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Resp. 402 – Lealtad, justicia y bondad en todos los planos de la vida

Shalom, Yehuda.!!!!! voy ha hablarle en confianza. yo nunca me he sentido víctima de ninguna religión, he tenido «mis cosas» con diversas órdenes pseudoesotéricas mas o menos claras u oscuras y he salido corriendo de todas ellas, más que por peligro espiritual por «salud mental», para ocuparme de mis cosas y mejorar mi vida y las de los que me rodean, vos lo sabeis y a vos os debo un gran avance. Personalemente ni creo ni dejo de creer en Jesús, mucho menos en las Iglesias, mi orientación interna es noájica. Pienso que es una cuestión de mitologia y de como cada uno perciba la tradición recibida. Sin Pablo de Tarso el cristianismo hubiese sido imposible, el fue el helenista que lo impulsó. El cristianismo es platonismo, mal leído y peor pensado. Su estructura eclesial la encuentro perversa, pero tengo mucho respeto por los creyentes de buena fe que que conozco que llevan una «santa vida» en nombre de Jesús, estén equivocados o no. Quiero decirle que aunque yo no lo sienta así no me siento autorizada a sacarles de su «error» porque sus obras son buenas. Sin saberlo cumplen los preceptos noájicos, salvo quizás ir a su Iglesia a tomar la cmunión. Son buena gente. He tenido en el ultimo año alumnos del Islam, absolutamente encantadores, buenos, que sólo pedían que yo … «respetase a su Alà» ( también terroristas y tipos y tipas de mala fe) Pero los «buenos» los que respetan a todo el mundo, cristianos o musulmanes ¿ quien soy yo para decirles que su creencia está equivocada? repito, porque sus obras son buenas. He visto familias cristianas muy unidas en el nombre de «Cristo». La pregunta que me hago es ¿ Tan importante es un culto cuando la obra de la vida es buena? No lo se, honestamente. Yo no me siento molesta porque unos u otros crean lo que crean, estoy cansada de posturas radicales. Aqui entre «ateos» , «esotéricos», «cristianos de mala fe», «tibios» y «creyentes de boquilla», no nay apenas espacio para las preguntas en profundidas. Quizás por esos yo personalmente me he acercado al noajismo, pero repeto. me siento desautorizada para emprender una «campaña» para convertir a aquel que no quiere ser convertido y ya le va bien así. De todas maneras colaboraré con Vds., créame, lo que si hace falta urgente es … crear cortes de Justciia según el mandamiento noájico. Shalom
Desde España

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Resp. 401 – Vida eterna

Estoy impresionado con las respuestas 398 y 399. Me surge una pregunta: Qué quiere decir «trasmitir calma al alma del pequeño nonato»? Por favor, regáleme una explicación, aunque sea corta. Me despido,
Venezuela

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Resp. 400 – Respaldo de la Tora a los Noajidas.

ajad nos consulta:

Respetado More.
Quisiera saber los versiculos en los que se indica que el camino correcto para los gentiles es presisamente ser un Noajida? se lo pregunto no porque dude de usted sino para simentar mi fe. Gracias.
Andres Angulo Cascante 45 años Gerente de Ventas San Jose Costa Rica

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Resp. 398 – EL ABORTO

Grecia nos consulta:

Shalom More! espero este bien! una amiga aborto hace poco y no fue por cuestiones de salud sino por decision propia o por miedo, sabemos que esto es un acto de asesinato asi que la preGunta seria… ¿ademas de hacer Teshuva por su horrible pecado hay otra cosa que pueda hacer? ejemplo una vez lei que el que robaba ademas de su arrepentimiento sincero podia dar tzedaka para poder recibir perdon de Dios.. ¿hay alguna cosa que ademas de arrepentirse pueda hacer? gracias por su atención More.
Shirá Sánchez, 20 años, estudiante de Educación, S/C, estado Táchira

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Que nuestras relaciones con los demás definan nuestros deberes!

Basada en el «Manual de Vida» de Epicteto, me atrevo a escribir las siguientes lineas para ustedes, espero que sean de su agrado y tambien sean constructivas:

Como bien sabemos no somos entidades aisladas, mas bien somos una parte unica e insustituible de la sociedad. No podemos olvidar que somos una pieza esencial del rompecabezas de la humanidad. Cada uno es parte de una compleja, intrincada y perfectamente ordenada comunidad Humana. Pero, ¿donde encajamos dentro de esa red? ¿con quien estamos en deuda?… Tal vez debamos investigar y solo asi comprenderemos nuestras relaciones con los demas.

Cuando reconozcamos nuestras relaciones naturales y al hacerlo podamos identificar nuestros valores, nos ubicaremos adecuadamente dentro del esquema de nuestra socidedad. Nuestros deberes surgen naturalmente de relaciones tan fundamentales como la familia, el vecindario, el lugar de trabajo o nuestra nación. Desarrollemos el hábito de considerar nuestros papeles (como padres, hijos vecinos, ciudadanos y dirigentes) y las obligaciones naturales que de ahi se desprenden, una vez sepamos quienes somos y con quienes estamos vinculados, sabremos que hacer.

Si un hombre es nuestro padre, por ejemplo, de alli se desprenden ciertas obligaciones espirituales y prácticas. El que sea nuestro padre implica un vínculo fundamental y perdurable entre nosotros. Estamos naturalmente obligados a cuidar de el, a escuchar sus consejos, a ejercitar la paciencia cuando escuchamos sus opiniones. Pero entonces supongamos que no es un buen padre, quizas sea fatuo, poco educado, poco refinado o tenga ideas muy diferentes a las nuestras ¿acaso la naturaleza le da un padre ideal a cada uno?. Cuando se trata de deberes fundamentales como hijos, cualquiera sea el caracter de nuestro padre, calesquiera que sean sus hábitos o su personalidad, esos aspectos son secundarios. El orden Divino no diseña a la gente o a las circunstancias de acuerdo con nuestros gustos, lo hallemos agradable o no, este hombre es en ultima instancia nuestro padre, y estamos obligados a cumplir, de la mejor manera posible, con todas nuestras obligaciones filiales.

Es casi que imposible permanecer rectos en estas obligaciones, pero cuando flaqueamos nos desviamos y comenzamos a imaginar que las cosas que no estan en nuestro poder son malas, cuando esto sucede el hábito de culpar a los demas por nuestra suerte en la vida se arraiga inevitablemente y nos perdemos en una espiral negativa de envidia, lucha, desencanto, ira y reproche… algo que es natural, puesto que las criaturas siempre por instinto se apartan de aquello que consideran dañino y buscan y admiran aquello que consideran bueno y conveniente. Pero nuestra meta debe ser buscar la armonia con la naturaleza y con Di-s, porque ese es el verdadero camino hacia la libertad. Dejemos que los demas se comporten como deseen de cualquier manera esto no esta bajo nuestro control y por consiguiente no debe hacer parte de nuestras preocupaciones (como lo enseñó alguien de fulvida en el post llamado «El viejo Moré»). Comprendamos que el ETERNO programó la naturaleza de una forma ordenada según la razón, pero que no toda ella es razonable.

La mayor parte de la gente tiende a engañarse al pensar que la libertad consiste en hacer lo que le agrada o lo que propicia su comodidad y bienestar. La verdad es que aquellos que subordinan la razón a los sentimientos del momento son realmente esclavos de sus deseos y aversiones y estan mal preparados para actuar de manera noble y eficaz cuando se presentan retos imprevistos… como siempre ocurre. La autentica libertad exige mucho de nosotros, al descubrir y comprender nuestras relaciones fundamentales con los demas y cumplir con celo nuestros deberes, la verdadera libertad anhelada por todos entonces es posible.

Y por ultimo, no olvidemos que la voluntad Divina existe y dirige el universo con justicia y bondad, aun cuando no siempre sea evidente, cuando contemplamos unicamente la superficie de las cosas. Centremos nuestra determinación en esperar justicia, bondad y orden y estas virtudes seguramente se harán mas presentes en todos los asuntos de la vida.

Cuando nos esforcemos honestamente por actuar como personas sabias y decentes, que buscan adecuar sus intenciones y actos a la voluntad Divina, no nos sentiremos heridos por las palabras o las acciones de los demas. Hay que confiar en que hay una inteligencia superior que es Nuestro Padre y cuyas intenciones dirigen nuestra existencia, entonces que nuestra meta primordial sea dirigir nuestra vida en consonancia con la voluntad de El.

Un impostor llamado egoísmo.

En nuestras mentes existe un mundo construido a partir de los recuerdos, temores, sentimientos, sueños, etc. que hemos vivido, sentido, soñado, planificado y experimentado. Gracias a él tenemos una identidad que puede ser conocida o velada para las otras personas, como cuando vamos hacia un lugar, cubierto por una densa neblina, que podemos ver directamente, al acercarnos o de modo indirecto por la luz que emite un foco o un farol. La neblina serían las barreras que ponemos entre nuestro espacio y el de los demás, que pueden ser nuestros temores, desconfianzas, el deseo de individualidad, el egoísmo, nuestro carácter, etc. El lugar hacia el cual nos dirigimos es el interior de otros que puede conocerse sin caretas que lo oculten; de manera espontánea, o por la confianza que hemos inspirado al ser auténticos y leales después de relacionarnos con ellos en el tiempo.

Al entrar al “territorio” externo, comenzamos a intercambiar ideas, a recordar y vivir experiencias, expresar sentimientos, etc. que pueden pulir o hacer ásperos los distintos aspectos de nuestro ser. Y se requiere de una intención previa tanto para abrir las puertas de nuestro “hogar” como para aceptar la invitación a recorrer el de otros. De modo que corremos el riesgo de tropezar y golpearnos o de ser aceptados y enriquecernos por medio de este intercambio que se ha iniciado. El problema es que a veces nos encerramos en la esfera del ego y sólo nos importa atender nuestras necesidades y buscar nada más que el bien propio, sin tomar en cuenta lo que pasa con quienes nos rodean. Nos volvemos egocéntricos y vemos la realidad desde una perspectiva estrecha y limitada en la cual ni siquiera somos capaces de observar lo que está frente a nuestros ojos.

Eso no significa que el autoestima y autocuidado sean malos, pues a través suyo buscamos lo mejor para nosotros mismos, sin que tengamos que ignorar o desolar el mundo de los demás. Pero la línea que separa a éstos del egoísmo es delgada y a veces cuesta establecer un límite claro entre ellos. El egoísmo implicaría, como dice el diccionario, sentir un “amor e interés desmesurado por uno mismo y las cosas propias, postergando o despreciando las de los demás”. O sea que sería un amor extremo por el yo, sin que nos importe si pasamos a llevar o no al que está al lado. Aquella es la idea que se nos ha transmitido desde que somos niños. Uno es egoísta, por ejemplo, cuando pudiendo ayudar a un (a) hermano (a), preferimos ver un programa de televisión antes que asistirle en lo que le sea necesario.

Pero el egoísmo no es sólo postergar las necesidades del resto. Implica despreciar o menospreciar la felicidad propia al negarse a ver las cosas que son verdaderamente importantes en la vida: la familia, la amistad, la paz, el respeto, el bienestar propio y de nuestros seres queridos y, porque no decirlo, nuestra realización como personas mediante el cumplimiento de nuestros sueños o esperanzas. Todo lo anterior puede abarcarlo un gran todo que es el amor.

El egoísmo es una venda que nubla los ojos del alma. Es un disfraz de sobreestimación que oculta una falta de verdadero amor propio y un miedo a no recibir lo que esperamos del mundo, que usurpa el lugar del Yo verdadero. Es como si nos encerrásemos en nuestro ser interno y sólo saliéramos cuando pudiésemos sacar provecho del otro, cubriéndonos bajo la pseudo-amistad o la pseudo-autoestima. De manera que al ser egoístas con los demás, también lo somos con nosotros mismos, porque al herir o relevar a un segundo plano a quienes nos aman y amamos, nos negamos la posibilidad de disfrutar y ser felices con cosas tan simples como una sonrisa, un abrazo, un paseo o un “te quiero” sincero y espontáneo. Tal vez nuestra relación con los demás nos ayudaría a un crecimiento mutuo. Tal vez lo que necesitamos para sentirnos totalmente felices sea descubrir que los demás también sienten y que al pasarlos a llevar, estamos destruyendo una parte de nosotros mismos. Tal vez así evitaríamos tener que cargar con el peso de nuestra conciencia al habernos rehusado a ser mejores personas.

Sólo vemos al otro en su “real dimensión” cuando decidimos quitar la venda que hemos puesto en nuestros corazones y contemplamos la llama que le alumbra como a uno de nuestros semejantes, que antes pasaba inadvertida cuando buscábamos sólo el bien propio. A veces, sin embargo, necesitamos que otros desaten el nudo para darnos cuenta de que lo que ignorábamos por actuar como ciegos era necesario para así sentirnos completos. Y para romper esas ataduras se requiere de la poderosa e infinita fuerza que es el amor.

Cuando comenzamos a amar nos damos cuenta de que existen otras esferas y poco a poco empezamos a abandonar la nuestra. En ese momento nuestra perspectiva se amplía y comprendemos que nuestras necesidades no son las únicas. Dejamos de sentirnos como el centro del Universo y nos abrimos paso a desarrollar el Yo en la dirección correcta.

Dios nos da la oportunidad de enmendar nuestros errores y comenzar a vivir una vida mejor; en armonía con nuestro prójimo. De nosotros depende si la aceptamos o la dejamos pasar. Que Dios los bendiga. Shalom.

Resp. 392 – Los costos de la vida

APRECIADO MORÉ Y AMIGOS TODOS MI PREGUNTA ES LA SIGUIENTE, POR QUE? SE DEBE COLABORAR ECONOMICAMENTE EN LA ARDUA TAREA DE CONSTRIR SHALOM, ESTO ES POR QUE MI NOVIA DE NOMBRE TUNDRA ENTRO A LA PAGINA Y ME HIZO LA OBSERVACIÓN COMPARANDONOS CON PIRATAS DE LA FÉ QUE YA CONOCEMOS, MI FALTA DE ERUDICIÓN O TAL VEZ MI ELEVADO AMOR POR ELLA NO ME DEJO RESPONDERLE(CUANDO DEBERIA SER LO CONTRARIO TAL VEZ, EL MORÉ PODRIA ORIENTARNOS) A LO QUE LES PIDO PUEDAN PUBLICAR ALGO QUE LE DE EL NORTE DE SU POR QUÉ?

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Resp. 389 – De primogénitos y bendiciones a hijos

Les agradezco el espacio que nos dan para hacer preguntas.
A la luz de la torah me gustaría saber si mis dos hijos recibirian la bendicion de primogenitos, pues, son hijos de mis dos matrimonios,
Mi hijo mayor es mi primogenito y el de mi primer esposo, y mi hija es la primogenita de mi segundo esposo.
Ambos tienen los mismos derechos como primogenitos?
Gracias y bendiciones para usted y para este sitio que alimenta el alma de muchos,
Ing. Geasmine Quesada G.

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Resp. 388 – El perdón y la justicia

More Yehuda, tengo un problema muy personal que consultarle.
Resulta que cuñado estafó a mi familia y no muestra señales de arrepentimiento.
Para peor, él levantó cargos en contra de mi familia, por lo que estamos en juicio civil.
Ahora mi familia política me esta presionando para que olvide todo y comparta con mi cuñado los cumpleaños y otros acontecimientos, me dicen por ejemplo que papa les perdono. Pero no puedo compartir con el una cena o una festividad, los siento como una traición a mi mama y papa, además mama ya me amenazo con que no le perdone, se que le voy a lastimar a mama si lo hago.
Yo hasta me preocupo por la situación de él y por sus hijos, no le deseo nada malo pero no puedo compartir con el nada. Yo anteriormente le prestaba dinero cuando sus hijos se enfermaban y nunca me devolvía todo.
La pregunta es ¿Debo perdonar hasta el punto de compartir de nuevo con el una mesa, un cumpleaños, etc?
Yo creo que no, aunque sea una situación muy incomoda para la familia.
Gracias, espero que me pueda responder.
Feliciano N., Perú

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