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Una flor de siete petalos

Por: José Eduardo Oliveros Hernández

 
        Había una vez, hace
mucho tiempo, un mundo en donde Vivian los Colibríes y algunas otras aves, allí
habitaba un pequeño e inteligente Colibrí de hermoso plumaje color azul  llamado Joe, este era un joven e inexperto
pajarillo que nunca había libado o tomado el néctar de ninguna flor, su madre
una hermosa y sabia colibrí le dijo un dia: — Joe, tienes que salir al mundo a
tomar el néctar de las flores y cumplir con tu misión de colibrí que para eso
vinimos a este mundo. – pero busca una flor especial, que te de la vida–,
agrego la madre,– no busques cualquier flor—ve a los jardines mas allá de este
bosque y nunca dejes de buscar, pues algún dia podrías hallar la Flor que da la vida.–; Joe
había escuchado historias de los colibríes mas viejos acerca de una Flor que
daba la vida, pero sabia como todos que eran solo habladurías y fabulas de
pájaros viejos, — Puro cuento sin sentido–. Pensó.
 

        Pero un DIA como todos
los colibríes al fin a Joe le llego el momento de dejar su casa y salir a
buscar flores para libar y cumplir su misión de colibrí como decían todos los
viejos; — bah! Que gran fastidio, puros cuentos de pájaros viejos–, pensó
lleno de rabia y miedo ante un inmenso mundo que se abría ante él, — ¿quien
dice que tenemos la estupida misión de libar las estupidas flores?–; pero
igual se fue, se lanzo en vuelo hacia el mundo. Durante días, semanas y meses
recorrió bosques, libando flores aquí y allí y todas le parecían lo mismo y la
que hacia le parecía sin sentido, a medida que pasaba el tiempo fue creciendo
mas y madurando y vio que podía mover sus alas cada vez mas rápido. Un buen
dia, de “esos aburridos” que el llamaba, vio un enorme ave bien extraña y fea,
sin embargo no se asusto ni tuvo miedo, mas bien movido por su curiosidad se
acerco al enorme ave y le pregunto: — Oye, ¿Qué eres tú?–, –jamás había
visto nada igual de feo a ti—le dijo entre burlón y curioso; El enorme ave giro
su cabeza y mirándolo con unos enormes ojos le dijo: — Vaya, eres un colibrí
muy atrevido para ser un colibrí– –¿Cómo es que sabes que soy?—le pregunto
Joe sorprendido; — Yo se muchas cosas, he recorrido muchos sitios y lugares y
he aprendido mucho de todo– –Soy un Búho y algunos dicen que somos muy
sabios–; — Así que tu eres un Búho—Respondió el colibrí, –Había oído de
ustedes pero jamás había visto uno–, durante horas Joe y el Búho, que se
llamaba Beto, estuvieron hablando, luego su conversación se hizo habitual de
cada día, Beto le hablo al colibrí de los lugares y las cosas que había visto y
se convirtió en una especie de mentor o guía para Joe, un buen día el colibrí
le hablo sobre su misión en la vida como colibrí y sobre las flores, también le
menciono sobre la Flor
especial en la cual creían los viejos colibríes, su sorpresa no fue pequeña
cuando Beto le dijo: — No son cuentos mi pequeño amigo, esa flor existe, es la Flor que da la vida y la
sabiduría, el que la encuentra y descubre su secreto será sabio y feliz y jamás
estará triste porque será uno con el Gran Hacedor–; –¿Gran Hacedor?—pregunto
muy sorprendido Joe, –¿ Quien es ese Gran Hacedor?—Beto le explico que ese
“Gran Hacedor” era el que había puesto al bosque, a los ríos, a las flores y a
todos los demás animales; aves y no aves en donde estaban y que era el que daba
la vida, pero que no sabia mucho al respecto, que tendría que buscar el Jardín
en donde estaba esa Flor, Joe pensó por toda esa noche, muy asombrado y
extrañado por lo que había sabido, — Entonces todo es verdad,– Pensaba –
Entonces si existe–, pero también estaba consciente de que su amigo Beto no
podría ayudarle mucho ya que no sabia mucho al respecto, así que ese mismo día
decidió que partiría a buscar esa Maravillosa Flor que daba la Vida y la Sabiduría, así se lo
hizo saber al Búho y este trato de disuadirlo para que no se fuera pero en
vista de que no lo logro ya que Joe estaba totalmente decidido a irse pues el
Búho Beto le dio algunas recomendaciones para que no fuera a pasarle algo malo
en su viaje y triste se despidieron los dos amigos.

           Joe marcho en su
búsqueda, recorrió bosques y selvas, conoció a innumerables personajes y aves y
no aves, así pasaban mas días y semanas y meses y años colibriescos, pero Joe
no encontraba el jardín donde se encontraba la flor y mucho menos la flor, un
buen día ya cansado de buscar, cuando había recorrido muchos lugares, vio un
jardín muy hermoso, con muchas flores y árboles, se acerco hasta la puerta y
allí había un Cuervo, que le saludo y le dijo con voz chillona y altisonante:
— –Hola Bienvenido, este es mi jardín y todas las aves son bienvenidas, sobre
todo los colibríes–, — me llamo Idol el Cuervo y este es el jardín de Idol
aquí están las flores que dan la Vida Eterna,
pasa y prueba–; Joe estaba cansado de buscar y de las penurias que había
vivido, se sentía confundido y creyó que por fin su suerte le había sonreído
por eso le contó a Idol todas sus aventuras y el objetivo de su búsqueda, el
Cuervo Idol le dijo: — Aquí encontraras muchas Flores que te darán Vida y
Sabiduría y veras al gran “hacedisor”–, — Ven – Agrego el Cuervo – Come de
estas flores, se llaman flores de “jes crist” y estas otras se llaman flores de
“budi”, y estas otras de “krish” y estas se llaman flores de “esoteria” y
aquellas de “brujer” y todas te dan la vida y el conocimiento–, — ¡Pero ten
mucho cuidado!—le advirtió el pajarraco, — no hables con las aves que pasan
por el lado derecho fuera del jardín–, dijo, — esos son los colibríes
extraviados que sirven al Destructor que es el demonio del bosque y que puede
robarte la vida, te lo advierto nunca dejes que se te acerquen–. Joe acepto
como verdad lo que decía el avechucho y se quedo en el jardín, allí empezó a
libar de todas las flores que había, se dedicaba un tiempo a una especifica
pero en vista de que no le satisfacía pasaba a otra, pero siempre se sentía
hambriento y veía que los demás 
colibríes del jardín estaban hambrientas también, pero no solo eso sino
que todos se sentían cada vez mas tristes y temerosos además de débiles, sus
plumajes estaban opacos, sus alas ya no se movían tan rápido como antes apenas
se podían mantener en vuelo y sus ojos estaban 
apagados y nublados, pero Idol les decía que “Eso era normal que luego
pasaría” que libaran mucho mas néctar de esas flores que todo estaría bien. Pero
no era así, al contrario Joe y los otros estaban cada vez peor y hasta se les
dificultaba pensar.

            Un buen día Joe
estaba por el lado derecho del jardín y vio pasar por la parte de afuera a
muchos colibríes machos y hembras que volaban raudos y batían sus alas a una
velocidad fabulosa, sus plumajes eran de vivos colores y hermosos y sus ojos
brillaban, como ya casi él no podía volar estaba sobre una rama y se sorprendió
cuando se le acerco una hermosa colibrí, en realidad la mas hermosa que hubiera
visto y le preguntó:

–¿que te pasa?– — ¿a que te refieres?—respondió Joe, — a que eres
un colibrí y no estas volando, sino que estas parada en una rama y eso no se ve
nunca, además los colibríes no pueden pararse en una rama, deben ser colibríes–,
–¿estas enfermo?—

— No solo un poco cansado—dijo Joe y le pregunto: — ¿Por qué ustedes
no entran en este jardín, aquí están las flores que dan vida—a lo que la
avecilla hembra contesto: –¿Vida?, — no lo parece, nosotros vamos a unos
jardines donde están las Flores que alimentan y de verdad te dan la sabiduría y
la vida y te hacen conocer al Gran Hacedor—

— ¡¿ No son ustedes los que sirven al destructor?! ¿Al demonio del
bosque?—

La avecilla hembra se rió de todas las cosas absurdas que le contó Joe
y le dijo que todas esas cosas eran cuentos y habladurías sin sentido de Idol
que lo que quería era tener a muchos colibríes esclavizados y sirviéndole
entupidamente, la colibrí, que se llamaba Gracia, lo invito a venir con ella a
conocer los otros jardines, Joe venciendo su miedo y haciendo un esfuerzo para
superar su debilidad voló con ella y partieron.

          Durante horas que a
Joe le parecieron interminables volaron hasta que por fin llegaron a un lugar
en que habían dos jardines, uno tenia en la entrada un letrero que decía:
“Jardín de Noa” y el otro tenia en la entrada un letrero que decía: “Jardín de
Judai”. Gracia y Joe se detuvieron frente a ambas entradas y ella le pregunto a
Joe:

        ¿Dónde naciste tú?,–
–¿en el bosque de Cedros, o en el de Robles?, Joe le contesto: — En el de
Robles, ¿Por qué? –

— Porque si naciste en el de Cedros debes ir al Jardín de Judai y si
naciste en el de Robles debes ir al de Noa—Repuso ella.

–¿A que se debe eso?—inquirió Joe, a lo que ella respondió: –Esa es la Ley que hizo el Gran Hacedor,
si eres del bosque de Robles las Flores del Jardín de Noa son las que te
nutrirán mejor y te curaran y devolverán tu fuerza y vigor, si libas las del
jardín de Judai no te harán bien pues no es lo que corresponde a tu identidad
de nativo del bosque de Robles–, –pero yo no te puedo decir mucho es mejor
que entremos y el ave Jardinero nos lo diga–.

            Entraron al jardín
de Noa y allí Joe se emociono cuando vio a otro Búho quien era el ave
jardinero, este se llamaba Sabion y era mas pequeño y joven que Beto, su viejo
amigo, luego de presentarse a Sabion este les dio la bienvenida y les explico:

–Aquí encontraran la
Flor
de Siete Pétalos o Flor de Noa, deben saborear el néctar
de cada pétalo primero para poder llegar a saborear el néctar del centro de la Flor, el néctar del Centro es
la esencia que da Vida pues viene del Gran Hacedor que se Llama Eterno–. –Cada
pétalo te enseñara una Verdad Única. —

— El Primer pétalo te Enseñara que solo hay Un Gran Hacedor y solo
Uno, no podrás reconocer ni servir ni adorar a otro hacedor delante de EL.—

— El Segundo Pétalo te enseñara que nunca puedes tomar el Nombre del
Único Gran Hacedor falsamente, ni maldecirlo, ni deshonrarlo—

–El Tercer Pétalo te enseñara que no tomaras nada que no te halla
sido dado o que no hallas ganado por tu esfuerzo—

–El cuarto pétalo te enseñara que solo te relacionaras con otros
Dignamente y sin nada que valla en contra de la ley del Gran Hacedor—

–El quinto pétalo te enseñara a no quitar la vida a ningún ser
inocente o indefenso—

–El sexto pétalo te enseñara a seguir las leyes y hacer justicia de
acuerdo a la ley del Gran Hacedor llamado Eterno—

–El séptimo y ultimo pétalo te enseñara que no puedes ser cruel con
ningún ser inferior en evolución a ti ni a comer partes de el con vida ni con
su esencia de vida—

          Luego el Búho Sabion
les dijo que una vez que cada pétalo fuera parte de ellos podrían llegar al
centro de toda la Flor
y recibir la Esencia
de Sabiduría y Vida que venia del Único Gran Hacedor, llamado Eterno.

           Con el Tiempo
Joe  y Gracia se dedicaron a saborear
cada pétalo y a recibir su sabiduría, Joe recupero su Fuerza y Vitalidad, su
plumaje volvió a ser de un intenso color Azul y en la medida que saboreaba e internalizaba
la esencia del néctar de cada pétalo, sus alas se movían mas rápido y su
inteligencia crecía, un día en que vio hacia el Jardín de Judai, pues había
comunicación entre los dos jardines, le pregunto a Sabion: –¿Por qué los
Colibríes que nacimos en el Bosque de los Robles no podemos libar las Flores
del jardín Judai? — –¿ Por que tienen tantos Pétalos?–; Sabion le
contesto:– Las Flores del Jardín de Judai tienen 613 Pétalos y el Único Gran
Hacedor las Reservo solo para sus Colibríes del Jardín de los Cedros, pues
ellos tienen que realizar algo que El les Encargo a ellos, mas sin embargo los
colibríes del Jardín de Noa son socios y Hermanos de los Colibríes del Jardín
de Judai en el perfeccionamiento de todo el Bosque– –Pero— continuo Sabion—Lo
que le corresponde a cada colibrí es distinto, ellos deben saborear con mucho
sacrificio cada uno de los 613 pétalos para poder llegar a la esencia del
centro de la flor, pues lo que les encomendó a esos colibríes el Gran Hacedor
Único requiere que eso sea así.

        Joe entendió que así
eran las cosas y que el No era quien para inquirir en los designios del Único
Gran Hacedor llamado Eterno quien de paso le había dado la oportunidad de
llagar a su Jardín de Noa y conocer a sus hermanos de su Jardín de Judai,
además había conocido a Gracia y ese día le diría que quería que fuera su
pareja para siempre y trajeran mas colibríes al Jardín de Noa sobre todo a los
que estaban prisioneros del cuervo Idol, en fin después de todo su mamá y Beto
además de los Colibríes Viejos si tenían Razón, si Existía una Flor que daba la Vida a los Colibríes del
Bosque de Los Robles, esa Flor era la
Flor
de Noa, sonrió y zumbando se fue a buscar a Gracia,
sonriendo y alegre mientras caía la tarde…..

 

FIN

Resp. 143 – Era sin pecados

Shalom! Moré, su respuesta a mi preguntaestá bastante clara desde el punto de vista Escritural y espiritual. Sin embargo, lo que no puedo entender, desde el punto de vista social y evolutivo de la conciencia humana, es lo siguiente: si rabínicamente la pena de muerte está prohibida y si la humanidad va rumbo a la abolición de la pena de muerte en cualquiera de sus formas (claro está, ejecutada por manos de hombres), por considerarse el respeto a la vida de la persona como uno de sus derechos más fundamentales (por no decir que el mayor de todos los derechos fundamentales), lo cual no significa que los jueces no apliquen otras penas (cárcel, multas, etcétera) a los malechores, volver a activarla en la sociedad ¿no sería como un retroceso a los avances que en esta materia ha dado la humanidad? ¿No es hacia allá que se dirige la humanidad? ¿No es, acaso, lo que anuncian los profetas, perfección plena e integral de los hombres?Un fuerte abrazo y gracias por su apoyo…

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Más idolatría moderna

La pasión por el fútbol muchas veces no conoce límites, y aquella por el astro argentino, todavía menos. «Muchos nos tachan de locos, pero nosotros lo tomamos como un matrimonio”, dijo la futura esposa

Dos parejas mexicanas viajaron a Argentina para «casarse» el lunes ante la llamada Iglesia Maradoniana, una comunidad virtual de seguidores del futbolista.

«Muchos nos tachan de locos, pero nosotros lo tomamos como un matrimonio,» dijo a Reuters Olivia Pozas, quien jurará amor a Adrián González ante la Iglesia Maradoniana, que según sus dirigentes tiene 40,000 adeptos en Argentina, México y España.

Los seguidores del ícono del fútbol hacen vigilia cada 29 de octubre para celebrar el 30 la «Navidad Maradoniana», que coincide con el cumpleaños del astro, quien festejará el martes sus 47 años.

En esas ceremonias anuales, los fundadores de esta peculiar religión, vestidos de blanco o de blanco y celeste -los colores del seleccionado argentino-, elevan una pelota al cielo firmada el astro y que reza «D10S» ante todos los seguidores.

También se «casarán» por este curioso culto Natalia Trujillo y Mario Martínez. Las dos parejas de mexicanos son amigos y oriundos de Jalapa, en el estado de Veracruz.

Olivia Pozas vestirá un sencillo vestido blanco y corto y su novio un traje negro, pero con el número 10 en la espalda.

Sin embargo, su novio fanático de fútbol no se salvaría de cumplir con las tradiciones. Pozas, una estudiante que participa de un intercambio académico en Buenos Aires, asegura que cuando vuelvan a México pensarán en casarse «de verdad.»

La Iglesia Maradoniana (www.iglesiamaradoniana.com.ar) fue fundada en 1998 por Hernán Amez y Héctor Campomar, dos fanáticos que dicen que su función «es mantener vigente la pasión y la magia con la que nuestro Dios jugó al fútbol.»

Y sus adeptos hasta deben respetar 10 mandamientos, entre ellos «Declarar tu amor incondicional por Diego y el buen fútbol,» «difundir los milagros de Diego en todo el universo» y «llevar Diego como segundo nombre y ponérselo a tu hijo».

Info de: http://www.infobae.com/

Resp. 142 – Cuidado, cumple con los mandamientos

Shalom…
¿Por qué en el noajismo se habla tan radicalmente de la pena de muerte para el gentil que comete ciertas transgresiones? Tengo entendido que eso fue abolido por Rabí Akiva. ¿O no? ¿Cómo manejar esos conceptos hoy?
Gracias…

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Las reglas que sigues

Existen cinco tipos de reglas/leyes que te mencionaré un poco más adelante.

Es imprescindible que toda persona conozca estos cinco tipos de reglas y reconozca las diferencias básicas entre cada tipo.
Cuando aprendes esto, tienes la posibilidad de entender porqué actúas como lo haces y qué es aquello que pudieras hacer para perfeccionar tu vida y traer redención al mundo.

Cuando ignoras la existencia de estos cinco tipos de reglas, y actúas siguiendo ciegamente solamente alguno de los tipos, estás actuando basado en información parcial, lo que probablemente te aleja de la Buena Senda.

Reglas Espirituales.
Son aquellas que ha dictado Dios y que han sido preservadas en la Torá (Escrita y Oral), se las denomina mitzvot (mandamientos).
Las normas para la aplicación de las mitzvot (halajot) fueron recibidas por Moshé directamente del Eterno.
Aunque algunas de las halajot fueron desarrolladas por excelentes asambleas de autoridades rabínicas, que seguían estrictos patrones de legislación en perfecta sintonía con la Torá.
Los mandamientos son un conjunto completo y orgánico, un sistema vital, que favorece el crecimiento personal, el establecimiento de sociedades saludables y, por si fuera poco, la vida eterna del espíritu individual.
Su cumplimiento se siente como una necesidad del espíritu, una sed interior irrefrenable, ya que el espíritu puro de cada persona se nutre con el conocimiento de estos mandamientos y su correcta ejecución.
Para su cumplimiento no hace falta comprender los motivos o razones que las sostienen, ni las ventajas o beneficios, ni que estén de acuerdo con la opinión de la masa. Solamente hace falta entender que han sido dictadas por el Creador y Señor del universo, que es nuestro deber ante Él, y nuestra misión principal en la vida.

Reglas Intelectuales.
Son reglas éticas, del comportamiento que nace de la elección racional personal que es considerado como bueno.
La persona reflexiona y medita hasta encontrar las reglas que escoge seguir y que cree que reportan bien.
Dependen del sujeto que se pauta estas reglas, de acuerdo a su propio intelecto.
Pueden estar en sintonía con las Reglas Espirituales, o con Reglas Sociales, o con el propio deseo; pero el motivo fundamental para su aceptación depende de las razones que argumente la persona.
Como depende del propio sujeto, de aquello que razona y cree, probablemente elabore normas de conducta negativas, que lesionen a la persona o a otros, pero con la excusa y justificación de estar actuando de buena voluntad.

Reglas Sociales.
Son las que dictamina determinada sociedad (o comunidad de pertenencia / referencia), en cierta época y lugar.
Actualmente en la mayoría de las naciones se sigue la opinión de las masas, teniendo la idea de que la aceptación de una mayoría es suficiente como para aprobar reglas y sustentarlas.
Sin embargo, la mayoría no siempre es consciente de lo que escoge, ni tienen capacidad como para determinar lo que es el bien común, ni siquiera se aplican con fidelidad a la Senda de las Reglas Espirituales
Por lo cual, la mayoría puede tender hacia el mal, y hacer del mal una meta común de la sociedad.
En palabras de la Torá: «No seguirás a la mayoría para hacer el mal. No testificarás en un pleito, inclinándote a la mayoría, para pervertir la causa.» (Shemot / Éxodo 23:2)
Y recordemos las palabras de un antiguo político: “Aun suponiendo el ver triunfante la opinión de los insensatos mediante el número, no por eso podrán trastocar la naturaleza de las cosas” (Cicerón en “De Legibus” (tengamos presente que este autor no era precisamente amigo del Eterno, ni apoyaba a Sus fieles, sin embargo advertía que el consenso no siempre es el mejor patrón a seguir)).

Reglas del Deseo.
Estas son pautas imprevistas, súbitas, individuales, que siguen el dictado del propio deseo, el afán de encontrar gozo o evitar lo que se teme, sin más consideración.
De por sí estas normas no atienden dictados sociales, ni siguen líneas de razonamiento lógico, ni se alumbran por el faro esclarecedor de la verdadera espiritualidad.
Por cierto que estas reglas podrían coincidir con reglas de otros niveles, y hasta sumarse para alcanzar las similares finalidades, pero sin estar supeditadas a ellas.
Por supuesto que la búsqueda de satisfacción y la evasión pueden provocar heridas de todo tipo, a quien así actúa o a los otros, sea voluntariamente, por desidia o como resultado secundario de la acción y omisión.

Reglas Naturales.
Son las que dependen exclusivamente de patrones físico-químicos.

Para llevar una vida de integridad, de trascendencia, de tendencia verdadera al bien, de bondad, de justicia, de plenitud, necesariamente se deben acatar las Reglas Espirituales, sin dejar de lado aquellas reglas de los otros cuatro tipos que no contradigan ninguna de las Reglas Espirituales.

El noájida debe tener presente los Siete Mandamientos Universales, conocer las normas derivadas, tener presente los consejos de los sabios, para de esa manera desplegar una verdadera luminosa, de construcción de Shalom.
Su vida debiera girar en torno a la fidelidad del Eterno, del modo que Él marcó, que es siguiendo la Buena Senda de los Siete Mandamientos Universales.

Los noájidas no deben actuar como hacen los devotos de las religiones, que se encierran en sus comunidades, que revolotean en torno a sus pastores, que se creen santos por censurar a otros o por privarse de los bienes y placeres que el Eterno les ha hecho llegar.
Esas conductas de santurronería no son propias de los adherentes del Padre Celestial, sino de los seguidores de falsas deidades y de doctrinas de personas ajenas a Dios.

El noájida puede y debe desarrollar una vida de gozo y alegría, llena de sensaciones agradables, placeres permitidos y que no conducen a nada que esté prohibido por Dios o los Sabios.

El noájida debe buscar la superación personal en todos los planos, el material, el social, el académico, el económico, etc.; siempre y cuando no caiga en conductas nocivas, o en cosas que lo aparten de la Buena Senda de las Reglas Espirituales.

El noájida puede y debe participar de las actividades sociales de toda índole, política, arte, cultura, ocio, deportes, etc., siempre y cuando sus actuaciones no incurran en faltas a los Mandamientos Universales y sus derivados.

El noájida tiene la obligación de cultivar su intelecto, aprender a pensar, aprender a criticar, entrenarse en criticar con sabiduría y autocriticarse con justicia.
Debe aprender de cosas mundanas, porque nada del mundo le está vedado, en tanto no vaya en contra de los Siete Mandamientos Universales.

El noájida debe llenar su vida de verdadera espiritualidad, hacer obras de bien sin contrariar las Reglas Espirituales, estudiar las porciones de la Torá que tienen permitidas, y dedicar su vida con empeño a cumplir con sus mandamientos, sin negarse los bienes de este mundo.

Conoce los tipos de reglas, aprende qué tipo estás siguiendo tú.
Ten en cuenta constante los Siete Mandamientos Universales, que son tu herencia y tu porción de bendición en Este Mundo y de gozo eterno en el Mundo Venidero.

Sé un constructor de Shalom, porque avanzas por la Buena Senda.

Resp. 141 – Repasemos

hola mi nombre es marcos (diana matute),
me alegra el volver a escribirle otra ves,para saludarlo
primeramente,y pedirle me tenga mucha paciencia, a tantas interrogantes que tengo
por hacerle.
esta ves quiero tomarme el tiempo, para explicarle un poquito, el
porque a tanta pregunta.
hace un ano yo asistia a una iglesia cristiana evangelica, religion
en la cual estuve por un periodo de nueve anos,y de la cual supe por
primera ves.
siempre tenia dudas y preguntas, a ciertas doctrinas y ensenanzas que
ellos tienen,
pero nadie de todas sus denominaciones podian contestar una respuesta
satisfactoria
a mis preguntas.
hace unos meses conoci a un amigo que es judio,con el cual pude
conversar una que otra ves respecto a la tora, luego por motivos personales
tuvimos que dejar de comunicarnos.
con el aprendi unas pocas cosas de la tora,que no quisiera dejar de
seguir aprendiendo.
y tambien me dijo acerca de las leyes noajicas, de las cuales estoy
muy ancioso por aprender mas,por esa razon le pido que por favor me
tenga paciencia, y quisiera que por favor contestara mis preguntas.
mi pregunta es la siguiente;

1- que significan segun la tora, los versiculos 2 y 3 del capitulo 12 de
daniel, podria ser tan amable a contestar mi pregunta,

2- me podria usted explicar, segun la tora, cuanto va a durar el tiempo
mesianico,
y que va a pasar con el mundo despues que se cumpla,

3- aprendi por un judio que nosotros como gentiles, no estamos obligados
a guardar el shabat, pero si lo queremos guardar esta bien, solamente
que no debemos llamarle shabat,solamente septimo dia. segun su punto
de vista es esto correcto,si lo es, podria brindarme citas
biblicas

4- es pecado para un seguidor de las leyes noajicas masturbarse;
y si lo es, puede recomendarme los versiculos biblicos donde lo dice.

muchas gracias y que Dios le siga dando mas sabiduria,

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La bendición de ser IRHE SHAMAIM.

Este escrito va dedicado a las personas que
pudieran sentir cierta soledad al no pertenecer,
  a pesar de ser creyentes del Único Dios, a
ninguna religión organizada como tal. Gran error.

Antes de nada decir que yo me he visto en tal
situación durante algún tiempo, hasta que pude madurar mi espiritualidad
gracias, sobre todo,
  a conversaciones
mantenidas con el Lic. Yehuda y que han posibilitado darme cuenta de las
bendición que es, llegar a ser un creyente gentil. Por otra parte, durante toda
aquella época, pretendía ser lo que no era, si no somos judíos, simplemente no
lo somos; es posible que deseemos la conversión, pero no es necesaria, Dios es
el único Dios para todos, para toda la humanidad:

Veamos, volvamos nuestra vista al Bereshit,
(génesis) (Advertencia: esto no es un estudio de la Torah, un estudio serio de
ella supone una preparación especial que sólo un erudito estudioso de la misma
posee, principalmente un rabino)

 Si lo
comparamos con las mitologías o leyendas de otras tradiciones culturales, nos
damos cuenta enseguida que la mayoría de los dioses de otras épocas son
descritos como dioses de una ciudad, de un pueblo (la denominación de Dios de
Israel no debe llevarnos a equívocos, obedece a motivos que exceden este
artículo)… en el Bereshit Dios es el Creador de toda la humanidad y, algo muy
importante, establece una relación con su creación.

Si seguimos la comparación con mitos y leyendas
vemos que normalmente el hombre es una creación debido a un error (mitos
indios) y resultado de muchos ensayos de humanos diferentes, también debido a
que los dioses necesitan esclavos, (mesopotamia), etc. Frente a ello el primer
libro de la Torah
nos muestra que El Creador hace al hombre a su imagen y semejanza (¿Qué más prueba
de la dignidad que nos reserva? ¿qué más prueba que nuestra soledad es
ficticia?) y, además, se relaciona con él dando libertad (por ello haciéndonos
responsables de nuestros actos) y realizando pactos, acuerdos, alianzas… es
decir, sin imponernos nada. (¿Qué más prueba de su misericordia?)

Mucha gente suspira por pertenecer al pacto que se
realizó con Abraham, Isaac y Jacob… pero se olvidan que ya antes, (Abraham no
aparece hasta el capítulo 12) ya se
había celebrado un pacto con toda la humanidad en la persona de
Noaj (Noé). Cumpliendo lo pactado en esta alianza el gentil cumple su misión en
la tierra en espera del mundo venidero.

Regresemos 
la lectura del Bereshit; Hemos visto que nos muestra a Dios, un único
Dios creador de todo el género humano, que “se preocupa” por su creación, no es
un Dios lejano que se aisla, sino que busca una relación con el ser humano. Y
vemos también que el plan inicial es la que el ser humano sea feliz, lleno de
dicha. Pero esta dicha que Dios nos había reservado en el primer tiempo, se
rompe por el propio ser humano, la confianza se rompe, pues el ser humano va a
confiar más en otro ser (la serpiente) antes que en su Creador.

Se produce una separación, que no ruptura
(enternece leer lo escrito en el versículo 21 del capítulo 3 en pleno proceso
de expulsión del paraíso), con su Creador y por ello con su propia naturaleza,
y a la postre, separación con otros seres humanos.

Dicha separación será el comienzo del sufrimiento
humano, y el nacimiento de una añoranza, de un anhelo de regreso al paraíso
perdido, de vuelta con el creador.

La misericordia de Dios es infinita y no se agota
en un acto de deslealtad, de falta de confianza, y no nos abandona. Dios
nos va a facilitar un camino para mitigar ese anhelo y todo ello a pesares que
esta separación que se había iniciado con Adán se ha ido incrementando en las
sucesivas generaciones (y el hombre ha ido adorando a sus propias invenciones),
a pesar de todo ello, Dios vuelve su vista a la humanidad representada en un
hombre: Noaj, para celebrar un nuevo pacto, una nueva alianza.

En una humanidad cada vez más corrompida, más
orgullosa (falta de humildad) más desleal con su creador… más alejada de Él, un
hombre va a merecer el Favor Divino. ¿El motivo? La Torah sólo nos cuenta de
Noaj que era un hombre recto y honrado y andaba en los caminos de Dios (6: 9)
De otras motivaciones nada se dice, la tierra estaba corrompida y llena de
crímenes y violencia, todo ser viviente se había corrompido en su camino en la
tierra (6: 11,12) pero Noaj era probo y justo, que andaba en los caminos del
Señor.

Aquí tenemos la esencia de la relación correcta
con el creador, la confianza en Dios, y en sus caminos, la rectitud (“Mi escudo
es con Dios, que salva a los justos de corazón”, salmo 7: 11).

La vida recta de Noaj, favoreció la relación con
Dios, del mismo modo que la vida del malvado hace que se hunda él mismo
(“<<El malvado>> se cava un pozo y cae en él, en el foso que él
mismo hizo”, salmo 7: 16).

¿Qué aprendemos?

Dios nunca ha abandonado al género humano, es éste
el que, mal usando su libertad, se aleja de Dios. Y el hombre recto se halla
cerca de Él.

Volviendo a Noaj: gracias a su rectitud se va a
establecer un nuevo pacto, vigente a día de hoy, un pacto no diferente al que
Dios había ya inscrito en nuestros corazones (y que permitía la justicia innata
de aquellos que Le buscan, confían y Le son leales) y se va a concretar en una
serie de normas básicas para una vida recta en los caminos del Señor:

Estas normas son concretan las siguientes Mitzvot, mandamientos que todo ser humano debe
cumplir:

1. Creer en la unidad y unicidad de Hashem; No idolatría

2. No adorar otros dioses; No blasfemia

3. No asesinar; (desde Caín y Abel… que ofensa al propio Creador)

4. No robar; Nuestro sustento hay que ganarlo por medios dignos y honrados

5. No mantener relaciones sexuales prohibidas; las relaciones sexuales
incorrectas que tanta inmadurez provocan a la par como causa y efecto

6. No comer carne de un animal vivo; Al hombre se le da el dominio sobre otros
seres, se convierte en guardián y continuador de la obra divina. El causar
sufrimiento innecesario nos aleja de la bondad inicial y, por tanto, también
nos aleja del que es BUENO.

7. Instituir un Código Legal; Es, en cierto sentido, continuar la labor
divina estableciendo normas de justicia (no se habla de leyes sin más u otras
normas, desgraciadamente la historia nos muestra demasiados casos de normas de
diversos gobernantes que no han sido precisamente justas) que faciliten la
armonía.

Cada uno de ellos ha sido suficientemente explicado y desarrollado otros
textos que el lector puede encontrar en está página web. De todas formas un
mero recordatorio explicativo de estos hermosos y sencillos preceptos que
encauzan a esta vía podría ser: Evitando la idolatría y la blasfemia se está
posibilitando una relación sin estorbos, ni intermediarios con nuestro Creador
(en Él confiamos, sólo en Él, ni en ídolos ni otras falsedades, sólo en sus
caminos, no en los creados por hombres u otros seres)

Evitando el asesinato, el robo, eliminamos la mayoría de males que aquejan a
la humanidad. Evitando el adulterio y otros usos indebidos de la sexualidad,
evitamos sufrimientos (al igual que no haciendo sufrir innecesariamente a los
animales) a la par que establecemos una vida sana, alejada de la mentira y base
de una sociedad estable.   

Basados en estos principios, la creación de normas y tribunales de justicia
(repito: DE JUSTICIA) sirven para superar las posibles diferencias entre
hombres y evitar las maldades que tanto han dañado el camino de los hombres
sobre la tierra.

Sólo quiero recalcar dos cosas:

                         
Noaj no halló la gracia ante Dios
por ser de una nación, raza o tribu en concreto, ni por haber hecho grandes
cosas, sino por ser justo y confiar en
su Dios.

                         
Dios nunca, a pesar de nuestras deslealtades, nunca nos ha
abandonado;
  siempre ha estado cerca de
aquellos que se han mantenido en sus caminos: (“El Eterno se acerca a todos los
que Le llaman, a todos los que Le invocan en verdad” Salmo 145: 18) Es nuestra
responsabilidad el camino que escogemos.

Si con la expulsión del paraíso se produce una separación del hombre de su
Creador, estos preceptos facilitan el acercamiento y preparan correctamente al
hombre para que ocupe su lugar en le mundo venidero (OLAM HABÁ). Sólo cumpliendo
adecuadamente estos preceptos un gentil, se convierte en un Jasid Umot Haolam,
un piadoso entre las naciones, la observancia de estos preceptos nos hace
hombres justos y rectos; en otras palabras:

Nos hacemos semejantes a aquel Noaj que un día halló
gracia y misericordia a los ojos de Dios.

Por todo ello no dejo de sentirme orgulloso de ser un Benei Noaj.

De ti para tu prójimo

Un pilar fundamental para la existencia humana es el precepto de la Torá:
"Ama a tu prójimo como a ti mismo".

Ésta es un raíz para decenas y decenas de preceptos, de conductas positivas y constructivas, que fortifican la personalidad, embellecen los vínculos entre las personas y edifican sociedades armoniosas.

Quisiera mencionar un puñado de actitudes y conductas positivas de preceptos de la persona para con el prójimo, que espero tú conozcas y cumplas.

  • Ser recto con la palabra.
  1. No mentir.
  2. No murmurar.
  3. No llevar y traer habladurías.
  4. No chismear.
  5. No prometer para luego no cumplir.
  6. No usar palabras groseras.
  7. No insultar.
  • Ser recto con la conducta.
    1. No actuar con malicia.
    2. No poner obstáculos delante del ciego (metafóricamente hablando).
    3. No tomar lo que es propiedad de otra persona.
    4. No agredir.
    5. Hacer actos de bondad:
    1. Ayudar al prójimo necesitado.
    2. Vestir al desnudo.
    3. Alimentar al hambriento.
    4. Visitar al enfermo.
    5. Hospedar al que viene de fuera.
    6. Enterrar al difunto.
    7. Consolar al doliente.
  • Ser limpio de corazón.
    1. No guardar rencor.
    2. No vengarse.
    3. Perdonar al que se ha arrepentido y ha pedido perdón.
    4. Arrepentirse y pedir perdón cuando se ha cometido alguna injusticia.
    5. Hacer tzedaká -dar dinero a pobres y obras de difusión de las cosas del Eterno.
    6. Buscar la manera para juzgar favorablemente al prójimo.
    7. Buscar la justicia.

    Cuatro niveles de sincero arrepentimiento

    Es importante tener presente que hay muchas cosas que aprender y mucho que andar y compartir en la vida que el Señor nuestro Dios nos da en este mundo, por ello doy gracias primeramente al Eterno por la sabiduría y sencillez que ha puesto en las enseñanzas del More Yehuda Ribco quien con esa pluma sencilla trae a nuestras vidas la enseñanza de un camino al cual Hashem nos llama a andar como Justos, por ello pido al Eterno grandes bendiciones que multipliquen la sabiduría para tratar cada asunto de la vida que comparte con todos aquellos que hemos visto la Luz del Eterno a través de sus enseñanzas, Publicado con autorización del More Yehuda Ribco

    II.- CUATRO NIVELES DE SINCERO ARREPENTIMIENTO
    GENESIS 44:23
    Lic. Yehuda Ribco Shabbat: Tevet 7, 5766; 6/1/06
    Un comentario a la Parashá Vaigash
    Esencia y máscaras
    En la parashá de esta semana, los hermanos, más específicamente Yehudá el líder, recuerdan que Iosef, en su personificación del mandamás egipcio, había dicho:
    «‘…Si vuestro hermano menor no viene con vosotros, no veréis más mi cara…'» (Bereshit / Génesis 44:23)
    En cierta manera, estas palabras eran su reto, su prueba hacia los hermanos.
    Pues, ellos debían demostrar que existía el tal hermano menor que ellos habían mencionado, pero que estaba ausente. Además, debían exhibir que eran capaces de viajar con suficiente armonía como para traerlo en paz hasta Egipto. Que habían cambiado y que ya no eran los hermanos pendencieros y envidiosos que lo habían lanzado a él al oscuro pozo y a la dura esclavitud.
    Además, era también una manera para poder reconocer que el padre y el hermano menor confiaban lo suficiente en ellos como para admitir este viaje en conjunto. Pues, si padre o hermano menor desconfiaban de la honorabilidad de los hermanos, difícilmente el hermanito viajaría con ellos.
    En cierta manera, la frase que citamos era también algo así como su amenaza hacia los hermanos. Pues de no traer al hermano, no habría realmente comida.
    Además, ellos estarían demostrando que no eran dignos de confianza, pues decían algo y luego no lo cumplían. Y además, era la clara amenaza de que terminarían en prisión de por vida, o algo peor, si aparecían nuevamente en Egipto sin Benjamín.
    Pero, en cierta manera este enunciado de Iosef era también una profunda enseñanza hacia sus hermanos (y de paso para nosotros). Tal como si les estuviera diciendo:
    Ustedes que no supieron comportarse correctamente con el hermano menor en el pasado, tienen ahora la oportunidad de redimirse mediante la teshuvá -el sincero arrepentimiento-. Pueden revivir aquella situación, y tomar ahora una decisión errónea como antaño, o una acertada que cambiará para siempre sus vidas.
    Si escogen bien, se limpiarán de una enorme carga, de mucho resentimiento y dolor.
    La decisión depende exclusivamente de ustedes, son ustedes los que escogerán si me volverán a ver como hombres íntegros o si continuarán cargando su pesada culpa de por vida.
    Cuando dijo «…no volveréis a ver mi rostro…», la idea era que eventualmente volverían a ver al príncipe egipcio, que era la careta más imponente que ocultaba la verdadera personalidad de Iosef; pero, para volver a ver a Iosef el hermano, al Yo Auténtico, ellos debían hacer teshuvá, y ese era el mensaje oculto de la frase.
    Y he aquí una gran enseñanza para nosotros. Si nos concentramos en lo esencial y hacemos lo correcto para obtener bendiciones de paz, la serenidad insuflará vida a en nuestras vidas. Si nos enfocamos en nuestro Yo Esencial o Auténtico para comunicarnos con el Yo Auténtico del prójimo, sin dejarnos engañar por los Yoes Vividos1, por las caretas que nos ponemos por miedo, entonces lograremos un enlace vital que nos fortalece. Si hacemos que nuestro hermano menor, aquel que no está contaminado por los valores pasajeros, por las modas, por los adoctrinamientos, ese hermano menor que permanece casto y puro, si hacemos que él vaya con nosotros, que se manifieste, entonces podremos hallar el verdadero rostro de nosotros y de nuestro semejante.
    Es un hecho que todos cargamos con algún resentimiento, más o menos profundo, más o menos consciente, más o menos activo y perjudicial. Desde incluso antes de nacer nos van depositando sentimientos, ideales, sueños, agresiones, libretos que no son nuestros, pero que se van convirtiendo en una máscara que encubre nuestra auténtica identidad. Nos vamos familiarizando con las máscaras de aquellos que nos rodean y vamos por la vida creyendo que las máscaras que presentamos son nuestra identidad. ¡Pero ciertamente que esto no es así! Nuestra identidad esencial no se ve disminuida o crece con los influjos externos, es un núcleo estable y permanente (incluso nos sobrevive luego de la muerte a Este Mundo). Pero tristemente la mayoría vivimos una vida de engaños, voluntarios pero en general involuntarios, y provocados por enfocarnos en las máscaras en vez de en la identidad esencial. Como esas máscaras nacen a partir de las máscaras de los otros, nuestros sentimientos de los sentimientos de otros, nuestros pensamientos negativos de pensamientos negativos de otros, etc., debemos hacer un profundo proceso de reparación, de teshuvá, para retornar a nuestra esencia y de esa manera hacer nuestra parte para redimir al mundo.
    «Teshuvá», en el contexto de valores y ética se traduce generalmente como «arrepentimiento». También puede ser entendida como «respuesta» o como «reparación».
    Todas estas acepciones que de cierta manera ya hemos usado hasta ahora, pero de hecho, la traducción literal es «retorno». ¿A qué o quién retorna el que retorna, el que hace teshuvá? Pues, retorna a su auténtica identidad, a su Yo Esencial, a la chispa de divinidad que nos da vida. Retornando, reencontrando cada uno de nosotros nuestro Yo Esencial, estamos también encontrando el camino para cumplir cabalmente el mandamiento que nos dice:
    “… [Haz de saber que] Yo soy, el Eterno tu Elokim que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud…» (Shemot / Éxodo 20:2)
    En nosotros está continuar liberarnos o seguir siendo los esclavos del sentimiento adverso, y así ir por la vida como un derrotado, que no está libre para gozar y crecer. Padeciendo esclavitud emocional, mental y espiritual, que nos llevará a in-cumplir de cierta manera el precepto que nos ordena:
    «…No tendrás dioses [poderes] ajenos delante de Mí…» (Shemot / Éxodo 20:3)
    ¿Cómo es esto? Pues, el que está esclavo de «poderes ajenos», que es adicto a todo tipo de dependencias (personas, cultos tóxicos, Jesús, drogas, Internet, fama, dinero, etc.), está ante-poniendo su «droga» al Eterno. Por ejemplo, el ambicioso que está fervientemente detrás de la adquisición de dinero, ¿acaso es íntegro de corazón y acciones para con el Eterno? Quizás sea una buena persona, excelente ser humano y hasta alma caritativa, pero si su fervor está puesto en el dinero, está esclavo de su dependencia. Tal como este esclavo, son todos los otros que dependen (en un sentido profundo y existencial) de valores, objetos o personas que no son el Eterno.
    Aprendamos entonces que está en nosotros el optar por dejar el pesado pero conocido camino del dolor, para comenzar el del retorno, y posterior crecimiento.
    Aprendamos a vivir menos nuestras máscaras, y menos a juzgar las máscaras de nuestro prójimo, para poder re-encontrarnos un poco más con el prójimo verdadero y con nuestro Yo verdadero.
    Para lograrlo, primero debemos hacer caso al salmista:
    «…Apártate del mal y haz el bien…» (Tehilim / Salmos 37:27)
    Cuatro son los niveles para comprender este profundo consejo, tal como cuatro son las etapas para desarrollar este versículo a plenitud en nuestras vidas4:
    En nuestro interior así como en el mundo, el mal está mezclado y confundido con el bien. Recordemos que el fruto del árbol del Conocimiento se llamaba «del bien y del mal» (Bereshit / Génesis 2:9), es decir, de ambos confundidos en un sólo elemento. Si hubiera sido solamente fruto para conocer el mal, el Eterno no se habría avergonzado de mencionarlo así… Siendo que la luz y la oscuridad se funden en un abrazo caótico (Bereshit / Génesis 1:4), ¿cómo discernir a simple vista cuál parte del fruto es para bien y cuál no lo es?
    El primer paso para crecer es darse cuenta de este hecho: a veces lo que llamamos «bueno» es tan solamente una apariencia de bien, y lo que consideramos «malo» en su esencia tampoco lo es. Cuando no podemos discernir lo que es luz de lo que es oscuridad, no hallamos oportunidades de crecimiento, estamos varados y en caos (Ieshaiá / Isaías 57:20). Por eso es imprescindible aprender a diferenciar realmente lo bueno de lo que no lo es, sin engaños, sin trampas al solitario, sin mediatintas. Saber esto, es el primer paso.

    En la práctica es hacer el esfuerzo consciente para cumplir los preceptos «de no hacer» y cumplir los «harás», sin dar excusas ni justificaciones para no cumplir unos u otros.8 – 47:27
    1. Por ejemplo: darte cuenta que puedes estar guardando rencor en tu corazón y que por consiguiente no estás amando realmente a tu prójimo como a ti mismo2.
    2. El segundo paso es apartarse de lo negativo ANTES de proceder a hacer lo bueno. Es como tener un campo para arar y sembrar pero que está plagado de malas hierbas, que absorberán todos los nutrientes que destinemos a nuestro sembradío y no le darán oportunidad de vivir.
    Así pues, en ocasiones la destrucción es imprescindible paso previo para le construcción. La crítica es indispensable para el crecimiento.
    El extirpar nuestras cualidades nocivas como antesala para poblar nuestro ser de virtudes. Renunciar a pensamientos, palabras y acciones negativas que nos perjudican sin sentido y dañan sin motivo verdadero al prójimo. En la práctica es esforzarse por cumplir los preceptos de «no hacer» y complementarlos de inmediato con los «harás». Por ejemplo: no guardes rencor en tu corazón para que ADEMÁS puedas efectivamente amar a tu prójimo como a ti mismo.
    3. Cuando hemos evolucionado un poco más, estamos en condición de vivir esta frase de otra manera, con más dulzura en nuestros juicios, reconociendo que no estamos libres de errores, lo que significa que si cometemos un error o pecado no por ello somos malos. Si llegamos a ser auténticos en esta vivencia, tampoco juzgaremos severamente a nuestro prójimo, y encontraremos la manera de encauzarnos y encauzarlo sin entrar en penosos conflictos o altercados personales.
    Mala es la acción, no la persona que la comete (Kohelet / Predicador 7:20).
    De esta manera, hacemos bien y en esta acción constructiva nos estamos apartando del mal, pues «…incluso una pequeña luz dispersa una gran oscuridad…» (Jovat HaLevavot 5:5). Al mismo tiempo, cuando actuemos bien no nos henchiremos de falso orgullo, ni nos sentiremos en falta o culposos si no alcanzamos la meta, pues sabemos que el mal siempre está presente, pero vive solamente si nosotros le damos vitalidad. Este tercer nivel no es fácilmente accesible para la persona que no ha desarrollado una personalidad centrada, humilde, pues no es común que se nos enseñe a juzgar con equilibrio ni a ser gratificadores con mesura. Pero si lo alcanzamos, el mal pensamiento, la mala palabra, la mal acción, el mal sentimiento no tendrán mucha fuerza para obstaculizarnos al hacer lo que es bueno. En la práctica es cumplir los preceptos «harás» de tal manera que ya casi no se tenga que necesitar con urgencia ciertos preceptos de los de «no hacer» (especialmente los de índole ética, en relación al prójimo). Por ejemplo: como amas a tu prójimo como a ti mismo con tanta autenticidad y vigor, entonces ya CASI ni siquiera sientes que algún rencor pueda guardarse en tu corazón.
    4. Por último, el cuarto nivel es propio de una persona que alcanza a vivir como un tzadik, una persona que hace que su vida gire en torno a la justicia compasiva. Quizás no lleguemos a este nivel, pero podemos actuar algún día con el ánimo de alcanzarlo. ¿Cómo se interpreta y vive el «apartarse del mal para hacer el bien» para este nivel? Es hacer un proceso de conversión o reciclaje, para decirlo en un término moderno. En este nivel se desprende la chispa de divinidad que está en lo malo3, o se descubre la finalidad positiva. Se recicla el desecho en material productivo. Se descubre el valor de lo despreciado. Se usa el poder para el bien. Se confía en el Eterno y no en dependencias endebles que son ídolos vanos. El apartarse entonces no es un alejarse, sino un desvanecer el mal para convertirlo en bien. En este nivel la conciencia está tan limpia de juicios duros, y tan apegada al Eterno, que no ofende ni teme. Cumple con los preceptos de la Torá con integridad y vive a plenitud.
    Es, sin dudas, una persona verdaderamente libre. En la práctica es cumplir y ayudar a cumplir los preceptos de «no hacer» y los «harás», porque así el Eterno lo demanda. Por ejemplo: ayudar al que te guarda rencor en su corazón a liberarse de esa carga oscura y deprimente para que ambos puedan amarse mutuamente.
    Notas:
    1- El Yo Esencial o Auténtico de cada uno es uno y único, una chispa de divinidad que nos forma. Los Yoes Vividos son múltiples en cada persona.
    Incluso aquella persona que se aferra a una sola máscara, a un solo Yo Vivido, no deja de estar oculto detrás de diversos antifaces pero que se han amalgamado defectuosamente en uno que representa su personalidad.
    2- «…No te vengarás ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo. Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Eterno…» (Vaikrá / Levítico 19:18).
    3- Recordemos que el mal también es una creación del Eterno, por tanto su finalidad siempre es para bien. A veces no se puede desarrollar la chispa de divinidad en lo negativo, y permanece en oscuridad esperando ser redimida.
    4- Cada una de estas etapas o niveles está como rectificación o complemento para cada una de las cuatro personalidades básicas, lea aquí para tener una idea al respecto.
    Preguntas y datos para meditar y profundizar:
    El Rav Elías Schwartz cuenta en uno de sus textos:
    La primera vez que el tren vino a su pequeña aldea, los jasidim decidieron mostrarle a su Rebbe este avance de la civilización moderna. Mientras el Rebbe se aproximaba a la estación, divisó una larga línea negra, fría, anónima y apática de coches encadenados unos con otros. La maquina estaba al frente, fiera en su plenitud de fuego y calor. Su impetuoso humo se elevaba entre las altas nubes. De pronto, con un estruendo poderoso y una bocanada monumental de humo la locomotora comenzó a andar, y la larga línea negra de coches se movía a su paso. Los jasidim entonces preguntaron con curiosa gracias reverente a su maestro: «Rebbe, Rebbe, ¿qué opina usted de esta maravilla?». El sabio hombre hizo un gesto con sus hombros y dijo: «No es muy novedoso… ¿no les resulta familiar que haya uno fuerte y lleno de fuego interior arrastrando tras de sí a una larga fila de sujetos oscuros, fríos, dubitativos y apáticos?».

    Uno hace la diferencia- Lic. Yehuda Ribco

    Tema publicado con la autorización del More Yehuda Ribco
    UNO HACE LA DIFERENCIA
    Lic. Prof. Yehuda Ribco // Tammuz 22, 5763 – 22/7/2003
    Tomado de la Parasha Bemidbar Matot (“Tribus”)
    Este corresponde leer la parashá llamada Matot («Tribus») junto a Masei («Etapas»), que son la novena y la última del cuarto tomo de la Torá, el sefer Bemidbar, conocido en español como «Números».
    El mundo es tan diverso, son tantas las actividades humanas, variadas líneas de conocimiento nos cruzan, innumerables son los campos de estudio y acción, que difícilmente podemos tener una perspectiva general de lo que está aconteciendo. Seguir leyendo Uno hace la diferencia- Lic. Yehuda Ribco