposición positiva para el servicio a nuestro prójimo.

–    Debemos compartir lo nuestro con el prójimo sin esperar absolutamente Nada a cambio y Nada es Nada. Sabemos que cuando ayudamos al prójimo trascendemos el mal.

–    Es posible trasformar el egoísmo en voluntad de dar, (altruismo). Hay que tener en cuenta que: Hay quiénes reparten y les es añadido más, y hay quiénes retienen indebidamente, sólo para acabar en escasez (Mishlei / Proverbios 11:24). Y no olvidar que: La persona generosa será prosperada, y el que sacia a otros también será saciado. (Mishlei / Proverbios 11:25)

 

Les dejo este relato y un buen consejo digno de imitar (extraído de serjudío.com de la Parashá Vaietze  Amor sin lejanías)

 

Era por todos conocido el hecho de que el Rabino daba para caridad más del máximo establecido por los Sabios para tal finalidad, que es un 20% de los ingresos netos. Ante esta ruptura de una norma rabínica, los discípulos estaban consternados por su extraña actitud. A lo cual respondió el justo y venerable rabino: Si bien tienen: No es correcto que la persona se atreva a contravenir las sentencias de nuestros sabios, pues aquel que se aventura mas allá de los límites, entra en el escabroso terreno que lleva a la perdición.

Pero tu sabes que cuando llega el momento en que cada uno de nosotros es juzgado ante el divino Trono, prestan fiel testimonio nuestros actos que hemos realizado en vida. Cada acto acorde con los preceptos se constituye en un defensor nuestro, en tanto que cada uno de nuestros actos erróneos o pecaminosos, se erige como un acusador, y el Juez juzga a partir de estos testimonios prestados por nuestros actos.

Yo prefiero que cuando se levanten para acusarme, sea por esta pasión mía de ayudar al prójimo necesitado, más allá de los límites impuestos por los justos Sabios en lugar de recibir acusaciones por egoísmo, avaricia, codicia, estafa, idolatría y tantas otras dolencias para el espíritu.

Te aconsejo que jamás contravengas las órdenes de los Sabios, te pido que no me juzgues  tan severamente pues soy humano y débil, y estoy habituado a pecar de esta manera.

 

Norma Medina

EL PODER DE REALIZAR EL POTENCIAL segunda parte

El sendero hacia la plena libertad no es nada fácil:

El toque de la trompeta llevada a cabo por el mismísimo rey Shaúl anunciaba la victoria de Jonatán y llamaba al resto del pueblo a la guerra. El pueblo respondió y la liberación fue consumada, pero luego de un proceso de luchas encarnizadas, pues los filisteos también lucharon por mantener su dominio y control sobre el pueblo hebreo. No fue nada fácil.


Los filisteos tenían superioridad militar (armas, soldados y estrategias). Tenían en su haber treinta mil carros, seis mil hombres de a caballo, y pueblo como la arena que está a la orilla del mar en multitud, equipados todos con armas y estrategias de guerra altamente definidas. (Véase 1 Samuel 13: 5, 17, 18). Esta fue la razón por la cual los guerreros de Saúl, agobiados de terror, se escondieron en cuevas, espinares y entre peñascos, en lugares fuertes y en cisternas. (Véase 1 Samuel 13: 6). Los pocos fieles que estaban dispuestos a pelear iban tras Shaúl temblando (Véase 1 Samuel 13: 7), pero presionados por las complicaciones del entorno, muchos de ellos comenzaron a desertar (Véase 1 Samuel 13: 8, 11), y lo peor, los soldados que quedaron firmes, unos seiscientos hombres, no tenían armas con las cuales pelear (Véase 1 Samuel 13: 15, 19-22). Humanamente Israel estaba en desventaja y los filisteos tenían todas las posibilidades numéricas de ganar.


Otra vez Jonatán toma la iniciativa:

A pesar de todas las restricciones reales existentes, el valeroso Jonatán decidió luchar, pues sus ojos se enfocaban más allá de las limitaciones. Dice el Texto Sagrado: “Aconteció, pues, cierto día, que Jonatán, hijo de Shaúl, dijo a su paje de armas: Ven, pasémonos a la guarnición de los filisteos, que está por aquel lado (del valle), pero no dio parte de esto a su padre”. También dice: “Dijo, pues, Jonatán a su paje de armas: Ven, pasemos a la guarnición de esos incircuncisos; quizá obrará el Señor juntamente con nosotros, porque con el Señor no hay estorbo en salvar con muchos o con pocos”. (Véase 1 Samuel 14: 1, 6).

Imaginemos la posible conversación que hubo entre Jonatán y su paje de armas:

Jonatán: ¡Amigo, vayamos al campamento enemigo y hagamos algo por nuestra liberación! No nos quedemos aquí encuevados y temerosos. Me siento mal conmigo mismo sin hacer nada. Nosotros no fuimos llamados a estar ociosos y sin fruto.

Su paje de armas: Jonatán, pero ellos tienen 30.000 carros, 6.000 hombres de a caballo,  un pueblo equipados con carros, caballos, armas y estrategias. Saúl, nuestro líder, sólo tiene 600 hombres fieles en su ejército, y sin armas. (13: 15; 14: 2).

Jonatán: Yo lo sé, amado criado, yo lo sé muy bien. Pero, no te olvides del significado de mi nombre. ¿Lo recuerdas? Jonatán significa: el Eterno ha dado. Mira, fiel compañero, ellos tienen todo en las manos, pero no tienen nada en esperanza; nosotros tenemos poco en las manos, pero lo tenemos todo a nuestro favor. Vamos a enfrentarlos con los recursos con los que el Todopoderoso Señor nos ha dotado. Recuerda que Él es el amo de la guerra, y no es “difícil para Él salvar con muchos o pocos”. Si el Eterno está con nosotros y por nosotros, no habrá nada ni nadie que nos pueda propinar una caída.

Amigo mío, “el Creador ha dado”: Hazle la guerra al sistema opresor que hoy te abate, aunque aparente ser invencible, y toma la decisión de luchar por destruir todas sus perversas influencias, usando fielmente los recursos que el Eterno te ha entregado. Sus chispas están listas dentro de ti para ser activadas y proyectadas; Sus trece atributos de misericordia están dispuestos para ti; Sus Preceptos son el camino que te llevarán a puerto seguro. Dispones del poder de la plegaria y, sobre todo, de la compañía fresca y poderosa de Su divina Presencia. El Eterno ha dado; no tienes excusa para no pelear tu propia batalla.

 

Hay un dicho entre los militares que reza así: “En la guerra no hay excusas”.  Estamos en guerra, desecha las perversas excusas, toma tus armas morales, éticas y espirituales y ven a pelear en el Poder de Su fuerza.

 

Entre la vida mediocre y el éxito existen desfiladeros, peñascos agudos y muchos peligros:

Escuchemos con atención este relato: “Y entre los desfiladeros por donde procuraba Jonatán pasar a la guarnición de los filisteos, había un pico rocoso de esta parte, y otro pico rocoso de aquella parte, siendo el nombre del uno Bosés, y el nombre del otro Sene. El un pico formaba una peña escarpada de la parte del norte, frente a Mijmás, y el otro de la parte del sur, frente a Gueva”. (1 Samuel 14: 4-5).

 

Los desfiladeros eran tan abruptos que se les habían dado nombres: ‘Bosés’, que significa ‘reluciente’, y ‘Sene’, ‘puntiagudo’. Desfiladero es una palabra que significa:Paso estrecho entre montañas’. La actitud de Jonatán frente a los peligros es digna de ser alabada e imitada; él le dice a su compañero de lucha, a pesar de los riesgos, “Ven, pasemos…”. Esta debe ser la actitud de todos aquellos que desean levantarse del polvo de la mediocridad a un sitio de honor y verdadero éxito. Oye y atiende la voz del Eterno que te inspira diciendo: “Ven, pasemos juntos estos despeñaderos. No tengas miedo. Avancemos  hasta superar los peligros. No mires al abismo. Mira al frente; mira la corona; mira la liberación de tus hijos y de tu familia. Mírame a mí, la Roca inconmovible de los siglos”.

 

Para llegar a ser un hombre y una mujer de excelencia y de valor se hace imprescindible acostumbrarse a caminar en desfiladeros, peñascos y muchos peligros. Si no corres el riesgo que implica alcanzar una vida cimentada en el verdadero éxito continuarás toda tu vida siendo mediocre, miserable y digno de lástima. Nadie te recordará después que mueras, nadie; y si lo hacen, será para decir: “No sigan ni imiten el torpe ejemplo de ese cobarde ser”.

 

¿En qué lista quieres que anoten tu nombre después que mueras? ¿En la larga y penosa lista de los cobardes y mediocres? O, ¿en la corta, pero distintiva lista de aquellos que lucharon con tesón por redefinir el rumbo de sus vidas y familias? Sólo los hombres y mujeres de firme decisión llegarán, con el respaldo divino, a ser reconocidos como águilas en su generación.

 

El éxito sólo lo alcanzarán aquellos que estén dispuestos a trepar:

“Y trepó Jonatán sobre sus manos y sus pies, y su paje de armas tras él. Y cayeron delante de Jonatán, y su paje de armas mataba en pos de él”. (1 Samuel 14: 13). Treparon la roca utilizando sus manos y sus pies; algo que los filisteos pensaron era irrealizable. Pero para aquél que sabe quien es y qué es lo que quiere no hay peñasco que lo atemorice y lo haga retroceder.

 

Si no estás dispuesto a trepar los escabrosos peñascos, olvídate de tu liberación integral. ¡Qué fácil es llevar una vida simple y vacía!; por eso es que hay tantos mediocres en las calles y plazas. Esperan triunfar dependiendo de la casualidad, la suerte y el azar. Debes entender que el éxito verdadero no te va a caer del cielo; tienes que subir y trepar con tus propias manos y con tus propios pies y no darte por vencido hasta alcanzar la cumbre.

 

¡Qué duro es subir los peñascos! Para llegar a ser un hombre de proezas se necesitan varias cualidades: Absoluta certeza en las promesas del Eterno. Es más que creer en Dios, es creerle a Dios, depender de su cuidado, ser constante, disciplinado y poseedor de un espíritu valiente.

 

Imaginémonos al Eterno viendo a estos dos bizarros guerreros trepando con entereza y bravura los peñascos que tenían por delante. Imaginémonos diciéndole a sus ángeles servidores: “Me siento muy honrado por la intrepidez que han manifestado esos resueltos soldados. Vamos a coronar su hazaña con el galardón de la victoria”.

 

Vamos, hijos del Eterno, trepen, y trepen bien alto; usen lo que tienen, sus manos y sus pies, y todos aquellos recursos que el Eterno les ha entregado. No desfallezcan delante del conflicto. Tienen al Eterno a su lado y sus bondades a su favor.



Alfredo Zambrano García
FULVIDA Táchira – Venezuela


 

“EL PODER DE REALIZAR EL POTENCIAL” primera parte

           “Y hubo guerra cruda contra los filisteos todos los días de Shaúl;…” (1 Samuel 14: 52).

 Existe un potencial dormido en tu ser interior, o quizá encarcelado, o languideciendo por las complicadas situaciones que se te han presentado en el camino de la vida. Sin embargo, una pequeña cuota de esfuerzo y dedicación será suficiente para despertar esa fuerza transformadora y proyectarla más allá de lo imaginable, hasta hacer de ti un ser integralmente próspero, integralmente libre.

 

Introducción:

 Haciendo un análisis de esta estremecedora historia sobre la independencia de Israel del yugo filisteo, podemos deducir fácilmente que fue Jonatán, el hijo del rey Shaúl, el que comenzó esta guerra cruda. Dice el Texto Sagrado: “Y Jonatán había herido al comandante de los filisteos que había en Gueva; y oyeron de ello los filisteos. Entonces Shaúl tocó la trompeta por todo el país, diciendo: ¡Oigan los hebreos!” (1 Samuel 13: 3). 

El inicial ataque de Jonatán a la guarnición de los filisteos constituyó la gran señal que dio inicio a esta guerra de independencia. Jonatán entendió que había llegado la hora de atacar y asumir una actitud de ofensiva y de cambio del escenario patético en el que se encontraba el reino de su padre; que el tiempo de estar a la defensiva había terminado y que había comenzado la hora de luchar por la liberación integral de su pueblo.

 De igual manera debe suceder hoy con todos aquellos que anhelamos la libertad plena de nuestras mentes. Por muchos años hemos estado usando fatalistamente ‘el escudo de la resignación y la indiferencia’ para “defendernos” de las arremetidas del oscurantismo; no obstante, debemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que la hora de ‘tomar la espada’ e ir adelante con una actitud de ofensiva, ha llegado.

Ya es una realidad en nuestra generación ‘el proceso de rectificación de toda la rueda de la creación y del hombre’: Rectificación de nuestra vinculación con el Eterno, de nuestra percepción de la vida, de nuestra relación con el prójimo y de nuestro compromiso con nuestro mundo. El sonido de la trompeta está sonando en nuestros corazones y los pueblos están despertando y cambiando sus paradigmas de estar cobardemente resguardos por una mentalidad y visión de acometida.  Esta ‘visión de ofensiva’ implica el desarrollo de una estrategia de avanzada, conquista y liberación personal, familiar y generacional, sometiendo los poderes de la execración y la malignidad y provocando la restitución del honor de todos aquellos seres que hoy padecen esclavizados los embates del vicio, la idolatría y la ignorancia.

 No debes permitir que las cosas sigan como están, porque al final todo se complicará y los únicos que van a sufrir las consecuencias de tu indecisión son tus seres queridos, presentes y por venir. Si no actúas ya, ahora, las cadenas del opresor se van a apretar mucho más; las tinieblas se tornarán más densas y tenebrosas, y el yugo se afincará implacablemente en tu cuello hasta destruirte por completo.

 No le declares la paz a aquello que Dios le ha declarado la guerra:

 No te dejes impresionar más por el caos que ven tus ojos, ni por los sentimientos de pesimismo y fatalismo que tanto daño te han propinado. Es el momento de desprenderse de esas gabelas, de desmenuzar los ataderos y encerronas que por años te han mantenido en la más espantosa miseria y confusión. Decídete a quebrantar en tu vida y en tu línea familiar el cincho de la carencia y la insignificancia. Destruye de una vez por todos esos extravíos y deterioros que no te dejan gozar de los influjos de bondad que el Creador ha desplegado para todas Sus criaturas. Debes saber que la inopia, la enfermedad, la dejadez y la mediocridad son tus peores enemigos. Estas son las ligaduras que el sistema ha colocado en el cuello de cientos de miles de hombres y familias enteras durante siglos y siglos, con el sólo propósito de paralizarlos, talarlos y hacerlos infelices. Son y serán tus perpetuos opuestos; por lo tanto, “no le declares la paz a aquello que Dios le ha declarado la guerra”.

         Tú decides cual camino transitar:

         Alguien tiene que comenzar la guerra contra la miseria, la pobreza y la ignominia en tu familia, y ese alguien eres tú. Cuando te decidas a atacar a los dañinos que hoy acampan alrededor de tu mente y destruir por completo sus obras demoledoras, el resto de tus familiares se te unirán, y juntos desataran una guerra a muerte contra todo aquello que no les deja prosperar ni avanzar.

         Hoy tienes frente a tus ojos dos caminos, el de la libertad plena y el de la servidumbre, tú decides cual camino transitar: Seguir con una actitud de sufriente y pesimista, con una mentalidad de víctima, o despertar desde adentro para tomar la espada de la emancipación y destruir enteramente las guarniciones que están agolpadas en tu ánimo. Una ‘actitud de recelo’ hará que los filisteos sigan acampados en el collado de tu mente, de tus finanzas y de tus futuras generaciones. Una ‘actitud de empuje y gallardía’ hará que los enemigos de tu realización huyan de tu territorio y sólo así comenzarás a disfrutar de la plenitud de las emanaciones divinas.

        Entiende esto: Cuando tomes la decisión de machacar las cadenas que aferran a tu familia a la desdicha y el atraso, los tuyos te seguirán y se unirán sin tregua a tu agudeza liberadora.

Una vida, Un Dios, Una humanidad…

Todo número elevado a la cero, da como resultado UNO; lo que explica en cierta medida que la Nada y el Todo resultan en una Unidad inseparable.

Shemá Israel Ad-nay Elokenu, Ad-nay EJAD

 

Monoteísmo y Revelación

El monoteísmo es la forma más evolucionada de practicar la espiritualidad, siendo ésta forma la única en la que impera la conciencia absoluta de la existencia de Dios (Dios como Unidad inseparable, incalificable y absolutamente inentendible por la conciencia humana).

Este Dios, Uno, Único, sin par, sin divisiones, sin aditamentos, sin calificativos que puedan explicarlo, sin ciencias y complejas teologías que escriban su historia, ha llegado a conocerse por medio de la Tradición.

La etimología de Tradición halla sus raíces en el vocablo latín tradere, que significa entregar y en el sentido más religioso puede significar, si así se quiere, Revelar.

Podemos concluir de esto que el Uno y Único se ha revelado a la humanidad, más sin embargo, esto nos presenta una nueva incógnita: ¿cuál es el fin?

Para conocer éste proceder debemos indagar en aquello que ha sido entregado; pues la Tradición es el manual.

La Torah, que es la Tradición, nos adentra en lo que queremos investigar: el propósito de la revelación de D’ a la humanidad. Veamos:

En el principio creó Dios los cielos y la tierra

Aquí hay un claro indicio; si Él es creador de todo, el NO creado, Padre (en el sentido metafórico) de TODO y Señor (en el mismo sentido) de la NADA, entonces existe una razón por la cual Él se ha revelado a nosotros (Su creación). Ésta revelación no es otra cosa que una conciencia interior de Su existencia. Esto a nosotros (los humanos) se aplica cuánto más conocemos y profundizamos en la Tradición.

Hagamos un hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza…

Si el resto de la creación es en esencia parte del pensamiento (figurativamente) de Él, nosotros somos más que pensamiento, somos además tselem y demut, Maimónides, en su obra "Guía de los Descarriados", distingue dos conceptos: tselem (forma) y demut (semejanza), de tóar (aspecto) y tavnit (configuración). Tóar y tavnit expresan la figura material, mientras que tselem y demut la forma espiritual. La Torah, al indicar tselem y demut define el espíritu y nos confronta con uno de los principios básicos de la tradición. No es posible elevarse a Dios por medio de la materia, tóar y tavnit, (ver Isaías 44: 13) y sí por medio del espíritu.

Esto explica una segunda razón para la Revelación; además de provenir del pensamiento del Eterno, somos criaturas que poseen la capacidad de conocer su origen (la Voluntad de Dios).

Ahora bien, esta casi claro el cómo comprendemos la Revelación, pero no hemos avanzado en el por qué.

Si ahondamos en esta pregunta conoceremos que al primer hombre fueron dadas una serie de instrucciones, que perseguían el propósito de mantener un orden, la armonía.

Y dijo Dios: Haya luz, y hubo luz”  

La primera orden que Él emite en la creación tiene como fundamento sustancial la armonía, el equilibrio. D’ no elimina el vacío (la oscuridad), sino que separa la misma de la Luz y es entonces cuando comienza a haber vida.

De aquí podemos intuir que mediante el orden, la armonía, el equilibrio, surge de manera espontánea la vida: el nacer, el crecer y el crear.

Hasta aquí hemos respondido en parte el por qué: “la Revelación Es por el orden, por la armonía, por la vida”.

De esta conclusión podemos extrapolar un mensaje tácito: La Revelación es para el aquí y el ahora, para la construcción de Este Mundo, para la edificación de Esta Vida.

Ahora pues, comprendemos el sentido del monoteísmo.

La acción monoteísta no es una religión, una moda, una forma de pensar, una teoría, una teología, no es un pensamiento superfluo, no es para teorizarse y escribirse, nada más, es en profundidad una conciencia de lo que somos, del por qué somos y del para qué estamos.

Somos una raza única, como Único es Él, somos porque así lo quiso Él y estamos para VIVIR.

Según la Wikipedia, vida se puede definir como la estructura molecular capaz de establecer un soporte material de transferencia energética homeostática, cuando es estimulada por el medio en condiciones favorables.

En palabras menos científicas: vivir es la actitud dinámica de un ser que busca un equilibrio en el ambiente interno, favorecido éste por el medio en condiciones adecuadas.

Esto es vida en el sentido meramente biológico, pero esto aplica al resto de los planos que conforman al ser humano (además del físico, el emocional, el social, el intelectual y el espiritual).

De lo anteriormente expuesto podemos concluir que el monoteísmo es, además, la herramienta más completa que usa el ser humano para vivir (en todos sus planos).

 

Homocentrismo Monoteísta

Sabemos ya que el monoteísmo no persigue solamente el Culto a Un Dios, si bien es cierto que la palabra monoteísmo indica claramente que es la creencia religiosa que afirma la existencia de un solo Dios (Génesis 1:1), y por ende la Adoración a éste Único. Las instrucciones que da el verdadero monoteísmo (a veces confundido con monolatría) poseen, a grandes rasgos, el Homocentrismo.

Tenemos que el primer mandamiento dado a Adán fue el dar vida, tanto en el plano físico (multiplíquense) como en el plano etéreo (fructifiquen).

Luego podemos notar que cinco de los siete mandamientos noajidas están dirigidos al hombre como figura central (No robar, no asesinar, mantener una sexualidad sana, mantener el cuidado en la alimentación y respetar la integridad de los animales y establecer un sistema legal y jurídico)

Claro está que este Homocentrismo es Monoteísta; y no nada más homocentrista (ya que esto sería ateísmo) ni solamente monoteísta (ya que esto sería monolatría)… recordemos que el equilibrio es fundamental en la vida.

Aquí esta la diferencia entre el Islam/Cristianismo y el Judaísmo/Noajismo.

Esperemos que muchos más dejen de rendirle culto a la muerte (¿salvífica?), y comiencen de una vez por todas a ser libres y vivan, vivan a plenitud.

Resp. 88 – De almas y creencias

Eliub Español,
18 años,
de Cordero, Venezuela
pregunta
1- ¿Como se considera al hombre despues que D_os le dio el soplo de vida? "ser viviente" o "Alma viviente"
2- ¿Podemos edificar y desarrollar el alma ?
3- ¿que sucede cuando dice " el alma que pecare esta morira?

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DERRIBA A TU GIGANTE segunda parte

En la jornada anterior estuvimos hablando de los principios básicos que llevaron a David a derribar al gigante Goliat y a toda su comitiva. Mencionamos y desarrollamos tres principios: 1) No te dejes impresionar por lo complicado de la situación; 2) No te dejes influenciar negativamente por el ambiente de temor y espanto que se mueve en tu rededor; 3) No te dejes encarcelar por los sentimientos de inferioridad ni de indignidad.

En esta Lección proseguiremos adelante en el desarrollo de los otros principios. Así que, presta atención y toma las armas de la justicia y la sabiduría que te prepararán, sin duda alguna, para derribar a los gigantes que se han apostado en tu mente. Alístate para darle frente a todo aquello que tiende a ridiculizarte y empequeñecerte.

 
Si quieres vencer a tu gigante:


4. No te dejes intimidar por las maldiciones y ofensas que lancen contra ti aquellos que sólo se ocupan en detener el avance de los hombres comprometidos con la vida:

 
Injuriar, maldecir y difamar es el arma perversa de los antagonistas (1 Samuel 17: 43-44). Sin embargo, sus efectos dañinos y destructores sólo se logran manifestar cuando el agredido los acepta y les da lugar en su corazón. De otra forma, no tendrían ningún efecto negativo en el ofendido. Dependerá, entonces, de la actitud que asuma la persona que los recibe. Tus cinco sentidos deben ser educados para generar vida, no confusión y caos. Por lo tanto, esfuérzate por filtrar para bien todo aquello que oyes, ves, sientes y percibes. No alimentes tu mente con falsas concepciones de temor y espanto. Sé dueño de tus inclinaciones y ponlas al servicio del Eterno.


Si quieres vencer a tu gigante:


5. No lo enfrentes con “métodos” o “formas” que caen dentro de un marco puramente especulativo y que científicamente no han sido aceptados ni comprobados:

 
Involucrarse en movimientos y grupos seudos religiosos (con el fin de darle solución a un conflicto o problema), cuyas prácticas de sanación (del alma y del cuerpo) son incongruentes con la verdad de la Torá y la objetividad científica, resultará perjudicial, sin duda alguna, para el equilibrio anímico-sentimental del alma de la persona. En caso que tú requieras ayuda, verifica que sea profesional, objetiva y científicamente comprobada. No entregues tu vida ni tu porvenir a los atracadores de la “fe”, esos que negocian con el dolor ajeno y andan por la vida llevando más dolor, más enfermedad y más sufrimiento.

 
¿Qué uso David para derrotar al gigante? Un cayado, cinco piedras lisas extraídas del arroyo, un zurrón (saco pastoril) y una honda (tira de cuero). Como puedes observar, elementos sencillos, prácticos, confiables, experimentalmente comprobados. Recuerden que David ya había utilizado dichos elementos para matar osos, leones y fieras que querían devorar los rebaños que estaban bajo su cuidado (Véase 1 Samuel 17: 34-37). El joven David estaba ducho en el uso eficaz y eficiente de estas armas.

 
Mi consejo, como conocedor de primera mano de las operaciones de estos grupos, es que no te inmiscuyas en las mentiras que propagan los “milagreros” y “sanadores”, y esto, aunque aparenten ser “muy sabios”, “buena gentes”, o “sinceros”. No compliques las cosas, sé práctico y entendido. Usa tu sentido común, eso solucionará, por lo menos, el 50% del problema que te golpea. 


Si quieres vencer a tu gigante:


6. Desarrolla, ante todo: confianza, seguridad y firmeza del carácter:

Mantener la calma, creer que todo saldrá bien y actuar con estrategias, orientadas por la razón y las ganas de vencer, hará posible el debilitamiento y posterior derrumbe de ese gigante que hoy te desafía. El mismo Creador vendrá a tu ayuda, y asumirá como suya tu batalla (Véase 1 Samuel 17: 47ª). Esto activará todo tu potencial que está dormido en tu interior. El temor y la amedrentación huirán de tu mente. Comenzarás a ver senderos (respuestas) donde sólo había oscuridad y caos. Inicialmente será como un rayo de luz que te indicará el camino que debes seguir, y luego se irá transformando en una llama viva, que iluminará tu camino para que no te pierdas ni extravías tus pasos.

 
Si quieres vencer a tu gigante:


7. Ven a la línea de batalla, no postergues más tu liberación:

 
Date prisa y no evadas tu compromiso con tu porvenir. No le des más vueltas al asunto. Tu lugar está en la línea de batalla, y no en el campamento de los incrédulos, llorando con ellos tu lástima y resignándote a morir en el conflicto (Véase 1 Samuel 17: 48). Correr a la línea de batalla implica hacerle frente al enemigo. Enfrenta ya esa realidad conflictiva que te tiene paralizado. Tarde o temprano deberás verte cara a cara con el Goliat de tu vida. ¿Seguirás llorando tu lástima en el valle de la derrota? Pero recuerda esto: Cada desafío del camino de la vida es una oportunidad para ser promovido y trascender. Antes de avanzar a un grado mayor en un Colegio, la regla básica es superar cada prueba, cada examen o evaluación que la cátedra impone, que siempre son vistos como “desafíos” para los alumnos. Así sucede con los desafíos propios de la vida. Deben ser vistos como exámenes, evaluaciones, prácticas que requieren ser superadas, para lograr, de esta manera, promoción, ascenso y trascendencia.

 
Lo que ayer te desafiaba, finalmente se transformará en tu más grande trofeo:

 
Así fue para David (Véase 1 Samuel 17: 54-57), así ha sido para los hombres y mujeres que han influido positivamente en la historia de la humanidad, y así será para ti. ¿Por qué piensas que puede ser diferente para ti? Tu más grande debilidad llegará a ser tu más grande fortaleza. Tu mayor angustia podrá ser cambiada en tu más grande motivo de alegría. ¿Cómo entró David a Jerusalén? Con la cabeza del Gigante en su mano. Todo el pueblo alabó a este valiente mancebo de Israel y le dio el debido reconocimiento. Lo que comenzó como una situación con perfil de “no solucionable”, terminó siendo una gran victoria, no sólo para un hombre, sino para todo el ejército de Israel.

 

                                                                                                                                                     Alfredo Zambrano García

                                                                                                                                                Fulvida Táchira – Venezuela

 

DERRIBA A TU GIGANTE primera parte

“Y metiendo David la mano en la bolsa, tomó de allí una piedra y la tiró con la honda, e hirió al filisteo en la frente, y quedó hincada la piedra en su frente; y él cayó sobre su rostro en tierra. De esta suerte David prevaleció sobre el filisteo con una honda y con una piedra, e hirió al filisteo y le mató; mas no había espada en manos de David” (1 Samuel 17: 49-50).

 

Escarbemos en esta milenaria historia los principios que aplicó David para enfrentar y vencer al gigante Goliat y utilicémoslos para derribar y vencer aquello que nos desafía e insulta.

 

Introducción:

Cuando hablamos de gigante, nos referimos a todas aquellas situaciones adversas y conflictivas que llegan a nuestras vidas vestidas de crisis y desafían e insultan nuestras capacidades, nuestra dignidad y nuestra humanidad. Muchos, al no saber cómo enfrentar y desenvolverse en estos escenarios, caen devorados ante dichos retos, y terminan su carrera existencial plagados de amarguras, confusión y pena.

Ese gigante puede tomar forma de crisis familiar, vicios (del cuerpo o del alma), deudas, una enfermedad crónica, una relación sexual impropia, un conflicto legal (justo o injusto), una amistad rota, una confrontación vecinal, entre otras luchas.

No sueñes (por favor, no lo hagas) que tú nunca tendrás problemas, que la vida es para “gozarla”, sin preocupaciones y sin las sombras de la adversidad. Esto es simplemente una fantasía, o una utopía, que a la final entorpecerá tu avance en el camino de la vida. Las luchas propias del ser humano, sus conflictos y adversidades son parte del estar vivos.

El secreto para trascender estas vicisitudes no radica en negar la realidad de dichas crisis (esta es la postura de los “triunfalistas” de oficio, los promotores de la ciencia de la negación, que inducen a sus víctimas a negar la realidad del dolor), sino, antes bien, en reconocerlas y enfrentarlas con sabiduría, inteligencia y conocimiento. Como ven, todo es cuestión de carácter y de desarrollar una perspectiva adecuada de la vida.

Los principios que David aplicó para vencer al gigante Goliat tienen vigencia y pueden ser practicados en cualquier situación y por todos aquellos hombres y mujeres que hoy están siendo desafiados e inquietados por circunstancias difíciles, independientemente de su raza o condición social.

He aquí las tácticas espirituales que empleó David para vencer a Goliat y propinar una estrepitosa derrota a todo el ejército de los filisteos.

Si quieres vencer a tu gigante:

1. No te dejes impresionar por lo complicado de la situación:

Goliat media casi tres metros de altura. La coraza que llevaba en su bestial cuerpo pesaba cincuenta y cinco kilos. La punta de su lanza pesaba cerca de siete kilos (tenía el poder de atravesar un búfalo). Además, estaba armado con espada, lanza y jabalina, es decir, estaba totalmente blindado. Su armadura completa superaba los setenta kilos. Parecía invencible, indestructible, imposible de superar. Desafió a todo el ejército del rey Shaúl. No obstante, David prevaleció en contra de esa mole humana y lo venció, provocando, a su vez, la derrota del ejército filisteo. ¿Cuál fue la óptica de David respecto al “problema” que tenía al frente? No se dejó impresionar por las trabas y complicaciones que prevalecían a la vista de los demás. Miró más allá. Vio la posibilidad de vencer y lo hizo.

Amigo mío, quizá el escenario en el que hoy te encuentras sumido pareciera que es “un reto imposible de superar”. Incluso, has llegado a pensar (o hasta creer) que este es “el destino que el cielo te trazó” y que, por consiguiente, nada puedes hacer para superarlo. Te encuentras desesperado, sin ganas de seguir luchando (ni viviendo). Pero, déjame decirte con fuego en mi corazón: ¡tú puedes superar y trascender cualquier obstáculo que tengas frente a ti! Nada resulta ser indestructible en esta tierra. No hay situación adversa que haya sido etiquetada como “imposible de vencer”. Por lo tanto, renueva hoy mismo tus fuerzas; siéntate y precisa el plan a seguir. Establece las estrategias propias de tu situación. Impresiónate por las capacidades y cualidades que hoy están dormidas en ti, mas no por lo rudo del problema.


Si quieres vencer a tu gigante:

2. No te dejes influenciar negativamente por el ambiente de temor y espanto que se mueve en tu rededor:

Dice la Torá: “No seguirás a los muchos para hacer el mal” (Éxodo 23: 2). Este es uno de los principios fundamentales que debe distinguirte en tu generación. La mayoría no siempre tiene la razón. El colectivo no siempre debe marcar la pauta en tu vida. Para ello, debes entender los tiempos, los momentos propios de cada día, los aires que se respiran en el ambiente, para que nada impuro o perniciosos penetre solapadamente en ti. Este concepto fue para David imprescindible a la hora de alcanzar la victoria. Cuando llegó al campamento de Israel, todo era caos, confusión y queja. David muy fácilmente pudo haber sucumbido ante esa crisis colectiva. Sin embargo, vemos que no fue así. Miró más allá de la tormenta. Abrió sus ojos espirituales y percibió una clarísima posibilidad de luchar contra el “gigantón” y vencerlo. Esto fue lo que lo influyó; no los gritos desafiantes del intruso, ni los ruidos de derrota que se habían anidado en las mentes de los soldados de Dios. Como puedes ver, todo depende de la óptica con la que miras los conflictos. Esto determinará tu manera de concebir y enfrentar la batalla.

Las histerias colectivas no deben arrastrarte a sus tenebrosas aguas. Las presiones, zozobras y angustias que padece esta “modernísima” sociedad no deben sacarte del juego, ni muchos menos, llevarte a la bancarrota. Vamos, soldado de Dios, ¡trasciende! Elévate cual águila por encima de los rayos y las tormentas que tratan de anegar tu embarcación. Tú tienes con qué. Sólo esfuérzate y decídete a combatir hasta obtener la victoria.

           

Si quieres vencer a tu gigante:

3. No te dejes encarcelar por los sentimientos de inferioridad ni de indignidad:

Esto se extrae de la actitud que los hermanos mayores de David tuvieron hacia el joven David. Lo menospreciaron, por su tierna edad, o por su “inexperiencia” en asuntos militares (Véase 1 Samuel 17: 12-14; 26-30). Aún el rey Shaúl lo tuvo en poco (Véase 1 Samuel 17: 32-33), y ¡cómo duelen los desprecios de un líder! A esta lista de menospreciadores se sumó el mismo gigante, que no paraba de burlarse del dulce cantor de Israel (Véase 1 Samuel 17: 42). Sin embargo, David no se achantó ante semejantes posturas. Él sabía quién era, y esto bastó para derribar a aquél que tenía aterrado a toda una guarnición.

Debes tener bien claro cuál es tu posición ante la vida, y quién eres tú en tu generación, si quieres prevalecer ante los obstáculos. Lo peor que te puede pasar es asumir una posición y una actitud de indignidad, esto es, sentirte “poca cosa”, “un bueno para nada”, “un ser inútil y sin valor ante los demás”. Los resultados, por adoptar esta clase de pensamientos, han sido del todo nefastos: Sueños abortados, decisiones locas, crímenes, divorcios, suicidios y toda una lista de cruentos hechos que traen al mundo desequilibrio y desorden en todos los sentidos.

 

Alfredo Zambrano G.

admin@fulvida.com

El crecimiento y la motivación no tienen edad

No hay límites en el crecimiento de quien cree en si mismo, no importa la edad, mas aún si ya estás en la etapa en que los hijos han abandonado el nido y te dispones para gozar de los primeros nietos.

Para seguir creciendo en la vida es indispensable tener pensamientos positivos y es fundamental resaltar lo bueno en aquello que nos está sucediendo, especialmente en este momento de la vida. Hemos terminado una etapa de nuestra vida, (no es final, salvo que tú lo hayas determinado así) pero comienza otra, todo depende de ti.

¿Que cosas no pudiste realizar mientras dedicabas todo tu tiempo en la crianza de los hijos y en el cuidado del hogar? ¿Guardaste talvez sueños y aspiraciones con la esperanza de que algún día se pudieran concretar?

 Si es así llegó el momento, solo necesitas tener un objetivo claro y definido, una fuerte determinación y una actitud vencedora. Parecen palabras, mayores, pero no lo son si estamos dispuestos a lograrlo.

Es importante hacer un análisis de nuestras capacidades personales, ¿están funcionando a plenitud o ya no? ¿Cuál es la realidad que me rodea de acuerdo a lo que quiero lograr? Por ejemplo si quiero estudiar alguna carrera. Debo comenzar a informarme o a investigar todo lo relacionado con  ella. Es importante estar preparados y abiertos y no temer a lo nuevo, debemos estar dispuestos a correr riesgos y asumir responsabilidades mientras comenzamos algo nuevo.

Aprovechemos de la experiencia que nos ha dado la vida, de los errores cometidos, veámoslo como una oportunidad para mejorar, porque de los errores se aprende si estamos dispuestos.

 Hay un factor que es preponderante que es la determinación de lo que deseamos lograr. Grandes dosis de determinación suplen en muchas ocasiones carencias de preparación y cualidades, mas aun cuando los que están a tu alrededor no te motivan a lograrlo. Por eso es importante que estés absolutamente determinado a hacer algo, porque siempre se encontrará aunque sea con esfuerzo algún camino que te lleve hasta allí, nunca es demasiado tarde para seguir creciendo, sólo necesitas de una buena motivación.

LAS BASES DE LA TRANSFORMACIÓN INTEGRAL Parte II

  1. "Cuatro condiciones para atrapar una oportunidad": Lo primero que debes comprender es que el “destino” no es algo rígido, inflexible y anárquico. No debe ser visto como una “ruta” que no pueda ser modificada. Esto simplemente es fatalismo y ha servido de excusa para aquellos que son de espíritu conformista, los llamados “fatalistas”, aquellos que atribuyen a los astros o a una fuerza externa e irreversible sus “desdichas y pesares”. Seguir leyendo LAS BASES DE LA TRANSFORMACIÓN INTEGRAL Parte II