A veces solemos descalificar a otras personas, por su nacionalidad, por sus creencias, por sus estilos de vida, por sus filosofías; en definitiva, por aquello que a ellos los hace feliz. Si bien es cierto que el proselitismo está permitido para que otros conozcan algunas verdades esenciales, no es de sabios irrumpir en la vida de otros; por esto no nos compete a nosotros juzgar lo que a ellos les parece “bueno” para sus vidas si a nosotros no nos “gusta”.
El miedo es el motor que impulsa los destinos de la humanidad, cuando Adam materializó el pecado al cual estuvo expuesto desde el momento que fue hecho, sintió miedo, y fue allí cuando optó “esconderse de la presencia del Eterno”; pero hasta allí, hasta ese umbrío recodo de su personalidad fue su Creador y le inquirió con la autoridad que posee el “Uno y Único” “¿Dónde estás tú?”. Esta pregunta debió impactar al primer ser humano, pues es dificil a veces para nosotros definir eso: ¿Dónde estamos?, acaso ¿hemos avanzado?, nos hace reflexionar y nos llama a la introspección, pues no creo que le estuviera preguntando fatuamente en qué lugar geográfico del mundo se hallaba, sino que le llamó a ver al estado al que había llegado, a mirar la santidad que le rodeaba, y a compararse, a re-situarse, el llamado no fue impositivo, tan sólo se limitó el Señor de Todo lo que hay a hacerle la pregunta que surgirá en nuestras conciencias siempre, ¿Dónde estás tú?.
Esta pregunta no la hizo Eva, ni la hizo el Serpiente, ni algún ángel, la hizo D’ a Adam, y él respondió, sinceramente, sin esconderse más, ¿cómo podría el que yerra huir de la Presencia de D’ Bendito?
“Tu voz oí en el jardín, y temí porque estoy desnudo; y me escondí.”
Muchas personas se esconden inconciente y concientemente del Eterno, huyen a la verdad, prefieren mantener su estatus quo, ignoran que es sólo una droga espiritual, un letargo que poco a poco va carcomiendo el alma; imagínese entonces usted, que va de fisgón, de metenarices a un borracho y trata de llevarle a la fuerza, primero sucederá que todo el camino que recorran éste no lo recordará al siguiente día y segundo y en el peor de los casos, habrá puños por doquier y usted no avanzará ni hará avanzar a ninguno; imaginese nuevamente que ahora es un ciego al que va a conducir, ¿se siente usted los ojos de él? ¿puede conducirlo quitandose sus propios zapatos y siendo esa persona?
Conozco a una persona con problemas de la visión en su ojo derecho, para poderla trasladar de algún lugar a otro, hay que colocarse de ese lado de su persona y enajenarse de la visión en el ojo izquierdo (fue mi técnica hacerlo, para cumplir mi cometido), así podía ser su ojo derecho sin problemas, porque el trabajo fue común a los dos; mismo pasa con alguien cuyos ojos espirituales ya no ven, cuyo equilibrio está turbado por el alcohol que ofrecen las iglesias y cultos variados que pululan en nuestra sociedad.
No sea usted el que llame a otros con un “¿Dónde estas tú?” sea aquel que le ofrece su mano amiga, su casa en la hora de almuerzo, sus servicios en cualquier momento, no lo recrimine, ni aún en su interior, no lo juzgue ni siquiera en su pensamiento, evite hacerlo, evite la confrontación, ocupese de la empatía; muchos han vivido cultos tóxicos, muchos han desviado la senda, muchos se han escondidos alguna vez de la Presencia de D’; no le será dificil comprender.
Algunas veces es necesario, porque aquella persona hace referencia al tema, responder de forma tal que no hagamos sentir mal al compañero, pero con la claridad necesaria para defender la Verdad, pero esto no es fácil para muchos, pues cada quien es un mundo y siempre miramos desde nuestro ángulo las cosas; debido a ésto muchas veces sólo bastará con un brevísima y muy precisa respuesta. ¿Qué opinas tú del diablo?: Que no existe; ¿Por qué dices eso? la biblia hace mención de él: Busca primero el versículo que use ese término y luego seguimos discutiendo; Habla de un ángel caído: Repito, sólo busca el versículo que diga “y expulso D’ al diablo del cielo y se volvieron enemigos” para continuar, antes no tiene sentido hacerlo; Pero, si no existe el diablo, ¿Qué pasa con la gente que se porta mal?: Lo mismo que pasa con una persona que tiene un exámen la próxima semana y pierde su tiempo y sólo estudia la noche anterior, saca mala nota, pero como el resto de los alumnos se presenta en el salón de clases y es evaluado por el mismo profesor, y probablemente éste le de la oportunidad de “repetirlo”, porque en este caso hablamos de un profesor Misericordioso, que cela Su Creación, cuyo fin es la Salvación.
Estoy segur, ya me ha pasado, que harás más si respondes así que intentando ser misionero de algo que aún es “desconocido” para el común denominador.
Te invito a tí, a unirte a un equipo de personas que no tilden a la gente, que no sometan a juicios y prejuicios las conductas de otros y que trabajen primero en si mismos y den el ejemplo sabiamente a los demás con hechos y con respuestas claras, no con teologías muy complicadas y retazos de libros que no son parte de nuestra herencia, aunque a nosotros nos sirvan para “pulir el conocimiento”