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Resp. 162 – Zacarias 8:23

Jose Ramirez nos consulta:

Devarin 32:8-9dice que Elokim repartio heredades a las naciones conforme al numero de los hijos de Israel (Jacob) ¿Que heredad repartio a las naciones? si la Torá es heredad a la congregación de Jacob (Israel) perdone y corrijame si fallo, Elokim repartio la Torá entonces a las naciones ver Zacarias
Luis Aragones, 36 años, Lic. en educación, San Cristóbal Venezuela

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Solamente un poquito diferentes…

Tú tienes presente que el Padre Celestial ha sellado un pacto eterno contigo, así como con el resto de la humanidad.
Un pacto que los noájidas (los gentiles, personas no judías) deben cumplir rigurosamente, por amor y fidelidad al Eterno.
Es un pacto muy simple, completamente cercano al corazón de la persona, pero al mismo tiempo de profunda riqueza y contenido.

De tu parte, lo cumples a través de la adhesión a los Siete Mandamientos Fundamentales, con sus derivados legales:

1- No servir ni venerar dioses que no son el Eterno.
2- No blasfemar, no maldecir al Eterno.
3- No asesinar.
4- No robar.
5- No mantener relaciones sexuales que han sido prohibidas (infidelidad conyugal, bestialismo, homosexualidad e incesto).
6- No comer parte de animal con vida.
7- Procurar que hayan institutos de Legislación y Justicia en la sociedad.

Como puedes observar, son preceptos accesibles a cualquier persona.
De hecho, en la mayor parte del mundo se siguen casi todos estos Siete Preceptos.
Se establecen modos y formas de legislación y justicia.
Es delito robar y asesinar.
En gran medida existen leyes y normas en contra de la infidelidad matrimonial, existen leyes en contra del incesto y del bestialismo (actualmente, y a causa de un lobby que presiona de mil maneras distintas, se está mitigando la censura social a la práctica de la homosexualidad; pero este libertinaje no coincide con el desarrollo de la humanidad, sino con su alejamiento de la corrección).
Es costumbre en gran cantidad de sociedades que no se coman partes de animal con vida, si bien siguen manteniéndose algunas costumbres adversas.
Las personas suelen abstenerse de maldecir a las deidades, aunque sin saberlo muchísimas personas incurren en pecado en este punto, pues ofenden al Eterno, al Padre Celestial. Pero, son muy pocos los que lo hacen con ánimo de rebeldía, por oposición voluntaria en contra de Él. Por lo cual, el pecado (que existe y es grave), es menos severo.

Así pues, hasta aquí podemos considerar que en buena medida la humanidad se adhiere inconscientemente a su legado espiritual, esto es, los Siete Mandamientos Fundamentales. (Por no reconocer el origen en el pacto con Noaj, y su confirmación en Sinaí, el valor del cumplimiento es menor; pero allí está).
Nosotros, que vivimos en sociedades de mayoría cristiana, o con un pasado reciente de tal mayoría, podemos advertir que el cristianismo se afilia con bastante claridad a estos mandamientos.
PERO, fallan groseramente en el cumplimiento de al menos uno de estos mandamientos: el de no adorar o servir dioses falsos.
Pues, toda su doctrina religiosa reposa en cimientos de corrupción, de idolatría, de desprecio al Dios que es Uno y Único.
Por supuesto que el pecado de la idolatría es gravísimo, pues cuando uno deja de lado al Eterno, con facilidad desecha el resto de los mandamientos.
Es el fundamento de los fundamentos, el centro de la existencia, el reconocer al Eterno, y solamente a Él.
Claro, la mayoría de los cristianos son ignorantes de las verdaderas cosas de Dios, de los asuntos realmente espirituales.
Son como niños que han sido criados en el error y no tienen comprensión.
Así pues, a la hora de considerar a tus vecinos y allegados cristianos, debieras verlos con amor y respeto, con consideración y ternura.
Ellos, en su mayoría, son personas de bien, que actúan con bondad, que buscan lo mismo que los fieles al Eterno: construir un mundo de Shalom.
Solamente que están errados, profundamente errados, en sus doctrinas religiosas, pues adoran a un falso dios y un mentiroso redentor. Son ovejitas extraviadas detrás de un falso mesías, un farsante pastor.
Pero, ellos no lo hacen con espíritu de rebelión o maldad, al menos no la mayoría de ellos.
Sino que están confundidos, perdidos en la oscuridad y creen que las palabras altisonantes de sus líderes y libros «sagrados» tienen la «verdad».
Sin embargo, hay algunos grupetes de taimados, estafadores de la fe, maliciosos y rebeldes, que se enmascaran como si fueran santos y portadores de luz, cuando son proxenetas de la maldad, promotores de la maldición. Estos agentes del mal no son personas inocentes, sino rebeldes en contra del Eterno. Gente que no debemos admitir en nuestro seno, pues corrompen sin piedad. Aman la corrupción y se apasionan por destruir lo bello y bueno. Pero, son los menos, un puñado venenoso, el cual debes distinguir de la enorme masa de gente buena y sencilla, que está atrapada en la fe como si fuera una telaraña.

Tú, como noájida activo, debes reconocer la bondad que hay en la gran mayoría de los que se hacen llamar cristianos, a la vez que distingues ese punto oscuro y sumamente tóxico, que es la infidelidad al Eterno, y en ciertos casos la blasfemia.

Por esto, en vez de oponerte y censurarlos amargamente, puedes aproximarte con autenticidad y sinceridad, para expresar tu aprobación al 99% de sus conductas y actitudes.
Puedes compartir los mismos ideales de paz, bienestar, armonía, etc.
Sin embargo, hay un aspecto el cual tú no puedes admitir, que es la idolatría, que es la fe enfermiza en Jesús, con el consiguiente desprecio por el Uno y Único.

Ahora que sabes esto, ¿cómo puedes administrar tus energías para acercar más gente a la Buena Senda?
¿Qué puedes hacer para que más personas sean constructores completos de Shalom?

¿Conversión al judaísmo?

En reiteradas ocasiones, casi a diario, hay personas que recurren a nosotros para «convertirse al judaísmo».

Nosotros (al día de hoy) no nos dedicamos a la conversión al judaísmo, sino a ayudar a darle sentido a la vida del gentil.

El Eterno ha dado para los gentiles un inmenso tesoro que deben conocer y disfrutar.

Ese tesoro se llama NOAJÍSMO, es su heredad y patrimonio y es lo que cada gentil debe desarrollar a plenitud ANTES de pensar en conversión al judaísmo.

Antes de mirar con ansias al judaísmo, cada uno debería apreciar lo que el Padre Celestial le ha dado. El noajísmo es lo que el Eterno le ha dado, y no es correcto despreciarlo o menospreciarlo.
Es un regalo divino, una Buena Senda, un sistema completo de vida perfecta, que el gentil debe aprender a valorar para experimentar.

Así pues, en este sitio no encontrará (por el momento) un puente a la conversión al judaísmo, sino que encuentra la puerta abierta al tesoro que el Padre Celestial tiene reservado para usted.

¡Aprovéchelo!
Es su vida en Este Mundo y su «salvación» en la Posteridad.

Cuestión de lealtad familiar

Tomemos a una persona judía promedio, que no tenga algún ánimo resentido en contra del judaísmo, que esté centrada emocionalmente y preguntémosle:
¿De qué «religión» son tus padres?
La respuesta será: judía.
(En realidad no existe religión judía, pero usamos esta palabra por comodidad a la hora de escribir este texto. Existe el judaísmo, que es una forma de vida particular de la nación judía. Así como existe el noajísmo, que es la forma de vida integral para los noájidas, es decir, toda la humanidad).

Entonces continuemos:
¿Y de qué «religión» eran tus cuatro abuelos?
La respuesta será: judía.

Sigamos nuestra conversación:
¿Y de qué «religión» eran tus ocho bisabuelos?
La respuesta será: judía.

Persistamos un poquito más:
¿Y de qué «religión» eran tus 16 tatarabuelos?
La respuesta será: judía.

¿Y sus padres?
Judíos.

¿Y los padres de sus padres?
Judíos.

¿Sabes hasta dónde se puede rastrear el linaje judío y la adhesión al judaísmo?
Pues, hasta los patriarcas y matriarcas de Israel: Avraham, Itzjac, Iaacov, Sará, Rivca, Rajel y Lea.

Estamos hablando de una cadena ininterrumpida de casi 4.000 años, ¡CUATRO MIL AÑOS!

En Medio Oriente, en África, en Asia, en Europa, en América, en Australia y Oceanía, en todos lados, durante generaciones y generaciones la constante identidad judía, su recuerdo de los lazos con la Familia de Israel, con la tierra patria, con la herencia y patrimonio espiritual.
Perseguidos, encerrados, masacrados, ofendidos, esclavizados, atormentados, hambreados, victoriosos, prósperos, integrados a la sociedad, en toda situación posible, en las buenas y en las malas, en el día y la noche, al andar y al estar quietos, siempre, siempre manteniendo la propia identidad, aferrándose al judaísmo, sin dudas, sin menoscabos.

Ahora bien, ve a un conocido gentil, uno cualquiera, no importa su religión, etnia, nacionalidad, etc. Quizás el gentil que tengas más cerca para preguntar sea un cristiano, en alguna de sus miles de variaciones.
Vé y pregúntale:
¿De qué religión son tus padres?
La respuesta no es única.
Algunos te dirán que eran católicos, otros evangélicos, otros presbiterianos, bautistas, etc.
Pero, supongamos que vives en un país que sigue teniendo predominancia católica, por lo que la respuesta quizás sea: católica.

Entonces continuemos:
¿Y de qué religión eran tus cuatro abuelos?
¿La respuesta será: católicos?
Supongamos que sí, pues estamos en un país de mayoría católica.
Pero, tú debes conocer personas católicas que no tiene a todos sus abuelos de esa religión…

Sigamos nuestra conversación:
¿Y de qué religión eran tus ocho bisabuelos?
¿La respuesta será: católica?
Aquí lo veo más dudoso… pero, la conquista por sangre y terror que perpetró el imperio cristiano en América es centenario, por lo que quizás la respuesta sea: católica… pero no te puedo dar la seguridad de que así sea…

Y si avanzas en tu investigación, ¿hasta dónde llegará la cadena de católicos?
Hasta los ancestros indígenas, los habitantes de esta bella tierra antes de la hecatombe organizada desde Europa por los portadores de la cruz.
Allí ya no habrá más ancestros cristianos, sino de religiones autóctonas americanas. Esto hace unos 500 años atrás, hace tan poquito en comparación con la extensa cadena familiar del judaísmo.
O quizás alguno pueda rastrear sus ancestros hasta Europa, y tenga antepasados cristianos hace mil años, allá entre los Pirineos.
Pero, no mucho más allá de mil años atrás, pues Europa también era una proliferación de religiones, mucho más poderosas y extendidas que el cristianismo de aquella época.

Por supuesto que no encontrarás un gentil que tenga registros familiares de 4.000 años atrás, ni una constancia e identidad religiosa.
En alguna oportunidad alguien se convirtió a la religión que actualmente tienen sus descendientes.
Pero… no, tampoco es así.
Pues las religiones van mutando, van cambiando para mantener el interés de las masas.
El cristianismo de hace mil años no es igual al cristianismo de tu vecino, ese al que le estás preguntando por su familia.
Era una doctrina diferente, prácticas diferentes, una cosmovisión diferente.
Lo demuestra la multiplicidad de sectas y religiones cristianas, miles de ellas, que cada una se autoproclama como la verdadera y única vía de salvación y trata como heréticas a todas las otras.

No es así en el judaísmo, que permanece inmutable desde hace unos 3300 años.
Por supuesto que se desarrollaron ciertos aspectos, se modificaron ciertas costumbres, pero su sustancia y cuerpo se mantiene inmodificable.
La misma Torá y los mismos mandamientos desde hace unos 3300 años hasta ahora.

Ahora bien, tú como noájida, ¿en quién puedes confiar?
¿En alguien que conoce su familia hasta sus primeras raíces, y que es leal a sus creencias y costumbres?
¿O en alguien que no sabe muy bien de dónde proviene, ni qué religión tenían sus antepasados, y que vive en una religión «a medida»?

Considéralo antes de indagar en religiones, para que no pierdas tu tiempo ni arriesgues tu salvación.
Mejor toma la mano de un buen maestro judío, que te lleve por la Buena Senda, esa misma Senda que marcó el Eterno hace más de 4.000 años, y que los judíos hemos sido los únicos que no nos apartamos.
En esta época de renacer noájico, es tu oportunidad de volver a la Buena Senda, de aceptar la guía del maestro judío, para desarrollar tu verdadera identidad y esencia espiritual. Para no estar más preso de las esclavitudes de religiones e imperios, y poder ser un leal siervo del Rey de reyes y Señor de señores, el Padre Celestial.

¿Te atreves a andar por la Buena Senda?

Resp. 161 – Amor al prójimo

Marisa nos consulta:

Me gustaria saber como deben tratar los judios a los gentiles ya que entre judios existe la mitzvá de Ahavat Israel . Pero los ortodoxos (o al menos la mayoria de ellos) ni siquiera saludan a los gentiles vecinos. Muchas gracias
Marisa Morawsky, 41 años, Empleada, Bs. As. , Argentina

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¡Nunca más!

Todavía me resuenan los ruegos inútiles y los desesperados llantos de los niños. No había misericordia para nadie. Muchas veces corro a través de las habitaciones, hasta que me doy cuenta que es mi memoria que no puede olvidar los sonidos de la muerte. Todas las noches rezaba a Dios y le preguntaba ¿por qué estoy viva? ¿acaso me guardas como semilla para sembrarme de nuevo? Judith Klein, «Semillas de Dios»

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Resp. 159 – Porción de la Torá semanal e identidad noájica

shalom More.
gracias por su Orientación. Una Pregunta
1- ¿La Parashá semanal que Usted Escribe en serjudio.com, podemos compartirla con los de la comunidad para nuestro crecimiento?
y
2- ¿hasta que punto podemos nutririnos de ese conocimiento que no perjudique nuestra identidad?.
Su tiempo Valioso invertido en nosotros El Eterno se lo recompese.
Mario Hinestroza
Isla de Margarita, Venezuela

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Esencia y mandamientos

Como muchas veces anteriores, un noájida pretendía bucear en Torá, apropiarse de los mandamientos que el Eterno ordenó a Israel, con la sempiterna excusa de tener la sensación de que siete mandamientos son poca cosa. Como si el noájida se quedara en el jardín de infantes mientras que los que cumplen los mandamientos de la Torá están a nivel universitario.
Y, por supuesto, a esta queja amarga se sumaba el ya conocido estribillo de «los malos judíos que no permiten que la Torá sea para todos por igual».

La respuesta a este planteo repetido también fue reiterativa.
No son los judíos los que determinaron que fueran siete los mandamientos fundamentales y que estos fueran patrimonio espiritual de los gentiles.
Como tampoco fueron los judíos los que vetaron el estudio irrestricto de Torá para los gentiles.
Fue el Eterno.
Él y nadie más.
Por tanto, no es una cuestión de discriminación, sino de adecuación al patrimonio y legado espiritual que el Eterno dispuso para cada cual.

No hay que dejarse llevar por fatuos sentimientos de minusvalía, sino que la persona debe adherirse fuertemente al Padre Celestial por medio de la conducta de lealtad hacia Él. Y esto se logra cumpliendo con los mandamientos que Él ha dado para cada cual, de acuerdo a su propia esencia espiritual.

Ya que tanto quiere profundizar en Torá, ya que tanto demanda mayor carga en mandamientos… al menos podría empezar siendo humilde y prudente y no criticar al Creador por Sus pautas que con Amor y Sabiduría ha dispuesto.

En líneas generales, el noájida que siente sabor a poco con los siete mandamientos universales, es aquel que no se ha tomado con responsabilidad y rigor su conocimiento cabal y su cumplimiento cotidiano.
Habitualmente es el que está en huida de su identidad, o la rechaza por ignorar el enorme valor que ésta tiene.
Pretende descubrir en «ismos» (incluido el judaísmo) aquello que el Eterno le ha conferido, pero teme reconocer en su interior.
Así, por ejemplo, se sumerge en cualquier religión, doctrina o superstición, y la encuentra estupenda, siendo que similar, pero limpio de idolatría, tiene en el noajísmo.
Así, por ejemplo, se erige en férreo avasallador del legado de la Torá que es exclusivo de los judíos, con la excusa de no sentirse excluido, cuando en los hechos el Eterno le ha provisto de su propio «maná» espiritual, que le da vida y eternidad, sin necesidad de arrebatar lo que es peculiar de los judíos.

Numerosísimos son los reglamentos derivados de estos siete mandamientos fundamentales.
Éstos son idénticos a mandamientos que están establecidos como imperativo en la Torá para los judíos.
La única diferencia es que para los judíos tienen carácter de obligatoriedad, en tanto que para los noájidas son opcionales, aunque sumamente recomendables.
Así por ejemplo, «no mentir» no es uno de los siete mandamientos universales, pero es un reglamento que se deriva de uno de ellos, en total paralelismo con el mandamiento para los judíos al respecto.
Que no haya sido dictado como mandamiento para los noájidas no quiere decir que éstos puedan licenciosamente mentir, sino que han de procurar que sus sociedades lo establezcan como parte de su cultura y normativa.

De hecho, para el estudioso no es novedad, que cientos de mandamientos de la Torá tienen precedentes en épocas anteriores.
La famosa «Ieshivá de Shem y Ever», no era otra cosa que una Facultad de Derecho, fundada y fundamentada en los mandamientos noájicos.
En esta Facultad se desarrolló el código legal noájico, en estricta consonancia con el mandamiento fundamental de establecer cortes de justicia.
Este código en buena medida posteriormente sería refrendado en la Torá por el Eterno, como mandamientos para los judíos.
Por ejemplo, la ley del levirato ya era conocida y aplicada por los patriarcas (Bereshit/Génesis 39), pero no constituía un mandamiento para los noájidas, aunque siglos más tarde quedará fijada como mandamiento para los judíos.
Algo similar podemos decir del diezmo, costumbre extendida por Shem (también conocido por su título monárquico como Melkitzedek), pero que sería mandamiento más tarde, para los judíos.
Similar con el respeto a los padres, con el entierro de los difuntos, amparar a los necesitados, dar cobijo a los extranjeros, etc.

En parte por esta razón es que los noájidas tienen a su disposición decenas de los mandamientos de la Torá (para cumplirlos sin carácter de obligatoriedad), ya que eran practicados por los noájidas previamente a la entrega de la Torá a Israel.

En parte por esto mismo, hay ciertos mandamientos absolutamente vedados para los noájidas, que son privativos de los judíos, ya que no tienen un origen en los sabios noájidas (de la Ieshivá de Shem y Ever), sino que fueron entregados explícitamente por el Eterno a Israel en exclusividad.
Mandamientos tales como Shabbat, tefilín, circuncisión, talit, mezuzá, entre otros.

Resumiendo, el noájida tiene un capital inmenso para invertir en su perfeccionamiento, sin necesidad de indagar en tradiciones ajenas. Aprender y aplicar lo que corresponde a su propia esencia espiritual es lo que habilita al noájida a crecer y ser socio en la construcción del Shalom.

¿Lineal o no-lineal? Parte 1


Existe una diferencia sustancial entre bravura y fuerza. Mientras la fuerza es expresión de poder físico, la bravura es el producto de una capacidad espiritual determinada.
Por lo tanto, la fuerza puede ser medida cuantitativamente, y ser patrimonio de muchos; en tanto la bravura, el heroísmo, constituye el privilegio de una minoría selecta… La rebelión de los Macabeos que dio origen a la festividad de Jánuca fue una lucha entre la fuerza y la bravura, o lo que es lo mismo, entre el poder y el espíritu.
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¡Prendan las luces!

Hace dos mil años y un poco más un grupo de valerosos héroes judíos execraron del Santo Lugar la tiranía y la opresión ejercidas por el pseudo-intelecto helénico, execraron de la Tierra de Promisión al invasor, al intruso que viene a corromper, hicieron la voluntad del Eterno con sus propias manos y demostraron que el destino de las naciones no lo construye sólamente la plegaria y el fervor religioso, que la mano de D’ no siempre es visible, y que muchas más son las veces en las que ésta está detrás del valor y el compromiso de los hombres; muchas veces es imprescindible el coraje y arrojo por las virtudes, la actuación consciente y no maquinal.

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