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¿Cuándo crecemos?

Dice al comienzo de la Parshá Hazinu:
“¡Escuchad, oh cielos, y hablaré; y oiga la tierra los dichos de mi boca!
Gotee como llovizna mi doctrina; caiga como el rocío mi discurso, como viento de lluvia sobre el césped y como gotas de lluvia sobre la hierba.
Cuando yo mencione el nombre del Eterno, dad grandeza a nuestro Dios.
Aunque El sea la Roca (el fuerte) perfecta es su obra, porque todos sus caminos son justicia; Dios es fiel y sin iniquidad, justo y recto es El.”
(Deuteronomio/Devarim 32: 1-4)

Moisés habla a los hijos de Israel, y pone como testigos al cielo y la tierra, para que todo lo que a continuación sigue no sea un sin sentido más, una doctrina confabulada a manera de religión para encantusar adeptos y oprimir el alma. Moisés coloca al cielo y a la tierra como garantes de la doctrina revelada en Sinaí, de la Tradición custodiada fielmente.
Moisés, pide que su doctrina permee en los corazones de un Israel novato, de un Israel creyente en la Unidad y Unicidad de D’, pero un tanto terco para asumirse como Unidad separada del resto de las naciones, con el fin superior de ser Sacerdote del Altísimo, toda una nación de lumbreras que fueran la guía del mundo, que no anduvieran detrás de caprichos nacionalistas, sino que su patria, tal como la de los levitas, no fuera específicamente geográfica, aunque los límites para su propia supervivencia humana ya hubiesen sido prometidos por Hashem a Avraham mucho tiempo antes, desde el Mar Mediterráneo, hasta más allá de los confines del Mar Muerto.
Moisés pide a los cielos y a la tierra que no sea chocante al pueblo elegido la Tradición, que sea una rica sensación de bienestar, de calma, de aceptación, que empape lentamente y con suavidad cada resquicio del alma de quienes contrayeron tamaña responsabilidad.
Moisés pide, de forma imperativa, que sólo al Eterno sea dada gloria, porque sólo aquÉl que no fue creado, que no es material, y por tanto está fuera de nuestro raciocinio, aquÉl que Es desde siempre y por los siglos de los siglos, que no tiene límites temporales, que no tiene accidentes, y por tanto es un Concepto Único y sin parangón alguno, aquÉlla Fuente Primigenia de Vidas, el Río del cual fluyen los cuatro ríos del Edén, el Árbol de Vidas, la Espada Fulgurante que guarda el Camino al Paraíso, el Rey del Universo, el Inefable Nombre, la No-Materia, el No-Creado, el Creador, Dios de las huestes, Todopoderoso, Grande, Santo y Roca Fuerte, Fortaleza de Salvación, Uno y Único, sólo Él merece el elogio de Su Creación, la alabanza constante, la alabanza con el Don que proviene de Él, La Palabra, y con nuestro propio desarrollo, La Acción.
Moisés le dice a su pueblo que quien sea justo, quien tenga dicha en su vida y dé dicha a la vida de otros, quien construya Shalom, quien haga justicia perdurable, quien camine en rectitud, quien acepte sus limitaciones, pero todos los días trate de corazón enmendarse y quien colabore en hacer de su entorno un lugar verdaderamente apacible, armónico, que sea sustentable y dé sustento está en el Camino a la Verdad. Quien reconozca que sólo hay Uno que es más que todo, quien reconozca que cualquier otra cosa no merece sino el apelativo de vanidad, quien reconozca que no hay labor más provechosa que apartar el ego y dar de sí en la construcción del Shalom, sin perder la claridad en la acción; quien haga de su propia vida la Voluntad dEl que le creó, sólo ese está haciendo méritos en el camino a reconocer la verdadera fuente de aguas vivientes, sólo ese está haciendo méritos en el sendero de la luz, sólo ese practica la Justicia.
Pero, ¿cómo se cuándo estoy siguiendo la Voluntad del Padre?
Dice en la Parashá Nitzavim:
“Porque este mandamiento que te ordeno hoy no te es encubierto ni está lejos de ti;
no está. en el cielo para que digas: ¿Quién subirá por nosotros al cielo y nos lo traerá, y nos hará oírlo para que lo cumplamos”
Ni está más allá del mar para que digas: ¿Quién pasará por nosotros al otro lado del mar y nos lo traerá, y nos hará oírlo para que lo cumplamos?
sino que la palabra está muy cerca de ti, en tu boca y en tu corazón, para que la pongas por obra.”
(Deuteronomio/Devarim 30: 11-14)
Es decir: No creas que la Justicia es una legislación para seres superiores que puedan apartarse radicalmente de este mundo material, elevándose en las esferas celestes. No está fuera de nuestro alcance, no se encuentra en los cielos ni más allá del mar. No hay que ir lejos para encontrarlos, están en nosotros mismos, en nuestra boca, en nuestro corazón. La Torah no se dirige en manera alguna a seres angelicales, divorciados totalmente de lo material. Algunas religiones sostienen que sólo matando la materia se puede servir a D’; La Torah dice que, únicamente encauzando la materia, dirigiéndola, sin matarla. Por ello la Torah no es un tratado de leyes espirituales, de ciencias ocultas o de prácticas místicas, al estilo monástico, sino de preceptos humanos dedicados al hombre y “sólo al hombre”. No hay que servir a D’ con ascetismo y tristeza, sino por el contrario, éstos constituyen faltas que denotan un desconocimiento total del espíritu de la Torah.
La Torah no depende en modo alguno de la civilización en que se halla, ni es producto de determinada cultura o función de diversas épocas y circunstancias. Es la materialización eterna de los principios espirituales que permanecen constantes a través de las edades. Guiarse por ella no significa retroceso o reacción, sino al contrario, un progreso hacia la total realización de sus fines: “el reino del Eterno en la Tierra”. La Torah exige de nosotros no concesiones parciales, sino entrega íntegra y total. No basta con que la palabra de Dios esté siempre en tus labios y las oraciones en tu lengua. No cumple el hombre toda su misión sino por intermedio de los preceptos; no puede el hombre disociar las actividades mentales de su realización práctica. También en su aspecto moral debe permanecer íntegro, pudiendo decir: la felicidad mía, de mi pueblo y de la humanidad entera, dependen de mí. Otra interpretación del Midrash sobre los mismos versículos (l1-14) dice que la ciencia sagrada no reside en las personas, cuya vanidad sube hasta los cielos y sobrepasa el océano. El verdadero sabio no conoce el orgullo; sabe que su ciencia e inteligencia no alcanzarán jamás el infinito y lo absoluto, y que el conocimiento de la Ley Sagrada sólo puede residir en las personas modestas.
Así pues se es justo, apartándose de toda creencia religiosa, alejándose de todo vínculo con deidades materiales, con objetos creados, con astros que podemos ver, que si bien determinan un arquetipo, pueden llevarnos a hacernos un estereotipo, enajenándose de asuntos místicos que no tratan lo concreto, lo que produce frutos, no estudian la eliptica ni los movimientos de recesión y precesión las plantas, sólo disponen de éstos elementos en su beneficio y en el beneficio del resto de la creación, no se angustia el león cuando no consigue qué comer, descansa y reemprende la búsqueda, no hiere la madre a los hijos, ni la nueva camada a la vieja sin que ésto tenga una razón de ser. El género humano, perfecto por ser hechos a imagen y semejanza de Él, menos que menos puede actuar de manera visceral a la hora de ser humano.
No está arriba, ni en la tierra, ni en el mar, ni en elementos que nos son útiles la Salvación/Trascendencia, está en nuestros actos, en nuestra boca, en nuestro corazón, dentro de nosotros, no llega por medio de sangre de intermediarios, ni por salidas del sol cada mañana, ni por fases lunares, ni ciclos de equinoccios, ni avances tecnológicos, ni descubrimientos arqueológicos, ni dogmas misticos y herméticos, ni fluctuantes y muy emotivos actos de culto, no está en cenas festivas ni en celebraciones, todos estos “accesorios” son lo que en el Génesis dice:
“Y dijo Dios: Haya luceros en la expansión de los cielos para apartar el día de la noche, y sean por SEÑALES, y por plazos, y por días y años;”
(Génesis/Bereshit 1: 14)
Nada más, sólo esa es su utilidad, mientras que la nuestra es inmensa, a nosotros no es propio el cultivar todo lo que D’ creó para ser cultivado, a nosotros nos es propio descubrir cada rincón del vasto universo, no para gloriarnos en nuestra ciencia, sino para dar constante reconocimiento a nuestra finitud, a nuestra pequeñez, y así sim embargo a nuestra inmensa responsabilidad de custodiar todo lo que es más grande que nosotros mismos, a nosotros nos es propio vernos como imperfectos, por no ser sujetos de un rítmico y contínuo ciclo de re-Creación, y perfectos por estar a cargo de todo aquello que hizo D’ para hacer.
En el principio, dice el Génesis:
“Y la tierra estaba vana y vacía, y (había) oscuridad sobre la faz del abismo, y un espíritu de Dios se cernía sobre la faz de las aguas.”
Éste espíritu, procedente de D’, que se “Separaba” de Él sobre la faz de las aguas, es el futuro aliento de vida que introduciría el Creador por las narinas del Adam, el primer ser humano, así pues, somos emanación de la Fuente de Vidas desde antes de la Fundación del Mundo, y luego vinimos a cumplir la única, pero valiosisima misión, de ser “pastores” del mismo, custodios y co-jueces con Él de todo lo Creado. Es Inmensa la Gloria que por esto merece el Altisimo, y es riquísima la Sabiduría que todo ésto ideó, y que cada día re-Hace.
Crecemos, entonces, cuando aprendemos que nuestro tránsito es valioso, y que no hay una vida llena de dificultades para crecer, sino que esas dificultades las hacemos nosotros, que el primer tropezadero somos nosotros y que todo cambia cuando así lo decidimos.

Gracias a D’

La vida es efimera, el paso por este mundo no tiene un tiempo definido; algunos se van antes y otros después, unos ven más cosas que otros, unos viven más experiencias que otros, nacemos iguales, pero no morimos de la misma manera; el desarrollo de nuestra personalidad, de nuestra individualidad determinará eso. Seguir leyendo Gracias a D’

Una vida medio cómoda !!!

Hola queridos amigos …

Que la bendicion del Todopoderoso sea con todos aquellos que visitan esta pagina y que sepa darles la luz de la cual muchos podemos gozar.

Mil Gracias por sus aportes tan valiosos y constructivos …
En algunas cosas coincido en otras no …
Estoy un poco de acuerdo en que sea una vida mas comoda por todos los motivos que uds han expuesto, pero a mi me parece que detras de toda esa comodidad hay una grado de responsabilidad MUY alto e incluso me atreveria a decir, que mas alto que si estuvieramos tras las faldas de otros en una religion… y a que voy con eso, que somos los unicos dueños de nuestros actos, de nuestros compromisos, de nuestro testimonio, de nuestra formacion etc …Solo en nuestras manos cae la dura responsabilidad de lo que hacemos y no tenemos un vigilante o alguien que cumpla el papel de estarnos diciendo como si o como no hacemos las cosas que supuestamente le agradan a Dios … No hay nadie detras diciendonos lo que tenemos que hacer, solo somos nosotros CON DIOS y se acabo … alla cada cual si asi desea cumplirlo o sino …

entonces es comoda si pensamos en que no hay que cumplirle a nadie mas q a nuestro UNICO DIOS pero no es tan comoda pues SOMOS LOS unicos responsables de la verdadera construccion de SHALOM …

O que dicen amigos

Espero hacerme hecho entender y q no me tomen que estoy despreciendo tan valiosos argumentos aportados por cada uno …

Ademas, la tristeza sigue y el querer evitar la confrontacion al maximo tambien sigue en pie, solo me queda la voluntad del Creador y si infinita misericordia no solo sobre mi sino sobre todos aquellos que para mi SI que estan desviados …
BENDICIONES

DESDE EL CARIBE GRACIAS MORÉ

La visita del Moré Yehuda Ribco a nuestra Isla de Margarita en el Caribe, llenó de mucho calor humano, a nuestra identidad Noájica.
en cada una de las cuatro conferencias dictadas, nos descodificaba en una exposición sencilla, como desarrollar, vivir y apreciar el valor de ser Noájidas, sin complicaciones, sin trabas, sin discursos pretenciosos, como un sabio que ha destilado la enseñanza a través de los años de estudio y fidelidad Al Eterno.
Que felicidad nos inundó con su lenguaje, carisma, alegría y fluidez.
Entre respiros de tranquilidad, comprendíamos la inmensa responsabilidad que El Eterno nos confirió al ser socios con Él en la construcción de Shalom en este mundo, donde estamos atestados de una grande cantidad de personas que apuestan al desastre, a la destrucción, al caos, a la miseria, a través de las religiones que profesan, siendo victimas de manipulación de donde emergen odios, rencores, desprecio a la humanidad, reataliaciones, maldiciones, guerras, ambiciones descontroladas, racismo en todas sus formas, hoy le salimos al paso rescatando el valor familiar, el valor de cada persona, del mundo donde vivimos, un grupo de Noájidas dispuestos a dar más de sí mismos para compartir con más personas la libertad de nuestra verdadera identidad. DESDE EL CARIBE INVITAMOS AL CARIBE CON TODA SU REGION INSULAR A UNIRNOS, A COMPARTIR, A INTERCANBIAR IDEAS, POR UN MUNDO MEJOR.
Hace un año no había Noájidas en la Isla y hoy somos un grupo que va creciendo con una visión clara de QUIENES SOMOS Y CUAL ES NUESTRO PROPÓSITO EN ESTA VIDA.
SEGUIMOS CONSTRUYENDO SHALOM

SERA QUE LLEVAMOS UNA VIDA CÓMODA?

Hola amigos …
Tengo un anecdota que contar que seguro nos ayudara a reflexionar acerca de nuestra vida noajida:
El fin de semana pasado, mi hijo mayor se fue con mi sobrina para donde su familia paterna (aquella familia conservadora, tradicional y exageradamente ciega en la fe cristiana). Al llegar la noche, la intencion de una familiar era llevar a mi hijo a misa, ya que nosotros no estabamos llevando la vida espiritual «correcta» y se creyo en ese momento dueña de enseñarle a mi hijo cual debe ser supuestamente la verdadera senda. Mi sobrina que sabe de nuestro estilo de vida noajida le dijo que eso no era asunto suyo, pues asi como estaba el niño y como estabamos nosotros, estabamos MUY BIEN, habiamos mejorado muchas cosas de nuestra vida en el hogar y mi sobrina atribuye tales cambios a tal cambio, asi q no dejo q tal cosa pasara y AHORA SE LO AGRADEZCO TANTOOO !!!

Bueno el hecho es que esta familiar se disgusto demasiado pues mi sobrina tuvo que decirle cual era nuestra identidad espiritual y por supuesto, decirle un ciego en la fe cristiana que unos familiares MUY cercanos no creen en el tal jesus es asunto de ofensa y de enfado total (cosa que me hubiera gustado evitar, pues se que la confrontacion no es la herramienta mas apropiada, pero tampoco era dejar que ensuciaran el camino espiritual que tanto hemos luchado mi esposo y yo con nuestro hijo).

La frase de mi familiar que mas me llamo la atencion fue: «ALLI ESTAMOS PINTADOS, SIEMPRE BUSCANDO LA VIDA CÓMODA ESPIRITUAL» y le aclaro a mi sobrina que mucho cuidado se iba a dejar llevar por nosotros «los desviados» por lo cual la obligo luego a ir sola a misa y a cumplir con sus obligaciones cristianas y no quedaron muy a gusto con la noticia. !pobre de ella!, lo q pasa es que es menor de edad y aun la controlan bastante.

Yo me cuestione mucho, no porq crea q es asi lo de la vida comoda, todo lo contrario, que responsabilidad y compromiso tan tenaz nos toca, sino porque me da mucha tristeza que nuestros amigos y familiares cristianos crean que es lo facil, q buscamos librarnos de responsabilidades, de compromisos mas con la comunidad que con el mismo Dios …

QUe tristeza
Pero sobre amor y paz para ellos, no hay nada mas que hacer … por ahora

bendiciones

Hijos y siervos

¡Bienvenido lector estimado!

Nuevamente estoy aquí, en casa.
Luego de un tiempo que me tome para el descanso y otro para viajar por diferentes lugares fomentando el noajísmo, que como sabes es el modo de vida que el Eterno ha dado a los gentiles.
Tal como los judíos tenemos nuestros 613 mandamientos, las naciones tienen 7.
Nuestra senda es la de los 613, la de nuestros hermanos noájidas es la de los 7.
A unos y otros el Eterno nos ha dado nuestro adecuado alimento espiritual, nuestro modo de vida que debemos conocer, aplicar y difundir.

Ahora bien, muchas personas, especialmente noájidas, me preguntan el porqué Hashem hizo esta distinción en los mandamientos.
Si todos somos hijos de Él, creados a Su imagen y semejanza, descendientes de Adam a través de Shet y de Noaj, ¿cómo es posible que algunos deban cumplir más preceptos que otros?
¿Acaso esta diferenciación es en cierto modo clasista o que discrimina negativamente?
¿Será que el Eterno desecha a los gentiles y por eso sobreabunda en mitzvot -preceptos- para los judíos?

La respuesta a interrogantes por el estilo es bastante simple, directa, que no requiere de ejercicios mentales complejos ni de encumbradas racionalizaciones filosóficas.

Presta atención a esta palabra del Eterno:

«Porque los Hijos de Israel son Mis siervos; son siervos Míos, a quienes Yo saqué de la tierra de Egipto. Yo soy el Eterno, vuestro Elokim.»
(Vaikrá / Levítico 25:55)

A ver si queda claro.
De las 71 naciones de la tierra solamente una fue declarada esclava del Eterno, solamente la nación judía.
Todos somos hijos de Él, sin distinciones de color, nacionalidad, origen o hasta credo. Todos hijos del Eterno.
Pero hay un solo siervo de Dios, que es Israel.
El Eterno nos sacó de la esclavitud de Egipto, una terrible y mortal prisión del cuerpo y del alma.
De inmediato nos propuso que decidiéramos qué queríamos hacer, y decidimos contraer un contrato perpetuo de esclavitud, pero solamente hacia Él, hacia nada ni nadie más.
Cuando dijimos todos juntos y al unísono:

«¡Haremos todo lo que el Eterno ha dicho!… Todas las cosas que el Eterno ha dicho, haremos y comprenderemos.»
(Shemot / Éxodo 19:8, 24:7)

A partir de ese instante especial y único nos sometimos a la condición de ser esclavos perpetuos del Eterno.
Al mismo tiempo que manteníamos la condición de hijos, los primogénitos, de Él, tal como está escrito:

«Así ha dicho el Eterno: ‘Israel es Mi hijo, Mi primogénito.»
(Shemot / Éxodo 4:22)

Como esclavos tenemos más deberes, mas responsabilidades, más trabajo, más preceptos para cumplir.
En lugar de vivir de acuerdo con los Siete Mandamientos Fundamentales, como el resto de las naciones, tenemos 606 preceptos más. No porque seamos mejores, más lindos, más perfectos, más inteligentes, sino porque tenemos una deuda de gratitud con el Eterno y un pacto que nos declara como esclavos a Sus órdenes.

Por tanto, para el gentil la misión es ser constructor de Shalom en Este Mundo, con una estupenda, justa y buena recompensa también en la Posteridad. Cuando vive de acuerdo a las leyes del noajísmo está construyendo este mundo al tiempo que se edifica la mansión de gozo celestial en los dulces parajes del Paraíso, en donde se deleitará el noájida que ha quitado manchas de su alma y ha permitido que alumbre la Luz del Eterno en su vida.

Pero Israel, los judíos, deben actuar como siervos del Eterno, no solamente como constructores de Shalom, sino además como canalizadores de kedushá -santidad-. Es más pesada la tarea del judío, más compleja, con muchísimo más trabajo y detalles que atender, tal como corresponde al que es servidor.
En una servidumbre que enaltece, que libera, que hace crecer, que alumbra:

«seréis para Mí un pueblo especial entre todos los pueblos.
Porque Mía es toda la tierra, vosotros Me seréis un reino de sacerdotes y una nación santa.’
Éstas son las palabras que dirás a los Hijos de Israel.»
(Shemot / Éxodo 19:5-6)

Si has leído y comprendido hasta aquí debes admitir que no hay ventaja por ser judío, sino más responsabilidad, más oportunidades para equivocarse; lo que conlleva que si se camina por la Buena Senda finalmente se obtenga una radiante Posteridad.

La única duda que quizás te pueda quedar es porque el Eterno ofreció a Israel el rol de ser Sus siervos/sacerdotes/representantes terrenales, y no a las otras naciones.
¿Esto no sería discriminativo por parte del Eterno?
Y la respuesta nuevamente es clara, simple, directa.
El Eterno dio a toda la humanidad Siete Mandamientos Fundamentales, muy cercanos al corazón de cada persona para que los cumpla.
Pero las naciones y las personas prefirieron andar por sus propios caminos.
Inventaron religiones, se hicieron dioses y de dioses, fueron inmorales, despreciaron su vida, la del prójimo y el Pacto Eterno que tenían con Dios.
No fueron capaces de responsabilizarse por el cumplimiento de los Siete Mandamientos Universales.
Solamente un hombre con su esposa eran fieles y leales al Eterno, Avraham y Sará, nuestros primeros patriarcas. Solamente ellos, y su descendencia tras de ellos.
En un mundo plagado de oscuridad, mentira, idolatría y confusión, bastante parecido a nuestra época, solamente un grupo decidió ser seguidores justos del Eterno, solamente los judíos.
Fueron perseguidos, discriminados, masacrados, esclavizados, atormentados, maldecidos por los otros, estigmatizados, robados, etc., y sin embargo se mantuvieron conectados conscientemente con el Padre Celestial.
Es por esta lealtad irrestricta hacia Él que fueron liberados nuestros antepasados por Dios de Egipto, y se les propuso entrar a la Alianza Eterno con Él, para ser hijos y siervos del Altísimo.
En resumen, esto significa que la nación judía fue escogida porque ellos ANTES escogieron al Eterno y mantuvieron su elección, tal así por todas las generaciones.

En resumen, el Eterno ama a todas Sus criaturas, especialmente ama a los humanos creados a Su imagen y semejanza, pero ha destinado a Israel a cumplir un rol de liderazgo espiritual, no por cualidades de superioridad, sino por un compromiso histórico de fidelidad hacia Él.

Actualmente, gracias a Dios, hay un renacer noájida.
Más y más cada día son los gentiles que quieren buen alimento espiritual. Están hastiados de la basura que han ingerido durante siglos y quieren la libertad para sus almas.
Confundidos creen que el judaísmo es la respuesta para ellos. Entonces como ciegos e ignorantes pretenden convertirse al judaísmo. Es que sienten gran necesidad del encuentro con el Eterno y no saben, no conocen que SU senda es el noajísmo, tal como ha diseñado Hashem para ellos.
Así pues, enseña a tu allegado gentil la existencia del sendero del noajísmo, no lo lleves por nueva confusión hacia una conversión al judaísmo que en principio no es idónea para su verdadera identidad espiritual.
Da a conocer los Siete Mandamientos Universales y promueve para que este renacer noájico crezca y se multiplique, pues es lo que el Eterno ha dictado con Amor y Sabiduría para los hijos de las naciones del mundo.
Que entienda y sienta el noájida el orgullo y grandeza que se encuentra en el camino noájico, en el cumplimiento leal de los mandamientos de los benei Noaj.
Que viva a plenitud siendo un constructor de Shalom, de acuerdo a la identidad que ha recibido desde lo Alto.
En FULVIDA.com hay más información y maneras de apoyar a los noájidas.

Y tú, amigo judío, quizás hoy has comprendido tu propio rol en Este Mundo, que en parte incluye el proclamar la verdadera libertad para el Hombre.
Tal como recuerda el profeta:

«vosotros os habíais vuelto a Mí y habíais hecho lo recto ante Mis ojos, al proclamar libertad cada uno a su prójimo»
(Irmiá / Jeremías 34:15)

¡Te deseo a ti y a los tuyos que pasen un Shabbat Shalom UMevoraj!
¡Qué sepamos construir shalom!

Moré Yehuda Ribco

Su apoyo constante nos permite seguir trabajando

Un par de propuestas

Hace un tiempo atrás Yehuda Ribco hacía una evaluación sobre el progreso de la Fundación Luz de Vida (ver aquí). Decía él, muy certeramente, que «son centenares las personas que se han beneficiado a través de FULVIDA. Muchos han roto por fin las cadenas de la esclavitud de las religiones, se han podido acercar al fin con libertad y pureza al abrazo con el Padre celestial«. Sin embargo, ante la falta de compromiso, producto quizá de inmadurez o inseguridad al verse libres de las ataduras del pasado (ver aquí), llamaba la atención en palabras muy sentidas: «No quiero excusas, ni promesas, ni avivados, ni borrados (gente que se esconde), sino que quiero soluciones para hacer funcionar a FULVIDA a pleno«.

Alguna respuesta hubo ante este llamado. Pero fueron esencialmente palabras…

Las ideas no efectivizadas se elevan al cielo. No como olor fragante de algún sacrificio aceptable al Creador sino como olor a desperdicio quemado…

No todos los noájidas tienen las mismas habilidades, pero todos tienen algo especial que dar.

No todos los noájidas tienen la misma forma de pensar, pero necesitamos encontrarnos en el actuar.

No todos los noájidas manejan con la misma soltura su libertad para elegir, pero todos debemos caminar.

Algunos apenas se están liberando de las cadenas de la idolatría que flagelaba su alma y autoestima.

Otros sienten ya el deleite de la autoconfianza pero siguen cargando una mochila con desperdicios de idolatría.

Algunos menos ya están maduros pero con miedo a errar de nuevo.

Muy pocos actúan.

¿Hasta cuándo nos sacudimos y empezamos a usar nuestra libertad para producir y transformar el universo entero para bien?

Hay comunidades de noájidas que están estancadas. Deben despertar, ya es tiempo.

Las comunidades que ya están encaminadas pueden dar una mano a las que están en formación así como a hermanos de países vecinos que quizás están un tanto aislados. Consideremos, por ejemplo, la posibilidad de que noájidas de fuera de México visiten la filial o filiales de Fulvida. Fulvida México podría tratar de acoger a los noájidas de algunos paises centroamericanos, del caribe y aún hispanos del sur de Estados Unidos. Esto es, ayudarlos, apoyarlos, pero sin ejercer un paternalismo excesivo. La misma idea podría funcionar con Fulvida Venezuela respecto a los noájidas colombianos y del norte de Brazil. Algo similar podría acontecer en Chile, Argentina y Uruguay. Lo mismo para la pareja Ecuador – Perú.

Las comunidades medianas y grandes deberían crear, conforme a sus propias características, un instrumento que permita a sus miembros participar de las responsabilidades comunes. Esto tanto para elegir a sus representantes como para fiscalizar (en el buen sentido de la palabra) las acciones de estos.

Fulvida debería tener algo como un Consejo de Dirección. Un grupo de cuatro o cinco miembros que ayuden a la presidencia a coordinar las actividades de las filiales. Por uno o dos períodos, los miembros del consejo podrían ser designados por la Presidencia pero eventualmente debe hallarse un mecanismo para que democráticamente o de manera rotativa haya alternancia en el consejo.

En fin. Son sólo ideas pero lo cierto que se necesita dejar de elevar plegarias sin poder. Las plegarias funcionan cuando decidimos actuar y hacer lo correcto.

Esencia y mandamientos

Como muchas veces anteriores, un noájida pretendía bucear en Torá, apropiarse de los mandamientos que el Eterno ordenó a Israel, con la sempiterna excusa de tener la sensación de que siete mandamientos son poca cosa. Como si el noájida se quedara en el jardín de infantes mientras que los que cumplen los mandamientos de la Torá están a nivel universitario.
Y, por supuesto, a esta queja amarga se sumaba el ya conocido estribillo de «los malos judíos que no permiten que la Torá sea para todos por igual».

La respuesta a este planteo repetido también fue reiterativa.
No son los judíos los que determinaron que fueran siete los mandamientos fundamentales y que estos fueran patrimonio espiritual de los gentiles.
Como tampoco fueron los judíos los que vetaron el estudio irrestricto de Torá para los gentiles.
Fue el Eterno.
Él y nadie más.
Por tanto, no es una cuestión de discriminación, sino de adecuación al patrimonio y legado espiritual que el Eterno dispuso para cada cual.

No hay que dejarse llevar por fatuos sentimientos de minusvalía, sino que la persona debe adherirse fuertemente al Padre Celestial por medio de la conducta de lealtad hacia Él. Y esto se logra cumpliendo con los mandamientos que Él ha dado para cada cual, de acuerdo a su propia esencia espiritual.

Ya que tanto quiere profundizar en Torá, ya que tanto demanda mayor carga en mandamientos… al menos podría empezar siendo humilde y prudente y no criticar al Creador por Sus pautas que con Amor y Sabiduría ha dispuesto.

En líneas generales, el noájida que siente sabor a poco con los siete mandamientos universales, es aquel que no se ha tomado con responsabilidad y rigor su conocimiento cabal y su cumplimiento cotidiano.
Habitualmente es el que está en huida de su identidad, o la rechaza por ignorar el enorme valor que ésta tiene.
Pretende descubrir en «ismos» (incluido el judaísmo) aquello que el Eterno le ha conferido, pero teme reconocer en su interior.
Así, por ejemplo, se sumerge en cualquier religión, doctrina o superstición, y la encuentra estupenda, siendo que similar, pero limpio de idolatría, tiene en el noajísmo.
Así, por ejemplo, se erige en férreo avasallador del legado de la Torá que es exclusivo de los judíos, con la excusa de no sentirse excluido, cuando en los hechos el Eterno le ha provisto de su propio «maná» espiritual, que le da vida y eternidad, sin necesidad de arrebatar lo que es peculiar de los judíos.

Numerosísimos son los reglamentos derivados de estos siete mandamientos fundamentales.
Éstos son idénticos a mandamientos que están establecidos como imperativo en la Torá para los judíos.
La única diferencia es que para los judíos tienen carácter de obligatoriedad, en tanto que para los noájidas son opcionales, aunque sumamente recomendables.
Así por ejemplo, «no mentir» no es uno de los siete mandamientos universales, pero es un reglamento que se deriva de uno de ellos, en total paralelismo con el mandamiento para los judíos al respecto.
Que no haya sido dictado como mandamiento para los noájidas no quiere decir que éstos puedan licenciosamente mentir, sino que han de procurar que sus sociedades lo establezcan como parte de su cultura y normativa.

De hecho, para el estudioso no es novedad, que cientos de mandamientos de la Torá tienen precedentes en épocas anteriores.
La famosa «Ieshivá de Shem y Ever», no era otra cosa que una Facultad de Derecho, fundada y fundamentada en los mandamientos noájicos.
En esta Facultad se desarrolló el código legal noájico, en estricta consonancia con el mandamiento fundamental de establecer cortes de justicia.
Este código en buena medida posteriormente sería refrendado en la Torá por el Eterno, como mandamientos para los judíos.
Por ejemplo, la ley del levirato ya era conocida y aplicada por los patriarcas (Bereshit/Génesis 39), pero no constituía un mandamiento para los noájidas, aunque siglos más tarde quedará fijada como mandamiento para los judíos.
Algo similar podemos decir del diezmo, costumbre extendida por Shem (también conocido por su título monárquico como Melkitzedek), pero que sería mandamiento más tarde, para los judíos.
Similar con el respeto a los padres, con el entierro de los difuntos, amparar a los necesitados, dar cobijo a los extranjeros, etc.

En parte por esta razón es que los noájidas tienen a su disposición decenas de los mandamientos de la Torá (para cumplirlos sin carácter de obligatoriedad), ya que eran practicados por los noájidas previamente a la entrega de la Torá a Israel.

En parte por esto mismo, hay ciertos mandamientos absolutamente vedados para los noájidas, que son privativos de los judíos, ya que no tienen un origen en los sabios noájidas (de la Ieshivá de Shem y Ever), sino que fueron entregados explícitamente por el Eterno a Israel en exclusividad.
Mandamientos tales como Shabbat, tefilín, circuncisión, talit, mezuzá, entre otros.

Resumiendo, el noájida tiene un capital inmenso para invertir en su perfeccionamiento, sin necesidad de indagar en tradiciones ajenas. Aprender y aplicar lo que corresponde a su propia esencia espiritual es lo que habilita al noájida a crecer y ser socio en la construcción del Shalom.

¡Prendan las luces!

Hace dos mil años y un poco más un grupo de valerosos héroes judíos execraron del Santo Lugar la tiranía y la opresión ejercidas por el pseudo-intelecto helénico, execraron de la Tierra de Promisión al invasor, al intruso que viene a corromper, hicieron la voluntad del Eterno con sus propias manos y demostraron que el destino de las naciones no lo construye sólamente la plegaria y el fervor religioso, que la mano de D’ no siempre es visible, y que muchas más son las veces en las que ésta está detrás del valor y el compromiso de los hombres; muchas veces es imprescindible el coraje y arrojo por las virtudes, la actuación consciente y no maquinal.

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