Algunos atentos amigos me han hecho llegar la novedad de que hay una mala persona haciendo circular emails llenos de odio, perversas intenciones, difamaciones y amenazas directas en contra de mi persona y de FULVIDA.
Esta persona, no sé si delirante o astutamente maligna, inventa espantosas fantasías en las cuales resulta que yo soy el responsable de crímenes en Venezuela, del terrorismo internacional, de la bancarrota de los bancos famosos, de la crisis hipotecaria en EUA, del conflicto en Medio Oriente y no sé cuantas estupideces más.
Agrega que soy agente del espionaje de la CIA, que recibo suculentos cheques del gobierno Colombiano, que soy miembro de algún Cartel, entre otras invenciones imposibles de creer por gente que coordine un poco sus pensamientos.
Pero además, soy el creador del noajismo, un importante operador dentro de organizaciones religiosas secretas, miembro de los Iluminati, y no se cuántas locuras más que a esta mala persona se le ocurra encadenar sin sentido, pero que tristemente hay gente que admite como si fueran ciertas.
Cualquiera persona centrada descubriría los delirios, o malvadas maquinaciones, muy pronto, pero lo lamentable es que pareciera que hay «ex amigos», gente a la cual ayude de muchas maneras y de forma desinteresada, que prestan atención a estas patrañas y las creen… ¡increíble pero cierto!
¿Cómo alguien le puede dar crédito a infundios tan absurdos, evidentemente faltos de cualquier veracidad o sustento en la realidad?
La respuesta, una de ellas, es porque el que se suma a esos disparates, no está puro de corazón y su mente no cavila con propiedad.
Pedí a renombrados abogados en Venezuela que inicien causa judicial (civil y penal) en contra de esta persona nefasta, creo que de apellido Melgarejo o algo parecido (los abogados tienen los datos concretos). Espero que pronto las autoridades correspondientes apresen a esta persona, que sin empacho amenaza mi integridad física y atenta en contra de mi buen nombre y moral. Espero que la Justicia de la República Bolivariana remita a prisión a este engendro y resarza como corresponde a los que han sido afectados por sus difamaciones, injurias y amenazas.
Pero, lo peor de todo, lo más espantoso no es que un chiflado (o frío asesino) invente idioteces y las difunda por la Red; lo peor de todo, lo más espantoso es que gente que debiera corresponder a mis bondades con bondad, solamente dan la espalda y se suman a las filas del mal, a los soldados de la oscuridad, a los que corrompen el mundo.
Pensé apenarme por ellos, pero realmente, puesto a pensar desde la perspectiva espiritual, la única conclusión es que esa gente no merece que me apene; pues, si habiendo recibido solamente bondades gratuitas, responden con maldad gratuita, entonces, no merecen que me apene por ellos.
Espero que pronto recuperen la cordura, aquellos que han sido raptados por sus oscuras emociones, que emprendan el camino del arrepentimiento sincero, que limpien el daño que han hecho, que se transformen en verdaderos constructores de shalom y no en esclavos de pasiones, egos y maldades.
Por mi parte, en tanto el Eterno me permita, seguiré pregonando el noajismo, tal como Dios requiere. Seguiré trabajando con sinceridad y honestidad para recibir mi salario allí en donde laboro. Seguiré pagando mis impuestos, seguiré siendo un ciudadano como corresponde a los términos de la Ley, seguiré apoyando los valores del bien y la justicia. Seguiré criando a mis hijos, seguiré haciendo mi modesta parte para traer luz al mundo. Seguiré lejos de conflictos bélicos, de mentiras, de estafas, de corrupciones, de politiquería barata, de supersticiones, de vender esperanzas falsas a precio de oro. Seguiré oponiéndome al mal, sea éste idolatría, superstición, engaños, esclavitud, drogas, etc.
Espero tener a mi lado a los soldados del Eterno, a la gente que piensa y siente, a los que se comprometen con la verdad y la justicia, a los que luchan con las armas de la legalidad. Espero tener a mi lado a los que anhelan vivir como hijos de Dios, a los que respetan la ley, construyen shalom, se abstienen de hacer el mal, estudian para perfeccionar sus carácteres, son solidarios, verdaderos héroes de luz en un mundo de caos y confusión.
Ahora, a seguir trabajando, a esperar que la justicia alcance al criminal que se comporta de manera subversiva, a continuar la sagrada tarea de enseñar a las personas el camino bueno de vivir con lealtad, con bondad y justicia.
Hasta luego.