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La bendición de ser IRHE SHAMAIM.

Este escrito va dedicado a las personas que
pudieran sentir cierta soledad al no pertenecer,
  a pesar de ser creyentes del Único Dios, a
ninguna religión organizada como tal. Gran error.

Antes de nada decir que yo me he visto en tal
situación durante algún tiempo, hasta que pude madurar mi espiritualidad
gracias, sobre todo,
  a conversaciones
mantenidas con el Lic. Yehuda y que han posibilitado darme cuenta de las
bendición que es, llegar a ser un creyente gentil. Por otra parte, durante toda
aquella época, pretendía ser lo que no era, si no somos judíos, simplemente no
lo somos; es posible que deseemos la conversión, pero no es necesaria, Dios es
el único Dios para todos, para toda la humanidad:

Veamos, volvamos nuestra vista al Bereshit,
(génesis) (Advertencia: esto no es un estudio de la Torah, un estudio serio de
ella supone una preparación especial que sólo un erudito estudioso de la misma
posee, principalmente un rabino)

 Si lo
comparamos con las mitologías o leyendas de otras tradiciones culturales, nos
damos cuenta enseguida que la mayoría de los dioses de otras épocas son
descritos como dioses de una ciudad, de un pueblo (la denominación de Dios de
Israel no debe llevarnos a equívocos, obedece a motivos que exceden este
artículo)… en el Bereshit Dios es el Creador de toda la humanidad y, algo muy
importante, establece una relación con su creación.

Si seguimos la comparación con mitos y leyendas
vemos que normalmente el hombre es una creación debido a un error (mitos
indios) y resultado de muchos ensayos de humanos diferentes, también debido a
que los dioses necesitan esclavos, (mesopotamia), etc. Frente a ello el primer
libro de la Torah
nos muestra que El Creador hace al hombre a su imagen y semejanza (¿Qué más prueba
de la dignidad que nos reserva? ¿qué más prueba que nuestra soledad es
ficticia?) y, además, se relaciona con él dando libertad (por ello haciéndonos
responsables de nuestros actos) y realizando pactos, acuerdos, alianzas… es
decir, sin imponernos nada. (¿Qué más prueba de su misericordia?)

Mucha gente suspira por pertenecer al pacto que se
realizó con Abraham, Isaac y Jacob… pero se olvidan que ya antes, (Abraham no
aparece hasta el capítulo 12) ya se
había celebrado un pacto con toda la humanidad en la persona de
Noaj (Noé). Cumpliendo lo pactado en esta alianza el gentil cumple su misión en
la tierra en espera del mundo venidero.

Regresemos 
la lectura del Bereshit; Hemos visto que nos muestra a Dios, un único
Dios creador de todo el género humano, que “se preocupa” por su creación, no es
un Dios lejano que se aisla, sino que busca una relación con el ser humano. Y
vemos también que el plan inicial es la que el ser humano sea feliz, lleno de
dicha. Pero esta dicha que Dios nos había reservado en el primer tiempo, se
rompe por el propio ser humano, la confianza se rompe, pues el ser humano va a
confiar más en otro ser (la serpiente) antes que en su Creador.

Se produce una separación, que no ruptura
(enternece leer lo escrito en el versículo 21 del capítulo 3 en pleno proceso
de expulsión del paraíso), con su Creador y por ello con su propia naturaleza,
y a la postre, separación con otros seres humanos.

Dicha separación será el comienzo del sufrimiento
humano, y el nacimiento de una añoranza, de un anhelo de regreso al paraíso
perdido, de vuelta con el creador.

La misericordia de Dios es infinita y no se agota
en un acto de deslealtad, de falta de confianza, y no nos abandona. Dios
nos va a facilitar un camino para mitigar ese anhelo y todo ello a pesares que
esta separación que se había iniciado con Adán se ha ido incrementando en las
sucesivas generaciones (y el hombre ha ido adorando a sus propias invenciones),
a pesar de todo ello, Dios vuelve su vista a la humanidad representada en un
hombre: Noaj, para celebrar un nuevo pacto, una nueva alianza.

En una humanidad cada vez más corrompida, más
orgullosa (falta de humildad) más desleal con su creador… más alejada de Él, un
hombre va a merecer el Favor Divino. ¿El motivo? La Torah sólo nos cuenta de
Noaj que era un hombre recto y honrado y andaba en los caminos de Dios (6: 9)
De otras motivaciones nada se dice, la tierra estaba corrompida y llena de
crímenes y violencia, todo ser viviente se había corrompido en su camino en la
tierra (6: 11,12) pero Noaj era probo y justo, que andaba en los caminos del
Señor.

Aquí tenemos la esencia de la relación correcta
con el creador, la confianza en Dios, y en sus caminos, la rectitud (“Mi escudo
es con Dios, que salva a los justos de corazón”, salmo 7: 11).

La vida recta de Noaj, favoreció la relación con
Dios, del mismo modo que la vida del malvado hace que se hunda él mismo
(“<<El malvado>> se cava un pozo y cae en él, en el foso que él
mismo hizo”, salmo 7: 16).

¿Qué aprendemos?

Dios nunca ha abandonado al género humano, es éste
el que, mal usando su libertad, se aleja de Dios. Y el hombre recto se halla
cerca de Él.

Volviendo a Noaj: gracias a su rectitud se va a
establecer un nuevo pacto, vigente a día de hoy, un pacto no diferente al que
Dios había ya inscrito en nuestros corazones (y que permitía la justicia innata
de aquellos que Le buscan, confían y Le son leales) y se va a concretar en una
serie de normas básicas para una vida recta en los caminos del Señor:

Estas normas son concretan las siguientes Mitzvot, mandamientos que todo ser humano debe
cumplir:

1. Creer en la unidad y unicidad de Hashem; No idolatría

2. No adorar otros dioses; No blasfemia

3. No asesinar; (desde Caín y Abel… que ofensa al propio Creador)

4. No robar; Nuestro sustento hay que ganarlo por medios dignos y honrados

5. No mantener relaciones sexuales prohibidas; las relaciones sexuales
incorrectas que tanta inmadurez provocan a la par como causa y efecto

6. No comer carne de un animal vivo; Al hombre se le da el dominio sobre otros
seres, se convierte en guardián y continuador de la obra divina. El causar
sufrimiento innecesario nos aleja de la bondad inicial y, por tanto, también
nos aleja del que es BUENO.

7. Instituir un Código Legal; Es, en cierto sentido, continuar la labor
divina estableciendo normas de justicia (no se habla de leyes sin más u otras
normas, desgraciadamente la historia nos muestra demasiados casos de normas de
diversos gobernantes que no han sido precisamente justas) que faciliten la
armonía.

Cada uno de ellos ha sido suficientemente explicado y desarrollado otros
textos que el lector puede encontrar en está página web. De todas formas un
mero recordatorio explicativo de estos hermosos y sencillos preceptos que
encauzan a esta vía podría ser: Evitando la idolatría y la blasfemia se está
posibilitando una relación sin estorbos, ni intermediarios con nuestro Creador
(en Él confiamos, sólo en Él, ni en ídolos ni otras falsedades, sólo en sus
caminos, no en los creados por hombres u otros seres)

Evitando el asesinato, el robo, eliminamos la mayoría de males que aquejan a
la humanidad. Evitando el adulterio y otros usos indebidos de la sexualidad,
evitamos sufrimientos (al igual que no haciendo sufrir innecesariamente a los
animales) a la par que establecemos una vida sana, alejada de la mentira y base
de una sociedad estable.   

Basados en estos principios, la creación de normas y tribunales de justicia
(repito: DE JUSTICIA) sirven para superar las posibles diferencias entre
hombres y evitar las maldades que tanto han dañado el camino de los hombres
sobre la tierra.

Sólo quiero recalcar dos cosas:

                         
Noaj no halló la gracia ante Dios
por ser de una nación, raza o tribu en concreto, ni por haber hecho grandes
cosas, sino por ser justo y confiar en
su Dios.

                         
Dios nunca, a pesar de nuestras deslealtades, nunca nos ha
abandonado;
  siempre ha estado cerca de
aquellos que se han mantenido en sus caminos: (“El Eterno se acerca a todos los
que Le llaman, a todos los que Le invocan en verdad” Salmo 145: 18) Es nuestra
responsabilidad el camino que escogemos.

Si con la expulsión del paraíso se produce una separación del hombre de su
Creador, estos preceptos facilitan el acercamiento y preparan correctamente al
hombre para que ocupe su lugar en le mundo venidero (OLAM HABÁ). Sólo cumpliendo
adecuadamente estos preceptos un gentil, se convierte en un Jasid Umot Haolam,
un piadoso entre las naciones, la observancia de estos preceptos nos hace
hombres justos y rectos; en otras palabras:

Nos hacemos semejantes a aquel Noaj que un día halló
gracia y misericordia a los ojos de Dios.

Por todo ello no dejo de sentirme orgulloso de ser un Benei Noaj.

Cuatro niveles de sincero arrepentimiento

Es importante tener presente que hay muchas cosas que aprender y mucho que andar y compartir en la vida que el Señor nuestro Dios nos da en este mundo, por ello doy gracias primeramente al Eterno por la sabiduría y sencillez que ha puesto en las enseñanzas del More Yehuda Ribco quien con esa pluma sencilla trae a nuestras vidas la enseñanza de un camino al cual Hashem nos llama a andar como Justos, por ello pido al Eterno grandes bendiciones que multipliquen la sabiduría para tratar cada asunto de la vida que comparte con todos aquellos que hemos visto la Luz del Eterno a través de sus enseñanzas, Publicado con autorización del More Yehuda Ribco

II.- CUATRO NIVELES DE SINCERO ARREPENTIMIENTO
GENESIS 44:23
Lic. Yehuda Ribco Shabbat: Tevet 7, 5766; 6/1/06
Un comentario a la Parashá Vaigash
Esencia y máscaras
En la parashá de esta semana, los hermanos, más específicamente Yehudá el líder, recuerdan que Iosef, en su personificación del mandamás egipcio, había dicho:
«‘…Si vuestro hermano menor no viene con vosotros, no veréis más mi cara…'» (Bereshit / Génesis 44:23)
En cierta manera, estas palabras eran su reto, su prueba hacia los hermanos.
Pues, ellos debían demostrar que existía el tal hermano menor que ellos habían mencionado, pero que estaba ausente. Además, debían exhibir que eran capaces de viajar con suficiente armonía como para traerlo en paz hasta Egipto. Que habían cambiado y que ya no eran los hermanos pendencieros y envidiosos que lo habían lanzado a él al oscuro pozo y a la dura esclavitud.
Además, era también una manera para poder reconocer que el padre y el hermano menor confiaban lo suficiente en ellos como para admitir este viaje en conjunto. Pues, si padre o hermano menor desconfiaban de la honorabilidad de los hermanos, difícilmente el hermanito viajaría con ellos.
En cierta manera, la frase que citamos era también algo así como su amenaza hacia los hermanos. Pues de no traer al hermano, no habría realmente comida.
Además, ellos estarían demostrando que no eran dignos de confianza, pues decían algo y luego no lo cumplían. Y además, era la clara amenaza de que terminarían en prisión de por vida, o algo peor, si aparecían nuevamente en Egipto sin Benjamín.
Pero, en cierta manera este enunciado de Iosef era también una profunda enseñanza hacia sus hermanos (y de paso para nosotros). Tal como si les estuviera diciendo:
Ustedes que no supieron comportarse correctamente con el hermano menor en el pasado, tienen ahora la oportunidad de redimirse mediante la teshuvá -el sincero arrepentimiento-. Pueden revivir aquella situación, y tomar ahora una decisión errónea como antaño, o una acertada que cambiará para siempre sus vidas.
Si escogen bien, se limpiarán de una enorme carga, de mucho resentimiento y dolor.
La decisión depende exclusivamente de ustedes, son ustedes los que escogerán si me volverán a ver como hombres íntegros o si continuarán cargando su pesada culpa de por vida.
Cuando dijo «…no volveréis a ver mi rostro…», la idea era que eventualmente volverían a ver al príncipe egipcio, que era la careta más imponente que ocultaba la verdadera personalidad de Iosef; pero, para volver a ver a Iosef el hermano, al Yo Auténtico, ellos debían hacer teshuvá, y ese era el mensaje oculto de la frase.
Y he aquí una gran enseñanza para nosotros. Si nos concentramos en lo esencial y hacemos lo correcto para obtener bendiciones de paz, la serenidad insuflará vida a en nuestras vidas. Si nos enfocamos en nuestro Yo Esencial o Auténtico para comunicarnos con el Yo Auténtico del prójimo, sin dejarnos engañar por los Yoes Vividos1, por las caretas que nos ponemos por miedo, entonces lograremos un enlace vital que nos fortalece. Si hacemos que nuestro hermano menor, aquel que no está contaminado por los valores pasajeros, por las modas, por los adoctrinamientos, ese hermano menor que permanece casto y puro, si hacemos que él vaya con nosotros, que se manifieste, entonces podremos hallar el verdadero rostro de nosotros y de nuestro semejante.
Es un hecho que todos cargamos con algún resentimiento, más o menos profundo, más o menos consciente, más o menos activo y perjudicial. Desde incluso antes de nacer nos van depositando sentimientos, ideales, sueños, agresiones, libretos que no son nuestros, pero que se van convirtiendo en una máscara que encubre nuestra auténtica identidad. Nos vamos familiarizando con las máscaras de aquellos que nos rodean y vamos por la vida creyendo que las máscaras que presentamos son nuestra identidad. ¡Pero ciertamente que esto no es así! Nuestra identidad esencial no se ve disminuida o crece con los influjos externos, es un núcleo estable y permanente (incluso nos sobrevive luego de la muerte a Este Mundo). Pero tristemente la mayoría vivimos una vida de engaños, voluntarios pero en general involuntarios, y provocados por enfocarnos en las máscaras en vez de en la identidad esencial. Como esas máscaras nacen a partir de las máscaras de los otros, nuestros sentimientos de los sentimientos de otros, nuestros pensamientos negativos de pensamientos negativos de otros, etc., debemos hacer un profundo proceso de reparación, de teshuvá, para retornar a nuestra esencia y de esa manera hacer nuestra parte para redimir al mundo.
«Teshuvá», en el contexto de valores y ética se traduce generalmente como «arrepentimiento». También puede ser entendida como «respuesta» o como «reparación».
Todas estas acepciones que de cierta manera ya hemos usado hasta ahora, pero de hecho, la traducción literal es «retorno». ¿A qué o quién retorna el que retorna, el que hace teshuvá? Pues, retorna a su auténtica identidad, a su Yo Esencial, a la chispa de divinidad que nos da vida. Retornando, reencontrando cada uno de nosotros nuestro Yo Esencial, estamos también encontrando el camino para cumplir cabalmente el mandamiento que nos dice:
“… [Haz de saber que] Yo soy, el Eterno tu Elokim que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud…» (Shemot / Éxodo 20:2)
En nosotros está continuar liberarnos o seguir siendo los esclavos del sentimiento adverso, y así ir por la vida como un derrotado, que no está libre para gozar y crecer. Padeciendo esclavitud emocional, mental y espiritual, que nos llevará a in-cumplir de cierta manera el precepto que nos ordena:
«…No tendrás dioses [poderes] ajenos delante de Mí…» (Shemot / Éxodo 20:3)
¿Cómo es esto? Pues, el que está esclavo de «poderes ajenos», que es adicto a todo tipo de dependencias (personas, cultos tóxicos, Jesús, drogas, Internet, fama, dinero, etc.), está ante-poniendo su «droga» al Eterno. Por ejemplo, el ambicioso que está fervientemente detrás de la adquisición de dinero, ¿acaso es íntegro de corazón y acciones para con el Eterno? Quizás sea una buena persona, excelente ser humano y hasta alma caritativa, pero si su fervor está puesto en el dinero, está esclavo de su dependencia. Tal como este esclavo, son todos los otros que dependen (en un sentido profundo y existencial) de valores, objetos o personas que no son el Eterno.
Aprendamos entonces que está en nosotros el optar por dejar el pesado pero conocido camino del dolor, para comenzar el del retorno, y posterior crecimiento.
Aprendamos a vivir menos nuestras máscaras, y menos a juzgar las máscaras de nuestro prójimo, para poder re-encontrarnos un poco más con el prójimo verdadero y con nuestro Yo verdadero.
Para lograrlo, primero debemos hacer caso al salmista:
«…Apártate del mal y haz el bien…» (Tehilim / Salmos 37:27)
Cuatro son los niveles para comprender este profundo consejo, tal como cuatro son las etapas para desarrollar este versículo a plenitud en nuestras vidas4:
En nuestro interior así como en el mundo, el mal está mezclado y confundido con el bien. Recordemos que el fruto del árbol del Conocimiento se llamaba «del bien y del mal» (Bereshit / Génesis 2:9), es decir, de ambos confundidos en un sólo elemento. Si hubiera sido solamente fruto para conocer el mal, el Eterno no se habría avergonzado de mencionarlo así… Siendo que la luz y la oscuridad se funden en un abrazo caótico (Bereshit / Génesis 1:4), ¿cómo discernir a simple vista cuál parte del fruto es para bien y cuál no lo es?
El primer paso para crecer es darse cuenta de este hecho: a veces lo que llamamos «bueno» es tan solamente una apariencia de bien, y lo que consideramos «malo» en su esencia tampoco lo es. Cuando no podemos discernir lo que es luz de lo que es oscuridad, no hallamos oportunidades de crecimiento, estamos varados y en caos (Ieshaiá / Isaías 57:20). Por eso es imprescindible aprender a diferenciar realmente lo bueno de lo que no lo es, sin engaños, sin trampas al solitario, sin mediatintas. Saber esto, es el primer paso.

En la práctica es hacer el esfuerzo consciente para cumplir los preceptos «de no hacer» y cumplir los «harás», sin dar excusas ni justificaciones para no cumplir unos u otros.8 – 47:27
1. Por ejemplo: darte cuenta que puedes estar guardando rencor en tu corazón y que por consiguiente no estás amando realmente a tu prójimo como a ti mismo2.
2. El segundo paso es apartarse de lo negativo ANTES de proceder a hacer lo bueno. Es como tener un campo para arar y sembrar pero que está plagado de malas hierbas, que absorberán todos los nutrientes que destinemos a nuestro sembradío y no le darán oportunidad de vivir.
Así pues, en ocasiones la destrucción es imprescindible paso previo para le construcción. La crítica es indispensable para el crecimiento.
El extirpar nuestras cualidades nocivas como antesala para poblar nuestro ser de virtudes. Renunciar a pensamientos, palabras y acciones negativas que nos perjudican sin sentido y dañan sin motivo verdadero al prójimo. En la práctica es esforzarse por cumplir los preceptos de «no hacer» y complementarlos de inmediato con los «harás». Por ejemplo: no guardes rencor en tu corazón para que ADEMÁS puedas efectivamente amar a tu prójimo como a ti mismo.
3. Cuando hemos evolucionado un poco más, estamos en condición de vivir esta frase de otra manera, con más dulzura en nuestros juicios, reconociendo que no estamos libres de errores, lo que significa que si cometemos un error o pecado no por ello somos malos. Si llegamos a ser auténticos en esta vivencia, tampoco juzgaremos severamente a nuestro prójimo, y encontraremos la manera de encauzarnos y encauzarlo sin entrar en penosos conflictos o altercados personales.
Mala es la acción, no la persona que la comete (Kohelet / Predicador 7:20).
De esta manera, hacemos bien y en esta acción constructiva nos estamos apartando del mal, pues «…incluso una pequeña luz dispersa una gran oscuridad…» (Jovat HaLevavot 5:5). Al mismo tiempo, cuando actuemos bien no nos henchiremos de falso orgullo, ni nos sentiremos en falta o culposos si no alcanzamos la meta, pues sabemos que el mal siempre está presente, pero vive solamente si nosotros le damos vitalidad. Este tercer nivel no es fácilmente accesible para la persona que no ha desarrollado una personalidad centrada, humilde, pues no es común que se nos enseñe a juzgar con equilibrio ni a ser gratificadores con mesura. Pero si lo alcanzamos, el mal pensamiento, la mala palabra, la mal acción, el mal sentimiento no tendrán mucha fuerza para obstaculizarnos al hacer lo que es bueno. En la práctica es cumplir los preceptos «harás» de tal manera que ya casi no se tenga que necesitar con urgencia ciertos preceptos de los de «no hacer» (especialmente los de índole ética, en relación al prójimo). Por ejemplo: como amas a tu prójimo como a ti mismo con tanta autenticidad y vigor, entonces ya CASI ni siquiera sientes que algún rencor pueda guardarse en tu corazón.
4. Por último, el cuarto nivel es propio de una persona que alcanza a vivir como un tzadik, una persona que hace que su vida gire en torno a la justicia compasiva. Quizás no lleguemos a este nivel, pero podemos actuar algún día con el ánimo de alcanzarlo. ¿Cómo se interpreta y vive el «apartarse del mal para hacer el bien» para este nivel? Es hacer un proceso de conversión o reciclaje, para decirlo en un término moderno. En este nivel se desprende la chispa de divinidad que está en lo malo3, o se descubre la finalidad positiva. Se recicla el desecho en material productivo. Se descubre el valor de lo despreciado. Se usa el poder para el bien. Se confía en el Eterno y no en dependencias endebles que son ídolos vanos. El apartarse entonces no es un alejarse, sino un desvanecer el mal para convertirlo en bien. En este nivel la conciencia está tan limpia de juicios duros, y tan apegada al Eterno, que no ofende ni teme. Cumple con los preceptos de la Torá con integridad y vive a plenitud.
Es, sin dudas, una persona verdaderamente libre. En la práctica es cumplir y ayudar a cumplir los preceptos de «no hacer» y los «harás», porque así el Eterno lo demanda. Por ejemplo: ayudar al que te guarda rencor en su corazón a liberarse de esa carga oscura y deprimente para que ambos puedan amarse mutuamente.
Notas:
1- El Yo Esencial o Auténtico de cada uno es uno y único, una chispa de divinidad que nos forma. Los Yoes Vividos son múltiples en cada persona.
Incluso aquella persona que se aferra a una sola máscara, a un solo Yo Vivido, no deja de estar oculto detrás de diversos antifaces pero que se han amalgamado defectuosamente en uno que representa su personalidad.
2- «…No te vengarás ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Eterno…» (Vaikrá / Levítico 19:18).
3- Recordemos que el mal también es una creación del Eterno, por tanto su finalidad siempre es para bien. A veces no se puede desarrollar la chispa de divinidad en lo negativo, y permanece en oscuridad esperando ser redimida.
4- Cada una de estas etapas o niveles está como rectificación o complemento para cada una de las cuatro personalidades básicas, lea aquí para tener una idea al respecto.
Preguntas y datos para meditar y profundizar:
El Rav Elías Schwartz cuenta en uno de sus textos:
La primera vez que el tren vino a su pequeña aldea, los jasidim decidieron mostrarle a su Rebbe este avance de la civilización moderna. Mientras el Rebbe se aproximaba a la estación, divisó una larga línea negra, fría, anónima y apática de coches encadenados unos con otros. La maquina estaba al frente, fiera en su plenitud de fuego y calor. Su impetuoso humo se elevaba entre las altas nubes. De pronto, con un estruendo poderoso y una bocanada monumental de humo la locomotora comenzó a andar, y la larga línea negra de coches se movía a su paso. Los jasidim entonces preguntaron con curiosa gracias reverente a su maestro: «Rebbe, Rebbe, ¿qué opina usted de esta maravilla?». El sabio hombre hizo un gesto con sus hombros y dijo: «No es muy novedoso… ¿no les resulta familiar que haya uno fuerte y lleno de fuego interior arrastrando tras de sí a una larga fila de sujetos oscuros, fríos, dubitativos y apáticos?».

CINCO NIVELES DE LIBERTAD

Breve Comentario autorizado por el More Yehuda Ribco de la Parashá – Vaerá:
Cinco niveles de libertad
Lic. Prof. Yehuda Ribco // Tevet 25, 5764 – 19/1/04
El Eterno prometió (y Él no es hombre para arrepentirse, ver Bemidbar / Números 23:19):
«Di a los Hijos de Israel: ‘Yo soy el Eterno. Yo os libraré de las cargas de Egipto y
os libertaré de su esclavitud. Os redimiré con brazo extendido y con grandes actos justicieros. Os tomaré como pueblo Mío, y Yo seré vuestro Elokim. Vosotros sabréis que Yo soy el Eterno vuestro Elokim, que os libra de las cargas de Egipto.» (Shemot / Éxodo 6:6-7)
Cuatro son los verbos empleados por el Rey de reyes para describir el proceso que lleva a una certera e integral liberación. Cada uno de estos cuatro verbos apuntan a un aspecto diferente que es preciso que esté funcionando correctamente y en armonía, para que la persona realmente lleve una vida sin asfixiantes cadenas ni anclas enfermizas.
Y hay un quinto verbo (1), que manifiesta el resultado positivo de haber transitado con éxito dicho proceso de liberación.

Veamos brevemente qué podemos aprender de cada uno de estos verbos de libertad:
1. Libraré – La esclavitud más evidente, que no está sujeta a la subjetividad, es la física. Pues es aquella que implica acciones o inacciones concretas, materiales. Cuando el cuerpo recibe golpes, heridas, cargas insoportables, privación de movimiento, exigencias anormales, limitaciones de todo tipo, escasez de alimento, sustancias adictivas dañinas, y cualquier otra circunstancia que perjudique el cuerpo de la persona.
La primera etapa para una verdadera libertad empieza por descargar de su opresión a lo corporal, por liberar al cuerpo de sus cadenas concretas. (Ejemplo: para los hebreos no pasaba un día sin recibir azotes, obligaciones de trabajar forzadamente, reducidos alimentos, etc.).
2. Libertaré – La segunda etapa ya deja de ser objetiva, aunque permanece dentro de la dimensión física. Apunta a redimir a la persona de sus ligaduras y tendencias emocionales nocivas o perjudiciales. Cuando los afectos no encuentran una canalización saludable, sino que son sometidos a confinamientos anormales, o a restricciones abusivas (no coherentes con la espiritual naturaleza humana), o por el contrario están fugados de limites benéficos; o cuando se depositan dentro de sí más y más sentimientos sin posibilidad de expresarlos correctamente; estamos ante una persona esclava de (o a causa de) sus pasiones e instintos.
La segunda etapa en una carrera de liberación se halla en reconocer los afectos, en canalizar positivamente los sentimientos y en no doblegarse ante los mandatos de los instintos. (Ejemplo: para los hebreos no pasaba un día sin recibir insultos que no podían responder, matanzas de seres queridos que no podían llorar, quejas dolorosas que debían ser tragadas sin hacerse oír, etc.).
3. Redimiré – La persona está capacitada naturalmente para desear. El desear, en un contexto tradicional, significa la posición en la cual la persona se pone respecto al dar y al recibir. La dimensión desiderativa humana está penosamente esclavizada en dos circunstancias:
a. Cuando solamente se busca recibir para sí, egoístamente, sin permitir dar a los demás nada.
b. Cuando se cancela totalmente el apetito de recibir para sí.
La persona también se encuentra esclavizada en este plano, si no va construyendo una vida de sentido trascendente (2). Es aún mayor su esclavitud si ni siquiera tiene capacidad consciente para desear, o teme aproximarse sinceramente a su deseo.

Es libre en este plano la persona que busca recibir, para beneficiarse y beneficiar altruistamente al prójimo. Y que a lo largo de su existencia va formándose por medio de su búsqueda por alcanzar una meta acorde con su esencia espiritual. (Ejemplo: los hebreos pasaron más de dos siglos imposibilitados de acceder a su deseo, ya que si deseaban, recibirían ellos y sus allegados castigos brutales. No tenían esperanzas, ni a la vista caminos alternos al de continuar su pesada vida de esclavos de Egipto, y morir sin posteridad).
4. Tomaré – Está intelectualmente esclavizada la persona cuyos pensamientos son para racionalizar aspectos negativos de su vida, y hallarles excusas para que se perpetúen.
Esto ocurre mientras la mente no se entrene para escoger con libertad la senda que seguirá, y por tanto se divague sin hallar completitud para la vida. También acontece cuando los pensamientos son empleados al servicio de lo que espiritualmente (en la moralidad supra-objetiva) está signado como negativo, como sustracción a lo que es bueno.
Así pues, son esclavos tanto el ignorante, como el que se ciega al uso de la razón,
como el que es sabio en asuntos vanos, como el intelectual que emplea su capacidad para dedicarla a lo malo. La libertad en este plano se encuentra en cultivar el intelecto y dirigirlo a lo que es bueno. (Ejemplo: los hechiceros de Faraón eran sabios aplicados al conocimiento de las ciencias físicas de su época (llamadas magia y brujería), pero no por ellos eran libres intelectualmente, ya que sus pensamientos estaban dedicados a la tenebrosa empresa de someter a las personas al autoritarismo de su patrón).
5. Sabréis – Libre en este quinto plano es aquel que está en armonía con el Eterno (3), y por tanto vive una vida equilibrada en los cuatro niveles antecedentes.
Ahora que conocemos someramente estas cinco dimensiones para nuestra libertad, es cuestión de tener coraje y capacidad como para cuestionarnos y respondernos con sinceridad: ¿Estoy viviendo con libertad? ¿Soy libre en todos y cada uno de estos planos de mi vida?
Por estudios y experiencia profesional, sabemos que buena parte de la gente no está desplegando todo su potencial para ser libres, y así viven existencias opacadas y muchas veces sentidas como vacías. Es decir, son esclavos de sus Faraones, en algún u otro punto, y no encuentran al Eterno que los libere, ni al Moisés que los ayude en el camino.
Algunos creen que solos pueden quitarse las cargas que los oprimen, pero realmente no pueden.
Otros ponen su fe en ídolos que para nada bueno sirven. Y otros prueban con promesas de soluciones que son parciales, y por tanto, nada solucionan. Y así mantienen las cadenas y dolores de Egipto en sus vidas, y en la de sus allegados.
Gracias al Eterno hay maneras de andar por el sendero de la Luz, y así desatarse de los Faraones y sus capataces sanguinarios.
Notas:
1- Algunos ven el quinto verbo en Shemot / Éxodo 6:8, en relación a la venida y toma en posesión de la Tierra Prometida. No contradice el uso de este verbo, en lugar del que nosotros empleamos, las enseñanzas que se extraen en el presente estudio. Por el contrario, las refuerzan.
2- Realmente, la construcción del sentido trascendente es dificultoso si el deseo de la persona no es coherente con su esencia espiritual. Pongamos un ejemplo para clarificar el concepto. Si una persona es ambiciosa, y su vista e interés están puestos en someter a los demás, enriquecerse y obtener poder, ¿puede compatibilizar este deseo y metas en la vida, con un sentido trascendente?
3- Solamente podemos estar en armonía con nosotros mismos, si prestamos atención a la Palabra del Eterno, estudiando profundamente Torá, y cumpliendo con cabalidad con sus preceptos.
Ya que la Torá es heredad eterna de la nación judía, patrimonio exclusivo y no compartible,
los gentiles pueden aprender acerca de la Voluntad del Eterno NO por medio de indagar ilegalmente en la Torá, sino sorbiendo con diligencia las enseñanzas que les imparten los maestros judíos de la Verdad.

Recordando y teniendo presente esto ultimo que como gentiles podemos aprender acerca de la Voluntad del Eterno en su Tora, NO por medio de indagar ilegalmente en la Torá, sino sorbiendo con diligencia las enseñanzas que les imparten los maestros judíos de la verdad.

Resp. 132 – Pureza en el andar

Estimado Licdo. Ribco

Le agradezco por sus palabras de aliento,
1- me podria decir como tratar o como organizar el grupo si tienen al flaco(el personaje del madero) todavia presente,?
2- de igual manera se puede organizar un grupo noajico?

Atentamente,

Erick Escobar
Guatemala

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La mediocridad

Un estudio reciente muestra que darse por vencido es un hàbito adquirido. Se puede aprender a ser perseverante o constante, tan fàcilmente como se aprende a darse por vencido. Durante los ùltimos años, biòlogos, psicòlogos, han realizado experimentos que confirman cuàn poderosamente puede nuestra actitud mental afectar el resultado de nuestra vida. En la universidad Jhons Hopkins los investigadores han descubierto que animales de laboratorio pueden aprender a darses por vencidos. Si un ratoncito se mantiene en la mano con tanta firmeza que por màs que se esfuerce no puede escapar, al final abandonarà la lucha contra lo imposible. Ha aprendido a darse por vencido.

Aunque los humanos no somos ratones, podemos escoger los hàbitos de vida. Afortunadamente podemos hacer una elecciòn optimista de responsabilidad y esperanza. Podemos desarrollar el hàbito de no darnos por vencidos. Podemos programar nuestra mente y corazòn para que siga siempre adelante, luchando contra la duda, el dolor y el miedo. En ese proceso podemos vencer obstàculos en apariencia insuperables. En realidad, uno de los mensajes que yo quiero transmitir es. » Aguante, y lo verè en la cumbre».

Por: Zig Ziglar, pag. 294

Feminismo, evolución y los nuevos retos del hombre

   

El feminismo[i] hoy en la sociedad masculina muestra efectos diversos. Uno de estos es el cambio en las oportunidades masculinas para comprender a las mujeres de forma colectiva.El rol de la mujer esta cambiando constantemente y esto crea la percepción  de que el rol del hombre debe cambiar. Este discurso trata de averiguar  si lo último es acertado. Por otra parte trataremos de responder si es que los hombres debemos ver el feminismo como algo diferente de lo que se nos ha hecho creer. Es decir, si debemos verlo como una oportunidad para comprender la evolución humana mas que como un cambio de roles. De esta forma comprender que podríamos, como sociedad masculina, estar frente a expectativas en favor de la evolución del planeta que no fueron cubiertas bajo la perspectiva de las mujeres de forma colectiva. ¿Sera que oculto en el llamado feminismo existe una responsabilidad compartida para dar una nueva orientación a la preservación de la especie?


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AUTOESTIMA (Capitulo 5)

CAPÍTULO 5

LA ENVIDIA Y EL YO

Los Blum esperaron hasta Shabat para pedirle al rabino tiempo para hablar a solas con él. Y en el atardecer color miel de un Shabat con viento pero agradable, todos se juntaron en un área arbolada de los terrenos del hotel.

David Blum estaba muy preocupado acerca de su esposa Rajel. Desde que llegaron, ella estaba tan retraída como siempre. Se dio cuenta que si algo se iba a lograr, se lograría en una conversación privada. Y, de hecho, desde el momento que salieron para dar un paseo de Shabat y se encontraron al rabino esperando en un área tan agradable y aislada, sintió a su esposa más relajada.

Cuando le dijeron sus problemas, Rajel efectivamente empezó abrirse más y más. Finalmente, se sintió lo suficientemente cómoda para admitir, —Rabino, el no tener hijos me daña tanto que no puedo compartir alegrías de otros. Trato de que nadie se dé cuenta, pero secretamente temo noticias de una simjá, una invitación a una jatuná, un brit o cualquier cosa similar. Tengo un remolino de emociones conflictivas. ¿Cómo puedo bailar? ¿Cómo puedo decir mazal tov? ¿Cómo puedo incluso sonreír cuando vivo constantemente con la atormentadora conciencia de que una de las necesidades humanas más básica me ha sido negada? No tengo hijos.

Dime honestamente. —replicó el rabino—, si el 95 por ciento de la población no tuviera hijos, ¿sería tan doloroso?

Rajel pensaba mientras el rabino repetía: —Quiero que seas sincera.

Finalmente ella contestó, —Probablemente no. Pero el 95 por ciento de la población sí tiene hijos.

Éste no es el punto. El punto es que si ellos no los tuvieran, tú no sentirías tanto dolor.

Eso probablemente es verdad.

Por lo tanto, te das cuenta que el dolor no es exclusivamente porque no tienes hijos. Hay otra fuente para el dolor. Es esa incesante voz interna diciendo: ¿por qué todos los demás tienen, y yo no? ¿Por qué soy diferente a todos?

Entonces es un aspecto de envidia, —David remarcó.

Sí, —dijo el rabino—. La envidia cumple un papel muy poderoso en todos los seres humanos. La Torá enseña que es una de las tres cosas que sacan a la persona de este mundo.28

Hace un par de años, —Rajel intervino—, hubiera estado en desacuerdo con usted. Pensé que estaba por encima de sentir envidia. Pero a medida que el tiempo avanza y yo permanezco sin hijos, he sido lanzada a un vértigo emocional. Nunca antes había sido enfrentada realmente con la adversidad. Pero ahora estoy muy atribulada. Se ha llevado lo mejor de mí y siento una envidia terrible. No sé cómo arrancarla de mí.

No sé si lo puedas arrancar, —dijo el rabino—. De hecho, si una persona nunca siente envidia, se está negando a sí misma. Es la naturaleza humana.

Entonces ¿es imposible superar la envidia? —preguntó Rajel.

No. ‘No codicies’ es un mandamiento en la Torá, y es muy importante. Si fuera imposible sobreponerse a la envidia, no hubiéramos sido ordenados a comportarnos así.

Pero usted acaba de decir que no cree que la envidia puedan ser extirpada nunca.

La envidia puede nunca ser extirpada completamente de nosotros, pero podemos dominarla y aprender cómo usarla para bien. ‘La envidia de la gente sabia incrementa la sabiduría’. Cuando sientes envidia de una persona que espiritualmente es más avanzada que tú, es una envidia positiva porque te motiva a superarte espiritualmente. Por otro lado, la envidia por cosas materiales no tiene valor. Este tipo de envidia puede ser completamente extirpada y es a lo que la Torá se refiere cuando dice: ‘No codicies’. Es posible y, por lo tanto, es nuestra responsabilidad, el sobreponernos totalmente a la envidia por cosas materiales.

¿Cómo hace uno esto?

El autor de Mesilat Yesharim nos enseña un principio muy importante; él escribe: ‘La envidia resulta de una falta de conocimiento y de necedad’.29 En otras palabras, es una simple falta de conocimiento. Mientras más conocimiento obtienes, más puedes superar la envidia por objetos materiales.

¿Conocimiento? ¿Eso es todo? ¿De qué tipo de conocimiento está hablando? —preguntó David.

El conocimiento de quién eres y cuál es tu lugar en el esquema de la creación. En una palabra: autoestima; verdadera autoestima, como la Torá la enseña. Todo mundo está obligado a decir, ‘El mundo fue creado para mí’.30 Y es verdad. El mundo fue creado para cada uno de nosotros.

Cuando la nación judía estaba parada al pie del Monte Sinaí, la revelación fue dirigida a cada individuo, ‘Yo soy Hashem Tú D os’, no deberás tener otros dioses…’. Estos mandamientos están expresados en segunda persona singular, es decir, a cada individuo. La lección es que Hashem no sólo dio una Torá general, sino una Torá diferente para cada individuo. Él no creó un mundo con millones y millones de personas. Cada persona es un mundo en sí misma. Y es tu obligación creer esto. Hashem tuvo un propósito especial al crearte a ti. Hay algo para lo que fuiste puesta acá, para lograr algo que nadie más puede hacer.

¿Qué es lo que realmente hace sufrir a la gente? —preguntó el rabino retóricamente—. La queja más común es la que acabas de expresar: ¿por qué yo me distingo? ¿Por qué soy diferente? Quiero ser como todos los demás. Quiero mezclarme con la multitud. Si todos los demás tienen dinero, yo debo tener dinero. Si todos los demás tienen un matrimonio fácil, yo quiero un matrimonio fácil. Pero la raíz del conocimiento es saber que tú eres un individuo único sobre este planeta con un propósito único al cual se le han dado circunstancias únicas para desempeñar su misión. Si sufres de una manera en que otros no lo hacen, es porque a ti te ha sido dada una misión única que otros no tienen. Y el primer paso para enfrentar tu reto es reconocerlo. Si perseveras, este sufrimiento se volverá tu triunfo. Si no lo haces, será tu derrota.

Eso es seguro.

El punto es que Hashem quiere que nos convirtamos en nosotros mismos y nos da todas las herramientas que necesitamos para lograrlo. Cualquier cosa que Él le da a los demás es algo extraño. No se adapta a tu mundo. No te va a ayudar a alcanzar el objetivo para el cual fuiste puesto aquí. Si ellos no sufren el dolor de no tener hijos, es porque no es su reto. Pero no te preocupes por ellos. Cada quien tiene su propio equipaje, sus propia carga y retos por superar. Todos.

Pero algunas personas parecen que viven más fácil.

A cada persona le es dada la misma oportunidad para bien o mal en este mundo. Si naciste bueno, tienes una fuerza opuesta que te obstruye. Si naciste sin nada, se te da un impulso extra de fuerzas externas. Por ejemplo, Esav nació con las peores características, pero él tuvo un padre, Itzhak, que lo amó entrañablemente y desarrolló una relación especial con él, para que pudiera sobreponerse a su naturaleza. Yaakov, por otro lado, nació bueno, un ish tam, pero tuvo un hermano malvado que lo odiaba y eventualmente lo expulsó de su casa bajo amenaza de muerte. Y luego Yaacov tuvo que vivir con el igualmente diabólico Laván.

Hashem continuamente equilibra nuestra vida. ‘Aquél que se vuelve más grande que sus amigos, su inclinación al mal crece’.31 Nuestros retos crecen a medida que crecemos. Si otros realmente viven fácil, se debe probablemente a que carecen de algo en su interior. Si a ti te resulta más difícil, puede ser porque tú tienes algo que ellos no tienen. Hashem te está desafiando para que te vuelvas algo más que ellos. El fundamento principal es: Hashem le da a cada quien circunstancias de vida hechas a la medida.

Pero rabino, cuando veo a otras personas con hijos, pienso cómo sería si yo los tuviera. ¿Cómo no puedo visualizarme feliz y realizada con hijos?

No hay razón para sentir envidia porque otros tienen hijos, porque tener hijos no es algo que te va a ayudar hasta que Hashem te los dé a ti. Sólo sientes envidia porque crees que tener hijos te va a ayudar. Sin embargo, si no fue designado para ti, no te va a ayudar. Si está designado para ti, lo vas a obtener. La envidia se desencadena cuando asumimos que lo que otra persona tiene, es lo que necesitamos. Pero sólo porque externamente parece ser que lo necesitamos, no significa que lo necesitamos.

Imagínate una persona sola en un auto a medianoche, que se le revienta un neumático y no tiene gato para cambiarlo. Al mismo tiempo, hay un hombre desesperado que no ha comido durante tres días. Ambas personas están desesperadas, una por un gato y la otra por comida. ¿Acaso el hombre que está desesperado por un gato sentirá envidia si el hombre hambriento de repente encuentra comida? Obviamente no. No necesita comida en ese momento; necesita un gato. Y viceversa, el hombre muriéndose de hambre ¿se sentirá celoso del hombre varado si encuentra un gato para reparar su llanta? No, él no necesita un gato para automóvil; necesita comida.

Sin embargo, si hubiera dos hombres muriéndose de hambre, y uno encuentra comida mientras que el otro no, el que no tiene comida sentirá envidia. O si dos personas tienen llantas reventadas y uno la repara mientras que el otro no, el que se quedó rezagado sentirá envidia. Las personas sienten envidia porque creen que tienen las mismas necesidades que los otros.

No obstante, cuando apreciamos la profundidad del concepto que la Torá le fue dada a cada individuo, y a cada individuo le fue dado su propio universo por separado, y no hay dos universos iguales, entonces estamos provistos con el conocimiento para sobreponernos a la envidia. Esto es lo que significa que la envidia es en primer lugar un problema de falta de conocimiento.

Piensa acerca de la Halajá que indica que un hombre debe usar un anillo que le pertenece para desposar a su mujer. Si el anillo no es suyo, puede organizar la boda más preciosa, convidar a los más distinguidos invitados, tener la mejor luna de miel y vivir con la mujer durante muchos años, pero él no está casado con ella. Solamente su anillo es válido. Otro anillo no produce la unión.

Si el novio está de pie bajo el dosel y sabe que debe tener su anillo para desposar a su mujer, y sabe que el anillo de alguien más nunca le servirá para desposarla, nunca codiciará el anillo de otra persona, sin importar cuán costoso y hermoso sea. De alguna manera, cada uno de nosotros somos como ese novio con su propio anillo. Por ejemplo, necesitamos dinero para vivir. Y ese dinero es exactamente lo que necesitamos para cumplir nuestro propósito en este mundo si es Hashem Quien nos da el dinero. Si Él no lo hace, y usamos el dinero de alguien más, es como desposar a una mujer con el anillo de otro, es como encontrar un gato para automóvil cuando necesitamos comida. Hashem nos da los ingredientes de vida necesarios para cumplir nuestras responsabilidades con Él; todos los ingredientes. Si Hashem no nos da el material, entonces tenemos que concluir que no lo necesitamos; el material de alguien más no nos va ayudar en lo absoluto.

Pero rabino, —dijo David—, digamos que una persona tiene una casa hipotecada que está por perder, a menos de que pague $10,000, y tiene la oportunidad de robar $10,000. No estoy diciendo que es correcto que robe, pero ¿por qué no debería sentir envidia cuando ve los $10,000 que necesita para salvar su casa sobre la mesa de otra persona? ¿Cómo puede no codiciar estos $10,000?

¿Cómo? Dándose cuenta que los $10,000 de otra persona podrían ser veneno para él. ¿Quién dice que lo mejor es salvar la casa?

¿Qué ventajas tiene tener la casa bajo juicio hipotecario?

Nunca se sabe. Acabas de ser desalojado de una casa con una hipoteca de $200,000 y en un año puede ser que consigas una casa similar por $100,000. Si no hubieras entrado a juicio hipotecario un año antes, habrías estado pagando intereses sobre $100,000 extra. Y si, por el otro lado, Hashem quiere que conserves la casa, vas a obtener los $10,000 de una fuente limpia y halájicamente legal.

Cuando una persona quiere las posesiones de otra persona, tiene el problema de que no aprecia lo que ya tiene. Si tuviera el conocimiento de qué es lo que posee, automáticamente se sentiría bien. Estaría feliz de ser quien es, se sentiría tranquilo con el hecho de que él tiene su propio mundo, con sus propios retos, sus propias oportunidades para grandeza inigualable. Una persona con tal conocimiento nunca sentirá envidia.

Es por esto que la causa de la envidia es la falta de conocimiento. Es ignorancia de un principio de Torá básico: el principio de nuestro lugar único en el universo. Es por esto que ‘no codiciarás’ es el décimo de los diez mandamientos. En terminología de la Torá, el décimo de un grupo es usualmente el más sagrado, el más exclusivo, porque engloba todo lo previo del grupo. Yo te pregunto, si te fuera dada la alternativa de escoger los diez mandamientos más fundamentales de todos los 613, ¿escogerías ‘No codiciarás’? Creer en D os, cuidar Shabat, honrar a tu madre y a tu padre, no asesinar, robar o cometer adulterio, etc. son fundamentales. Pero, honestamente, ¿quién pensaría en poner ‘No codiciarás’ dentro del grupo? Y si lo haces, ¿lo pondrías en el décimo, englobando a todos los anteriores ?

Sin embargo, no te será difícil entender por lo que he estado diciendo. ¿Cuándo se sabe que alguien es un recipiente verdadero de las enseñanzas más profundas de la Torá? La respuesta es: cuando él no codicia; cuando él verdaderamente ve y siente que le ha sido dado un mundo entero conteniendo todo lo que él necesita. Ése es el conocimiento fundamental. Le da forma a todo lo demás. ¿Cuánto crees en Hashem? ¿Qué tan bien cuidas Shabat? ¿Qué tan determinante es tu restricción al asesinato, el robo y el adulterio? Todo se mide de acuerdo al grado en que codicias las posesiones de otros. El grado en que cumples ‘No codiciarás’ refleja cuán profundamente la Torá se ha impregnado en tus huesos, porque para no codiciar, uno debe poseer el conocimiento fundamental: el conocimiento de su lugar único en el universo. Esto hace a ‘No codiciarás’ la vara de medida de todos los otros mandamientos.

Mientras recuerdes que no puedes lograr tu misión en la vida con el dinero, la casa, la comida, o los hijos de otro, no sentirás envidia. No importa qué carezcas, tú sólo puedes lograrlo con aquello que Hashem te dé. El objeto de alguien más no puede llenar tus necesidades. Puede parecer exactamente igual, pero en realidad, uno es un ‘gato’ y otro es ‘comida’. Si entiendes lo que te estoy diciendo, entonces las posesiones de otra persona no van a provocarte envidia.

Pero tener hijos es algo tan básico. No es como estar celosa por un automóvil más bonito, o por la joya de alguien más. ¿Cómo puede ser que el no tener hijos sea un regalo de Hashem?

Todo sufrimiento y privación es finalmente un regalo, un regalo desafiante lo admito, pero, no obstante, un regalo. Con cada regalo aparentemente negativo, Hashem nos da el conocimiento de cómo utilizarlo para bien y el valor para llevarlo a cabo. Y recuerda, cada persona se especializa en un área particular. Una pareja produce una familia, mientras que otra no. Y es sólo Hashem Quien le da a una pareja hijos y a otra no. En forma similar, la vida de algunos matrimonios se desliza suavemente, mientras que la de otros no. Finalmente, sólo Hashem hace que el matrimonio fácil, sea fácil, y que el matrimonio difícil, sea difícil. Algunos son ricos, algunos son pobres; algunos están sanos, algunos están enfermos. Todas estas cosas, la abundancia y la privación, son dadas a cada persona por Hashem. Una persona se debe decir a sí misma: ‘Éste es mi mundo y esto es lo que está en mis manos lograr. Puedo volverme grande con mi salud, puedo volverme grande con mi enfermedad; puedo volverme grande con mi reto de la riqueza; puedo volverme grande con mi reto de la pobreza. El mundo de nadie más, aunque parezca el mismo desde el exterior, puede ayudarme a desempeñar lo que yo debo hacer en este mundo’.

La verdad es, —dijo Rajel—, que intelectualmente estoy de acuerdo con usted: una persona debe reconocer qué tan única es y qué tan únicas son sus circunstancias. Pero hablando en forma práctica, no estoy segura de que todo el problema sea falta de conocimiento. Una cosa es saber que tu vida es única y otra es creerlo y sentirlo.

Tienes razón, —respondió el rabino—. Yo no quería dar entender otra cosa. La falta de conocimiento es sólo la primera razón de la envidia de la gente. No es la única razón. Y aquí también, el autor de Mesilat Yesharim nos enseña: ‘Los celos resultan de la simple falta de conocimiento y de necedad.32 En otras palabras, además de la falta de conocimiento, la necedad causa envidia.

¿En qué difieren la necedad de la falta de conocimiento?

Una persona que carece de conocimiento no puede ser necia. No se está engañando a sí misma si le falta la información de que debería estarse comportando de otra manera. Es sólo ignorante. Un bebé nunca puede ser un necio. Un necio, por otro lado, es una persona que sabe, pero actúa a pesar de su conocimiento. De este modo, mientras más sabe una persona, es un necio en potencia más grande. Los necios profesionales son aquéllos que saben mucho.

Si no puedes vivir de acuerdo a lo que sabes, eres un necio. Por lo tanto, además de aprender qué es bueno y qué es malo, uno se debe orientar de manera que el conocimiento afecte su comportamiento. Y es por eso que la enseñanza de la Torá: veyadatá hayom vaashebotá el lebabejá, ‘Conoce … y ponlo en tu corazón’ es tan central para volverse una persona totalmente orientada a la Torá. La primera etapa es tener conocimiento, ‘saber’. A fin de tener conocimiento, es importante leer libros, asistir a clases, buscar el consejo de gente que sabe, compartir tus ideas con otros, etc. Obtener conocimiento, significa percibir la realidad, tener una absoluta y clara percepción de la realidad.

Sin embargo, después de obtener conocimiento, debes ‘ponerlo en tu corazón’. Debes tomar la información que sabes que es verdadera y traerla a tu corazón de tal manera, que la sientas, la huelas y la degustes.

Ésa es la parte difícil.

Sí. Hay una larga distancia de tu cabeza a tu corazón. Actuar con tu conocimiento es más difícil porque implica un crecimiento constante día a día. Tienes que ejercitar tu conocimiento consciente y regularmente, tal como un régimen de ejercicio diario para obtener condición física. El problema es que la mayoría de las veces no intentamos actuar en base a nuestro conocimiento sino hasta que estamos desesperados.

Si una persona ejercita cuando se siente bien, le va a beneficiar cuando esté bajo tensión. Pero si tu espalda se lastima después de varias semanas de inercia, no puedes de repente empezar a hacer ejercicio. Primero debes descansar en la cama y cuando empieces a sentir tu espalda un poco más fuerte, entonces es momento de ejercitar.

En un sentido espiritual, también es verdad. El problema es que esperamos hasta que estamos en dificultades antes de empezar a sobreponernos a algo como la envidia. Una persona debe ejercitar cuando está sana. Si quieres sobreponerte a la envidia cuando tus amigos adquirieron algo que tú siempre deseaste, entonces repítete a ti mismo todos los días, antes que se te despierte el deseo, las palabras de los Sabios: ‘Cualquier cosa que Hashem apartó para una persona nunca puede ser ni siquiera tocado por otra persona’.33 Tu dólar no puede ayudarme. Mi dólar no puede ayudarte. Necesito mi esposa. Necesito mi esposo. Necesito mis fuerzas. Necesito mi debilidad. Necesito mis ventajas. Necesito mis problemas. Estos pensamientos deben circular consciente y religiosamente en nuestra mente cada día, incluso cuando no sentimos envidia. Sólo porque las cosas parecen ir bien en el momento, no es excusa para relajarse. Sin el ejercicio regular, tu conocimiento permanece teórico y se te puede escapar en el momento que más lo necesites.

Eso pasa conmigo, —dijo Rajel—, me puedo sentir bien un día y muy mal al siguiente.

La vida tiene sus altibajos. Usualmente cuando las cosas se ponen mal, nos desanimamos. Y cuando nos desanimamos, las excusas vienen fácil: ‘no puedo continuar, me quiero rendir’. Cada período negativo es también una oportunidad para progresar como lo es un período positivo. Si conviertes todos tus períodos negativo en logros, entonces eres realmente una persona realizada. Cada aspecto de tu vida te está llenando.

Estoy de acuerdo con todo lo que está usted diciendo, rabino. Sin embargo, una persona no es una máquina. No podemos estar siempre en control y tener éxito en lo que nos propongamos lograr.

Tienes razón. Por supuesto, todos estamos sujetos a sufrir contratiempos. De hecho, tendemos a confundirnos, pensando que una vez que seamos adultos habremos madurado. La verdad es, no obstante, que poseemos el mismo infantilismo cuando crecemos; es sólo que el precio de los juguetes se ha incrementado. Es por eso que, de repente, sentimos envidia por algo por lo que sabemos no tenemos el derecho a sentirla.

Sin embargo, no importa cuántos fracasos hayamos experimentado transfiriendo nuestro conocimiento al corazón, no debemos perder la esperanza. Nos debemos esforzar en mantener e incrementar la claridad original de conocimiento respecto a lo que es verdad y lo que no lo es. Cuando el dolor de la envidia te desgarra de tal manera que tu percepción de la verdad se deforma, refresca tu conocimiento con casetes, libros, conferencias, etc. Sin embargo, esos casetes, libros y conferencias sólo te pueden dar información. Tu trabajo es implementar la información en tu vida diaria, aun cuando las cosas vayan bien. Te tienes que repetir a ti misma que Hashem está en control y que Él sabe qué es lo que Él está haciendo cuando te da las circunstancias de vida que te fueron dadas.

Cuando sientas las punzadas de la envidia sobre algo, en lugar de llorar sobre tu almohada, lamentarte con alguien o sentirte deprimida, repítete a ti misma algo como esto: ‘Hashem, yo sé que Tú me estás presentando esta situación. Obviamente es algo en lo que debo trabajar. Todo lo que Tú haces es para bien. Si no lo tengo, entonces no lo necesito. De hecho, si Tú me has dado esta difícil situación, Tú debiste haberme dado un rol importante para satisfacer Tu propósito en la creación. Sé Hashem, que no me hubieras puesto en esta situación si no la pudiera pasar. No hay dificultades en este mundo que no puedan ser transformadas en grandes logros. No existe una situación tal donde Tú le des a una persona una tarea que esté más allá de sus posibilidades de realizar’.

Escucha las ideas una y otra vez y luego repítelas conscientemente a ti y a otros. Si deseas, encapsula tu conocimiento en una frase pegajosa como una de la Mishná: ‘¿Por qué Adam fue creado solo? Porque una persona está obligada a decir bishbilí nivra haolam, porque para mí fue creado el mundo entero’. Tu frase puede ser de la Torá o una propia. Pero tienes algo.

Por supuesto, además de obtener claridad de conocimiento y de trabajar continuamente sobre ti para convertir el conocimiento en realidad, rézale a Hashem para recibir ayuda. Debemos recurrir siempre a D os en rezos, en rezos sinceros, en cualquier idioma que nos podamos comunicar.

Deseo y Rezo

Rabino, —dijo Rajel—, yo rezo todos los días para que Hashem me dé hijos. Y sé que mi esposo reza por mí también. Ésta es otra de mis preguntas. ¿Por qué no son contestados nuestros rezos?

Pueden serlo un día. Conozco muchas parejas que no han tenido hijos por más tiempo que tú y que eventualmente, tienen hijos. Por otra parte, estás en buena compañía: Abraham, Yitzhak, Yaakob, como también Sará, Rivká, Rajel y Leá son los individuos cuyas lágrimas y rezos formaron el concreto que fue vertido en los cimientos de la nación judía. Y todos ellos sufrieron de falta de hijos por periodos largos. Además de no tener hijos, sufrían enormemente en forma constante.

Abraham vivía a la sombra de Nimrod, un déspota maniático. No tuvo hijos por décadas. Su primer hijo se volvió tan malo que tuvo que echarlo de su casa. Después fue ordenado por Hashem de tomar a su amado hijo Yitzhak y sacrificarlo en un altar. Después, cuando fue salvado milagrosamente en el último momento, Abraham regresa a su casa para encontrar que su esposa había fallecido.

Yitzhak creció en una casa donde Yishmael, su hermano mayor, era tan malvado que su padre, que amaba a Yishmael, tuvo que expulsarlo de la casa. Rivká creció en el hogar de un padre y hermano abusivos y asesinos. Después que Yitzhak y Rivká se casaron, no tuvieron hijos por 20 años. Cuando ella finalmente quedó embarazada, la actividad en su vientre era tan perturbadora que dijo, ‘Si es así, ¿para qué estoy viva?’ Más tarde dijo acerca de su hijo Esav, ‘Estoy fastidiada de mi vida debido a las mujeres hititas (con las que se casó Esav). Si Yaakov se casa con una mujer hitita como ésas … ¿de que me servirá la vida?

Yaakov creció con un hermano que lo odiaba tanto que tuvo que huir para salvar su vida. ¿Y a dónde huyó? A la casa de Labán, un truhán que continuamente hacía trampas con sus salarios y que veladamente intercambió la hija que Yaakov quería desposar por una que no quería. Yaakov se quedó con Labán por 20 años. Finalmente de regreso a su casa, ya un hombre rico con una familia numerosa, su amada Rajel dio a luz su segundo hijo, después de haber sido estéril por muchos años, y muere. Si esto no fue suficiente sufrimiento, más adelante, por 22 años, Yaakov pensó que su amado hijo Yosef había sido desgarrado por un animal salvaje. Y así sucesivamente.

Los fundadores de la nación judía sufrieron como nadie más. Y la esterilidad fue común a todos ellos. Obtén fuerza de ellos. Descubre qué les hizo tener éxito.

¿Qué les hizo tener éxito?

Una de sus principales armas fue el rezo. Con respecto a su situación de esterilidad, Rashí señala una lección vital. Hashem los forzó a sufrir el dolor de la esterilidad para que le rezaran con todo corazón.34 En otras palabras, el sufrimiento humano no precisa la invención del rezo. El rezo es un fin en sí mismo. Su necesidad en el esquema de las cosas, ocasionó que Hashem introdujera la idea del sufrimiento. Por lo tanto, confía en que Hashem conoce tu sufrimiento. Él probablemente sólo está esperando las plegarias que fluyan de tu corazón.

Entonces, ¿qué estoy haciendo mal? ¿Qué se necesita para que mis rezos obtengan respuesta?

Primero, entender que nosotros no rezamos a fin de obtener. Cuando una persona tiene una necesidad, quiere decir que él o ella tienen la mitzvá de rezar para tener satisfecha esa necesidad. Una necesidad indica que Hashem quiere que reces para poderla satisfacer. Sin embargo, nosotros no rezamos para que Hashem nos dé lo que necesitamos. Tenemos una necesidad, a fin de rezar, para hacer conexión con Hashem, para expresar los deseos de nuestra alma y desarrollarlos. El rezo es un fin en sí mismo. No significa poner ultimátums.

¿Pero acaso mi esposo y yo no tenemos la mitzvá de tener hijos?

No exactamente. Ustedes tienen la mitzvá de osek, de ‘involucrarse’ en el proceso de tener hijos. En realidad, tener hijos es un acto de Hashem. Y si la mitzvá es ser osek, entonces tú tienes mucho más que aquéllos que tienen hijos pero no los desean.

¿A qué se refiere?

Por ejemplo, imagina un hombre que tiene 15 hijos y 300 nietos. Cuando llega ante el Creador, le dicen que tiene ‘crédito’ por 3 hijos y 30 nietos.

¿Qué hay acerca de mis otros 12 hijos?’, pregunta.

Tú nunca rezaste por ellos. De hecho, rezaste para no tenerlos. Por supuesto, no puedes ir en contra de Mis deseos. Yo tengo que meter de contrabando esas almas al mundo. Te puedo dar crédito por cuidar bebés, por el costo de los pañales, etc., sin embargo, no te puedo dar crédito por esos hijos porque tú nunca rezaste por ellos. Nunca los quisiste’.

Inmediatamente, una pareja sin hijos llega al mundo venidero. Toda su vida, le rezaron a Hashem día y noche para que les mandara hijos. No obstante, Hashem nunca les dio hijos. A pesar de eso, les informan que ‘tienen crédito por 3,000 niños y 10,000 nietos.

¿Cómo puede ser eso?’, preguntan. ‘Nosotros no tuvimos ni siquiera un hijo’.

Cierto, sin embargo, habían 12 hijos de la pareja previa que no eran deseados. Sus rezos los obtuvieron para ustedes. Además de esos 12 hijos, sus rezos obtuvieron 5 de esa pareja, 3 de aquélla, 7 de ésa otra, etc.’

Los rezos siempre son respondidos, pero a veces solamente en alguna otra parte. En el mundo venidero, el Mundo de la Verdad, sabremos cómo y dónde fue respondido cada rezo. Así, independientemente de qué tan desesperada se ve la situación, uno nunca debe rendirse y dejar de rezar. Cada rezo regresa pagado totalmente, de una manera u otra, tarde o temprano.

Y existe otra cosa que puede conseguirse con los rezos, —añadió el rabino—. Te obtienes a ti misma. Todo bien que Hashem nos da debe ser precedido por rezos. Tomemos por ejemplo el rezo de Abraham y Sará para tener un hijo. Si el destino de la nación judía era dependiente de que Abraham y Sará tuvieran un hijo, es inconcebible que Hashem les hubiera privado ese hijo. Estaban destinados a traer a Yitzhak al mundo. ¿Qué ganaron entonces con más de 80 años de rezos para que terminara la esterilidad de Sará?

La respuesta es que obtuvieron su parte en el acto de traer a Yitzhak al mundo. Hashem les habría dado a Yitzhak aunque no hubieran rezado como lo hicieron. Todo dependía de eso. Sin embargo, porque rezaron, Yitzhak no les fue dado gratuitamente. Se lo ganaron. Les fue dado específicamente a ellos porque rezaron.

Hashem da lo que Él iba a dar de todas maneras. Pero tú obtienes realmente solamente por lo que le rezaste a Él que te dé. Así, el rezo es la forma de ganar tu yo. Tú eres lo que rezas. David dijo: V’ani tefilá ‘Yo soy el rezo’.35 El objetivo del rezo es ayudar al individuo a establecer su personalidad espiritual, no sólo adquirir los objetos que desea.

Por supuesto, muchas veces las personas obtienen por lo que rezan. Sin embargo, ése no es necesariamente el objetivo del rezo. El rezo es la forma de ganar tu yo. Los rezos crean un ‘tú’ que hace una conexión con Hashem. Y mientras más profundamente reces, mayor es tu conexión. Con frecuencia, hay un nivel de acercamiento y de conexión que Hashem quiere que alcances antes de darte lo que Él planea darte. Es por esto que Él te ayuda a condimentar tus rezos a través del sufrimiento y la privación. El rezo no es el medio para un fin; es el fin en sí mismo.

La Impresión

Pero, ¿qué si mis rezos nunca son respondidos? ¿Cómo puedo esperar tener consuelo con esta carencia en mi corazón?

Ningún rezo se pierde. Éste es un principio fundamental. No todos los rezos y esfuerzos conllevan un fruto rápidamente identificable en este mundo, pero todos tienen algún efecto, aun grandes efectos.

Visualiza dos capturistas de datos trabajando en dos terminales idénticas en un día de oficina. Sus trabajos respectivos incluyen ingresar datos y responder al indicador de la computadora. Ver la impresión final, el producto final de su trabajo de meter datos, puede no ser, sin embargo, inmediatamente necesario. Vamos a imaginar que, después de un tiempo, la computadora le indica a un trabajador ir al cuarto de impresión y revisar el trabajo impreso, mientras que al otro trabajador, le indica continuar mecanografiando en el teclado; y esto sucede día tras día, semana tras semana, mes tras mes y aun año tras año. Uno de los capturistas de datos siempre puede revisar la impresión, mientras que el otro solamente recibe mensajes que dicen: ‘Buen trabajo’, ‘Sigue así’, etc. Este segundo trabajador debe encontrar consuelo en el hecho de que la computadora le responda que su trabajo estuvo bien hecho, a pesar de que aún no se le permite ver el producto final.

Así es con nosotros también. Los rezos que visiblemente no han sido contestados, no significa automáticamente que la persona no tiene valor. Con mucha frecuencia es totalmente lo contrario. Probablemente indica que el Arquitecto del universo, el Programador Superior, tiene grandes planes para los rezos de esa persona y que la impresión de esa persona no tiene solamente una función local, algo que pueda ser impreso inmediatamente, sino que tiene ramificaciones globales. El significado del rezo de esa persona es tan grande que sería prematuro esperar ver resultados inmediatos. El punto es que vendrá el día en que vamos a encontrar cada palabra de rezo que pronunciamos. Cada rezo deja su huella.

Usted dice que cada rezo tiene su huella, pero si mi huella no es mi propio bebé, yo no sé si puedo continuar. ¿Con qué otra cosa puedo consolarme?

Con el conocimiento de que tus esfuerzos son vitales para servir un objetivo mayor.

¿A qué se refiere?

Cada individuo tiene dos objetivos: uno es completar su yo central; nuestro yo, nuestro cónyuge, nuestros hijos, nuestra familia inmediata. Pero éste no es el objetivo final. Una vez que hemos completado nuestra misión personal y construido una familia, tenemos que entregarnos a la perfección de un conjunto mayor, al shlemut de klal Israel. Algunos individuos han sido enviados a este mundo como unidades completas. Cualquier deficiencia no es principalmente en faltas personales, sino en faltas en el conjunto.

Piensa en un motor. Si la ignición está apagada, no importa si el carburador o la transmisión funciona perfectamente, el motor no va a funcionar. Con el pueblo judío tomado en su conjunto, no es diferente. Una persona puede ser como un carburador que funciona perfectamente, pero él no puede hacer su parte hasta que el resto del motor se arregle. Su misión, en este caso, podría ser tratar de ayudar a otros, estar seguro que están completos y funcionando en orden. Es por esto, que los rezos de una persona justa que pide para sí misma, no son siempre respondidos visible e inmediatamente.

El sufrimiento es una señal segura de que Hashem desea tus rezos. Si Él quiere que completes tu deficiencia personal, o que completes tu deficiencia en el conjunto mayor, es algo que nadie sabe con exactitud.

¿Existe alguna forma de descubrirlo?

Quizá. De acuerdo a lo que hemos dicho, si el propósito de los rezos de una persona es completar una necesidad local, es probable que los rezos sean respondidos inmediatamente. Por otro lado, si los mejores esfuerzos de una persona no fructifican, entonces ése es un buen indicador de que sus rezos sirven para una necesidad global y, como un trabajador que está asignado a un proyecto más grande. Ver resultados no va a ser tan rápido.

Leá y Rajel: Parte y Todo

Rabino, ¿dónde aprendemos que Klal Israel está dividido en dos grupos de gente, algunos cuyos rezos sirven a lo que usted llama necesidades locales y algunos que sirven a un todo?

Uno de los lugares obvios es en la vida de nuestras imaot, las Matriarcas, Rajel y Leá. Leá representa el rezo para necesidades individuales y locales. Como los sabios nos dicen: sus ojos no eran tan hermosos como los de Rajel, porque estaba clamando constantemente a Hashem que anulara el decreto de que ella, la primera hija de Labán, se casara con Esav, el primer hijo de Yitzhak. Es innecesario decir que tuvo éxito. Ésta era su necesidad personal. Y tuvo éxito al verla realizada relativamente rápido.

Otra necesidad ‘local’ de Leá involucraba obtener el favor de Yaakov. Así, ella rezaba vehementemente para darle hijos y, ahí también, tuvo respuesta inmediatamente. Aunque todas sus peticiones eran componentes esenciales de la unidad completa que llamamos klal Israel, no obstante, se extendieron de los rezos de Leá para reparar y completar su propia situación.

Rajel, por otro lado, era responsable por el conjunto. Ella es la madre espiritual asociada con todo Israel. Así, ella fue enterrada en el camino principal, con objeto de que cuando la nación entera fuera exiliada sería Rajel la que se estuviera lamentando por sus hijos,36 por todos los hijos judíos.

Son los rezos de Rajel los que todavía nos están afectando hoy en día. Escuché la siguiente historia de primera fuente. A principios de 1940, Rav Hilel Slesinger estaba en Palestina junto a Kever Rajel, la tumba de Rajel. Un grupo de kibutzianos laicos se acercó. Una de las mujeres, aparentemente una refugiada de la Alemania nazi, empezó a rezar. Rezó lo suficientemente fuerte en su alemán nativo de forma que Rav Hillel oyó por casualidad. Esta mujer completamente asimilada, que ni siquiera sabía hebreo, rezaba: ‘Madre Rajel, tú conoces el dolor de no tener hijos… y tú puedes sentir mi dolor de todos estos años que no he podido tener hijos. Sólo tú puedes ayudarme. Reza por mí’.

El rezo era tan genuino, pensó Rav Hilel, que estaba convencido que eventualmente iba a ser respondido. Se las arregló para investigar. Un año más tarde, llamó al kibutz y se enteró que efectivamente la mujer había tenido un hijo. Solamente porque Rajel había sufrido lo que ella también había sufrido fue posible que sus rezos tuvieran efecto 3,000 años más tarde en una mujer no religiosa.

Leá representa la quintaesencia en el rezo para el perfeccionamiento del individuo. (El que es necesario para el todo); Rajel representa el rezo que afecta los cambios globales. Ella no dudaba en rezar por sus propias necesidades también. No hacer esto sería rehuir su responsabilidad de hacer de ella una parte íntegra en ella misma. Pero ella aceptó su estado de esterilidad, enviando continuamente rezos que llegarían a lejanos descendientes miles de años en el futuro.

¿Está usted diciendo que ella estaba consciente de su función global?

Definitivamente sí. Ella estaba tan consciente de su función global, que estaba empezando a no sentir el punzante dolor de no tener hijos. A este respecto, sin embargo, su vida estaba por tomar un giro dramático.

Rajel y el Intercambio de Yaakov

En Bereshit37, este momento decisivo está registrado:

Y Rajel vio que ella no le había dado hijos a Yaakov y tuvo envidia de su hermana. Ella le dijo a Yaakov: dame hijos, si no me los das, estoy muerta.

Yaakov se enojó con Rajel y le dijo: ¿Acaso estoy en el lugar de Hashem, que retiene el fruto de tu vientre?

Ella dijo: Acá está mi criada Bilhá. Ven a ella, y ella dará a luz en mis rodillas; y yo también me construiré de ella’.

Este pasaje necesita mucho análisis. Primero, parece contradecir lo que yo dije acerca de que Rajel aceptó su condición de esterilidad. Estos versículos parecen indicar totalmente lo contrario: que ella estaba desesperada por tener hijos. Y luego parece, con una lectura superficial, que quería los hijos para su propio bien.

No obstante, esto no es verdad. Para empezar, el versículo enfatiza que ‘…ella (Rajel) no le había dado hijos a Yaakov’. Si quería hijos para su propio bien, el versículo debería decir que ella no había tenido hijos ‘para ella’. Más bien, es como yo te estaba diciendo. Ella aceptaba su carencia. Sin embargo, algo pasó que le hizo darse cuenta como nunca antes cuánto sufría su esposo Yaakov por no tener hijos de ella. Por su propio bien, ella podría haber sido una mártir y vivir con el dolor de no tener hijos; pero el darse cuenta del dolor que Yaakov sentía por no poder concebir hijos a través de ella despertó anhelos largamente dormidos dentro de sí.

Por lo tanto, Rajel le dijo a Yaakov: ‘Dame hijos’. Ibn Ezra explica esto diciendo, que ella imploró a Yaakov para que le rezara a Hashem con el objeto de que tuviera hijos, tal como Yitzjak rezó por Rivká para que tuviera hijos. La referencia de Ibn Ezra es Bereshit 25:21, donde los rezos de Yitzjak para tener descendencia no fueron contestados hasta que rezó ‘opuesto a su mujer’, es decir, para su esposa, porque él vio que ‘ella era estéril’. Para sí mismo, Yitzjak tal vez podía haber racionalizado una vida sin hijos. Pero cuando él pensó en su mujer y cuánto estaba sufriendo, él se postró ante Hashem como nunca antes para satisfacer las necesidades de ella y fue entonces, cuando ‘Hashem contestó sus rezos’ y no los de ella.38 Entonces ‘Rivká su esposa, se embarazó’. Así, Rajel imploró a Yaakov para que rezara como su padre Yitzjak, cuyos rezos fueron contestados cuando él rezó por el bien de su esposa.

Las siguientes palabras de Rajel expresan qué tan desesperadamente ansiaba que Yaakov fuera capaz de tener hijos a través de ella. ‘Si tú no (rezas por mí de la misma manera que tu padre rezó por Rivká), estoy muerta’. Es decir, no puedo darte un hijo a ti. Ella entendía que servía a una función global. Y como tal, sus rezos por hijos no serían respondidos inmediatamente. Yaakov, por otro lado, ya tenía hijos a través de Leá: esto demostraba que sus rezos cumplían una función más individual y local y por lo tanto podían ser contestados inmediatamente. Le pidió desesperadamente que rezara, de otro modo, ella estaría muerta, porque sus rezos no podrían traer un hijo para él.

La respuesta de Yaakov, ‘¿Acaso estoy en el lugar de Hashem que retiene el fruto de tu vientre?’, parece expresar una frustración impropia de una persona justa como él. No obstante, estaba frustrado porque experimentaba la misma falta de control que Rajel. Rajel había entendido mal cuando pensó que Yaakov era una persona con funciones locales. Yaakov sí servía una función local. Sin embargo, Yaakov tenía un segundo nombre, que representaba un segundo destino, Israel. Israel representaba su papel en el sentido global. En consecuencia, ver resultados inmediatos de sus rezos tampoco estaba dentro de sus posibilidades. Él estaba tan exasperado como Rajel porque el asunto estaba igualmente fuera de su control.

Cuando Rajel entendió que los rezos de Yaakov también cumplían a una función global y, por lo tanto, sus rezos no serían contestados de manera relativamente fácil, ella respondió ofreciendo Bilhá a Yaakov. Su respuesta parece extraña, casi masoquista porque los hijos que Bilhá tuviera, acentuarían la esterilidad de Rajel todavía más y de esta forma, avivaría más la envidia de su parte.

Esta dificultad fue analizada por el Sforno. Él explica que Rajel ahora se daba cuenta que si Hashem todavía no había respondido a sus oraciones, debía ser porque ella todavía no se había conmovido con la suficiente intensidad. En algún lugar oscuro de su corazón, ella quizá había aceptado su condición estéril. Había aletargado su dolor y ese aletargamiento estaba impidiéndole entregar su rezo más profundo. Así, explica el Sforno, Rajel razonó que la envidia que sentiría al ver a su criada dando a luz un hijo en sus propias rodillas, despertaría su naturaleza más profunda, ser la madre de sus propios hijos, forzándola a penetrar las barreras finales de su corazón.

Esto explica las dos expresiones inusuales que Rajel usó. Primero, ‘ella dará a luz en mis rodillas’. ¿Qué importaba si el niño nacía sobre sus rodillas? ¡Era del vientre de Bilhá! Sin embargo, la palabra hebrea birkai, ‘mis rodillas’, es como baruj, ‘bendecir’, y puede interpretarse como una expresión de rezo, de súplica. Así, Rajel estaba realmente diciendo: ella dará a luz ‘por mis rezos’. Esto ahora es algo más entendible: a través del mérito del rezo de Rajel, Bilhá dará a luz. Pero, cómo podía continuar diciendo: ‘me construiré a través de ella (Bilhá)’. ¿Podía ella realmente sentir que se construía a sí misma a través del nacimiento del hijo de su criada?

Más aún, a lo que Rajel se refería era que a través de la envidia de ver a otra mujer dando a luz un hijo, Yaakov le ayudaría a alcanzar los más altos niveles de rezo. Rajel dijo: ‘Me construiré’ porque yo voy a utilizar el dolor de la envidia para verter hasta la última gota de plegaria de mi corazón y a través de esto, ella rompería la barrera que impide que Hashem dé respuesta a sus rezos. Y, como sabemos, los rezos de Rajel fueron exitosos. Ella tuvo hijos.

Entonces, —David intervino—, ella usó la envidia para bien.

Sí. Sus objetivos eran espirituales. Sentía envidia de la habilidad de su hermana para suplir la necesidad de Yaakov de tener hijos que formarían las tribus fundamentales de klal Israel. Ésta es una necesidad espiritual para la cual la envidia puede ser un motivador positivo muy poderoso. Rajel quería usar la envidia para subir el tono de sus rezos.

Pero rabino, —Rajel preguntó—, yo pensé que no debíamos traer sufrimiento sobre nosotros.

Normalmente, tienes razón. Nunca podemos estar seguros de que vamos a ser capaces de enfrentar una prueba, y por lo tanto, no debemos pedirle a Hashem sufrimientos. Sin embargo, Rajel estaba en un nivel muy alto y ya estaba sufriendo enormemente. Ella necesitaba un empuje final para darle vida al rezo que Hashem estaba esperando. Aquéllos de nosotros que no estamos en un nivel tan alto no debemos pedir sufrimientos. Sin embargo, al mismo tiempo, no necesariamente debemos tranquilizar las punzadas de sufrimiento que Hashem ya nos ha dado.

Ingredientes para un Rezo Exitoso

Los rezos nunca se pierden, —continuó el rabino—. Pero no existe garantía de que todos los rezos darán frutos visibles. Sin embargo, ciertos ingredientes incrementan la probabilidad de éxito y solamente hemos mencionado dos de ellos. Uno es rezar por otros; ver el rol de uno en el rezo como en cumplimiento de una función global. Cuando rezas por otro, tus rezos pueden hacer más por ellos que lo que los de ellos pueden hacer para sí mismos.

El otro ingrediente vital se relaciona con tener todas tus necesidades satisfechas y esto es: la intensidad de la necesidad que siente la persona, el grado del dolor. Mientras mayor sea la necesidad, es más probable que el resultado sea un rezo, un clamor, del fondo del corazón. Como al estirar un arco lo más posible, la intensidad de la cual emana un rezo del interior del corazón, es la altura que va a alcanzar en el cielo.

Cada persona que sufre es especialmente querida por Hashem. Si no, Él no querría la compañía de esa persona tan intensamente. El dolor, la carencia, crean la profundidad del deseo que potencialmente hace de cada momento, un momento de mediación y enlace con Hashem. En la parada del autobús, en el metro, en la casa, a todas partes a donde uno va, es un lugar para clamar a Hashem y satisfacer la carencia. Hashem es el Único que puede contestar los rezos, el que realmente puede satisfacer la carencia y convertirla en la mayor bendición. Rajel no huyó de su dolor. Ella no tranquilizó sus sentimientos. Por el contrario, fue capaz de alcanzar el delicado equilibrio para poder usarlo como una fuerza poderosa en su vida.

Se estaba haciendo tarde y mientras dejaban el terreno boscoso y se acercaban al hotel, el rabino añadió: —Es parte de la naturaleza humana tratar de huir de los recordatorios de cosas dolorosas. Pero no asistir a semajot, permanecer seguro y recluido en la casa, no es lo que Hashem quiere para personas que no pueden tener hijos, o para cualquiera que sufre. Él quiere que vayas a las semajot de otros y que interactúes normalmente. Hashem quiere que todos, incluyendo aquéllos con dolor en su corazón, vayan a la simjá con una sonrisa para bailar con alegría. ¿Acaso el dolor se volverá más agudo por esto? Tal vez. Quizá. Muy probablemente. Pero si así es, entonces el rezo que la persona lastimada vierte en su casa, después de la jatuná, a solas, será del lugar más profundo de su alma. Y esto es más preciado que cualquier cosa.

 

Por el Rav. Azrael Tauber.

Pensamientos de quien comienza a retornar

Muchos de los que inician el camino del retorno a la senda de lo correcto, nos cuentan de que se ven aquejados por pensamientos negativos, idolátricos, de rebeldía.

Para entender porque ocurre esto tenemos que comprender que hay diversos tipos de “pensamiento”.

Trataré de ser breve, conciso y esquemático en un tema que es muy complejo.

 

Como sabemos el ser humano está formado por cinco planos: físico, emocional, social, intelectual y espiritual.

Existen cinco tipos (básicos, sin mixturas) de pensamiento, que son acordes a como reciben su energía, orientación y contenido de cada uno de estos planos.

 

Pensamientos enraizados en el plano físico.
Básicamente se manifiestan como: recuerdos automáticos; ideas
“instintivas”; sentimientos (pensamientos primitivos o infantiles);
mecanismos de supervivencia.

 

 

Pensamientos enraizados en el plano emocional.
Básicamente se manifiestan como: imaginación, reproches, burlas;
manipulaciones emocionales; lapsus; olvidos; deseos; recuerdos
reprimidos que surgen como síntomas; fantasía; excusas; automatismos;
fanatismos; religiosidad; sugestiones; ensoñaciones.

 

 

Pensamientos enraizados en el plano social.

Básicamente se manifiestan como: lemas; consignas; parafraseo; repetición de dichos
ajenos; formulismos; juicios; justificaciones; referencias.

 

 

Pensamientos enraizados en el plano intelectual.

Básicamente se manifiestan como: lógica; razón; cálculos; análisis; creatividad.

 

 

Pensamientos enraizados en el plano espiritual.

Básicamente se manifiestan como: inspiraciones divinas; confianza a toda prueba en el Eterno y Su Torá; premoniciones; conciencia de la unicidad de la humanidad; sentir la Presencia del Eterno en todo
momento y lugar; hacer de la Divina Voluntad la propia voluntad.

 

 

Si comprendes lo que estoy expresando aquí, admitirás junto conmigo que la mayoría del tiempo
nos estamos moviendo con pensamientos que parten del plano emocional y se centran en aspectos emocionales.

 

Cuando un noajida comienza su viaje de retorno a la senda de la corrección (Torá permitida y siete mandamientos universales), necesariamente debe irse despojando de las pesadas piedras que porta en su mochila, para ir
adquiriendo nuevos rasgos, más elevados y trascendentes, de plenitud y desarrollo espiritual (y de los otros cuatro planos también). Pero,  estará habituado a pensar emocionalmente, a usar razones del corazón, a
dejarse llevar por sus entrañas (o la moda, o sus ocurrencias) más que por las reglas celestiales.

No podemos esperar otra cosa, por tanto, lo bueno y aconsejable no es plantarse con severidad
de juez para denunciar y sentenciar negativamente esto, sino dar una mano, acompañar el proceso, motivar positivamente, guiar hacia la buena Luz.

 

De a poco el que comienza su retorno irá desarrollándose, creciendo, apaciguando sus planos
inferiores para que predomine su plano espiritual.

 

En ese momento, cuando el noajida esté afianzado en el camino, su plano emocional seguirá
existiendo, continuará deseando, propondrá cosas prohibidas o absurdas,
pero estará dominado y será canalizada su poderosa energía hacia obras de edificación.

 

Por supuesto que esté proceso de crecimiento, este trepar por sobre los obstáculos, son
esfuerzos que van depurando el espíritu de la persona, brindándole posibilidades de irse desprendiendo de las pesadas rocas en su mochila pasada.

Son oportunidades para crecer, para aquel que está confiado en el Eterno y se ha comprometido con responsabilidad en andar la senda de la corrección.

 

 

¿Está claro?

Siento quizás no he sido muy claro, por lo que aguardo vuestros comentarios constructivos;
relatos de experiencias propias del despertar noajico; etc.

Un abrazo cariñoso

Iebarejejá H’ – Dios te bendiga, y que sepamos construir Shalom.

MI DESPERTAR

Recuerdo muy bien cuando mi madre me llevaba muy de niño a la parroquia de Petatlan en Guerrero México, y me hacia subir las escaleras que se encontraban a un lado del altar y conducian hasta arriba de este, ahí se encontraba un cristo esenificado en el "viacrucis", que ahora que lo veo mas bien parece el gato con botas cuando entra en accion en shreck mustio y lastimero, en ese entonces sentia repugnacion por la estatua que tenia dimensiones reales, me daba desde miedo hasta asco por lo sucia que estaba y solo de ver como se hacia la cola para besarla, y saber que yo tambien tendria que hacerlo, asi entonces era obligado ha ir a misas, confesarme y realizar rituales ecleciasticos pero como podia yo revelarme si a mi madre le habian enseñado que eso era dios, y por consiguiente a mi tambien me lo estaban enseñando aun asi siempre senti indiferencia por ello mi natualeza me decia que no era algo para adorar.

Así transcurrio un tiempo hasta que en 1989 se le acerco una señora integrante de la iglesia pentecostes a mi madre, la cual le hizo cambiar de convicciones, en ese entonces mi madre decidio aderirse a dicha congregación, hasta ese entonces habia desapareceido la idea en mi madre de que dios debia ser visto e incluyó la idea del dios mental, aunado a esto influyo mucho la situacion precaria por la que pasabamos y los problemas failiares que teniamos para que estas personas lograran hacer su manipulación de las emociones y asi tener controlada a mi madre, tal llego el caso que mi madre poco fue adentrandose en su nueva religión que los problemas familiares se acentuaron pero claro para los lideres de su iglesia eran pruebas que el enmeigo le ponian por su desicion, recodemos que ellos tienen al mismo culpable para todo y para excusar sus errores, asi entonces me crie en la adolecencia unido a estas personas aun sin embargo a pesar que ya no eran figuras e imagenes las que adorabamos en mi familia algo me decia que tampoco estaba bien la cosa, habian situaciones que no veia correctas como la exigencia del diezmo y las primicias, la total sumision a una persona, la no opinión, el considerar el estudio como una maldición, tanto era asi que tienen una frasesita muy buena para escudar la ignorancia "la mucha letra mata", no se a quien de todos los ignorantes inculidos en el nt se le ocurrio tal frasesita, hay cristianos que hacenuna comparación por demás tonta, dicen que querer saber de Dios es como querer meter el oceano en un vaso, mas que comparación es una exscusa para que tu no investigues, no preguntes, no te atrevas siquiera a contradecir alguna de sus afirmaciones, conoci gente ahi que daba fechas del lfin del mundo, supuestamente profetizaban, y sobre todo tarareaban diciendo que estaban hablando en lenguas, que quien sabe quien entiende, puesto que esto último es algo que ni entre los propiso cristianos de otras denominaciones es visto correcto, como gente confundida por un escrito por demas falso, los cristianos no tienen certeza de lo que pregonan, como puede ser si este texto se contradice una y otra vez, hay unos como los adventistas que juran que ciertas partes de la ley estan vigentes y segun ellos las respetan hay otros como los pentecostales que dicen que ya no es vigente, y como podemos ver los dos estan errados por que si es vigente pero para los judios, asi que los adventistas nada tienen que hacer cumpliendo leyes que no les corresponden y los otros diciedo lo que no les consta, pero todo este mar de confusiones creado por el hipocrita de saul de tarso, que "a los juidos se presentaba como judio y a los gentiles como gentil", logro todo esto la perdición de las almas, asi entonces lleno de dudas como estaba hice mis propias investigaciones, asisti a diversas denominaciones del cristianismo algunas muy diversas de las otras, algunas inclusive con inventos que nadie puede creer por la falta de pruebas, pero ellosno las necesitan tinen el concepto adecuado para justificar cualquier duda "la fe", todas con sus divergencias tienen aún asi algo en común errores y un dios falso (jesus).

Entonces lo que trato de explicar es el mar de confusion en el que uno se encuentra inmerso y es ahi cuando TE ATREVES, INVESTIGAS, USAS EL DON DE LA RAZON QUE DIOS TE DIO!!, descubres la verdad…

Y viene algo dolorso talves, pero a final de cuentas es lo mejor vienen EL DESPERTAR, LA VERDAD PURA, descubres que toda la vida hibas mal, engañado, pisoteado en tus emociones, manipulado, y no es agradable saberlo (al menos en ese momento), sin embargo tienes algo DIGNIFICANTE, UN TESORO, LA VERDAD!!. Aqui la problematica cambia, aqui no tienes enemigos ni amigos imaginarios, aqui el problema que enfrentas es ser y pensar diferente a lo que la mayoria de alguna u otra manera da como válido, yo he tenido problemas con mi mujer por ello, ella piensa que ya no creo en Dios (claro relaciona al jesus como dios), me ha llegado a pedir el divorcio, solo El Eterno sabe como le he hecho para que ella cambie de parecer, he tenido la fortuna de contar con amigos como Ramon Quezada, que me ha aconsejado para bien, y sobre todo en el noajismo he aprendido a controlar poco a poco mis emociones, y asi poder (aunque mi esposa piensa que algun dia saldre con un penacho) decir que existe un Dios Uno, Unico y Verdadero que siempre ha estado ahí que no necesita intermediarios, que no necesitaba de un sacrificio humano, y que detesta la idolatria haya o no imagenes de pormedio; pero para esto se necesita mucha tactica, paciencia e inteligencia, esas son las herramientas, estudiar mucho por que el noajismo es de convicción y la convicción no da por asentado algo que no ha sido corroborado, todo es un proceso y aunque sea la verdad lo que te digan, si eres un justo tienes que investigar, cerciorarte  que si es lo correcto, solo asi podras cumplir los 7, solo asi podras construir Shalom en la sociedad y en tu familia, si te quitas las dudas haces Shalom para tí y asi lo puedes repartir.

AUTOESTIMA (Capitulo 4)

Por el rav . Azrael Tauber

CAPÍTULO 4

AUTOESTIMA

EN MEDIO DE LA

DIFICULTAD

El pequeño conglomerado alrededor del rabino finalmente se disgregó, y el lobby se vació; un hombre sentado en una silla del salón prendió un cigarrillo. Un judío observante según las apariencias externas. Estaba absorto contemplando las ondas de humo que el cigarrillo prendido hacía revolotear sobre su cabeza. Dejando su cigarrillo para que se extinguiera en un cenicero, se levantó de la silla y empezó a caminar hacia el lobby vacío.

Sus ojos se posaron repentinamente sobre un sombrero negro tirado en el piso, obviamente dejado ahí por accidente. Lo recogió, le quitó el polvo y estaba por dejarlo en una mesa cuando se sobresaltó por una voz. —Oh, debe ser mío. Una pequeña pausa y luego, —Sí, es mío, —dijo el rabino extendiendo sus manos. Había bajado al lobby específicamente para buscar su sombrero.

Aquí tiene, —dijo el hombre regresando el sombrero.

Gracias. Buenas noches.

Igualmente.

Cuando el rabino se había volteado para dirigirse a su cuarto, el hombre repentinamente alzó la voz y preguntó, —¿Dispone de un minuto?

Sí. ¿Cómo te llamas?

Preferiría no decir. Llámeme Reuvén.

Está bien, Reuvén.

Escuché la discusión que tuvo con esas personas después de la conferencia. Usted sabe, con ese israelí.

Sí.

Lo manejó muy bien, rabino.

Gracias.

De hecho, no creo haber escuchado nunca a nadie explicar las cosas así. Hubiera deseado que alguien como usted me hubiera enseñado cuando yo era más joven. Al hacer Reuvén una pausa, se veía que era obvio que tenía mucho en su mente. —¿Podemos sentarnos? —preguntó Reuvén.

Seguro.

Cuando se sentaron en unas sillas del lobby, Reuvén dijo, —Rabino…— pero se detuvo. Obviamente con una lucha dentro de sí; empezó nuevamente y dijo, —Rabino, necesito hablar con alguien.

Adelante, estoy escuchando.

Yo…

¿Sí?

Yo… yo no me siento cómodo hablando de mí. —Reuvén se detuvo—. Estoy en una situación que no comprendo. Siempre he ayudado a la gente. Pero desde que mi negocio se vino abajo, y me quedé con una enorme hipoteca, una familia grande y muchas deudas, he sido como veneno para aquéllos que están cerca de mí. Para hacer la historia corta, no sé si todavía tengo un matrimonio. No soy capaz de tratar decentemente a mi esposa y mi familia. Sé que está mal, pero no puedo hacer nada. No quiero estar así. Pero las cosas que me han pasado están más allá de mi capacidad de resistencia. No entiendo por qué Hashem me ha hecho esto a mí. Siempre ayudé a la gente.

¿A toda la gente?

Sí.

¿Incluyéndote a ti?

¿A mí?

Sí, tú también eres un judío. ¿Te ayudas a ti mismo?

Reuvén hizo una pausa. —Yo creo que usted ya dio con el problema. Yo me descuido.

Si tú te descuidas, no puedes comprender realmente las necesidades de otros. Veahabta lereaja kamoja, ‘Ama a tus semejantes como a ti mismo’ enseña que si tú no te amas a ti mismo, no puedes amar realmente a tus semejantes. Si tú maltratas a tus amados, es porque te maltratas a ti mismo. Eres amigo de todos excepto de ti mismo.

Reuvén metió la cabeza entre las manos y dijo: —¿Pero no es todo el propósito de la Torá ayudar a otros?

Finalmente. Pero primero te tienes que ayudar a ti. Conoces el famoso caso de dos personas que están perdidas en el desierto con agua suficiente para que sólo una de ellas sobreviva. Rabí Akiva nos enseña que una persona tiene la obligación de primero salvarse a sí misma, jayeja kodmin, ‘Tu vida, primero’. Tiene que tomar de su cantimplora, aun si eso significa que el otro va a morir de sed.23 Éste es el mismo Rabí Akiva que dice que ‘Ama a tu prójimo como a ti mismo’ es el gran principio de la Torá.24 No hay contradicción. La persona primero tiene obligación hacia sí misma, y sólo después puede dar ayuda apropiada a los demás.

El Rebe de Tzans dijo que cuando era joven, se había propuesto salvar el mundo entero. No obstante, cuando se hizo un poco más grande, concluyó que el mundo estaba más allá de su capacidad para arreglar, así que redujo sus objetivos y se propuso arreglar su ciudad. Años más tarde, se dio cuenta que eso también estaba más allá de sus medios, mientras tanto, su familia estaba carente, así que trató de arreglarla. Ya como anciano, dijo: ‘¿Por qué estoy tratando de arreglar a mi familia? Debo arreglarme a mí mismo’. ¿Si una persona no puede arreglar el mundo que está dentro de él, qué esperanza tiene de arreglar el mundo que está fuera de él?

Sé mejor que nadie que estoy lejos de la perfección, —dijo Reuvén—, pero todavía tengo mucha Torá y mitzvot en mi poder.

Aun las personas con Torá, no están inmunes de descuidarse a sí mismas. Es posible hacer de la Torá algo cosmético e ignorar totalmente tu personalidad. Es por esto que la Torá enseña: derej eretz precede a la Torá. Derej eretz, respeto por otros que emana del autorespeto, de la dignidad. Primero debes respetarte a ti mismo para poder respetar a otros. Derej eretz, entonces, un sentido de valor propio, debe preceder a la Torá, de otra manera, hasta la Torá se puede volver una vestidura externa dependiente del valor propio y no una herramienta para desarrollar el verdadero yo.

¿Está usted diciendo entonces, que yo he sido castigado por haber descuidado mi persona?

No estoy diciendo nada acerca de castigos. Todo lo que estoy diciendo es que hay una causa de tu problema. Si arreglas eso, otras cosas caerán en su lugar.

No me malinterprete —agregó Reuvén—. Aprecio el hecho de que usted está hablando conmigo pero, ¿de qué me sirve entender mi problema si todavía tengo deudas enormes, un matrimonio desintegrado, no tengo ingresos y todos mis otros problemas?

Te regreso la pregunta —dijo el rabino—. ¿De qué te sirve acabar con tus deudas y superficialmente corregir todos tus problemas si no llegas a la raíz de tu problema?

Ganaría un poco de alivio.

Eso tiene un valor, —dijo el rabino—, pero tarde o temprano tienes que localizar la causa si quieres curar la enfermedad. Los problemas son síntomas. Un síntoma es un regalo si lo interpretas correctamente y lo usas para curar la enfermedad—. El rabino se detuvo por un momento y luego dijo,  Déjame preguntarte algo Reuvén, ¿para qué construye una persona una casa?

Para protegerse.

Sí, pero más aún, tiene una necesidad de sentirse arraigado, necesita un hogar. La casa es solamente un medio para producir un hogar. Si uno descuida la idea del hogar mientras se ocupa de construir una casa, daña su objetivo original. Esto es porque la casa es sólo el medio para construir un hogar. No obstante, ¿cuántas personas conocemos y cuántas historias hemos oído de personas que se esclavizan a sus carreras a fin de poder tener una hermosa casa, pero descuidan su matrimonio, sus hijos y a sí mismas? Tienen mansiones vacías. Y probablemente sientan el vacío pero están imposibilitadas para detener el impulso de largos años persiguiendo el medio mientras olvidaban el objetivo.

Ahora, ¿qué es lo mejor que Hashem puede hacer por tales personas, una persona que básicamente es buena, pero que ha olvidado la idea de construir un hogar en su búsqueda de construir una casa? Primero, Él le dará signos de que ha perdido de vista el objetivo, y si él no lee los signos, Hashem en Su misericordia, le quitará la casa porque se volvió un obstáculo para su objetivo real. Perdiendo la casa, él puede ganar un hogar.

Por otro lado, si Hashem sabe que una persona es tan materialista que no va a pensar siquiera dos veces en perder su casa, Él podría permitirle conservar la casa o el matrimonio superficial, o la relación débil con sus hijos. Éste es un castigo peor. Es algo permanente; algo con ramificaciones permanentes. Sin embargo, cuando Hashem castiga a la gente que ama, no es de ninguna manera permanente. Y por lo tanto, no es realmente un castigo. Él quita a fin de que la persona gane al final.

Entonces, ¿usted está diciendo que en la persecución de los medios del objetivo yo olvidé el objetivo en sí?

Eso es lo que estoy sugiriendo. El objetivo de la Torá puede ser ayudar a otros, pero al primero que debes ayudar es a ti mismo. Hashem no quiere que estés satisfecho con un entendimiento superficial o incompleto de ti mismo, sino quiere que llegues realmente a la raíz de quién eres tú, limitando o eliminando ciertas cosas externas que te dan un sentimiento falso de valor propio. Sufres porque eres merecedor del amor de Hashem.

Entiendo lo que me está diciendo —replicó Reuvén—. Y me gustaría creer que soy digno del amor de Hashem. Pero tal vez no soy merecedor de Su amor. Quizá Él me está castigando realmente.

¿Tú eres un judío ¿correcto?

Sí.

Kol Israel yesh lahem jelek leolam habá, ‘Todos los judíos tienen una porción en el mundo venidero’.25 El solo hecho de que seas un judío, quiere decir que Hashem muestra favor especial hacia ti. Además de eso, tienes Torá y mitzvot en tu mérito. Mientras sigas siendo una persona sincera que quiere mejorarse a sí misma y a otros, Hashem te puede estar dando golpecitos, pero no es un castigo. Él sabe que finalmente obtendrás provecho de la dificultad. Por lo tanto, no te dejes vencer. Tu dificultad es suficiente sufrimiento. No lo compliques negando tu valor interno.

¿Pero cómo puedo convencerme de que tengo algún valor si soy un fracasado para todos los que me rodean?

Mientras más notable es la persona, más se espera de ella. Cuando Hashem piensa que una persona es fuerte y meritoria, Él generalmente le quita las cosas que más quiere. Tú te volviste un fracaso, un fracaso para tus hijos, para tu familia, para tus amigos, para tu sociedad. Te das cuenta ahora cuán solo estás. Sin embargo, cuando todos tus recursos externos que te dan valor se colapsan, descubres algo: que de cualquier modo, todo siempre dependía de ti. El status y las posesiones no eran intrínsecas. Una mañana te miras en el espejo y dices, ‘¿soy un fracaso para mí? Hashem puso Su tzelem Elokim, Su Imagen Divina en mí. Él me creó. ¿Acaso puedo ser un fracaso? En este punto te descubres a ti mismo. A partir de ahí, puedes reconstruir tu propia imagen.

Pero ¿tiene que ser a través de la pérdida de todo lo demás?

A veces. La Mishná enseña:26 ‘¿Quién es rico? Aquél que está contento con su parte’. Si él está contento con su parte en tanto que está viviendo en la pobreza, entonces si se volviera rico no se echaría a perder por el dinero. Sin embargo, uno que no puede encontrar satisfacción con las cosas simples cuando sea rico, será destruido por el dinero. Por supuesto, somos parte de este mundo material, y está aquí para que nosotros lo aprovechemos. Sin embargo, no vale nada si aprovechándolo perdemos nuestro yo. Solamente aprovechando primero nuestro yo, el aprovechar los elementos del mundo tiene permanencia y significado. Si descubres tu valor interno mientras estás privado de ciertas cosas esenciales, entonces después, cuando la normalidad vuelva a tu vida, la tomas con el conocimiento de que nunca más vas a cambiar los valores reales por valores externos.

Debes tener el favor de Hashem, —añadió el rabino—, de otra manera Él te dejaría tener las cosas fácilmente. Debes ser capaz de sobreponerte a tu desesperación. Hashem solamente desafía a una persona que Él sabe puede perseverar y sobreponerse. Debes creer en ti mismo tanto como Él cree en ti.

Reuvén dejó salir un profundo suspiro y dijo: —Lo que usted está diciendo está bien, rabino. Pero conmigo es una desgracia tras otra. ¿Cómo me puedo sentir bien de mí mismo si todo alrededor de mi vida se está deshaciendo?

Dijiste que me escuchaste hablar antes acerca de la autoestima —dijo el rabino—. ¿Tú crees que lo que dije se aplica solamente cuando las cosas van bien? Muy por el contrario, se aplica igualmente, si no es que más, cuando las cosas no van bien.

Yo creo que entiendo eso, —dijo Reuvén—, pero no obstante, no sé cómo creerlo. Usualmente yo soy el que dice a las personas que tengan fe, sin embargo, ya que he estado sufriendo enormemente no puedo convencerme a mí mismo de eso.

Tampoco te afecta si no puedes entenderlo o porque no puedes entenderlo con suficiente profundidad todavía. De cualquier modo, déjame tratar de ayudarte. Vamos a asegurarnos que entendemos qué quiere decir ser creado betzelem Elokim, a la imagen de D os.

Llenando la Brecha

Tzelem Elokim,—el rabino empezó a explicar—, es algo en todos nosotros. Si Hashem es el Creador, entonces una de las cosas creadas a Su imagen, implica que nosotros también podemos volvernos creadores, no solamente creadores de algo a partir de algo, sino creadores como Hashem de algo a partir de nada. Desafortunadamente, tendemos a utilizar el hermoso poder de la creatividad para crear nada de la nada. Tomamos el mundo material, que es una gran nada por sí mismo, y usamos nuestro tzelem Elokim para crear más nada, más de este mundo, olam hazé. En realidad, se nos dio la nada de este mundo material a fin de reconstruir la materia en algo, es decir, en espiritualidad, olam habá.

Y cuando digo el mundo material, no me refiero sólo a los objetos físicos de este mundo, sino también toda circunstancia de la vida en la que nos encontremos. Todas las formas de sufrimientos, son la materia prima de la nada de la que podemos construir algo. Y la regla es que mientras más problemática es nuestra ‘materia prima’, mayor es el potencial de crear algo valioso de ella.

Imagina que existe un proceso que puede convertir varios tipos de materia en diamantes, y tienes frente a ti varias máquinas diferentes que pueden realizar este proceso. Una máquina puede convertir oro en diamantes. Otra puede convertir plata en diamantes. Otra cobre en diamantes. Y finalmente, una que pueda convertir basura en diamantes, ¿qué máquina usarías tú? Obviamente la última. Aun si fuera más costosa que las otras máquinas, hay tanta basura en el mundo, basura gratis, que nunca te faltaría materia prima para producir diamantes.

Esto es lo que Hashem hace por nosotros. Cada uno de nosotros es un creador con Él. Estamos aquí para crear algo de la nada. Hashem es el que realmente nos da la habilidad para crear algo. Nuestra contribución a la mezcla es la nada. Nuestras malas circunstancias de vida, nuestros rasgos de carácter indeseables, nuestro yo físico, etc., son la materia prima con la que contribuimos. Si dependiera de nosotros, descartaríamos toda nuestra ‘materia prima’, pero Hashem se asegura que no lo hagamos. Él entrega ‘materia prima’ indeseable a nuestras puertas cada día.

Una persona se queja: ‘Hashem, me diste una tarea de vida muy difícil. Me diste mucha basura: una esposa problemática, hijos problemáticos, un ingreso problemático, rasgos personales de carácter, etc.’ Sin embargo, si Hashem nos lo dio a nosotros debemos decir: ‘Éste es mi potencial’.

Pero aun así no me siento más que engañado por Hashem —dijo Reuvén—. Estoy en una situación tan tremendamente difícil. No veo manera de salir de ella.

Por supuesto, no es cómodo trabajar con basura —replicó el rabino—. Y, regresando a nuestra analogía, vamos a decir que la máquina toma de siete a ocho años en transformar la basura en diamantes. Una persona muy bien podría decir: ‘No quiero estar trabajando con basura por seis o siete años’. Sin embargo, está miope. Cuando todo lo que ves es la basura, por supuesto que vas a decir que no la quieres. No obstante, si vislumbras el resultado final, puedes tener paciencia mientras el proceso de transformación prosigue.

Cierto, tal vez sólo tome siete u ocho años antes que la basura se transforme en diamantes —remarcó Reuvén—. Pero tal vez tome 70 u 80 años.

Aun así, en relación con diamantes espirituales, ¿qué son 70 u 80 años comparados con la eternidad? El punto es que si solamente apreciáramos lo que estamos haciendo acá en este mundo, ya poseeríamos el cúmulo de fuerza necesario para sobreponernos a cualquier situación. Si Él nos tuvo confianza con todas nuestras dificultades, pruebas y debilidades, no existe obstáculo que no podamos vencer. Y después de todo, Él nos dio las circunstancias de vida porque ninguno de nosotros se ofreció nacer y que le fueran dadas esas circunstancias.

Decir que Hashem te engañó al darte tantos déficit personales, pero no te dio al mismo tiempo las habilidades para transformarlos en ventajas, es acusar a Hashem de no saber lo que Él está haciendo. Si Hashem nos creó con deficiencias, Él también nos creó con las habilidades para transformarlas en ventajas. Cuánta gente me ha dicho, ‘tuve una terrible educación, o tuve terribles amigos, o un terrible matrimonio, una terrible situación de trabajo, midot terribles, etc., pero no entienden que eso los hace gente más rica. Toda su basura se puede transformar en diamantes. Decir que no se puede, es decir que Hashem no sabe lo que está haciendo.

¡Hashem sabe lo que está haciendo! —enfatizó el rabino—. Deficiencias, fallas humanas, crueldad, maldad, todas son parte del plan de la creación. Es Hashem el que las creó, y el que permite que sigan funcionando. No obstante, la gente algunas veces se cuestiona: Si Hashem es todopoderoso, perfecto, benévolo, ¿por qué permite que la maldad y la deficiencia existan en el mundo que Él creó? La respuesta es que si Él hubiera creado un mundo completo, no hubiéramos tenido la oportunidad de completarlo.

Déjame darte un ejemplo de la industria de la joyería. El primer paso en el proceso para hacer joyas, es crear un modelo. El modelo es sumergido en un molde suave de yeso, que eventualmente se endurece en una impresión negativa de la joya. Un individuo perceptivo puede observar la impresión y saber cómo quedará la joya. Mientras más profundamente se hunda la impresión en el molde, la pieza de joyería que se produzca será más costosa.

La gente es creada con ciertas naturalezas. ‘Naturaleza’ en hebreo, tevá, se relacionan con t’viá, hundir. A través de entender las deficiencias, la t’viá, la parte hundida, el hueco del molde, llegas a conocerte a ti mismo. Esto es lo que Abraham hizo, y así es como llegó a conocer toda la Torá antes de haber sido entregada en el Monte Sinaí. Abraham era un observador muy perceptivo de la naturaleza humana. Él observaba cómo por naturaleza la gente era proclive a robar, mentir, hacer trampa, asesinar. Él entendía que todas las deficiencias debían tener una contraparte que había sido diseñada para completarla. Así es como Abraham conoció y cuidó toda la Torá siglos antes que fuera entregada en el Monte Sinaí. A través de las faltas de la naturaleza humana, él percibió la perfección de la Torá. La maldad es un duplicado exacto de la Torá en inverso. La maldad, la deficiencia, (el hueco), es la impresión de la Torá, (el relleno).

El ser humano es puesto en este mundo para llenar deficiencias. ¿Cuánto puede lograr una persona? Depende de cuántas deficiencias le han otorgado, de qué tan ‘hundida’ está su naturaleza. Una persona tiene baja autoestima porque cree que no es nada. Se ve a sí misma y ve un hueco. Sin embargo, cada característica negativa que tenemos revela grandeza. Mientras más grande es el hueco, mayor es la cantidad de materia con la que se puede rellenar. En el momento que lo llenas, tu relleno es más valioso que el de aquél que aparentemente no tiene problemas. Por supuesto, el proceso de rellenar el vacío es largo, lento y doloroso. Decir que es imposible, no obstante, es falso. El precio que tienes que pagar puede ser mayor, pero el precio que pagas es una inversión que se te reembolsará con creces al final.

La Torá nos dice que aquél que regresa a Hashem por amor, no sólo se le perdonan sus pecados, sino que se le convierten en méritos.27 Los pecados son el hueco. El propósito final por el que Hashem le dio al ser humano el potencial de pecar fue para que pudiera llenar el hueco causado por el pecado. Cuando puedes ver tu propio hueco y de repente percibir la santidad que fue destinada a llenar el hueco, entonces debes percibirlo como un recipiente potencial de bien. Agradece a Hashem por tus deficiencias y empieza a transformarlas en ventajas que alojan el oro precioso de santidad que estaban destinadas a contener.

Debemos recordar siempre que cuando Hashem creó el mundo con deficiencias, Él sabía lo que estaba haciendo. Analizó nuestras almas y vio lo que cada uno de nosotros podía lograr. Luego nos colocó en un mundo donde tenemos las deficiencias exactas y necesarias para hacer salir nuestro potencial. Decir que Hashem no nos dio las habilidades para sobreponernos a nuestras deficiencias, es decir que Él no sabía lo que estaba haciendo cuando creó el mundo. Pero Él sí sabía. Debemos mostrar tanta fe en nosotros como Él la mostró en nosotros.

Reuvén,—dijo el rabino levantándose de la silla—, realmente se está haciendo muy tarde y todavía tengo que dar muchas clases este fin de semana. Debemos platicar más. Quizá todavía hay más personas u organizaciones de Jesed que no has contactado. De cualquier forma, espero haberte ayudado con el primer paso. ¿Por qué no llamas a tu esposa mañana y le pides que venga por el fin de semana? Todavía tienes mañana por la tarde, todo el Shabat y el domingo.

Hmmm. Puede que no sea una mala idea.

Estaré muy complacido en hablar con ustedes dos, pero por favor discúlpame ahora.

Muchas gracias rabino. Creo que llamaré a mi esposa.

Bien.

Antes de que el rabino se dirigiera a su cuarto, añadió: —Déjame dejarte con este pensamiento. Tú sabes por supuesto, que el pueblo judío, como un todo y como individuos, está sufriendo ahora tanto, si no más que siempre. La tuya no es la única historia de ese tipo, desafortunadamente. Yo digo esto, no para hacerte sentir mejor a través del sufrimiento de otros, sino para iluminarte sobre cuán especial es el tiempo en el que estamos viviendo.

No vas a encontrar una familia judía en algún lugar en la actualidad, que no esté de algún modo, sufriendo. Problemas financieros, problemas familiares, uno que no tiene hijos, uno que tiene muchos hijos, uno que tiene hijos enfermos, y así sucesivamente; cada judío hoy en día es víctima. Somos víctimas del Holocausto, no sólo del Holocausto nazi, sino también del Holocausto Espiritual Occidental. Hitler se llevó seis millones, pero todavía más judíos se han perdido en Norteamérica y el occidente. Un judío ahora tiene el derecho a preguntar: ¿Qué es lo que Hashem está haciendo? La respuesta básica es: éste es el hueco. Está acá para que nosotros lo llenemos. Estamos viviendo quizá en el rincón más profundamente oscuro de la historia. Pero no te deprimas acerca de lo que está pasando en estos tiempos. Úsalo para descubrir tu potencial y hazlo salir.