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La Falacia del Yugo Desigual

Pregunta. Necesito me resuelva una duda, mi pareja es noajida y yo no y desde hace un tiempo tenemos muchos problemas. Evitamos hablar de lo que él es actualmente y lo que yo siento y pienso pues soy católica. Mi pregunta en sí es si él tiene que tener una pareja que sea noajida igual que él o no, si puede seguir a mi lado o nos debemos de separar, la verdad mi vida se ha vuelto un infierno pues ahora ya ni siquiera quiere tocarme y me evita a toda costa, me siento como un mueble en su casa, un objeto más digame que hacer pues yo lo único que quiero es que él sea realmente feliz. LM Seguir leyendo La Falacia del Yugo Desigual

Más idolatría moderna

La pasión por el fútbol muchas veces no conoce límites, y aquella por el astro argentino, todavía menos. «Muchos nos tachan de locos, pero nosotros lo tomamos como un matrimonio”, dijo la futura esposa

Dos parejas mexicanas viajaron a Argentina para «casarse» el lunes ante la llamada Iglesia Maradoniana, una comunidad virtual de seguidores del futbolista.

«Muchos nos tachan de locos, pero nosotros lo tomamos como un matrimonio,» dijo a Reuters Olivia Pozas, quien jurará amor a Adrián González ante la Iglesia Maradoniana, que según sus dirigentes tiene 40,000 adeptos en Argentina, México y España.

Los seguidores del ícono del fútbol hacen vigilia cada 29 de octubre para celebrar el 30 la «Navidad Maradoniana», que coincide con el cumpleaños del astro, quien festejará el martes sus 47 años.

En esas ceremonias anuales, los fundadores de esta peculiar religión, vestidos de blanco o de blanco y celeste -los colores del seleccionado argentino-, elevan una pelota al cielo firmada el astro y que reza «D10S» ante todos los seguidores.

También se «casarán» por este curioso culto Natalia Trujillo y Mario Martínez. Las dos parejas de mexicanos son amigos y oriundos de Jalapa, en el estado de Veracruz.

Olivia Pozas vestirá un sencillo vestido blanco y corto y su novio un traje negro, pero con el número 10 en la espalda.

Sin embargo, su novio fanático de fútbol no se salvaría de cumplir con las tradiciones. Pozas, una estudiante que participa de un intercambio académico en Buenos Aires, asegura que cuando vuelvan a México pensarán en casarse «de verdad.»

La Iglesia Maradoniana (www.iglesiamaradoniana.com.ar) fue fundada en 1998 por Hernán Amez y Héctor Campomar, dos fanáticos que dicen que su función «es mantener vigente la pasión y la magia con la que nuestro Dios jugó al fútbol.»

Y sus adeptos hasta deben respetar 10 mandamientos, entre ellos «Declarar tu amor incondicional por Diego y el buen fútbol,» «difundir los milagros de Diego en todo el universo» y «llevar Diego como segundo nombre y ponérselo a tu hijo».

Info de: http://www.infobae.com/

TERRORISTAS?

Hace seis años, se efectuaron una serie de ataques terroristas en
contra
de este pais (USA).
Fue terrible ver como dos edificios que se erguian poderosamente en la
ciudad de Nueva Yorkse venian abajo, como toda la nacion se paralizaba,

en espera de que se confirmaran mas ataques en toda la nacion. Con la
insertidumbre reflejada en el rostro de los informadores, la impotencia

de las autoridades, el miedo en la poblacion, los terroristas habian
logrado su cometido, sembrar el terror.
Seguramente tu recuerdas esos momentos, sin duda puedes recordar con
lujo de detalles, en donde estabas, que estabas haciendo, con quien
estabas, pues ese era el objetivo, captar la atencion, que todos se
dieran cuenta hasta donde podrian llegar, en caso de ser necesario, que

el mundo entero se diera cuenta, que si eso le podian hacer al pais
supuestamente, mas poderoso de la tierra, cuanto mas daño podian
causar
a cualquiera si se lo proponian.
Desgraciadamente, todavia no logran capturar al supuesto autor
intelectual, de estos hechos de barbarie, se han desplegado tropas por
todo medio oriente, se ha capturado y ejecutado a un dictador, y a
muchos lideres de subversion, pero del lider nada.
Desafortunadamente aqui en territorio Estadounidense, se ha volcado
todo
ese odio, en contra de los inmigrantes indocumentados, la ya afectada
comunidad, con bajos sueldos, extensas horas de trabajo, efectuando los

trabajos que nadie mas que ellos harian, soportando maltratos,
insultos,
discriminacion, viviendas en mal estado, etc, etc.
Ahora se les persigue, se les caza, se les amedrenta, se les encierra,
se les señala como delincuentes, ahora con solo parecer hispano, es
motivo suficiente para ser señalado como ilegal, mojado,brasero o
cualquier adjetivo ofensivo, no importando si se es ciudadano,
residente
legal, turista, e incluso empresario, lo que importa es el aspecto para

ser objeto de registro o detencion.
Asi es que, ¿quienes son las verdaderas victimas del terrorismo?
¿que pensarias tu si cada mañana, te irias a tu trabajo con la
inxertidumbre de que te detuvieran y te deportaran, sin siquiera poder
despedirte de tu esposa e hijos?
¿o la madre que al llevar a sus hijos a la escuela, se la detuviera y
se
le separara de sus hijos? Sin importar las lagrimas de los niños mucho

menos las de la madre, pequeños que son separados, arrancados de las
manos de su madre, quedando con personas que nunca han visto, yendo a
parar a una casa de servicio social pues son muy pequeños para
cuidarse
solos, o en el mejor de los casos quedando en manos de un hermano
mayor,
un adolesente que no sabe como asumir la responsabilidad de ser
estudiante, padre y madre, y que no sabe explicarles a los pequeños
porque fueron separados de sus padres, que no sabe quien proveera ahora

el alimento, quien pagara las cuentas.
Miedo, incertidumbre, desconfianza, temor, dolor, sufrimiento,
impotencia, desolacion, esto es a lo que se tienen que enfrentar
millones de personas todos los dias.
¿Que dices?
¿Quienes son las verdaderas victimas del terrorismo?.
Aun cuando no tuvieron nada que ver con los atentados, son los
señalados, los perseguidos, pues si ahora que el mundo esta lleno de
informacion, se persigue a unos por la culpa de otros, y solo han
pasado
seis años y se ha incrementado el odio.
Imaginemonos dos mil años de odio, persecusion, asesinato etc, en
contra
del pueblo judio, a manos de quienes creian que hacian justicia hacia
su
dios, pisoteando el derecho y la dignidad del ser humano,
distorsionando
la palabra del Eterno, con tal de justificar sus actos de barbarie y
salvajismo.
¿Que podemos hacer como noajidas para que el mundo sea diferente?
¿Que haces tu para mejorar la situacion?
¿Sabes cual es tu mision en el mundo, que como noajida debes llevar a
cabo?
¿Conoces lo que el Eterno quiere y pide de ti realmente?
¿Estas siendo socio en la construccion del Shalom o la retrasas?
Quiera El Eterno que pronto venga el Mesias prometido y que por fin
tengamos SHALOM.

Cuatro niveles de sincero arrepentimiento

Es importante tener presente que hay muchas cosas que aprender y mucho que andar y compartir en la vida que el Señor nuestro Dios nos da en este mundo, por ello doy gracias primeramente al Eterno por la sabiduría y sencillez que ha puesto en las enseñanzas del More Yehuda Ribco quien con esa pluma sencilla trae a nuestras vidas la enseñanza de un camino al cual Hashem nos llama a andar como Justos, por ello pido al Eterno grandes bendiciones que multipliquen la sabiduría para tratar cada asunto de la vida que comparte con todos aquellos que hemos visto la Luz del Eterno a través de sus enseñanzas, Publicado con autorización del More Yehuda Ribco

II.- CUATRO NIVELES DE SINCERO ARREPENTIMIENTO
GENESIS 44:23
Lic. Yehuda Ribco Shabbat: Tevet 7, 5766; 6/1/06
Un comentario a la Parashá Vaigash
Esencia y máscaras
En la parashá de esta semana, los hermanos, más específicamente Yehudá el líder, recuerdan que Iosef, en su personificación del mandamás egipcio, había dicho:
«‘…Si vuestro hermano menor no viene con vosotros, no veréis más mi cara…'» (Bereshit / Génesis 44:23)
En cierta manera, estas palabras eran su reto, su prueba hacia los hermanos.
Pues, ellos debían demostrar que existía el tal hermano menor que ellos habían mencionado, pero que estaba ausente. Además, debían exhibir que eran capaces de viajar con suficiente armonía como para traerlo en paz hasta Egipto. Que habían cambiado y que ya no eran los hermanos pendencieros y envidiosos que lo habían lanzado a él al oscuro pozo y a la dura esclavitud.
Además, era también una manera para poder reconocer que el padre y el hermano menor confiaban lo suficiente en ellos como para admitir este viaje en conjunto. Pues, si padre o hermano menor desconfiaban de la honorabilidad de los hermanos, difícilmente el hermanito viajaría con ellos.
En cierta manera, la frase que citamos era también algo así como su amenaza hacia los hermanos. Pues de no traer al hermano, no habría realmente comida.
Además, ellos estarían demostrando que no eran dignos de confianza, pues decían algo y luego no lo cumplían. Y además, era la clara amenaza de que terminarían en prisión de por vida, o algo peor, si aparecían nuevamente en Egipto sin Benjamín.
Pero, en cierta manera este enunciado de Iosef era también una profunda enseñanza hacia sus hermanos (y de paso para nosotros). Tal como si les estuviera diciendo:
Ustedes que no supieron comportarse correctamente con el hermano menor en el pasado, tienen ahora la oportunidad de redimirse mediante la teshuvá -el sincero arrepentimiento-. Pueden revivir aquella situación, y tomar ahora una decisión errónea como antaño, o una acertada que cambiará para siempre sus vidas.
Si escogen bien, se limpiarán de una enorme carga, de mucho resentimiento y dolor.
La decisión depende exclusivamente de ustedes, son ustedes los que escogerán si me volverán a ver como hombres íntegros o si continuarán cargando su pesada culpa de por vida.
Cuando dijo «…no volveréis a ver mi rostro…», la idea era que eventualmente volverían a ver al príncipe egipcio, que era la careta más imponente que ocultaba la verdadera personalidad de Iosef; pero, para volver a ver a Iosef el hermano, al Yo Auténtico, ellos debían hacer teshuvá, y ese era el mensaje oculto de la frase.
Y he aquí una gran enseñanza para nosotros. Si nos concentramos en lo esencial y hacemos lo correcto para obtener bendiciones de paz, la serenidad insuflará vida a en nuestras vidas. Si nos enfocamos en nuestro Yo Esencial o Auténtico para comunicarnos con el Yo Auténtico del prójimo, sin dejarnos engañar por los Yoes Vividos1, por las caretas que nos ponemos por miedo, entonces lograremos un enlace vital que nos fortalece. Si hacemos que nuestro hermano menor, aquel que no está contaminado por los valores pasajeros, por las modas, por los adoctrinamientos, ese hermano menor que permanece casto y puro, si hacemos que él vaya con nosotros, que se manifieste, entonces podremos hallar el verdadero rostro de nosotros y de nuestro semejante.
Es un hecho que todos cargamos con algún resentimiento, más o menos profundo, más o menos consciente, más o menos activo y perjudicial. Desde incluso antes de nacer nos van depositando sentimientos, ideales, sueños, agresiones, libretos que no son nuestros, pero que se van convirtiendo en una máscara que encubre nuestra auténtica identidad. Nos vamos familiarizando con las máscaras de aquellos que nos rodean y vamos por la vida creyendo que las máscaras que presentamos son nuestra identidad. ¡Pero ciertamente que esto no es así! Nuestra identidad esencial no se ve disminuida o crece con los influjos externos, es un núcleo estable y permanente (incluso nos sobrevive luego de la muerte a Este Mundo). Pero tristemente la mayoría vivimos una vida de engaños, voluntarios pero en general involuntarios, y provocados por enfocarnos en las máscaras en vez de en la identidad esencial. Como esas máscaras nacen a partir de las máscaras de los otros, nuestros sentimientos de los sentimientos de otros, nuestros pensamientos negativos de pensamientos negativos de otros, etc., debemos hacer un profundo proceso de reparación, de teshuvá, para retornar a nuestra esencia y de esa manera hacer nuestra parte para redimir al mundo.
«Teshuvá», en el contexto de valores y ética se traduce generalmente como «arrepentimiento». También puede ser entendida como «respuesta» o como «reparación».
Todas estas acepciones que de cierta manera ya hemos usado hasta ahora, pero de hecho, la traducción literal es «retorno». ¿A qué o quién retorna el que retorna, el que hace teshuvá? Pues, retorna a su auténtica identidad, a su Yo Esencial, a la chispa de divinidad que nos da vida. Retornando, reencontrando cada uno de nosotros nuestro Yo Esencial, estamos también encontrando el camino para cumplir cabalmente el mandamiento que nos dice:
“… [Haz de saber que] Yo soy, el Eterno tu Elokim que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud…» (Shemot / Éxodo 20:2)
En nosotros está continuar liberarnos o seguir siendo los esclavos del sentimiento adverso, y así ir por la vida como un derrotado, que no está libre para gozar y crecer. Padeciendo esclavitud emocional, mental y espiritual, que nos llevará a in-cumplir de cierta manera el precepto que nos ordena:
«…No tendrás dioses [poderes] ajenos delante de Mí…» (Shemot / Éxodo 20:3)
¿Cómo es esto? Pues, el que está esclavo de «poderes ajenos», que es adicto a todo tipo de dependencias (personas, cultos tóxicos, Jesús, drogas, Internet, fama, dinero, etc.), está ante-poniendo su «droga» al Eterno. Por ejemplo, el ambicioso que está fervientemente detrás de la adquisición de dinero, ¿acaso es íntegro de corazón y acciones para con el Eterno? Quizás sea una buena persona, excelente ser humano y hasta alma caritativa, pero si su fervor está puesto en el dinero, está esclavo de su dependencia. Tal como este esclavo, son todos los otros que dependen (en un sentido profundo y existencial) de valores, objetos o personas que no son el Eterno.
Aprendamos entonces que está en nosotros el optar por dejar el pesado pero conocido camino del dolor, para comenzar el del retorno, y posterior crecimiento.
Aprendamos a vivir menos nuestras máscaras, y menos a juzgar las máscaras de nuestro prójimo, para poder re-encontrarnos un poco más con el prójimo verdadero y con nuestro Yo verdadero.
Para lograrlo, primero debemos hacer caso al salmista:
«…Apártate del mal y haz el bien…» (Tehilim / Salmos 37:27)
Cuatro son los niveles para comprender este profundo consejo, tal como cuatro son las etapas para desarrollar este versículo a plenitud en nuestras vidas4:
En nuestro interior así como en el mundo, el mal está mezclado y confundido con el bien. Recordemos que el fruto del árbol del Conocimiento se llamaba «del bien y del mal» (Bereshit / Génesis 2:9), es decir, de ambos confundidos en un sólo elemento. Si hubiera sido solamente fruto para conocer el mal, el Eterno no se habría avergonzado de mencionarlo así… Siendo que la luz y la oscuridad se funden en un abrazo caótico (Bereshit / Génesis 1:4), ¿cómo discernir a simple vista cuál parte del fruto es para bien y cuál no lo es?
El primer paso para crecer es darse cuenta de este hecho: a veces lo que llamamos «bueno» es tan solamente una apariencia de bien, y lo que consideramos «malo» en su esencia tampoco lo es. Cuando no podemos discernir lo que es luz de lo que es oscuridad, no hallamos oportunidades de crecimiento, estamos varados y en caos (Ieshaiá / Isaías 57:20). Por eso es imprescindible aprender a diferenciar realmente lo bueno de lo que no lo es, sin engaños, sin trampas al solitario, sin mediatintas. Saber esto, es el primer paso.

En la práctica es hacer el esfuerzo consciente para cumplir los preceptos «de no hacer» y cumplir los «harás», sin dar excusas ni justificaciones para no cumplir unos u otros.8 – 47:27
1. Por ejemplo: darte cuenta que puedes estar guardando rencor en tu corazón y que por consiguiente no estás amando realmente a tu prójimo como a ti mismo2.
2. El segundo paso es apartarse de lo negativo ANTES de proceder a hacer lo bueno. Es como tener un campo para arar y sembrar pero que está plagado de malas hierbas, que absorberán todos los nutrientes que destinemos a nuestro sembradío y no le darán oportunidad de vivir.
Así pues, en ocasiones la destrucción es imprescindible paso previo para le construcción. La crítica es indispensable para el crecimiento.
El extirpar nuestras cualidades nocivas como antesala para poblar nuestro ser de virtudes. Renunciar a pensamientos, palabras y acciones negativas que nos perjudican sin sentido y dañan sin motivo verdadero al prójimo. En la práctica es esforzarse por cumplir los preceptos de «no hacer» y complementarlos de inmediato con los «harás». Por ejemplo: no guardes rencor en tu corazón para que ADEMÁS puedas efectivamente amar a tu prójimo como a ti mismo.
3. Cuando hemos evolucionado un poco más, estamos en condición de vivir esta frase de otra manera, con más dulzura en nuestros juicios, reconociendo que no estamos libres de errores, lo que significa que si cometemos un error o pecado no por ello somos malos. Si llegamos a ser auténticos en esta vivencia, tampoco juzgaremos severamente a nuestro prójimo, y encontraremos la manera de encauzarnos y encauzarlo sin entrar en penosos conflictos o altercados personales.
Mala es la acción, no la persona que la comete (Kohelet / Predicador 7:20).
De esta manera, hacemos bien y en esta acción constructiva nos estamos apartando del mal, pues «…incluso una pequeña luz dispersa una gran oscuridad…» (Jovat HaLevavot 5:5). Al mismo tiempo, cuando actuemos bien no nos henchiremos de falso orgullo, ni nos sentiremos en falta o culposos si no alcanzamos la meta, pues sabemos que el mal siempre está presente, pero vive solamente si nosotros le damos vitalidad. Este tercer nivel no es fácilmente accesible para la persona que no ha desarrollado una personalidad centrada, humilde, pues no es común que se nos enseñe a juzgar con equilibrio ni a ser gratificadores con mesura. Pero si lo alcanzamos, el mal pensamiento, la mala palabra, la mal acción, el mal sentimiento no tendrán mucha fuerza para obstaculizarnos al hacer lo que es bueno. En la práctica es cumplir los preceptos «harás» de tal manera que ya casi no se tenga que necesitar con urgencia ciertos preceptos de los de «no hacer» (especialmente los de índole ética, en relación al prójimo). Por ejemplo: como amas a tu prójimo como a ti mismo con tanta autenticidad y vigor, entonces ya CASI ni siquiera sientes que algún rencor pueda guardarse en tu corazón.
4. Por último, el cuarto nivel es propio de una persona que alcanza a vivir como un tzadik, una persona que hace que su vida gire en torno a la justicia compasiva. Quizás no lleguemos a este nivel, pero podemos actuar algún día con el ánimo de alcanzarlo. ¿Cómo se interpreta y vive el «apartarse del mal para hacer el bien» para este nivel? Es hacer un proceso de conversión o reciclaje, para decirlo en un término moderno. En este nivel se desprende la chispa de divinidad que está en lo malo3, o se descubre la finalidad positiva. Se recicla el desecho en material productivo. Se descubre el valor de lo despreciado. Se usa el poder para el bien. Se confía en el Eterno y no en dependencias endebles que son ídolos vanos. El apartarse entonces no es un alejarse, sino un desvanecer el mal para convertirlo en bien. En este nivel la conciencia está tan limpia de juicios duros, y tan apegada al Eterno, que no ofende ni teme. Cumple con los preceptos de la Torá con integridad y vive a plenitud.
Es, sin dudas, una persona verdaderamente libre. En la práctica es cumplir y ayudar a cumplir los preceptos de «no hacer» y los «harás», porque así el Eterno lo demanda. Por ejemplo: ayudar al que te guarda rencor en su corazón a liberarse de esa carga oscura y deprimente para que ambos puedan amarse mutuamente.
Notas:
1- El Yo Esencial o Auténtico de cada uno es uno y único, una chispa de divinidad que nos forma. Los Yoes Vividos son múltiples en cada persona.
Incluso aquella persona que se aferra a una sola máscara, a un solo Yo Vivido, no deja de estar oculto detrás de diversos antifaces pero que se han amalgamado defectuosamente en uno que representa su personalidad.
2- «…No te vengarás ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Eterno…» (Vaikrá / Levítico 19:18).
3- Recordemos que el mal también es una creación del Eterno, por tanto su finalidad siempre es para bien. A veces no se puede desarrollar la chispa de divinidad en lo negativo, y permanece en oscuridad esperando ser redimida.
4- Cada una de estas etapas o niveles está como rectificación o complemento para cada una de las cuatro personalidades básicas, lea aquí para tener una idea al respecto.
Preguntas y datos para meditar y profundizar:
El Rav Elías Schwartz cuenta en uno de sus textos:
La primera vez que el tren vino a su pequeña aldea, los jasidim decidieron mostrarle a su Rebbe este avance de la civilización moderna. Mientras el Rebbe se aproximaba a la estación, divisó una larga línea negra, fría, anónima y apática de coches encadenados unos con otros. La maquina estaba al frente, fiera en su plenitud de fuego y calor. Su impetuoso humo se elevaba entre las altas nubes. De pronto, con un estruendo poderoso y una bocanada monumental de humo la locomotora comenzó a andar, y la larga línea negra de coches se movía a su paso. Los jasidim entonces preguntaron con curiosa gracias reverente a su maestro: «Rebbe, Rebbe, ¿qué opina usted de esta maravilla?». El sabio hombre hizo un gesto con sus hombros y dijo: «No es muy novedoso… ¿no les resulta familiar que haya uno fuerte y lleno de fuego interior arrastrando tras de sí a una larga fila de sujetos oscuros, fríos, dubitativos y apáticos?».

Uno hace la diferencia- Lic. Yehuda Ribco

Tema publicado con la autorización del More Yehuda Ribco
UNO HACE LA DIFERENCIA
Lic. Prof. Yehuda Ribco // Tammuz 22, 5763 – 22/7/2003
Tomado de la Parasha Bemidbar Matot (“Tribus”)
Este corresponde leer la parashá llamada Matot («Tribus») junto a Masei («Etapas»), que son la novena y la última del cuarto tomo de la Torá, el sefer Bemidbar, conocido en español como «Números».
El mundo es tan diverso, son tantas las actividades humanas, variadas líneas de conocimiento nos cruzan, innumerables son los campos de estudio y acción, que difícilmente podemos tener una perspectiva general de lo que está aconteciendo. Seguir leyendo Uno hace la diferencia- Lic. Yehuda Ribco

La palabra que revela

El habla de una persona suele revelar lo que ésta guarda en su corazón.

Cuando la persona difama, murmura, va con habladurías, está mostrando (a quien sabe ver) que su corazón está corroído por la envidia, la mala pasión, el ánimo perverso.

Cuando de su boca constantemente salen insultos, maldiciones, palabras provocativas, está manifestando que se quiere muy poco a sí misma, y por tanto no alcanza a amar o siquiera respetar al prójimo.

Si su voz menciona a Satanás, infierno, castigo y otras cosas por el estilo, ciertamente que está demostrando lo que está en el centro de su vida. Aquello a lo que presta atención. Lo que motiva su conducta y sus palabras.

Si su aliento se llena de «no puedo», «soy un fracasado», «me siento mal», y en esa onda derrotista-pesimista, ¿acaso está señalando que se siente con las fuerzas como para ser un verdadero triunfador, un bendecido por el éxito?

En ocasiones la persona tiene una necesidad profunda e inconsciente de escuchar el eco de lo que su corazón guarda, pero que no se atreve a pronunciar.
Entonces se congrega en lugares en donde los «pastores» de cada 100 palabras que vomita 98 son en sintonía con: pecado, maldición, infierno, hoguera, castigo, hijo de Satanás, hereje, etc.
Se reúne con burladores y maledicentes.
Es espectador y cómplice de programas de chismes en la tele.
Le encanta insultar, pero se escuda en la palabra soez escupida por otro.

Medita, querido hermano noájida, ¿cómo hablas?
¿Qué dices?
¿Qué voces llenan tu boca y sacuden tu entorno?
¿Qué haces oír a los demás y oyes tú mismo?
¿Qué revelan de tu intimidad las palabras que emites?

¿Llenas tus días con voces luminosas?
¿Cuántas veces por día dices: gracias, por favor, permiso, bendito, alegría, puedo, alabado sea el Eterno, si Dios quiere, bondad, justicia, verdad, solidaridad, ánimo, construir, perdonar, disculparse, comprometerse, responsabilidad, amor, respeto, edificar, crecer, confiar?
¿Cuántas de las palabras anteriores las dices por compromiso, o como una muletilla inconsciente?

¿Qué revelan de ti las palabras que te rodean cual océano?

Haz un simple y educativo ejercicio.
Cada hora lleva la cuenta de las palabras que dices y que oyes.
Para esto toma una hoja de papel y un lápiz, o ten una libretita contigo, escribe las palabras significativas que has dicho en la última hora, o aquellas que has escuchado.
Al final de la jornada evalúa el contenido de tu corazón, la sinceridad de tu vida, la luminosidad de tu alma.

Te doy ánimo para que lo intentes, si quieres me comentas luego cómo te ha ido.

Quiera el Eterno darte orientación para que puedas ser un verdadero constructor de Shalom.

La tatarabuela Felicia

La tatarabuela Felicia fue la mujer de mayor temple de la familia.
Era muy inteligente y bella según los cuentos del tío Ramón Enrique y un retrato que cuelga en la sala.
Un día, en medio de una de las tantas guerras y revoluciones que hubo en el país en los últimos años del siglo XIX, unos soldados pasaron por la casa de la familia y como los hombres no quisieron incorporarse a su ejército decidieron matarlos.
Antes de hacerlo, los soldados les dijeron a las mujeres de la casa que podían irse con lo que llevaran encima, que con ellas no se meterían.
Por idea de la tatarabuela Felicia cada mujer salió cargando a su marido, a su hermano, a su padre o a su hijo y entonces los soldados, se quitaron las gorras, se rascaron las cabezas y se fueron para siempre con las caras rojas y los corazones chiquiticos.

(Cuento de Armando José Sequera)

Cuando la tía Estrella dejó de nuestra esclava

Un día en que no había clases me desperté muy temprano con la idea de hacer una tarea sobre la esclavitud y como la única persona despierta en la casa era la tía Estrella, le pregunté: -Tía, ¿Cuánto trabajo tenían los esclavos para hacer?
La tía no dijo nada, pero sí me indicó que la siguiera, doblando y moviendo hacia ella su índice derecho.
Desde entonces hasta varias horas más tarde, la tía preparó el desayuno y adelantó algunas cosas del almuerzo; hizo el pan del día; barrió y limpió la casa; regó las matas; le dio de comer a los animales; sirvió el desayuno; recogió y fregó los platos; arregló las camas de sus hijos y sobrinos; lavó la ropa que habíamos ensuciado el día anterior; preparó el almuerzo; planchó la ropa que descolgó de las cuerdas para dar cabida a la que había lavado un rato antes; pasó un plumero sobre los muebles; hizo una torta de chocolate para la merienda de esa tarde; sirvió el almuerzo; recogió nuevamente y fregó los platos otra vez.
Cuando se disponía a coser la ropa del tío Ramón Enrique y estaba eligiendo los ingredientes para la cena, me eché a llorar y le dije que no quería que siguiera siendo nuestra esclava.
En ese momento llegó el tío Ramón Enrique y, cuando supo la causa de mi llanto, se puso rojo como las cayenas del patio.
Esa misma tarde nos repartimos las labores de la casa y aunque el tío Ramón Enrique, mi hermano Gustavo, mis primos y yo rompíamos platos, cocinábamos mal y hacíamos muchos desastres involuntarios, la tía Estrella nos dejaba hacer y decía:
-Nadie nace sabiendo y nadie aprende sin equivocarse.

(Cuento de Armando José Sequera)

Equilibrio y Año Nuevo

Recién regreso de un placentero viaje de vacaciones a casa de mi mamá y puedo decir con sumo gusto que disfruté mucho en compañía de mis familiares; después de varios meses que no nos veiamos. Así mismo estuve visitando la bella ciudad de Mérida y las playas del estado Falcón, creanme, ¡¡las mejores playas de todo el caribe!!… Todo esto después de un apretado momento escolar en el que invertí muy bien mi tiempo y al cual estoy al regresar pronto. Espero sepan disculparme los lectores de Fulvida y el Sr. Administrador por mi prolongada ausencia; ya estoy de vuelta y vengo animado a proseguir escribiendo.

Antes de venirme, consulté un calendario que me regaló un amigo judío y vi que estaba pronto Rosh Hashana, ¡había perdido la cuenta de los días!… en el viaje de regreso medité sobre el significado de esta festividad y concluí lo siguiente:
Rosh Hashana ocurre siempre en los meses de septiembre-octubre; justamente a la entrada del Otoño boreal; y el signo del mes de Tishrei, el mes con el cual se abre paso el nuevo ciclo universal, resulta ser la balanza; siendo además el mes séptimo desde la primavera. Siendo el norte otoño, el sur se abre a la primavera austral; es en este momento del año universal cuando todo se equilibra, es equinoccio, el sol y la luna durán el mismo tiempo sobre el firmamento, el día no es más largo que la noche ni viceversa… Por eso su signo es la balanza; es el justo equilibrio de la creación, ha llegado el momento en el que mientras germina la vida en el sur, finaliza la gestación de los frutos en el norte.
Rosh Hashaná ocurre en el momento preciso del año en el que todo se mantiene en armonía, en el que la tierra presenta balance justo. Es por esto propicio el juicio de D’ sobre sus creaturas, es por esto propicio que nosotros enderecemos nuestra acostumbrada torcida senda, que recordemos los excesos y los pongamos delante del Gran Juez sometidos a su perdón, a su olvido, desde el corazón, desde nuestra esencia; un profundo arrepentimiento, la vuelta (teshuvá) a lo derecho, a lo equilibrado.
Si hay sincero arrepentimiento, si se comprenden estos asuntos, no pensando en que es una fecha astrológica nada más, o un momento meramente geo-físico, o una casualidad… sino que se antepone el corazón arrepentido advirtiendo cuán maravillosa y cuán equilibrada es la creación de D’ que se mueve por Su Voluntad, cuánto más perfectos debemos intentar ser nosotros, corona de la creación; hijos del Padre Eterno, recipientes siempre prestos a recibir de la Fuente de Vidas el agua que no escasea.

Feliz año nuevo a todos, rogamos porque sea lleno de dulzura y armonía y porque sean recordados nuestros nombres en el libro de vidas.  

Seis millones de libros quemados

“Vivimos, en general, indolentes frente a la muerte ajena, a la que en alguna forma u otra no se relaciona con nosotros, a la que ocurre fuera del alrededor de nuestro afecto o de nuestro conocimiento, sin volvernos dolientes en algún grado, sin imponernos cierta cuota de obligado luto… Todo esto lo comencé a considerar muy seriamente cuando al finalizar la segunda guerra mundial, y hacerse la liquidación de la tenebrosa, despiadada, espeluznante, empresa del nazismo hitleriano, arrojó el impresionante saldo de seis millones de judíos muertos. ¡Seis millones!… Eso era más menos, por entonces, toda la población de mi patria. Era como si hubiese sido asesinada toda, absolutamente toda la población de mi patria (Chile)… Todo un país de muertos. Seis millones de judíos monstruosamente asesinados. No eran sombras, no siempre fueron muertos. Eran vivos, tenían un nombre, un rostro. Reconozcámoslos.” Julio Barrenechea, “Israel: un árbol por cada muerto”

 

 

Los libros siempre han sido uno de mis deleites preferidos. El buen cine también me motiva pero nunca negociaría el placer de un buen libro a cambio de la correspondiente película. Por ello, cuando vivía en Santiago de Chile, uno de mis paseos más entretenidos era caminar por el Paseo Ahumada los días domingos, pasando revista al material disponible en cada uno de los puestitos de libros usados que adornan la vía peatonal

 

Hace algún tiempo encontré en uno de estos paseos familiares el libro Israel: un árbol por cada muerto” del poeta chileno, Premio Nacional de Literatura, Julio Barrenechea. Por menos de tres dólares me llevé el ejemplar a casa, como niño al que le han comprado juguete nuevo. Al leer y repasar las aventuras allí contadas sintonizo con el pensamiento del autor, “una fuerza misteriosa, tal vez el destino, me ha vinculado en las distintas etapas de mi vida con las personas y los hechos del pueblo judío”; pero, diferencia no menor, donde Julio Barrenechea hallaba carne y hueso, cuando muchacho yo veía seres enigmáticos que surgían como héroes de los libros de ciencia y de revistas de ajedrez.

 

El antisemitismo – mejor llamado Judeofobia (véase el estudio del Prof. Gustavo Perednik sobre este tema) – es una enfermedad social que no discrimina entre razas ni colores ni ideologías. A mi modo de ver, un denominador común entre los antisemitas es un alejamiento del concepto de moderación. Los extremistas tienden a apartarse de todos quienes no comulgan con su enfermedad pues los ven como “demonios a los que hay que combatir”. Por otro lado, independiente de si se es liberal o socialista (como lo fue el poeta chileno), de izquierda o derecha, cuando la palabra moderación está en el horizonte de ruta de la persona, ésta termina reconociendo, como lo enuncia el autor, que “los judíos no es que posean ciertas condiciones negativas como propiedad privada. Ellas son comunes al ser humano. Lo que ocurre es que el judío está enfocado, para el juzgamiento minucioso de sus actos sociales”.

 

El nazismo hitleriano que menciona el autor en el extracto presentado al principio de este artículo tenía su base de operaciones en una ideología de extrema derecha. El nazismo actual, tan común en la extrema izquierda, es mojigato. Se escuda en una retórica que busca confundir al ciudadano común, quiere transformar a la víctima en victimario, al terrorista en héroe, al ciudadano común en blanco legítimo en aras de una causa, a aquel que amenaza con otro holocausto y con borrar a un Estado de la faz de la tierra con una especie de abanderado de algún tipo de resistencia. Como lo dice Barrenechea, “El pueblo judío ha vivido a la defensiva, preservando su propia personalidad, con mayor fuerza que otros, debido que hasta hace poco, no contaba con el fundamento de un Estado. Y también ha necesitado cuidarse de sus enemigos, o sea, del antisemitismo internacional, que está constituido, fundamentalmente, por todas las personas del mundo que buscan las causas de su incapacidad en la existencia de la capacidad ajena”.

 

Mi afición a la lectura fue inculcado por mi madre. Ella solía decirme que “todo ser humano es como un libro abierto donde se van escribiendo sus acciones”. Libros vivientes somos. No somos dueños de nuestras vidas pero, en su infinita sabiduría, Dios nos dio el privilegio de administrar nuestras vidas para que escribamos en ellas ya sea nuestra trascendencia a lo eterno y valioso o bien hacia la podredumbre. Depende de nosotros. Sí. Depende de nosotros no cerrar los ojos a la historia para no cometer las equivocaciones de nuestros ancestros. Nunca más callar ante el dolor ajeno. Nunca más un Holocausto, no más atrocidades en Darfur. Nunca más callar condescendientemente ante gobernantes totalitarios. Nunca más permitamos que seis millones de libros vivientes sean quemados.