Las estrategias son los métodos que utilizamos para hacer algo. Si tengo que, por ejemplo, tirar una pared, puedo utilizar distintos sistemas: darle golpes con la cabeza, o darle golpes con un martillo, o llamar a un albañil profesional, por mencionar unos pocos.
No se tarda lo mismo en tirar una pared a cabezazos que con un martillo neumático. Los resultados que obtenga, e incluso mi bienestar, dependerán en gran medida de que sepa elegir el método más eficaz para cada tarea. Un martillo neumático puede ser muy eficaz para tirar una pared, y un desastre si lo que quiero es hacer un agujero para colgar un cuadro.
De la misma manera sucede con todas aquellas organizaciones que, al igual que FULVIDA, tienen por meta educar. Si esperan buenos resultados, entonces usar buenas estrategias es recomendable.
Veamos algunas estrategias:
1. Diseñar una invitación. Puede ser impresa o hecha a mano. Que sea personalizada, es decir, que lleve el nombre del invitado. Deben figurar con toda claridad elementos como: Tópico, lugar, fecha, hora. Sirven para invitar a nuevas personas, invitar a los que tienen tiempo sin reunirse, invitar a una reunión especial o un día destacado en el ámbito noájida. Muy poca gente se resiste a una invitación. Además es una excelente manera de contrarrestar el típico «como a mi no me invitan, entonces no voy».
2. Titular el tema a enseñar de forma llamativa. Hoy en día los publicistas nos han acostumbrado a dirigir nuestra atención hacia lo llamativo. Es aconsejable hacerlo siempre y cuando no se engañe al receptor del mensaje. Algunos ejemplos: «5 consejos para vivir una vida significativa», «¿Cómo superar las adversidades económicas?, etc.
3. Comenzar con lo más básico antes de entrar a lo complejo. Una constante en cualquier grupo de estudio es la llegada de nuevos asistentes. Por lo tanto, es aconsejable apartar un tiempo para explicar quién fue Noaj, por qué el diluvio, qué son las siete leyes, por qué siete. Y después hablar de temas un poco más profundos: los planos de la vida, los poderes emocionales, etc.
4. Los noájidas también comen. Ofrezcan refrigerios GRATIS, la comida que no se paga atrae a la gente, sin caer en lo rimbombante, cosas sencillas. Y no tiene que salir de un solo bolsillo, TODOS pueden colaborar. Además, compartir una comida es una buena manera de compartir una conversación. Familia que come unida, permanece unida. Y nada más aburrido que escuchar una charla mientras el estómago te dice: «¿qué me vas a dar?», «¿me das algo?»
5. Noajísmo no lo es todo. Aunque suene extraño, así es. Me explico: Hablar únicamente de noajísmo produce dos cosas:
- Cansancio: «¿Otra vez ese tema?», «¿Y por qué no enseñan cómo resolver problemas del día a día?», etc.
- Dependencia: «El noajísmo y tu», «El noajísmo y él», «El noajísmo y ella», «El noajísmo y ustedes», El noajísmo y nosotros», etc. Se puede hablar de «tú, él, ella, ustedes y nosotros» sin ligarlo al término ‘noajísmo’. Al hablar únicamente de noajísmo, puede producir un rechazo a temas que no tengan un tinte ‘espiritual’, y que forman parte de una vida integral.
La audiencia es de carne y hueso, y si no se tiene cuidado, se cansa, se aburre, y se va.
6. Refuercen las enseñanzas.
- Ofrezcan una fotocopia con un resumen de las ideas principales que tocaron en el tema. A la gente le gusta repasar.
- Permita una sesión de preguntas, anótelas y para la próxima clase dé las respuestas. A la gente le gusta saber que sus inquietudes son importantes.
- Lean un capítulo de los libros del Moré, promociónelos, véndalos. Así se benefician ustedes y el autor. Ya al final anuncien cuál será el próximo tema. Somos curiosos por naturaleza, y es bueno alimentar la curiosidad a la gente.
- Creen una biblioteca con literatura que cubra los cinco planos de la vida.
- No pierdan tiempo hablando de lo mal que la pasaron en las religiones (a menos que sea para algo constructivo, para contrastar o comparar). Enfoquen lo bueno del AHORA. Recordar el pasado y vivir en el pasado son dos cosas distintas. Resalten el presente. Equilibrio.
7. Procuren proyectarse como un grupo de crecimiento personal o algo semejante.
Los seres humanos disfrutamos temas relativos a cómo desarrollar nuestro potencial, cómo evitar desperdiciar esta vida, cómo enfrentarnos a situaciones conflictivas, cómo ser buenos ciudadanos, cómo descubrir nuestra misión personal en la vida, etc.
(Personalmente, he enseñado a decenas de personas los principios esenciales del noajísmo sin mencionar el término “noajísmo”. Además, he enseñado las Siete Leyes de Noaj sin decir “éstas son las siete leyes de Noaj”. También he hecho ver lo inútil de las religiones sin referirme al colgado.
Los resultados han sido grandiosos, puesto que al momento de precisar una opinión, consejo o punto de vista, se me acercan sabiendo que no se irán con las manos vacías y que podrán conseguir en mi una alternativa con sentido, en lugar de una formula mágica o falsas soluciones a cambio de “cree en fulano y serás salvo”.
Y… nunca ha salido de mis labios la frase “Yo soy noájida”, puesto que ha sido innecesario.)
Además, recordemos que las religiones brindan a sus adeptos un falso orgullo, una falsa superioridad. «Nosotros sí estamos en la verdad, los demás no».
Tanto el líder, director, dirigente o cual sea el título que corresponda al que representa al grupo, como los integrantes, deben cuidar proyectarse como lo que son: seres humanos comunes y corrientes con deseos de crecer en todos los planos de la vida para construir lo que precisa la humanidad para su correcta ‘evolución’.
8. Practicar las DONACIONES.
Cabe tener claro que se ha enseñado de diezmar y ofrendar NO ES OBLIGATORIO, pero muchos lo han mal entendido y piensan que dichas acciones están prohibidas. Nada más lejos de la verdad.
Si entendiéramos que para recibir primero se DEBE DAR, entonces nos la pasaríamos dando.
Finalmente,
Las ocho estrategia son eso, estrategias. No son verdades absolutas, ni opiniones, ni consejos. Son el resultado de haber servido en Fulvida Táchira, Venezuela.
Además, cada grupo está sujeto a su contexto.
¡A sus órdenes!