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Reglamentos de vida positiva en Levítico 19

Recordemos rápidamente los Siete Mandamientos Fundamentales:

  1. Prohibido servir a dioses que no son el Eterno.
  2. Prohibido blasfemar, es decir, insultar al Eterno.
  3. Prohibido asesinar al inocente.
  4. Prohibido mantener relaciones sexuales ilícitas.
  5. Prohibido robar.
  6. Prohibido comer parte de animal que permanece con vida.
  7. Establecer cortes de justicia en cada lugar de residencia.

Ahora bien, sabemos que los 613 mandamientos de la Torá son ordenados por el Eterno a los judíos.
Pero, de estos 613 hay una gran cantidad -en su mayoría de índole ética- que pueden ser cumplidos por los noájidas, no como mandamientos sino como modos de conducta apropiados, refinadas formas de convivencia, acciones que elevan lo terrenal hacia el plano espiritual.
Gran cantidad de los mandamientos (para los judíos) que se encuentran en el capítulo 19 de Levítico/Vaikrá tienen enorme repercusión y provecho y bendición para los noájidas que los quieran acatar como reglamentos de vida. (Atención que se expresan en ese lugar mandamientos que no deben ser en modo alguno tomados por los noájidas, tales como cumplir con el Shabbat, pues es exclusivo a perpetuidad para los judíos y nunca para los gentiles).

¿Eres capaz de hacer un resumen siguiendo el patron de los Siete Mandamientos?
Participa aquí mismo, poniendo tu comentario con las ideas al respecto de la temática planteada.

Para que haya Shalom

En la Torá, el Eterno establece para los hijos de Aarón (el sacrdote del Eterno) lo siguiente:

«Así bendeciréis a los Hijos de Israel.
Decidles:
‘El Eterno te bendiga y te guarde.
El Eterno haga resplandecer Su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia.
El Eterno levante hacia ti Su rostro, y ponga en ti shalom.’
‘Así invocarán Mi nombre sobre los Hijos de Israel, y Yo los bendeciré.’
«
(Bemidbar / Números 6:23-27)

Siglos más adelante, el salmista declaró al ser inspirado por Dios:

«El Eterno dará fortaleza a Su pueblo;
 el Eterno bendecirá a Su pueblo con shalom.
«
(Tehilim / Salmos 29:11)

Por su parte, en la Tradición de Israel, emanada directamente de Dios y trasmitida fielmente a través de las generaciones de Sabios judíos, se nos enseña que:

«Ninguna bendición tiene valor, a no ser
que haya shalom
«
(Bemidbar Raba 11:7)

Veamos rápidamente algunos pequeños puntos, de un tema que es complejo y extenso.

Dios da como bendición a los judíos, a Su pueblo, misericordia y fortaleza,
¿por qué?

Porque la misericordia que no es limitada por la fortaleza, termina siendo injusticia y extravío; porque la fortaleza que no está basada en la misericordia, no es más que un ejercicio sadista de la agresividad.

Cuando la persona logra armonizar ambas  cualidades fundamentales: el apego a las normas, la saludable rigidez de los marcos establecidos, con la efusiva bondad desinteresada, la acción solidaria para con el prójimo, el resultado es que emane shalom, que no solamente significa paz, sino también integridad, plenitud.

En nuestro actual mundo, tan falto de orientación como de bases y trascendencia, suelen radicalizarse las personas en dos grupos,y ambos suelen embanderarse como los únicos adalides de la paz:

  1. El de los agresivos compulsivos, buscadores insaciables del éxito, hambrientos de aplauso, sedientos de dominar, rígidos en su fanática necesidad de avasallar al prójimo para no sentir su propia angustia existencial.
    Un ejemplo es: «así ha dicho el rey de Asiria:
    ‘Haced la paz conmigo y rendíos a mí. Y comerá cada uno de su vid y de su higuera, y beberá cada uno de las aguas de su pozo hasta que yo venga y os lleve
    [como esclavos]…»
    (2 Melajim / II Reyes 18:31,32) y

  2. El de los seudo-pacifistas, que parecieran dormitar sus vidas en un continuo anodino plagado de indiferencia, pleno de ausencias, carente de compromisos, portavoces de causas perdidas, rígidos en su fanática necesidad de anestesiar sus desdichas para no contemplar su angustia existencial.
    En palabras del profeta: «curan con superficialidad el quebranto de mi pueblo, diciendo: ‘Paz, paz.’ ¡Pero no hay paz!»
    (Irmiá / Jeremías 6:14).

Ni el uno ni el otro son los grupos que se apoyan en la Torá, ni son los que fomentan el shalom.
El primero realmente produce el silencio mortuorio del totalitarismo, o del
terror que atenaza los corazones y ciega las mentes, por lo cual pareciera
como si hubiera paz… una paz tan tensa que se teme que se quiebre de un
momento a otro.
El segundo, al aletargar la conciencia, e intentar borrar las diferencias
con falsas identidades y promesas, produce algo que parece paz… que en
verdad es el silencio de los espacios huecos, insípidos y mortalmente
dormidos.

Los que desean estar bajo las alas de la divinidad,saben que el camino no es la violencia, ni lo es el falso pacifismo, el camino al shalom se encuentra solamente en la misericordia restringida por la fortaleza, que dicho en otras palabras es guemilut jasadim -obras de caridad genuina-
limitadas por la halajá -normativa legal del judaísmo y noajismo-.

Así se llega al shalom, y así es como se hacen realidad todas las bendiciones.
¿Tú, que puedes y debes ser un constructor de Shalom, que has aprendido de esta lección?

Resp. 530 – Cuando usar el termino idolatria?

Romano nos consulta:

1- Llamar a cualquier religión no judia idolatría ¿de que manera ayuda a la paz?
2- Lo pergunto porque me llama la atención el uso reiterado en este sitio del término
3- y al mismo tiempo el querer establecer la paz en el mundo
De antemano les agradezco sus respuestas
Atentamente
Cesar Romano, 45 años Monterrey, México

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Resp. 529 – Puede uno pertenecer a asociaciones?

Gamaliel nos consulta:

1- Puede uno pertenecer a asociaciones civiles?… l
2- o digo por que pertenezco a la Asociacion Scouts de México y a lo largo de mi vida me he dado cuenta que son buenos y su mision es la educacion y la paz entre los hombres…
3- pero no se si esto este mal??
Gamaliel Rangel, 21, estudiante, México, México

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Resp. 527 – Busco Quien me Ayude?

Gamaliel nos consulta:

Agradezco infinitamente el trabajo que hacen aqui, in embargo muchas veces las ocupaciones diarias no dejan tiempo a la reflexion, la oracion o el estudio, me preguntaba si es posible acercarse a un rabino para que este pueda guiarle mejor a uno, en su calidad de gentil, pues es mi deseo seguir lo que el Eterno desea de mi, mas las dudas son mayores y creo que seria mejor acudir a un sabio maestro y dejar de molestarte a ti con tantas preguntas. Que el eterno te de paciencia y paz…
Gamaliel Rangel, 21, estudiante, México, México

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Resp. 524 – Otros relatos del diluvio, profetas actuales y algo de rezo

DanielNoah nos consulta:

Paz para todos. Tengo tres preguntas un poco diferentes cada una.
1- En primer lugar, que debería decir a la gente cuando me contestan que el momento histórico del arca de Noe proviene de Mesopotamia y que ya otras culturas lo conocían de antes?.
2- Otra contestación que dan es por que Dios no ha vuelto a hablar con la humanidad en tiempos más recientes? .
3- Y la última es por mi; Me gustaría saber cual es la razón de cubrirse la cabeza en el momento del rezo.
Muchas gracias y paz para todos.
Daniel Velilla Hernandez. 32 años. Electricista. Granada. España.

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Resp. 520 – Como llamo a Di-s?

DanielNoah nos consulta:

Hola, Paz para todos.
1- En algunos momentos en los que hablo con la gente y quiero hacer referencia a Di-s no se como nombrarlo.
2- Al escribir aqui, me pasa lo mismo, solo que al escribir pongo Di-s y eso no puedo hacerlo hablando.
3- Como debo nombrarle para no cometer pecado y ser respetuoso cuando le cuento ha alguien sobre el noajismo?.
4- Muchisimas gracias por esta página que me llevado ha encontrar el camino correcto. Por fin me siento feliz y completo. paz para todos.
Daniel Velilla Hernandez. 32 años. Electricista. Granada. España.

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Resp. 513 – Que libros leer. Alguna recomendación.

DanielNoah nos consulta:

Shalom.Paz para todos. Que hashem nos ilumine.
1- Querría saber si puedo empezar a leer el libro de salmos, proverbios y eclesiastes.
2- Tambien me gustaría saber, si es que puedo leerlos, que traducciones me aconseja.
3- Ademas me gustaría saber que otros libros me aconseja leer.
Muchas gracias por su amabilidad. Shalom. Paz para todos. Que hashem nos ilumine.
Daniel Velilla Hernandez. 32 años. Electricista. Granada. España.

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Resp. 512 – explicar profecia yeshayahu cap 53

yonyer nos consulta:

yeshayahu da caracteristicas de un mashiaj que supuestamente ya las cumplio un judio hace mas de 2000 años, expliquenos por favor, se lo agradecemos, estamos aprendiendo la verdad y no queremos idolatria.
jonill velez de villa, 43 años, comercio,ciudad de tarapoto-peru

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La Paz Cristiana y su Genocidio

“No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no
he venido para traer paz, sino espada. Porque he venido para enfrentar al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra;” (Mateo 10:34)

Matanzas bajo dominio cristiano, datan ya de los primeros siglos. En Antioquía (ciudad que asumió en el Este la importancia de Alejandría) facciones enfrentadas (los azules y los verdes) terminaron por masacrar judíos e incendiar la sinagoga de Daphne junto con los huesos de las víctimas (circa 480). El emperador Zenón se limitó a comentar entonces que hubiera sido preferible quemar a los judíos vivos.

A modo de resumen, digamos que los principales genocidios de judíos en la primera mitad del milenio tuvieron lugar en el transcurso de cada una de las tres primeras Cruzadas, y de cuatro campanas judeofóbicas que las sucedieron. Anadiré a su enumeración, el ano y el nombre de los cabecillas, a saber: la Primera Cruzada (Godofredo de Bouillon, 1096); la Segunda Cruzada (el monje Radulph, 1144); la Tercera Cruzada (Ricardo Corazón de León, 1190); los Judenschachters (Rindfleisch, 1298); los Pastoureaux (el fray Pedro Olligen, 1320); los Armleder (John Zimberlin, 1337); y la Muerte Negra (Federico de Meissen, 1348).

Para encontrar en la historia de los judíos un ano más fatídico que 1096, habría que remontarse a mil anos antes hasta la caida de Jerusalem, o a casi nueve siglos después hasta el Holocausto. Todo comenzó el 27 de noviembre del 1095 en la ya mencionada ciudad de Clermont-Ferrand, cuando durante la clausura de un concilio, el Papa Urbano II convocó una campana «para liberar Tierra Santa del infiel musulmán». Hordas de caballeros, monjes, nobles y campesinos, se lanzaron sin organización a la aventura, pero eventualmente optaron por comenzar la purga de los «infieles locales», y acometieron ferozmente contra los judíos de Lorena y Alsacia, exterminando a todos los que se negaban a bautizarse. Corrió el rumor de que el líder Godofredo había jurado no poner en marcha la cruzada hasta tanto no se vengara la crucifixión con sangre judía, y que no toleraría más la existencia de judíos.

En efecto, un común denominador de las matanzas enumeradas fue el intento de barrer a la población judía íntegra, ninos incluidos. Los judíos franceses advirtieron del peligro a sus correligionarios alemanes, pero infructuosamente. A lo largo del valle del Rhin, las tropas, incentivadas por predicadores como Pedro el Hermitano, ofrecieron a cada una de las comunidades judías la opción de la muerte o el bautismo. En Speyer, mientras los crusados rodeaban la sinagoga, en donde se había refugiado la comunidad presa del pánico, una mujer reinició la tradición de Kidush Hashem, la aceptación voluntaria del martirio para gloria de Dios. Cientos de judíos se suicidaron y algunos aun sacrificaban primero a sus propios hijos. En Ratisbon, los cruzados sumergieron a la comunidad judía entera en el río Danubio a modo de bautismo colectivo. Las matanzas se sucedían en Treves y Neuss, en las aldeas a lo largo del Rhin y el Danubio, Worms, Mainz, Bohemia y Praga.

El fin del viaje era Jerusalem, en donde los crusados hallaron a los judíos agolpados en sus sinagogas y procedieron a incendiarlas (1099). Los pocos sobrevivientes fueron vendidos como esclavos, algunos de los cuales fueron eventualmente redimidos por comunidades judías de Italia. Pero la comunidad judía de Jerusalem quedó destruida por un siglo. En los primeros seis meses de la Primera Cruzada aproximadamente diez mil judíos fueron asesinados, que constituían en esa época un tercio de las poblaciones judías de Alemania y el norte de Francia.

En el ano 1144, los cruzados perdieron Edessa, y se temió por la suerte del Reino Latino de Jerusalem. El Papa Eugenio III convocó la Segunda Cruzada, y sus sucesores «judaizaron» la marcha. Se estipuló que no debía pagarse interés sobre el dinero que se tomara de de judíos para financiar la cruzada (nótese que desde el siglo XIII el término cruzada se aplicó a toda campana de la que la Iglesia se veía políticamente beneficiada).

En el 1146 el monje Radulph exhortó a los cruzados a vengarse en «los que crucificaron a Jesús». Centenares de judíos del Rhineland cayeron ante las hordas incitadas que los aplastaban al grito de Hep, Hep! (esta consigna, que probablemente era la abreviatura del latín Jerusalem se ha perdido, fue un lema judeofóbico muy popular en Alemania, y así se denominaron los tumultos contra judíos alemanes en 1819).

Brutalidades se perpetraron en Colonia y Wuezburg en Alemania, y en Carenton y Sully en Francia. El famoso maestro Rabenu Jacob Tam fue acuchillado cinco veces en recuerdo de las heridas sufridas por Jesús. Pedro de Cluny (llamado el Venerable) solicitó que el rey de Francia castigara a los judíos por «macular el cristianismo. No debería matárselos, sino hacerlos sufrir tormentos espantosos y prepararlos para una existencia peor que la muerte». Puede verse que el pretendido celo religioso de estos judeófobos no era sino una máscara para poder descargar sus instintos más sádicos, ideológicamente justificados.

La tregua que se dio a los judíos europeos después de de las dos primeras cruzadas, fue balanceada por las persecuciones a las que los sometieron los almohades en Espana y Noráfrica. Pero cuando Saladino puso fin al reino crusado en Jerusalem, una Tercera Cruzada fue lanzada, a la que se sumaron con entusiasmo el emperador de Alemania y el rey Felipe Augusto de Francia, quien ya había hecho quemar a cien judíos en Bray, como castigo por el ahorcamiento de uno de sus oficiales que había asesinado a un judío.

La novedad de la Tercera Cruzada fue que repercutió más en Inglaterra, que en las dos primeras había tenido un rol menor. Las comunidades judías de Lynn, Norwich y Stamford, fueron íntegramente destruidas. En York, los judíos se refugiaron en el castillo, al que se le puso sitio, y en el que se autoinmolaron a comienzo de la Pascua hebrea.

Para los judíos, las Cruzadas pasaron a simbolizar la inveterada hostilidad del cristianismo. Trescientos rabinos emigraron en el 1211 a Eretz Israel, en la certeza de que si permanecían en Europa Occidental pocas serían sus posibilidades de sobrevivir. Y como lo rubrica Flannery «los que decidieron quedarse terminaron lamentando su decisión». Al mismo tiempo, el recuerdo de los mártires fue para los judíos una fuente de inspiración para las generaciones posteriores: Dios los había puesto a prueba y demostraron ser héroes. Su martirio fue percibido como una victoria, símbolo del pueblo entero. La mayoría de los que se convirtieron por la fuerza pudieron ulteriormente regresar al judaísmo… y terminaron siendo víctimas de las matanzas que estallaron después. En la percepción del cristiano, el judío se había transformado en el implacable enemigo de su fe.

Las Cruzadas revelaron en toda su dimensión el peligro físico en el que se hallaban los judíos, lo que resultó en dos efectos. En principio, los judíos se mudaron mudarse a ciudades fortificadas en las que serían menos vulnerables (esto puede ser una explicación parcial del carácter urbano de los judíos que fue mencionado en la segunda lección). Segundamente, se instituyó el status de «siervos de la cámara real». Los judíos compraron la protección de emperadores y reyes a un elevado precio. Se consideraba que tendrían un privilegio si se los protegía del fanatismo de las masas y de la rapacidad de los barones. Pero en poco tiempo la supuesta protección se transformó en un artificio para enriquecer la Corona.

La teología ayudaba. El Papa Inocencio III proclamó la «servidumbre perpetua de los judíos» y el jurista Enrique de Bracton (m.1268) definió que «el judío no puede tener nada de su propiedad. Todo lo que adquiere lo adquiere para el rey». Para el siglo XIII era un buen negocio poseer algunos judíos, antes de que fueran eventualmente masacrados. Y las matanzas que sucedieron a las Cruzadas probaron ser las más sombrías.

En Rottingen en 1298 un noble llamado Rindfleisch incitó a las masas, que quemaron en la hoguera a la comunidad íntegra. Luego sus Judenschachters (asesinos de judíos) atravesaron Austria y Alemania saqueando, incendiando y asesinando judíos a su paso. Ciento cuarenta comunidades fueron diezmadas; cien mil judíos asesinados.

En el 1306 el rey de Francia hizo arrestar a todos los judíos en un mismo día y les ordenó abandonar el país en el plazo de un mes. Cien mil lo hicieron y se asentaron en comarcas vecinas; nueve anos después fueron readmitidos… para ser nuevamente masacrados.

Un monje benedictino lideró a los Pastoureaux (pastorcitos) en una especie de cruzada que destruyó ciento viente comunidades. En reacción a la matanza de los Pastoureaux en Castelsarrasin y otras localidades entre el 10 y el 12 de junio del 1320, el vizconde de Tolosa comandó una tropa para detener a los revoltosos, y cargó veinticuatro carros de Pastoureaux, a fin de encarcelarlos en el castillo de la ciudad. Sin embargo, el populacho vino en socorro de los saqueadores y los liberó. En efecto, otra característica común de los genocidios es el grado pasmoso de apoyo campesino con el que contaban. Y como es habitual en la judeofobia, lo peor estaba por venir.

En el 1336 John Zimberlin, un iluminado que había «recibido un llamado para vengar la muerte de Cristo matando judíos» lideró a cinco mil enardecidos armados, que usaban bandas de cuero en los brazos (los Armleder) y se lanzaron al asesinato de los judíos alsacianos. En Ribeauville fueron masacrados mil quinientos. Finalmente, el 28 de agosto del 1339 se concluyó un acuerdo entre el obispo de Estrasburgo y Zimberlin, que puso fin a los desmanes.

El séptimo genocidio mencionado en la lista fue el de la Muerte Negra. Una plaga mató a alrededor de un tercio de la población de Europa entre 1348 y 1350 (casi cien millones de personas). Las comunidades judías de Europa fueron exterminadas por el populacho enloquecido por tanta muerte. ?Quién podía ser culpable de la plaga sino el archiconspirador y envenenador, el judío?

Fuente: La Naturaleza de la Judeofobia- Gustavo D. Perednik.