Shabbat NO es para el noájida.
Así lo decretó Dios.
Ni siquiera la palabra Shabbat corresponde para que el gentil lo use como nombre para el día, pues refiere a un concepto espiritual que atiende a la realidad del judío y no del noájida.
No debe el noájida atribuirse el Shabbat para sí, ni siquiera con toda la buena intención del mundo.
Tampoco ha de vivirlo como lo hacen los judíos, pues eso constituye una enorme falta en contra de Dios.
Sin embargo, el día séptimo (el sábado, para que no queden dudas) debe ser un día diferente para el noájida.
Un día de recuerdo de la Creación, de aprecio de la grandeza de nuestro Padre Celestial, de retorno a la Buena Senda, de familia, de prójimo, de reencuentro con lo mejor que hay de nosotros mismos.
Te propongo entonces que te marques un lapso de elevar tu día sábado en un trozo de paraíso.
Asígnate una hora o dos para delimitarlo como trozo de paraíso.
No puedes, no debes, hacer que sea de 25 horas ese tiempo (al estilo del Shabbat judío), pues estarías actuando de manera incorrecta, fraudulenta; pero sí demárcate un rato en el cual te comprometes a respetar las pautas que te brindaré a continuación.
Te aconsejo que sea una hora o dos, no más, tampoco menos.
Estas son las pautas.
- No uses aparatos eléctricos o electrónicos.
- Si la luz está encendida, déjala así, emplea su luz, pero no la prendas ni la apagues.
- No uses computadora, teléfono, TV, radio, mp3, etc.
- No andes en vehículos: autos, motos, bicis, buses, patines, lanchas, etc.
- No compres nada ni vendas nada.
- No vayas a espectáculos públicos (encuentros deportivos, cine, teatro, etc.).
- No transportes nada en espacio público, es decir, no lleves carga de un lado a otro. (Ninguna carga, ni siquiera 1 gramo).
- No repares nada en tu casa, oficina, taller, etc.
- No trabajes como asalariado ni como patrón.
- No destruyas ni construyas.
- No rompas ni repares.
- No cocines ni prepares comida.
- No hagas ejercicio físico para otra cosa que no sea recreación.
- No escribas, ni dibujes, ni pintes ni esculpas ni similares.
- No uses fuego ni lo apagues.
- No des de comer a tus animales (tienes otros momentos del día para hacerlo, no justamente este espacio de paraíso que te has comprometido a disfrutar).
- No proyectes ni prepares nada para hacer o dejar listo para luego de tu tiempo de paraíso.
- No te acalores en disputas o debates.
- No insultes ni te amargues.
- No hables de deudas, cuentas, negocios, problemas legales, enfermedades, etc.
- No uses dinero (lo que incluye por tanto no hacer caridad justo en ese tiempo).
- No cuides (arar, cosechar, desmalezar, etc.) tu campo, tu huerta, tus plantas, tu maceta, etc.
- No te expongas a situaciones que pueden ser dolorosas, riesgosas o fatigosas por demás: alejarte demasiado de la ciudad, nadar, ir a zonas peligrosas, etc.
Recuerda que estas prohibiciones NO tienen para ti un carácter de mandamiento, ni de orden divina, ni de reglamento para que cumplas, ni conllevan obligación de ninguna especie.
Son solamente acciones o situaciones que te abstendrás de hacer por propia voluntad, porque deseas encontrar en este día un tiempo y espacio para hacer algo diferente al resto de los días, para que de esa forma puedas recordar al Creador y Su Presencia constante en el mundo.
No eres más noájida por hacer esto, ni más sagrado, ni tendrás una mejor porción el el Más Allá, ni eres un aventajado moral por abstenerte en estas cuestiones que te he señalado.
Ahora, cuando con responsabilidad y compromiso vivas tu primer hora de abstinencia del dominio creativo del mundo, te encontrarás probablemente confundido, vacío, dubitativo, hastiado, aburrido, pues… ¿qué puedes hacer cuando todo lo anterior no lo puedes hacer?
Te podría dejar experimentar para que luego nos contaras y de esa forma compartir entre todos cómo se llena de paraíso el mundo cuando se deja de querer someterlo a nuestro dominio creativo.
Pero, te brindaré otras pautas, ahora las de lo que se puede hacer y llenan de contenido «espiritual» este marco de tiempo que te has fijado para dar un sorbo al paraíso:
- Pasea por lugares naturales.
- Pasea por lugares hechos por el hombre.
- Siéntate a observar el paisaje, a la gente pasar, a las palomas, los edificios, etc.
- Conversa con tu pareja.
- Conversa con tus hijos.
- Conversa con tus padres.
- Conversa con el prójimo.
- Cuenta cuentos (no tienen porqué ser de rabinos, sabios judíos, o cosas que suenan a «espiritual», sino simplemente cuentos).
- Escucha contar cuentos.
- Juega con tus hijos.
- Comparte el tiempo con los de tu familia, con amigos.
- Disfruta de saborear tu comida, sin apuros, ni interrupciones de sms, sin discusiones, sin que la tele domine el panorama, sin salir corriendo a preparar lo que comes.
- Disfruta del sexo con tu cónyuge.
- Toma un café, o algo, con aquel viejo amigo para el cual nunca hay tiempo de reencontrarse. Como no puede ser en un bar o café o similar, deberá ser en la casa de alguno de ustedes, o en un club en el cual no pagues lo que consumes en ese momento.
- Siéntate en tu sillón preferido a flojear con permiso.
- Medita.
- Piensa acerca de la grandeza de Dios, de la belleza de la Creación, de la sociedad del Hombre con Dios para perfeccionar el mundo, etc.
- Lee.
- Canta.
- Léele a tus hijos pequeños.
- Agradece a Dios por todo lo que te ha dado.
- Duérmete esa siesta que tanto te gusta y nunca consigues tiempo para tomarla.
- Estudia, pero sin obligación, sin tomar apuntes, sin preparar exámenes, etc. Que tu estudio no sea eso que suena a «espiritual» (o sea, lo que es judaico), sino que sea de lo que te agrade a ti, por el simple placer de aprender. Biología, historia, política, actualidad, etc. Puede ser material de FULVIDA.com que te has impreso para leer a solas o en buena compañía.
- Visita enfermos.
- Invita a gente a comer a tu casa, para conversar de cualquier cosa que quieran, pero de paso puedes hacerles ver la maravilla y placer del noajismo.
- Descansa, sin tener que dar excusas.
Sé original en compartir con nosotros otras opciones.
Las únicas condiciones son:
- no contradecir las primeras pautas (las de abstenerse),
- no hacer algo exclusivamente «religioso» durante ese período,
- que la actividad sea para «aquí y ahora».
Encontrarás que esa hora o par de horas tienen un sabor diferente, un gusto a paraíso.
Cuantas más personas compartan este sabor, cuanto más gentiles se sumen al ejército de paz de los leales a Dios, más Shalom habrá, más próximos estaremos a disfrutar plenamente de la Era Mesiánica.
Depende de ti, de cada uno de nosotros, que seamos constructores de Shalom.