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¿Lineal o no-lineal? Parte 1


Existe una diferencia sustancial entre bravura y fuerza. Mientras la fuerza es expresión de poder físico, la bravura es el producto de una capacidad espiritual determinada.
Por lo tanto, la fuerza puede ser medida cuantitativamente, y ser patrimonio de muchos; en tanto la bravura, el heroísmo, constituye el privilegio de una minoría selecta… La rebelión de los Macabeos que dio origen a la festividad de Jánuca fue una lucha entre la fuerza y la bravura, o lo que es lo mismo, entre el poder y el espíritu.
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QUE ES LA FE

En este estudio vamos a analizar los diferentes conceptos que se tiene de la palabra fe:

1.- Fe (confianza absoluta) definición científica: La convicción que tenemos los seres humanos de creer en algo cuya prueba recae en hechos.
Ejemplo: El objetivo de la enseñanza de los padres, es dotar al niño de la capacidad de establecer su propia fe en base a su propia experiencia, ósea, dotarle de criterio y capacidad de contraste o en otras palabras, enseñarle a creer con criterio.
Etimológicamente, en griego, significa «decir todo,» es decir, libertad de palabra y, por lo tanto, confianza, franqueza, seguridad.

2.- Fe, del latín fidere, «confiar», es en la terminología religiosa, «el asentimiento firme de la voluntad a una verdad basada sola y únicamente en la revelación divina». Royston, E. Diccionario de religiones. Fondo de cultura económica.
Es la confianza de lo que no se espera la certeza de lo que no se ve ósea una fe ciega sin un fundamento o una base.
Creer sin evidencia, en algo que dijo alguien sin conocimiento, sobre cosas sin fundamentos.
Actitud fundamental del cristiano por la que pone en Dios toda su confianza y cree lo que Dios le enseña por su Hijo y por la Iglesia.

Con estas definiciones se aprecia una diferencia entre las dos, ya que la primera hace referencia es desde un punto de vista científico, el segundo y son conceptos desde el punto de vista religioso, donde esta definición idolatrita no concuerda con la realidad y verdad de Dios.
Por ejemplo hay personas que caen en un estado de enfermedad, la cual con un simple tratamiento medico esta pueda desaparecer, y por su puesto mejora el paciente, pero por el fanatismo de afearse en un concepto errado nos confiamos en Dios, para quitar la enfermedad, ignorando que la ciencia proviene de Dios, y no acuden al medico y su estado empeora al extremo de llegar a la muerte y expresamos frases falsas sin fundamento alguno “que era la voluntad de Dios”, cuando uno de los principios del Eterno es el mantener y cuidar la vida.

Si Dios ha creado la ciencia es para beneficio de la humanidad, a través de la cual el ser humano puede crecer y desarrollarse, y así lograr un cuerpo y vida sana, haciendo de lado esos falsos concepto que los lleva a la ruina destrucción y la muerte, en el entendido que la fe debe estar basada en la experiencia que se tiene de algo como por ejemplo para las personas hipertensas no deben consumir cierto alimento que les afecta su salud, para construir una casa la mezcla del concreto debe contener x cantidad de arena, x de cemento y x de agua, ya que de lo contrario la construcción corre el riesgo de caerse o su duración es menor a una que cumpla con todos sus componentes exactos, y de donde se ha obtenido esta información de la experiencia.
Pero en el mundo idolátrico, hay que admitirlo de una vez desconociendo la experiencia, ya que las certezas no son tales, sino saltos de fe, porque nunca comprobamos, sino simplemente creemos.

“En el judaísmo tradicional no hay mucho espacio para la fe, pues ésta es apropiada para la idolatría, que todo responde con mitos y dogmas, mientras nada permite cuestionar ni criticar (pues la fe desaparecería).
En el judaísmo tradicional se alimenta el tesón por la práctica de los preceptos, por el estudio exhaustivo de Torá, por el inquirir sin vergüenzas, por incluso enfrentar a Dios en pos de desentrañar lo que es Justo y Verdadero (lea un ejemplo en Bereshit / Génesis 18:22-33)”. Htp//Serjudio.com Lic. Prof. Yehuda Ribco

Romanos 3:20 ya que nadie será justificado ante EL por las obras de la ley,
pues la ley no da sino el conocimiento del pecado.
El hombre u hombres que escribieron bajo el nombre de Pablo, pretenden
revelar una gran y completamente mentira en una nueva verdad. Se nos esta diciendo que por obras de la ley ninguna carne se justifica.
La verdad es que tal cosa no es cierta. El propósito de la ley de Hashem no
fue la de dar al hombre justificación, creyendo que realizando tal actividad ya estoy justificado, alcanzando un lugar igual que el de D-s error.
El propósito de la Torá es encaminar a la Sociedad de este mundo material a uno moral y de justicia, en donde todos puedan convivir en paz y armonía.
En el entendido que los mandamientos o leyes de D-s, son una guía a una vida mejor. Las leyes de la Torá son un estilo de vida para una persona ya salva de su vida pecaminosa y no un modo de salvación como a muchos se les ha hecho pensar. En ningún momento se dio la idea de que estas leyes fueran para salvación ya que en casi toda la Torá se llama primero al arrepentimiento y luego al cambio de vida, ósea lo del Judío para el Judío lo del Gentil para el Gentil, ya que hay leyes solo para el Judío y leyes para el Gentil, esto es muy importante de tener en cuenta y no errar como pasa con los movimientos Mesiánicos que quieren imponer al gentil leyes que son del Judío, y violan la identidad del pueblo de Israel. Por ejemplo una persona de nacionalidad Venezolana, quiere hacer cosas en otro país como votar en las elecciones para elegir un gobernante del tal país, para poderlo hacer primero debe adquirir la nacionalidad del país y luego cumplir con las leyes del país del cual obtuvo la nacionalidad, de lo contrario no puede, y esto es lo que esta ocurriendo con el pueblo de Israel que algunas religiones quieren violar su identidad, cosa que según el ejemplo no se puede hacer.
La Torá tiene leyes y mandamientos solo para Judíos y leyes y mandamientos para los Gentiles, y otras que es para ambos pueblos y no podemos separar, como mantener la Paz (Shalom), la armonía, la existencia de un único y verdadero D-s, entre muchas otras, para poder convivir los pueblos en total unidad y armonía, sin caer en enfrentamientos unos contra otros como hoy día existe, ya que nuestro Eterno y verdadero D-s busca es la unidad, conforme a su leyes que están en la Torá cosa que no podemos menospreciar.
Es por ello que los mandamientos y leyes son para la rectitud y no justificación. Esto lo podemos ver en:
Deuteronomio 6:25 “Entonces tendremos justicia, cuando cuidemos de cumplir todo este mandamiento en presencia del señor, nuestro Dios, como Él nos lo tiene mandado”. Cuidar de poner en práctica todos estos mandamientos ante Heshem nuestro D-s, como él nos ha prescrito.
Ahora la pregunta que surge aquí es, ¿Que significa la palabra justicia? Una de las definiciones es, ser exonerado por un Juez; ser declarado inocente por un jurado, Etc.
Salmo 143:2 Leemos así; “Y no entres en juicio con Tu siervo, porque ningún viviente podrá ser justo delante de Ti”.
Si puedes entender en este verso, notaras que este es un hecho permanente en nuestras vidas; y no esta sujeto a cambio. El hombre puede declararse justo, pero nunca lo será delante de D-s. Por más justa que se quiera llamar una persona, delante de la justicia de D-s nunca lo será. La justicia de D-s es
absoluta, nadie la puede igualar. La justicia del hombre es una justicia
aparente, por lo tanto delante de D-s ningún hombre será justificado, ya que
el es el verdadero Juez justo. Nunca podremos debatir con D-s en cuanto a
quien es justo o quien no lo es, ya que delante de D-s todos somos injustos.
Nunca tendremos la justicia justa y perfecta de D-s. Y quiero que esto entre
en sus mentes. Nadie, pero nadie aquí en la tierra puede tener la justicia
perfecta de D-s así que si no tenemos esta clase de justicia, no somos
justos. Y si no somos justos no somos justificados. No se da cuenta el
cristiano que después de llamarse Justo delante de D-s. El hombre sigue
haciendo injusticia aun siendo llamado justificado por la fe?.
No existe ningún hombre que no peque aun siendo lavado con la sangre del
Llamado Jesús. Si se sigues pecando ya no eres justo. Ahora si no te acuerdas
de lo que significa ser justo, regresa a buscar lo que significa la palabra
para que refresques tu conocimiento.
Puede que creas de corazón en un D-s que murió y derramo su sangre por ti,
Esta palabra la encontramos en:
Romanos 5:9 ¡Con cuánta más razón, pues, justificados ahora por su sangre, seremos por él salvos de la cólera! Pero la cosa es que no es así. Esto es palabra de hombre y la palabra de hombre no salva. La Santa Torá dice una y otra vez que D-s nunca muere.
El hombre nunca será justificado delante de D-s, ya que tendríamos que tener
la justicia de El, y esta clase de justicia es absoluta. Nunca llegaremos a
ser como El. Es por esto que somos perdonados, si es que nos arrepentimos de nuestra manera de vivir. Veamos que dice:
Ezequiel 18:25-28
“25. Y vosotros decís: No es justo el proceder del Señor. Escuchad, casa de Israel: ¿Que no es justo mi proceder? ¿No es más bien vuestro proceder el que no es justo?
26. Si el justo se aparta de su justicia, comete el mal y muere, a causa del
mal que ha cometido muere.
27. Y si el malvado se aparta del mal que ha cometido para practicar el derecho y la justicia, conservará su vida.
28. Ha abierto los ojos y se ha apartado de todos los crímenes que había
cometido; vivirá sin duda, no morirá”. Hashem perdona por medio del arrepentimiento, pero perdón no es justificación. Querido lector no dejes que palabras mal interpretadas te alejen de la verdad de la Torá. La serpiente descamino a Adán y a Eva, diciéndoles que de nada valía el obedecer la ley establecida y ya puedes ver los resultados del fatal error.
Estas mismas palabras las puedes leer una y otra vez en el llamado nuevo
pacto. «La ley no salva». ¿Crees tú que esta sea la verdad?
En la Torá esta la vida. Escoge la Vida y Vivirás. Vive en la Ley de D-s y Vivirás.
Es por ello que mucha gente muere, y termina en un caminos errados creyendo en doctrinas y conceptos incorrectos que nada tiene que ver con la realidad, a la que El Eterno nos ha traído a este mundo, pero que el hombre a desviado creando posiciones encontradas y distintas la verdad confundiendo y apartándose mas de D-s. Por ello les exhorto a tener cuidado y ha buscar la luz del Eterno para lograr una verdadera reconciliación y perdón mas no una justificación.

Abg. José N. Linares G. (Chano)

Resp. 154 – Cuidado con falsos dioses y ciertos «maestros»

Estimado More. buen día le saludo una vez más, tengo una pregunta un tanto intrigante para mi
1- ¿Qué tan cierto es que la Torah permite a los gentiles creer en otras cosas?
2- Le comento, hable con un judio y me dio esta referencia de la Torah
«o no sea que alces tus ojos a los cielos y veas el sol, y la luna, y las estrellas, con todo el ejército de los cielos, y seas impulsado a postrarte ante ellos y darles culto; cosas que el Eterno, tu Dios, destinó para alumbrar a todos los pueblos que hay» (Devarim / Deuteronomio 4:19)
Él me dijo que según este versiculo, al gentil le está permitido creer un sin fin de cosas, ¿será esto posible a la luz de éste versiculo?
Saludos Cordiales
Miguel de León

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Proselitismo monoteista

Tanto he pensado en lo del «Proselitismo monoteista», cuando, los mismos hechos son la viva voz.
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Resp. 146 – Peligros reales

Shalom, Saludos Morè,
Esta reflexion es para que quien la lea piense y ore al Uno Unico, Nuestro Bendito Elokim, Bendito sea su santo nombre, por mi pais Venezuela, ya que como padre y como Noajidas mi familia y yo nos enfrentamos a una situacion muy dura que le narro a continuacion:
En las escuelas publicas de mi pais se esta sembrando una ideologia que creo no esla mas apropiada debido a que es tendiente hacia el Comunismo, pero con la base de que el «Yeshua» cristo fue el Primer Socialista (imaginese), he tenido problemas con las maestras de mis 3 hijas ya que las hembras son las que estan en edad escolar ( 7,8 y 9 años de edad respectivamente) Y LAS QUIEREN FORZAR A HACER REZOS ANTE IMAGENES AL COMENZAR LAS ACTIVIDADES DEL DIA Y ELLAS SE NIEGAN, inscribir a mis hijas en colegios privados pues es lo mismo ya que los privados son todos catolicos y algunos evangelicos, es decir en todos enseñan o exigen idolatria, por lo menos es asi en mi ciudad,
pero a parte de eso cuando he tratado de explicar mi posicion y en quien creo y a quien sirvo,
pues ¿que cree? me dicen «judio» o «Fariseo» explico que no es asi y que soy es Noajida y demas y entonces me dicen «servil de judios»,
mis hijas estudian y viven en una sociedad muy idolatrica no solo de religiones sino de brujerias y cosas asi, (en Venezuela existe demasiada gente seguidora de las santerias, incluso en el alto gobierno)
ahora me percato tambien del terrible anti semitismo y anti noajismo que se esta sembrando en mi pais de la terrible oscuridad a que se dirige si se aprueba la reforma que se discute, tengo la oportunidad real de emigrar a Panama pero es una decision muy fuerte para tomar a la ligera.
Morè, como Noajida ¿que cree usted que yo deba hacer? quedarme y luchar?
o simplemente emigrar como estan haciendo muchos de mis paisanos Venezolanos?,
le agradeceria su respuesta y por favor una sus oraciones a otros por mi pais en donde tambien nace un gran movimiento de Fieles al Uno Unico HaSHeM. gracias.
Identidad en Reserva, desde VENEZUELA

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Las reglas que sigues

Existen cinco tipos de reglas/leyes que te mencionaré un poco más adelante.

Es imprescindible que toda persona conozca estos cinco tipos de reglas y reconozca las diferencias básicas entre cada tipo.
Cuando aprendes esto, tienes la posibilidad de entender porqué actúas como lo haces y qué es aquello que pudieras hacer para perfeccionar tu vida y traer redención al mundo.

Cuando ignoras la existencia de estos cinco tipos de reglas, y actúas siguiendo ciegamente solamente alguno de los tipos, estás actuando basado en información parcial, lo que probablemente te aleja de la Buena Senda.

Reglas Espirituales.
Son aquellas que ha dictado Dios y que han sido preservadas en la Torá (Escrita y Oral), se las denomina mitzvot (mandamientos).
Las normas para la aplicación de las mitzvot (halajot) fueron recibidas por Moshé directamente del Eterno.
Aunque algunas de las halajot fueron desarrolladas por excelentes asambleas de autoridades rabínicas, que seguían estrictos patrones de legislación en perfecta sintonía con la Torá.
Los mandamientos son un conjunto completo y orgánico, un sistema vital, que favorece el crecimiento personal, el establecimiento de sociedades saludables y, por si fuera poco, la vida eterna del espíritu individual.
Su cumplimiento se siente como una necesidad del espíritu, una sed interior irrefrenable, ya que el espíritu puro de cada persona se nutre con el conocimiento de estos mandamientos y su correcta ejecución.
Para su cumplimiento no hace falta comprender los motivos o razones que las sostienen, ni las ventajas o beneficios, ni que estén de acuerdo con la opinión de la masa. Solamente hace falta entender que han sido dictadas por el Creador y Señor del universo, que es nuestro deber ante Él, y nuestra misión principal en la vida.

Reglas Intelectuales.
Son reglas éticas, del comportamiento que nace de la elección racional personal que es considerado como bueno.
La persona reflexiona y medita hasta encontrar las reglas que escoge seguir y que cree que reportan bien.
Dependen del sujeto que se pauta estas reglas, de acuerdo a su propio intelecto.
Pueden estar en sintonía con las Reglas Espirituales, o con Reglas Sociales, o con el propio deseo; pero el motivo fundamental para su aceptación depende de las razones que argumente la persona.
Como depende del propio sujeto, de aquello que razona y cree, probablemente elabore normas de conducta negativas, que lesionen a la persona o a otros, pero con la excusa y justificación de estar actuando de buena voluntad.

Reglas Sociales.
Son las que dictamina determinada sociedad (o comunidad de pertenencia / referencia), en cierta época y lugar.
Actualmente en la mayoría de las naciones se sigue la opinión de las masas, teniendo la idea de que la aceptación de una mayoría es suficiente como para aprobar reglas y sustentarlas.
Sin embargo, la mayoría no siempre es consciente de lo que escoge, ni tienen capacidad como para determinar lo que es el bien común, ni siquiera se aplican con fidelidad a la Senda de las Reglas Espirituales
Por lo cual, la mayoría puede tender hacia el mal, y hacer del mal una meta común de la sociedad.
En palabras de la Torá: «No seguirás a la mayoría para hacer el mal. No testificarás en un pleito, inclinándote a la mayoría, para pervertir la causa.» (Shemot / Éxodo 23:2)
Y recordemos las palabras de un antiguo político: “Aun suponiendo el ver triunfante la opinión de los insensatos mediante el número, no por eso podrán trastocar la naturaleza de las cosas” (Cicerón en “De Legibus” (tengamos presente que este autor no era precisamente amigo del Eterno, ni apoyaba a Sus fieles, sin embargo advertía que el consenso no siempre es el mejor patrón a seguir)).

Reglas del Deseo.
Estas son pautas imprevistas, súbitas, individuales, que siguen el dictado del propio deseo, el afán de encontrar gozo o evitar lo que se teme, sin más consideración.
De por sí estas normas no atienden dictados sociales, ni siguen líneas de razonamiento lógico, ni se alumbran por el faro esclarecedor de la verdadera espiritualidad.
Por cierto que estas reglas podrían coincidir con reglas de otros niveles, y hasta sumarse para alcanzar las similares finalidades, pero sin estar supeditadas a ellas.
Por supuesto que la búsqueda de satisfacción y la evasión pueden provocar heridas de todo tipo, a quien así actúa o a los otros, sea voluntariamente, por desidia o como resultado secundario de la acción y omisión.

Reglas Naturales.
Son las que dependen exclusivamente de patrones físico-químicos.

Para llevar una vida de integridad, de trascendencia, de tendencia verdadera al bien, de bondad, de justicia, de plenitud, necesariamente se deben acatar las Reglas Espirituales, sin dejar de lado aquellas reglas de los otros cuatro tipos que no contradigan ninguna de las Reglas Espirituales.

El noájida debe tener presente los Siete Mandamientos Universales, conocer las normas derivadas, tener presente los consejos de los sabios, para de esa manera desplegar una verdadera luminosa, de construcción de Shalom.
Su vida debiera girar en torno a la fidelidad del Eterno, del modo que Él marcó, que es siguiendo la Buena Senda de los Siete Mandamientos Universales.

Los noájidas no deben actuar como hacen los devotos de las religiones, que se encierran en sus comunidades, que revolotean en torno a sus pastores, que se creen santos por censurar a otros o por privarse de los bienes y placeres que el Eterno les ha hecho llegar.
Esas conductas de santurronería no son propias de los adherentes del Padre Celestial, sino de los seguidores de falsas deidades y de doctrinas de personas ajenas a Dios.

El noájida puede y debe desarrollar una vida de gozo y alegría, llena de sensaciones agradables, placeres permitidos y que no conducen a nada que esté prohibido por Dios o los Sabios.

El noájida debe buscar la superación personal en todos los planos, el material, el social, el académico, el económico, etc.; siempre y cuando no caiga en conductas nocivas, o en cosas que lo aparten de la Buena Senda de las Reglas Espirituales.

El noájida puede y debe participar de las actividades sociales de toda índole, política, arte, cultura, ocio, deportes, etc., siempre y cuando sus actuaciones no incurran en faltas a los Mandamientos Universales y sus derivados.

El noájida tiene la obligación de cultivar su intelecto, aprender a pensar, aprender a criticar, entrenarse en criticar con sabiduría y autocriticarse con justicia.
Debe aprender de cosas mundanas, porque nada del mundo le está vedado, en tanto no vaya en contra de los Siete Mandamientos Universales.

El noájida debe llenar su vida de verdadera espiritualidad, hacer obras de bien sin contrariar las Reglas Espirituales, estudiar las porciones de la Torá que tienen permitidas, y dedicar su vida con empeño a cumplir con sus mandamientos, sin negarse los bienes de este mundo.

Conoce los tipos de reglas, aprende qué tipo estás siguiendo tú.
Ten en cuenta constante los Siete Mandamientos Universales, que son tu herencia y tu porción de bendición en Este Mundo y de gozo eterno en el Mundo Venidero.

Sé un constructor de Shalom, porque avanzas por la Buena Senda.

De ti para tu prójimo

Un pilar fundamental para la existencia humana es el precepto de la Torá:
"Ama a tu prójimo como a ti mismo".

Ésta es un raíz para decenas y decenas de preceptos, de conductas positivas y constructivas, que fortifican la personalidad, embellecen los vínculos entre las personas y edifican sociedades armoniosas.

Quisiera mencionar un puñado de actitudes y conductas positivas de preceptos de la persona para con el prójimo, que espero tú conozcas y cumplas.

  • Ser recto con la palabra.
  1. No mentir.
  2. No murmurar.
  3. No llevar y traer habladurías.
  4. No chismear.
  5. No prometer para luego no cumplir.
  6. No usar palabras groseras.
  7. No insultar.
  • Ser recto con la conducta.
    1. No actuar con malicia.
    2. No poner obstáculos delante del ciego (metafóricamente hablando).
    3. No tomar lo que es propiedad de otra persona.
    4. No agredir.
    5. Hacer actos de bondad:
    1. Ayudar al prójimo necesitado.
    2. Vestir al desnudo.
    3. Alimentar al hambriento.
    4. Visitar al enfermo.
    5. Hospedar al que viene de fuera.
    6. Enterrar al difunto.
    7. Consolar al doliente.
  • Ser limpio de corazón.
    1. No guardar rencor.
    2. No vengarse.
    3. Perdonar al que se ha arrepentido y ha pedido perdón.
    4. Arrepentirse y pedir perdón cuando se ha cometido alguna injusticia.
    5. Hacer tzedaká -dar dinero a pobres y obras de difusión de las cosas del Eterno.
    6. Buscar la manera para juzgar favorablemente al prójimo.
    7. Buscar la justicia.

    Cuatro niveles de sincero arrepentimiento

    Es importante tener presente que hay muchas cosas que aprender y mucho que andar y compartir en la vida que el Señor nuestro Dios nos da en este mundo, por ello doy gracias primeramente al Eterno por la sabiduría y sencillez que ha puesto en las enseñanzas del More Yehuda Ribco quien con esa pluma sencilla trae a nuestras vidas la enseñanza de un camino al cual Hashem nos llama a andar como Justos, por ello pido al Eterno grandes bendiciones que multipliquen la sabiduría para tratar cada asunto de la vida que comparte con todos aquellos que hemos visto la Luz del Eterno a través de sus enseñanzas, Publicado con autorización del More Yehuda Ribco

    II.- CUATRO NIVELES DE SINCERO ARREPENTIMIENTO
    GENESIS 44:23
    Lic. Yehuda Ribco Shabbat: Tevet 7, 5766; 6/1/06
    Un comentario a la Parashá Vaigash
    Esencia y máscaras
    En la parashá de esta semana, los hermanos, más específicamente Yehudá el líder, recuerdan que Iosef, en su personificación del mandamás egipcio, había dicho:
    «‘…Si vuestro hermano menor no viene con vosotros, no veréis más mi cara…'» (Bereshit / Génesis 44:23)
    En cierta manera, estas palabras eran su reto, su prueba hacia los hermanos.
    Pues, ellos debían demostrar que existía el tal hermano menor que ellos habían mencionado, pero que estaba ausente. Además, debían exhibir que eran capaces de viajar con suficiente armonía como para traerlo en paz hasta Egipto. Que habían cambiado y que ya no eran los hermanos pendencieros y envidiosos que lo habían lanzado a él al oscuro pozo y a la dura esclavitud.
    Además, era también una manera para poder reconocer que el padre y el hermano menor confiaban lo suficiente en ellos como para admitir este viaje en conjunto. Pues, si padre o hermano menor desconfiaban de la honorabilidad de los hermanos, difícilmente el hermanito viajaría con ellos.
    En cierta manera, la frase que citamos era también algo así como su amenaza hacia los hermanos. Pues de no traer al hermano, no habría realmente comida.
    Además, ellos estarían demostrando que no eran dignos de confianza, pues decían algo y luego no lo cumplían. Y además, era la clara amenaza de que terminarían en prisión de por vida, o algo peor, si aparecían nuevamente en Egipto sin Benjamín.
    Pero, en cierta manera este enunciado de Iosef era también una profunda enseñanza hacia sus hermanos (y de paso para nosotros). Tal como si les estuviera diciendo:
    Ustedes que no supieron comportarse correctamente con el hermano menor en el pasado, tienen ahora la oportunidad de redimirse mediante la teshuvá -el sincero arrepentimiento-. Pueden revivir aquella situación, y tomar ahora una decisión errónea como antaño, o una acertada que cambiará para siempre sus vidas.
    Si escogen bien, se limpiarán de una enorme carga, de mucho resentimiento y dolor.
    La decisión depende exclusivamente de ustedes, son ustedes los que escogerán si me volverán a ver como hombres íntegros o si continuarán cargando su pesada culpa de por vida.
    Cuando dijo «…no volveréis a ver mi rostro…», la idea era que eventualmente volverían a ver al príncipe egipcio, que era la careta más imponente que ocultaba la verdadera personalidad de Iosef; pero, para volver a ver a Iosef el hermano, al Yo Auténtico, ellos debían hacer teshuvá, y ese era el mensaje oculto de la frase.
    Y he aquí una gran enseñanza para nosotros. Si nos concentramos en lo esencial y hacemos lo correcto para obtener bendiciones de paz, la serenidad insuflará vida a en nuestras vidas. Si nos enfocamos en nuestro Yo Esencial o Auténtico para comunicarnos con el Yo Auténtico del prójimo, sin dejarnos engañar por los Yoes Vividos1, por las caretas que nos ponemos por miedo, entonces lograremos un enlace vital que nos fortalece. Si hacemos que nuestro hermano menor, aquel que no está contaminado por los valores pasajeros, por las modas, por los adoctrinamientos, ese hermano menor que permanece casto y puro, si hacemos que él vaya con nosotros, que se manifieste, entonces podremos hallar el verdadero rostro de nosotros y de nuestro semejante.
    Es un hecho que todos cargamos con algún resentimiento, más o menos profundo, más o menos consciente, más o menos activo y perjudicial. Desde incluso antes de nacer nos van depositando sentimientos, ideales, sueños, agresiones, libretos que no son nuestros, pero que se van convirtiendo en una máscara que encubre nuestra auténtica identidad. Nos vamos familiarizando con las máscaras de aquellos que nos rodean y vamos por la vida creyendo que las máscaras que presentamos son nuestra identidad. ¡Pero ciertamente que esto no es así! Nuestra identidad esencial no se ve disminuida o crece con los influjos externos, es un núcleo estable y permanente (incluso nos sobrevive luego de la muerte a Este Mundo). Pero tristemente la mayoría vivimos una vida de engaños, voluntarios pero en general involuntarios, y provocados por enfocarnos en las máscaras en vez de en la identidad esencial. Como esas máscaras nacen a partir de las máscaras de los otros, nuestros sentimientos de los sentimientos de otros, nuestros pensamientos negativos de pensamientos negativos de otros, etc., debemos hacer un profundo proceso de reparación, de teshuvá, para retornar a nuestra esencia y de esa manera hacer nuestra parte para redimir al mundo.
    «Teshuvá», en el contexto de valores y ética se traduce generalmente como «arrepentimiento». También puede ser entendida como «respuesta» o como «reparación».
    Todas estas acepciones que de cierta manera ya hemos usado hasta ahora, pero de hecho, la traducción literal es «retorno». ¿A qué o quién retorna el que retorna, el que hace teshuvá? Pues, retorna a su auténtica identidad, a su Yo Esencial, a la chispa de divinidad que nos da vida. Retornando, reencontrando cada uno de nosotros nuestro Yo Esencial, estamos también encontrando el camino para cumplir cabalmente el mandamiento que nos dice:
    “… [Haz de saber que] Yo soy, el Eterno tu Elokim que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud…» (Shemot / Éxodo 20:2)
    En nosotros está continuar liberarnos o seguir siendo los esclavos del sentimiento adverso, y así ir por la vida como un derrotado, que no está libre para gozar y crecer. Padeciendo esclavitud emocional, mental y espiritual, que nos llevará a in-cumplir de cierta manera el precepto que nos ordena:
    «…No tendrás dioses [poderes] ajenos delante de Mí…» (Shemot / Éxodo 20:3)
    ¿Cómo es esto? Pues, el que está esclavo de «poderes ajenos», que es adicto a todo tipo de dependencias (personas, cultos tóxicos, Jesús, drogas, Internet, fama, dinero, etc.), está ante-poniendo su «droga» al Eterno. Por ejemplo, el ambicioso que está fervientemente detrás de la adquisición de dinero, ¿acaso es íntegro de corazón y acciones para con el Eterno? Quizás sea una buena persona, excelente ser humano y hasta alma caritativa, pero si su fervor está puesto en el dinero, está esclavo de su dependencia. Tal como este esclavo, son todos los otros que dependen (en un sentido profundo y existencial) de valores, objetos o personas que no son el Eterno.
    Aprendamos entonces que está en nosotros el optar por dejar el pesado pero conocido camino del dolor, para comenzar el del retorno, y posterior crecimiento.
    Aprendamos a vivir menos nuestras máscaras, y menos a juzgar las máscaras de nuestro prójimo, para poder re-encontrarnos un poco más con el prójimo verdadero y con nuestro Yo verdadero.
    Para lograrlo, primero debemos hacer caso al salmista:
    «…Apártate del mal y haz el bien…» (Tehilim / Salmos 37:27)
    Cuatro son los niveles para comprender este profundo consejo, tal como cuatro son las etapas para desarrollar este versículo a plenitud en nuestras vidas4:
    En nuestro interior así como en el mundo, el mal está mezclado y confundido con el bien. Recordemos que el fruto del árbol del Conocimiento se llamaba «del bien y del mal» (Bereshit / Génesis 2:9), es decir, de ambos confundidos en un sólo elemento. Si hubiera sido solamente fruto para conocer el mal, el Eterno no se habría avergonzado de mencionarlo así… Siendo que la luz y la oscuridad se funden en un abrazo caótico (Bereshit / Génesis 1:4), ¿cómo discernir a simple vista cuál parte del fruto es para bien y cuál no lo es?
    El primer paso para crecer es darse cuenta de este hecho: a veces lo que llamamos «bueno» es tan solamente una apariencia de bien, y lo que consideramos «malo» en su esencia tampoco lo es. Cuando no podemos discernir lo que es luz de lo que es oscuridad, no hallamos oportunidades de crecimiento, estamos varados y en caos (Ieshaiá / Isaías 57:20). Por eso es imprescindible aprender a diferenciar realmente lo bueno de lo que no lo es, sin engaños, sin trampas al solitario, sin mediatintas. Saber esto, es el primer paso.

    En la práctica es hacer el esfuerzo consciente para cumplir los preceptos «de no hacer» y cumplir los «harás», sin dar excusas ni justificaciones para no cumplir unos u otros.8 – 47:27
    1. Por ejemplo: darte cuenta que puedes estar guardando rencor en tu corazón y que por consiguiente no estás amando realmente a tu prójimo como a ti mismo2.
    2. El segundo paso es apartarse de lo negativo ANTES de proceder a hacer lo bueno. Es como tener un campo para arar y sembrar pero que está plagado de malas hierbas, que absorberán todos los nutrientes que destinemos a nuestro sembradío y no le darán oportunidad de vivir.
    Así pues, en ocasiones la destrucción es imprescindible paso previo para le construcción. La crítica es indispensable para el crecimiento.
    El extirpar nuestras cualidades nocivas como antesala para poblar nuestro ser de virtudes. Renunciar a pensamientos, palabras y acciones negativas que nos perjudican sin sentido y dañan sin motivo verdadero al prójimo. En la práctica es esforzarse por cumplir los preceptos de «no hacer» y complementarlos de inmediato con los «harás». Por ejemplo: no guardes rencor en tu corazón para que ADEMÁS puedas efectivamente amar a tu prójimo como a ti mismo.
    3. Cuando hemos evolucionado un poco más, estamos en condición de vivir esta frase de otra manera, con más dulzura en nuestros juicios, reconociendo que no estamos libres de errores, lo que significa que si cometemos un error o pecado no por ello somos malos. Si llegamos a ser auténticos en esta vivencia, tampoco juzgaremos severamente a nuestro prójimo, y encontraremos la manera de encauzarnos y encauzarlo sin entrar en penosos conflictos o altercados personales.
    Mala es la acción, no la persona que la comete (Kohelet / Predicador 7:20).
    De esta manera, hacemos bien y en esta acción constructiva nos estamos apartando del mal, pues «…incluso una pequeña luz dispersa una gran oscuridad…» (Jovat HaLevavot 5:5). Al mismo tiempo, cuando actuemos bien no nos henchiremos de falso orgullo, ni nos sentiremos en falta o culposos si no alcanzamos la meta, pues sabemos que el mal siempre está presente, pero vive solamente si nosotros le damos vitalidad. Este tercer nivel no es fácilmente accesible para la persona que no ha desarrollado una personalidad centrada, humilde, pues no es común que se nos enseñe a juzgar con equilibrio ni a ser gratificadores con mesura. Pero si lo alcanzamos, el mal pensamiento, la mala palabra, la mal acción, el mal sentimiento no tendrán mucha fuerza para obstaculizarnos al hacer lo que es bueno. En la práctica es cumplir los preceptos «harás» de tal manera que ya casi no se tenga que necesitar con urgencia ciertos preceptos de los de «no hacer» (especialmente los de índole ética, en relación al prójimo). Por ejemplo: como amas a tu prójimo como a ti mismo con tanta autenticidad y vigor, entonces ya CASI ni siquiera sientes que algún rencor pueda guardarse en tu corazón.
    4. Por último, el cuarto nivel es propio de una persona que alcanza a vivir como un tzadik, una persona que hace que su vida gire en torno a la justicia compasiva. Quizás no lleguemos a este nivel, pero podemos actuar algún día con el ánimo de alcanzarlo. ¿Cómo se interpreta y vive el «apartarse del mal para hacer el bien» para este nivel? Es hacer un proceso de conversión o reciclaje, para decirlo en un término moderno. En este nivel se desprende la chispa de divinidad que está en lo malo3, o se descubre la finalidad positiva. Se recicla el desecho en material productivo. Se descubre el valor de lo despreciado. Se usa el poder para el bien. Se confía en el Eterno y no en dependencias endebles que son ídolos vanos. El apartarse entonces no es un alejarse, sino un desvanecer el mal para convertirlo en bien. En este nivel la conciencia está tan limpia de juicios duros, y tan apegada al Eterno, que no ofende ni teme. Cumple con los preceptos de la Torá con integridad y vive a plenitud.
    Es, sin dudas, una persona verdaderamente libre. En la práctica es cumplir y ayudar a cumplir los preceptos de «no hacer» y los «harás», porque así el Eterno lo demanda. Por ejemplo: ayudar al que te guarda rencor en su corazón a liberarse de esa carga oscura y deprimente para que ambos puedan amarse mutuamente.
    Notas:
    1- El Yo Esencial o Auténtico de cada uno es uno y único, una chispa de divinidad que nos forma. Los Yoes Vividos son múltiples en cada persona.
    Incluso aquella persona que se aferra a una sola máscara, a un solo Yo Vivido, no deja de estar oculto detrás de diversos antifaces pero que se han amalgamado defectuosamente en uno que representa su personalidad.
    2- «…No te vengarás ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Eterno…» (Vaikrá / Levítico 19:18).
    3- Recordemos que el mal también es una creación del Eterno, por tanto su finalidad siempre es para bien. A veces no se puede desarrollar la chispa de divinidad en lo negativo, y permanece en oscuridad esperando ser redimida.
    4- Cada una de estas etapas o niveles está como rectificación o complemento para cada una de las cuatro personalidades básicas, lea aquí para tener una idea al respecto.
    Preguntas y datos para meditar y profundizar:
    El Rav Elías Schwartz cuenta en uno de sus textos:
    La primera vez que el tren vino a su pequeña aldea, los jasidim decidieron mostrarle a su Rebbe este avance de la civilización moderna. Mientras el Rebbe se aproximaba a la estación, divisó una larga línea negra, fría, anónima y apática de coches encadenados unos con otros. La maquina estaba al frente, fiera en su plenitud de fuego y calor. Su impetuoso humo se elevaba entre las altas nubes. De pronto, con un estruendo poderoso y una bocanada monumental de humo la locomotora comenzó a andar, y la larga línea negra de coches se movía a su paso. Los jasidim entonces preguntaron con curiosa gracias reverente a su maestro: «Rebbe, Rebbe, ¿qué opina usted de esta maravilla?». El sabio hombre hizo un gesto con sus hombros y dijo: «No es muy novedoso… ¿no les resulta familiar que haya uno fuerte y lleno de fuego interior arrastrando tras de sí a una larga fila de sujetos oscuros, fríos, dubitativos y apáticos?».

    CINCO NIVELES DE LIBERTAD

    Breve Comentario autorizado por el More Yehuda Ribco de la Parashá – Vaerá:
    Cinco niveles de libertad
    Lic. Prof. Yehuda Ribco // Tevet 25, 5764 – 19/1/04
    El Eterno prometió (y Él no es hombre para arrepentirse, ver Bemidbar / Números 23:19):
    «Di a los Hijos de Israel: ‘Yo soy el Eterno. Yo os libraré de las cargas de Egipto y
    os libertaré de su esclavitud. Os redimiré con brazo extendido y con grandes actos justicieros. Os tomaré como pueblo Mío, y Yo seré vuestro Elokim. Vosotros sabréis que Yo soy el Eterno vuestro Elokim, que os libra de las cargas de Egipto.» (Shemot / Éxodo 6:6-7)
    Cuatro son los verbos empleados por el Rey de reyes para describir el proceso que lleva a una certera e integral liberación. Cada uno de estos cuatro verbos apuntan a un aspecto diferente que es preciso que esté funcionando correctamente y en armonía, para que la persona realmente lleve una vida sin asfixiantes cadenas ni anclas enfermizas.
    Y hay un quinto verbo (1), que manifiesta el resultado positivo de haber transitado con éxito dicho proceso de liberación.

    Veamos brevemente qué podemos aprender de cada uno de estos verbos de libertad:
    1. Libraré – La esclavitud más evidente, que no está sujeta a la subjetividad, es la física. Pues es aquella que implica acciones o inacciones concretas, materiales. Cuando el cuerpo recibe golpes, heridas, cargas insoportables, privación de movimiento, exigencias anormales, limitaciones de todo tipo, escasez de alimento, sustancias adictivas dañinas, y cualquier otra circunstancia que perjudique el cuerpo de la persona.
    La primera etapa para una verdadera libertad empieza por descargar de su opresión a lo corporal, por liberar al cuerpo de sus cadenas concretas. (Ejemplo: para los hebreos no pasaba un día sin recibir azotes, obligaciones de trabajar forzadamente, reducidos alimentos, etc.).
    2. Libertaré – La segunda etapa ya deja de ser objetiva, aunque permanece dentro de la dimensión física. Apunta a redimir a la persona de sus ligaduras y tendencias emocionales nocivas o perjudiciales. Cuando los afectos no encuentran una canalización saludable, sino que son sometidos a confinamientos anormales, o a restricciones abusivas (no coherentes con la espiritual naturaleza humana), o por el contrario están fugados de limites benéficos; o cuando se depositan dentro de sí más y más sentimientos sin posibilidad de expresarlos correctamente; estamos ante una persona esclava de (o a causa de) sus pasiones e instintos.
    La segunda etapa en una carrera de liberación se halla en reconocer los afectos, en canalizar positivamente los sentimientos y en no doblegarse ante los mandatos de los instintos. (Ejemplo: para los hebreos no pasaba un día sin recibir insultos que no podían responder, matanzas de seres queridos que no podían llorar, quejas dolorosas que debían ser tragadas sin hacerse oír, etc.).
    3. Redimiré – La persona está capacitada naturalmente para desear. El desear, en un contexto tradicional, significa la posición en la cual la persona se pone respecto al dar y al recibir. La dimensión desiderativa humana está penosamente esclavizada en dos circunstancias:
    a. Cuando solamente se busca recibir para sí, egoístamente, sin permitir dar a los demás nada.
    b. Cuando se cancela totalmente el apetito de recibir para sí.
    La persona también se encuentra esclavizada en este plano, si no va construyendo una vida de sentido trascendente (2). Es aún mayor su esclavitud si ni siquiera tiene capacidad consciente para desear, o teme aproximarse sinceramente a su deseo.

    Es libre en este plano la persona que busca recibir, para beneficiarse y beneficiar altruistamente al prójimo. Y que a lo largo de su existencia va formándose por medio de su búsqueda por alcanzar una meta acorde con su esencia espiritual. (Ejemplo: los hebreos pasaron más de dos siglos imposibilitados de acceder a su deseo, ya que si deseaban, recibirían ellos y sus allegados castigos brutales. No tenían esperanzas, ni a la vista caminos alternos al de continuar su pesada vida de esclavos de Egipto, y morir sin posteridad).
    4. Tomaré – Está intelectualmente esclavizada la persona cuyos pensamientos son para racionalizar aspectos negativos de su vida, y hallarles excusas para que se perpetúen.
    Esto ocurre mientras la mente no se entrene para escoger con libertad la senda que seguirá, y por tanto se divague sin hallar completitud para la vida. También acontece cuando los pensamientos son empleados al servicio de lo que espiritualmente (en la moralidad supra-objetiva) está signado como negativo, como sustracción a lo que es bueno.
    Así pues, son esclavos tanto el ignorante, como el que se ciega al uso de la razón,
    como el que es sabio en asuntos vanos, como el intelectual que emplea su capacidad para dedicarla a lo malo. La libertad en este plano se encuentra en cultivar el intelecto y dirigirlo a lo que es bueno. (Ejemplo: los hechiceros de Faraón eran sabios aplicados al conocimiento de las ciencias físicas de su época (llamadas magia y brujería), pero no por ellos eran libres intelectualmente, ya que sus pensamientos estaban dedicados a la tenebrosa empresa de someter a las personas al autoritarismo de su patrón).
    5. Sabréis – Libre en este quinto plano es aquel que está en armonía con el Eterno (3), y por tanto vive una vida equilibrada en los cuatro niveles antecedentes.
    Ahora que conocemos someramente estas cinco dimensiones para nuestra libertad, es cuestión de tener coraje y capacidad como para cuestionarnos y respondernos con sinceridad: ¿Estoy viviendo con libertad? ¿Soy libre en todos y cada uno de estos planos de mi vida?
    Por estudios y experiencia profesional, sabemos que buena parte de la gente no está desplegando todo su potencial para ser libres, y así viven existencias opacadas y muchas veces sentidas como vacías. Es decir, son esclavos de sus Faraones, en algún u otro punto, y no encuentran al Eterno que los libere, ni al Moisés que los ayude en el camino.
    Algunos creen que solos pueden quitarse las cargas que los oprimen, pero realmente no pueden.
    Otros ponen su fe en ídolos que para nada bueno sirven. Y otros prueban con promesas de soluciones que son parciales, y por tanto, nada solucionan. Y así mantienen las cadenas y dolores de Egipto en sus vidas, y en la de sus allegados.
    Gracias al Eterno hay maneras de andar por el sendero de la Luz, y así desatarse de los Faraones y sus capataces sanguinarios.
    Notas:
    1- Algunos ven el quinto verbo en Shemot / Éxodo 6:8, en relación a la venida y toma en posesión de la Tierra Prometida. No contradice el uso de este verbo, en lugar del que nosotros empleamos, las enseñanzas que se extraen en el presente estudio. Por el contrario, las refuerzan.
    2- Realmente, la construcción del sentido trascendente es dificultoso si el deseo de la persona no es coherente con su esencia espiritual. Pongamos un ejemplo para clarificar el concepto. Si una persona es ambiciosa, y su vista e interés están puestos en someter a los demás, enriquecerse y obtener poder, ¿puede compatibilizar este deseo y metas en la vida, con un sentido trascendente?
    3- Solamente podemos estar en armonía con nosotros mismos, si prestamos atención a la Palabra del Eterno, estudiando profundamente Torá, y cumpliendo con cabalidad con sus preceptos.
    Ya que la Torá es heredad eterna de la nación judía, patrimonio exclusivo y no compartible,
    los gentiles pueden aprender acerca de la Voluntad del Eterno NO por medio de indagar ilegalmente en la Torá, sino sorbiendo con diligencia las enseñanzas que les imparten los maestros judíos de la Verdad.

    Recordando y teniendo presente esto ultimo que como gentiles podemos aprender acerca de la Voluntad del Eterno en su Tora, NO por medio de indagar ilegalmente en la Torá, sino sorbiendo con diligencia las enseñanzas que les imparten los maestros judíos de la verdad.

    El origen de los cuatro dioses

    En la famosa visión del profeta Ezequiel de la carroza celestial, presenció cuatro ángeles con cuatro diferentes rostros: de persona, de león, de águila, de toro.
    Éstos seres celestiales son emisarios del Eterno, siervos fieles del Uno y Único.
    Desgraciadamente fueron usados a lo largo y ancho de la historia y las culturas como focos para la idolatría.

    Muchas generaciones antes, Adam, conocía a estos seres, sabía de su encumbrada posición en las huestes celestiales, y de cierta manera le trasmitió a sus descendientes su existencia.

    Por supuesto que Adam no se apartó de la conciencia y adhesión al Uno y Único, no cayó en la sucia senda de la idolatría.

    Pero, sus descendientes empezaron a desviarse, lentamente, paulatinamente, pero de manera pronunciada.
    De a poco fueron adorando a estos seres celestiales, con la intención de alcanzar al Eterno, pero de la manera errónea.

    Luego incluyeron a los astros en su intento por sintonizar con el Padre Celestial, cuando de hecho lo único que precisaban era un corazón sincero y puro, el ánimo dispuesto para comunicarse con Él (Rambam, Hiljot Avodat Cojavim 1).

    Entiende esto, su sed espiritual, su afán de contacto con el Eterno, lo querían saciar con cosas que Él prohibió. Ellos consideraban que con estos atajos se acercaban, cuando en los hechos se perdían cada vez más.
    Su intención fue buena, pero por seguir lo que el Eterno no aprobó, se perdieron.
    Es un interesante punto a tener en cuenta a la hora de actuar nosotros: ¿hacemos lo que nos corresponde por decisión de Dios, o seguimos las pautas de personas?

    La idolatría que incluye a estos seres es abundante, profusa, está desperdigada por todo el mundo, con más o menos claridad de la imagen.

    Sorpréndete al comprender el origen de esta aberración, que seguramente está a tu lado y no te habías dado cuenta.  ((Los famosos cuatro elementos básicos (agua, aire, fuego, tierra) surgieron como representación simbólica de los cuatro seres de la carroza celestial: persona-agua, águila-aire, león-fuego, toro-tierra.
    Cuando estos elementos fueron empleados como conceptos de las ciencias primitivas, sin adoración ni fe en ellos, ni como recursos de superstición, no son de idolatría. Pero, lamentablemente no ha faltado la idolatría que deifica o glorifica estos elementos de la naturaleza. Dioses de la tormenta, dioses de océanos y mares, dioses ígneos o solares, dioses de la tierra o fertilidad… ¿hubo civilización que esquivó esta idolatría?))

    Persona: son infinidad los dioses humanos, o con rasgos humanos. En casi cada cultura y sociedad se encuentran personas que son adoradas como dioses. El primero que recordamos es el rebelde Nimrod, pero tienes a los faraones, y otros reyes del pasado, así como la prolífica mitología griega e hindú. Hasta el Buda, que supuestamente no predicaba su divinidad, ni proponía una religión, actualmente es adorado como deidad por sus seguidores.
    La lista es larguísima, pero sin dudas que actualmente el más famoso y perverso es, por supuesto, el mítico y fantasioso colgado (alias Jesús, alias Yeshua, y muchos alias más). Su malicia profunda y espantosa radica en pretender usurpar directamente al Uno y Único.

    Águila: se ha adorado a lo largo de las generaciones a las águilas u otras aves rapaces.
    Solamente recuerda los estandartes romanos y nazis. El dios Horus egipcio. Piensa en los dragones chinos, en las serpientes aladas de los antiguos habitantes de América o en la Polinesia. Si no me equivoco es muy fuerte la presencia del dios águila en México.
    En cierta etapa el águila se asoció con serpientes, que eran voladoras, o emplumadas, o aladas. Lentamente quedaron como serpientes o imágenes familiares.

    León: el rey de la jungla ha sido empleado como divinidad en diversas culturas, pero su representación simbólica ha penetrado profundamente en casi toda la humanidad. El sol, el aro solar, son representaciones derivadas del león. En muchas banderas, estandartes, escudos nacionales hallamos al león, o al sol. ¿Tienes presente la iconografía idolátrica cristiana con el halo alrededor de sus santos? Ese halo es también un aro solar, otra muestra de idolatría. O la adoración del fuego, y del rayo, ¿qué es? Busca y encontrarás.

    Toro: ¿recuerdas que una fracción de los israelitas adoraron el becerro de oro? Esto lo aprendieron de sus ex amos egipcios, quienes adoraban a Apis, el dios toro, que era una de las cuatro divinidades centrales de su religión. Serapis entre los helenistas. La vaca sagrada de la India.
    Derivados de esta deidad son todas las cuestiones materialistas, que se empecinan en centrar su vida en lo que es físico, terrenal.

    (Notemos como la cuatrinidad -alias trinidad- cristiana (y también de falsos judíos falsamente mesiánicos, que son cristianos que se avergüenzan de decirlo) se basa en estas deidades: el padre es el sol, el hijo es el hombre, el espíritu santo es el águila (que representan como paloma), satanás (la cuarta deidad de la mitología de Jesús) es el dios terreno, es decir, el toro.
    Como sabemos, Mitra es el dios anitguo que fue usado como modelo para inventar al personaje de Jesús y mucha de su mitología. No en vano Mitra, una persona, se decía descendiente del sol/fuego, y venció al toro. Tal como la mitología fantasioso e idolátrica de Jesús que lo pone en lucha constante con el Toro/Satanás/Lo Terrenal. Y así viven los que siguen esta fe, sumergidos en la devastación de la idolatría más profunda.
    Ay, que dolor por todos aquellos que siguen presos en esta prisión del espíritu).

    Los que somos fieles al Padre Celestial no tenemos imágenes, ni estatuas, ni personas, ni animales, ni seres, ni intermediarios…
    solamente tenemos nuestro abrazo profundo con Él, y con nada ni nadie más.
    Es nuestra tarea servirLo, a Él, a nada ni nadie más.
    Es nuestra obligación limpiar corazones y mentes, quitar esas perversiones que nacieron de un buen deseo, de buenas intenciones, pero que se apartaron de la senda de los mandamientos para convertirse en el origen de un infierno terrenal.

    Busca a tu alrededor los vestigios de toda idolatría y purifícate.

    Cuenta conmigo, cuenta con FULVIDA…