Archivo de la categoría: ayudar

El hermano mayor es más inteligente que el segundo

Para todos aquellos que tienen un hermano mayor, este artículo podria resultar interesante. Para todos aquellos que saben que el pueblo Judío es el hermano mayor de nosotros los gentiles, podria ser significativo.

Estudios recientes han demostrado que, a través de la prueba habitual del cociente intelectual (CI), se ha encontrado que los hermanos mayores obtuvieron un resultado ligeramente mejor que sus hermanos menores.

Se concluyó que aunque el hermano mayor no lo sea biológicamente, por perdida o fallecimiento de uno o más hermanos antes que él, la diferencia en el CI está presente, siempre que se haya criado como hermano mayor. Significa que la categoria social marca la ventaja intelectual y no el lugar biológico en el que se llegó a este mundo, dejando de lado que la diferencia sea de orden genético.

¿Y por qué esto es así?

-Se dice que el rol de tutor que ejerce el hermano mayor, le ha otorgado mejoramiento en las habilidades cognitivas que luego se hacen evidentes al confrotarlas con situaciones que demandan soluciones.

-Tambien se supo que los hijos únicos no sobresalen como los hermanos mayores, puesto que a diferencia de ellos, no tienen a quien tutelar.

-Curiosamente se encontró que al realizar la prueba antes de los 12 años de edad, los hermanos menores salieron mejor que los mayores, esto se debe a que hasta esa edad, el hermano mayor degrada su entorno intelectual, pero la situación cambia cuando el mayor comienza a enseñar lo que sabe al menor.

Hasta aqui lo interesante.

Ahora pasemos a lo edificante a base de lluvia de ideas:

– El pueblo judío es nuestro hermano mayor. Por tanto son ligeramente mejores que nosotros.

-La inteligencia del pueblo judío no está basada en genes. Muestra de eso es que si un gentil quiere pasar a ser ‘hermano mayor’, existe la posibilidad de hacer conversión, lo cual implica acceso total al legado, o sea a ser ligeramente más inteligente. Sabiendo que se enfrentará a situaciones nuevas que demandarán mayor y mejor capacidad de su parte.

-El pueblo judío es nuestro tutor. Queramos lo gentiles aceptarlo o no, de Tsión saldrá la Torá. A ellos se les reveló la Torá, esto es: Sabiduria, Conocimiento, Entendimiento y más. Así que a oir con atención al hermano mayor comprometido con la responsabilidad que el Padre le dio, a dejarlo cumplir con su parte, a ayudarlo con todo lo necesario en el cumplimiento de su tarea, pero sin estorbar.

-Los hijos únicos, digamos, los que son mayores pero no asumen compromiso de tutela, podrian ser aquellos que no han aceptado que tienen un hermano menor a quien guiar. Aquellos que siendo hermanos mayores son indiferentes con los gentiles.

-Los gentiles, un dia en la historia, fuimos tan sabios como el hermano mayor, hasta que nos desviamos del camino correcto y rechazamos la Torá, pero el hermano mayor asumió con responsabilidad el compromiso que el Padre les planteaba.

-Si todos los gentiles asumieramos completamente el compromiso con las Siete Leyes dadas a papá Noaj, entonces nuestro hermano mayor podria dedicarse con absoluta entrega al estudio mucho más profundo de su herencia.

Conclusión:

No se trata de aceptar que somos menos inteligentes que el hermano mayor, ni que estamos privados de ser como él, puesto que quien piense así no ha entendido de qué se trata su identidad.

Se trata de saber que tenemos a un hermano mayor en quien confiar, a quien acudir, en quien refugiarnos. Tenemos a un hermano mayor que nos puede enseñar como afrontar las nuevas situaciones.

Y, el hermano mayor que se ha dedicado a tutelarnos con tanta paciencia, Yehuda Ribco, gracias por ser el hermano mayor que está ahi, a pesar de las pataletas que como hermanos menores armamos.

¿Alguna idea para compartir?

Basado en este artículo.

¿Donde esta D-is?

“Usted perdone”, le dijo un pez a otro, “es usted más viejo y con más experiencia que yo, y probablemente podrá usted ayudarme. Dígame: ¿dónde puedo encontrar eso que llaman océano? He estado buscando por todas partes, y no he podido encontrarlo”.
“El océano respondió el viejo pez, es donde estás ahora mismo”.
“¿Esto? Pero si esto no es más que agua…Lo que yo busco es el océano”, replicó el joven pez, totalmente decepcionado, mientras se marchaba nadando a buscar en otra parte.
Somos tan parecidos a ese pequeño pez, día a día nos encontramos buscando como acercarnos a D-is, como sentir más espiritualidad, como darle más sentido a nuestra vida. Y buscamos y buscamos sintiéndonos cada vez mas decepcionados, desilusionados, preocupados; bajando así nuestra auto estima y aumentando nuestro grado de ansiedad y stress.
Y todo esto solamente por una cosa, porque no entendemos que la mejor forma de acercarnos a D-is es por medio de lo que nos rodea. En nuestra familia, nuestro trabajo, al comer, al estudiar, al ver futbol, al hacer ejercicio; en fin, en todas y cada una de nuestras acciones simples y comunes de todos los días.
Por favor, no pienses que Hashem quiere 5 horas de rezo diario, o que desea que medites en la existencia del universo todo el día, ni que busca que des todo tu dinero para los pobres, o que pases en el hospital con los enfermos todos los fines de semana.
Curiosamente no fuimos creados para buscar a D-is, fuimos creados para dejar de buscarlo; no hay nada que buscar, solo tienes que saber contemplar lo que te rodea, abrir tus ojos y mirar. Y cuando menos te das cuenta no puedes dejar de Verlo. En tu pareja, tus hijos, en ese compañero que te molesta, en el trafico que no te deja avanzar, en el gol que le anotan a tu equipo favorito. En Tooodas y cada una de las situaciones de tooodos y cada uno de nuestros días esta El, poniendo su bondad y guiándonos hacia lo que es mejor para nosotros.
Abramos los ojos, el Amo del Universo esta frente a nosotros, solo necesitamos verlo.

El visitante del Baal Shem Tov

E1 santo fundador del Movimiento Jasídico, Rabí Israel Baal Shem Tov, estaba en su habitación, entregado a sus pensamientos. Una pequeña vela iluminaba el cuarto y el Rabí parecía estar en otro mundo, ajeno a lo que sucedía a su alrededor.
De pronto, el silencio fue cortado por un seco golpe a la puerta, la que luego se abrió suavemente.
El asistente de Rabí Israel, respetuoso, interrumpió las reflexiones de su venerado maestro para anunciar la llegada de un forastero. Se trataba de un hombre de mediana edad, bien vestido y con aires de ser dueño de una inmensa fortuna. Seguir leyendo El visitante del Baal Shem Tov

DESEAMOS RECIBIR PARA COMPARTIR.

L a energía de la vida manifestada a través de nuestros deseos es poderosísima como lo es la fuerza del mar, sin los límites adecuados, el mar puede destruirnos.

Como podemos  equilibrar nuestros deseos y no corrompernos?

Cumpliendo y viviendo nuestra vida en armonía  con los siete preceptos Noajidos.

Los Preceptos  le dan forma armónica a nuestros deseos de modo que  se  crea  una  ecología  espiritual  en  todos  los  ámbitos  de  la  vida.  Cada vez que deseamos algo, debemos conocer los parámetros que nos ayuden a evaluar si nuestro deseo afecta positiva o negativamente a nuestro semejante.
Cuando actuamos en equilibrio con las leyes espirituales beneficiamos a todas las creaturas por igual.  En cambio, cuando nuestros deseos obstaculizan los de nuestros semejantes surgen las guerras, la pobreza, el sufrimiento.

Podemos canalizar esa energía de la siguiente manera; por ejemplo creando una represa imaginaria que contenga y regule esa energía y utilizándola para dar Luz al mundo.

Concentrarnos y usar parte de esa energía  en ayudar a nuestros semejantes siendo conscientes de las necesidades de otros y no centrarnos en nosotros mismos, de esa manera damos el primer paso hacia la liberación de la dependencia de los Deseos  egoístas de solo recibir.

¿Qué PODEMOS HACER?

Trabajar en armonía para traer Luz al mundo, vivir una vida llena de buenos deseos positivos, todos los días y hacer donaciones, caridad actos de bondad, ser amables, respetuosos, tolerantes, sinceros,

Amigo de tus amigos que salgan de nuestro ser. Todas las buenas acciones realizadas con intención y conciencia y no en forma mecánica. De esta manera creamos las condiciones que nos ayudan, si asi lo deseamos, a en cursar nuestra energía hacia niveles de altruismo.

La Energía de los instintos de ese mar que si no aprendemos a controlar adecuadamente es insaciable.

En cambio cuando le damos a su justo lugar, nos proporciona paz, tranquilidad y satisfacción, plenitud en todos los ámbitos de la vida.

No olvidemos que uno que uno de los actos mas altruistas de la vida es el amor. El verdadero amor

No depende de estados de ánimos ni de sentimientos egoístas y pasajeros sino que es constante y esta basado en objetivos altruistas y desear hacer buenos actos.

El más fundamental de todos  debe ser:

“Amaras a tu prójimo como a ti mismo”

Y  de allí en adelante no pensaremos solo en nuestros propios deseos, sino siempre en ;

Deseamos recibir para compartir.

¡Bien Hecho!

¡Bendito el que viene en nombre del Eterno!

Hoy queridos visitantes de Fulvida y compañeros columnistas, les escribo estas breves líneas para recomendarles ampliamente el libro recién publicado en México mediante la filial que coordina mi querido amigo y compañero el Ing. Ramón ruiz, desde el día martes que he venido estudiando esta gran obra, he visto los impresionantes mensajes que contiene esta compilación, el fabuloso comentario a las siete leyes del Ing. Ramón junto con las 3 obras del Moreh, se juntan para hacer un solo libro que sin duda ayudara y fortalecerá el proceso de aprendizaje de aquellos que han iniciado la travesía de Re-descubrir su Legado milenario.

Un libro que trae detrás de si, un trabajo de la oficina fulvida México que sin duda ha sido y será de bendición para muchos, no podemos dejar de reconocer el trabajo de todos y cada uno de los participantes que contribuyeron a este gran logro, un buen trabajo y una gran aportación para la causa Noajica, no se con certeza pero la literatura Noajica es muy escasa, una gran aportación a la sociedad ha hecho la Fundación Luz de Vida mediante la filial México con esta gran obra.

Sin duda que los consejos, los métodos, las plegarias y la información en general de varios aspectos que contiene esta gran obra, son de importancia para todos nosotros, hoy gracias al fabuloso trabajo realizado por nuestros compañeros de la filial México podemos acceder a estos conocimientos, en meses pasados era muy dificil hacerlo.

Personalmente acostumbro a rezar regularmente pero solo contaba con el libro en formato electrónico (pdf) y lo leía en la computadora pero como en algunos rezos te tienes que poner de pie tenia que estar de pie con la computadora y no es muy cómodo que digamos, así que la versión impresa es mejor en muchos aspectos.

Pero quiero mencionar algo que me dejo un sabor agradable y que me lleno de satisfacción, una contribución muy grande se le ha hecho al Pueblo Noajico dándole alimento espiritual mediante esta gran obra, pero que hay detrás de todo esto.

Un hombre cuya dedicación culmino con 3 grandes libros, un hombre genial que aparte de enseñarnos grandes cosas se propuso escribir estos edificantes libros, con el fin de que mas personas puedan acceder a esta fuente de Agua de Vida, no es tarea fácil escribir 3 libros, personalmente me da gusto ver el nombre de el Moreh plasmado en la portada de un libro por eso me dirijo al Moreh para decirle  ” ¡Felicidades Maestro, que este sea el primero de una larga lista de libros publicados, que sus publicaciones sigan siendo siempre de bendición para el mundo entero y que todo esto sea siempre para la Honra y Gloria del Eterno! “

Me voy pero no puedo hacerlo sin antes dejarles un Aroma del Paraíso extraído de este gran libro del mismo nombre (Aromas del Paraíso) que forma parte de esta gran compilación en un solo tomo.

 

Jaié Sará > Bereshit 23:1 – 25:18

 

Un aroma del paraíso en la Parashá Jaié Sará:

 

«Avraham era anciano y muy entrado en días…»

(Bereshit / Génesis 24:1)

 

Ni uno de los días de su vida fue desperdiciado.

 

Todos y cada uno de sus días, él lograba alcanzar alguno de sus cometidos, o al menos, estaba abocado con integridad a la tarea para llegar a ellos.

 

Cuando amanecemos a cada día,

es el momento apropiado para proponernos las metas que deseamos alcanzar en la jornada.

Con calma, confianza y moderación hemos de establecer la meta que anhelamos; sin desesperar, sin ilusiones falsas, sin ambicionar aquello que no es apropiado para nosotros, sin menoscabar nuestra fuerza.

Y cuando vamos a dormir, es cuándo preguntarnos:

“¿He sido fiel a mis cometidos?”

“¿He correspondido correctamente la confianza que el Eterno depositó en mí cuando desperté?”

 

Entonces, cerrar los ojos en paz, con la plena confianza de que mañana seremos más diligentes y firmes en nuestras obras.

 

Yehuda Ribco

 

Que los aromas que percibas sean siempre agradables, que lo que leas te sea de provecho en este mundo y en el que viene y que la Luz del Eterno Ilumine tu camino.

¡Un  abrazo y Shalom hermano!

 

Connecticut

Siguiendo el comentario de mi amigo Harley que cada uno narre su dia.

Hoy me levante como a las 3:30 am , debia hacer un viaje a Waburn , MA.
al lado de Boston.

Despues de haber encendido mi carro y pasar un majestuoso puente de 2 pisos , el George washington bridge , entre a la ciudad de Connecticut por la route 95.

Habia rrecorrido unas 10 millas cuando encontre alrededor de la via un Truck (Tractomula , Camion de arrastre , tractor trailer) que se empezaba a incendiar y su chofer un hombre como de 300 libras , africano. Se veia impotente , confundido ya que nadie se detenia a prestarle ayuda.

Inmediatamente mi mente quedo bloqueada , no sabia que hacer. Decidi ahorillar mi carro y correr hacia la escena el hombre completamente nervioso me dijo.
«Trae un extinguidor» .

Me devolvi hacia mi carro a traerlo , unos camioneros se detuvieron tambien a ayudar , pero el extinguidor se veia impotente hacia semejantes llamas.

Habia hecho todo lo que en ese momento se me habia ocurrido , pero fue demasiado tarde.

Me fui un poco insatisfecho , porque se que habria podido dar mas de mi para apagar ese incendio.

Pero a la vez me preguntaba:

Valio la pena arriesgar mi vida , por algo material ?

Despues de haber regresago de Waburn. MA , me diriji hacia el hospital Robert wood Jhonson en Rhaway , a visitar a mi amigo Andy.

Un hombre americano como de unos 50 años con dinero , sin familia , postrado en una cama y todo por estar perdiendo la batalla con el cigarrillo. Este mal que le esta destruyendo la vida.

Le compre el periodico y una galletas. Solo recibio el periodico ya que su diabetis le prohibia comer galletas. Al pasar el tiempo le hice reir , me conto algunas cositas , le dije que me llamara. Que estaba a sus servicios para lo que necesitara .

Me dio tristeza dejarlo nuevamente solo en ese Hospital , sin que nadie se acuerde de el , pero bueno. Ahora estoy aqui escribiendo estas notas y esperando mañana poder abrir mis ojos y contemplar la belleza de un nuevo amanecer.

Muchas Gracias

Resp. 259 – Mi reino no es de este mundo

rickh nos consulta:

Hay una profecia mesianica que especifica digamos la geografia del reino mesianico (el verdadero). Podrian ayudarme a encontrarla? Esta es una mas de las contradicciones de Jesus por las que no puede ser el mesias, ya que el mismo lo confirma diciendo que su rein o no es de este mundo.
Saludos
Mauricio Espinoza, 38, Ing. Miami, USA

Seguir leyendo Resp. 259 – Mi reino no es de este mundo

Cuento: Un Joven y su Camino.

El siguiente es un cuento que ideé algo breve al principio, pero que a medida que lo escribía se me ocurrían ideas, y más ideas, por lo que no pude evitar hacerlo extenso. No soy literato ni tengo experiencia en escribir relatos, sólo me apoyé en algo de conocimiento, otro poco de lectura de la cual pudiera influenciarme, otro poco de sentido común, pero creo que valdría la pena leerlo si es que se tiene algo de tiempo, o si quieren cópienlo y péguenlo en un word, como deseen. Espero que les guste. Shalom.

Sebastián.

Había un joven y junto a él su familia y algunos amigos. Su familia era su padre, su madre, hermanos y algunos parientes. Siempre juntos andaban en la vida, compartían todo y todos se amaban mutuamente, algo que nunca se rompería era los lazos de amor eterno que entre ellos había.

Cierto día caminando sólo Di-s sabe dónde, divisaron a lo lejos un lugar donde había un tumulto de gente, y por curiosidad se acercaron hacia ahí. Notaron al llegar que de ese lugar nacían varios caminos, cada uno tenía un cartel en la entrada y muchas de las personas empezaban a tomar estos varios caminos.

Se acercaron más a leer lo que estos carteles decían, así fué como leyeron uno que expresaba: » El Camino del Gentil Justo», y tenía un símbolo, como un arco iris. Este camino les inspiraba confianza, y resplandecía con claridad desde adentro, pero notaban que eran poquísimas las personas que entraban acá. Les parecía raro, nunca habían escuchado hablar sobre un gentil justo, ni imaginaban por qué tenía tal símbolo, sin embargo no se detuvieron a pensar mucho en este asunto, más, siguieron leyendo los carteles de los otros caminos.

Había otro cartel que dictaba: »Camino de la Salvación», y éste tenía como símbolo una cruz, sin embargo no les parecía raro, puesto que ya antes de llegar al lugar habían oído mucho sobre este camino. Comprobaron lo que habían oído al ver que muchas personas, la mayoría, eligían éste. Además, éste camino al igual que el anterior, también les inspiraba confianza e irradiaba casi la misma claridad, apenas algo menos, y al ver que eran muchas las personas que entraban por ahí comenzaban ya a decidirse por éste camino. Así la familia y amigos del joven empezaron a entrar, pero el joven se detuvo un momento para pensar, y les dijo que se adelanten, que ya los alcanzaría.

Antes de entrar decidió ver los letreros de los otros caminos. Notó pues que había varias entradas que simplemente decían »camino», o »camino sin retorno», y varios otros. Por último vió que había uno cuyo cartel tenía la leyenda »Camino de la Torá», y tenía como símbolo una estrella de seis puntas.

Acá se detuvo por un instante, se asombró al ver que era la única de todas las entradas que estaba cerrada, cercada por un alambrado de una especie de acero inmenso y que parecía llegar a los cielos. El joven no llegaba a distinguir hasta dónde llegaba, pues escapaba a su vista al mirar hacia arriba. Pensó que cómo es que hay un camino cuya entrada está bloqueada, no tenía sentido para él.

Pronto había menos gente, ya todos iban decidiendo sus caminos, por lo que el joven decidió emprender el que había elegido, en donde su familia y amigos ya habían entrado. Sin embargo, al estar frente a la entrada del Camino de la Salvación, vió que había personas que salían de acá y se dirigían al de la Torá, y que además, sin que nadie los viera escondían en sus ropas una cruz y un libro. Se vestían de una manera extraña, algunos se ponían una redonda »tapita» rara en la cabeza, otros sombreros, otros extrañas mantas, hasta se ponían barba falsa. El joven no entendía qué hacían, por qué se vestían así o para qué.

Entonces vió que estas personas al llegar a la entrada de aquella estrella, comenzaban a trepar el alambrado, cada vez erán más los que hacían lo mismo. Sólo por curiosiad, pospuso su entrada y fué a ver qué encontrarían al llegar al final de esa red.

Así empezó el muchacho también a trepar, trepaba, trepaba, trepaba…y nada. No llegaba a nada. Miraba hacia arriba y sólo había más alambrado…y más trepaba, y más alambrado. Lo curioso acá fué que mientras el subía, las pesonas que ya lo habían hecho antes se cruzaron con él y comenzaban a descender exhaustos, pero él decidió seguir un poco más.

Ya al fin se dió cuenta que era imposible, estaba cansado y miraba hacía arriba y sólo veía…mas alambrado.

Decidió ya descender, y al estar cerca ya del suelo se sorprendió al ver a través de la red a personas dentro de éste camino. Eran personas que tenían una apariencia similar a las que antes trepaban el alambrado, pero éstas emanaban una especie de luminiscencia, tenían unos extraños rollos hermosos que destellaban luz, tampoco entendía el joven lo que veía, todas estas personas aplaudían, bailaban, reían, abrazadas unas con otras, todas alrededor de este rollo. Lo que más le llamaba la atención era cómo estas personas estaban ahí, en ese camino, si era imposible de entrar…el alambrado no sólo era altísimo, imposible de llegar a la cima, sino que a pesar de que se podía doblar un poco, era indestructible a causa del raro material con el que estaba confeccionado. Era realmente imposible de pasar al otro lado.

Además también desde ahí se apreciaba claridad, era distinta a las anteriores pero de la misma hermosura.

Terminó entonces de descender, la gente que antes quería trepar el alambrado ya no estaba, así se dirigió al camino que había elegido.

Al estar nuevamente en la entrada, al leer otra vez el cartel pensaba: –»Si éste es el Camino de la Salvación, no tengo por qué temer, además esto debe significar que me tengo que salvar de algo, que seguramente es oscuro y malo, optaré pues por este camino.»

Al pasar ya la entrada, dentro del camino, dio algunos pasos hasta que a su encuentro salieron unas personas con vestigios con la insignia de la cruz que vió en el cartel. Fué el primer saludo: –¡Saludos hermano!¡Aleluya y enhorabuena para ti haber entrado!– Así hablaban con macabra astucia. Estas personas le dieron una »calurosa bienvenida», lo llamaban hermano y lo felicitaban por haber elegido el camino de un tal »Cristo». Le dieron una supuesta guía de este camino: dos rollos. El muchacho otra vez se asombró ahora al ver que un rollo era muy similar en tamaño y forma al resplandeciente que alcanzó a ver en el Camino de la Torá, sólo que éste rollo no destellaba luz, de hecho era muy opaco y carecía de la extraordinaria belleza del anterior, sin embargo éste parecía lindo y le gustó, entonces lo tomó. También tomó el otro rollo, que era muy similar al primero que le dieron, su título era »Nuevo Pacto» y era también opaco. Después de tomarlos se alejó de ellos y emprendió el viaje. Al alejarse algo el joven, una de estas personas recepcionistas le dijo al otro: –Veo que no hay más gente afuera, apaga entonces las luminarias sobre la entrada-. Habiendo dicho esto fué el otro solícito y apagó aquellas opacas luces. Tal era su oscuro proceder.

Con estas guías entonces emprendió lo que ignoraba iba a ser un largo y arduo camino, difícilmente lo imaginaría, el sólo se sentía contento, feliz de que su camino lo salvaría de algo.

Comenzó a la vez que caminaba, a leer las guías. Así supo de la Creación, de que había un Ser superior que creó todo lo que existe y que además había creado al ser humano, y tambíen leyó acerca de los ángeles que eran seres celestiales también creados y al servicio de este Supremo Ser. Dios,así supo que le decían, había creado un lugar llamado Edén y ahí vivían el primer humano y su compañera, pero en una ocasión desobedecieron un mandato del Ser Supremo, por culpa de una serpiente que había engañado a la mujer de aquel jardín, y a causa de esto fueron expulsados…y seguía leyendo más. Entendía todo lo que había en esos rollos, veía cosas positivas, cosas lindas, pero a veces había cosas que no le cerraban, algunas contradictorias, otras sin mucho sentido, algo vacío. También se encontró en estas lecturas muchas referencias a un ser malvado, un espíritu inmundo que sólo quiere hacer perder a los humanos y que gobierna el mundo de los hombres. Alguien que según estos escritos se llama »Satanás el Diablo», pero también lo llamaban por muchos otros nombres, pero la idea general era que se trataba de un ángel que se opuso al Supremo Ser, un enemigo, y se trataba de la misma serpiente que engaño a la primera mujer.

La sola idea de que existía un ser así le producía terror, mucho miedo, pues no quería que este ser lo hiciera perder. Descubrió que de éste ser había que salvarse.

Siguió leyendo y felizmente para él se encontró con que había alguien que tenía el poder de destruir al ser malvado, justamente era la persona a quien los que le dieron la bienvenida al muchacho llamaban Cristo, aunque también se referían a este personaje como Jesús, Jesucristo, etc.

Era alguien que según estos escritos era hijo unigénito del Ser Supremo, y que era del mismo origen de las personas que antes él había visto reir y bailar junto con el rollo luminoso. Así y todo, tampoco le cerraban las cosas que se decían sobre este personaje, pues le daban condición divina, poder milagroso, y hasta se decía que era el mismo Ser Supremo…pero…murió! no entendía esto el joven ¿un dios puede morir? lo habían matado las mismas personas de su nación, porque lo despreciaban…era mortal! murió y todo para salvarnos…eso leía, aunque entendía lo que leía, muchas cosas no le cerraban, no tenían sentido. Igualmente decidió aceptarlo, pues resolvió que era el único que lo salvaría del espíritu malvado, esto era lo que más le aterraba.

Luego de terminar sus lecturas, se encontraba ya en pleno sendero, había gente con él que había hecho lo mismo, también había dejado camino atrás y tenía mas por delante.

Notó que de pronto las personas que terminaron sus estudios empezaron a reunirse en varios grupos, algunos eran de mucha gente, otros con poca, y gran parte de la gente tenía como una venda en los ojos aunque parecía buena, pero lo más increíble era que entre los grupos se discriminaban, se desaprobaban, se despreciaban y hasta se insultaban. Justamente discutían sobre lo que habían leído y competían por sus creencias. Estos grupos tenían líderes, cada líder dirigía a su gente y algunos de estos líderes tenían tambien vendas, otros no. Uno de ellos le decía al joven que si bien son los jefes de su grupo el Líder de todos era el Salvador.

Para sorpresa del muchacho también en este camino se encontraban las personas que al principio querían trepar las redes de la entrada de la Torá, que al no poder pasar del otro lado bajaron y entraron al de la Salvación mientras el joven todavía intentaba subir aquel alambrado. Tampoco habían abandonado sus vestigios, la »tapita», el sombrero, la manta en la cabeza, las barbas…también imitaban a las personas de aquel camino, bailando riendo, aplaudiendo, todos abrazando un rollo parecido al del joven y al resplandeciente, de hecho también tenía cierto brillo, pero requería ser pulido constantemente, porque su brillo no era natural, era igual de opaco que los rollos del joven. Más bien parecían tratar de imitar aquella radiante luz pero no lo lograban. También notó que a una de estas personas se le escaba una cruz de su bolsillo mientras bailaba y festejaba, y creyendo que nadie lo veía, escondía esa cruz. Esta situación le pareció muy inquietante y lo desconcertaba. Este grupo también era como los demás al desaprobar a los otros, algo no andaba bien…

Algunos líderes y especie de supervisores en ocasiones se topaban con el muchacho a pedirle colaboración con dinero, para mantenimiento del camino, pues alegaban que era mucho el tránsito a causa de la gran cantidad de gente y que esto desgastaba el suelo, era »para el bien de todos», decían. El joven un poco perplejo les daba algo del dinero que traía consigo, aunque al ver los suelos no le parecía que estaban en buenas condiciones, o que alguien haya hecho algún mantenimiento. Sin embargo lo entregaba de buena fé, con la intención de ayudar a los demás.

Así pasaba el tiempo para él, caminando y dando dinero, contemplando gente discutir, llorar, insultar…un caos…a veces leía su guía y se consolaba en ella pero no lograba reconfortarse del todo, recordaba y extrañaba a su familia y amigos, no sabía nada de ellos, sólo estaba seguro que se encontraban en el mismo camino que él. Pasaban días, meses, años…lo mismo de siempre, ya no estaba contento ni seguro del camino que eligió, y seguía caminando…

Pronto notó que el suelo del camino estaba raro, como con barro, a medida que avanzaba había más barro, más incómodo era caminar, de a poco costaba más avanzar, en esta zona ya del camino otros andaban con dificultad y con una constancia que parecía terquedad u obsesión, pero esforzados en seguir a toda costa, »tal vez sea una prueba para saber si queremos seguir»- pensaba- ‘‘¿quién sabe? a lo mejor, después del fango estaría la salvación…»’

En esta zona había carteles raros que decían: »Peligro, no continuar», éstos parecían no estar hechos por los mismos que contruyeron este camino, pues más bien resplandecían de una manera parecida al del rollo que vió al principio. Tampoco comprendió qué origen tenían esos carteles de suma advertencia, ni cómo estaban ahí apartados a un lado del sendero . De alguna manera se podría presumir que no eran de la misma naturaleza que el camino tomado ni de las guías que llevaba consigo. Pero una cosa era segura: ya no quería seguir caminando ahí. Realmente sintió miedo del lugar en el que estaba, peor, no sabía como salir.

Así divisó cerca de uno de esos carteles un pequeño camino que se unía al cual él se encontraba, y rápidamente se dirigió para aquel pequeño sendero y llegó. Era humilde, algo precario, pero más firme que el fango en el que estaba, era como de arena. Si bien no era cómodo de estar parado, pues tenía que estar constantemente moviendo los pies, al menos ya no se hundiría como antes, porque ya a esa altura el otro camino en vez de fango era arena movediza. Entonces se alegró pues creía aún que su Salvador le había mostrado aquella oportunidad, así empezo a andar por este nuevo sendero, y a lo lejos veía que se conectaba con algo que no alcanzaba a ver pues se veía como niebla, pero igual el muchacho siguió.

Ya cerca de donde terminaba este nuevo camino, podía ver atrás de él, lejos pero claro, el destino final de su camino anterior. Primero una especie de rampa hacia abajo.Luego un precipicio. Ciertamente significaba la muerte para los que lleguen, esto estremeció al joven que recordaba a sus allegados, no quería que llegasen ahí, pero el fango del lugar le imposibilitaba volver para buscarlos, no podía él buscar a su familia y amigos.

Llegó triste al final del nuevo sendero… y otro cartel más:»Estás llegando a Fulvida. Fundación Luz de Vida.» »Constructores de Shalom». –¿Shalom? ¿Qué significa eso?– se dijo a sí mismo,-Jamás había oído sobre esa palabra ¿Qué lugar es éste?-

Dejó el cartel atrás y siguió, pero había una espesa niebla que parecía no tener principio ni fin, muy densa, que no dejaba ver qué había del otro lado, y temió seguir, –Tal vez exista un precipicio parecido al que ví antes– dijo, y se quedó parado…

MIentras tanto, del otro lado, había mucha gente, justo a la misma altura de dónde se encontraba el joven, trabajando sobre el camino, parecían estar renovando los pisos. Éstos parecían como de madera firme, con una inscripción en cada una de sus tarimas: »Shalom». En esos momentos las estaban cambiando por unas baldosas que eran de piedra muy dura, mas firmes aún que las de madera, y que también tenían tallada la misma inscripción, y todos trabajaban en esto.

Junto con estas personas había una que parecía ser una especie de asesor, guía y supervisor en esta obra, aunque también ponía manos a la obra. Era muy entendido en el tema, y lo curioso es que no era como los demás trabajadores, traía sobre su cabeza esa redonda tapita, una similar que nuestro joven había visto anteriormente, también un rollo resplandeciente como el que ya conocemos. Él mismo parecía dar pautas, extraía instrucciones de su rollo, de las cuales elegía lo conveniente para sus colegas obreros, aunque todos mostraban una eficacia en lo que hacían. Pero todos trabajaban juntos en lo mismo, hacer más firme y sólido ese camino. Tenían en mente para el futuro cambiar la piedra por acero grueso, para hacer más sólidos aún sus baldosas, aunque requerían de recursos y debido a eso todo lo hacían despacio pero seguro, y siempre en acuerdo mutuo en mantener la inscripción de los suelos de su camino. Cosas como éstas hacían con alegría.

De repente uno de ellos vió sorprendido a un joven parado del otro lado, nuestro muchacho. Con ese asombro le dijo a los demás: – ¡Miren! ¡Un muchacho desconocido está parado al costado de nuestro camino!-, los demás vieron y no con menor sorpresa advirtieron la presencia de aquel extraño. Otros más lejos, no se habían percatado aún del asunto.

¿Quién sera?– se decían –Se ve bastante cansado y angustiado, vamos, acerquémonos y averigüemos quién es y de dónde viene-…entonces dejaron de hacer aquello en lo que trabajaban y fueron a su encuentro. Entonces uno de ellos le habló diciéndole: –Hola, quién eres y de dónde vienes?

El joven oyó estas palabras, pero no vió a nada ni nadie cerca ni alrededor: solo algo de camino que terminaba en una niebla interminable. Entonces se estremeció, pues ya no sabía qué creer. Si era fruto de su imaginación, o que era el tal Diablo, o algun ángel…ya sentía pánico y temblor en todo el cuerpo. Miraba a todos lados pero no veía nada ni a nadie.

Hola-de nuevo-¿No nos ves?– El joven se dió cuenta que no era su imaginación ni alucinación, notó que la voz venía como de la niebla, y tomando valor se camino un poco más hacia ella y miraba la niebla más de cerca, y la examinaba con el entrecejo fruncido, tal es el gesto cuando no se comprende algo, y miraba hacia más arriba, abajo, a los costados…

Las personas del otro lado se extrañaron por la actitud del muchacho: –¿Estará ciego? Yo lo veo claramente– decía alguno a los de su alrededor. Volvieron a hablarle de la misma manera, y el joven ya armado de valor y extraña curiosidad respondió:-¿Quién esta ahí? Sólo veo niebla

¿Niebla? ¿Cuál niebla?– Todos se decían, ya más personas se percataban y se agrupaban en el lugar.

No hay ninguna niebla, te estamos viendo claramente joven. Estás parado ahí moviendo la cabeza intentando ver algo, parece como si fueras ciego

Ya al joven más que miedo sintió curiosidad, hablaba más ameno, tal vez por su propia perplejidad que lo sacaba de su propia asimilación de la situación. –No estoy ciego-dijo-Sólo veo una niebla al terminar éste camino que anduve después de haber transitado otro peor, además hay un cartel con un nombre, Fulvida, no sé que es ni porqué está acá…no entiendo ya nada

En ese momento ya las personas comenzaban a comprender las cosas. el joven evidentemente no era ciego, pues habló del cartel, de Fulvida, del camino…pero de modo alguno él no los podía ver, aparentemente por una supuesta niebla que ellos no veían, sin embargo parecían creerle porque nadie mueve así la cabeza ni mira alrededor como buscando algo, no podía ser un loco por las referencias que hizo. Así que el único misterio era la niebla, pero en vez de meditar sobre eso más bien quisieron ayudarlo por el estado en que se veía, así que nuevo le hablaron: –Joven, te ves muy cansado y bastante afligido. Ven así te daremos comida, agua, ropas…pues pareces necesitado-. Pero el joven dudaba ante estas palabras, y prefería quedarse donde estaba y sin dar gesto de respuesta, lo que desconcertaba en cierto modo a la gente.

Viendo todo esto y sin decir nada estaba el supervisor de aquellas personas, un hombre sabio y solícito cuando los demás lo requerían, pues todo lo hacía con amor pero también seriedad, por esto y otras cosas más era respetado. Era llamado por todos »Moré» cuyo significado es maestro. Éste excelso hombre pues decidió romper su silencio hablándole a todos sabia y firmemente con estas palabras:

Escúchenme estimados amigos y compañeros, el joven que ven ahí me figuro que viene de un camino lejano, que evidentemente no fué propicio para él, sino miren nada más el estado en el que está. Lo sé muy bien porque tristemente sé acerca de ese horrible camino aunque no lo he andado ni me interesa hacerlo, ni aunque sea para conocer. Éste pobre desafortunado tiene una expresión de desasosiego, vacío y soledad y sus pies rondan la miseria de haber andado por un terreno áspero y pantanoso, al parecer le costó mucho llegar acá y creo que su único medio fué ese pequeño sendero que ven detrás de él. Lo que yo veo y que parece ser es que hay algo que él llama »niebla» que no le deja ver lo que hay hacia acá, pero ustedes no pueden ver. Esto se trata de una alguna probable imposibilidad que le dejó aquel miserable camino andado de ver lo que realmente es bueno, una especie de membrana ante sus ojos frente a lo recto y justo, fíjense bien en lo que ustedes recién trabajaban y tendrán la respuesta al enigma: este suelo es por demás superior al que anduvo el joven, ustedes sí lo pueden ver puesto que no tienen esa membrana a causa del buen suelo, pero él a ustedes no. La razón primordial por la que se origina esta niebla es un secreto de Di-s que no tiene que ocuparles la cabeza pues nada bueno hallará para quién lo investigue, sólo Él sabe por qué forma este fenómeno. Más bien ahora vaya uno cerca del muchacho y extiéndale la mano traspasando este camino, para que lo pueda ver y se tranquilice, después veamos cómo ayudarle. Tal cosa es lo que el Eterno desea y manda.-

Ante semejantes palabras todos enmudecieron, porque eran concientes de la sabiduría de todo en cuanto hablaba y además estaba ya claro en sus mentes el asunto. Así que uno de ellos se acercó al joven y le extendió su mano. El muchacho del otro lado miraba estupefacto cómo una mano abierta de repente salía extendida de aquel denso y grisáceo muro, a esa altura este nuevo fenómeno para él sobrepasaba su ya pobre discernimiento y si antes estaba inmóvil, ahora parecía de piedra, una parálisis difícil de describir.

Comprendió todo el sabio Moré, y alzando la voz le dijo de una manera dulce: –No debes temer joven, solamente acerca tu mano y agarra fuerte de la que ves

El joven sintió esta nueva voz más santa que la anterior, así logró recomponerse un poco de su estado, y ya con más seguridad respondió:-Gracias. Sí lo haré, porque siento en tus palabras paz que jamás sentí antes, pero dime…¿Eres tu el Salvador?

Esto dijo porque mantenía la creencia que tuvo cuando descubrió el pequeño sendero que lo sacó del desastroso lodo de su camino antes andado. Pero entonces el Moré al escuchar aquella pregunta insensata, se disgustó y le habló con serenas y directas palabras: –No soy ningún Salvador ni otra cosa que se le parezca, pues aquello que te han dicho sobre esa persona sólo fueron calumnias que por la inocencia que en tí veo creíste. Te digo que aunque tuviste buen corazón estuviste errado en varias de tus acciones, no te culpo pues sólo fuiste victima de falacias, pero la verdad es que no hay salvación alguna por donde antes anduviste. Se nota igualmente que tienes buen corazón y tu intención es sana, sino no hubieras encontrado este lugar que aún no ves. Vamos, confía y tiende tu mano.-

La primera sensación del joven fué de miedo y tristeza, por lo que aquél decía de su supuesto salvador, si bien no huvo violencia en sus palabras, para el joven fueron duras, pues no estaba preparado para escucharlas y se entristeció porque tenía razón el hombre sabio, de alguna manera llegaba a ese lugar movido por alguna fuerza de la que nunca se percató, así recordaba la luminiscencia de los objetos que anteriormente había visto. Pero inmediatamente después y felizmente para él, sintió una nunca antes percibida sensación de esperanza. Por ésta última entonces, alargó su mano y tomó fuertemente la que lo esperaba, y tomando impulso pasó del otro lado.

Entonces cerró los ojos en su primera reacción, porque en ese lugar había más claridad que del lugar de donde venía, de hecho recordaba la claridad del Camino del Gentil Justo, y se preguntaba si se encontraría ahí. Luego de adaptarse a la nueva vista, comenzaba a contemplar el lugar y sus gentes. Sin saberlo aún, se había salvado él mismo.

Entonces las personas más cercanas le dieron la calurosa bienvenida, lo felicitaban por haber tomado el coraje que lo hizo pasar al buen camino, e inmediatamente se dispusieron a atenderlo.

Éstas personas cercanas eran justamente las muy pocas que el joven había visto entrar al principio de todo, en el Camino del Gentil Justo, ésta era la extraña razón por la que no se percataron nunca de la niebla. Así confirmó el muchacho aquello que pensaba y supo que estaba ahí, con gentiles justos. Y así recibía con alegría las palabras de aliento que le daban, le decían esto y aquello, todo era recibido gratamente por el muchacho y éste les respondía con gratitud. Así hablaban.

Mientras aquellos hablaban de tales cosas, se iba reuniendo más gente aún que antes, algunas ya habían visto algo, otras recién se enteraban. Muchos se recordaban a sí mismos actuando como el muchacho, pues también en otro tiempo habían caminado y conocían del macabro Camino Salvador. Éntre éstos hubo entonces alguno que les hablaba a los que tenía a su alrededor diciendo:

Escúchenme amigos noájidas, todos que descendemos del noble Noaj. Al ver a aquel joven vino a mi memoria todo aquello que he pasado cuando caminaba por aquel deplorable Camino de la Salvación, borrado sea este nombre. También de similar manera llegué a este lugar, tal como el Moré nos describió hace un momento, y recuerdo un sendero perdido que sería mi esperanza para llegar acá así como también veía una niebla antes de llegar y pasé por parecidas circunstancias, y muchos de ustedes saben bien de qué hablo. No nos debería entonces extrañar que ahora nosotros no veamos nada de eso, pues nuestra visión es pulcra y sé que me entienden, lo que veo es que tal niebla no desapareció en verdad y hay muy pocos caminos como los que conectan a éste, el nuestro, yo también advertía que a lo largo de toda esa niebla no se veía ni a lo lejos algún otro sendero esperanzador, fué un milagro que haya encontrado aquél uno de éstos caminos. Por eso les propondré cómo debemos actuar de aquí en adelante:

MIentras algunos de nosotros siguen con la obra de mejorar estos suelos, otros vayan prestos con ayuda de máquinas o cualquiera otra que sirva, a disipar esa espesa niebla que no deja ver para acá, a pesar de que no la vemos está ahí, y debemos hacerlo. También apresurémonos en construir más caminos como el de arena que se ve ahí, pero que sea de un mejor material, más firme, por ejemplo las maderas que estamos ahora sacando. Si así obramos entonces hay mas probabilidades de que más personas extraviadas como éste pobre joven encuentren el camino que en verdad deben tomar. Vamos, no perdamos más tiempo hablando y hagámoslo.-

Dicho esto todos empezaron a obrar de esta manera, felices porque entonces tenían una nueva manera de construir su Shalom, ayudando a los perdidos, y así renovaban su lema de Constructores de Shalom, descubrían pues un nuevo significado.

Así entonces comenzaba también el joven su nueva y definitiva etapa, aunque le sería largo y costoso la adaptación total a esto nuevo, pero no lo abandonaba su esperanza: ahora sí entendía sobre Di-s. Entonces él mismo luego del descanso empezó en silencio a aprender todo cuanto había ahí, observando por largo tiempo las obras sobre los suelos, a los que disipaban la niebla y a los que construían pequeños senderos conectores.

Notó también que entre ellos estaba un hombre con la tapita redonda, de semblante sabio y reconfortante. Pero no hizo preguntas ni comentarios, pues le vencía el sueño en ese momento después de sus penurias interminables, así se durmió a un costado hasta el día siguiente.

Era viernes ahora cerca del mediodía, el joven abrió los ojos y se sentía bien descansado, mucho había dormido por el sueño pesado y al ver alrededor notaba que estaban todos trabajando en lo mismo del día anterior,y nuevamente el Moré entre ellos, portando esos magníficos rollos de luz que ya el joven conocía de lejos y por los cuales aún se extrañaba. Se incorporó entonces y fué a su encuentro, cuando estuvo al lado del guía quiso ver el contenido de lo que leía , y al posar su vista sobre las letras sintió un ardor en los ojos que lo hizo cerrarlos y retroceder un poco. Refregó sus párpados y volvió a abrirlos con dificultad, pero podía ver.

Advirtió todo esto el sabio hombre y le hablo así: –Estimado, tuviste suerte esta vez, pues si mirabas otras letras de estos rollos era inevitable la pérdida de tu vista con el tiempo. Tus ojos naturales no son aptos para leer de esas letras, pero sí lo son para leer las que viste recién, sólo que no estás listo y por eso sentiste sólo ardor, pudo ser peor para ti. Ten paciencia y con lentitud aprende todo de cuanto hay aquí, luego podrás leer con mi ayuda algo de esto, pero nunca lo intentes solo. Ahora me despido de tí querido, pues tengo obligaciones en otro lugar, para que sepas soy del Camino de la Torá y allá debo ir.-

Luego habló a los demás exhortando:- Amigos, me voy ahora a lo mío pues llegará Shabbat y tengo cosas múltiples que hacer y el tiempo apremia. Algunos de ustedes acompañen a este joven en lo que necesita, lo que realmente necesita, sé que me entienden. Ahora me despido y nos veremos pronto. Cariños y fuerza noájidas.-

Así hablo y se alejó con sus cosas. Recién en ese momento comprendió algunas cosas el joven pues aquél que se iba tenía el mismo resplandor de las personas que estaban alrededor de los rollos radiantes del principio. Luego de pensar en eso le dijo a su más cercano: –¿Shabbat?¿Noájidas? no comprendo a qué se refiere

Le respondió entonces el gentil sonriendo: – Amigo, Shabbat es un día especial de nuestro Moré y de los que son como él, y debe preparar ciertas cosas y hacer otras, pero eso por ahora no debe acuciarte, con el tiempo sabrás de qué se trata, aunque es importante que vayas sabiendo que no debes imitarlo, jamás. Del mismo modo actuarás con los rollos que viste, seguro ya te lo habrá dicho. Ten paciencia y sabrás todo lo que debes saber, sobre cómo trabajar en los suelos de Fulvida, aunque si te fijas al lado y muy cercano de nuestro camino verás otros caminos parecidos a éste. Ése se llama por ejemplo »Benei Noaj», aquél otro tiene por nombre »Gran Arca» y muchos otros más, todos juntos en realidad forman el verdadero Camino del Gentil Justo, el nuestro es en realidad uno pequeño en comparación con éste inmenso…en cuanto a los noájidas, se refiere a los descendientes de Noaj, que tú conoces como Noé…

Así entonces empezaría a aprender con paciencia y virtud todo lo que a él competía, se le inculcarían las 7 leyes universales sobre las que todos ahí se regían, las cosas que debería hacer, las que tendría permitido, las que tendría totalmente prohibido, todo lo recibiría con felicidad, aunque sin olvidar a sus seres queridos de los cuales no supo más y le preocupaba, y también para esto le darían aliento pues si tenían buen corazón como el joven el Eterno haría que llegaran como él, así le hablarían y todos los días futuros en su vida trabajaría como los demás contruyendo suelos, disipando nieblas por conocer él mismo los tormentos antiguos, Desechando las cosas que llevaba física y mentalmente consigo. Desecharía sobre cestos de basura al costado de su nuevo camino los rollos opacos que traía, así como sus expresiones antiguas, todos en los mismos cestos donde otros también llegarían como él, así como también los gentiles que ya obraban tiempo hace y estaban en constante aprendizaje desechando sus cosas también. También el Moré le enseñaria con amor y alegría a leer de lo que podía de los rollos que eran llamados Torá (de acá el camino del Moré), y de éste hombre el joven aprendería mucho, del Shabbat mencionado, y otras cosas que no debería imitar. Así sería de ahí en más para nuestro joven, y se convertiría algún día en un ejemplar noájida.

Pasaron tres años de haber llegado a su lugar ya amado, y advirtió para su sorpresa que de su camino amado se desprendían como puentes gigantescos con carteles que dictaban: »Al Camino de la Torá»; éstos puentes se veían muy dificutosos para tomar por el complicado andar que demandaba: muchas subidas, bajadas, curvas, escalinatas, todo tipo de complicaciones, pero también se notaban muy firmes. En algunos de ellos se veían hombres gentiles andando acompañados de hombres parecidos al Moré, pero que sugerían un rango algo más alto y exhibían magnificencia. Éstos eran por el joven ya conocidos, porque su Moré siempre les hacía referencia cuando le enseñaba, decía que los consideraba sus maestros y que no sólo en vida los eran sino también aquellos ancestros que dejaron sus sabios escritos y de los cuales el Moré leía. A ellos pues también los consideraba sus maestros, y eran por él llamados Rabinos.

Los últimos eran entonces los acompañantes de los noájidas en los puentes, pero mientras éstos andaban por ahí de manera dificultosa, aquellos caminaban sin problemas, pues los puentes no les representaba incomodidad alguna, a pesar de las depresiones e irregularidades de sus estructuras, eran parte de su Camino de la Torá. Y les daban fuerzas los Rabinos a sus guiados, cuando éstos sucumbían en su andar, porque solos no podían ni debían.

El muchacho sabía de esas dificultades, porque mientras aprendía de sus 7 leyes tenía referencias sobre sus colegas los Judíos (así se llamaban los felices bailadores del rollo de luz), y de la luz de aquel otro buen camino, pero él decidió seguir de largo…estaba contento con su propia labor y no quería dejar de ser noájida aunque apreciaba a aquellos de los puentes, al llegar al otro lado de largo brazo se encontrarían con muchos de los excelsos hombres para ser como ellos y al fin ser llamados Judíos.

Así continuaba su extenso y amado camino, donde siguió avanzando en años hasta convertirse en hombre, luego hizo su propia familia, tenía no menos ejemplar mujer, buenos hijos nacidos noájidas que seguirían los pasos del buen padre…ya entonces estaba completo porque sentía en si interior que cumplía con todo cuanto el Eterno su Di-s le encomendaba, pero no consideraba lo que sentía para no caer en soberbia, más bien seguía cumpliendo y cumpliendo como si no llegara nunca a hacerse. Así era su proceder en su vida.

Llegaba entonces al tiempo de su vejez que toca la puerta de los que mucho viven, estaba cerca ya de sus 120 años,  cosa admirable porque fué de los pocos en lograrlo. El blanco de sus cabellos era el fiel anunciador de su grandeza y saber a cualquiera que lo viese. A él acudían los muchos jovenes y hombres que buscaban sabiduría, para hacer todo lo que debían y que este anciano hizo en su juventud. Recordaba a su Moré instructor a quien mucho le debía, y con esto en la mente enseñaba el también todo lo que había aprendido, era menester hacer todo lo que se podía para llegar a buen puerto, así era todo para quien fué una vez joven que ahora estaba cerca del final de su camino y de sus días.

Un día de repente se sintió distinto a los demás días de su vida, se acercaba el final de su sendero y el anciano bien lo reconocía y con gusto pues no temía, sabía bien en su corazón que había cumplido cabalmente sus 7 leyes, aunque nunca cesó de hacerlo mientras le quedaba fuerza, como si siempre le quedara algo por cumplir. Llegaba ya al final de los férreos bloques con el querido Shalom inscripto, cuando un sueño distinto pero muy dulce le vencía, se tomó la cabeza con una mano y se sentó. Estas ganas de dormir eran distintas a las demás.

Así como el fiel trabajador se levanta temprano a la mañana, antes del cantar del gallo, y se dirige a su deber durante todo el día hasta llegada casi la noche y vuelve muy cansado y se va a la cama a dormir sin pensar en la reparadora cena, tal era el cansancio del anciano. Pronto apoyó el resto de su cuerpo sobre el suelo amado y comenzaba a cerrar los ojos. La misericordia del Eterno había hecho cansar los arrugados párpados del centenario noájida, y éstos se rindieron por fin y se juntaron para que sus ojos terrenales no vieran nunca más. Así fueron pues los últimos momentos del ejemplo de muchos.

Pasado un tiempo imposible de decir si mucho o poco, nuevamente se levantaba el hombre ahora desorientado; no sentía su cuerpo o lo que sentía más bien era algo muy extraño y nunca antes sentido, se sentía vivo pero de otra manera… –¿Qué es esto?– se decía su espíritu sin norte al principio.

Se incorporó, o más bien una hizo una acción parecida, y con sus nuevos ojos veía muchas personas sollozando juntas, eran sus descendientes, amigos, colegas, todos queridos alrededor de algo. Era su cuerpo material. Ësto lo conturbó más pues si bien sabía de qué se trataba la muerte, sólo esa vez, que era la única, era como si nunca hubiera aprendido al respecto. Para las personas presentes había sucumbido el anciano en medio del camino, pues sus ojos veían más camino por recorrer, mientras que los del anciano ya en espíritu veían el fin del suyo.

Sin tiempo para deliberar sintió el alma la atracción del otro lado, era como si caminara sin necesidad de usar piernas, como si una fuerza externa lo hiciera dezplazar hacía una nueba niebla para él nunca antes vista. Era ésta la cortina que separaba el fin del camino de lo maravilloso que se aproximaba. Cruzó así la línea divisora y empezaba la paz.

Notó ahora que después de cruzar había un patio al que llegaba también otro camino que llegando a su fin se unía al suyo. Y de él llegaban otros, los judíos, tal como lo hacía como el anciano, y al ver la señal de ese sendero leyó: »Fin del Camino de la Torá», al darse vuelta al suyo vió: »Fin del Camino del Gentil Justo». Éstos se unían entonces al final para hacer saber a todos que tanto un camino como el otro eran los necesarios para llegar a buen destino.

Se juntaban entonces gentiles y judíos para saludarse y seguir hacia la enorme puerta de un edificio áureo con argénteos adornos, tal construcción daba la idea de un tribunal. No era otra cosa más que eso, y la fuerza desplazadora los guiaba a todos mezclados hacia su interior. Entonces el fiel noájida sentía temor reverencial y alegría a la vez, pues bien sabía lo que llegaría. Se abrieron las puertas y se hizo una fila entre los muchos llegados para entrar. Al hacerlo, el interior del lugar era destellante, hermoso, indescriptible apenas los ojos espirituales podían mirar algo hacia el suelo que también era de luz. Apenas se podía ver algo, casi nada…

Avanzó una persona delante de él y una voz enfrente e imposible de ver su emisor decía: –Dime Yehuda, ¿Has cumplido con las 613 órdenes que te He dado?-.

Conmoción. Ésto sentía el buen gentil y todos los demás detrás de él. –Sí, las he cumplido– respondía el judío, y avanzaba pero no se sabía dónde.

Quedó ahora solo el siguiente frente a la Majestuosa Voz, que le dijo: –Dime Noaj-(por ésto era la grata sorpresa que se llevó en vida al saber del nombre de su ancestral patriarca)-¿Cumpliste con las 7 órdenes que te He dado?-. Al momento se llenaba su alma de inmensa alegría, y con una sonrisa respondió: –Sí mi Señor, tal como lo he aprendido-dijo, y agregó:- Perdóname mi gran Señor, ¿Qué es de mi familia y amigos a quienes nunca más vi?-, a lo que la Magnificencia respondió: –No te preocupes por ellos, han recibido también su juicio justo como tú, más, complácete porque lleno de misericordia es el mismo-. Dicho ésto avanzó mediante la fuerza recorriendo la Sala de Justicia, hacia una puerta que daba a otro exterior.

Había tenido su juicio justo, y sentía amor por su Amo, cantaba alabanzas, se abrazaba con otros, y se disponía a gozar de las cosechas de su siembra. Estaba ahora en otro patio, interior, que llevaba a un gran portal hermoso del mismo dorado y plateado que el Sagrado Tribunal, sabía que aquél era su Mundo Venidero, al que todos se dirigían con no menor gozo que el noájida.

Caminaba hacía ahí cuando de pronto de su interior salían personas que parecían alborotadas de mucha alegría, hablando rumores, escuchando voces y gritos del primer patio, anterior al Tribunal, como si se hablaran con los que están del otro lado, pero no alcanzaba a entender lo que decían, así que se acercó a ellos. Tanto era el alboroto que sólo alcanzó a entender unas pocas palabras, las suficientes para aumentar su alegría. Todos los que habían salido volvían a entrar corriendo, tal vez para avisar al resto. Detrás de ellos caminaba Noaj lentamente hasta que quedó solo, y traspasaba de a poco el acceso al mundo de gozo con una sonrisa y un ligero pensamiento sobre lo que recién había oído:

Andaba por el Camino de la Torá un tal Mashíaj…

FIN.

Hijo, hermano, padre, esposo noájida

Meditando otra vez con la misma almohada que me sugiriera nuestros boreales amigo Uriel y Edgar, les comparto otra reflexión:

El objetivo de todo hijo debe ser llenar de orgullo a su padre.

Nosotros al nacer, primero que nada somo hijos, respecto de nuestros progenitores. Si bien depende que cómo los padres nos crían, una vez alcanzada cierta instrucción, debemos lograr que nuestras acciones satisfagan los deseos de los padres; porque para ser buenas personas y constructoras nos criaron, entonces debemos hacerles sentir que todo aquello que nos enseñaron no fué en vano, ¿cómo?, con nuestras acciones.

El objetivo de todo hermano debe ser cuidar y amar a sus hermanos.

Debemos siempre darles y compartirles todo, porque de los mismos instructores somos, por lo tanto el bien debe partir desde casa hacia afuera; cuidarlos, amarlos, compartir con ellos, por más que no sea mutuo. Ése es a mi parecer la manera de actuar del hermano.

El objetivo de todo padre debe ser enorgullecerse por su hijo.

Todo padre quiere que su hijo sea como él, o mejor, siempre. Por lo tanto es obligación del padre enseñarle la buena senda, cómo cuidar a sus hermanos, cómo amar y respetar a sus padres, etc; es decir, si el padre debe y quiere sentir orgullo de su hijo, primero debe instruirlo en la buena senda,

El objetivo de todo esposo debe ser proveer a su mujer.

Se refiere más que nada a la institución del matrimonio, todo hombre tiene obligaciones varias para con su mujer. Debe amarla, respetarla, hacerla sentir querida y especial, etc. Como si fuera la única mujer; debe ser considerado y respetuoso, seguro que hay muchas razones pero se me ocurre una: la mujer es la eterna compañera del hombre en el mundo.

Hasta acá el significado obvio y que con sentido común sabemos.

Ahora bien, de acuerdo a la reflexión derivada de lo anterior, según a mi entender, llevando todo a un contexto expandido y general y más precisamente la misión nuestra como noájidas, podríamos decir que:

El objetivo de todo hijo debe ser llenar de orgullo a su padre.

Todos nosotros, los no-judíos, descendemos de nuestro patriarca Noaj; y para honrar y »llenar de orgullo» la memoria del ancestro virtuoso, es nuestro deber llevar a cabo las 7 leyes, que es su legado y a su vez lo recibió del mismo Creador.

El objetivo de todo hermano debe ser cuidar y amar a sus hermanos.

Extendiendo un poco algo de lo aprendido en Bs. As., nuestro deber primordial es el de ayudar y querer a nuestro prójimo desinteresadamente, sin esperar nada a cambio. Proveerles de aquello que en verdad necesiten, sin importar su creencia, ideología, raza, etc.

El objetivo de todo padre debe ser enorgullecerse por su hijo.

Algunos son ya padres, otros no, pero la idea es que en nuestros descendientes está la esperanza de la construcción de shalom, por eso depende mucho de lo que hagamos ahora, para que cuando les inculquemos a nuestros hijos la bondad y la paz mediante las 7 leyes noájidas, sintamos el »orgullo» de ellos, como buenos noajiditas, y la satisfacción de haber logrado el objetivo con los hijos. Depende mucho de nosotros y las cosas en las que los instruyamos.

El objetivo de todo esposo debe ser proveer a su mujer.

Todos nosotros, los hombres, debemos respetar a la mujer, sea esposa, novia, hermana, madre, vecina.

¿La razon?, pues dentro de ellas es en donde se gesta la nueva vida, con cuya llegada viene la esperanza de la construcción de shalom ahora y en el futuro y a través de las generaciones venideras. Los futuros potenciales constructores de shalom vienen de la mujer.

Estuvo bueno Buenos Aires…

Quiero dejarles una imprecion, no solo de lo que fue el encuentro en Buenos Aires, sino que ese dia comprendi en cierto modo lo que es el Noajismo. Recuerdo que en la iglesia evangeloca, me decian que no eramos una religion, sino una forma de vida… pero lamentablmente, tantas horas de actividades, compromisos y obligaciones en el «servicio a dios», me hacen pensar que la forma de vida era solamente un lindo moño, que vendia un producto nefasto… una vida regida por la religion mas perversa y destructora…

Esa tarde, la lluvia fue un detalle… ver a doña Nidia con un gorro con una calabera, que David salga corriendo bajo la lluvia a comprar juguetes, caminar empapados con tales personajes, aprender de ellos… realmente esto señores no tiene precio… Una jornada notable!!!

Sobre lo ocurrido, ya lo contaron David y Sebas. Me limito a dejarles simplemente mi pensamiento acerca del Noajismo…

Que hace que un judio (recien bajado de un buque), dos chilenas (recien llegadas despues de horas de viaje) y tres argentinos, se reunan en un bar de Buenos Aires simplemente a charlar, conocerse, hablar de familia, politica, futbol, Di-s, Noajismo… etc?  Justamente ESO, es una forma de vida!!! El Noajismo es una forma de vida, donde Construir Shalom es mas un estilo, que una maldita obligacion…

Soñamos, debatimos, nos reimos mucho… cada integrante le aporto su propio condimento para que la tarde sea solo nuestra… Aprendimos mucho… no sobre religion, sino que aprendimos a como llevar la vida, de que manera podemos ayudar a alquien sin vivir como enagenados que solo pretenden encerrarse en sus cuatro paredes adorando a un inicuo… aprendimos que vale mas, extender la mano a antes que llenarse la boca de aleluyas sin sentido… Aprendimos, que si nos ponemos de acuerdo, podemos empezar a lograr muchas cosas, donde construir, sumar, multiplicar, se lo lleva mas con naturalidad y alegria, sin tener que depender de las oraciones de un guru perverso, un manochanta… o un pastor evangelico.

Aprendimos como se disfruta una tarde con amigos. Aprendimos cafe de por medio, que ahi comenzamos a aprender.  Aprendimos bajo la lluvia a reirnos aun de nosotros mismos. Aprendimos dentro de todo como se lleva el Noajismo. Y entro otras cosas… aprendimos a vivir.

Enorme abrazo a:

Doña Nidia, su hija Arely. El more (sinonimo de amigo) Shejuda, Sebastian y David. Tan pocos como simples, pero tan llenos… como Construcores de Shalom.

Andres Cabrera.