Muchos noájidas, con buenas intenciones, desean formar comunidades noájidas.
Es una idea excelente.
Pero.
Pero, por lo general se elaboran proyectos netamente marcados por formas y conceptos cristianos, religiosos, y no como reales comunidades de noájidas.
Se trata de centralizar grupos de «estudio bíblico», por supuesto que de «Torá». Encontrar lugares de reunión para orar o rezar, para alabar al Eterno, para sentirse «espirituales» de alguna manera «religiosa».
Todo esto es un modelo cristiano, poco centrado en la identidad espiritual real noájida.
Pues, de acuerdo a lo que Dios ha declarado y así ha quedado consignado dentro de la Tradición judía, la alimentación espiritual para el noájida, la espiritualidad noájica, se conforma con acciones de construcción de Shalom, de preservación y desarrollo de la vida, de apego al Eterno y al mundo por Él creado. Es llevar a la práctica el amor a Dios a través del amor verdadero del prójimo.
Tal es la esencia de los Siete Mandamientos.
Ninguno de ellos requiere estudios elaborados de «Torá», ni de centros de «espiritualidad», ni de comunidades religiosas.
Creer que a través de estas cosas se camina el camino noájico, es perder de vista lo que debe conservarse siempre en la mira.
Esto es, lo Siete Mandamientos.
Dios no es tonto, ni hombre para cambiar de parecer, ni olvidadizo para no recordar lo que quisiera decir.
Cuando Dios ordenó los Siete para las naciones, y solamente los Siete, no se olvidó de nada.
Él no ordenó Torá para los gentiles, ni su estudio. Ni sacrificios, ni rezos. Ni diezmos, ni sacerdocio. Ni ayunos, ni congregaciones sectarias. Ni alabanzas, ni templos. Ni líderes «espirituales», ni estimular facetas religosas.
Él demandó y demanda del gentil que cumpla con los Siete Mandamientos Universales.
Por supuesto que éstos se desarrollan en numerosos reglamentos, en variadas conductas positivas, que son las que determinan la construcción de Shalom.
Pero, ninguna de estas conductas derivadas son «religiosas», como esas aparentes espiritualidades cristianas o similares.
Por tanto, el gentil anhelante de lo bueno y mejor, necesariamente debe hacer caso a lo que el Eterno ha encomendado para el gentil:
1- No asesinar
2- No robar
3- No al sexo inmoral
4- No a la blasfemia
5- No a la idolatría
6- No a comer parte de animal con vida
7- Procurar cortes de justicia.
Preservar la vida, preservar las condiciones de vida; tal es el sustento de los mandamientos que Dios quiere que los gentiles cumplan.
Otra veces, las personas de buena voluntad, procuran seguir lo que se cree que es un modelo judaico, sinagogal, entonces se usan palabras hebreas, o que parecen hebreo; pero para finalidades similares a las propuestas anteriores: estudio de Torá, alabanza del Eterno, sentirse activos en la «religión» noájida (recordemos que ni noajismo ni judaísmo son religiones).
Sobre esto, sería bueno tener información certera y de primera mano, de lo que son las funciones de las comunidades judías a lo largo de la historia y a lo ancho del mundo.
Allí podemos descubrir que las comunidades judías no se dedican solamente o especialmente a lo «religoso», sino que sus actividades coinciden grandemente con la vida y la promoción de la misma.
Hay asistencia social, bolsa de trabajo, comedores para necesitados, dinero para pobres, ropa y medicamentos para carenciados, orientación psicológica, grupos de encuentro y recreación para todas las edades, cursos de diversas materias (no especialmente «religiosas»), ciclos culturales, teatro, danza, centro de rehabilitación o contención para personas con capacidades diferentes y sí, también actividades en torno a la sinagoga. Pero, la mayor dedicación y presupuesto, por lo general, está dedicado a la vida social, a la ayuda del individuo, al bienestar en los cinco planos de existencia y no meramente como adoctrinador religioso.
Así pues, queridas personas que tienen en mente formar sus comundiades noájicas, si desean seguir un modelo provechoso, sigan el de las verdaderas comunidades judías, y no de sectas particulares.
Pero especialmente que el modelo no trastoque la misión divina que deben cumplir: construir Shalom en el mundo, edificar un mundo paradisíaco aquí, en la Tierra.
Que sus comundiades noájicas lo sean sinceramente.
Que sean para ayudar a los jóvenes a encontrar trabajo, o un destino, o un lugar en donde reunirse para la diversión sana.
Que haya comida para el necesitado.
Palabras de aliento, no religión, para el perplejo.
Cursos de manualidades, música, danza (no la estupidez mesiánica, por favor), computación, auxiliar de enfermería, peluquería y mil etcéteras más que NADA tiene que ver con clases de biblia.
Que haya actividades de recreación para ancianos, para solteros adultos, para pequeños.
Que tengan una guardería para los hijos de padres que trabajan y no tiene con quien dejar a los niños.
Que se provea de útiles escolares a los que precisan, de contacto con profesionales, de alimento para el hambriento, etc.
Hay TANTO para hacer y que se debe hacer, no porque lo diga el Moré, sino porque es en verdad parte de la tarea asignada al noájida.
Dios no te preguntará cuánto has rezado, o cuántos versos de Tanaj estudiaste, ni qué tan profundo te has atrevido a recorrer las sendas que te son ajenas de Cabalá o Jasidismo.
Pero sí te preguntará si cumpliste con los Siete Mandamientos que Él te ha ordenado…
¿Dudas que sea así?
Pues, tienes derecho a dudar, pero el deber de ser razonable.
Te repito, Dios no te dio la Torá, por x motivo que no viene al caso ahora. Él le ha dado la Torá al pueblo judío.
Listo, nada más que discutir.
Él sí te ha dado los Siete Mandamientos, que son muchísimo, que son tu porción, que son tu tesoso, que te convierten en socio de Él, que te abren las puertas a un mundo de bien y a una eternidad de bendición.
¿Acaso crees que Dios se equivocó o se olvidó de decirte que estudies Torá y te dediques a decir «alelusha» todo el día?
Yo creo en Dios, por eso sé que Él no tiene errores y si te ha dado solamente los Siete Mandamientos, y nada más; y los tales ha reiterado en más de una ocasión para que iintroduzcas en tu vida y vivas, entonces, ¿cómo atreverte a siquiera dejar una hilacha de sospecha de que Él no sabe lo que te corresponde?
Como dice la ley espiritual, la verdadera y no la que te conviene, si tanto ama el gentil a Dios y el modo de vida de los judíos, si tanto quiere Torá y los mandamientos que Dios ha dado a los judíos… entonces, que se convierta s judío y viva tal como dice que quiere hacer.
No con identidades superpuestas, no con excusas, no con afanes que no son los que Dios ha decretado, sino los hombres ingeniado.
Ahora, está en tus manos vivir como noájida, en sintonía con la identidad que Dios te ha dado, en armonía con el camino que Él te ha trazado, siendo socio de Él en la construcción de un mundo de perfección; o puedes hacer lo que te parece, lo que tus mentores «espirituales» te dicen que debes hacer, pero que rechina mucho cuando se contrasta con lo que Dios dice que debes hacer.
Todo el mundo espera tu acción.
De ti depende que haya más Luz o que se siga sembrando el caos, la confusión, las mediaverdades.
Tienes mil cosas para hacer, todas ellas espirituales en verdad, porque sirven para desarrollar tu potencial, el que Dios te ha dado, porque son estrictas en el cumplimiento de los Siete Mandamientos.
Colabora con Dios, forma tu comunidad noájica.
Toma el modelo de las comundiades judías, te repito, no de las sectas, sino de las comunidades verdaderas.
Con el modelo judaico pero dentro del marco noájico, con la finalidad noájica, con el modo de ser noájico.
Quisiera ver filiales de FULVIDA por toda América, y más allá, en donde todos los días se alimente, eduque, consuele, abrace, abrigue, oriente, trabaje… ah, sí y también un ratito dedicado a la meditación, al rezo y al estudio de las partes aptas para el noájida de Torá.
Cariños y bendición.