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UNA MIRADA SERENA A LOS CAMBIOS

Algo ocurre hoy en todas las sociedades a nivel mundial,  una suerte de vientos fuertes azotan en cada parte de las estructuras sociales provocando reacciones violentas e incluso a nivel de guerra civil interna. No sólo vemos el fenómeno a nivel latinoamericano, sino que este se expresa a nivel global.

Sociedades que hasta hace unos  dos o tres años atrás parecían perfectas puntas de flecha al desarrollo del hombre, hoy están en la bancarrota y muy aproblemadas,  otras, como las sociedades islámicas vienen padeciendo intensas convulsiones internas y aparecen los fantasmas de las divisiones  religiosas o facciones internas ocultas,  en otros casos, reaparecen viejas ideas secesionistas con nuevas banderas y renovados impulsos amenazando  con desmembrar  los que parecían estados nacionales sólidos.

Quizás un observador que recién se enfrenta a este escenario  piense que este estado de cosas es algo  nuevo,  y hasta podría apostar que todo lo que sigue es más y más convulsión, más y más sufrimientos hasta el caos total.  Es difícil no estar de acuerdo con ciertos diagnósticos, con la idea que “algo” se cae a nivel global, que se rompen cierto hilos que tenían sujeta la mecánica interna de las sociedades, y consecuentemente, viene  cierta desarticulación y probables  destrozos internos muy fuertes.

Si observamos con atención sin embargo el andar de las sociedades en la historia, nos damos pronto cuenta que los estado convulsionados en las sociedades y pueblos, son parte importante de una situación de cambio permanente, de un cambio que es  inevitable y que tiene que ver con una sola gran variable, la dinámica de la vida humana.

Hay algo en el hombre a diferencia de todo cuanto lo acompaña, que hace que siempre esté intentando  cambiar a voluntad su entorno, sus formatos, sus relaciones y buscando ciertas utopías a veces para bien, a veces para mal, en ese proceso se produce todo tipo de daño “colateral”,  e incluso su propia muerte, una cuestión paradójica si se piensa que el grueso de la acción,  intenta ir en el sentido contrario, buscar mejoras  en la calidad de vida, y por supuesto la mantención de esta.

Lo que vemos a nuestro alrededor son cambios,  estamos en un periodo de cambios sociales profundos, de reemplazo de paradigmas que creíamos estables,   quizás con una característica  adicional, se trata de cambios que ocurren en tiempos más cortos, quizás más masivos,  globales y muy interconectados gracias a las nuevas tecnologías de la información.

Una mirada serena a lo que pasa, nos dice que esto ocurre porque estamos vivos, porque tenemos expectativas, porque el cambio es una de las condiciones propias de lo que entendemos como humano, no somos estatuas. Así, cada uno de los procesos que hoy vemos como terribles, incomprensibles y hasta lejanos a nuestro pensamiento, en realidad “algo” se ajustan a las realidades locales, “algo” a las expectativas locales y de las personas, “algo” a los deseos de las comunidades locales, pero que hoy están bajo la gran lupa de la globalización, más expuestos por los medios globales y por lo tanto más en vitrina, finalmente eso nos lleva a considerar que no hay un “algo”, un sujeto malo, una idea destructiva, una fatalidad  que los impulsa, sino muchos deseos de cambio.

Me parece también que somos llamados a participar en esos cambios, quizás siendo más activos, proponiendo ideas sanas de mejoras,  evidenciando lo bueno, denunciando a aquellos que quieren llevarnos por los caminos oscuros, por los caudillismos, por la intolerancia, por  la falta de fe en las posibilidades humanas, es decir aquellos que con particular encanto nos invitan a encerrarnos y  a  pegarnos en el pecho ante lo que consideran “signos aterradores de destrucción total”.

Los cambios pasados en la historia humana  nos demuestras que estos pueden ser tremendamente traumáticos,  dolorosos en exceso, muy complejos y difíciles de superar, por ello más que nunca, se requiere de la participación de personas sensatas,  de mirada en perspectiva, reflexivas, que no acojan los llamados extremos de ideólogos, mesías  y «chantas» que parecen proliferar en estos tiempos,  se requiere de personas que inviten al dialogo permanente, que actúen serenamente.

Ser misionero ¿que es?

Ser misionero ¿que es?

Pues cualquier cosa, pero es ser creador del caos.

Al contrario, completamente al contrario, el ser noájida es ser constructor de shalom, y leal con D’ y con el pueblo judío

El misionero ¿Quien és?

Alguien que tiene una misión, o que cree que la tiene.

Que misión tiene, lo sepa o no, es ser un «guerrero» (a veces literalmente) de expandir «el veneno de su religión», y algunos aceptan todos los medios, incluso la violencia y/o el engaño, sin razonarlo, solo infestar a las sociedades. ¿No creen?

El constructor de shalom cumple las 7 leyes universales e informa del noajismo, razonando cuando se puede. Con algunos es difícil razonar, pues están ciegos y sordos; tal vez sea útiles varias charlas, en función de la personalidad y de las circunstancias…

Paz y ánimos a todos, difundiendo el noajismo «razonadamente».

El Fuego entremezclado no se apaga


Acontinuación no tendremos un estudio de Torá sino una pequeña enseñanza para que cada uno trate en lo posible de aplicarla a su vida personal y desparramar un fuego de luz para iluminar.

Esta escrito:

«Entonces salió fuego de la presencia del Eterno y consumió el holocausto y los sebos sobre el altar. Al ver esto, todo el pueblo gritó de gozo, y se postraron sobre sus rostros.» -Levítico 9:24 –

Los sacerdotes debian encargarse de que ese fuego desprendido del Eterno no se consumiera, no se extinguiera, tal como esta dicho:

«El fuego encendido sobre el altar no será apagado. El sacerdote hará arder leña en él cada mañana. Acomodará sobre el altar el holocausto y quemará sobre él el sebo de los sacrificios de paz. El fuego ha de arder permanentemente en el altar; no se apagará.» – Levítico 6:5-6 –

Dos eran los fuegos que se entremezclaban sobre el altar.

Uno era el que proveía milagrosamente Dios. El otro era el que los sacerdotes se encargaban de encender, sobre el ya encendido. Así Dios mantenía con Su protección el fuego que de Él emanaba, en tanto los sacerdotes realizaban lo que estaba a su alcance, junto con lo que le fuera ordenado.

Similarmente, cada gentil que cumple los preceptos noajicos tal como le fuera ordenado por Dios se compara con el sacerdote que constantemente, todas las mañanas, hace de su parte para mantener viva la llama sobre el altar. Trabaja en sociedad con Dios haciendo su parte y lo que se espera de él.

Un Noajida no espera milagros, sino que deposita su confianza en Dios mientras hace lo que esta a su alcance logrando entremezclar los dos fuegos existentes en el mundo.
El fuego del Noajismo no se apaga en tanto uno mismo haga de su parte, coloque la leña y mantenga viva la llama que inició Dios Mismo.

Querido lector, que tu fuego no se apague, manten viva la llama e ilumina la vida de los que te rodean, se un portador de luz y un canal de bendicion, tu tienes el potencial para ello.

Cariños!

«Si aun no eres parte de la comunidad de fieles  a Dios, eres la pieza del rompecabezas que falta.»

Pesaj para los noájidas

A mis amigos y hermanos noájidas:

¡Shalom!

Introducción
Pesaj es la primera de las festividades en la historia de la nación judía.
En ella, los judíos no sólo recordamos, sino que vivenciamos en cierta medida, las penurias y la redención que gozamos.
Tal como está dicho:

«En cada generación debe considerarse cada judío/a como si hubiera sido redimido/a de la esclavitud de Egipto«
(TB Pesajim 116b, a partir de Shemot/Éxodo 13:8)

Esa redención nos la proveyó el Eterno, (Él y nadie más, ver Shemot / Éxodo 11:4), hace más de 3300, cuando Él nos libertó de la terrible esclavitud a la que estábamos sometidos en Egipto.

Este hecho es fundamental en nuestra historia, y en nuestra forma de ser, por tanto debemos a diario recordarlo y que jamás se pierda de nuestras conciencias: el Padre nos liberó y por eso, sin excusas o dudas, le debemos nuestra vida y nuestra libertad.
Es un mandamiento para los judíos preservar este recuerdo, tal como está dicho:

«para que te acuerdes todos los días de tu vida del día en que saliste de la tierra de Egipto.«
(Devarim / Deuteronomio 16:3)

No hay dudas de que es una fiesta nacional, además de agrícola y espiritual, de los judíos; pues somos nosotros los que fuimos liberados (Devarim / Deuteronomio 6:21), son nuestros antepasados los que fueron rescatados por el Mismo Padre de garras de la esclavitud. Es nuestra historia, y no de nación ajena.
Para que no queden dudas, el Eterno nos lo dice claramente en Su perfecta Torá:

«Los Hijos de Israel celebrarán Pesaj a su debido tiempo.«
(Bemidbar / Números 9:2)

No dice los gentiles, ni el que quiera, sino que dice: «los hijos de Israel», es decir: los judíos1.

Por lo tanto, tú mi querido amigo noájida NO tienes que celebrar Pesaj, pues no es lo que el Eterno te demanda, ni lo que nutre tu espíritu.

Para los noájidas
Sin embargo, el gentil que se esfuerza por permanecer devoto al Eterno, puede (y le conviene) marcar estos días de Pesaj en su agenda, para vivirlos de una manera diferente al resto de las semanas normales.
Ahora bien, que esta vivencia no se transforme en usurpar la identidad judía, que no le corresponde, pues de hacer así, está siendo rebelde contra Dios, pues pretende ser más sabio que el Padre, atribuyéndose acciones que Dios no le ha conferido como propiedad.
Es decir, si toma para sí festividades o acciones que Dios ha dado en exclusividad a los judíos, en lugar de estar haciendo bien las cosas, está trayendo miseria y destrucción al mundo.

¿Por qué habrías tú, amigo noájida, de marcar estos días como especiales?
Te puedo ofrecer dos respuestas:

  1. Afirmar la redención universal de Mano de Dios
    Pesaj, en la historia universal, es la primera proclamación de la libertad de la persona, así como es la primer manifestación de la autodeterminación de los pueblos. No fue una arenga surgida por intereses del momento, o conveniencia política; fue una declaración del Padre de todos los seres. Por tanto, el mensaje de «liberación» de Pesaj se convierte en universal.
    Es la idea que debes hacer tuya, es la idea a la que debes dar vida en estos días, y para todos los días.
    Libertad para ti, para los tuyos, para tu prójimo y para la sociedad.
    Creo que es suficiente importancia como para acompañar el festejo judaico, con celebraciones noájidas, que tengan su propio carácter.

  2. Asociarse y colaborar en la obra de traer santidad al mundo
    Los noájidas son los socios «mayoritarios» de los judíos en la obra de atraer bendición y santidad al mundo. Por tanto, cuando los noájidas celebran Pesaj (a su manera), están ayudando y fomentando a que los judíos lo celebren (como Dios les ha mandado a los judíos). Colabora con tu vecino o conocido judío, como tú puedas y él pueda precisar. Quizás el judío no recuerda que es la festividad, o ni siquiera sabe qué es lo que se festeja, o no tiene medios económicos para adquirir matzá o vino, o puede estar involucrado en idolatría, o… ¡tantos factores en contra de la belleza espiritual para el judío! Entonces, ¿qué esperas para darle una mano? Recuérdale que es Pesaj, contáctalo con nosotros para que reciba información, dale caridad si no tiene medios, enséñale que está en tremenda idolatría si aún es de los «mesiánicos», o… ¡tanto tienes para hacer como noájida!
    Y si tienes algún familiar o amigo gentil, que no está actuando correctamente, pues viola algunos de los mandamientos que Dios ha dado a los gentiles: háblale del mensaje de libertad para todos, de solidaridad, de amor sin condiciones, del trabajo en equipo, de la fidelidad al Eterno. Invítalo a participar de encuentros noájidas, date tiempo para que él se sienta valioso, pues es un hijo de Dios, es tu hermano…
    Este es otro de los motivos para que tú, mi amigo noájida, tengas a Pesaj como una fecha de singular valor en tu calendario anual.

Esto podrías hacer…
¿Qué puedes hacer como noájida para que tu vida tenga un calidad diferente en la época de Pesaj?
Paso a enumerarte algunos actividades e ideas, que no son obligatorias, sino pautas de positivo influjo para tu vida:

  1. Los días previos a la festividad, haz una limpieza general en tu casa.
    Para los judíos esto se debe hacer para eliminar todo rastro de jametz, alimento fermentado. Pero tú no tienes obligación de mantener tu casa limpia de estos productos.
    Sin embargo, es parte de la vida noájida el mantener un ambiente, un hogar, un cuerpo limpios y saludables. A veces no tenemos tiempo para limpiar a fondo nuestras residencias, pues bien, ahora tienes la oportunidad para hacerlo.
    Y mientras sacas lo que no usas (recuerda que hay muchos indigentes que pueden beneficiarse con algunas cosas de aquello que tu no quieres más), en tanto estás esforzándote, acuérdate de cómo los antepasados de los judíos fueron esclavos durante siglos, como padecieron de innumerables tormentos, pero que finalmente encontraron la libertad por directa intervención del Padre.
    Y mientras meditas en esto, no olvides que en nuestro corazón y en nuestra mente suelen haber pesadas manchas, a las que dejamos allí por mucho tiempo. Entonces, aprovecha la época previa a Pesaj para limpiarte a fondo tu alma, tus pensamientos. Libérate de esas esclavitudes que te dominan: adicciones, malas relaciones, religiones contrarias a Dios, malos hábitos, etc.
    Es tu momento para limpiarte, por tanto, para liberarte.

  2. En la primera noche de Pesaj, convida a familiares y allegados (todos gentiles, por favor) a una cena festiva en tu hogar.
    Que haya ricos manjares, y ten a disposición vino (una copita por persona como máximo), y algunas matzot. Recuerda, ustedes no tienen obligación de comer matzá, que ni siquiera cruce por tu mente esa idea; pero tendrán ambos alimentos como símbolos: el vino para que celebren la libertad (una copia libera, una botella esclaviza); el pan ácimo para que tengan presente la pobreza de los judíos en Egipto, que solamente comían ese pan miserable. Alegría y miseria a la mesa, para que en nuestras vidas aprendamos a celebrar en los momentos de gozo, y a aceptar con entereza los tiempos de dolor. Ambos momentos sobrevendrán a nuestras vidas, y debemos celebrar así como padecer cuando corresponde.
    Pero además, sirve para que tengamos presente a los que sufren, a los que se alimentan miserablemente, a nuestro prójimo abatido, al necesitado de dinero o afecto; para que hagamos lo que tenemos a nuestro alcance para llevarles un bálsamo y verdadera esperanza.

  3. Que la cena o reunión familiar (o a veces comunitaria), presente claramente el motivo del convite: estamos para celebrar la vida, la libertad, la fidelidad a Dios, el amor al prójimo, el respeto a Israel.
    Si entre tus invitados hay misioneros (o personas que tienen fe en falsas deidades, en particular los que son muy militantes: los de Jesús), debes advertirles con tajante nitidez que no permitirás ni un intento para profanar la velada con sus imprecaciones tendientes al error.
    Por ejemplo: que ningún trasnochado diga que el vino es sangre y el pan ácimo el cuerpo de alguna mitológica deidad. O por ejemplo: que nadie se atreva a mencionar que la redención viene por tener fe en falsos dioses, cuando sabemos que Pesaj celebra precisamente todo lo contrario, que solamente Dios (el que libertó a Israel) es el único que «salva» (Ieshaiá / Isaías 45:22).

  4. El marco físico se ve engalanado si se tiende un mantel blanco sobre una mesa solemne, llena de manjares y saludables bebidas. NO se abstengan de comer leudado, aunque sí sería conveniente limitar (aunque no eliminar totalmente) los alimentos que son considerados impuros en el kashrut.
    No olviden agradecer brevemente al Uno y Único, proveedor de sustento antes de ingerir el alimento.

  5. En el transcurso de la cena se debe proceder a lo esencial, que es el conversar acerca de los relatos de la redención de Israel de la esclavitud, y el largo y tortuoso camino que lo llevó finalmente a poder despojarse de las cadenas espirituales que cargaron incluso décadas después de romper las cadenas físicas.
    Es importante que como material de referencia NO se utilicen Biblias, esas que surgen de la fantasía enviciada de los ajenos al judaísmo; ni comentarios o interpretaciones que no sean las provistas por maestros judíos idóneos; ya que (nuevamente lo digo) a veces por querer hacer lo bueno, uno tropieza con la tentación conducente de lo negativo.
    Les recomiendo que usen los textos publicados en este sitio, serjudio.com, y en nuestro sitio hermano fulvida.com .

  6. Sería excelente que todos los invitados pudieran participar, haciendo preguntas pertinentes y no capciosas, y relatando lo que hayan aprendido acerca del evento de la libertad de Pesaj, o que expusieran conceptos prácticos acerca de «la libertad».
    Por otra parte, aprovechen la oportunidad para disfrutar de la conversación con amigos y familiares; sin apuros, sin la molestia de la TV o radio, sin teléfonos, sin traer a la mesa temas de polémica innecesaria.
    Bonito sería que la conversación girara en torno a temas altruistas, elevados, de inspiración, y de concordia familiar.
    Y por supuesto, que no se abstengan de alabar y agradecer al Eterno por los bienes (pocos o muchos) con los que les ha bendecido en sus vidas. Que sea un trago de libertad en medio de la vida ajetreada… por favor…

  7. Si hay niños, haz lo posible para que ellos participen y se interesen en el tema.
    Prepara juegos, dales material de lectura previa, enséñales canciones, etc.
    Que sea un momento de encuentro familiar, ¿qué más bello hay?

  8. Es muy bueno si los invitados se comprometieran (de ahora en adelante) en el esfuerzo por atraer la redención al mundo, por el único medio humano posible: el cumplimiento de los mandamientos que Dios le ha dado a cada quien.
    Como parte de este compromiso, que cada cual procure acercar a más gentiles al estilo de vida que les es propio y saludable: el noajísmo.

  9. Durante cada día de los siete de Pesaj, estaría muy acorde que te tomaras un par de minutos para alabar al Eterno por la liberación de Israel, y para rogarLe por la pronta venida del Mashiaj con la consecuente redención final de todas las naciones de la tierra.

  10. Es muy bueno que aumentes las cantidades destinadas a tzedaká -caridad, contribuciones económicas a pobres o instituciones de educación judía-, pues es uno de los modos de asociarse con Dios en la tarea de redimir al mundo (no olvides que Pesaj es, en rigor, la celebración de la libertad de los padecimientos materiales).
    Puedes hacernos llegar tus aportes, que nos serán de gran ayuda para continuar con nuestra labor educativa y libertadora; haz clic aquí por favor.

  11. En todo momento debe quedar absolutamente claro que el gentil se está refiriendo a la historia de Israel, que no le es propia, y a los milagros, hechos maravillosos, y liberaciones que el Eterno proveyó a los judíos.
    En todo momento el gentil debe guardarse de no tomar para sí mandamientos rituales que son exclusivos de los judíos, y que no le reportan bendición al gentil que se los atribuye arbitrariamente.
    Tenlo siempre presente, para Pesaj y para cada día.

  12. Por último, sería hermoso si pudieras conseguir la invitación de judíos piadosos para que pasaras con ellos alguna de las dos cenas festivas (en la diáspora) del comienzo de la festividad.

Creo que con estas actividades e ideas, tú y los tuyos estarán en el camino de los que actúan con fidelidad al Eterno, y con amor al prójimo.
No romperán las normas de Pesaj, y crearán un ámbito de paz, libertad y verdadero desarrollo espiritual.

Un gran abrazo a todos mis hermanos, noájidas y judíos, que a pesar de las dificultades aman intensamente a Dios y desean servirLo y por tanto aman a su prójimo y le ayudan.
Y un gran abrazo a ti, hermano y amigo, que todavía estás bajo el liderazgo equivocado pero que sabes que pronto te liberarás y nos acompañaras en el Camino del Bien y de Luz.

Shalom, cuídense y gocen de lo permitido

Moré Yehuda Ribco
(Publicado originalmente en serjudio.com, en vísperas de Pesaj 5766
Republicado por primera vez en FULVIDA en el 2007)

Notas:

1- Para los que siempre buscan «peros», para hacer lo que se les antoja y no lo que les corresponde, les aclaro que lo que está escrito en Bemidbar / Números 9:14 refiere a conversos al judaísmo, y no a gentiles; o a moradores temporarios en la tierra de Israel.

O Dios o religión

La oposicion noajida a las religiones, tiene relacion en gran parte a cuestiones fundamentales acerca de la unicidad de D-os o las obligaciones de las personas.
Pero hoy quisiera hablar en relacion a las religiones y sus conceptos, acerca de como operan en la sociedad sin necesariamente estar «presentes».
No necesariamente se tiene que ser religioso o ir a sus templos para estar afectados por su veneno.
La transmision historica de sus «valores», ha causado problemas de comprension de la realidad en muchos individuos que no necesariamente fueron o son «religiosas» y que hasta en cierto punto se encuentran en las antipodas del pensamiento «religioso».
Hemos comprobado mediante testimonios fehacientes y estudios acertados en nuestra fundación que los dogmas religiosos, en si son nocivos, con esto no descubro nada.
Paradojicamente el rechazo, sin conciencia o faltos de formación, de los dogmas religiosos, tambien han sido perjudiciales para nuestras familias y por consiguiente para nuestra sociedad, ya que se han generado los excesos. La violencia, las drogas, la prostitucion, robo, otras doctrinas, poniendolos como ejemplo, son producto de la religion, porque en el rechazo de sus dogmas y condenas generaron «rebeldes» o «herejes» que basados en su plano emocional buscaron otro camino. Fuera de la religion pero tampoco basado en lo que manda el Eterno.
Por eso creo que cuando dicen que las religiones trabajan para erradicar los males de la humanidad estableciendo el «reino de dios», caen en contradiccion porque son los causantes de los males y su unica solucion es que luchen para cambiar a si mismas.
O es necesario que desaparezcan porque su «antitesis» es consecuencia nacida en su propio seno.
Esto me hace acordar a los valores de belleza que se transmiten por TV donde el mandamiento es que tenes que ser como tal o cual, y un dia vi a una muchachita que se comportaba de una manera vulgar, tratando de parecer fuerte o rebelde, cuando en realidad era un manojo de temor, porque en el fondo se estaba juzgando a si misma porque no era como el modelo televisivo.
Quizas en su mente el mensaje es que si no sos asi, quizas no valgas mucho. Si no vales mucho, de que sirve el esfuerzo.
Asi trabaja la religión, sos pecador, no vales, no te esfuerces, no hay ley, no hay recompensa, ni castigo.
Cuanta diferencia con el noajismo! cada uno de nosotros vale mucho, con nuestras diferencias y semejanzas, canalizando positivamente nuestra potencialidades, sin condenas y tratando de mejorar cada dia.
Aqui esta tu camino, el de la autosuperación mediante la guia que el Eterno nos ha brindado.
Un abrazo

Parashá Tzav 5770 : Construcción de Shalom

Esta semana en el pueblo judío se lee públicamente del rollo de la Torá la sección denominada TZAV, que se encuentra en el libro Vaikrá o Levítico.

Como hacemos habitualmente, encontremos perlas preciosas de conocimiento y espiritualidad que nutran el alma de todo ser.

En esta porción de Torá se enumeran distintos tipos de sacrificios que eran llevados por los judíos de antaño al santo Templo.
El último de los mencionados es el «Korbán Shelamim», que se puede traducir como «sacrificio de paces».
Veamos qué nos enseña la famosa obra «La Voz de la Torá», del Rabino E. Munk, en su comentario a Vaikrá 7:37.

El Midrash acentúa el hecho de que los sacrificios de shelamim (de paces) son colocados al final de la enumeración y este hecho se reproduce en Bemidbar 29:39, después de la enumeración de los korbanot tzibur (sacrificios públicos).
La paz (SHALOM) aparece así como el supremo objetivo, dado que los shelamim están destinados a restablecer la paz entre la creatura y el Creador, entre el hombre y su prójimo, entre el individuo y su conciencia.
Para nuestros Sabios, la paz no es un simple don de la creación ni una ley de la naturaleza. No es solamente una doctrina moral del pacifísmo a ultranza, que busca la paz sin importar a qué precio, aun a costa de sacrificar principios sagrados del hombre y la renuncia categórica del uso de la fuerza.
La paz, la verdadera paz, presupone por el contrario un esfuerzo permanente del hombre para llegar al estado en el cual los antagonismos, los conflictos y las contradicciones de la sociedad al fin se pasan y cuyos elementos de base se convierten en los componentes de un vasto sistema de armonía universal, coronada por el Reino de Dios en la tierra…
Rabí Iehoshua ben Levi la compara con el fermento en la pasta, la considera como el elemento promotor del movimiento y del progreso en el seno de la sociedad.
Después de que la paz y armonía que reinaban en el Paraíso fueron eliminados, como consecuencia del primer pecado, los hombres tienen la tarea permanente de reconstituirlos en su esplendor inicial y de consagrar a esta tarea lo mejor de ellos mismos.
La paz continúa siendo el gran ideal universal, cuya realización depende de la voluntad de los hombres y de la bendición Divina.

Nosotros humildemene hemos acuñado un lema, una misión, una meta: CONSTRUIR SHALOM a cada instante.

Que sepamos hacerlo y lo consigamos.

Sé feliz con tu porción

Encontramos un muy interesante midrash, narración y/o explicación de los Sabios:
Rabí Aba bar Zemina era sastre,. Cierto día fue contratado por un oficial romano. Cuando llegó la hora de comer se le ofreció carne, pero él se negó a aceptarla puesto que no era kosher -apta espiritualmente-.
El dueño de la casa le amenazó: “Si no comes de esta carne que te ofrezco, te mataré”.
El sastre contestó: “Haz conmigo lo que quieras, pero no comeré.”
El gentil sonrió y dijo: “Te diré la verdad. Si hubieras comido de la carne que tu dios te prohibió, hubiera tenido ganas de matarte. Si eres judío, sé judío; si eres gentil, actúa como gentil.”

Sheviit 4:2

No es casual que los sabios plasmaran esta anécdota y la trasmitieran dentro del conjunto de lecciones sagradas de la Tradición.

Entre sus muchas enseñanzas rescatamos una que es fundamental.
Para la persona judía existe una senda que le es propia, que si se desvía de ella se acarrea el mal.
Ese camino para el judío se llama judaísmo, cuya base principal es la Torá con sus 613 mandamientos para los judíos.

Para la persona que no es judía, es decir, para el gentil, existe su propia senda espiritual, alternativa exclusiva para los gentiles.
Ese camino de santidad para los gentiles se denomina noajismo, cuya base fundamental son los Siete Mandamientos para las naciones.

Como expresaron los Sabios a través de esta historia verídica, para que el mundo esté en armonía es necesario que el judío viva como tal, respetando sus propias costumbres y mandamientos; pero es igualmente imprescindible que el gentil viva de acuerdo a su propia idiosincracia espiritual, con apego al cumplimiento de los Siete Mandamientos.
Que el gentil no se aparte ni para un lado ni para otro: que no desbarranque hacia la idolatría o hacia cualquiera de los otros pecados que lo enrumban hacia el abismo; pero que tampoco se crea con derecho o deber para apropiarse de aquello que Dios ha decretado para que sea perpetuamente exclusivo de los judíos.

El gentil tiene los Siete Mandamientos como marco, como base, como raíces, de las cuales se derivan numerosas reglas de vida que muchas veces coinciden con mandamientos que Dios decretó para los judíos. Por ejemplo, Dios no ordenó al noajida “no estafar”, pero es una regla necesaria derivada del mandamiento de “no robar”, que calza perfectamente con alguno de los mandamientos entregados por Dios a los judíos.
Pero, están aquellos mandamientos que Dios ha decretado exclusivos de los judíos, que no pueden ni deben ser tomados por los gentiles. ¿Con qué excusa un gentil puede apropiarse de la herencia y patrimonio de los judíos que Dios determinó exclusivo para ellos?
¿Con qué descaro algun gentil puede pretenderse puro, justo, espiritual, cuando vive usurpan una identidad que le es ajena, aunque se justifique diciendo que lo hace para escalar en santidad?

Así pues, eres gentil, vive como tal.
Conoce los Siete Mandamientos y vívelos.
Conoce los reglamentos derivados y las costumbres que te conciernen y con ellos sé un constructor de Shalom.
En cuanto a lo que pertenece en exclusiva a los judíos, déjaselo a ellos.
Sé feliz, eres noájida.

Dos caminos un mismo destino (frases cortas de Noajismo)

Solo dos veces en la historia de la humanidad el Todopoderoso se ha presentando a instruir Su voluntad en esta tierra, en cada una de ellas se presento al núcleo conservador de la sociedad o sea la familia y a partir de ello se establecieron dos identidades en este mundo,  una identidad es la Noajica que es la más antigua y por demás potente otra de gran bendición es la Judía y que a través de ella se esparce la Luz por el mundo, ambos caminos fueron diseñados por el mismo Creador del mundo por lo tanto son infalibles.

El Rey escoge que vivas… ¿y tú qué haces con tu tiempo de vida?

Hoy temprano enseñaba a unos jóvenes la primer plegaria que se debe decir al despertar, el «modé aní», que dice:

«Agradezco ante ti, Rey vivo y eterno, que me devolviste mi espíritu, con compasión amable lo hiciste, pues mucha es tu confianza (en mí).»

Tal el sencillo y profundo rezo con el cual todos (judíos y gentiles) debíeramos comenzar nuestra jornada.
Muchas son las enseñanzas que íbamos compartiendo con los casi cien jovencitos. Palabra tras palabra, profundizando y elevándonos, dando ejemplos y analizando, hallando caminos para conocer, comprender y cumplir.

Entonces, surgió una pregunta: ¿por qué se denomina aquí a Dios como «Rey», y no con cualquiera de Sus nombres o roles con respecto a Su creación?
Entre las varias respuestas que íbamos elaborando con los muchachitos, se mencionó el poder absoluto que disponía el rey (el de carne y hueso) en la época que el rezo fue fijado en sus palabras.

Entonces, nos dimos cuenta de que el Rey de reyes, Dios, nos estaba dejando despertar nuevamente con graciosa y compasiva majestad.
En Sus manos está el poder de cancelarnos la vida en este mundo, cuando Él disponga, sin tener nosotros el mínimo derecho a protestar o negociar Su autoridad y elección.
Por eso, cuando nos despertamos a diario, es de gran persona reconocer Su bondad, Su confianza en mí, pues pudiendo matarme Él escogió dejarme con vida.
Y si Él me deja vivir, por algo es; ya que Dios no hace cosas porque sí o por un antojo del momento. Dios no es hombre para dejarse llevar por pasiones o gustos.
Si despierto y vivo es por elección de Dios, que con Su real autoridad decreta que tenga un tiempo más de vida, para hacer algo positivo con la misma.

Ya con esto, nuevamente tenemos una profunda e intensa enseñanza. Podríamos darnos por más que satisfechos con esto.
Pero, del grupo de despiertos alumnos se alzó una voz: ¿si es Dios quien decide cuando dejamos de vivir, cómo se explican los asesinatos?
Realmente, una pregunta brillante para un niño-joven pre-Bar Mitzvá.

La respuesta que brindamos fue simple.
Dios no quiere que el asesino asesine, y eso lo sabemos todo.
No se puede argumentar que el asesino es un instrumento de Dios, un títere que cumple con la voluntad de quitar la vida a aquel que le llegó su hora.
Pero, ¿cómo es que lo sabemos todos?
Pues, porque tanto para judíos como gentiles existe el mandamiento sagrado de no asesinar al inocente.
Algunos no lo reconocen como mandamiento sagrado, sino como ley de la sociedad, o mandato ético, o pauta de vida, o el motivo que fuera.
Pero, para los que anhelamos a Dios y serLe leales, es sabido y comprendido que es un imperativo ético pero al mismo tiempo legislado como mandamiento de origen divino.
Por tanto, Dios ha decretado que la persona viva, por eso le ha dado vida; Dios ha decretado que la persona no muera a manos de un asesino; por tanto, cuando alguien comete un crimen, no es Dios el que determinó el final de una vida inocente, sino que una perrsona rompió el equilibrio cósmico, interrumpió una vida que debía proseguir.
Así pues, quien asesina no solamente está actuando de manera abominable en contra del prójimo, por lo cual es merecedor de los peores castigos de parte del Juez, sino que además deberá ser ajusticiado por quebrar doblemente y voluntariamente la decisión de Dios de que la víctima viva.

Con el mandamiento de no asesinar como ejemplo, se puede extrapolar para el resto de todos los otros mandamientos.

¿Lo entiendes?
Dios dio la ley, marcó el camino, determinó los límites, para que el mundo anduviera de acuerdo al Plan de Dios.
Si las personas acatan los mandamientos (los Siete Universales para los gentiles, los 613 de la Torá para los judíos), entonces el Plan de Dios se cumple a la perfección y podríamos vivir en un verdadero paraíso terrenal.
Pero, cuando la persona quiebra alguno de los mandamientos, está rompiendo el equilibrio del cosmos, está corrompiendo la armonía universal, está sometiendo al Plan a una alternativa que no estaba determinada por Dios.
Esto genera conflictos, dolores, angustias, malestares, alteraciones, y muchos etcéteras más que son pesados y terribles.
Es por ello que existen las justas retribuciones divinas (castigos, como se les suele llamar), que son modos de compensar el desequilibrio.
Existe también la «teshuvá», el arrepentimiento sincero, que procura reencaminar por la senda adecuada los asuntos.

Así pues, para conseguir un mundo de Shalom, cada cual debe conocer sus mandamientos que le corresponde y cumplirlos cabalmente. Sin excusas, sin dejarse llevar por el EGO, sin aditamentos fatales.

Unas últimas aclaraciones.
Por supuesto que Dios es todopoderoso, pero Él limitó Su poder para darnos oportunidad de vivir realmente con libre albedrío. Por tanto, quien quiebra un mandamiento no lo hace llevado por el destino, ni es por obra de Dios, sino que es su propia responsabilidad.

Por supuesto que los «pecados» de las personas y sociedades a simple vista parecen entorpecer el Plan de Dios, llevarlo por otros carriles, en apariencia someter al mundo a un estancamiento o alejamiento de «la» meta a la cual Dios quiere que lleguemos. Es así, pero el Plan de Dios se cumplirá finalmente.

Por supuesto que nada de lo que hagamos o dejemos de hacer afecta a Dios o Lo cambia o Lo anula o Lo imposibilita, Él está absolutamente más allá de toda interferencia o accidente. No vive en nuestra realidad, no es afectado por tiempo, espacio o accidentes. Lo que hacemos de acuerdo a nuestro libre albedrío es nuestra obra, pero nada sorprende a Dios, nada lo hace cambiar, nada lo mueve a nada… aunque a veces lo digamos así o lo pensemos.

Finalizando, cuántas cosas tan profundas y elevadas es posible estudiar cuando la persona es humilde, receptiva, sincera, respetuosa, anhelante del saber.

Tu deseo del Mashiaj

Según dicta la Tradición, los judíos deben esperar con confianza plena la llegada de la Era Mesiánica.
A diario pedir los judíos por el entronamiento del rey de Israel sobre el trono de Israel en la tierra de Israel para el pueblo de Israel.
Muchos lo hacen, con gran pasión y entrega esperan.

La pregunta que podríamos hacer con justicia es: ¿PARA qué esperan la Era Mesiánica?

Veamos:

«El Eterno hará que sobreabundes en bienes, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tus animales y en el fruto de tu campo, en la tierra que el Eterno juró a tus padres que te daría.
Él te abrirá su buen tesoro, los cielos, para dar lluvia a tu tierra en su tiempo y para bendecir toda la obra de tus manos. Tú darás prestado a muchas naciones, pero tú no pedirás prestado.»

(Devarim / Deuteronomio 28:11-12)

Están los que anhelan la tranquilidad material, el retorno al hogar, la prosperidad, el tranquilo transcurrir de los días, la amplitud, la certeza del desahogo y placer.
En la base profunda del sionismo laico se encuentra este anhelo de redención mesiánica, el retorno del individuo a su tierra original, el arraigo a una patria, el sentirse independientes y fuertes en su propios límites.

«Cada uno se sentará debajo de su vid y debajo de su higuera. Y no habrá quien los amedrente«
(Mijá / Miqueas 4:4)

Están los que añoran una vida placentera, de comodidad, de seguridad, de fin de las persecuciones antisemitas, de terminar con el vagabundeo por la diáspora. No se prioriza el aspecto territorial, ni de disfrutar de una patria, de un seno materno nacional, sino el simple y sencillo gozo de no seguir en el desamparo, en la perpetua duda de si el día de mañana se estará aquí o nuevamente será exilado o exterminado el judío.

«Él juzgará entre las naciones y arbitrará entre muchos pueblos. Y convertirán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.»
(Ieshaiá / Isaías 2:4)

Están los que sueñan con un ideal de independencia política, de renombre nacional en el concierto de las naciones, de liderar como nación el auge de una nueva era de plenitud mundial.
Su patria mesiánica es un paso indispensable para levantar la bandera de la humanidad unida, de encontrar nuevos rumbos a la vanguardia de las naciones verdaderamente unidas.
Sueñan con la paz internacional, con los prodigios de la ciencia y la técnica al alcance de todos, con el final de la hambruna y de los negociados multinacionales. Sueñan con un mundo unido sin imperialismos, ni ideologías que pudran las entrañas de las personas y las sociedades.

«Pues no saldréis con apresuramiento, ni iréis huyendo; porque el Eterno irá delante de vosotros, y el Elokim de Israel irá a vuestra retaguardia.»
(Ieshaiá / Isaías 52:12)

Están los que calculan los beneficios personales o colectivos de la Era Mesiánica. No se detienen en una patria o tierra como hogar, ni en el descanso del exilio, ni en un mundo de belleza y plenitud pacífica; sino que analizan y especulan sobre la temática.
Abundan en datos, estudian posibilidades, se esfuerzan por comprender y por penetrar el manto de secreto del futuro tiempo, pero como si fueran desprovistos de emociones.
Es un tema de estudio y no mucho más; aunque, entre los más prácticos, es también una propuesta para realizar humanamente.
Idear mundos utópicos para ser construidos por el ser humano y no por estar asociados con Dios en la redención de la Era Mesiánica.
Podrían pretender fabricar la Era Mesiánica por caminos netamente humanos, tales como los grandes soñadores filantrópicos de todas las épocas.
Llenos de ideas e ideales, pero ausentes de la realidad espiritual.
Los que confían en el hombre, y solamente en él, pueden tener buenas intenciones morales, ser muy humanistas, pero cuando dejan fuera de la fórmula al componente principal, a Dios, entonces no están construyendo con buenos fundamentos.
Apresuran una venida del Mashiaj de un modo alternativo y no consagrado.

«Porque éste será el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Eterno: Pondré Mi Torá en su interior y la escribiré en su corazón. Yo seré su Elokim, y ellos serán Mi pueblo.
Ya nadie enseñará a su prójimo, ni nadie a su hermano, diciendo: ‘Conoce al Eterno.’ Pues todos ellos Me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice el Eterno. Porque Yo perdonaré su iniquidad y no Me acordaré más de su pecado.’
«
(Irmiá / Jeremías 31:32-33)

Están los que trabajan ahora por construir shalom, por ser socios del Eterno para el advenimiento de la Era Mesiánica.
No buscan ventajas personales, no desean premios, no demandan beneficios, sino simplemente se reconocen como siervos del Eterno y buscan la Era Mesiánica para que los bienes materiales faciliten el conocimiento del Eterno, el desarrollo de una vida de servicio al Eterno por medio del cumplimiento de Sus mandamientos.
Trabajan por vivir en una Era de plenitud en todos los planos, pero no para regodeo del EGO, sino para servicio del Eterno.

Tales cinco tipos de personas que a su modo se vinculan con el ideal mesiánico.
También entre los gentiles existe el deseo del Mesías, en parte como copia de la creencia judía; pero en parte por el «recuerdo del futuro» marcado en los espíritus de todas las personas que impulsan al anhelo de un mundo mejor.
¿Con cual de los tipos que mencionamos puedes identificarte?
¿Con el que espera para su provecho material;
con el que espera para su beneficio emocional;
con el que espera para el beneficio social;
con el que espera para el beneficio mundial;
con el que espera para servir a Dios, tal como le corresponde como noájida fiel en un mundo de fidelidad?