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Resp. 16 – ¿Fe en un falso mesí­as?

shalom:
¿si un noájida cree en Jesus como el mesias pero no cree que sea Di-os mismo, seguira siendo idolatra o solo estara equibocado como los seguidores de Bar-cojba?
saludos
Ramon Balastegui

Bienvenido, muchas gracias por participar con sus inquietudes.

La primera respuesta a su pregunta podría ser:
¿Y cómo beneficia al noájida y a la sociedad que se sostenga esa errónea creencia en el mesianismo de Jesús?
¿Acaso el noájida hará mejor justicia y más bondad por creer en el mesianismo de Jesús?
¡Ciertamente que no!
Al noájida le basta con seguir los Siete Fundamentos Universales, y las normas derivadas de estos, así como aprender de los buenos ejemplos de los verdaderos sabios y nobles maestros de la Palabra de Luz.

Es totalmente innecesaria la fe en el mesianismo de ese FALSO mesías llamado Jesús (Yeshua, o como quieran denominarlo); puesto que en nada favorece el desarrollo del mundo, y poco aporta a la vida espiritual.

Por otra parte, sería cometer un serio atentado a la Verdad, puesto que como es sabido, Jesús no cumplió siquiera una de las verdaderas profecías que corresponden al Mesías.
(Obtenga más datos al respecto en http://serjudio.com/personas/mashiaj.htm).

Por otra parte, es sabido que mil millones de personas aproximadamente, entre cristianos de diversas denominaciones (entre los que se incluyen a los falsos judíos mesiánicos, netzaritas, etc.) creen en la divinidad de esta persona; más los cientos de millones que tristemente lo han creído en el pasado.
Por consiguiente, depositar cualquier fe o creencia espiritual es Jesús, es depositar la fe en la idolatría, aunque uno no admita abiertamente la divinida de este sujeto.
No sé si me entiende, por lo que le pondré un ejemplo.
Si pesa como elefante, tiene trompa de elefante, orejas de elefante, hiede como elefante, millones le llaman elefante, y en todo parece un elefante… por más que uno o dos digan que es una mariposa… ¡no deja de ser un elefante!
Si uno o dos mentirosos le dicen que usan la imagen de Jesús como mesías, pero no como dios; aunque rezan en su nombre, juran por él, esperan la salvación de su parte, y emplean un libro que consideran sagrado y que lo llama dios… ¡debe ser que es un FALSO dios! ¿No le parece?

Por último, es una completa irreverencia comparar a un fracasado héroe nacional judío, como lo fue Bar Cojba, con un judío que era irredento pecador y que su memoria solamente ha traído dolor y terror al mundo, como Jesús.
Las obras de Bar Cojba, en su momento, lo perfilaban correctamente como el verdadero Mesías, pero a la postre resultó que se quedó en un perfil, no en una realidad.
El pobre pecador Jesús ni siquiera obtiene una calificación mediocre a la hora de postular como Mesías. Nada en la vida de Jesús lo aproxima a la imagen del caro Mesías, del rey de la nación judía; ¡todo lo contrario! Su mito es totalmente compatible con la idolatría abyecta, en nada emparentada con la santidad de Dios.

Espero que mi respuesta le sirva de motivo para aproximarse más a la Luz, y apartarse así del terror de la oscuridad que difunden los enemigos de Dios.

Con deseos de que podamos ser constructores de Shalom…

Lic. Yehuda Ribco
Presidente Honorario de FULVIDA Internacional


Hitler llega hasta la India

La delegaci�n israel� en la India pidi� el mi�rcoles a las autoridades del centro financiero de Mumbai que consiguieran que el restaurante La cruz de Hitler cambiara su nombre.

El restaurante, que se inaugur� la semana pasada, fue promocionado con carteles en los que aparec�a Hitler y esv�sticas nazis, enfureciendo a la reducida poblaci�n jud�a del pa�s.

�Esperamos que las autoridades indias se aseguren que Hitler, como asesino de masas, no logre ninguna rehabilitaci�n�, dijo a Reuters Daniel Zohar Zonshine, c�nsul general de Israel en Mumbai, la antigua Bombay.

El restaurante us� material publicitario en el que se inclu�a una esv�stica roja cortada en rodajas con el nombre del lugar.

Sus propietarios, que quitaron un gran p�ster de Hitler que en un principio hab�an instalado a la entrada, dijeron que eligieron el nombre para diferenciarse entre cientos de restaurantes.

Pero los jud�os que quedan en India -la mayor�a han emigrado a Israel y Occidente a lo largo de los a�os- dicen que podr�an considerar la posibilidad de emprender acciones legales.

Zonshine afirm� que espera que los due�os del restaurante se den cuenta del da�o que su acci�n ha causado a los jud�os.

�Hay un l�mite para los trucos publicitarios. En la India, creemos, si algo como esto da�a los sentimientos de una comunidad, puede ser tratado como una ofensa criminal�, declar�.

Los propietarios del restaurante han asegurado que no ten�an la intenci�n ni de promocionar a Hitler ni la ideolog�a nazi, pero que no cambiar�n el nombre del restaurante.

Tambi�n han afirmado que en octubre abrir�n dos locales m�s en la ciudad con el mismo nombre.

Fuente: Reuters

El sentido de hacer

Tengo poca experiencia de vida, pero este año me han sucedido muchas cosas, algunas “buenas”, algunas “malas”, y pongo entre comillas los calificativos porque todas me han servido para aprender, para crecer, considero que si estamos prestos a percibir el mensaje que está implícito en aquellos acontecimientos que pasan alrededor nuestro tenemos la clave del sentido de la vida, que no es otra cosa que vivir haciendo.

El año comienza cada doce meses y nosotros no planificamos lo que nos va a pasar, lo que no nos puede pasar porque afectaría nuestro quehacer diario, no planificamos siquiera nuestro quehacer diario, solo salimos a hacer.

Pero “hacer” suena muy simple, ¿quizás deberíamos decir “hacer con sentido”?; no creo, pues para mi suena redundante, porque si alguien rompe los vidrios de una tienda, no está haciendo, está deshaciendo, la semántica nos advierte también sobre el sentido de la vida.

En la Torah leemos claramente:

“Y bendijo Dios al día séptimo, y le santificó, porque en él holgó de toda su obra, que creó Dios para hacer “

 

(Bereshit/Génesis 2:3)

 

Cuando leemos que D’’s creó los cielos y la tierra y todo lo que en ellos hay para “hacer” podemos entender “para ser un elemento productivo”, los preceptos que D’’s nos ha dado tanto a gentiles como a judíos, buscan que el hombre no solo “no haga” acciones indebidas, sino que se esmere en “hacer acciones productivas”.

Que no solo tenga conciencia de la existencia de D’’s, sino que también Le agradezca Su interés y amor por su persona; que no maldiga Su Santo Nombre, sino que bendiga cada gusto que D’’s le ha permitido gozar; que no se conforme con no matar, más bien genere vida; que además de no robar, dé abundantemente, que no mantenga relaciones conyugales ilícitas, pero que también viva una vida de pareja a plenitud, buscando la unidad con su pareja cada día, que no coma partes de un animal con vida, pero también que se nutra adecuadamente, que mantenga su organismo saludable.

Y uno de los siete nos dice claramente “hacer” y encierra a los otros seis, instituir un sistema legal y de justicia que permita la convivencia entre los seres humanos con su entorno, que asegure la supervivencia de la Creación y mantenga al mundo en armonía.

Trabajemos ¡YA! en la institucionalización de este sistema que tanta falta nos hace y HAGAMOS un mundo mejor.

Resp. 11 – ¿Infidelidad?

Shalom, estimado More.
Le escribo, para manifestarle mi siguiente inquietud:
Se que aunque para el noájida no esta estipulado literalmente la prohibición del adulterio, hay que respetar esta norma de conducta moral, pero que sucede cuando el noájida se siente atraido (no solamente en lo fisico, sino tambien en lo sentimental), hacia alguien que se encuentra en una relación sentimental con alguien (tanto en el caso de que la persona sea judia o no).
Lo mas obvio es no interferir con esa relación, pero esto también significa reprimir los sentimientos propios. Por lo tanto que es lo mas aconsejable hacer y meditar para alguien en esta situación.
(Le ruego de la manera mas atenta mantener mi nombre y pais en reserva).
Paz.

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Resp. 9 – ¿Conversión al judaí­smo?

CONSULTA:

hola mi nombre es lesly y quiero ser fiel a dios.
actualmente soy cristiana pero quisiera cambiar mi religion al judaismo, tengo varios amigos judios que me han hablado de dios y me a agradado mucho.
quiciera saber como puedo cambiar mi religion y convertirme al judaismo.
confio en que me den una respuesta a mis dudas. gracias Shalom, gracias por escribir.
Lesly Farías

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La historia gemela de Jeroboam – Segunda parte

Por Lic.
Alfredo Zambrano G.


Una historia que se vuelve a repetir:


La historia de Jeroboam, sus infidelidades, su caída
y destrucción, es la triste y nefasta realidad que ha sacudido y
está sacudiendo hoy los mismos cimientos de la creación y de la
humanidad, pues representa de manera contundente la verdadera cara
del Cristianismo y sus orígenes. Amigos míos, la historia del
Cristianismo, y la de sus hijas (Protestantismo, Mesianismo,
Netzaritas, etc.), no es otra cosa que la misma historia de Jeroboam
y su reino, pero con otros nombres y en otras fechas.

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La historia gemela de Jeroboam – Primera parte

Por Alfredo Zambrano G.


Le invitamos a
que lea con paciencia, con dedicación y mucho esmero este
texto que ha sido cuidadosamente elaborado para su
instrucción y desarrollo en la vida noájida.



“Yo, pues, te tomaré a ti, y reinarás sobre todo lo que
deseare tu alma, porque serás rey sobre Israel. Y sucederá
que si obedecieres todo cuanto te mandare, y anduvieres en
Mis caminos, e hicieres lo recto a Mis ojos, guardando Mis
estatutos y Mis mandamientos, como lo hizo David, Mi siervo,
entonces Yo estaré contigo, y edificaré para ti casa segura,
como la edifiqué para David; y a Israel te la daré a ti”.


(1 Reyes 11: 37-38)

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Ocurre en el Oriente

*Julio Mar�a Sanguinetti
Ex Presidente de la Rep�blica O. del Uruguay*

 La simplificaci�n vulgar presume que la guerra que hoy afecta a Israel
y El L�bano es algo nuevo. En el propio mundo �rabe se est� hablando hoy de la
6�. Guerra.

La verdad hist�rica nos dice que ella empez� el mismo d�a del
nacimiento del Estado israel�, en 1948, y no ha cesado a�n, con la
alternancia de per�odos de fuego y sangre con otros de diplomacia armada.
No ha habido un d�a de sosiego, desde aquel lejano tiempo en que, bajo el
influjo emocional del Holocausto perpetrado por los nazis contra el pueblo jud�o,
la organizaci�n internacional se decidi� a reconocerle un hogar que
le diera asiento, en el que pudiera reencontrarse con sus tradiciones ancestrales
y construir su nuevo tiempo.

Esa idea que gan� espacio en el mundo civilizado, necesit�, desde
el primer d�a, de la voluntad de lucha del pueblo israel�. Fueron entonces los
gobiernos �rabes los que no aceptaron ni siquiera la creaci�n del otro Estado,
el palestino, y desataron una guerra dirigida a impedir que aquel
balbuceante Estado jud�o se consolidara. Esa guerra, esa misma guerra, es la que
hoy contin�a, con un conjunto de Estados u organizaciones isl�micas
que propugnan su desaparici�n, bajo la misma horrenda consigna repetida por tantos
labios y que en los �ltimos meses ha reflotado el Presidente del
Ir�n en su versi�n original: "Borraremos a Israel de la faz de la tierra".

Nadie de buena fe puede ignorar que este es el hecho central del conflicto,
aunque los escenarios hayan ido cambiando. Todo lo que transcurre
alrededor es accesorio a esta circunstancia nuclear: en el mundo �rabe
siguen existiendo grupos isl�micos, que son gobierno en algunos Estados como Ir�n
y Siria, cuya pol�tica es la destrucci�n de Israel y el exterminio del pueblo jud�o.

A partir de esa definici�n, que parece ignorarse, no hay duda de que
el escenario ha ido modific�ndose y presenta hoy caracteres propios.
Israel ya no es el mismo d�bil Estado de 1948. Pero tampoco es la vigorosa naci�n
militarizada de "La guerra de los 6 d�as" de 1967 o de la de Yom
Kippur en 1973. Su �xito ha sido darle bienestar y cultura a su gente. Como consecuencia,
cada vida duele m�s y la movilizaci�n de sus j�venes es un
sacrificio que crece d�a a d�a. Frente a unos enemigos que siguen pobres pese a la riqueza
petrolera de sus Estados y sus �lites, y que – en esa pobreza y la ignorancia que ella
provoca- son f�cil presa para un extremismo violento e ilimitado.

Los Estados �rabes tampoco ya son lo mismo. Egipto, Jordania,
la Arabia Saudita, han crecido, se han desarrollado y han pactado -expresa o t�citamente-
la paz con Israel hace muchos a�os. Y cuesta imaginar que retornen a la guerra. Pero est�n
amenazados desde adentro por esas corrientes fundamentalistas que resquebrajan su unidad
nacional y aspiran a conquistar el poder, por las buenas o m�s bien por las malas, en una
regi�n donde no hay sistemas democr�ticos. Frente a ellos los Estados fundamentalistas, Ir�n,
Siria, inmensamente ricos por su petr�leo, arman una nueva guerrilla, el Hezbollah, que no
representa una reivindicaci�n territorial, o un pueblo en busca de destino. El enfrentamiento
de hoy es con esa organizaci�n, cuyo �nico objetivo es, lisa y llanamente,
la destrucci�n de Israel.

Los palestinos, a su vez, tambi�n han cambiado. Tienen ya su propio Estado,
reconocido por Israel, e intentan una d�bil experiencia democr�tica, con
un gobierno de quienes integraron una organizaci�n terrorista y hoy tratan de reconvertirse.
Israel unilateralmente les ha devuelto la franja de Gaza, pero ellos no han podido controlar
a lo que, desde all�, al d�a siguiente de recibir graciosamente
ese territorio, han vuelto a disparar cohetes contra la poblaci�n jud�a de la zona. Todo ese
pueblo palestino, que quiere la paz, porque incluso vive del trabajo que Israel le ofrece,
es pe�n de estrategias que le son ajenas: le usan de bandera quienes quieren la guerra, le
tironean hacia un lado y hacia el otro las facciones religiosas que dividen el mundo isl�mico
y son idealizados por los occidentales que por una raz�n u otra asumen un pacifismo c�mplice
con el terrorismo, mientras sus presuntos protectores -enriquecidos- no les brindan el amparo
que f�cilmente podr�an regalarles. Esos palestinos saben que tendr�n que entenderse con los
jud�os y los israel�es y saben tambi�n que tendr�n que convivir con ellos, por los siglos
de los siglos.

Europa, rica, bien comida y bien vivida, da volteretas en nombre de intereses
variados. Le teme a sus minor�as isl�micas y en consecuencia, no est� dispuesta a decir
una palabra a favor de Israel. Tampoco arriesgar�a un soldado propio porque su impotencia militar
ya es definitiva luego de que en Kosovo, en su propio suelo, hubo de acudir a los norteamericanos
para que salvaran – paradoja- a una minor�a isl�mica amenazada de extinci�n.
Simplemente juega un rol pol�tico que maneja publicitariamente, pensando ego�stamente en sus electores
internos, sus intereses econ�micos en la regi�n y la tranquilidad de sus barrios de inmigrantes.
Hace pie en los errores norteamericanos, algunos monumentales como esa guerra sin fin ni
destino del Irak, e intenta salvar su rostro ante unos y otros sin arriesgar nada.

El otro gran actor, este s� que fundamental, es el extremismo. El islamismo radical
jihadista viene creciendo hace a�os, el mundo chiita va imponiendo su visi�n primitiva del mundo
y ha logrado golpear no solo a Israel sino al coraz�n de Occidente. Los atentados contra Nueva York y
Madrid le han dado conciencia de su poder. Ahora tiene de reh�n al pobre L�bano, una vez m�s v�ctima de
conflictos que le son ajenos. Los oportunistas temerosos de Occidente prefieren refugiarse en la teor�a
de que esas bombas se las debemos a Bush y a Aznar, desconociendo que ellas estallar�n contra todo aquel
que no se resigne a que triunfe su visi�n teol�gica intolerante, racista, esclavista de la mujer y enemiga
de las libertades individuales.

La guerra es siempre un exceso y los muertos nos duelen a todos. Podemos discutir la an�cdota puntual,
quien tir� primero o quien tir� despu�s, quien da�� m�s o menos civiles (que siempre caen en la
atrocidad b�lica). Pero no nos equivoquemos: m�s all� de las v�ctimas, en ese escenario del Cercano Oriente,
vuelven a enfrentarse los valores autoritarios de la religiosidad fan�tica contra los principios de quienes
creemos en la libertad pol�tica, en el Estado de Derecho, en la vida democr�tica, en la plenitud de
los esp�ritus que solo la sociedad abierta ofrece.

Un hombre por la libertad

Reci�ntemente se ha estrenado en Venezuela una pel�cula biogr�fica sobre aquel latinoamericano cuyo nombre est� grabado en el Arco del Triunfo de Par�s, y su estatua erigida frente a la del general Kellerman en el Campo de Valmy, su retrato colocado en la galer�a de los personajes del Palacio de Versalles, aquel a quien tres continentes vieron luchar decididamente por sus ideales; estamos hablando del hombre que mereci� de Napole�n Bonaparte el elogio de: ". .. Este Quijote, que no est� loco, tiene fuego sagrado en el alma…"  y del que Bol�var dijo: "… el m�s ilustre colombiano…", ese que trajo a la Am�rica Hispana, gracias a sus relaciones con los precursores de nuestras independencias, las ideas de libertad, igualdad y fraternidad, aquel que un 28 de Marzo de 1750, en la ciudad de Caracas, nac�a, para situarse en el pedestal que los hombres han destinado a sus l�deres m�s sobresalientes, Sebasti�n Franciso de Miranda, "el criollo m�s culto de su tiempo". 

En su largo periplo por este mundo, este caraque�o, descendiente de canarios, Venezolano de Espa�a, particip� en la independencia de las trece colonia de Norteam�rica, batall� en las fronteras francesas mientras se agitaban las calles de Paris al son de la marsellesa, form� parte de los ej�rcitos rusos, siendo amigo de la Zarina Catalina de Rusia, predic� a los j�venes militares criollos la doctrina de la emancipaci�n, de la autoadministraci�n de las tierras meridionales, de la independencia de la metr�pol�s espa�ola, gan� mentes y voluntades a favor de la causa revolucionaria en nuestros pa�ses latinoamericanos, dirigi� �l mismo una expedici�n en la cual daba comienzo a los movimientos independentistas latinoamericanos, dise�� la bandera de tres naciones del norte de Am�rica del sur, y fu� el pensador de Colombia, de una naci�n �nica suramericana, fue el occidentalizador de los patriotas.

Sus inicios los di� en la Universidad de Caracas, donde se gradu� de Bachiller, para 1771, este muchacho de apenas 21 a�os, zarpa a tierras peninsulares con el prop�sito de servir en el ej�rcito real, para 1774 luchaba en la defensa de Melilla, contra las fuerzas del Sult�n de Marruecos y luego se encamina en la expedici�n contra Argel, a�os m�s tarde se encontraba en el continente norteamericano defendiendo la plaza de Pensacola, donde por primera vez vislumbra los cambios que deben reproducirse en su patria; una patria que a�n permanec�a en el sue�o, en la fantas�a, puesto que la patria para los nacidos en la Am�rica hispana se hallaba a distantes millas n�uticas del suelo que ve�a nacer mestizos y puros. Es edecan del general Juan Manuel Cajigal para 1782, y junto a ï¿½ste libra la expedici�n naval que parte de Cuba para conquistar las Bahamas, negociando �l una capitulaci�n, derrota tras derrota, regresa a suelo espa�ol para ser acusado de traici�n, por lo que huye a la nacida recientemente rep�blica norteamericana, donde estudia m�s detenidamente el proceso y frecuenta a personajes como Washington, La Fayette, Hamilton, Paine, esbozando su proyecto de constituir a la Am�rica hispana en un Estado independiente de la Corna Espa�ola.

Inglaterra le sirve de residencia por largos a�os, persigue a�n la idea de crear la Patria Am�ricana; Miranda lleg� a dominar seis idiomas e incluso tradujo del griego y el lat�n, cultiv� una biblioteca que lleg� a preservar 6.000 vol�menes, en su mayor�a representativos de la cultura del siglo de las luces.

Viaj� por gran parte de la Europa, conoci� la cultura de esos pa�ses, se nutri� de sus artes, ciencia e historia, enriqueci� su idea, sus proyectos, pidi� financiamiento, pero no lo obtuvo, recibi� tareas que le valieron m�s honores que una simple ayuda militar y nunca la consigui�.

Para 1792, Miranda, amigo del Alcalde de Par�s, Jer�nimo Peti�n, es nombrado Mariscal de Campo del Ej�rcito Revolucionario Franc�s, cosechando en poco tiempo las victorias de Morthomme y Briquenay, para luego coronar con Valmy, se ve envuelto en intrigas y casi muere en la guillotina en Francia y decide regresar a su residencia en Londres, donde reanuda sus peticiones para hacer la independencia en latinoam�rica, tras fracasar en su intento de motivar a ingleses y norteam�ricanos en la financiaci�n de su proyecto no se abate sino que decide emprender solo su misi�n, el 3 de agosto Miranda pisa suelo venezolano, izando la bandera tricolor colombiana, pero no consigue el apoyo popular y tiene que huir de manos del ej�rcito realista, cuando la Junta Suprema de Gobierno de Caracas viaja a Londres en busca de su apoyo para la constituci�n de la primera rep�blica del continente, viaja a Caracas e integra el congreso constituyente, sus intervenciones y las de sus pupilos hacen tomar la decisi�n definitiva de adoptar la independencia y crear un gobierno federal en los territorios, hasta ese momento, pertenecientes a la Corona Espa�ola.

1812, Bol�var pierde la plaza del Puerto Cabello y Miranda se ve obligado a Capitular, lo que no les gusta a los mantuanos venezolanos y lo denuncian y lo entregan al gobierno espa�ol, quien lo hace prisionero hasta su muerte, en el arsenal de la Carraca, en la prisi�n de las cuatro torres. 

Su misi�n la seguir�a el joven Bol�var en el norte y San Mart�n y Art�gas en el sur de nuestra Am�rica. 

Hoy, orgullosos de contar con estos ejemplos de personas podemos hacer realidad los sue�os y fantas�as que una vez pensaron estos hombres, no solo ser republicas independientes, sino hacer cada d�a de esas rep�blicas independientes nuestro suelo, hacernos nosotros m�s iguales y respetarnos, hermanarnos y construir la justicia y equidad.

Cu�ntanos tu opini�n acerca de este art�culo.

Andr�s Cordov�s, Venezuela. 

¿Final o principio?

Está escrito: "¡Por tanto, dice Hashem, esperad el día en que me levante para ser testigo! Porque tengo determinado reunir a las naciones y juntar los reinos para derramar sobre ellos mi enojo, todo el furor de mi ira. Porque toda la tierra será consumida por el fuego de mi celo."
(Tzefoniá/Sefonías 3: 8)
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