Shalom, Saludos Morè,
Esta reflexion es para que quien la lea piense y ore al Uno Unico, Nuestro Bendito Elokim, Bendito sea su santo nombre, por mi pais Venezuela, ya que como padre y como Noajidas mi familia y yo nos enfrentamos a una situacion muy dura que le narro a continuacion:
En las escuelas publicas de mi pais se esta sembrando una ideologia que creo no esla mas apropiada debido a que es tendiente hacia el Comunismo, pero con la base de que el «Yeshua» cristo fue el Primer Socialista (imaginese), he tenido problemas con las maestras de mis 3 hijas ya que las hembras son las que estan en edad escolar ( 7,8 y 9 años de edad respectivamente) Y LAS QUIEREN FORZAR A HACER REZOS ANTE IMAGENES AL COMENZAR LAS ACTIVIDADES DEL DIA Y ELLAS SE NIEGAN, inscribir a mis hijas en colegios privados pues es lo mismo ya que los privados son todos catolicos y algunos evangelicos, es decir en todos enseñan o exigen idolatria, por lo menos es asi en mi ciudad,
pero a parte de eso cuando he tratado de explicar mi posicion y en quien creo y a quien sirvo,
pues ¿que cree? me dicen «judio» o «Fariseo» explico que no es asi y que soy es Noajida y demas y entonces me dicen «servil de judios»,
mis hijas estudian y viven en una sociedad muy idolatrica no solo de religiones sino de brujerias y cosas asi, (en Venezuela existe demasiada gente seguidora de las santerias, incluso en el alto gobierno)
ahora me percato tambien del terrible anti semitismo y anti noajismo que se esta sembrando en mi pais de la terrible oscuridad a que se dirige si se aprueba la reforma que se discute, tengo la oportunidad real de emigrar a Panama pero es una decision muy fuerte para tomar a la ligera.
Morè, como Noajida ¿que cree usted que yo deba hacer? quedarme y luchar?
o simplemente emigrar como estan haciendo muchos de mis paisanos Venezolanos?,
le agradeceria su respuesta y por favor una sus oraciones a otros por mi pais en donde tambien nace un gran movimiento de Fieles al Uno Unico HaSHeM. gracias.
Identidad en Reserva, desde VENEZUELA
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Vale la pena su relectura
Vale la pena que leas este texto.
Los hijos de Noaj
Está testimoniado:
«Los hijos de Noaj [Noé] que salieron del arca fueron: Shem [Sem], Cam y Jafet, Cam fue el padre de Canaán.«
(Bereshit / Génesis 9:18)
Cada uno de estos descendientes, hijos y nieto, representan una faceta del individuo y de la sociedad.
Shem representa la espiritualidad, la búsqueda del Eterno por medio de la Buena Senda. Es decir, el conocimiento de las porciones aptas de Torá y el adecuado cumplimiento de los mandamientos que el Eterno te ha impuesto.
Es el puente que une lo humano con lo trascendente.
Es la esencia pura e inalterable que nos da vida.
Es la Luz de nuestro ser, nuestra identidad y nuestra posteridad.
Iafet es símbolo de intelectualidad, de razonamiento, de belleza, de progreso científico, de una chispa de creatividad y una pizca de ingenio.
Es el pensador que indaga para encontrar sendas provechosas y productivas, que beneficien a la persona y al individuo; aunque ignora la Buena Senda (quizás porque no la percibe, o quizás porque no la toma en cuenta).
Pero también representa la frialdad, el pensamiento desprovisto de corazón, la severidad, el juzgamiento, el orgullo, la jactancia, el feroz apego a las reglas, la obsesión, los planes por sobre las personas, los fines que son justificados por los medios.
Jam es sinónimo de voluptuosidad, de deseos, de pasiones, de sentimientos, de desborde, de energía anímica, de actividad, de explosión.
Es el que anhela el encuentro con el Padre celestial sin mediación, sin reflexión, sin ceremonias, sino tan sólo con un dejarse fundir con la divinidad.
Pero también es la acción salvaje y sin sentido, la superstición, el egoísmo, la esclavitud a las adicciones, el aferrarse a las propias pasiones, el hambre de poder por sobre otros, la negación de los derechos ajenos, la rebelión alocada en contra del Eterno.
Canaan representa el materialismo, el afán por acopiar, por poseer.
Es el que no busca al Eterno en modo alguno.
Es el que se ríe del dolor ajeno, el que destruye por el placer de destruir, el que quebranta por el gozo de oír la rotura, el que ataca sin piedad ni motivo.
Es la furia desatada, vacía de cualquier objetivo, sino tan solo por expresar furia, romper, pisotear, demoler, arrasar, violentar, atemorizar.
Todos estos son hijos de Noaj, los primeros noájidas.
¡Cuántas cosas podemos aprender de estas figuras!
Por ejemplo, ¿cómo encauzan correcta y constructivamente los Siete Mandamientos Universales estos paradigmas?
Te propongo que dialoguemos al respecto…
Resp. 143 – Era sin pecados
Resp. 142 – Cuidado, cumple con los mandamientos
¿Por qué en el noajismo se habla tan radicalmente de la pena de muerte para el gentil que comete ciertas transgresiones? Tengo entendido que eso fue abolido por Rabí Akiva. ¿O no? ¿Cómo manejar esos conceptos hoy?
Gracias…
Seguir leyendo Resp. 142 – Cuidado, cumple con los mandamientos
Las reglas que sigues
Existen cinco tipos de reglas/leyes que te mencionaré un poco más adelante.
Es imprescindible que toda persona conozca estos cinco tipos de reglas y reconozca las diferencias básicas entre cada tipo.
Cuando aprendes esto, tienes la posibilidad de entender porqué actúas como lo haces y qué es aquello que pudieras hacer para perfeccionar tu vida y traer redención al mundo.
Cuando ignoras la existencia de estos cinco tipos de reglas, y actúas siguiendo ciegamente solamente alguno de los tipos, estás actuando basado en información parcial, lo que probablemente te aleja de la Buena Senda.
Reglas Espirituales.
Son aquellas que ha dictado Dios y que han sido preservadas en la Torá (Escrita y Oral), se las denomina mitzvot (mandamientos).
Las normas para la aplicación de las mitzvot (halajot) fueron recibidas por Moshé directamente del Eterno.
Aunque algunas de las halajot fueron desarrolladas por excelentes asambleas de autoridades rabínicas, que seguían estrictos patrones de legislación en perfecta sintonía con la Torá.
Los mandamientos son un conjunto completo y orgánico, un sistema vital, que favorece el crecimiento personal, el establecimiento de sociedades saludables y, por si fuera poco, la vida eterna del espíritu individual.
Su cumplimiento se siente como una necesidad del espíritu, una sed interior irrefrenable, ya que el espíritu puro de cada persona se nutre con el conocimiento de estos mandamientos y su correcta ejecución.
Para su cumplimiento no hace falta comprender los motivos o razones que las sostienen, ni las ventajas o beneficios, ni que estén de acuerdo con la opinión de la masa. Solamente hace falta entender que han sido dictadas por el Creador y Señor del universo, que es nuestro deber ante Él, y nuestra misión principal en la vida.
Reglas Intelectuales.
Son reglas éticas, del comportamiento que nace de la elección racional personal que es considerado como bueno.
La persona reflexiona y medita hasta encontrar las reglas que escoge seguir y que cree que reportan bien.
Dependen del sujeto que se pauta estas reglas, de acuerdo a su propio intelecto.
Pueden estar en sintonía con las Reglas Espirituales, o con Reglas Sociales, o con el propio deseo; pero el motivo fundamental para su aceptación depende de las razones que argumente la persona.
Como depende del propio sujeto, de aquello que razona y cree, probablemente elabore normas de conducta negativas, que lesionen a la persona o a otros, pero con la excusa y justificación de estar actuando de buena voluntad.
Reglas Sociales.
Son las que dictamina determinada sociedad (o comunidad de pertenencia / referencia), en cierta época y lugar.
Actualmente en la mayoría de las naciones se sigue la opinión de las masas, teniendo la idea de que la aceptación de una mayoría es suficiente como para aprobar reglas y sustentarlas.
Sin embargo, la mayoría no siempre es consciente de lo que escoge, ni tienen capacidad como para determinar lo que es el bien común, ni siquiera se aplican con fidelidad a la Senda de las Reglas Espirituales
Por lo cual, la mayoría puede tender hacia el mal, y hacer del mal una meta común de la sociedad.
En palabras de la Torá: «No seguirás a la mayoría para hacer el mal. No testificarás en un pleito, inclinándote a la mayoría, para pervertir la causa.» (Shemot / Éxodo 23:2)
Y recordemos las palabras de un antiguo político: “Aun suponiendo el ver triunfante la opinión de los insensatos mediante el número, no por eso podrán trastocar la naturaleza de las cosas” (Cicerón en “De Legibus” (tengamos presente que este autor no era precisamente amigo del Eterno, ni apoyaba a Sus fieles, sin embargo advertía que el consenso no siempre es el mejor patrón a seguir)).
Reglas del Deseo.
Estas son pautas imprevistas, súbitas, individuales, que siguen el dictado del propio deseo, el afán de encontrar gozo o evitar lo que se teme, sin más consideración.
De por sí estas normas no atienden dictados sociales, ni siguen líneas de razonamiento lógico, ni se alumbran por el faro esclarecedor de la verdadera espiritualidad.
Por cierto que estas reglas podrían coincidir con reglas de otros niveles, y hasta sumarse para alcanzar las similares finalidades, pero sin estar supeditadas a ellas.
Por supuesto que la búsqueda de satisfacción y la evasión pueden provocar heridas de todo tipo, a quien así actúa o a los otros, sea voluntariamente, por desidia o como resultado secundario de la acción y omisión.
Reglas Naturales.
Son las que dependen exclusivamente de patrones físico-químicos.
Para llevar una vida de integridad, de trascendencia, de tendencia verdadera al bien, de bondad, de justicia, de plenitud, necesariamente se deben acatar las Reglas Espirituales, sin dejar de lado aquellas reglas de los otros cuatro tipos que no contradigan ninguna de las Reglas Espirituales.
El noájida debe tener presente los Siete Mandamientos Universales, conocer las normas derivadas, tener presente los consejos de los sabios, para de esa manera desplegar una verdadera luminosa, de construcción de Shalom.
Su vida debiera girar en torno a la fidelidad del Eterno, del modo que Él marcó, que es siguiendo la Buena Senda de los Siete Mandamientos Universales.
Los noájidas no deben actuar como hacen los devotos de las religiones, que se encierran en sus comunidades, que revolotean en torno a sus pastores, que se creen santos por censurar a otros o por privarse de los bienes y placeres que el Eterno les ha hecho llegar.
Esas conductas de santurronería no son propias de los adherentes del Padre Celestial, sino de los seguidores de falsas deidades y de doctrinas de personas ajenas a Dios.
El noájida puede y debe desarrollar una vida de gozo y alegría, llena de sensaciones agradables, placeres permitidos y que no conducen a nada que esté prohibido por Dios o los Sabios.
El noájida debe buscar la superación personal en todos los planos, el material, el social, el académico, el económico, etc.; siempre y cuando no caiga en conductas nocivas, o en cosas que lo aparten de la Buena Senda de las Reglas Espirituales.
El noájida puede y debe participar de las actividades sociales de toda índole, política, arte, cultura, ocio, deportes, etc., siempre y cuando sus actuaciones no incurran en faltas a los Mandamientos Universales y sus derivados.
El noájida tiene la obligación de cultivar su intelecto, aprender a pensar, aprender a criticar, entrenarse en criticar con sabiduría y autocriticarse con justicia.
Debe aprender de cosas mundanas, porque nada del mundo le está vedado, en tanto no vaya en contra de los Siete Mandamientos Universales.
El noájida debe llenar su vida de verdadera espiritualidad, hacer obras de bien sin contrariar las Reglas Espirituales, estudiar las porciones de la Torá que tienen permitidas, y dedicar su vida con empeño a cumplir con sus mandamientos, sin negarse los bienes de este mundo.
Conoce los tipos de reglas, aprende qué tipo estás siguiendo tú.
Ten en cuenta constante los Siete Mandamientos Universales, que son tu herencia y tu porción de bendición en Este Mundo y de gozo eterno en el Mundo Venidero.
Sé un constructor de Shalom, porque avanzas por la Buena Senda.
La bendición de ser IRHE SHAMAIM.
Este escrito va dedicado a las personas que
pudieran sentir cierta soledad al no pertenecer, a pesar de ser creyentes del Único Dios, a
ninguna religión organizada como tal. Gran error.
Antes de nada decir que yo me he visto en tal
situación durante algún tiempo, hasta que pude madurar mi espiritualidad
gracias, sobre todo, a conversaciones
mantenidas con el Lic. Yehuda y que han posibilitado darme cuenta de las
bendición que es, llegar a ser un creyente gentil. Por otra parte, durante toda
aquella época, pretendía ser lo que no era, si no somos judíos, simplemente no
lo somos; es posible que deseemos la conversión, pero no es necesaria, Dios es
el único Dios para todos, para toda la humanidad:
Veamos, volvamos nuestra vista al Bereshit,
(génesis) (Advertencia: esto no es un estudio de
ella supone una preparación especial que sólo un erudito estudioso de la misma
posee, principalmente un rabino)
Si lo
comparamos con las mitologías o leyendas de otras tradiciones culturales, nos
damos cuenta enseguida que la mayoría de los dioses de otras épocas son
descritos como dioses de una ciudad, de un pueblo (la denominación de Dios de
Israel no debe llevarnos a equívocos, obedece a motivos que exceden este
artículo)… en el Bereshit Dios es el Creador de toda la humanidad y, algo muy
importante, establece una relación con su creación.
Si seguimos la comparación con mitos y leyendas
vemos que normalmente el hombre es una creación debido a un error (mitos
indios) y resultado de muchos ensayos de humanos diferentes, también debido a
que los dioses necesitan esclavos, (mesopotamia), etc. Frente a ello el primer
libro de
nos muestra que El Creador hace al hombre a su imagen y semejanza (¿Qué más prueba
de la dignidad que nos reserva? ¿qué más prueba que nuestra soledad es
ficticia?) y, además, se relaciona con él dando libertad (por ello haciéndonos
responsables de nuestros actos) y realizando pactos, acuerdos, alianzas… es
decir, sin imponernos nada. (¿Qué más prueba de su misericordia?)
Mucha gente suspira por pertenecer al pacto que se
realizó con Abraham, Isaac y Jacob… pero se olvidan que ya antes, (Abraham no
aparece hasta el capítulo 12) ya se había celebrado un pacto con toda la humanidad en la persona de
Noaj (Noé). Cumpliendo lo pactado en esta alianza el gentil cumple su misión en
la tierra en espera del mundo venidero.
Regresemos
la lectura del Bereshit; Hemos visto que nos muestra a Dios, un único
Dios creador de todo el género humano, que “se preocupa” por su creación, no es
un Dios lejano que se aisla, sino que busca una relación con el ser humano. Y
vemos también que el plan inicial es la que el ser humano sea feliz, lleno de
dicha. Pero esta dicha que Dios nos había reservado en el primer tiempo, se
rompe por el propio ser humano, la confianza se rompe, pues el ser humano va a
confiar más en otro ser (la serpiente) antes que en su Creador.
Se produce una separación, que no ruptura
(enternece leer lo escrito en el versículo 21 del capítulo 3 en pleno proceso
de expulsión del paraíso), con su Creador y por ello con su propia naturaleza,
y a la postre, separación con otros seres humanos.
Dicha separación será el comienzo del sufrimiento
humano, y el nacimiento de una añoranza, de un anhelo de regreso al paraíso
perdido, de vuelta con el creador.
La misericordia de Dios es infinita y no se agota
en un acto de deslealtad, de falta de confianza, y no nos abandona. Dios
nos va a facilitar un camino para mitigar ese anhelo y todo ello a pesares que
esta separación que se había iniciado con Adán se ha ido incrementando en las
sucesivas generaciones (y el hombre ha ido adorando a sus propias invenciones),
a pesar de todo ello, Dios vuelve su vista a la humanidad representada en un
hombre: Noaj, para celebrar un nuevo pacto, una nueva alianza.
En una humanidad cada vez más corrompida, más
orgullosa (falta de humildad) más desleal con su creador… más alejada de Él, un
hombre va a merecer el Favor Divino. ¿El motivo?
Noaj que era un hombre recto y honrado y andaba en los caminos de Dios (6: 9)
De otras motivaciones nada se dice, la tierra estaba corrompida y llena de
crímenes y violencia, todo ser viviente se había corrompido en su camino en la
tierra (6: 11,12) pero Noaj era probo y justo, que andaba en los caminos del
Señor.
Aquí tenemos la esencia de la relación correcta
con el creador, la confianza en Dios, y en sus caminos, la rectitud (“Mi escudo
es con Dios, que salva a los justos de corazón”, salmo 7: 11).
La vida recta de Noaj, favoreció la relación con
Dios, del mismo modo que la vida del malvado hace que se hunda él mismo
(“<<El malvado>> se cava un pozo y cae en él, en el foso que él
mismo hizo”, salmo 7: 16).
¿Qué aprendemos?
Dios nunca ha abandonado al género humano, es éste
el que, mal usando su libertad, se aleja de Dios. Y el hombre recto se halla
cerca de Él.
Volviendo a Noaj: gracias a su rectitud se va a
establecer un nuevo pacto, vigente a día de hoy, un pacto no diferente al que
Dios había ya inscrito en nuestros corazones (y que permitía la justicia innata
de aquellos que Le buscan, confían y Le son leales) y se va a concretar en una
serie de normas básicas para una vida recta en los caminos del Señor:
Estas normas son concretan las siguientes Mitzvot, mandamientos que todo ser humano debe
cumplir:
1. Creer en la unidad y unicidad de Hashem; No idolatría
2. No adorar otros dioses; No blasfemia
3. No asesinar; (desde Caín y Abel… que ofensa al propio Creador)
4. No robar; Nuestro sustento hay que ganarlo por medios dignos y honrados
5. No mantener relaciones sexuales prohibidas; las relaciones sexuales
incorrectas que tanta inmadurez provocan a la par como causa y efecto
6. No comer carne de un animal vivo; Al hombre se le da el dominio sobre otros
seres, se convierte en guardián y continuador de la obra divina. El causar
sufrimiento innecesario nos aleja de la bondad inicial y, por tanto, también
nos aleja del que es BUENO.
7. Instituir un Código Legal; Es, en cierto sentido, continuar la labor
divina estableciendo normas de justicia (no se habla de leyes sin más u otras
normas, desgraciadamente la historia nos muestra demasiados casos de normas de
diversos gobernantes que no han sido precisamente justas) que faciliten la
armonía.
Cada uno de ellos ha sido suficientemente explicado y desarrollado otros
textos que el lector puede encontrar en está página web. De todas formas un
mero recordatorio explicativo de estos hermosos y sencillos preceptos que
encauzan a esta vía podría ser: Evitando la idolatría y la blasfemia se está
posibilitando una relación sin estorbos, ni intermediarios con nuestro Creador
(en Él confiamos, sólo en Él, ni en ídolos ni otras falsedades, sólo en sus
caminos, no en los creados por hombres u otros seres)
Evitando el asesinato, el robo, eliminamos la mayoría de males que aquejan a
la humanidad. Evitando el adulterio y otros usos indebidos de la sexualidad,
evitamos sufrimientos (al igual que no haciendo sufrir innecesariamente a los
animales) a la par que establecemos una vida sana, alejada de la mentira y base
de una sociedad estable.
Basados en estos principios, la creación de normas y tribunales de justicia
(repito: DE JUSTICIA) sirven para superar las posibles diferencias entre
hombres y evitar las maldades que tanto han dañado el camino de los hombres
sobre la tierra.
Sólo quiero recalcar dos cosas:
–
Noaj no halló la gracia ante Dios
por ser de una nación, raza o tribu en concreto, ni por haber hecho grandes
cosas, sino por ser justo y confiar en
su Dios.
–
Dios nunca, a pesar de nuestras deslealtades, nunca nos ha
abandonado; siempre ha estado cerca de
aquellos que se han mantenido en sus caminos: (“El Eterno se acerca a todos los
que Le llaman, a todos los que Le invocan en verdad” Salmo 145: 18) Es nuestra
responsabilidad el camino que escogemos.
Si con la expulsión del paraíso se produce una separación del hombre de su
Creador, estos preceptos facilitan el acercamiento y preparan correctamente al
hombre para que ocupe su lugar en le mundo venidero (OLAM HABÁ). Sólo cumpliendo
adecuadamente estos preceptos un gentil, se convierte en un Jasid Umot Haolam,
un piadoso entre las naciones, la observancia de estos preceptos nos hace
hombres justos y rectos; en otras palabras:
Nos hacemos semejantes a aquel Noaj que un día halló
gracia y misericordia a los ojos de Dios.
Por todo ello no dejo de sentirme orgulloso de ser un Benei Noaj.
De ti para tu prójimo
Un pilar fundamental para la existencia humana es el precepto de la Torá:
"Ama a tu prójimo como a ti mismo".
Ésta es un raíz para decenas y decenas de preceptos, de conductas positivas y constructivas, que fortifican la personalidad, embellecen los vínculos entre las personas y edifican sociedades armoniosas.
Quisiera mencionar un puñado de actitudes y conductas positivas de preceptos de la persona para con el prójimo, que espero tú conozcas y cumplas.
- Ser recto con la palabra.
- No mentir.
- No murmurar.
- No llevar y traer habladurías.
- No chismear.
- No prometer para luego no cumplir.
- No usar palabras groseras.
- No insultar.
- No actuar con malicia.
- No poner obstáculos delante del ciego (metafóricamente hablando).
- No tomar lo que es propiedad de otra persona.
- No agredir.
- Hacer actos de bondad:
- Ayudar al prójimo necesitado.
- Vestir al desnudo.
- Alimentar al hambriento.
- Visitar al enfermo.
- Hospedar al que viene de fuera.
- Enterrar al difunto.
- Consolar al doliente.
- No guardar rencor.
- No vengarse.
- Perdonar al que se ha arrepentido y ha pedido perdón.
- Arrepentirse y pedir perdón cuando se ha cometido alguna injusticia.
- Hacer tzedaká -dar dinero a pobres y obras de difusión de las cosas del Eterno.
- Buscar la manera para juzgar favorablemente al prójimo.
- Buscar la justicia.
Uno hace la diferencia- Lic. Yehuda Ribco
Tema publicado con la autorización del More Yehuda Ribco
UNO HACE LA DIFERENCIA
Lic. Prof. Yehuda Ribco // Tammuz 22, 5763 – 22/7/2003
Tomado de la Parasha Bemidbar Matot (“Tribus”)
Este corresponde leer la parashá llamada Matot («Tribus») junto a Masei («Etapas»), que son la novena y la última del cuarto tomo de la Torá, el sefer Bemidbar, conocido en español como «Números».
El mundo es tan diverso, son tantas las actividades humanas, variadas líneas de conocimiento nos cruzan, innumerables son los campos de estudio y acción, que difícilmente podemos tener una perspectiva general de lo que está aconteciendo. Seguir leyendo Uno hace la diferencia- Lic. Yehuda Ribco
El origen de los cuatro dioses
En la famosa visión del profeta Ezequiel de la carroza celestial, presenció cuatro ángeles con cuatro diferentes rostros: de persona, de león, de águila, de toro.
Éstos seres celestiales son emisarios del Eterno, siervos fieles del Uno y Único.
Desgraciadamente fueron usados a lo largo y ancho de la historia y las culturas como focos para la idolatría.
Muchas generaciones antes, Adam, conocía a estos seres, sabía de su encumbrada posición en las huestes celestiales, y de cierta manera le trasmitió a sus descendientes su existencia.
Por supuesto que Adam no se apartó de la conciencia y adhesión al Uno y Único, no cayó en la sucia senda de la idolatría.
Pero, sus descendientes empezaron a desviarse, lentamente, paulatinamente, pero de manera pronunciada.
De a poco fueron adorando a estos seres celestiales, con la intención de alcanzar al Eterno, pero de la manera errónea.
Luego incluyeron a los astros en su intento por sintonizar con el Padre Celestial, cuando de hecho lo único que precisaban era un corazón sincero y puro, el ánimo dispuesto para comunicarse con Él (Rambam, Hiljot Avodat Cojavim 1).
Entiende esto, su sed espiritual, su afán de contacto con el Eterno, lo querían saciar con cosas que Él prohibió. Ellos consideraban que con estos atajos se acercaban, cuando en los hechos se perdían cada vez más.
Su intención fue buena, pero por seguir lo que el Eterno no aprobó, se perdieron.
Es un interesante punto a tener en cuenta a la hora de actuar nosotros: ¿hacemos lo que nos corresponde por decisión de Dios, o seguimos las pautas de personas?
La idolatría que incluye a estos seres es abundante, profusa, está desperdigada por todo el mundo, con más o menos claridad de la imagen.
Sorpréndete al comprender el origen de esta aberración, que seguramente está a tu lado y no te habías dado cuenta. ((Los famosos cuatro elementos básicos (agua, aire, fuego, tierra) surgieron como representación simbólica de los cuatro seres de la carroza celestial: persona-agua, águila-aire, león-fuego, toro-tierra.
Cuando estos elementos fueron empleados como conceptos de las ciencias primitivas, sin adoración ni fe en ellos, ni como recursos de superstición, no son de idolatría. Pero, lamentablemente no ha faltado la idolatría que deifica o glorifica estos elementos de la naturaleza. Dioses de la tormenta, dioses de océanos y mares, dioses ígneos o solares, dioses de la tierra o fertilidad… ¿hubo civilización que esquivó esta idolatría?))
Persona: son infinidad los dioses humanos, o con rasgos humanos. En casi cada cultura y sociedad se encuentran personas que son adoradas como dioses. El primero que recordamos es el rebelde Nimrod, pero tienes a los faraones, y otros reyes del pasado, así como la prolífica mitología griega e hindú. Hasta el Buda, que supuestamente no predicaba su divinidad, ni proponía una religión, actualmente es adorado como deidad por sus seguidores.
La lista es larguísima, pero sin dudas que actualmente el más famoso y perverso es, por supuesto, el mítico y fantasioso colgado (alias Jesús, alias Yeshua, y muchos alias más). Su malicia profunda y espantosa radica en pretender usurpar directamente al Uno y Único.
Águila: se ha adorado a lo largo de las generaciones a las águilas u otras aves rapaces.
Solamente recuerda los estandartes romanos y nazis. El dios Horus egipcio. Piensa en los dragones chinos, en las serpientes aladas de los antiguos habitantes de América o en la Polinesia. Si no me equivoco es muy fuerte la presencia del dios águila en México.
En cierta etapa el águila se asoció con serpientes, que eran voladoras, o emplumadas, o aladas. Lentamente quedaron como serpientes o imágenes familiares.
León: el rey de la jungla ha sido empleado como divinidad en diversas culturas, pero su representación simbólica ha penetrado profundamente en casi toda la humanidad. El sol, el aro solar, son representaciones derivadas del león. En muchas banderas, estandartes, escudos nacionales hallamos al león, o al sol. ¿Tienes presente la iconografía idolátrica cristiana con el halo alrededor de sus santos? Ese halo es también un aro solar, otra muestra de idolatría. O la adoración del fuego, y del rayo, ¿qué es? Busca y encontrarás.
Toro: ¿recuerdas que una fracción de los israelitas adoraron el becerro de oro? Esto lo aprendieron de sus ex amos egipcios, quienes adoraban a Apis, el dios toro, que era una de las cuatro divinidades centrales de su religión. Serapis entre los helenistas. La vaca sagrada de la India.
Derivados de esta deidad son todas las cuestiones materialistas, que se empecinan en centrar su vida en lo que es físico, terrenal.
(Notemos como la cuatrinidad -alias trinidad- cristiana (y también de falsos judíos falsamente mesiánicos, que son cristianos que se avergüenzan de decirlo) se basa en estas deidades: el padre es el sol, el hijo es el hombre, el espíritu santo es el águila (que representan como paloma), satanás (la cuarta deidad de la mitología de Jesús) es el dios terreno, es decir, el toro.
Como sabemos, Mitra es el dios anitguo que fue usado como modelo para inventar al personaje de Jesús y mucha de su mitología. No en vano Mitra, una persona, se decía descendiente del sol/fuego, y venció al toro. Tal como la mitología fantasioso e idolátrica de Jesús que lo pone en lucha constante con el Toro/Satanás/Lo Terrenal. Y así viven los que siguen esta fe, sumergidos en la devastación de la idolatría más profunda.
Ay, que dolor por todos aquellos que siguen presos en esta prisión del espíritu).
Los que somos fieles al Padre Celestial no tenemos imágenes, ni estatuas, ni personas, ni animales, ni seres, ni intermediarios…
solamente tenemos nuestro abrazo profundo con Él, y con nada ni nadie más.
Es nuestra tarea servirLo, a Él, a nada ni nadie más.
Es nuestra obligación limpiar corazones y mentes, quitar esas perversiones que nacieron de un buen deseo, de buenas intenciones, pero que se apartaron de la senda de los mandamientos para convertirse en el origen de un infierno terrenal.
Busca a tu alrededor los vestigios de toda idolatría y purifícate.
Cuenta conmigo, cuenta con FULVIDA…