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El Rey escoge que vivas… ¿y tú qué haces con tu tiempo de vida?

Hoy temprano enseñaba a unos jóvenes la primer plegaria que se debe decir al despertar, el «modé aní», que dice:

«Agradezco ante ti, Rey vivo y eterno, que me devolviste mi espíritu, con compasión amable lo hiciste, pues mucha es tu confianza (en mí).»

Tal el sencillo y profundo rezo con el cual todos (judíos y gentiles) debíeramos comenzar nuestra jornada.
Muchas son las enseñanzas que íbamos compartiendo con los casi cien jovencitos. Palabra tras palabra, profundizando y elevándonos, dando ejemplos y analizando, hallando caminos para conocer, comprender y cumplir.

Entonces, surgió una pregunta: ¿por qué se denomina aquí a Dios como «Rey», y no con cualquiera de Sus nombres o roles con respecto a Su creación?
Entre las varias respuestas que íbamos elaborando con los muchachitos, se mencionó el poder absoluto que disponía el rey (el de carne y hueso) en la época que el rezo fue fijado en sus palabras.

Entonces, nos dimos cuenta de que el Rey de reyes, Dios, nos estaba dejando despertar nuevamente con graciosa y compasiva majestad.
En Sus manos está el poder de cancelarnos la vida en este mundo, cuando Él disponga, sin tener nosotros el mínimo derecho a protestar o negociar Su autoridad y elección.
Por eso, cuando nos despertamos a diario, es de gran persona reconocer Su bondad, Su confianza en mí, pues pudiendo matarme Él escogió dejarme con vida.
Y si Él me deja vivir, por algo es; ya que Dios no hace cosas porque sí o por un antojo del momento. Dios no es hombre para dejarse llevar por pasiones o gustos.
Si despierto y vivo es por elección de Dios, que con Su real autoridad decreta que tenga un tiempo más de vida, para hacer algo positivo con la misma.

Ya con esto, nuevamente tenemos una profunda e intensa enseñanza. Podríamos darnos por más que satisfechos con esto.
Pero, del grupo de despiertos alumnos se alzó una voz: ¿si es Dios quien decide cuando dejamos de vivir, cómo se explican los asesinatos?
Realmente, una pregunta brillante para un niño-joven pre-Bar Mitzvá.

La respuesta que brindamos fue simple.
Dios no quiere que el asesino asesine, y eso lo sabemos todo.
No se puede argumentar que el asesino es un instrumento de Dios, un títere que cumple con la voluntad de quitar la vida a aquel que le llegó su hora.
Pero, ¿cómo es que lo sabemos todos?
Pues, porque tanto para judíos como gentiles existe el mandamiento sagrado de no asesinar al inocente.
Algunos no lo reconocen como mandamiento sagrado, sino como ley de la sociedad, o mandato ético, o pauta de vida, o el motivo que fuera.
Pero, para los que anhelamos a Dios y serLe leales, es sabido y comprendido que es un imperativo ético pero al mismo tiempo legislado como mandamiento de origen divino.
Por tanto, Dios ha decretado que la persona viva, por eso le ha dado vida; Dios ha decretado que la persona no muera a manos de un asesino; por tanto, cuando alguien comete un crimen, no es Dios el que determinó el final de una vida inocente, sino que una perrsona rompió el equilibrio cósmico, interrumpió una vida que debía proseguir.
Así pues, quien asesina no solamente está actuando de manera abominable en contra del prójimo, por lo cual es merecedor de los peores castigos de parte del Juez, sino que además deberá ser ajusticiado por quebrar doblemente y voluntariamente la decisión de Dios de que la víctima viva.

Con el mandamiento de no asesinar como ejemplo, se puede extrapolar para el resto de todos los otros mandamientos.

¿Lo entiendes?
Dios dio la ley, marcó el camino, determinó los límites, para que el mundo anduviera de acuerdo al Plan de Dios.
Si las personas acatan los mandamientos (los Siete Universales para los gentiles, los 613 de la Torá para los judíos), entonces el Plan de Dios se cumple a la perfección y podríamos vivir en un verdadero paraíso terrenal.
Pero, cuando la persona quiebra alguno de los mandamientos, está rompiendo el equilibrio del cosmos, está corrompiendo la armonía universal, está sometiendo al Plan a una alternativa que no estaba determinada por Dios.
Esto genera conflictos, dolores, angustias, malestares, alteraciones, y muchos etcéteras más que son pesados y terribles.
Es por ello que existen las justas retribuciones divinas (castigos, como se les suele llamar), que son modos de compensar el desequilibrio.
Existe también la «teshuvá», el arrepentimiento sincero, que procura reencaminar por la senda adecuada los asuntos.

Así pues, para conseguir un mundo de Shalom, cada cual debe conocer sus mandamientos que le corresponde y cumplirlos cabalmente. Sin excusas, sin dejarse llevar por el EGO, sin aditamentos fatales.

Unas últimas aclaraciones.
Por supuesto que Dios es todopoderoso, pero Él limitó Su poder para darnos oportunidad de vivir realmente con libre albedrío. Por tanto, quien quiebra un mandamiento no lo hace llevado por el destino, ni es por obra de Dios, sino que es su propia responsabilidad.

Por supuesto que los «pecados» de las personas y sociedades a simple vista parecen entorpecer el Plan de Dios, llevarlo por otros carriles, en apariencia someter al mundo a un estancamiento o alejamiento de «la» meta a la cual Dios quiere que lleguemos. Es así, pero el Plan de Dios se cumplirá finalmente.

Por supuesto que nada de lo que hagamos o dejemos de hacer afecta a Dios o Lo cambia o Lo anula o Lo imposibilita, Él está absolutamente más allá de toda interferencia o accidente. No vive en nuestra realidad, no es afectado por tiempo, espacio o accidentes. Lo que hacemos de acuerdo a nuestro libre albedrío es nuestra obra, pero nada sorprende a Dios, nada lo hace cambiar, nada lo mueve a nada… aunque a veces lo digamos así o lo pensemos.

Finalizando, cuántas cosas tan profundas y elevadas es posible estudiar cuando la persona es humilde, receptiva, sincera, respetuosa, anhelante del saber.

“¿Qué es lo más importante que ha hecho en su vida?”….

En cierta ocasión, años atrás, durante una charla que di ante un grupo de profesionales, me hicieron esta pregunta:

“¿Qué es lo más importante que ha hecho en su vida?”.

En mi condición de ingeniero, sabia que los asistentes deseaban escuchar anécdotas sobre mí trabajo, entonces les respondí:

Lo más importante que he hecho en la vida, tuvo lugar el 9 de Mayo …….

Comencé el día jugando con un amigo al que no había visto en mucho tiempo. Entre jugada y jugada me contó que su esposa y él acababan de tener un bebé.

Mientras jugábamos, llegó el padre de mi amigo, que consternado, le dijo que al bebé se lo habían llevado de urgencia al hospital.

En un instante, mí amigo se subió al auto de su padre y se marcho.

Yo, por un momento, me quedé donde estaba, sin saber que debía hacer. ¿Seguir a mí amigo al hospital?. Mí presencia allí, me dije, no iba a servir de nada, pues la criatura estará al cuidado de médicos y enfermeras, y nada de lo que yo hiciera o dijera iba a cambiar las cosas.

¿Brindarle mi apoyo moral?. Eso, quizás, pero tanto él como su esposa provenían de familias numerosas, y sin duda estarían rodeados de parientes, que les ofrecerían el apoyo necesario. Lo único que haría yo sería estorbar.

Así que decidí ir mas tarde al hospital a visitar a mi amigo. Al poner en marcha mi auto, me percaté que mi amigo había dejado su camioneta con las llaves puestas, estacionada junto al campo deportivo
.
Decidí pues, cerrar el auto e ir al hospital a entregarle las llaves. Como supuse, la sala de espera estaba llena de familiares. No tardo en presentarse un médico, que se acercó a la pareja y, en voz baja les comunicó que su bebe había fallecido.

Los padres se abrazaron y lloraron, mientras todos los demás los rodeamos en medio del silencio y el dolor. Al verme mi amigo, se refugió en mis brazos y me dijo: Gracias por estar aquí.

Durante el resto de la mañana permanecí sentado en la sala de urgencias del hospital viendo a mi amigo y a su esposa sostener en brazos a su bebe y despedirse de él.

Esto, es lo más importante que he hecho en mí vida, y aquella experiencia me dejo tres enseñanzas:

Primera: lo más importante que he hecho en la vida, ocurrió cuando no había absolutamente nada que yo pudiera hacer.Nada de lo racional que aprendí en la universidad, ni en el ejercicio de mi profesión, me sirvió en tales circunstancias. A dos personas les sobrevino una desgracia y lo único que pude hacer fue acompañarlos y esperar; pero estar allí, era lo principal…

Segunda: aprendí que al aprender a pensar, casi me olvido de sentir.

Tercera: aprendí que la vida puede cambiar en un instante.

Así pues, hacemos planes y concebimos nuestro futuro como algo real, y olvidamos que perder el empleo, sufrir una enfermedad grave o un accidente y muchas otras cosas más, pueden alterar ese futuro en un abrir y cerrar de ojos.

Desde aquel día, busqué un equilibrio entre el trabajo y la vida; aprendí que ningún empleo compensa perderse unas vacaciones, romper con la pareja o pasar un día festivo lejos de la familia.

Y aprendí que lo más importante en la vida, no es ganar dinero, ni ascender en la escala social, ni recibir honores…

Lo más importante en la vida, es el tiempo que dedicamos a cultivar una amistad.

POR ESO AL ETERNO DIOS LE AGRADEZCO:

Por mis hijos que NO limpian sus cuartos, pero están viendo la tele, porque significa que están en casa y no en las calles.

Por mi sueldo, porque significa que estoy trabajando.

Por el desorden que tengo que limpiar después de una fiesta, porque significa que estuvimos rodeados de seres queridos.

Por las ropas que me quedan un poco ajustadas, porque significa que tengo más que suficiente para comer.

Por mi sombra que me ve trabajar, porque significa que puedo salir al sol.

Por las plantas que tengo que cuidar, ventanas que necesito limpiar, cañerías que arreglar, porque significa que tengo una casa.

Por las quejas que escucho acerca del gobierno, porque significa que tenemos libertad de expresión.

Porque no encuentro estacionamiento, esto significa que tengo auto.

Por los gritos de los chicos, porque significa que puedo oír.

Por la ropa que tengo que lavar y planchar, porque significa que me puedo vestir, aunque no tenga una muchacha de servicio que me planche.

Por el cansancio al final del día, porque significa que fui capaz de trabajar duro.

Por el despertador que suena temprano todas las mañanas, porque significa que ¡¡Estoy vivo!!.

y finalmente, por la cantidad de mensajes que recibo, porque significa que tengo amigas y amigos que piensan en mí…

Cuando pienses que todo en la vida te va mal, lee esto otra vez y recuerda que cada dia tenemos que construir un mundo mejor olvidando todo lo negativo que hay a nuestro alrededor y con la firme convicción que los cambios comienzan en nuestro interior para que se manifiesten en el exterior…… .

Un abrazo y un buen día.

Tu deseo del Mashiaj

Según dicta la Tradición, los judíos deben esperar con confianza plena la llegada de la Era Mesiánica.
A diario pedir los judíos por el entronamiento del rey de Israel sobre el trono de Israel en la tierra de Israel para el pueblo de Israel.
Muchos lo hacen, con gran pasión y entrega esperan.

La pregunta que podríamos hacer con justicia es: ¿PARA qué esperan la Era Mesiánica?

Veamos:

«El Eterno hará que sobreabundes en bienes, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tus animales y en el fruto de tu campo, en la tierra que el Eterno juró a tus padres que te daría.
Él te abrirá su buen tesoro, los cielos, para dar lluvia a tu tierra en su tiempo y para bendecir toda la obra de tus manos. Tú darás prestado a muchas naciones, pero tú no pedirás prestado.»

(Devarim / Deuteronomio 28:11-12)

Están los que anhelan la tranquilidad material, el retorno al hogar, la prosperidad, el tranquilo transcurrir de los días, la amplitud, la certeza del desahogo y placer.
En la base profunda del sionismo laico se encuentra este anhelo de redención mesiánica, el retorno del individuo a su tierra original, el arraigo a una patria, el sentirse independientes y fuertes en su propios límites.

«Cada uno se sentará debajo de su vid y debajo de su higuera. Y no habrá quien los amedrente«
(Mijá / Miqueas 4:4)

Están los que añoran una vida placentera, de comodidad, de seguridad, de fin de las persecuciones antisemitas, de terminar con el vagabundeo por la diáspora. No se prioriza el aspecto territorial, ni de disfrutar de una patria, de un seno materno nacional, sino el simple y sencillo gozo de no seguir en el desamparo, en la perpetua duda de si el día de mañana se estará aquí o nuevamente será exilado o exterminado el judío.

«Él juzgará entre las naciones y arbitrará entre muchos pueblos. Y convertirán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.»
(Ieshaiá / Isaías 2:4)

Están los que sueñan con un ideal de independencia política, de renombre nacional en el concierto de las naciones, de liderar como nación el auge de una nueva era de plenitud mundial.
Su patria mesiánica es un paso indispensable para levantar la bandera de la humanidad unida, de encontrar nuevos rumbos a la vanguardia de las naciones verdaderamente unidas.
Sueñan con la paz internacional, con los prodigios de la ciencia y la técnica al alcance de todos, con el final de la hambruna y de los negociados multinacionales. Sueñan con un mundo unido sin imperialismos, ni ideologías que pudran las entrañas de las personas y las sociedades.

«Pues no saldréis con apresuramiento, ni iréis huyendo; porque el Eterno irá delante de vosotros, y el Elokim de Israel irá a vuestra retaguardia.»
(Ieshaiá / Isaías 52:12)

Están los que calculan los beneficios personales o colectivos de la Era Mesiánica. No se detienen en una patria o tierra como hogar, ni en el descanso del exilio, ni en un mundo de belleza y plenitud pacífica; sino que analizan y especulan sobre la temática.
Abundan en datos, estudian posibilidades, se esfuerzan por comprender y por penetrar el manto de secreto del futuro tiempo, pero como si fueran desprovistos de emociones.
Es un tema de estudio y no mucho más; aunque, entre los más prácticos, es también una propuesta para realizar humanamente.
Idear mundos utópicos para ser construidos por el ser humano y no por estar asociados con Dios en la redención de la Era Mesiánica.
Podrían pretender fabricar la Era Mesiánica por caminos netamente humanos, tales como los grandes soñadores filantrópicos de todas las épocas.
Llenos de ideas e ideales, pero ausentes de la realidad espiritual.
Los que confían en el hombre, y solamente en él, pueden tener buenas intenciones morales, ser muy humanistas, pero cuando dejan fuera de la fórmula al componente principal, a Dios, entonces no están construyendo con buenos fundamentos.
Apresuran una venida del Mashiaj de un modo alternativo y no consagrado.

«Porque éste será el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Eterno: Pondré Mi Torá en su interior y la escribiré en su corazón. Yo seré su Elokim, y ellos serán Mi pueblo.
Ya nadie enseñará a su prójimo, ni nadie a su hermano, diciendo: ‘Conoce al Eterno.’ Pues todos ellos Me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice el Eterno. Porque Yo perdonaré su iniquidad y no Me acordaré más de su pecado.’
«
(Irmiá / Jeremías 31:32-33)

Están los que trabajan ahora por construir shalom, por ser socios del Eterno para el advenimiento de la Era Mesiánica.
No buscan ventajas personales, no desean premios, no demandan beneficios, sino simplemente se reconocen como siervos del Eterno y buscan la Era Mesiánica para que los bienes materiales faciliten el conocimiento del Eterno, el desarrollo de una vida de servicio al Eterno por medio del cumplimiento de Sus mandamientos.
Trabajan por vivir en una Era de plenitud en todos los planos, pero no para regodeo del EGO, sino para servicio del Eterno.

Tales cinco tipos de personas que a su modo se vinculan con el ideal mesiánico.
También entre los gentiles existe el deseo del Mesías, en parte como copia de la creencia judía; pero en parte por el «recuerdo del futuro» marcado en los espíritus de todas las personas que impulsan al anhelo de un mundo mejor.
¿Con cual de los tipos que mencionamos puedes identificarte?
¿Con el que espera para su provecho material;
con el que espera para su beneficio emocional;
con el que espera para el beneficio social;
con el que espera para el beneficio mundial;
con el que espera para servir a Dios, tal como le corresponde como noájida fiel en un mundo de fidelidad?

Los gentiles que envidian la Torá de Israel

En numerosas ocasiones hemos demostrado con citas de leyes perpetuas y de decretos de rabinos con autoridad que el estudio de Torá está vedado para el gentil, a no ser el estudio de aquellas porciones que le enseñan acerca de los Siete Mandamientos, y/o de aquellas porciones que le refuerzan en su unión con Dios.

Por supuesto que incluso el estudio de las secciones apropiadas debe hacerse bajo guianza estricta de maestro judío idóneo, que conozca tanto el texto santo, como las leyes al respecto del estudio así como el marco legal acorde para el gentil, de modo tal de preservar a la persona del error, ahuyentar el mal y proveer de buen pan espiritual a aquel que está buscando llenar su alma de contenido espiritual y no solamente de brindar manjares de vanidad o de cosas santas pero que no le brindan shalom sino dolor.

Con los asuntos del Eterno no se juega, pero igualmente, el EGO, o la ignorancia, o el afán, o la envidia, o el rechazo de la correccíón impulsan a la persona a negar la verdad, a repudiar las leyes santas, a inventar excusas para hacer lo prohibido pero hacerlo parecer como algo luminoso.

Esta actitud terca, de real rebelión en contra de lo dispuesto por Dios, recuerda el dicho del inspirado sabio:

«Aun cuando el insensato ande en el camino, le falta entendimiento, y a todos hace saber que es insensato.»
(Kohelet / Predicador 10:3)

Veamos bien el verso.
El insensato no anda por valle de muerte, no está transitando el inmundo camino de la idolatría, no ensalza a dioses/salvadores falsos; no, no hace eso el terco del verso; claramente dice que el insensato del verso anda por «el camino».
Se justifica diciendo que quiere estudiar Torá para cumplir lo que le corresponde, que no quiere hacer cosas erróneas, que detesta la perversión del camino del mal.
Así se justifica, con la máscara de las buenas intenciones.
Pero, las buenas intenciones sin el conocimiento, sin el equilibrio, sin la lealtad, suele terminar en tremendos fracasos, en caídas al abismo.
Y es exactamente lo que termina por decir el verso, aunque el necio pretenda andar por «el camino», no deja de hacer las cosas que hace habitualmente: acciones y palabras de insensato.
Para todo aquel que tiene ojos comprensivos es evidente que el insensato es eso… un insensato.
Alguien que pudiendo haber sido humilde, leal, fiel, de bendición, prefiere ser terco, cerrar sus ojos y oídos, buscarse algún pretextito para hacer lo que quiere y no lo que le corresponde hacer.
Entonces, al negarse a vivir como Dios le ha decretado, al usurpar lo que no le pertenece, al pretender andar de una manera que no es la propia, no alcanza la trascendencia, no se compra el paraíso, no adquiere cordura, no avanza en su misión sagrada, sino que se sumerge más profundo en su insensatez.

Dará mil excusas, criticará hasta un punto de más o de menos de aquel que le quiere corregir, inventará filosos argumentos para escudarse, hallará bajo alguna piedra alguna voz que apoye sus desatinos, pero no dejará de ser un insensato que anda como insensato por el camino.

Todos los entendidos lo verán y se apartarán de sus acciones, de sus prédicas, pues reconocen que no tienen verdadera base, sino solamente es EGO astutamente disfrazado de piedad, de anhelo de Dios, pero no deja de ser EGO.

El inspirado autor anuncia:

«Anda según los caminos de tu corazón y según la vista de tus ojos, pero ten presente que por todas estas cosas Elokim te traerá a juicio.»
(Kohelet / Predicador 11:9)

Sí, así es.
Van con alegría por donde quieren, hacia donde sus emociones los llevan.
Ven algo que anhelan, que codician, que pueden alcanzar -sin importar cómo- y hacia allí se dirigen.
Aunque en la senda luzcan carteles de «Pare», «No estacione», «Calle cerrada», etc., ellos rechazan verlos o dan muchos argumentos astutamente vacíos para dar a entender que no son para ellos, sino para otros, para gente de por ahí, pero no para ellos.
Sus ojos codician, sus corazones arden de pasión insana y con la excusa de querer beber de la Palabra de Dios, de llenar sus almas de «la Palabra», se precipitan hacia lo que no les pertence, pisotean la herencia de otros, usurpan lugares, llegan hasta la traición en caso de ser necesario, pues no se gobiernan en realidad, sino que son títeres de sus EGOS.

Insertan la palabra «dios» cada dos letras, citan frases supuestamente talmúdicas, pronuncian con reverencia nombres de rabinos, saben de memoria textos supuestamente cabalísticos, son máquinas de buscar y repetir cuestiones de judaísmo… pero siguen sin aceptar la verdad impuesta por Dios: el judaísmo es para judíos, en tanto que el noajismo es para noájidas.
En la base del judaísmo está la Torá, en la base del noajismo está el pacto de Dios con la humanidad representado por el arcoiris.

Son sus ojos avaros y sus corazones celosos los que les vuelven necios, desleales, eternos criticones de de otros pero faltos de un mínimo de sincera autocrítica.

Repudian a Dios aunque dicen «dios» cada dos letras.
Viven una vida de falsedad pues no admiten la verdad.
Hasta son capaces de pretender que sus antepasados eran parte del Tanaj o del pacto de Israel, con tal de seguir aferrados a su necedad de envidiar a Israel por la Torá que le pertenece al pueblo elegido y no a ellos.

Y aunque quizás lo sepan, no admiten que Dios finalmente los traerá a juicio por sus acciones, por sus disfraces y peor aún… por llevar a los ingenuos por caminos de falsedad que son bellamente adornados como santidad.

En resumen, querido hermano noájida, si tienes anhelo de Torá, cumple con tu parte, cumple con los Siete Mandamientos, pues ellos son TU Torá.
Si quieres contar historias bíblicas, lee las que corresponden a noájidas, pero no lo que corresponde a la identidad que te es ajena.
Estudia lo que te hará crecer de acuerdo a tu espiritualidad, y no lo que envidias de los judíos.

Por último, si no te gustas la reprensión de este texto, me da mucha pena, porque seguirás en terquedad actuando como insensato en lugar de dejar que la Luz del Eterno penetre en tu alma y de bendición a tu vida.

Dijo el profeta:

«La castigaré por los días dedicados a los Baales, a los cuales ha quemado incienso y para los cuales se ha adornado con sus aretes y sus joyas. Ella se ha ido tras sus amantes y se ha olvidado de Mí’, dice el Eterno
(Hoshea / Oseas 2:15)

Pronto te olvidaste de quien te rescató de la putrefacción del alma, rápidamente te fuiste con tus infidelidades detrás de tus lisonjeros amantes. Ofrendaste a aquellos que te ofrecieron falsas promesas de bendición, huiste con los que te susurraron lo que querías oír.
Pero del Eterno no te puedes escapar, por más disfraces y palabras rebuscadas que presentes.
Cuando llegue el momento del juicio, se te juzgará por tu fidelidad hacia tu identidad espiritual y no por cuanto has usurpado de la herencia que le corresponde a otro.

Llena tu alma del buen pan espiritual de FULVIDA, de noajismo sincero y estricto, entonces reencontrarás a tu hogar, a los tuyos, a tu estabilidad, a tu equilibrio y eternidad.

Sigue andando por el camino que no es tuyo y tu torpeza seguirá siendo tu rostro a ojos del entendido.

A todo el pueblo cristiano y mesiánico del mundo:

Este es un texto publicado hace un tiempo en SERJUDIO.com, vale la pena releerlo, estudiarlo y comentarlo con sabiduría.
Su autor es el Sr. Alfredo Zambrano, de Venezuela.
Vayamos al texto.

A todo el pueblo cristiano y mesiánico del mundo:

Desde lo más profundo de mí ser:

Este es la experiencia de un hombre que decidió servir al Eterno en contra de todo riesgo.

Shalom, estimados Javerim:

Mi nombre es Alfredo Zambrano García, de 39 años de edad. Nací en un pueblo llamado Ocaña, Norte de Santander – Colombia, pero fui criado en la ciudad de San Cristóbal, estado Táchira – Venezuela. Desde que tenía 17 años de edad estuve sumido en el mundo del evangelicalismo y los movimientos protestantes como “predicador” y “conferencista”. Fui creciendo en rango y posición dentro de los círculos cristianos, esto, en cuanto a autoridad y reconocimiento. Viajé a prácticamente todos los estados de mi nación y a un gran número de ciudades en Colombia. Me expandí a Curazao, Ecuador, Argentina, República Dominicana y Guatemala. Estuve entre los así denominados “grandes predicadores” y fui muy bien cotizado.

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Resp. 729 – Necesito una Guia para empezar

Winche nos consulta:

Estimado Moré, realmente noc como llegue a esta pagina si fue por casualidad o por medio del Todopoderoso, desde hace apenas 2 semanas que conosco la pagina, ahora tengo algunas preguntas.
1.- El Noajismo es una religion o solo una identidad?
2.- Hay alguna oración o rezo que podamos realizar nosotros?
3.- Las festividades judías, la debemos celebrar también?
Hasta el momento son mis preguntas, y otra cosa excelente pagina me ha hecho abrir los ojos en muchas cosas.
Un saludo estimado Moré
Alexander Reyes, 16, Estudiante, Caracas, Venezuela.

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Resp. 728 – ¿Cómo dejar de tener miedo?

Esdras nos consulta:

Shalom Maestro (si es que me es permitido decirlo) lo que sucede es que en mi familia todos son muy religiosos y no mucho tiempo llegué aquí pero bueno mi pregunta va
1- ¿Cómo dejar de temerle al Infierno?
2- Es que cuando me digo a mi mismo \»Soy noajida\» una voz (por decir algo) me dice, \»No, estas mal, estás ofendiendo a Cristo\», \»Vas a ir al Infierno\»
3- y recaigo en un círculo de creencias errones,
muchas gracias y espero que Dios le bendiga (si es que me es permitido decirlo)
Esdras Juárez, 17 años, estudiante, México, D.F.

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Parashá Vaiakel: una comunidad unida a la luz del pacto

Esta semana el pueblo judío lee públicamente de la Torá las dos últimas porciones del segundo libro, denominado Shemot, conocido en español como «Éxodo».
Como siempre mencionamos, son numerosas las lecciones que se pueden aprender y derivar del sagrado texto -heredad y patrimonio eterno de la nación judía-, también aplicables y apropiadas para la bella espiritualidad noájica.

Prestemos atención a una de estas perlas del conocimiento y la ética.
Dice en el principio de la porción:

«Moshé [Moisés] hizo reunir a toda la congregación de los Hijos de Israel y les dijo: ‘Éstas son las cosas que el Eterno ha mandado que hagáis«
(Shemot / Éxodo 35:1)

Los mandamientos e instrucciones que vienen a continuación son adecuados exclusivamente para las personas judías, pues refieren al cumplimiento del Shabbat y la santidad que vincula a ese día con la nación judía; por tanto, no es un asunto de estudio o de particular interés práctico para los noájidas.
(Pudiera ser de interés teórico, para nutrir el intelecto o saciar la curiosidad, pero no es nuestro objetivo ahora hacer tales cosas; por otra parte, cuando el gentil se interesa tanto en lo ajeno, sea algo santo o perverso, igualmente ese interés pudiera llevarlo a confundir la preciosa identidad noájida y llevarle a pretender usurpar la propiedad exclusiva que Dios ha dado para los judíos o a andar por caminos oscuros y carentes de verdad.)

En la frase que citamos sí hay una impresionante lección de vida, una pauta ética y espiritual que todos debiéramos conocer, comprender y aplicar cabalmente en nuestro quehacer cotidiano.

Fíjate bien, no se dirige el mandato de Dios hacia pastores de congregación, ni líderes, ni profetas, ni personas reveladas, ni a santos, ni a consagrados, sino que Dios comunica Su Voluntad a TODOS los miembros de la comunidad.
Si bien hay mandamientos (de los 613 para la nación judía) que son para determinado sector del pueblo, o para tales o cuales circunstancias, en su fundamento el conjunto de los mandamientos que el Eterno dio a Israel son para TODA la nación judía.

Esto tiene una enorme similitud con el decreto de los Siete Mandamientos para las naciones, y al mismo tiempo una gran diferencia.
La diferencia está en que los 613 mandamientos de los judíos, son responsabilidad de la nación judía; no es el individuo judío particular quien está obligado al cumplimiento del conjunto de los 613, sino solamente de aquellos de los 613 que le corresponden legalmente.
Esto es, si una persona no es de la casta sacerdotal, no tiene ni debe de cumplir los mandamientos que incumben a los miembros de la casta sacerdotal. Si una persona no es agricultora, no debe cumplir aquellos preceptos que refieren a la actividad agrícola, ni sentirse en falta o pecado por no hacerlos… ¡no le corresponden!
Pero, de los 613 que sí le tocan, entonces sobre ese subconjunto es responsable de cumplirlos.
Los 613 mandamientos son para la nación judía y es ella, como una unidad, la que debe procurar su cumplimiento; de forma que cada individuo cumpla con aquellos que debe cumplir y no con lo que es de otro.
Esta es la gran diferencia con el decreto de los Siete Mandamientos para las naciones, pues no se dieron los Siete para que la responsabilidad del cumplimiento recaiga sobre una nación o un conjunto, sino que cada uno de los noájidas es el receptor y el responsable de vivir de acuerdo a los Siete.
Por ejemplo, No es admisible que el noájida se excuse diciendo que el roba pero hay otros en la sociedad que no roban, ya que el mandamiento le fue dado a cada gentil para que lo cumpla.
Así pues, el pueblo judío es el receptor y responsable de los 613 mandamientos; en tanto que cada individuo gentil es el receptor y responsable de cumplir cada uno de los Siete.
Ésta es la diferencia.

La gran similitud es que el llamado es para TODOS los que forman parte de la comunidad judía.
No solamente para sabios, lindos, ricos, inteligentes, religiosos, hombres, sino que estaban incluidos TODOS y TODAS. Grandes, chicos, los que sabían, los que sabían menos, los que cumplían más, los que cumplían menos, etc.
Los 613 mandamientos, el mensaje de la Torá para los judíos, es para TODOS.
Lo mismo con los Siete Mandamientos para las naciones. Todos y cada uno de los gentiles es quien ha recibido la orden de parte de Dios de cumplir con estos Siete. Todos y todas son los que precisan de los Siete para saciar su alma, nutrir su espiritualidad, equilibrar su vida, armonizar la existencia, construir Shalom, equipar su hogar en la vida venidera.
Todos los gentiles están obligados por un pacto eterno y sagrado con Dios para cumplir con los Siete Mandamientos, tal como es el propio Dios que se encarga de anunciar:

«Entonces Elokim habló a Noaj [Noé] y a sus hijos con él, diciendo:
‘He aquí que Yo establezco Mi pacto con vosotros, con vuestros descendientes después de vosotros
«
(Bereshit / Génesis 9:8-9)

Así pues, debes estar feliz, eres noájida, lo sabes y vives como tal.
Tienes un sagrado pacto con Dios, por siempre, sin excusas, sin cambios.
Es el pacto de los Siete Mandamientos, que te provee de bienestar, te inunda con bendición, te premia con una buena vida en la eternidad.
Tú eres el receptor y el responsable de cumplir con ese pacto sagrado que tienes como gentil con Dios.
Si te buscas justificaciones, te inventas religiones, veneras redentores, te haces el distraído, te disfrazas de judío, repites frases judaicas sin ton ni son, adulas al nazareno, etc., si haces cualquiera de las cosas que Dios no te ha pedido que hagas para nutrir tu espiritualidad y dar sentido a tu vida, entonces estás en el camino del fracaso, en el caos, rodeado de sombras y abismo.

Tienes un pacto sagrado y eterno con Dios, el noajismo.
Para vivirlo como individuo, para formar comunidades unidas y trabajar todos y todas por la construcción de Shalom.



Indirectas para actuar

Acontinuación no tendremos un estudio de Torá, ni un estudio de «la palabra», ni nada asemejado a la religión o a lo que quiera cruzar por tu cabeza en estos momentos. Sencillamente expondre una pequeña reflexion – Dios me ayude – , espero sea enriquecedora y te de fuerzas para continuar transitando este camino dorado de Noajismo.

Esta escrito: «Y ahora dejame, Deja que Mi enojo arda contra ellos y los destruya. Y de ti haré una gran nación…Ex. 32:10.»

Aqui Dios le ofrece a Moshe algo grande, ser el nuevo patriarca de una nueva nación elegida. Pero para ello el debía «dejar» a Dios. ¿A que refiere? No es que Moshe lo este agarrando de la camiseta a Dios o sea un obstaculo para Él, sino que refiere a que Dios indirectamente le dice a Moshé que actúe en favor del pueblo de Israel, en cierta manera, que haga algo al respecto.

Tal como se declara despues: «Moshé comenzó a suplicarle a Dios…32:11.»

¿Que se aprende de estos dos sencillos versos?

A moshé se le ofrece algo muy grande, una nueva nacion a partir de él, sin embargo él escoge rogar por el pueblo que había abandonado a Dios y se habían ido hacia la idolatría. Pues él se dio cuenta de que podia hacer algo por ellos y no dudó, más allá de los ofrecimientos, regalos, premios o negocios ofrecidos, en pedir por ellos y darles la oportunidad de servir nuevamente a Dios.

Pero solo sucedió ello porqué Dios indirectamente le dijo a Moshé «Dejame», no era Moshe el que queria en cierta forma que los israelitas lo vuelvan a adorar sino Dios mismo.

Similarmente hay muchos Noajidas inconcientes sumergidos en la idolatria y sí, suelen ser pesados, antipaticos, etc. Hasta quizás nosotros no deseamos que ellos sirvan a Dios. Pero cada día y en cada momento Dios nos insta indirectamente, como diciendo: «Dejame que los destruya» para que rescatemos, salvemos y ayudemos a aquellos que pueden retornar y servir a Dios tal como se debe.

No eres un obstaculo para Dios, ni lo puedes sostener de la camiseta. Tan solo es un recordatorio de que tu, querido lector, puedes hacer algo por aquel que esta en la idolatria o en cualquier área en contra de Dios. Puedes acarrear a todos aquellos que Dios Mismo quiere que le sirvan y no es Su tarea ese hecho, sino la tuya.

Los Sabios dijeron: «Salvar una vida es salvar un mundo entero»

Moshé hizo lo correcto y tu…

Harás lo correcto?

¡Si aún no eres parte de la comunidad de Fieles a Dios, eres la pieza del rompecabezas que falta!””


Campanita

El fin de semana pasado tuve la posibilidad de ver una pelicula, me la prestaron mis padres para verla con mi hija Paloma.
«Tinkerbell» es el título y la protagonista absoluta es el hada Campanita, la inseparable amiga de Peter Pan.
Si bien se han tratado muchos «cuentos de hadas», en el sitio que son tomados como verdades por mucha gente, y que para nada son recomendables, en este caso, recomiendo la pelicula ya que se pueden rescatar mensajes acerca de lo que sucede con una persona cuando no acepta su identidad.
En la tierra de las hadas, todas nacen con una talento determinado, como darle color a las flores, darle forma a la escarcha de la madrugada o encender las luces de las luciérnagas. Pero como Campanita es una artesana, piensa que su función no es para nada especial, entonces se embarca en la aventura de querer ser como las demas hadas, lo cual le trae muchos problemas a ella y a los que la rodean, llegando al extremo de echar a perder todo el trabajo del conjunto, que era preparar llevar la primavera para todo el mundo.
Entonces, Campanita vuelve su origen y se desempeña excelentemente como artesana y puede subsanar lo malogrado hasta el momento, contra todos los pronosticos.
Ademas como yapa ella es autorizada para llevar la primavera al mundo junto con las demas hadas.
Espero les haya gustado como a mi y puedan sacar sus conclusiones.
Saludos!