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Tu deseo del Mashiaj

Según dicta la Tradición, los judíos deben esperar con confianza plena la llegada de la Era Mesiánica.
A diario pedir los judíos por el entronamiento del rey de Israel sobre el trono de Israel en la tierra de Israel para el pueblo de Israel.
Muchos lo hacen, con gran pasión y entrega esperan.

La pregunta que podríamos hacer con justicia es: ¿PARA qué esperan la Era Mesiánica?

Veamos:

«El Eterno hará que sobreabundes en bienes, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tus animales y en el fruto de tu campo, en la tierra que el Eterno juró a tus padres que te daría.
Él te abrirá su buen tesoro, los cielos, para dar lluvia a tu tierra en su tiempo y para bendecir toda la obra de tus manos. Tú darás prestado a muchas naciones, pero tú no pedirás prestado.»

(Devarim / Deuteronomio 28:11-12)

Están los que anhelan la tranquilidad material, el retorno al hogar, la prosperidad, el tranquilo transcurrir de los días, la amplitud, la certeza del desahogo y placer.
En la base profunda del sionismo laico se encuentra este anhelo de redención mesiánica, el retorno del individuo a su tierra original, el arraigo a una patria, el sentirse independientes y fuertes en su propios límites.

«Cada uno se sentará debajo de su vid y debajo de su higuera. Y no habrá quien los amedrente«
(Mijá / Miqueas 4:4)

Están los que añoran una vida placentera, de comodidad, de seguridad, de fin de las persecuciones antisemitas, de terminar con el vagabundeo por la diáspora. No se prioriza el aspecto territorial, ni de disfrutar de una patria, de un seno materno nacional, sino el simple y sencillo gozo de no seguir en el desamparo, en la perpetua duda de si el día de mañana se estará aquí o nuevamente será exilado o exterminado el judío.

«Él juzgará entre las naciones y arbitrará entre muchos pueblos. Y convertirán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.»
(Ieshaiá / Isaías 2:4)

Están los que sueñan con un ideal de independencia política, de renombre nacional en el concierto de las naciones, de liderar como nación el auge de una nueva era de plenitud mundial.
Su patria mesiánica es un paso indispensable para levantar la bandera de la humanidad unida, de encontrar nuevos rumbos a la vanguardia de las naciones verdaderamente unidas.
Sueñan con la paz internacional, con los prodigios de la ciencia y la técnica al alcance de todos, con el final de la hambruna y de los negociados multinacionales. Sueñan con un mundo unido sin imperialismos, ni ideologías que pudran las entrañas de las personas y las sociedades.

«Pues no saldréis con apresuramiento, ni iréis huyendo; porque el Eterno irá delante de vosotros, y el Elokim de Israel irá a vuestra retaguardia.»
(Ieshaiá / Isaías 52:12)

Están los que calculan los beneficios personales o colectivos de la Era Mesiánica. No se detienen en una patria o tierra como hogar, ni en el descanso del exilio, ni en un mundo de belleza y plenitud pacífica; sino que analizan y especulan sobre la temática.
Abundan en datos, estudian posibilidades, se esfuerzan por comprender y por penetrar el manto de secreto del futuro tiempo, pero como si fueran desprovistos de emociones.
Es un tema de estudio y no mucho más; aunque, entre los más prácticos, es también una propuesta para realizar humanamente.
Idear mundos utópicos para ser construidos por el ser humano y no por estar asociados con Dios en la redención de la Era Mesiánica.
Podrían pretender fabricar la Era Mesiánica por caminos netamente humanos, tales como los grandes soñadores filantrópicos de todas las épocas.
Llenos de ideas e ideales, pero ausentes de la realidad espiritual.
Los que confían en el hombre, y solamente en él, pueden tener buenas intenciones morales, ser muy humanistas, pero cuando dejan fuera de la fórmula al componente principal, a Dios, entonces no están construyendo con buenos fundamentos.
Apresuran una venida del Mashiaj de un modo alternativo y no consagrado.

«Porque éste será el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Eterno: Pondré Mi Torá en su interior y la escribiré en su corazón. Yo seré su Elokim, y ellos serán Mi pueblo.
Ya nadie enseñará a su prójimo, ni nadie a su hermano, diciendo: ‘Conoce al Eterno.’ Pues todos ellos Me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice el Eterno. Porque Yo perdonaré su iniquidad y no Me acordaré más de su pecado.’
«
(Irmiá / Jeremías 31:32-33)

Están los que trabajan ahora por construir shalom, por ser socios del Eterno para el advenimiento de la Era Mesiánica.
No buscan ventajas personales, no desean premios, no demandan beneficios, sino simplemente se reconocen como siervos del Eterno y buscan la Era Mesiánica para que los bienes materiales faciliten el conocimiento del Eterno, el desarrollo de una vida de servicio al Eterno por medio del cumplimiento de Sus mandamientos.
Trabajan por vivir en una Era de plenitud en todos los planos, pero no para regodeo del EGO, sino para servicio del Eterno.

Tales cinco tipos de personas que a su modo se vinculan con el ideal mesiánico.
También entre los gentiles existe el deseo del Mesías, en parte como copia de la creencia judía; pero en parte por el «recuerdo del futuro» marcado en los espíritus de todas las personas que impulsan al anhelo de un mundo mejor.
¿Con cual de los tipos que mencionamos puedes identificarte?
¿Con el que espera para su provecho material;
con el que espera para su beneficio emocional;
con el que espera para el beneficio social;
con el que espera para el beneficio mundial;
con el que espera para servir a Dios, tal como le corresponde como noájida fiel en un mundo de fidelidad?

Los gentiles que envidian la Torá de Israel

En numerosas ocasiones hemos demostrado con citas de leyes perpetuas y de decretos de rabinos con autoridad que el estudio de Torá está vedado para el gentil, a no ser el estudio de aquellas porciones que le enseñan acerca de los Siete Mandamientos, y/o de aquellas porciones que le refuerzan en su unión con Dios.

Por supuesto que incluso el estudio de las secciones apropiadas debe hacerse bajo guianza estricta de maestro judío idóneo, que conozca tanto el texto santo, como las leyes al respecto del estudio así como el marco legal acorde para el gentil, de modo tal de preservar a la persona del error, ahuyentar el mal y proveer de buen pan espiritual a aquel que está buscando llenar su alma de contenido espiritual y no solamente de brindar manjares de vanidad o de cosas santas pero que no le brindan shalom sino dolor.

Con los asuntos del Eterno no se juega, pero igualmente, el EGO, o la ignorancia, o el afán, o la envidia, o el rechazo de la correccíón impulsan a la persona a negar la verdad, a repudiar las leyes santas, a inventar excusas para hacer lo prohibido pero hacerlo parecer como algo luminoso.

Esta actitud terca, de real rebelión en contra de lo dispuesto por Dios, recuerda el dicho del inspirado sabio:

«Aun cuando el insensato ande en el camino, le falta entendimiento, y a todos hace saber que es insensato.»
(Kohelet / Predicador 10:3)

Veamos bien el verso.
El insensato no anda por valle de muerte, no está transitando el inmundo camino de la idolatría, no ensalza a dioses/salvadores falsos; no, no hace eso el terco del verso; claramente dice que el insensato del verso anda por «el camino».
Se justifica diciendo que quiere estudiar Torá para cumplir lo que le corresponde, que no quiere hacer cosas erróneas, que detesta la perversión del camino del mal.
Así se justifica, con la máscara de las buenas intenciones.
Pero, las buenas intenciones sin el conocimiento, sin el equilibrio, sin la lealtad, suele terminar en tremendos fracasos, en caídas al abismo.
Y es exactamente lo que termina por decir el verso, aunque el necio pretenda andar por «el camino», no deja de hacer las cosas que hace habitualmente: acciones y palabras de insensato.
Para todo aquel que tiene ojos comprensivos es evidente que el insensato es eso… un insensato.
Alguien que pudiendo haber sido humilde, leal, fiel, de bendición, prefiere ser terco, cerrar sus ojos y oídos, buscarse algún pretextito para hacer lo que quiere y no lo que le corresponde hacer.
Entonces, al negarse a vivir como Dios le ha decretado, al usurpar lo que no le pertenece, al pretender andar de una manera que no es la propia, no alcanza la trascendencia, no se compra el paraíso, no adquiere cordura, no avanza en su misión sagrada, sino que se sumerge más profundo en su insensatez.

Dará mil excusas, criticará hasta un punto de más o de menos de aquel que le quiere corregir, inventará filosos argumentos para escudarse, hallará bajo alguna piedra alguna voz que apoye sus desatinos, pero no dejará de ser un insensato que anda como insensato por el camino.

Todos los entendidos lo verán y se apartarán de sus acciones, de sus prédicas, pues reconocen que no tienen verdadera base, sino solamente es EGO astutamente disfrazado de piedad, de anhelo de Dios, pero no deja de ser EGO.

El inspirado autor anuncia:

«Anda según los caminos de tu corazón y según la vista de tus ojos, pero ten presente que por todas estas cosas Elokim te traerá a juicio.»
(Kohelet / Predicador 11:9)

Sí, así es.
Van con alegría por donde quieren, hacia donde sus emociones los llevan.
Ven algo que anhelan, que codician, que pueden alcanzar -sin importar cómo- y hacia allí se dirigen.
Aunque en la senda luzcan carteles de «Pare», «No estacione», «Calle cerrada», etc., ellos rechazan verlos o dan muchos argumentos astutamente vacíos para dar a entender que no son para ellos, sino para otros, para gente de por ahí, pero no para ellos.
Sus ojos codician, sus corazones arden de pasión insana y con la excusa de querer beber de la Palabra de Dios, de llenar sus almas de «la Palabra», se precipitan hacia lo que no les pertence, pisotean la herencia de otros, usurpan lugares, llegan hasta la traición en caso de ser necesario, pues no se gobiernan en realidad, sino que son títeres de sus EGOS.

Insertan la palabra «dios» cada dos letras, citan frases supuestamente talmúdicas, pronuncian con reverencia nombres de rabinos, saben de memoria textos supuestamente cabalísticos, son máquinas de buscar y repetir cuestiones de judaísmo… pero siguen sin aceptar la verdad impuesta por Dios: el judaísmo es para judíos, en tanto que el noajismo es para noájidas.
En la base del judaísmo está la Torá, en la base del noajismo está el pacto de Dios con la humanidad representado por el arcoiris.

Son sus ojos avaros y sus corazones celosos los que les vuelven necios, desleales, eternos criticones de de otros pero faltos de un mínimo de sincera autocrítica.

Repudian a Dios aunque dicen «dios» cada dos letras.
Viven una vida de falsedad pues no admiten la verdad.
Hasta son capaces de pretender que sus antepasados eran parte del Tanaj o del pacto de Israel, con tal de seguir aferrados a su necedad de envidiar a Israel por la Torá que le pertenece al pueblo elegido y no a ellos.

Y aunque quizás lo sepan, no admiten que Dios finalmente los traerá a juicio por sus acciones, por sus disfraces y peor aún… por llevar a los ingenuos por caminos de falsedad que son bellamente adornados como santidad.

En resumen, querido hermano noájida, si tienes anhelo de Torá, cumple con tu parte, cumple con los Siete Mandamientos, pues ellos son TU Torá.
Si quieres contar historias bíblicas, lee las que corresponden a noájidas, pero no lo que corresponde a la identidad que te es ajena.
Estudia lo que te hará crecer de acuerdo a tu espiritualidad, y no lo que envidias de los judíos.

Por último, si no te gustas la reprensión de este texto, me da mucha pena, porque seguirás en terquedad actuando como insensato en lugar de dejar que la Luz del Eterno penetre en tu alma y de bendición a tu vida.

Dijo el profeta:

«La castigaré por los días dedicados a los Baales, a los cuales ha quemado incienso y para los cuales se ha adornado con sus aretes y sus joyas. Ella se ha ido tras sus amantes y se ha olvidado de Mí’, dice el Eterno
(Hoshea / Oseas 2:15)

Pronto te olvidaste de quien te rescató de la putrefacción del alma, rápidamente te fuiste con tus infidelidades detrás de tus lisonjeros amantes. Ofrendaste a aquellos que te ofrecieron falsas promesas de bendición, huiste con los que te susurraron lo que querías oír.
Pero del Eterno no te puedes escapar, por más disfraces y palabras rebuscadas que presentes.
Cuando llegue el momento del juicio, se te juzgará por tu fidelidad hacia tu identidad espiritual y no por cuanto has usurpado de la herencia que le corresponde a otro.

Llena tu alma del buen pan espiritual de FULVIDA, de noajismo sincero y estricto, entonces reencontrarás a tu hogar, a los tuyos, a tu estabilidad, a tu equilibrio y eternidad.

Sigue andando por el camino que no es tuyo y tu torpeza seguirá siendo tu rostro a ojos del entendido.

Recordemos estas reglas ineludibles para todo gentil leal a Dios

9. A pesar de que los Hijos de Noaj tienen como obligación sólo el cumplimiento de las Siete Leyes Universales, les está permitido observar cualquiera de los 613 Mandamientos de la Torá con el propósito de recibir recompensa divina. Las excepciones a esto son:

a. Observar el Shabat a la manera de los Judíos (descansando de las acciones que fueron necesarias para la construcción del Tabernáculo durante el Exodo de Egipto).

b. Observar las festividades Judías a la manera de los Judíos (descansando de forma similar al Shabat).

c. Estudiar aquellas partes de la Torá que no se aplican al servicio Noájida para con Dios.

d. Escribir un rollo de Torá (los Cinco Libros de Moisés) o recibir una aliyá a la Torá (i.e., leer una porción de la Torá en una reunión pública).

e. Hacer, escribir o vestir tefilín, las filacterías que se usan durante el rezo (judío) y que contienen porciones de la Torá.

f. Escribir una mezuzá, un pergamino particular que contiene porciones de la Torá, o instalarla en el marco de la puerta de acceso al hogar de uno.

10. Si un Noájida está, a la manera judía, esforzándose por aprender Torá o por guardar el Shabat, o si revela nuevos aspectos de la Torá, pudiera ser literalmente restringido e informado de que es merecedor de la pena capital, pero no se lo ejecutará.

http://fulvida.com/elcamino/ESseven_laws.php.html

Resp. 729 – Necesito una Guia para empezar

Winche nos consulta:

Estimado Moré, realmente noc como llegue a esta pagina si fue por casualidad o por medio del Todopoderoso, desde hace apenas 2 semanas que conosco la pagina, ahora tengo algunas preguntas.
1.- El Noajismo es una religion o solo una identidad?
2.- Hay alguna oración o rezo que podamos realizar nosotros?
3.- Las festividades judías, la debemos celebrar también?
Hasta el momento son mis preguntas, y otra cosa excelente pagina me ha hecho abrir los ojos en muchas cosas.
Un saludo estimado Moré
Alexander Reyes, 16, Estudiante, Caracas, Venezuela.

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Parashá Vaiakel: una comunidad unida a la luz del pacto

Esta semana el pueblo judío lee públicamente de la Torá las dos últimas porciones del segundo libro, denominado Shemot, conocido en español como «Éxodo».
Como siempre mencionamos, son numerosas las lecciones que se pueden aprender y derivar del sagrado texto -heredad y patrimonio eterno de la nación judía-, también aplicables y apropiadas para la bella espiritualidad noájica.

Prestemos atención a una de estas perlas del conocimiento y la ética.
Dice en el principio de la porción:

«Moshé [Moisés] hizo reunir a toda la congregación de los Hijos de Israel y les dijo: ‘Éstas son las cosas que el Eterno ha mandado que hagáis«
(Shemot / Éxodo 35:1)

Los mandamientos e instrucciones que vienen a continuación son adecuados exclusivamente para las personas judías, pues refieren al cumplimiento del Shabbat y la santidad que vincula a ese día con la nación judía; por tanto, no es un asunto de estudio o de particular interés práctico para los noájidas.
(Pudiera ser de interés teórico, para nutrir el intelecto o saciar la curiosidad, pero no es nuestro objetivo ahora hacer tales cosas; por otra parte, cuando el gentil se interesa tanto en lo ajeno, sea algo santo o perverso, igualmente ese interés pudiera llevarlo a confundir la preciosa identidad noájida y llevarle a pretender usurpar la propiedad exclusiva que Dios ha dado para los judíos o a andar por caminos oscuros y carentes de verdad.)

En la frase que citamos sí hay una impresionante lección de vida, una pauta ética y espiritual que todos debiéramos conocer, comprender y aplicar cabalmente en nuestro quehacer cotidiano.

Fíjate bien, no se dirige el mandato de Dios hacia pastores de congregación, ni líderes, ni profetas, ni personas reveladas, ni a santos, ni a consagrados, sino que Dios comunica Su Voluntad a TODOS los miembros de la comunidad.
Si bien hay mandamientos (de los 613 para la nación judía) que son para determinado sector del pueblo, o para tales o cuales circunstancias, en su fundamento el conjunto de los mandamientos que el Eterno dio a Israel son para TODA la nación judía.

Esto tiene una enorme similitud con el decreto de los Siete Mandamientos para las naciones, y al mismo tiempo una gran diferencia.
La diferencia está en que los 613 mandamientos de los judíos, son responsabilidad de la nación judía; no es el individuo judío particular quien está obligado al cumplimiento del conjunto de los 613, sino solamente de aquellos de los 613 que le corresponden legalmente.
Esto es, si una persona no es de la casta sacerdotal, no tiene ni debe de cumplir los mandamientos que incumben a los miembros de la casta sacerdotal. Si una persona no es agricultora, no debe cumplir aquellos preceptos que refieren a la actividad agrícola, ni sentirse en falta o pecado por no hacerlos… ¡no le corresponden!
Pero, de los 613 que sí le tocan, entonces sobre ese subconjunto es responsable de cumplirlos.
Los 613 mandamientos son para la nación judía y es ella, como una unidad, la que debe procurar su cumplimiento; de forma que cada individuo cumpla con aquellos que debe cumplir y no con lo que es de otro.
Esta es la gran diferencia con el decreto de los Siete Mandamientos para las naciones, pues no se dieron los Siete para que la responsabilidad del cumplimiento recaiga sobre una nación o un conjunto, sino que cada uno de los noájidas es el receptor y el responsable de vivir de acuerdo a los Siete.
Por ejemplo, No es admisible que el noájida se excuse diciendo que el roba pero hay otros en la sociedad que no roban, ya que el mandamiento le fue dado a cada gentil para que lo cumpla.
Así pues, el pueblo judío es el receptor y responsable de los 613 mandamientos; en tanto que cada individuo gentil es el receptor y responsable de cumplir cada uno de los Siete.
Ésta es la diferencia.

La gran similitud es que el llamado es para TODOS los que forman parte de la comunidad judía.
No solamente para sabios, lindos, ricos, inteligentes, religiosos, hombres, sino que estaban incluidos TODOS y TODAS. Grandes, chicos, los que sabían, los que sabían menos, los que cumplían más, los que cumplían menos, etc.
Los 613 mandamientos, el mensaje de la Torá para los judíos, es para TODOS.
Lo mismo con los Siete Mandamientos para las naciones. Todos y cada uno de los gentiles es quien ha recibido la orden de parte de Dios de cumplir con estos Siete. Todos y todas son los que precisan de los Siete para saciar su alma, nutrir su espiritualidad, equilibrar su vida, armonizar la existencia, construir Shalom, equipar su hogar en la vida venidera.
Todos los gentiles están obligados por un pacto eterno y sagrado con Dios para cumplir con los Siete Mandamientos, tal como es el propio Dios que se encarga de anunciar:

«Entonces Elokim habló a Noaj [Noé] y a sus hijos con él, diciendo:
‘He aquí que Yo establezco Mi pacto con vosotros, con vuestros descendientes después de vosotros
«
(Bereshit / Génesis 9:8-9)

Así pues, debes estar feliz, eres noájida, lo sabes y vives como tal.
Tienes un sagrado pacto con Dios, por siempre, sin excusas, sin cambios.
Es el pacto de los Siete Mandamientos, que te provee de bienestar, te inunda con bendición, te premia con una buena vida en la eternidad.
Tú eres el receptor y el responsable de cumplir con ese pacto sagrado que tienes como gentil con Dios.
Si te buscas justificaciones, te inventas religiones, veneras redentores, te haces el distraído, te disfrazas de judío, repites frases judaicas sin ton ni son, adulas al nazareno, etc., si haces cualquiera de las cosas que Dios no te ha pedido que hagas para nutrir tu espiritualidad y dar sentido a tu vida, entonces estás en el camino del fracaso, en el caos, rodeado de sombras y abismo.

Tienes un pacto sagrado y eterno con Dios, el noajismo.
Para vivirlo como individuo, para formar comunidades unidas y trabajar todos y todas por la construcción de Shalom.



El líder religioso por lo general un narcisista patológico

Hay un trastorno de personalidad que se identifica como narcisismo patológico.
Suele ser el tipo habitual de pastores, de «rabinos» mesiánicos, de supuestos líderes de gentiles justos que siguen rutas de grueso error (tal como tener por centro al tal Jesús en sus vidas), de esos déspotas que trafican con la fe, que un día te manipulan y al siguiente también.

Los narcisistas patológicos no consiguen estabilidad en las representaciones mentales del sí mismo;
no alcanzan discriminar entre las representaciones de sí mismo y las de los otros;
y viven encerrados detrás de las murallas que levantan con sus ilusiones y fantasías acerca de lo que debiera ser el mundo, según les conviene a ellos.

En ocasiones de crisis o cambio impuesto, tal tipo de personalidad reacciona con conductas patológicas; podría sumergirse en adicciones tales como el alcohol o drogas; se agrede con hechos o palabras; se  menosprecia; puede llegar a extremos en su vida sexual, en el juego, en las relaciones laborales, etc.
Como náufrago en medio de una tormenta trata de afirmarse de cualquier cosa que flote, que lo mantenga sobre la superficie, que le permita no hundirse en las oscuridades frías y desconocidas.
Agitará sus brazos de forma desesperada, se moverá eléctricamente con tal de alcanzar aquello que supone que lo mantendrá a salvo de perderse en el caos que siente en su mente y corazón.
También puede tener conductas psicopáticas, que lo lleve a atacar sin piedad ni conciencia a otros, a destruir, a achacar culpas a quien se le ocurra, a hacerse pasar por víctima, a encontrar supuestas evidencias de ser víctima de un complot para destruirlo, etc.
En su enferma personalidad no hay escala de grises, se pasa del amor al odio, de blanco al negro, de lealtad a traición, de respeto a insulto, de un lado al otro y sin sentir culpa o siquiera evaluar con madurez y crítica sus reacciones o acciones.

Tú que lo has padecido estando él en el púlpito,
sabes que es intolerante,
que no admite preguntas profundas,
que estigmatiza a quien no está de su lado,
que trata de traidor a quien en buenos términos no quiere continuar a su lado,
que se aprovecha de las debilidades de los demás para su propio beneficio,
que manipula sin compasión,
que hace lo que quiere y te demanda que tú hagas según su voluntad,
que ayer fue evangélico, hoy mesiánico, mañana noájida y pasado alguna cosa novedosa que le sirva para sentirse seguro y poder enriquecerse,
que te demanda lealtad pero no duda en traicionar ni bien se cree en disposición para hacerlo,
que le importa más no ser avergonzado que vivir de acuerdo a la verdad,
que escoge mostrarte solamente aquello que le conviene pero oculta el universo que demuestra que está en un grave error,
que ayuda y regala, pero no deja de usar tales acciones para tenerte bajo su dominio incondicionalmente,
que ayer adoró a Jesús, hoy lo rechazó públicamente y mañana vuelve a adorarlo pero adornado con excusas inverosímiles pero que él con habilidad de mercachifle te lo hace comprar,
que es muy astuto y hábil con la palabra, capaz de inventar enormes fantasías y de expresarlas con gran emotividad, al punto de convencerte de que lo blanco es negro y viceversa,
que es capaz de venderte un buzón y tú hasta le agradeces porque te ha engañado,
que es evasivo cuando hay alguien con un ojo atento que lo puede desenmascarar,
que es muy carismático, que cae bien, siempre y cuando le sea de provecho a sus intereses,

¿te das cuenta qué es ese hombre que está en el púlpito de ese sitio en el que te congregas?
Lo sabes, ¿seguirás siendo cómplice de su enfermedad y de su guía por el camino del mal hacia el abismo?
¿Seguirás dando tú también infantiles excusas para acompañarlo en su senda hacia el infierno?

Está ahí delante de ti, lo conoces, lo has reconocido con esta descripción, tú puedes dar testimonio de cada una de estas pautas que lo describen… ¿seguirás traicionando a Dios y a tu propia alma para ser aliado de esta persona enferma en sus maquinaciones malvadas?

Ya no tienes más justificaciones, ni tiempo para seguir desperdiciando tu vida preciosa en insolencias, en fraudes, en idolatría, en engaños, en enfermarte junto a tu líder enfermo.

Dios te ha dado la clave para sanar tu alma, para alcanzar la plenitud en este mundo, para obtener tu gozo eterno en el paraíso.
Dios, en su perfección, amor, sabiduría te ha hecho gentil y te ha dado el sagrado código de los Siete Mandamientos para que establezcas la paz y la bendición en tu vida y en el mundo.
Sin necesidad de líderes de pacotilla, sin fantasías mortales como la de Jesús (el el rol que le quieran atribuir)… ¿eres capaz de seguir dando la espalda a Dios para ir a abrazar a esos demonios solapados?

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Como siempre te digo, no creas en mis palabras, investiga.
Por ejemplo: http://es.wikipedia.org/wiki/Trastorno_narcisista_de_la_personalidad
Puedes ser libre, o seguir siendo esclavo, depende de ti.

Resp. 725 – El noájida que es comparado con el sumo sacerdote?

Nahuel nos consulta:

Hola Maestro, llevo tiempo aqui en Fulvida, aprendiendo de usted y se me ocurrio esta pregunta y es mi deber serle sincero que no he buscado una respuesta. Cual es el secreto de la comparacion entre un gentil justo y un sumo sacerdote? Es decir, Los sabios de israel pudieron haber elegido otra comparacion pero eligieron esta por una razon y es mi deseo conocer ese secreto. Grcias!
Nahuel Orué 20 Mozo Moreno Argentina

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Dejar un legado

Ser noajida o gentil justo implica, entre otras cosas, lograr un justo balance de los cinco planos de la vida. Alcanzar el equilibrio es todo un reto, no imposible, pero requiere de mucho trabajo en nuestra personalidad con el fin de desarrollar nuestra identidad a plenitud y lograr traducirla en acciones perdurables.

Una de nuestras responsabilidades está relacionada con lo que dejaremos luego de nuestra partida al Otro Mundo.

¿Qué legado, como individuos, pensamos dejar a los nuestros?

¿Qué legado, como grupo, pensamos dejar a las próximas generaciones?

¿Cómo queremos ser recordados?

¿Como una generación que colocó sus esperanzas en terceros para hacer brillar su identidad, o como una generación que hizo lo mejor con lo que tenia a mano?

Desde la vida en casa, el trabajo, la familia, a la vida virtual, a las reuniones con amigos, a los eventos grandes, etc…

Ser noájida,  ¿para qué?

Un legado que trascienda.



Perlas noájidas

Nosotros, los gentiles justos, debemos entender con claridad que el Eterno nos ha ordenado siete leyes que son el fundamento sobre el cual debemos levantar una sociedad justa y plena en cuanto a desarrollo, progreso y prosperidad integral se refiere. Por lo tanto, no nos está permitido implantar o reinventar un sistema de adoración o culto que resulten extraños al estilo de vida noájido (estilo de vida que Él mismo Creador le entregó a nuestro padre Noaj y a sus descendientes). Por lo tanto, ligarnos a una forma extraña de adoración, o inventarnos una, es una violación de ese Pacto. ¿Cómo saber que el Pacto que el Eterno formalizó con Noaj y sus descendientes sigue vigente? ¿No vemos, acaso, el Arco Iris cómo se despliega y brilla en medio de la naturaleza? Esta es una de las más fehacientes pruebas que demuestra que el Pacto noájido sigue vigente y presente y que es nuestra responsabilidad mantenerlo vivo, encendido e inviolable.

Fuente

¿Qué te dice el profeta Isaías, hermano noájida?

Hay noájidas que prefieren desoír la ley del Eterno, con muy buenas intenciones por cierto, y se ponen a estudiar Torá, a disertar sobre profetas, a balbucear acerca de pasajes del Zohar, o referirse al Talmud como si fuera su libro de cabecera.
Cuando, sin lugar a un milímetro de duda, la ley del Eterno es muy clara: la Torá (Escrita y Oral, escritos proféticos, escritos sacros, escritos rabínicos, etc.) son del pueblo judío y para el pueblo judío y el gentil que se apropia de ellos está incurriendo en delito grave. Terrible es el perjuicio espiritual para el gentil que se dedica al estudio de la Torá, tal como queda certificado por la norma sagrada:

Un gentil que se dedica al estudio de la Torá, se hace merecedor de la pena de muerte (judicialmente). Solamente debe dedicarse el gentil a estudiar de la Torá aquello que refiere a los Siete Preceptos Universales.
Así mismo, un gentil que hace shabbat incluso en cualquier otro día de la semana, si lo propone como Shabbat se hace merecedor de la pena de muerte (judicialmente).

Ni que decir si ha hecho para sí una festividad de guardar.En general no tienen derecho a inventar una nueva religión ni ejecutar los preceptos de los judíos (que están en la Torá) según su voluntad.Si quiere cumplir con los preceptos de los judíos, que se convierta legalmente al judaísmo y tome sobre sí la responsabilidad de cumplir con los preceptos; si no se convierte, que solamente se dedique a sus mandamientos universales, que no añada a ellos ni les quite.

Si se dedicó al estudio de la Torá (usó tefilín, vistió talit, puso mezuzá, se circuncidó “religiosamente”), o al Shabbat, o inventó mandamientos o festividades religiosas, debe ser castigado; y se le informa que se ha hecho legalmente merecedor a la pena de muerte, pero que su pena no se lleva a ejecución”.

(Maimónides, Mishné Torá, Hiljot Melajim 10:9)

No hay excusas, no hay justificaciones, no hay argumentos, no hay reclamos que valgan, puesto que la ley es muy específica y no deja lugar a pretender otra cosa.
El gentil que hace algo diferente, por más buena voluntad que ponga, está violando la ley de Dios.
El gentil que sabiendo esto se deja arrear como oveja a supuestas clases de Torá -que no corresponden a los límites noájicos- está también violando seriamente la ley de Dios.
El judío que sabiendo esto corrompe el camino del noájida, está pecando seriamente y peor aún, haciendo pecar a otros, cosa que es detestable en gran manera por el Eterno.

Así pues, si desde el púlpito, desde la internet, desde tu grupo de amigos, desde el antro en donde se reunen algunos a rumiar sobre el Tania o jasidut o Cabalá, etc., desde donde sea, cuando no se está respetando este mandato, se está yendo directamente en contra de Dios.

Ahora bien, hay gente que sabiéndolo igualmente inventan pretextos para eludir el texto de la ley, y se ponen a inventar con que el profeta Isaías si es permitido leer y estudiar por parte del gentil.
¿Qué excusa elaboran para hacer convincente esto?
Realmente, no se me ocurre ninguna, porque, leyendo y releyendo cada uno de los párrafos del profeta, solamente veo temas referidos directamente al pueblo judío, a su presente (de hace 2700 años) de ellos, a su futuro, a sus problemas, a su sociedad, a su relación con Dios, a sus despistes, a su gobierno -presente y futuro-, a promesas de una Era Mesiánica que dará al fin armonía y paz a la nación judía, etc.
Circunstancialmente, escasamente, en pocas veces se menciona a los gentiles, la más de las veces para condenar a aquellos de entre las naciones por sus abusos , sus agresiones, su maldad hacia los judíos. Y en algunas oportunidades, contadas con los dedos de una mano quizás, se refiere a los gentiles de forma positiva.
Y esto no es a causa de racismo espiritual por parte del profeta, no es porque Dios no se acuerda de sus hijos de las naciones, no es porque se desprecia a los gentiles, sino lisa y llanamente porque el profeta trabajaba para, entre y por sus hermanos: los judíos.
Al igual que el resto del Tanaj, se trata de asuntos judíos, para judíos, por judíos.
No es una obra dedicada a la humanidad, sino directamente a los judíos y sus circunstancias.
Claro, como los judíos están en el mundo, y el mundo es obra de Dios, y parte de la tarea judía es de ser guías para sus hermanos gentiles, a veces también se toca al pasar la relación con las naciones.
Pero, y que quede claro, el mensaje del Tanaj va dirigido a los judíos, trata de temas de interés para judíos y no se pretendía en su origen (ni en su historia, ni en su destino) que se convirtiera en el best-seller de las naciones del mundo.
Por supuesto que aquello que es apropiado para los noájidas, enseñado por quien corresponde y como corresponde, resulta de enorme bendición para todos.
Pero, esto no da carta libre para que cualquier predicador o ayudante de pastor evangélico se crea capacitado para hacer del Tanaj SU libro, ni dar clases referentes a él, ni tampoco un mesiánico, ni un noájida leal, ni un noájida confundido, ni un budista, ni…. ni ningún otro gentil.
Reitero, para que nadie se sienta ofendido, no es por una cuestión de discriminación negativa hacia los gentiles, sino sencillamente porque los temas no son dirigidos a los hijos de las naciones. Tal como ningún boliviano se puede sentir ofendido o discriminado su la constitución y códigos legales de Indonesia no dice ni una letra acerca de Bolivia y los bolivianos, o si las leyes no se aplican en suelo boliviano y a ciudadanos bolivianos. ¿Se comprende?
Espero que sí, porque teniendo la mente limpia y clara, no castigada por los eslóganes enfermizos de la idolatría y del EGO, es muy sencillo de entender, admitir y compartir.

Ahora, ya que hablamos del profeta Isaías, quiero comentar brevemente un pasaje del mismo:

«Los ajenos estarán presentes y apacentarán vuestras ovejas, y los hijos de los extraños serán vuestros labradores y vuestros viñadores.
Y vosotros seréis llamados sacerdotes del Eterno; servidores de nuestro Elokim os llamarán.
«
(Ieshaiá / Isaías 61:5-6)

Perstemos atención a lo que es una VERDADERA profecía mesiánica, y no esa payasadas que los seguidores del patético colgado quieren hacer creer.
En esta profecía, de la que extrajimos solamente un parrafito, se menciona a los gentiles en la Era Mesiánica, y se menciona a los judíos.
Los gentiles, llamados aquí «ajenos» e «hijos de los extraños», ¿a qué se dedican en la Era Mesiánica?
Veamos… sí, a cuidar del ganado, a trabajar en las cuestiones de la tierra.
Y los judíos, ¿a qué se dedican, según profetiza Isaías?
Veamos… sí, a ser ministros del Eterno, a ser Sus «representantes» en la tierra.

Dime tú querido noájida que te crees valiente como para arremeter con el libro de Isaías, sabiendo que no debes hacerlo; dime, ¿que te enseña este pasaje?
¿Acaso no te enseña que te dejes de hacer religión y te dediques a las cuestiones productivas de este mundo?
¿No te dice, sin dudas, que tu rol sagrado, realmente mesiánico, como gentil es cuidar de que este mundo esté en orden?
¿No está profetizado que debes trabajar la tierra, desarrollarla, hacer que la construcción de shalom sea una realidad en este mundo?
¿No ves que te indica claramente que dejes de usurpar identidades, que dejes de pretender lo que Dios no te ha dado y que no te vengas a mandar la parte de que eres un ministro o líder religioso, cuando eso está absolutamente por fuera de tu competencia  y destino sagrado?

Así pues, zapatero a tus zapatos.
Dios, en su infinita bondad y sabiduría te ha dado un rol excelente: construir shalom en este mundo, a través del cumplimiento de los Siete Mandamientos y sus derivados.
Si haces eso, que los «religiosos» desprecian por considerarlo «poco espiritual», si vives construyendo Shalom, estás siendo 100% espiritual, estás viviendo como Dios te manda, estás ganando tu porción enorme de placer en la eternidad.
Debes dejar que la Torá, la parashá, el shabat, las festividades judías, los símbolos judíos, el idioma de los judíos, la modalidad espiritual de los judíos, sean de los judíos, porque es es lo que Dios ha mandado que hagas.
Pero, si te pones terco en seguir con las mañas del evangélico-mesiánico, que pretende ser mejor judío que el judío, que pretende que todos somos Israel en espíritu, que pretende y pretende lo que no es ni le pertenece… te estarás apartando de la sagrada senda que Dios te ha dado.

Puedes mirar para otro lado, tapar tus oídos, inventar maledicencias acerca de este humilde maestro, burlarte de la sagrada obra de FULVIDA, creerte superior porque te sabes un par de versos del Talmud, amigarte con un rabino mediático, puedes hacer lo que te plazca, pero no es a mí ante quien rendirás cuentas, sino ante Dios.

Ese Dios al que dices servir, al que dices desear adorar, y creo que sinceramente es lo que deseas hacer, pero estás fallando por dejarte llevar por tu ambición, por tu torpeza espiritual, por tu vanidad, por tus sentimientos infantiles, aunque tengas edad para ser mi padre…

Resumiendo, en la sociedad con Dios puedes hacer tu parte, o inventarte otra.
Si haces tu parte, eres realmente un socio de Dios.
Si inventas, pasas a ser una piedra en el camino, un estorbo, o peor aún, un pozo abierto delante del ingenuo que te sigue por el camino de falsedad que con total buenas intenciones has abierto.

Tienes tu porción sagrada, que se llama Siete Mandamientos.
Tienes las noble y sagrada tarea de construir Shalom, de dedicarte a pleno a este mundo, para vivir bien aquí y en la eternidad.
Deja a los judíos con sus cosas, que ellos ya tienen suficiente con sus propios asuntos como para tener que estar ocupándose de los tuyos.

Adelante, a crecer, a construir Shalom.