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Resp. 483 – De infidelidad matrimonial

Moreh:
A- Se que por las leyes noajidas, esta en contra de la voluntad de Dios ser infiel a la pareja.
B- Tambien he leido que para pedir perdon a Dios, primero hay que remediar el daño hecho hacia la persona que se ofendio, el procedimiento entonces debe ser: reconocer la falta, y arrepentirse, ir hacia la persona que recibio la falta (en este caso sin que la persona lo sepa, porq la persona afectada no sabe que se le fue infiel) y alli si elevar nuestra plegaria a Dios de que estamos arrependidos y poder recibir su perdon.
Pero:
1. Hablarle a la pareja de la infidelidad es causrle un dolor tremendo que no tiene proporciones …claro, eso se debio pensar antes de caer en semejante delito, pero ya como lo hecho, hecho esta, ud que piensa de esta parte, se debe hablar con la pareja o no al respecto, o bastaria con el arrepentimiento profundo y sincero hacia el Creador.
2. Esta situacion molesta ocurrio cuando aun no se es noajida, asi que en teoria el camino era facil: se va donde el cura, se le cuenta, el intercede, le ora a dios, y recibe el perdon … eso no se hizo aun, pero resulta que gracias a la vida y a personas maravillosas se conocio el noajismo y con ello se conocieron mas a fondo las leyes noajidas, asi que el delito espiritual pesa aun mas en la conciencia …
3- por lo tanto, sigo pensando que sera necesario hablar con la pareja o mejor dejarlo asi, como se ha mantenido por tanto tiempo, en silencio, porque no fue un hecho reciente, fue un hecho de años … necesito luz al respecto…
necesito realmente su valiosa colaboracion …
Gracias por su atencion
En Reserva, República Argentina

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Resp. 470 – QUE ES DIOS

HERNAN nos consulta:

HOLA SALUDOS A TODOS SOY NUEVO AQUI, VENGO DE SERJUDIO.COM
1- ME GUSTARIA SABER QUE ES D_IOS PARA UD,
2- SI ES UNA PERSONA,
3- UN PODER,
4- LA NATURALEZA,
5- SI SE ARREPIENTE,
6- D_IOS SE PUEDE HUMILLAR?,
GRACIAS
HERNAN,CEDEÑO,42,TECNICO,CARUPANO,VENEZUELA

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Resp. 447 – Cual es la actitud correcta de la esposa?

gqg nos consulta:

tengo dos años de matrimonio, sin embargo en este tiempo he sufrido los embates del adulterio y de problemas economicos que han hecho que mi matrimonio practicamente colapse. Por cuestiones de trabajo, mi esposo y yo nos vemos una vez al mes, desde hace ya casi un año lo que ha incrementado nuestras fricciones. Tenemos dos hijos y este es mi segundo matrimonio, amo a mi esposo pero no se qeu hacer para salvar nuestro matrimonio que creo esta muy deteriorado.cual seria mi proceder como mujer noajida
gabriela, panamá

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Vacíar para llenar


Este mundo y la Era Mesiánica

Primero, un eterno agradecimiento al pueblo de Israel, por acercar la sabiduría del Eterno y único Di-s a todos pueblos del mundo.


Aunque no sabemos exactamente como se desarrollará la gueulá, una cosa es clara: el mundo empeorará antes de mejorar. El Zohar Jadash describe la secuencia de la gueulá:»..cuando el sol de la gueulá brille para los judíos, aflicción tras aflicción y tristeza tras tristeza se abatirá sobre ellos y cuando estén inmersos en ellas, la luz de Di-s brillará sobre ellos».Al comenzar el fin de parshat Shemot, el Kli Iakar escribe respecto de estas mismas líneas: «..cada día, próximo al amanecer, la oscuridad es más profunda….De igual modo, en invierno, próximo al alba, el frío se torna más intenso y es luego conquistado por el sol. Como se mencionó, el Maharal explica que la realidad mesiánica es tan nueva que no puede emerger de una realidad previa, antes bien, se debe crear un vacío en el que esta realidad pueda irrumpir.

Extracto tomado del artículo

MASHIAJ, DESPUES DE UN VACÍO, DESPUÉS DEL FRÍO, DESPUÉS DE LA OSCURIDAD

Puede leer al artículo completo en la dirección siguiente http://www.vienemashiaj.com/

De el texto anterior se desprende una pregunta fundamental, ¿Cuál es el papel de nosotros los gentiles en la era Mesiánica?, nosotros somos el mundo, y no podemos recibir el Mundo que viene con el Mashiaj en nuestro estado espiritual actual, somos como un tornillo que tratamos de colocar en una ranura que no es de su medida, hemos leído mensajes de usuarios que dicen aceptar la verdad de la Torah, pero piden el respeto hacia el cristianismo, o más aun algunos dicen que pueden tomar solo lo bueno de las creencias cristianas, he ahí el problema fundamental con nosotros los gentiles, no identificamos a la idolatría como lo que es, es una abominación creer que se pueden mezclar el judaísmo y el cristianismo, pero no nos damos cuenta que lo hacemos cotidianamente, rezamos tehilim y queremos celebrar navidad (festividad enteramente profana y pagana), tal vez pensemos que la Torah es solo un manual, del que podamos tomar solo lo que sea conveniente para nosotros, siempre y cuando no afecte nuestros intereses mundanos, ¿creen ustedes que se puede armar un puente solo con la parte asfaltada sobre la cual pasan nuestros vehículos, sería más barato y conveniente, pero al pasar el primer vehículo este terminaría en el fondo del rio o barranco que atraviesa el puente, así de insensato es querer adaptar la enseñanza de la Torah a nuestros vidas materiales o creer que con nuestras enseñanzas del mundo pagano podemos comprender las verdades espirituales. ¿Qué hacemos entonces?, la respuesta nos las da la parte final del texto, los gentiles debemos “vaciarnos” de todas las falsas ideas, conceptos y tradiciones, alrededor de los cuales han girado nuestras existencias. Yo como gentil he aceptado (y dentro de la palabra aceptar, esta comprender, porque no se puede llegar a la Verdad, sin comprender) que mi vida anterior a la enseñanza de la Torah, fue una mentira, todo lo que aprendí, experimente, fue vano y sin valor, mas aun, todos mis actos ofendían al Creador, la idolatría está infiltrada hasta lo más profundo del mundo en el que vivimos, ¿Qué bueno podemos encontrar en las enseñanzas de las doctrinas, cultos y sectas? Nada, es la respuesta definitiva. Pero es esperanzador, solo vacíate completamente y que la ley de la Torah rija tus actos, que toda tu existencia y fuerza vital se enfoque en eso, para que la misericordia de Di-s nos permita ver a toda la humanidad de la mano, la llegada del Mashiaj.

Alégrate gentil que cuando te cambias a ti mismo, cambias el mundo.

Un curioso principito.

Uno de los cuentos que más he disfrutado al leerlo  ha sido El Principito, del aviador y novelista, Antoine de Saint- Exupéry.En él cuenta  la historia de un aviador, que, perdido en el Sahara, conoce a un pequeño niño que dice ser de otro planeta, al que abandonó para explorar otros mundos debido a lo contradictoria que era una flor a la que el amaba. Cada uno de estos lugares representaba el mundo interno de los personajes (a ) con los que el principito interactuaba.

El primer planeta estaba habitado únicamente por un rey  que decía tener poder sobretodo lo que le rodeaba y que pese a eso no tenía a quien gobernar realmente. Sin embargo, sí entendía con claridad lo que era la autoridad:

«Sólo hay que pedir a cada uno, lo que cada uno puede dar -continuó el rey. La autoridad se apoya antes que nada en la razón. Si ordenas a tu pueblo que se tire al mar, el pueblo hará la revolución. Yo tengo derecho a exigir obediencia, porque mis órdenes son razonables.»(Capítulo x)

Un verdadero líder dirige a sus compañeros con prudencia .No les delega responsabilidades que sobrepasen sus capacidades, pues sabe que las capacidades de cada uno son diferentes así como también que cada uno tiene limitaciones. No actúa con soberbia, sino con humildad y justicia. Sabe cuando ser estricto y corregir, y no abusa del poder que le ha sido otorgado, sino que da órdenes razonables que no atenten contra la integridad de su prójimo. Jamás se vanagloria  y escucha a quien le habla. Es respetuoso de los diferentes puntos de vista y no atropella a los demás tratando de imponer por la fuerza el suyo.

Antes de terminar este punto recordé un detalle.El Eterno, en su infinita sabiduría, nos ha dado, tanto a judíos como a noájidas, preceptos que no son imposibles de cumplir. No son mandatos caprichosos sustentados por la irracionalidad. Como está escrito en la Torá dada la pueblo de Israel:

«Porque este mandamiento que te ordeno hoy no es superior a tus fuerzas ni está lejos de ti» Deuteronomio/ Devarim 30:11

Después de esto, el principito  llegó al mundo del vanidoso, que necesitaba ser admirado para sentirse valioso. En el se refleja lo vacío de la vanidad; del alarde de lo que es falso. Es una inseguridad que permanece cubierta por el engaño; una falta de identidad de propia, que busca llenarse con las opiniones del prójimo.

Luego conoció el planeta del borracho, que bebía para olvidar la vergüenza…de beber. La imagen del bebedor representa la falta de voluntad para abandonar aquello que nos es perjudicial; del deseo de superación (a). Es estar atrapado en el fango; encerrado en un círculo que nos desgata tanto física como espiritualmente. Tal  como lo señalara el sabio por excelencia:

«Como vuelve el perro a su vómito, así el necio insiste en su necedad. » Proverbios/ Mishlei 26:11

Ante esto, el pequeño dijo:

«No hay la menor duda de que las personas mayores son muy extrañas» (capítulo xii), al ver la ridiculez del hombre.

Su siguiente destino fue el mundo de un ocupado hombre de negocios que dedicaba su tiempo a contar las estrellas que decía tener, pero que no podía palpar:

—Yo   —dijo el principito- tengo una flor a la que riego todos los días; poseo tres volcanes a los que deshollino todas las semanas, pues también me ocupo del que está extinguido; nunca se sabe lo que puede ocurrir. Es útil, pues, para mis volcanes y para mi flor que yo las posea. Pero tú, tú no eres nada útil para las estrellas…El hombre de negocios abrió la boca, pero no encontró respuesta.( capítulo xiii)

La metáfora del hombre de negocios nos habla del ser humano ambicioso, que se afana en obtener riquezas sin tener tiempo para vivir (a) y disfrutar de las cosas bellas de la vida. En este sentido, es la antítesis del pequeño, que es feliz con las cosas simples. No busca poder ni fortuna sólo vivir tranquilo con lo que le rodea. En realidad el hombre de negocios era un ser miserable ya que no se siente conforme con lo que posee y siempre busca tener más, aun cuando sea dueño de mucho. Este personaje me trae a la mente lo dicho por el salmista:

 «1Si el  Eterno no edifica la casa, en vano se esfuerzan los albañiles. 
   Si el  Eterno no cuida la ciudad, en vano hacen guardia los vigilantes.
  2En vano madrugan ustedes, y se acuestan muy tarde, para comer un pan de fatigas, porque Dios concede el sueño a sus amados.» (Salmo/ Tehilim 127: 1-2)

Es decir ¿de qué sirve afligirse por acumular ganancias si el Eterno no nos permite disfrutar de ellas? ¿No sería mejor recordar que » el hombre propone y Dios dispone» (Proverbios/ Tehilim 16:1)?

Una vez abandonado este lugar, el niño llegó al planeta más pequeño de su viaje, habitado por un  farolero, dedicado a su trabajo, del cual se sntía esclavizado, ya que tenía que encender y apagar el farol en cada minuto que transcurría. Este personaje logró ganarse el afecto del pequeño visitante. Es el único que no le parece ridículo, «quizás porque se ocupa de otra cosa y no de sí mismo.»( Capítulo xiv)

El farolero  es el ser humano dedicado a su trabajo; con vocación por lo que hace, pero que termina siendo consumido por la rutina. A diferencia del hombre de negocios, no busca riquezas sino servir, aun cuando resulte tortuoso para sí.

El lugar que seguía lo ocupaba un geógrafo. Era un erudito que aprendía de la información proporcionada por los exploradores, sin conocer el mismo lo han visto sus informantes. Pese a ello su actitud no es crédula y se cercioraba de la veracidad del testigo pidiendo evidencias que lo respaldasen. Con él, el principito aprende sobre lo transitorio de la existencia, al darse cuenta que su flor estaba «amenazada de próxima desaparición» (capítulo xv) y se arrepiente de haberla dejado, pero al recuperarse le pregunta al hombre sobre cual debía ser su próximo destino, quien le sugirió visitase la Tierra.

El geógrafo representa al noájida deseoso de adquirir conocimientos a partir de la experiencia, no propia sino ajena. Es crítico y selectivo, pero no experimenta con sus sentidos lo que deleita a su intelecto. Sabe lo que es correcto; conoce los preceptos de Hashem, pero no los pone en práctica. Almacena conocimientos, pero no los aprende, pues el aprendizaje es un proceso activo que, además de adquirir una información, implica procesarla, entenderla y saber cuando usarla.

Finalmente, el principito llegó a la Tierra, donde conoce a varios personajes, de los cuales el más significativo es el zorro. El pequeño lo conoce cuando siente tristeza al darse cuenta que lo que para él era especial, aparentemente era común para la mayoría. El animalito es quien le enseña sobre el verdadero sentido de la amistad y las relaciones humanas.(a)

La primera enseñanza dada por el zorro fue la de «domesticar» al otro:

¿Qué significa domesticar?,-preguntaba el principito-

-Es una cosa ya olvidada —dijo el zorro—, significa «crear vínculos… “y después añade:

«Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos y no te necesito para nada. Tampoco tú tienes necesidad de mí y no soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes. Pero si tú me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo…» (Capítulo xxi)

Creo que a veces en el trabajo y la universidad la gente se dedica meramente a cumplir con sus deberes sin darse la oportunidad de conocer a otros. El ritmo de vida actual exige competencias (de hecho, yo me considero muy competitivo, aunque gralte. conmigo mismo). Pero somos seres sociales y necesitamos interactuar con otros. No somos máquinas sin emociones, sino seres vivos que sienten. Cada uno de nosotros tiene algo que lo hace único. Podemos tener cosas comunes con el resto, pero hay un «algo» que marca la diferencia. Y es necesario descubrir lo que es propio para así distinguirnos del resto y también compartirlo con ellos.

Quizás la reflexión más recordada por todos sea el regalo dado por el zorro al principito antes de despedirse de él:

«Sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos.»                (Capítulo xxi)

A veces nos dejamos guiar por las apariencias y desaprovechamos apersonas valiosas. Sólo vemos una cara de la moneda, que suelen ser lo defectos. Y no reconocemos que nosotros también tenemos errores e incluso más defectos que los del resto. En realidad lo que vale en una persona no es cuan «perfecta» sea, sino que tenga la capacidad de reconocer sus limitaciones y que se esfuerce por superarlas.

Antes de terminar, quisiera plantear las siguientes preguntas: ¿En cuál de los mundos visitados por el principito nos encontramos ahora? y ¿qué hemos hecho por mejorar? Dios los bendiga. Shalom

                                                                                      F.P.S.M.

 Notas:

(a)    Esta interpretaciones, en parte, se corresponden con la hecha en :http://es.wikipedia.org/wiki/El_principito. El resto fueron hechas por mí.

(b)   La versión en línea de “ El principito» fue tomada de : www.agirregabiria.net/g/sylvainaitor/principito.pdf

¿Es acaso Dios cambiante? ¿Es Dios un juez justo y ecuánime?

Desde mis épocas en el catolicismo, tenia esa duda.
Sobre todo, por que siempre se me enseñaba que Dios es el juez máximo, que es ante todo amor, y que Dios no cambia.
Sin embargo, precisamente esa es la base de la doctrina católica – cristiana.

Veamos.

Si Dios no cambia, ¿por que paso de ser un Dios UNICO e indivisible a ser tres ahora?
Los creyentes en jesús dirán que SIEMPRE fueron tres, pero que el pueblo judío había entendido mal, y se negaba a aceptar la existencia de la trinidad, y que precisamente por eso, fue necesario la venida de Jesús, que además el pueblo judío era quien había abandonado el pacto con Dios, y no era Dios quien lo había deshecho.
Sin embargo, existen varios vacíos y contradicciones en estas explicaciones:

1. Si el pueblo no judío no había entendido sobre la trinidad, y esta era tan vital, ¿por que NINGUN profeta trato de corregir esto? Los profetas fueron MUY duros con el pueblo judío, recordándoles los deberes que se tenían con el altísimo y regañando al pueblo y sus lideres por no cumplirlos. Pero nunca le explicaron al pueblo que había una trinidad, por que NUNCA ha existido.

2. Si el pueblo judío abandono el pacto, y por ende Dios los «libero» de este debido a las faltas cometidas, ¿por que Dios aun mantiene un pacto con los creyentes en Jesús, a pesar de tantas faltas cometidas por ellos? ¿Por que no ha vuelto jesús a reorientar a sus seguidores? ¿No es acaso Dios un juez ecuánime? ¿Si fue tan duro con el pueblo judío, por que ahora es tan laxo?

3. Si la primera revelación de Dios a su pueblo no fue bien entendida, o fue incompleta, y por ende debía ser terminada, ¿Cómo creer que la de ahora si esta completa? ¿Cómo estar seguros que aun no falta otro pedazo? O bien creemos que la primera revelación fue completa y perfecta, y al creer en esto, se descarta de plano una segunda revelación, o creemos entonces en múltiples revelaciones, sin saber cuando será la ultima, cual es cierta y cual falsa y a quien debe creérsele.

No nos llamemos a engaños. El pueblo judío falto muchas veces al pacto que TIENEN con Dios, adoro ídolos, etc. Es tan cierto que esta preservado en las sagradas escrituras, así como esta el asesinato de los profetas, los regaños que Dios enviaba a través de ellos, y demás. Pero precisamente esto es lo más valioso. El NO negar la historia, el aceptar los errores. Más fácil hubiera sido para los judíos el retirar los libros. Nadia mas sabría de sus errores, no quedaría registro para la posteridad, y así todos hablarían solo de la parte que ellos quisiera mostrarnos. Por el contrario, ellos han conservado INTACTA la tradición, demostrando de esta forma su compromiso y lealtad con la palabra del eterno, y es por esto que podemos creer que Dios NUNCA cambia y que Dios si es un juez ecuánime.

Construye Shalom en cada momento.

Está escrito:

«Llamo hoy por testigos contra vosotros a los cielos y a la tierra, de que he puesto delante de vosotros la vida y la muerte, la bendición y la maldición.
Escoge, pues, la vida para que vivas, tú y tus descendientes, amando al Eterno tu Elokim, escuchando Su voz y siéndoLe fiel. Porque Él es tu vida y la prolongación de tus días…
«
(Devarim / Deuteronomio 30:19-20)

Constantemente tenemos que optar entre ambos caminos, el de la vida y el de la muerte.
Cada momento es de decisión, y para nada fácil, entre lo que perdura y es de luz, o su contrario.
Quizás no reconocemos la trascendencia hasta en las pequeñas cosas, pero ahí está.
Un mínimo paso hacia el lado de la luz, puede ser lo que determina un futuro de esplendor. Y al contrario, lo contrario.

Por eso, seamos dueños de nuestras decisiones.
Caminemos con la dirección de la razón, con el motor del corazón, y no al contrario.

Que nuestra mente alcance a trazar una ruta clara, acorde con los mandamientos del Eterno, para nuestro ánimo nos impulse a continuarla.

Porque cuando escogemos la vida, estamos amando al Eterno, escuchando Su voz, siendo fieles a Él.

Te repito, no es solamente en las ocasiones «importantes», en cuestiones que parecen por sí mismas de peso.
Sino en cada circunstancia, incluso las cotidianas, las que parecen rutinarias o leves.

El Eterno quiere que seamos amos de nuestra vida, y lo conseguimos aceptando nuestra adhesión a Él y Sus mandamientos. Cuando nos abocamos a esta forma de vida, estamos siendo libres, señores, poderosos, benditos, de bendición, aunque quizás no podamos advertirlo.

¿Acaso Dios es hombre que miente?
¿Dios es un impotente en un madero que no cumple Sus promesas?

Dios es todopoderoso, es fiel, cumple con Su palabra.

Por eso, ten en cuenta lo que estás por hacer ahora. En FULVIDA, con tu esposa/o, con tus hijos, con tus padres, con tus amigos, colegas, extraños.
Que tus pasos te lleven a la bendición, a la vida.

Eso es ser constructor de Shalom.

Quizás sea difícil entenderlo, mucho más aplicarlo.
Pero es cuestión de entrenamiento.
Entrénate constantemente para ser constructor de Shalom, para ser uno de los que optan por la vida y la bendición.
Entrénate, que finalmente te saldrá de manera automática.

Serás un proactivo constructor, alguien que no se queda mirando su ombligo, que no se queja de vanidades, que no mira para atrás hacia sus días pasados y encuentra vacío y dolor.

Construye Shalom en cada momento.

Menos es más

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Ludwig Mies Van Der Rohe dijo «Less is more» («Menos es más»). Podría calificarse a esta frase como un cliché pero lo cierto es que resume un estilo de vida y una forma particular de hacer las cosas.

Lo primero, lo primero: Google

Uno de los aspectos que resalta en Google es su sencillez. Hasta hace pocos años Yahoo era el rey de los navegadores, pero Google demostró la premisa de que «Menos es más», situándose como el buscador por excelencia, reduciendo los estridentes anuncios, imágenes, noticias y redirecciones de Yahoo por un sencillo panel de búsqueda, funcional pero sencillo al fin al cabo.

La belleza en lo pequeño

«Menos es más» también se refleja en la estética, el minimalismo es una corriente moderna con antecedentes en la historia, que va desde la arquitectura, la música y el arte, y propugna la reducción de los elementos accesorios y ensalza lo esencial en sí mismo de los espacios, sonidos, elementos geométricos, etc. ¡Y si que tiene adeptos!

La filosofía oriental, «minimalista», atrae por esta razón al hombre contemporáneo: los haikús, la meditación, la caligrafía china, las casas japonesas, etc.

De igual forma, podemos citar la angularidad, simplicidad y elegancia, de la bandera de Noruega que por ello resulta sumamente atractiva. La minimalista arquitectura sueca, hecha de madera, cristal y piedra. La música de Philip Glass. Entre otros ejemplos.

¿Qué sobre la tecnología?

Cada vez se tienden a construir aparecen aparatos tecnológicos más pequeños sin dejar de ser funcionales. Podemos apreciar como se promociona en los medios masivos: «el teléfono más chico», «la computadora portátil más delgada» o «la cámara digital más compacta», etc, etc.

La regla que aprendió la mujer

Algunas mujeres vanidosas o no, han aprendido que el secreto de la belleza radica en resaltar la naturalidad con un leve tono de maquillaje y una vestimenta armónica en forma y color, frente a lo estrafalario y chirriante a relucir. La mujer que aplica la regla del “menos es más” tendrá la seguridad que lucirá reluciente con poco esfuerzo, artificio, y cuidando la tan preciada belleza natural que se desgasta aplicando la regla inversa.

¿Y qué puede aprender el noájida de todo esto?

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Por supuesto que el «Menos es más», como todas las cosas en la vida, tiene una faceta oscura cuando se frivoliza y es la cabecera del individualismo llevado al extremo.

Pero también puede ser metáfora de un estilo de vida sencillo, en el que ser humano sea asertivo en sus comunicaciones y valore las pocas palabras sobre las muchas.

Puede representar la necedidad de introspección del noájida y el refugiarse en el hermoso sonido del silencio frente a la bulliciosa rutina.

El meditar en la verdad y sencillez de los mandamientos noájicos, que son siete, porque siete preceptos eran suficientes como raíces de la vida en su completitud.

«Menos es más» como reacción natural al orden caótico de la sociedad del siglo XXI donde predomina el caos, el consumismo, el capitalismo cavernario, lo irracional, «lo rococó».

Una vuelta a la naturaleza, a lo esencial, a los pequeños espacios, a los nucleos fundamentales como la familia.

La muerte del ego que pide más para sí mismo, y en lugar de ello, la revalorización del altruismo, del dar sin esperar, ¡del ser un verdadero constructor de shalom!.


Como siempre, son bienvenidos sus comentarios en contexto al artículo que he expuesto.

Gracias.


César Oncoy Bustamante

Descubriendo la luz…

Es un testimonio que quiero compartir. Saben? Mi vida la comparo a un sótano, lleno de trastos viejos, que uno nunca deja de sacar, y acumula y acumula. Pero cada cosa va tampando otra. Un día nos damos cuenta que ya no hay espacios para cosas, y menos cosas nuevas. Qué hacemos? Buscamos otro lugar para guardar o empezamos a sacar para abrir espacios. Hay quienes deciden descupar otros a dejar guardado. Qué bueno es cuando desocupamos, y al sacar, una otro, y otra cosa, vemos cuanto acumulamos cosas que ya no tienen valor, que no sirven. De pronto todo queda vacío y nos encontramos que allí ´había una ventana, entraba luz, muchas luz que fuimos tampando. Que alegría al ver que había un espacio hermoso para llenar de cosas buenas, que había una luz que nos quería iluminar, pero no lo notamos porque fuimos tampando con nuestro errores cada vez más esa luz. Qué hermos cuando vemos que podemos volver a empezar y a darnos cuenta que hay algo mejor que poner, cosas que hacen a nuestra vida, arreglar con sentimientos bellísimo, donde todo el mundo pueda entrar y decir, que luz tan hermosa hay aquí, que paz que se siente aquí. Qué bueno vacianor de nosotros y llenarnos de la luz de D-S, El es el único que puede llenar esos espacios y transformarlos en luz. No volvamos a tapar de trastos que no sirven, no nos quedemos estancados guardando cosas que no sirven. Que podamos mostrar la luz de D-S, que brille el sol en nuestras vidas. Gloria a D-S, por darnos siempre la oportunidad de vaciarnos para que El entre y haga en nosotros su obra magistral. Cuando dejemos entrar algo que arruina el lugar, que la luz lo ilumine he inemediatamente lo barramos. Shalom.

Cuento: Un Joven y su Camino.

El siguiente es un cuento que ideé algo breve al principio, pero que a medida que lo escribía se me ocurrían ideas, y más ideas, por lo que no pude evitar hacerlo extenso. No soy literato ni tengo experiencia en escribir relatos, sólo me apoyé en algo de conocimiento, otro poco de lectura de la cual pudiera influenciarme, otro poco de sentido común, pero creo que valdría la pena leerlo si es que se tiene algo de tiempo, o si quieren cópienlo y péguenlo en un word, como deseen. Espero que les guste. Shalom.

Sebastián.

Había un joven y junto a él su familia y algunos amigos. Su familia era su padre, su madre, hermanos y algunos parientes. Siempre juntos andaban en la vida, compartían todo y todos se amaban mutuamente, algo que nunca se rompería era los lazos de amor eterno que entre ellos había.

Cierto día caminando sólo Di-s sabe dónde, divisaron a lo lejos un lugar donde había un tumulto de gente, y por curiosidad se acercaron hacia ahí. Notaron al llegar que de ese lugar nacían varios caminos, cada uno tenía un cartel en la entrada y muchas de las personas empezaban a tomar estos varios caminos.

Se acercaron más a leer lo que estos carteles decían, así fué como leyeron uno que expresaba: » El Camino del Gentil Justo», y tenía un símbolo, como un arco iris. Este camino les inspiraba confianza, y resplandecía con claridad desde adentro, pero notaban que eran poquísimas las personas que entraban acá. Les parecía raro, nunca habían escuchado hablar sobre un gentil justo, ni imaginaban por qué tenía tal símbolo, sin embargo no se detuvieron a pensar mucho en este asunto, más, siguieron leyendo los carteles de los otros caminos.

Había otro cartel que dictaba: »Camino de la Salvación», y éste tenía como símbolo una cruz, sin embargo no les parecía raro, puesto que ya antes de llegar al lugar habían oído mucho sobre este camino. Comprobaron lo que habían oído al ver que muchas personas, la mayoría, eligían éste. Además, éste camino al igual que el anterior, también les inspiraba confianza e irradiaba casi la misma claridad, apenas algo menos, y al ver que eran muchas las personas que entraban por ahí comenzaban ya a decidirse por éste camino. Así la familia y amigos del joven empezaron a entrar, pero el joven se detuvo un momento para pensar, y les dijo que se adelanten, que ya los alcanzaría.

Antes de entrar decidió ver los letreros de los otros caminos. Notó pues que había varias entradas que simplemente decían »camino», o »camino sin retorno», y varios otros. Por último vió que había uno cuyo cartel tenía la leyenda »Camino de la Torá», y tenía como símbolo una estrella de seis puntas.

Acá se detuvo por un instante, se asombró al ver que era la única de todas las entradas que estaba cerrada, cercada por un alambrado de una especie de acero inmenso y que parecía llegar a los cielos. El joven no llegaba a distinguir hasta dónde llegaba, pues escapaba a su vista al mirar hacia arriba. Pensó que cómo es que hay un camino cuya entrada está bloqueada, no tenía sentido para él.

Pronto había menos gente, ya todos iban decidiendo sus caminos, por lo que el joven decidió emprender el que había elegido, en donde su familia y amigos ya habían entrado. Sin embargo, al estar frente a la entrada del Camino de la Salvación, vió que había personas que salían de acá y se dirigían al de la Torá, y que además, sin que nadie los viera escondían en sus ropas una cruz y un libro. Se vestían de una manera extraña, algunos se ponían una redonda »tapita» rara en la cabeza, otros sombreros, otros extrañas mantas, hasta se ponían barba falsa. El joven no entendía qué hacían, por qué se vestían así o para qué.

Entonces vió que estas personas al llegar a la entrada de aquella estrella, comenzaban a trepar el alambrado, cada vez erán más los que hacían lo mismo. Sólo por curiosiad, pospuso su entrada y fué a ver qué encontrarían al llegar al final de esa red.

Así empezó el muchacho también a trepar, trepaba, trepaba, trepaba…y nada. No llegaba a nada. Miraba hacia arriba y sólo había más alambrado…y más trepaba, y más alambrado. Lo curioso acá fué que mientras el subía, las pesonas que ya lo habían hecho antes se cruzaron con él y comenzaban a descender exhaustos, pero él decidió seguir un poco más.

Ya al fin se dió cuenta que era imposible, estaba cansado y miraba hacía arriba y sólo veía…mas alambrado.

Decidió ya descender, y al estar cerca ya del suelo se sorprendió al ver a través de la red a personas dentro de éste camino. Eran personas que tenían una apariencia similar a las que antes trepaban el alambrado, pero éstas emanaban una especie de luminiscencia, tenían unos extraños rollos hermosos que destellaban luz, tampoco entendía el joven lo que veía, todas estas personas aplaudían, bailaban, reían, abrazadas unas con otras, todas alrededor de este rollo. Lo que más le llamaba la atención era cómo estas personas estaban ahí, en ese camino, si era imposible de entrar…el alambrado no sólo era altísimo, imposible de llegar a la cima, sino que a pesar de que se podía doblar un poco, era indestructible a causa del raro material con el que estaba confeccionado. Era realmente imposible de pasar al otro lado.

Además también desde ahí se apreciaba claridad, era distinta a las anteriores pero de la misma hermosura.

Terminó entonces de descender, la gente que antes quería trepar el alambrado ya no estaba, así se dirigió al camino que había elegido.

Al estar nuevamente en la entrada, al leer otra vez el cartel pensaba: –»Si éste es el Camino de la Salvación, no tengo por qué temer, además esto debe significar que me tengo que salvar de algo, que seguramente es oscuro y malo, optaré pues por este camino.»

Al pasar ya la entrada, dentro del camino, dio algunos pasos hasta que a su encuentro salieron unas personas con vestigios con la insignia de la cruz que vió en el cartel. Fué el primer saludo: –¡Saludos hermano!¡Aleluya y enhorabuena para ti haber entrado!– Así hablaban con macabra astucia. Estas personas le dieron una »calurosa bienvenida», lo llamaban hermano y lo felicitaban por haber elegido el camino de un tal »Cristo». Le dieron una supuesta guía de este camino: dos rollos. El muchacho otra vez se asombró ahora al ver que un rollo era muy similar en tamaño y forma al resplandeciente que alcanzó a ver en el Camino de la Torá, sólo que éste rollo no destellaba luz, de hecho era muy opaco y carecía de la extraordinaria belleza del anterior, sin embargo éste parecía lindo y le gustó, entonces lo tomó. También tomó el otro rollo, que era muy similar al primero que le dieron, su título era »Nuevo Pacto» y era también opaco. Después de tomarlos se alejó de ellos y emprendió el viaje. Al alejarse algo el joven, una de estas personas recepcionistas le dijo al otro: –Veo que no hay más gente afuera, apaga entonces las luminarias sobre la entrada-. Habiendo dicho esto fué el otro solícito y apagó aquellas opacas luces. Tal era su oscuro proceder.

Con estas guías entonces emprendió lo que ignoraba iba a ser un largo y arduo camino, difícilmente lo imaginaría, el sólo se sentía contento, feliz de que su camino lo salvaría de algo.

Comenzó a la vez que caminaba, a leer las guías. Así supo de la Creación, de que había un Ser superior que creó todo lo que existe y que además había creado al ser humano, y tambíen leyó acerca de los ángeles que eran seres celestiales también creados y al servicio de este Supremo Ser. Dios,así supo que le decían, había creado un lugar llamado Edén y ahí vivían el primer humano y su compañera, pero en una ocasión desobedecieron un mandato del Ser Supremo, por culpa de una serpiente que había engañado a la mujer de aquel jardín, y a causa de esto fueron expulsados…y seguía leyendo más. Entendía todo lo que había en esos rollos, veía cosas positivas, cosas lindas, pero a veces había cosas que no le cerraban, algunas contradictorias, otras sin mucho sentido, algo vacío. También se encontró en estas lecturas muchas referencias a un ser malvado, un espíritu inmundo que sólo quiere hacer perder a los humanos y que gobierna el mundo de los hombres. Alguien que según estos escritos se llama »Satanás el Diablo», pero también lo llamaban por muchos otros nombres, pero la idea general era que se trataba de un ángel que se opuso al Supremo Ser, un enemigo, y se trataba de la misma serpiente que engaño a la primera mujer.

La sola idea de que existía un ser así le producía terror, mucho miedo, pues no quería que este ser lo hiciera perder. Descubrió que de éste ser había que salvarse.

Siguió leyendo y felizmente para él se encontró con que había alguien que tenía el poder de destruir al ser malvado, justamente era la persona a quien los que le dieron la bienvenida al muchacho llamaban Cristo, aunque también se referían a este personaje como Jesús, Jesucristo, etc.

Era alguien que según estos escritos era hijo unigénito del Ser Supremo, y que era del mismo origen de las personas que antes él había visto reir y bailar junto con el rollo luminoso. Así y todo, tampoco le cerraban las cosas que se decían sobre este personaje, pues le daban condición divina, poder milagroso, y hasta se decía que era el mismo Ser Supremo…pero…murió! no entendía esto el joven ¿un dios puede morir? lo habían matado las mismas personas de su nación, porque lo despreciaban…era mortal! murió y todo para salvarnos…eso leía, aunque entendía lo que leía, muchas cosas no le cerraban, no tenían sentido. Igualmente decidió aceptarlo, pues resolvió que era el único que lo salvaría del espíritu malvado, esto era lo que más le aterraba.

Luego de terminar sus lecturas, se encontraba ya en pleno sendero, había gente con él que había hecho lo mismo, también había dejado camino atrás y tenía mas por delante.

Notó que de pronto las personas que terminaron sus estudios empezaron a reunirse en varios grupos, algunos eran de mucha gente, otros con poca, y gran parte de la gente tenía como una venda en los ojos aunque parecía buena, pero lo más increíble era que entre los grupos se discriminaban, se desaprobaban, se despreciaban y hasta se insultaban. Justamente discutían sobre lo que habían leído y competían por sus creencias. Estos grupos tenían líderes, cada líder dirigía a su gente y algunos de estos líderes tenían tambien vendas, otros no. Uno de ellos le decía al joven que si bien son los jefes de su grupo el Líder de todos era el Salvador.

Para sorpresa del muchacho también en este camino se encontraban las personas que al principio querían trepar las redes de la entrada de la Torá, que al no poder pasar del otro lado bajaron y entraron al de la Salvación mientras el joven todavía intentaba subir aquel alambrado. Tampoco habían abandonado sus vestigios, la »tapita», el sombrero, la manta en la cabeza, las barbas…también imitaban a las personas de aquel camino, bailando riendo, aplaudiendo, todos abrazando un rollo parecido al del joven y al resplandeciente, de hecho también tenía cierto brillo, pero requería ser pulido constantemente, porque su brillo no era natural, era igual de opaco que los rollos del joven. Más bien parecían tratar de imitar aquella radiante luz pero no lo lograban. También notó que a una de estas personas se le escaba una cruz de su bolsillo mientras bailaba y festejaba, y creyendo que nadie lo veía, escondía esa cruz. Esta situación le pareció muy inquietante y lo desconcertaba. Este grupo también era como los demás al desaprobar a los otros, algo no andaba bien…

Algunos líderes y especie de supervisores en ocasiones se topaban con el muchacho a pedirle colaboración con dinero, para mantenimiento del camino, pues alegaban que era mucho el tránsito a causa de la gran cantidad de gente y que esto desgastaba el suelo, era »para el bien de todos», decían. El joven un poco perplejo les daba algo del dinero que traía consigo, aunque al ver los suelos no le parecía que estaban en buenas condiciones, o que alguien haya hecho algún mantenimiento. Sin embargo lo entregaba de buena fé, con la intención de ayudar a los demás.

Así pasaba el tiempo para él, caminando y dando dinero, contemplando gente discutir, llorar, insultar…un caos…a veces leía su guía y se consolaba en ella pero no lograba reconfortarse del todo, recordaba y extrañaba a su familia y amigos, no sabía nada de ellos, sólo estaba seguro que se encontraban en el mismo camino que él. Pasaban días, meses, años…lo mismo de siempre, ya no estaba contento ni seguro del camino que eligió, y seguía caminando…

Pronto notó que el suelo del camino estaba raro, como con barro, a medida que avanzaba había más barro, más incómodo era caminar, de a poco costaba más avanzar, en esta zona ya del camino otros andaban con dificultad y con una constancia que parecía terquedad u obsesión, pero esforzados en seguir a toda costa, »tal vez sea una prueba para saber si queremos seguir»- pensaba- ‘‘¿quién sabe? a lo mejor, después del fango estaría la salvación…»’

En esta zona había carteles raros que decían: »Peligro, no continuar», éstos parecían no estar hechos por los mismos que contruyeron este camino, pues más bien resplandecían de una manera parecida al del rollo que vió al principio. Tampoco comprendió qué origen tenían esos carteles de suma advertencia, ni cómo estaban ahí apartados a un lado del sendero . De alguna manera se podría presumir que no eran de la misma naturaleza que el camino tomado ni de las guías que llevaba consigo. Pero una cosa era segura: ya no quería seguir caminando ahí. Realmente sintió miedo del lugar en el que estaba, peor, no sabía como salir.

Así divisó cerca de uno de esos carteles un pequeño camino que se unía al cual él se encontraba, y rápidamente se dirigió para aquel pequeño sendero y llegó. Era humilde, algo precario, pero más firme que el fango en el que estaba, era como de arena. Si bien no era cómodo de estar parado, pues tenía que estar constantemente moviendo los pies, al menos ya no se hundiría como antes, porque ya a esa altura el otro camino en vez de fango era arena movediza. Entonces se alegró pues creía aún que su Salvador le había mostrado aquella oportunidad, así empezo a andar por este nuevo sendero, y a lo lejos veía que se conectaba con algo que no alcanzaba a ver pues se veía como niebla, pero igual el muchacho siguió.

Ya cerca de donde terminaba este nuevo camino, podía ver atrás de él, lejos pero claro, el destino final de su camino anterior. Primero una especie de rampa hacia abajo.Luego un precipicio. Ciertamente significaba la muerte para los que lleguen, esto estremeció al joven que recordaba a sus allegados, no quería que llegasen ahí, pero el fango del lugar le imposibilitaba volver para buscarlos, no podía él buscar a su familia y amigos.

Llegó triste al final del nuevo sendero… y otro cartel más:»Estás llegando a Fulvida. Fundación Luz de Vida.» »Constructores de Shalom». –¿Shalom? ¿Qué significa eso?– se dijo a sí mismo,-Jamás había oído sobre esa palabra ¿Qué lugar es éste?-

Dejó el cartel atrás y siguió, pero había una espesa niebla que parecía no tener principio ni fin, muy densa, que no dejaba ver qué había del otro lado, y temió seguir, –Tal vez exista un precipicio parecido al que ví antes– dijo, y se quedó parado…

MIentras tanto, del otro lado, había mucha gente, justo a la misma altura de dónde se encontraba el joven, trabajando sobre el camino, parecían estar renovando los pisos. Éstos parecían como de madera firme, con una inscripción en cada una de sus tarimas: »Shalom». En esos momentos las estaban cambiando por unas baldosas que eran de piedra muy dura, mas firmes aún que las de madera, y que también tenían tallada la misma inscripción, y todos trabajaban en esto.

Junto con estas personas había una que parecía ser una especie de asesor, guía y supervisor en esta obra, aunque también ponía manos a la obra. Era muy entendido en el tema, y lo curioso es que no era como los demás trabajadores, traía sobre su cabeza esa redonda tapita, una similar que nuestro joven había visto anteriormente, también un rollo resplandeciente como el que ya conocemos. Él mismo parecía dar pautas, extraía instrucciones de su rollo, de las cuales elegía lo conveniente para sus colegas obreros, aunque todos mostraban una eficacia en lo que hacían. Pero todos trabajaban juntos en lo mismo, hacer más firme y sólido ese camino. Tenían en mente para el futuro cambiar la piedra por acero grueso, para hacer más sólidos aún sus baldosas, aunque requerían de recursos y debido a eso todo lo hacían despacio pero seguro, y siempre en acuerdo mutuo en mantener la inscripción de los suelos de su camino. Cosas como éstas hacían con alegría.

De repente uno de ellos vió sorprendido a un joven parado del otro lado, nuestro muchacho. Con ese asombro le dijo a los demás: – ¡Miren! ¡Un muchacho desconocido está parado al costado de nuestro camino!-, los demás vieron y no con menor sorpresa advirtieron la presencia de aquel extraño. Otros más lejos, no se habían percatado aún del asunto.

¿Quién sera?– se decían –Se ve bastante cansado y angustiado, vamos, acerquémonos y averigüemos quién es y de dónde viene-…entonces dejaron de hacer aquello en lo que trabajaban y fueron a su encuentro. Entonces uno de ellos le habló diciéndole: –Hola, quién eres y de dónde vienes?

El joven oyó estas palabras, pero no vió a nada ni nadie cerca ni alrededor: solo algo de camino que terminaba en una niebla interminable. Entonces se estremeció, pues ya no sabía qué creer. Si era fruto de su imaginación, o que era el tal Diablo, o algun ángel…ya sentía pánico y temblor en todo el cuerpo. Miraba a todos lados pero no veía nada ni a nadie.

Hola-de nuevo-¿No nos ves?– El joven se dió cuenta que no era su imaginación ni alucinación, notó que la voz venía como de la niebla, y tomando valor se camino un poco más hacia ella y miraba la niebla más de cerca, y la examinaba con el entrecejo fruncido, tal es el gesto cuando no se comprende algo, y miraba hacia más arriba, abajo, a los costados…

Las personas del otro lado se extrañaron por la actitud del muchacho: –¿Estará ciego? Yo lo veo claramente– decía alguno a los de su alrededor. Volvieron a hablarle de la misma manera, y el joven ya armado de valor y extraña curiosidad respondió:-¿Quién esta ahí? Sólo veo niebla

¿Niebla? ¿Cuál niebla?– Todos se decían, ya más personas se percataban y se agrupaban en el lugar.

No hay ninguna niebla, te estamos viendo claramente joven. Estás parado ahí moviendo la cabeza intentando ver algo, parece como si fueras ciego

Ya al joven más que miedo sintió curiosidad, hablaba más ameno, tal vez por su propia perplejidad que lo sacaba de su propia asimilación de la situación. –No estoy ciego-dijo-Sólo veo una niebla al terminar éste camino que anduve después de haber transitado otro peor, además hay un cartel con un nombre, Fulvida, no sé que es ni porqué está acá…no entiendo ya nada

En ese momento ya las personas comenzaban a comprender las cosas. el joven evidentemente no era ciego, pues habló del cartel, de Fulvida, del camino…pero de modo alguno él no los podía ver, aparentemente por una supuesta niebla que ellos no veían, sin embargo parecían creerle porque nadie mueve así la cabeza ni mira alrededor como buscando algo, no podía ser un loco por las referencias que hizo. Así que el único misterio era la niebla, pero en vez de meditar sobre eso más bien quisieron ayudarlo por el estado en que se veía, así que nuevo le hablaron: –Joven, te ves muy cansado y bastante afligido. Ven así te daremos comida, agua, ropas…pues pareces necesitado-. Pero el joven dudaba ante estas palabras, y prefería quedarse donde estaba y sin dar gesto de respuesta, lo que desconcertaba en cierto modo a la gente.

Viendo todo esto y sin decir nada estaba el supervisor de aquellas personas, un hombre sabio y solícito cuando los demás lo requerían, pues todo lo hacía con amor pero también seriedad, por esto y otras cosas más era respetado. Era llamado por todos »Moré» cuyo significado es maestro. Éste excelso hombre pues decidió romper su silencio hablándole a todos sabia y firmemente con estas palabras:

Escúchenme estimados amigos y compañeros, el joven que ven ahí me figuro que viene de un camino lejano, que evidentemente no fué propicio para él, sino miren nada más el estado en el que está. Lo sé muy bien porque tristemente sé acerca de ese horrible camino aunque no lo he andado ni me interesa hacerlo, ni aunque sea para conocer. Éste pobre desafortunado tiene una expresión de desasosiego, vacío y soledad y sus pies rondan la miseria de haber andado por un terreno áspero y pantanoso, al parecer le costó mucho llegar acá y creo que su único medio fué ese pequeño sendero que ven detrás de él. Lo que yo veo y que parece ser es que hay algo que él llama »niebla» que no le deja ver lo que hay hacia acá, pero ustedes no pueden ver. Esto se trata de una alguna probable imposibilidad que le dejó aquel miserable camino andado de ver lo que realmente es bueno, una especie de membrana ante sus ojos frente a lo recto y justo, fíjense bien en lo que ustedes recién trabajaban y tendrán la respuesta al enigma: este suelo es por demás superior al que anduvo el joven, ustedes sí lo pueden ver puesto que no tienen esa membrana a causa del buen suelo, pero él a ustedes no. La razón primordial por la que se origina esta niebla es un secreto de Di-s que no tiene que ocuparles la cabeza pues nada bueno hallará para quién lo investigue, sólo Él sabe por qué forma este fenómeno. Más bien ahora vaya uno cerca del muchacho y extiéndale la mano traspasando este camino, para que lo pueda ver y se tranquilice, después veamos cómo ayudarle. Tal cosa es lo que el Eterno desea y manda.-

Ante semejantes palabras todos enmudecieron, porque eran concientes de la sabiduría de todo en cuanto hablaba y además estaba ya claro en sus mentes el asunto. Así que uno de ellos se acercó al joven y le extendió su mano. El muchacho del otro lado miraba estupefacto cómo una mano abierta de repente salía extendida de aquel denso y grisáceo muro, a esa altura este nuevo fenómeno para él sobrepasaba su ya pobre discernimiento y si antes estaba inmóvil, ahora parecía de piedra, una parálisis difícil de describir.

Comprendió todo el sabio Moré, y alzando la voz le dijo de una manera dulce: –No debes temer joven, solamente acerca tu mano y agarra fuerte de la que ves

El joven sintió esta nueva voz más santa que la anterior, así logró recomponerse un poco de su estado, y ya con más seguridad respondió:-Gracias. Sí lo haré, porque siento en tus palabras paz que jamás sentí antes, pero dime…¿Eres tu el Salvador?

Esto dijo porque mantenía la creencia que tuvo cuando descubrió el pequeño sendero que lo sacó del desastroso lodo de su camino antes andado. Pero entonces el Moré al escuchar aquella pregunta insensata, se disgustó y le habló con serenas y directas palabras: –No soy ningún Salvador ni otra cosa que se le parezca, pues aquello que te han dicho sobre esa persona sólo fueron calumnias que por la inocencia que en tí veo creíste. Te digo que aunque tuviste buen corazón estuviste errado en varias de tus acciones, no te culpo pues sólo fuiste victima de falacias, pero la verdad es que no hay salvación alguna por donde antes anduviste. Se nota igualmente que tienes buen corazón y tu intención es sana, sino no hubieras encontrado este lugar que aún no ves. Vamos, confía y tiende tu mano.-

La primera sensación del joven fué de miedo y tristeza, por lo que aquél decía de su supuesto salvador, si bien no huvo violencia en sus palabras, para el joven fueron duras, pues no estaba preparado para escucharlas y se entristeció porque tenía razón el hombre sabio, de alguna manera llegaba a ese lugar movido por alguna fuerza de la que nunca se percató, así recordaba la luminiscencia de los objetos que anteriormente había visto. Pero inmediatamente después y felizmente para él, sintió una nunca antes percibida sensación de esperanza. Por ésta última entonces, alargó su mano y tomó fuertemente la que lo esperaba, y tomando impulso pasó del otro lado.

Entonces cerró los ojos en su primera reacción, porque en ese lugar había más claridad que del lugar de donde venía, de hecho recordaba la claridad del Camino del Gentil Justo, y se preguntaba si se encontraría ahí. Luego de adaptarse a la nueva vista, comenzaba a contemplar el lugar y sus gentes. Sin saberlo aún, se había salvado él mismo.

Entonces las personas más cercanas le dieron la calurosa bienvenida, lo felicitaban por haber tomado el coraje que lo hizo pasar al buen camino, e inmediatamente se dispusieron a atenderlo.

Éstas personas cercanas eran justamente las muy pocas que el joven había visto entrar al principio de todo, en el Camino del Gentil Justo, ésta era la extraña razón por la que no se percataron nunca de la niebla. Así confirmó el muchacho aquello que pensaba y supo que estaba ahí, con gentiles justos. Y así recibía con alegría las palabras de aliento que le daban, le decían esto y aquello, todo era recibido gratamente por el muchacho y éste les respondía con gratitud. Así hablaban.

Mientras aquellos hablaban de tales cosas, se iba reuniendo más gente aún que antes, algunas ya habían visto algo, otras recién se enteraban. Muchos se recordaban a sí mismos actuando como el muchacho, pues también en otro tiempo habían caminado y conocían del macabro Camino Salvador. Éntre éstos hubo entonces alguno que les hablaba a los que tenía a su alrededor diciendo:

Escúchenme amigos noájidas, todos que descendemos del noble Noaj. Al ver a aquel joven vino a mi memoria todo aquello que he pasado cuando caminaba por aquel deplorable Camino de la Salvación, borrado sea este nombre. También de similar manera llegué a este lugar, tal como el Moré nos describió hace un momento, y recuerdo un sendero perdido que sería mi esperanza para llegar acá así como también veía una niebla antes de llegar y pasé por parecidas circunstancias, y muchos de ustedes saben bien de qué hablo. No nos debería entonces extrañar que ahora nosotros no veamos nada de eso, pues nuestra visión es pulcra y sé que me entienden, lo que veo es que tal niebla no desapareció en verdad y hay muy pocos caminos como los que conectan a éste, el nuestro, yo también advertía que a lo largo de toda esa niebla no se veía ni a lo lejos algún otro sendero esperanzador, fué un milagro que haya encontrado aquél uno de éstos caminos. Por eso les propondré cómo debemos actuar de aquí en adelante:

MIentras algunos de nosotros siguen con la obra de mejorar estos suelos, otros vayan prestos con ayuda de máquinas o cualquiera otra que sirva, a disipar esa espesa niebla que no deja ver para acá, a pesar de que no la vemos está ahí, y debemos hacerlo. También apresurémonos en construir más caminos como el de arena que se ve ahí, pero que sea de un mejor material, más firme, por ejemplo las maderas que estamos ahora sacando. Si así obramos entonces hay mas probabilidades de que más personas extraviadas como éste pobre joven encuentren el camino que en verdad deben tomar. Vamos, no perdamos más tiempo hablando y hagámoslo.-

Dicho esto todos empezaron a obrar de esta manera, felices porque entonces tenían una nueva manera de construir su Shalom, ayudando a los perdidos, y así renovaban su lema de Constructores de Shalom, descubrían pues un nuevo significado.

Así entonces comenzaba también el joven su nueva y definitiva etapa, aunque le sería largo y costoso la adaptación total a esto nuevo, pero no lo abandonaba su esperanza: ahora sí entendía sobre Di-s. Entonces él mismo luego del descanso empezó en silencio a aprender todo cuanto había ahí, observando por largo tiempo las obras sobre los suelos, a los que disipaban la niebla y a los que construían pequeños senderos conectores.

Notó también que entre ellos estaba un hombre con la tapita redonda, de semblante sabio y reconfortante. Pero no hizo preguntas ni comentarios, pues le vencía el sueño en ese momento después de sus penurias interminables, así se durmió a un costado hasta el día siguiente.

Era viernes ahora cerca del mediodía, el joven abrió los ojos y se sentía bien descansado, mucho había dormido por el sueño pesado y al ver alrededor notaba que estaban todos trabajando en lo mismo del día anterior,y nuevamente el Moré entre ellos, portando esos magníficos rollos de luz que ya el joven conocía de lejos y por los cuales aún se extrañaba. Se incorporó entonces y fué a su encuentro, cuando estuvo al lado del guía quiso ver el contenido de lo que leía , y al posar su vista sobre las letras sintió un ardor en los ojos que lo hizo cerrarlos y retroceder un poco. Refregó sus párpados y volvió a abrirlos con dificultad, pero podía ver.

Advirtió todo esto el sabio hombre y le hablo así: –Estimado, tuviste suerte esta vez, pues si mirabas otras letras de estos rollos era inevitable la pérdida de tu vista con el tiempo. Tus ojos naturales no son aptos para leer de esas letras, pero sí lo son para leer las que viste recién, sólo que no estás listo y por eso sentiste sólo ardor, pudo ser peor para ti. Ten paciencia y con lentitud aprende todo de cuanto hay aquí, luego podrás leer con mi ayuda algo de esto, pero nunca lo intentes solo. Ahora me despido de tí querido, pues tengo obligaciones en otro lugar, para que sepas soy del Camino de la Torá y allá debo ir.-

Luego habló a los demás exhortando:- Amigos, me voy ahora a lo mío pues llegará Shabbat y tengo cosas múltiples que hacer y el tiempo apremia. Algunos de ustedes acompañen a este joven en lo que necesita, lo que realmente necesita, sé que me entienden. Ahora me despido y nos veremos pronto. Cariños y fuerza noájidas.-

Así hablo y se alejó con sus cosas. Recién en ese momento comprendió algunas cosas el joven pues aquél que se iba tenía el mismo resplandor de las personas que estaban alrededor de los rollos radiantes del principio. Luego de pensar en eso le dijo a su más cercano: –¿Shabbat?¿Noájidas? no comprendo a qué se refiere

Le respondió entonces el gentil sonriendo: – Amigo, Shabbat es un día especial de nuestro Moré y de los que son como él, y debe preparar ciertas cosas y hacer otras, pero eso por ahora no debe acuciarte, con el tiempo sabrás de qué se trata, aunque es importante que vayas sabiendo que no debes imitarlo, jamás. Del mismo modo actuarás con los rollos que viste, seguro ya te lo habrá dicho. Ten paciencia y sabrás todo lo que debes saber, sobre cómo trabajar en los suelos de Fulvida, aunque si te fijas al lado y muy cercano de nuestro camino verás otros caminos parecidos a éste. Ése se llama por ejemplo »Benei Noaj», aquél otro tiene por nombre »Gran Arca» y muchos otros más, todos juntos en realidad forman el verdadero Camino del Gentil Justo, el nuestro es en realidad uno pequeño en comparación con éste inmenso…en cuanto a los noájidas, se refiere a los descendientes de Noaj, que tú conoces como Noé…

Así entonces empezaría a aprender con paciencia y virtud todo lo que a él competía, se le inculcarían las 7 leyes universales sobre las que todos ahí se regían, las cosas que debería hacer, las que tendría permitido, las que tendría totalmente prohibido, todo lo recibiría con felicidad, aunque sin olvidar a sus seres queridos de los cuales no supo más y le preocupaba, y también para esto le darían aliento pues si tenían buen corazón como el joven el Eterno haría que llegaran como él, así le hablarían y todos los días futuros en su vida trabajaría como los demás contruyendo suelos, disipando nieblas por conocer él mismo los tormentos antiguos, Desechando las cosas que llevaba física y mentalmente consigo. Desecharía sobre cestos de basura al costado de su nuevo camino los rollos opacos que traía, así como sus expresiones antiguas, todos en los mismos cestos donde otros también llegarían como él, así como también los gentiles que ya obraban tiempo hace y estaban en constante aprendizaje desechando sus cosas también. También el Moré le enseñaria con amor y alegría a leer de lo que podía de los rollos que eran llamados Torá (de acá el camino del Moré), y de éste hombre el joven aprendería mucho, del Shabbat mencionado, y otras cosas que no debería imitar. Así sería de ahí en más para nuestro joven, y se convertiría algún día en un ejemplar noájida.

Pasaron tres años de haber llegado a su lugar ya amado, y advirtió para su sorpresa que de su camino amado se desprendían como puentes gigantescos con carteles que dictaban: »Al Camino de la Torá»; éstos puentes se veían muy dificutosos para tomar por el complicado andar que demandaba: muchas subidas, bajadas, curvas, escalinatas, todo tipo de complicaciones, pero también se notaban muy firmes. En algunos de ellos se veían hombres gentiles andando acompañados de hombres parecidos al Moré, pero que sugerían un rango algo más alto y exhibían magnificencia. Éstos eran por el joven ya conocidos, porque su Moré siempre les hacía referencia cuando le enseñaba, decía que los consideraba sus maestros y que no sólo en vida los eran sino también aquellos ancestros que dejaron sus sabios escritos y de los cuales el Moré leía. A ellos pues también los consideraba sus maestros, y eran por él llamados Rabinos.

Los últimos eran entonces los acompañantes de los noájidas en los puentes, pero mientras éstos andaban por ahí de manera dificultosa, aquellos caminaban sin problemas, pues los puentes no les representaba incomodidad alguna, a pesar de las depresiones e irregularidades de sus estructuras, eran parte de su Camino de la Torá. Y les daban fuerzas los Rabinos a sus guiados, cuando éstos sucumbían en su andar, porque solos no podían ni debían.

El muchacho sabía de esas dificultades, porque mientras aprendía de sus 7 leyes tenía referencias sobre sus colegas los Judíos (así se llamaban los felices bailadores del rollo de luz), y de la luz de aquel otro buen camino, pero él decidió seguir de largo…estaba contento con su propia labor y no quería dejar de ser noájida aunque apreciaba a aquellos de los puentes, al llegar al otro lado de largo brazo se encontrarían con muchos de los excelsos hombres para ser como ellos y al fin ser llamados Judíos.

Así continuaba su extenso y amado camino, donde siguió avanzando en años hasta convertirse en hombre, luego hizo su propia familia, tenía no menos ejemplar mujer, buenos hijos nacidos noájidas que seguirían los pasos del buen padre…ya entonces estaba completo porque sentía en si interior que cumplía con todo cuanto el Eterno su Di-s le encomendaba, pero no consideraba lo que sentía para no caer en soberbia, más bien seguía cumpliendo y cumpliendo como si no llegara nunca a hacerse. Así era su proceder en su vida.

Llegaba entonces al tiempo de su vejez que toca la puerta de los que mucho viven, estaba cerca ya de sus 120 años,  cosa admirable porque fué de los pocos en lograrlo. El blanco de sus cabellos era el fiel anunciador de su grandeza y saber a cualquiera que lo viese. A él acudían los muchos jovenes y hombres que buscaban sabiduría, para hacer todo lo que debían y que este anciano hizo en su juventud. Recordaba a su Moré instructor a quien mucho le debía, y con esto en la mente enseñaba el también todo lo que había aprendido, era menester hacer todo lo que se podía para llegar a buen puerto, así era todo para quien fué una vez joven que ahora estaba cerca del final de su camino y de sus días.

Un día de repente se sintió distinto a los demás días de su vida, se acercaba el final de su sendero y el anciano bien lo reconocía y con gusto pues no temía, sabía bien en su corazón que había cumplido cabalmente sus 7 leyes, aunque nunca cesó de hacerlo mientras le quedaba fuerza, como si siempre le quedara algo por cumplir. Llegaba ya al final de los férreos bloques con el querido Shalom inscripto, cuando un sueño distinto pero muy dulce le vencía, se tomó la cabeza con una mano y se sentó. Estas ganas de dormir eran distintas a las demás.

Así como el fiel trabajador se levanta temprano a la mañana, antes del cantar del gallo, y se dirige a su deber durante todo el día hasta llegada casi la noche y vuelve muy cansado y se va a la cama a dormir sin pensar en la reparadora cena, tal era el cansancio del anciano. Pronto apoyó el resto de su cuerpo sobre el suelo amado y comenzaba a cerrar los ojos. La misericordia del Eterno había hecho cansar los arrugados párpados del centenario noájida, y éstos se rindieron por fin y se juntaron para que sus ojos terrenales no vieran nunca más. Así fueron pues los últimos momentos del ejemplo de muchos.

Pasado un tiempo imposible de decir si mucho o poco, nuevamente se levantaba el hombre ahora desorientado; no sentía su cuerpo o lo que sentía más bien era algo muy extraño y nunca antes sentido, se sentía vivo pero de otra manera… –¿Qué es esto?– se decía su espíritu sin norte al principio.

Se incorporó, o más bien una hizo una acción parecida, y con sus nuevos ojos veía muchas personas sollozando juntas, eran sus descendientes, amigos, colegas, todos queridos alrededor de algo. Era su cuerpo material. Ësto lo conturbó más pues si bien sabía de qué se trataba la muerte, sólo esa vez, que era la única, era como si nunca hubiera aprendido al respecto. Para las personas presentes había sucumbido el anciano en medio del camino, pues sus ojos veían más camino por recorrer, mientras que los del anciano ya en espíritu veían el fin del suyo.

Sin tiempo para deliberar sintió el alma la atracción del otro lado, era como si caminara sin necesidad de usar piernas, como si una fuerza externa lo hiciera dezplazar hacía una nueba niebla para él nunca antes vista. Era ésta la cortina que separaba el fin del camino de lo maravilloso que se aproximaba. Cruzó así la línea divisora y empezaba la paz.

Notó ahora que después de cruzar había un patio al que llegaba también otro camino que llegando a su fin se unía al suyo. Y de él llegaban otros, los judíos, tal como lo hacía como el anciano, y al ver la señal de ese sendero leyó: »Fin del Camino de la Torá», al darse vuelta al suyo vió: »Fin del Camino del Gentil Justo». Éstos se unían entonces al final para hacer saber a todos que tanto un camino como el otro eran los necesarios para llegar a buen destino.

Se juntaban entonces gentiles y judíos para saludarse y seguir hacia la enorme puerta de un edificio áureo con argénteos adornos, tal construcción daba la idea de un tribunal. No era otra cosa más que eso, y la fuerza desplazadora los guiaba a todos mezclados hacia su interior. Entonces el fiel noájida sentía temor reverencial y alegría a la vez, pues bien sabía lo que llegaría. Se abrieron las puertas y se hizo una fila entre los muchos llegados para entrar. Al hacerlo, el interior del lugar era destellante, hermoso, indescriptible apenas los ojos espirituales podían mirar algo hacia el suelo que también era de luz. Apenas se podía ver algo, casi nada…

Avanzó una persona delante de él y una voz enfrente e imposible de ver su emisor decía: –Dime Yehuda, ¿Has cumplido con las 613 órdenes que te He dado?-.

Conmoción. Ésto sentía el buen gentil y todos los demás detrás de él. –Sí, las he cumplido– respondía el judío, y avanzaba pero no se sabía dónde.

Quedó ahora solo el siguiente frente a la Majestuosa Voz, que le dijo: –Dime Noaj-(por ésto era la grata sorpresa que se llevó en vida al saber del nombre de su ancestral patriarca)-¿Cumpliste con las 7 órdenes que te He dado?-. Al momento se llenaba su alma de inmensa alegría, y con una sonrisa respondió: –Sí mi Señor, tal como lo he aprendido-dijo, y agregó:- Perdóname mi gran Señor, ¿Qué es de mi familia y amigos a quienes nunca más vi?-, a lo que la Magnificencia respondió: –No te preocupes por ellos, han recibido también su juicio justo como tú, más, complácete porque lleno de misericordia es el mismo-. Dicho ésto avanzó mediante la fuerza recorriendo la Sala de Justicia, hacia una puerta que daba a otro exterior.

Había tenido su juicio justo, y sentía amor por su Amo, cantaba alabanzas, se abrazaba con otros, y se disponía a gozar de las cosechas de su siembra. Estaba ahora en otro patio, interior, que llevaba a un gran portal hermoso del mismo dorado y plateado que el Sagrado Tribunal, sabía que aquél era su Mundo Venidero, al que todos se dirigían con no menor gozo que el noájida.

Caminaba hacía ahí cuando de pronto de su interior salían personas que parecían alborotadas de mucha alegría, hablando rumores, escuchando voces y gritos del primer patio, anterior al Tribunal, como si se hablaran con los que están del otro lado, pero no alcanzaba a entender lo que decían, así que se acercó a ellos. Tanto era el alboroto que sólo alcanzó a entender unas pocas palabras, las suficientes para aumentar su alegría. Todos los que habían salido volvían a entrar corriendo, tal vez para avisar al resto. Detrás de ellos caminaba Noaj lentamente hasta que quedó solo, y traspasaba de a poco el acceso al mundo de gozo con una sonrisa y un ligero pensamiento sobre lo que recién había oído:

Andaba por el Camino de la Torá un tal Mashíaj…

FIN.