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La bendición de ser IRHE SHAMAIM.

Este escrito va dedicado a las personas que
pudieran sentir cierta soledad al no pertenecer,
  a pesar de ser creyentes del Único Dios, a
ninguna religión organizada como tal. Gran error.

Antes de nada decir que yo me he visto en tal
situación durante algún tiempo, hasta que pude madurar mi espiritualidad
gracias, sobre todo,
  a conversaciones
mantenidas con el Lic. Yehuda y que han posibilitado darme cuenta de las
bendición que es, llegar a ser un creyente gentil. Por otra parte, durante toda
aquella época, pretendía ser lo que no era, si no somos judíos, simplemente no
lo somos; es posible que deseemos la conversión, pero no es necesaria, Dios es
el único Dios para todos, para toda la humanidad:

Veamos, volvamos nuestra vista al Bereshit,
(génesis) (Advertencia: esto no es un estudio de la Torah, un estudio serio de
ella supone una preparación especial que sólo un erudito estudioso de la misma
posee, principalmente un rabino)

 Si lo
comparamos con las mitologías o leyendas de otras tradiciones culturales, nos
damos cuenta enseguida que la mayoría de los dioses de otras épocas son
descritos como dioses de una ciudad, de un pueblo (la denominación de Dios de
Israel no debe llevarnos a equívocos, obedece a motivos que exceden este
artículo)… en el Bereshit Dios es el Creador de toda la humanidad y, algo muy
importante, establece una relación con su creación.

Si seguimos la comparación con mitos y leyendas
vemos que normalmente el hombre es una creación debido a un error (mitos
indios) y resultado de muchos ensayos de humanos diferentes, también debido a
que los dioses necesitan esclavos, (mesopotamia), etc. Frente a ello el primer
libro de la Torah
nos muestra que El Creador hace al hombre a su imagen y semejanza (¿Qué más prueba
de la dignidad que nos reserva? ¿qué más prueba que nuestra soledad es
ficticia?) y, además, se relaciona con él dando libertad (por ello haciéndonos
responsables de nuestros actos) y realizando pactos, acuerdos, alianzas… es
decir, sin imponernos nada. (¿Qué más prueba de su misericordia?)

Mucha gente suspira por pertenecer al pacto que se
realizó con Abraham, Isaac y Jacob… pero se olvidan que ya antes, (Abraham no
aparece hasta el capítulo 12) ya se
había celebrado un pacto con toda la humanidad en la persona de
Noaj (Noé). Cumpliendo lo pactado en esta alianza el gentil cumple su misión en
la tierra en espera del mundo venidero.

Regresemos 
la lectura del Bereshit; Hemos visto que nos muestra a Dios, un único
Dios creador de todo el género humano, que “se preocupa” por su creación, no es
un Dios lejano que se aisla, sino que busca una relación con el ser humano. Y
vemos también que el plan inicial es la que el ser humano sea feliz, lleno de
dicha. Pero esta dicha que Dios nos había reservado en el primer tiempo, se
rompe por el propio ser humano, la confianza se rompe, pues el ser humano va a
confiar más en otro ser (la serpiente) antes que en su Creador.

Se produce una separación, que no ruptura
(enternece leer lo escrito en el versículo 21 del capítulo 3 en pleno proceso
de expulsión del paraíso), con su Creador y por ello con su propia naturaleza,
y a la postre, separación con otros seres humanos.

Dicha separación será el comienzo del sufrimiento
humano, y el nacimiento de una añoranza, de un anhelo de regreso al paraíso
perdido, de vuelta con el creador.

La misericordia de Dios es infinita y no se agota
en un acto de deslealtad, de falta de confianza, y no nos abandona. Dios
nos va a facilitar un camino para mitigar ese anhelo y todo ello a pesares que
esta separación que se había iniciado con Adán se ha ido incrementando en las
sucesivas generaciones (y el hombre ha ido adorando a sus propias invenciones),
a pesar de todo ello, Dios vuelve su vista a la humanidad representada en un
hombre: Noaj, para celebrar un nuevo pacto, una nueva alianza.

En una humanidad cada vez más corrompida, más
orgullosa (falta de humildad) más desleal con su creador… más alejada de Él, un
hombre va a merecer el Favor Divino. ¿El motivo? La Torah sólo nos cuenta de
Noaj que era un hombre recto y honrado y andaba en los caminos de Dios (6: 9)
De otras motivaciones nada se dice, la tierra estaba corrompida y llena de
crímenes y violencia, todo ser viviente se había corrompido en su camino en la
tierra (6: 11,12) pero Noaj era probo y justo, que andaba en los caminos del
Señor.

Aquí tenemos la esencia de la relación correcta
con el creador, la confianza en Dios, y en sus caminos, la rectitud (“Mi escudo
es con Dios, que salva a los justos de corazón”, salmo 7: 11).

La vida recta de Noaj, favoreció la relación con
Dios, del mismo modo que la vida del malvado hace que se hunda él mismo
(“<<El malvado>> se cava un pozo y cae en él, en el foso que él
mismo hizo”, salmo 7: 16).

¿Qué aprendemos?

Dios nunca ha abandonado al género humano, es éste
el que, mal usando su libertad, se aleja de Dios. Y el hombre recto se halla
cerca de Él.

Volviendo a Noaj: gracias a su rectitud se va a
establecer un nuevo pacto, vigente a día de hoy, un pacto no diferente al que
Dios había ya inscrito en nuestros corazones (y que permitía la justicia innata
de aquellos que Le buscan, confían y Le son leales) y se va a concretar en una
serie de normas básicas para una vida recta en los caminos del Señor:

Estas normas son concretan las siguientes Mitzvot, mandamientos que todo ser humano debe
cumplir:

1. Creer en la unidad y unicidad de Hashem; No idolatría

2. No adorar otros dioses; No blasfemia

3. No asesinar; (desde Caín y Abel… que ofensa al propio Creador)

4. No robar; Nuestro sustento hay que ganarlo por medios dignos y honrados

5. No mantener relaciones sexuales prohibidas; las relaciones sexuales
incorrectas que tanta inmadurez provocan a la par como causa y efecto

6. No comer carne de un animal vivo; Al hombre se le da el dominio sobre otros
seres, se convierte en guardián y continuador de la obra divina. El causar
sufrimiento innecesario nos aleja de la bondad inicial y, por tanto, también
nos aleja del que es BUENO.

7. Instituir un Código Legal; Es, en cierto sentido, continuar la labor
divina estableciendo normas de justicia (no se habla de leyes sin más u otras
normas, desgraciadamente la historia nos muestra demasiados casos de normas de
diversos gobernantes que no han sido precisamente justas) que faciliten la
armonía.

Cada uno de ellos ha sido suficientemente explicado y desarrollado otros
textos que el lector puede encontrar en está página web. De todas formas un
mero recordatorio explicativo de estos hermosos y sencillos preceptos que
encauzan a esta vía podría ser: Evitando la idolatría y la blasfemia se está
posibilitando una relación sin estorbos, ni intermediarios con nuestro Creador
(en Él confiamos, sólo en Él, ni en ídolos ni otras falsedades, sólo en sus
caminos, no en los creados por hombres u otros seres)

Evitando el asesinato, el robo, eliminamos la mayoría de males que aquejan a
la humanidad. Evitando el adulterio y otros usos indebidos de la sexualidad,
evitamos sufrimientos (al igual que no haciendo sufrir innecesariamente a los
animales) a la par que establecemos una vida sana, alejada de la mentira y base
de una sociedad estable.   

Basados en estos principios, la creación de normas y tribunales de justicia
(repito: DE JUSTICIA) sirven para superar las posibles diferencias entre
hombres y evitar las maldades que tanto han dañado el camino de los hombres
sobre la tierra.

Sólo quiero recalcar dos cosas:

                         
Noaj no halló la gracia ante Dios
por ser de una nación, raza o tribu en concreto, ni por haber hecho grandes
cosas, sino por ser justo y confiar en
su Dios.

                         
Dios nunca, a pesar de nuestras deslealtades, nunca nos ha
abandonado;
  siempre ha estado cerca de
aquellos que se han mantenido en sus caminos: (“El Eterno se acerca a todos los
que Le llaman, a todos los que Le invocan en verdad” Salmo 145: 18) Es nuestra
responsabilidad el camino que escogemos.

Si con la expulsión del paraíso se produce una separación del hombre de su
Creador, estos preceptos facilitan el acercamiento y preparan correctamente al
hombre para que ocupe su lugar en le mundo venidero (OLAM HABÁ). Sólo cumpliendo
adecuadamente estos preceptos un gentil, se convierte en un Jasid Umot Haolam,
un piadoso entre las naciones, la observancia de estos preceptos nos hace
hombres justos y rectos; en otras palabras:

Nos hacemos semejantes a aquel Noaj que un día halló
gracia y misericordia a los ojos de Dios.

Por todo ello no dejo de sentirme orgulloso de ser un Benei Noaj.

Palabras

En la búsqueda incesante de la luz de la Torá para la vida del gentil justo, en el estudio presentado por el more Yehuda encontramos un interesante consejo para todos aquellos que buscamos el conocimiento de lo que Hashem quiere que hagamos como gentiles justos de este mundo al cual nos llamo a juntamente con el pueblo de Dios “Israel” un mundo mejor.
Espero podamos aprovechar estos fundamentos pilares y sobre todo veamos las ventajas de lograr cuidar nuestra lengua, pronunciando así bendiciones simplemente y dándole de esta forma el uso adecuado.
Gracias al More Yehuda por permitir la publicación del presente y que podamos hacer de esta Palabra “PALABRAS” una buena adaptación a la vida gentil.

Comentario de la Parashá Matot
PALABRAS
Lic. Prof. Yehuda Ribco // Tammuz 18, 5765 – 25/7/2005
El tema que da comienzo a esta parashá es el valor que tienen los votos o juramentos que la persona hace:
«Cuando algún hombre haga al Eterno un voto o un juramento asumiendo obligación, no violará su palabra; hará conforme a todo lo que ha salido de su boca.» (Bemidbar / Números 30:3)
Si bien la Torá específicamente habla de éstos, y del deber de preservarlos, el sentido es más amplio e incluye a todas las palabras que decimos.
Como sabemos, desde su mismo comienzo la Torá pone un énfasis particular en las palabras, no en vano se nos narra que el Eterno creó el Universo por medio de la palabra creativa, tal como dice:
«Entonces dijo Elokim: ‘Sea la luz’, y fue la luz.» (Bereshit / Génesis 1:3)
No en vano la bendición verbalizada (así como su contraria) tiene un considerable lugar, tal como vemos en el versículo que reza:
«Bendeciré a los que te bendigan, y al que te maldiga maldeciré» (Bereshit / Génesis 12:3)
Ciertamente la primera palabra, la del Eterno, es fuente de todo, de bienes y también de pesares:
«¿No es Mi palabra como el fuego y como el martillo que despedaza la roca?, dice el Eterno.» (Irmiá / Jeremías 23:29)
Así mismo, pero a su respectivo nivel, es la palabra humana: capaz de generar/atraer lo bueno como lo letal.
La palabra de la persona ordinaria, no solamente de los grandes espirituales -de los tzadikim-, es poderosa y puede provocar calamidades innumerables o re-crear mundos armónicos.
Es por esto que la persona no debiera maldecir, ni tampoco decir cosas negativas sobre otros y especialmente de sí mismo. Pues, el poder creador y destructor de la palabra es inimaginable.
Cuando una persona piensa que su palabra es inefectiva, es que realmente no conoce el poder que está detrás de ella. Toda palabra, breve o ampulosa, premeditada o impulsiva, amorosa o letal, toda palabra cuenta con un enorme poder. En nuestra cara Tradición, desde incluso antes de la entrega de la Torá en Sinaí, se conoce el poder y valor de la palabra, y se lo continúa reconociendo. La palabra santifica el vino del kiddush de Shabbat y lo hace un objeto de santidad en lugar de un elemento de perdición. La palabra santifica el enlace matrimonial en los kiddushin cuando el novio se consagra y consagra para sí a su novia.
La palabra pide paz antes de salir a la guerra (ver Devarim / Deuteronomio 20:10).
En un resumen hecho por el más sabio de los mortales:
«Las palabras de la boca del sabio son agradables, pero los labios del necio causan su propia ruina.» (Kohelet / Predicador 10:12)
Actualmente, y al parecer sin contacto con nuestra Tradición, en el conocimiento profano existe una cada vez más poderosa corriente que reafirma sin dudas el poder de la palabra, por ejemplo: la PNL, la escuela de Palo Alto, el psicoanálisis de Lacan, entre otros. Al parecer los modernos buceadores del ser humano están encontrando el camino hacia lo que nuestra Tradición ya enseñaba desde hace milenios: el poder de la palabra.
Este especial don de la humanidad, el poder del verbo, no debe ser usado impropiamente o con ligereza, por lo cual vamos a transcribir nueve principios dictados por el eminente sabio del siglo 18, el Jofetz Jaim, con respecto a shmirat halashon -cuidado de la lengua-:
1. Es maledicencia dar una imagen negativa de alguien, aunque sea cierto; y es una infamia cuando es una falsedad.
2. Es maledicencia dar información acerca de alguien que le pueda causar un daño físico, financiero, psicológico o espiritual.
3. Es maledicencia humillar a alguien, aunque sea en broma; también lo es el contar historias avergonzantes de personas que no están presentes.
4. La maledicencia no se limita al habla, incluye también la vía escrita, el lenguaje corporal y las insinuaciones.
5. Es maledicencia hablar contra de una comunidad, raza, grupo étnico o grupo etario.
6. No se debe hacer maledicencia ni siquiera con la propia esposa, los familiares o con los amigos cercanos.
7. No se debe repetir maledicencias incluso cuando sean conocidas por mucha gente.
8. Hay que abstenerse de chismosear: no repetir a la gente las cosas negativas que se han dicho respecto a ellos, pues esto puede llevar a innecesarios conflictos.
9. No se debe escuchar maledicencia o chismes. Se debe dar el beneficio de la duda.
Nuestra palabra, verbal o por otro canal, es nuestra conexión tanto con lo Alto como con el alma de nuestro prójimo. Lo espiritual no puede ser tocado por armas, puños, fuego u otros elementos materiales. Pero las palabras, así como el amor, o cualquier otro sentimiento manifestado penetra la capa de materia y se interna hasta lo más íntimo en el ser del prójimo.
La palabra es la que nos une realmente, o la que nos distancia realmente. Por esto, en Cterapia empleamos la herramientas conocida como «Comunicación Auténtica», de la cual ya hemos hablado extensamente en otras ocasiones. Sus cuatro pilares son:
1. Intentar ser auténticos.
2. No querer dañar ni recibir daño.
3. Respetar y querer ser respetado.
4. No dar nada por supuesto ni presuponer, sino averiguar con calma.
Los cuatro pilares están sustentados en una vasta teoría, pero sin dudas que encuentran un arraigo en la Tradición, prestemos atención a los versículos siguientes del capítulo 12 de Mishlei / Proverbios:
1. Intentar ser auténticos: «El labio veraz permanecerá para siempre; pero la lengua mentirosa, sólo por un momento.» (19)
2. No querer dañar ni recibir daño: «Hay quienes hablan como dando estocadas de espada, pero la lengua de los sabios es medicina.» (18)
3. Respetar y querer ser respetado: «En la transgresión de los labios hay una trampa fatal, pero el justo saldrá bien de la tribulación.» (13)
4. No dar nada por supuesto ni presuponer, sino averiguar con calma: «El insensato al instante da a conocer su ira, pero el que disimula la afrenta es prudente.» (16)
La ventaja de emplear esta herramientas es triple:
1. La persona va aprendiendo a expresar sus propios sentimientos a la vez que respetando los de su interlocutor.
2. La persona trata de entablar un diálogo y no meramente participar de un monólogo de a dos.
3. La intención de la palabra es de construir y nunca para destruir, en armonía con la divina Voluntad.
Sería realmente provechoso que más gente aprendiera el uso de esta herramienta, y de este modo dar a la palabra el lugar que le corresponde: de creación y crecimiento.
¡Les deseo a usted y los suyos que pasen un Shabbat Shalom UMevoraj!
¡Qué sepamos construir shalom! Moré Yehuda Ribco

Uno hace la diferencia- Lic. Yehuda Ribco

Tema publicado con la autorización del More Yehuda Ribco
UNO HACE LA DIFERENCIA
Lic. Prof. Yehuda Ribco // Tammuz 22, 5763 – 22/7/2003
Tomado de la Parasha Bemidbar Matot (“Tribus”)
Este corresponde leer la parashá llamada Matot («Tribus») junto a Masei («Etapas»), que son la novena y la última del cuarto tomo de la Torá, el sefer Bemidbar, conocido en español como «Números».
El mundo es tan diverso, son tantas las actividades humanas, variadas líneas de conocimiento nos cruzan, innumerables son los campos de estudio y acción, que difícilmente podemos tener una perspectiva general de lo que está aconteciendo. Seguir leyendo Uno hace la diferencia- Lic. Yehuda Ribco

Resp. 137 – El poder del arrepentimiento

Estimado Sr

¿Qué debemos hacer los noájidas tras una transgresión de uno de los preceptos? Es decir, para volver a estar en paz con Dios, dado que no tenemos un sacramento tipo confesión católica.

Atentamente,

J.barcenas,
profesión: auxiliar administrativo
España

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Equilibrio y Año Nuevo

Recién regreso de un placentero viaje de vacaciones a casa de mi mamá y puedo decir con sumo gusto que disfruté mucho en compañía de mis familiares; después de varios meses que no nos veiamos. Así mismo estuve visitando la bella ciudad de Mérida y las playas del estado Falcón, creanme, ¡¡las mejores playas de todo el caribe!!… Todo esto después de un apretado momento escolar en el que invertí muy bien mi tiempo y al cual estoy al regresar pronto. Espero sepan disculparme los lectores de Fulvida y el Sr. Administrador por mi prolongada ausencia; ya estoy de vuelta y vengo animado a proseguir escribiendo.

Antes de venirme, consulté un calendario que me regaló un amigo judío y vi que estaba pronto Rosh Hashana, ¡había perdido la cuenta de los días!… en el viaje de regreso medité sobre el significado de esta festividad y concluí lo siguiente:
Rosh Hashana ocurre siempre en los meses de septiembre-octubre; justamente a la entrada del Otoño boreal; y el signo del mes de Tishrei, el mes con el cual se abre paso el nuevo ciclo universal, resulta ser la balanza; siendo además el mes séptimo desde la primavera. Siendo el norte otoño, el sur se abre a la primavera austral; es en este momento del año universal cuando todo se equilibra, es equinoccio, el sol y la luna durán el mismo tiempo sobre el firmamento, el día no es más largo que la noche ni viceversa… Por eso su signo es la balanza; es el justo equilibrio de la creación, ha llegado el momento en el que mientras germina la vida en el sur, finaliza la gestación de los frutos en el norte.
Rosh Hashaná ocurre en el momento preciso del año en el que todo se mantiene en armonía, en el que la tierra presenta balance justo. Es por esto propicio el juicio de D’ sobre sus creaturas, es por esto propicio que nosotros enderecemos nuestra acostumbrada torcida senda, que recordemos los excesos y los pongamos delante del Gran Juez sometidos a su perdón, a su olvido, desde el corazón, desde nuestra esencia; un profundo arrepentimiento, la vuelta (teshuvá) a lo derecho, a lo equilibrado.
Si hay sincero arrepentimiento, si se comprenden estos asuntos, no pensando en que es una fecha astrológica nada más, o un momento meramente geo-físico, o una casualidad… sino que se antepone el corazón arrepentido advirtiendo cuán maravillosa y cuán equilibrada es la creación de D’ que se mueve por Su Voluntad, cuánto más perfectos debemos intentar ser nosotros, corona de la creación; hijos del Padre Eterno, recipientes siempre prestos a recibir de la Fuente de Vidas el agua que no escasea.

Feliz año nuevo a todos, rogamos porque sea lleno de dulzura y armonía y porque sean recordados nuestros nombres en el libro de vidas.  

Feliz Cumpleaños Adam y Java!

El primer día de Rosh Hashaná (este miércoles) es el día en que Adam y Eva fueron creados. Nuestros sabios nos enseñan que tú, yo y todas las almas de los seres humanos del pasado, presente y futuro se originaron dentro del alma de Adam y Eva. Cada año aunque no lo sepamos todo los humanos volvemos a ese estado embrionario durante 48 horas, y crea un plano para el año siguiente.
El embrión. Una pequeñísima entidad, inclusive invisible para el ojo, pero contiene en su interior no solo la vida entera que crecerá a partir de él, sino también todas las futuras vidas que surgirán de ese niño.
El día de Rosh Hashaná es el embrión de nuestro siguiente año. Hablando en un nivel practico, todas las acciones, comportamientos y los pensamientos que tengamos durante estos dos días determinarán cómo se desarrollará nuestro destino en los días que están por venir.
Ahora, sabiendo que tu destino está en tus manos, la pregunta es: ¿Qué vas a hacer al respecto?
Hay un pequeño consejo que estamos utilizando con los noájidas de Costa Rica para ayudarnos en estos días. Haz dos listas, una que contenga todas las cosas que quieres en este próximo año y la otra que resuma el comportamiento que te ayudará a conseguir esas cosas o bien una que contenga los comportamientos o situaciones que nos han frenado para conseguir eso que queremos o deseamos. Y a partir de ahí en estos dos días reflexionemos ante D-is y digámosle que primero nos ayude a lograr establecer esas situaciones que nos harán obtener lo que deseamos, que nos ayude a pensar en lo importante que es ese cambio, pues El quiere que tengamos todo y lo mejor para nosotros, no solo espiritual sino también material; también en estos días busquemos las mejores formas para establecer lo que realmente importa en nuestras vidas, cosas que dejamos para el final siempre, como nuestros hijos, nuestras parejas, nuestro espiritualidad y el saber que nuestra vida tiene un significado mas grande que levantarse, comer, trabajar, ver t.v y dormir.
Aprovechemos esta ventana que se abre para los seres humanos y recibamos un poco de aire fresco para el año que empieza.
Ah!, y también feliz cumpleaños a todos nosotros. Y que seamos incritos en el libro de la vida.Shalom!!

El negocio sobre Madeleine

Hace unos meses atrás nos conmovía la noticia de la desaparición de una chiquita británica cuando ella con su familia se encontraban de vacaciones en Portugal.
Han pasado los meses y cada tanto en los noticieros se sigue dando informaciones al respecto.
Tristemente la niña no ha aparecido aún, no se sabe su paradero ni su estado de salud.
Rogamos al Eterno por su pronta aparición con vida.

Hace un par de días nuevamente nos estremecimos a causa del caso de Madeleine McCann, pues la prensa anunciaba que los padres eran sospechosos para las autoridades policiales portugueses.
Al parecer, la nueva teoría es que la niña murió accidentalmente por sobredosis de barbitúricos, que fueran administrados por la madre.
Es increíble que si esto fuera falso se ensucie de esta manera el nombre de esta familia, y se inflame el sentimiento en contra de ellos.
Pero, sería realmente horrible hallar que la teoría policial se confirma, y hemos asistido a una patraña teatralizada por los padres, quienes pretendían esconder su culpabilidad detrás de supuestos secuestros o misterios.
No somos jueces, no tenemos más conocimiento que el que malamente brindan los medios informativos.

Lo que si sabemos es que se está lucrando con Madeleine McCann.
El padre ha puesto online un «sitio Web oficial«, en el cual se venden souvenirs, se piden donaciones, se hace un verdadero show macabro de la desaparición de la niña.
A toda pompa se anuncia que los padres han juntado más de un millón de libras esterlinas como producto de las donaciones recibidas de gente buena e ingenua del mundo. Gente que identificándose con el dolor han abierto sus corazones y bolsillos para brindar un poco de sí en apoyo a los dolientes.
Hay un «store», un negocio, en el cual se ofrecen pulseras y posters, y no sé si algo más.

No quiero juzgar este hecho, esta mercantilización del dolor, este abuso del nombre de la niña.
Comprendo que quizás los padres estén con dificultades económicas, pues se encuentran en otro país, complicados en investigaciones, a la espera de noticias (esperemos que sea así).
Pero, algo me rechina, me parece insoportable, lo siento como una vejación…

¿Qué opinas tú, querido hermano noájida?

IDIOTAS SOCIALES

 El cielo abrió las puertas de la ciencia en los últimos dos siglos, pero el hombre cerró las de la convivencia,

parece increíble pero en este tiempo, donde la técnica se impone, donde la ciencia parece haber alcanzado niveles insospechados "al servicio del hombre", sucede en la mayoría de los casos, todo lo contrario. La cantidad de artilugios y aparatejos lograron aislarnos a tal punto, que socializar se volvió un "verdadero lujo". El quiebre de valores nos hace correr, desde que nacemos, hacia lo material exclusivamente, dejando de lado las necesidades fundamentales como seres humanos, sociables. Hace no mucho tiempo nadie andaba preocupado o mejor angustiado por conseguir pareja, ni mucho menos porque no iban a poder subsistir, con mucho menos abundancia material, lograban permanecer toda una vida juntos trabajando, con abnegación, convivencia, entrega total. No había planificación familiar, pues la estima propia era tan alta, que sabían que El Cielo se encargaría de proveerles con todo lo necesario para los suyos. Vivían, de lejos, en un estado de armonía con la naturaleza, la que dominaban, sin maltratarla, y sacaban provecho de ella a su vez para su manutención. La abundancia era más espiritual, pues lo esencial es más "visible", cuando lo efímero no lo está cubriendo. Existía conciencia del otro, pues se identificaban mutuamente como seres sociables, y similares. Las clases sociales no eran más que funciones dentro de una sociedad bien engranada, ahora nos cuesta a pesar de la "abundancia", sostenernos en pie. La materia es un medio, pero se ha vuelto el fin. Si pudiéramos tener una pequeña muestra de lo que podemos tener sin acudir a agentes externos, quizás pudiéramos gozar de la unidad y la prosperidad que mana directamente de EL.

 

 

Seis millones de libros quemados

“Vivimos, en general, indolentes frente a la muerte ajena, a la que en alguna forma u otra no se relaciona con nosotros, a la que ocurre fuera del alrededor de nuestro afecto o de nuestro conocimiento, sin volvernos dolientes en algún grado, sin imponernos cierta cuota de obligado luto… Todo esto lo comencé a considerar muy seriamente cuando al finalizar la segunda guerra mundial, y hacerse la liquidación de la tenebrosa, despiadada, espeluznante, empresa del nazismo hitleriano, arrojó el impresionante saldo de seis millones de judíos muertos. ¡Seis millones!… Eso era más menos, por entonces, toda la población de mi patria. Era como si hubiese sido asesinada toda, absolutamente toda la población de mi patria (Chile)… Todo un país de muertos. Seis millones de judíos monstruosamente asesinados. No eran sombras, no siempre fueron muertos. Eran vivos, tenían un nombre, un rostro. Reconozcámoslos.” Julio Barrenechea, “Israel: un árbol por cada muerto”

 

 

Los libros siempre han sido uno de mis deleites preferidos. El buen cine también me motiva pero nunca negociaría el placer de un buen libro a cambio de la correspondiente película. Por ello, cuando vivía en Santiago de Chile, uno de mis paseos más entretenidos era caminar por el Paseo Ahumada los días domingos, pasando revista al material disponible en cada uno de los puestitos de libros usados que adornan la vía peatonal

 

Hace algún tiempo encontré en uno de estos paseos familiares el libro Israel: un árbol por cada muerto” del poeta chileno, Premio Nacional de Literatura, Julio Barrenechea. Por menos de tres dólares me llevé el ejemplar a casa, como niño al que le han comprado juguete nuevo. Al leer y repasar las aventuras allí contadas sintonizo con el pensamiento del autor, “una fuerza misteriosa, tal vez el destino, me ha vinculado en las distintas etapas de mi vida con las personas y los hechos del pueblo judío”; pero, diferencia no menor, donde Julio Barrenechea hallaba carne y hueso, cuando muchacho yo veía seres enigmáticos que surgían como héroes de los libros de ciencia y de revistas de ajedrez.

 

El antisemitismo – mejor llamado Judeofobia (véase el estudio del Prof. Gustavo Perednik sobre este tema) – es una enfermedad social que no discrimina entre razas ni colores ni ideologías. A mi modo de ver, un denominador común entre los antisemitas es un alejamiento del concepto de moderación. Los extremistas tienden a apartarse de todos quienes no comulgan con su enfermedad pues los ven como “demonios a los que hay que combatir”. Por otro lado, independiente de si se es liberal o socialista (como lo fue el poeta chileno), de izquierda o derecha, cuando la palabra moderación está en el horizonte de ruta de la persona, ésta termina reconociendo, como lo enuncia el autor, que “los judíos no es que posean ciertas condiciones negativas como propiedad privada. Ellas son comunes al ser humano. Lo que ocurre es que el judío está enfocado, para el juzgamiento minucioso de sus actos sociales”.

 

El nazismo hitleriano que menciona el autor en el extracto presentado al principio de este artículo tenía su base de operaciones en una ideología de extrema derecha. El nazismo actual, tan común en la extrema izquierda, es mojigato. Se escuda en una retórica que busca confundir al ciudadano común, quiere transformar a la víctima en victimario, al terrorista en héroe, al ciudadano común en blanco legítimo en aras de una causa, a aquel que amenaza con otro holocausto y con borrar a un Estado de la faz de la tierra con una especie de abanderado de algún tipo de resistencia. Como lo dice Barrenechea, “El pueblo judío ha vivido a la defensiva, preservando su propia personalidad, con mayor fuerza que otros, debido que hasta hace poco, no contaba con el fundamento de un Estado. Y también ha necesitado cuidarse de sus enemigos, o sea, del antisemitismo internacional, que está constituido, fundamentalmente, por todas las personas del mundo que buscan las causas de su incapacidad en la existencia de la capacidad ajena”.

 

Mi afición a la lectura fue inculcado por mi madre. Ella solía decirme que “todo ser humano es como un libro abierto donde se van escribiendo sus acciones”. Libros vivientes somos. No somos dueños de nuestras vidas pero, en su infinita sabiduría, Dios nos dio el privilegio de administrar nuestras vidas para que escribamos en ellas ya sea nuestra trascendencia a lo eterno y valioso o bien hacia la podredumbre. Depende de nosotros. Sí. Depende de nosotros no cerrar los ojos a la historia para no cometer las equivocaciones de nuestros ancestros. Nunca más callar ante el dolor ajeno. Nunca más un Holocausto, no más atrocidades en Darfur. Nunca más callar condescendientemente ante gobernantes totalitarios. Nunca más permitamos que seis millones de libros vivientes sean quemados.