Enrique de Argentina
Resp. 103 – Sólo Dios
Enrique de Argentina
… los judeófobos más virulentos de la Iglesia fueron (y siguen siendo) reverenciados como santos. El crimen de la judeofobia se cometía con virtual impunidad. El fray Juan Capristano (m. 1456) instó a la abolición de los derechos a los judíos en Nápoles y otras ciudades, incluyendo la cancelación de las deudas que cristianos hubieran contraído para con ellos. Más tarde, debido a sus actividades en Breslau, muchos judíos fueron torturados y quemados vivos; muchos fueron empujados al suicidio.
Por: Gustavo Perednik
El sufrimiento que venimos estudiando fue relatado en un libro de 1558 de Josef Ha-kohen, bajo el bíblico título de El Valle de Lágrimas (Emek Ha-Bajá). Refiere "las penas que cayeron sobre nosotros desde el día del exilio de Judea de su tierra". Tres preguntas pueden formularse acerca de esas lágrimas.
La primera: por qué los judíos siempre sufren. Respuesta: si al decir por qué aludimos a las causas de la judeofobia, bueno, precisamente ése es el tema de nuestro curso, y para el final habrá explicaciones.
Pero si el por qué sugiere que debe de haber cierta paranoia si encontramos a los judíos siempre como víctimas, nuestra respuesta es que la judeofobia es en efecto una enfermedad social enorme que consiste en el odio hacia los judíos, y por ende, siempre los tuvo como víctimas principales. Persistió por milenios exterminando judíos, alcanzó un genocidio de seis millones hace cincuenta años (un tercio de la población judía mundial) y sigue con vitalidad para continuar.
La segunda pregunta es si la gigantesca magnitud de la judeofobia acaso significa que todo el mundo odia (u odió) a los judíos. La respuesta es no, no todo el mundo está enfermo de judeofobia, pero no es la parte sana el objeto de nuestro estudio, aun cuando es mayoritaria.
La tercera pregunta es si el clero de la Iglesia medieval era unánime en su letal postura judeofóbica. Otra vez, la respuesta es no. Incluso en períodos en los que la postura teológica de la Iglesia era judeofóbica, en el plano individual hubo eclesiásticos que rechazaron la violencia contra los judíos. Desde antaño hay ejemplos de obispos y sacerdotes que intentaron proteger a los judíos.
Cuando la sinagoga de Ravenna fue incendiada (c.550), Teodorico ordenó que la población católica la reconstruyera y flagelara a los incendiarios. Durante la primera cruzada el Obispo Comas salvó a los judíos de Praga. En la segunda, Bernardo de Clairvaux defendió activamente a los judíos que eran asesinados.
El problema, sin embargo, es que los judeófobos más virulentos de la Iglesia fueron (y siguen siendo) reverenciados como santos. El crimen de la judeofobia se cometía con virtual impunidad. El fray Juan Capristano (m. 1456) instó a la abolición de los derechos a los judíos en Nápoles y otras ciudades, incluyendo la cancelación de las deudas que cristianos hubieran contraído para con ellos. Más tarde, debido a sus actividades en Breslau, muchos judíos fueron torturados y quemados vivos; muchos fueron empujados al suicidio.
La abolición de los derechos de los judíos en Polonia por Casimiro IV también fue resultado de las maniobras de Capistrano, e inició una ola de desmanes antijudíos. Ni siquiera les permitió a los judíos escapar ese destino: fue el responsable de un edicto papal que prohibía el transporte de judíos a la Tierra de Israel. Durante su vida, recibió tanto el mote de "azote de los judíos" como el cargo de Inquisidor papal. Más de dos siglos después de su muerte fue canonizado y, desde entonces, cada 28 de marzo los católicos reverencian su memoria.
El mensaje de la Iglesia era, cuando menos, incoherente. Difundía la enseñanza del desprecio, pero ocasionalmente intentaba detener a los despreciadores que se apresuraban en cometer horrendos crímenes; el intento era tardío e insuficiente. Esta postura nunca varió radicalmente. Por ello uno de los primeros historiadores del Holocausto, Raul Hilberg, fue capaz de trazar una tabla que muestra cómo cada una de las principales Leyes de Nürenberg de la Alemania nazi tenía su precedente en la legislación eclesiástica.
La declaración de la Conferencia de Obispos Holandeses de 1995 fue un punto de inflexión en la historia de la Iglesia, al admitir que hay un sendero directo que une la teología del Nuevo Testamento con Auschwitz.
También durante la Segunda Guerra la posición del Vaticano reflejó esta habitual ambivalencia, cuando sus reservas acerca del nazismo se limitaron a proteger a católicos "no-arios". Es cierto que las encíclicas de la Iglesia y sus pronunciamientos rechazaban el dogma racista y cuestionaban algunas tesis nazis como erróneas, pero siempre omitieron criticar, o siquiera mencionar, el ataque específico contra los judíos. En 1938, Pío XI supuestamente condenó a los cristianos judeofóbicos, pero esta condena fue omitida por todos los diarios de Italia que informaron sobre el mensaje papal. Su sucesor, el germanófilo Pío XII, ya desde 1942 había recibido información sobre el asesinato de judíos en los campos. A pesar de ello restringió todos sus pronunciamientos públicos a expresiones muy cuidadosamente formuladas de simpatía por "todas las víctimas de la injusticia".
La neutralidad y el silencio del papa continaron incluso cuando los alemanes cercaron a ocho mil judíos de Roma en 1943. Mil de ellos, mayormente mujeres y niños, fueron transportados a Auschwitz. Al mismo tiempo, con la anuencia papal, más de cuatro mil judíos encontraron refugio en muchos monasterios de Roma (algunas decenas en el Vaticano mismo).
Sin duda, el papa no tenía poder como para detener el Holocausto, pero podría haber salvado miles de vidas si hubiera adoptado públicamente una posición contra el nazismo. Hitler, Goebbels y muchos otros cabecillas nazis, murieron como miembros de la Iglesia Católica, y nunca fueron excomulgados (lo que contrasta con el hecho, por ejemplo, de que el presidente argentino Juan D. Perón fue excomulgado cuando en 1955 atacó la influencia de la Iglesia, y unos pocos meses después fue derrocado).
Un sacerdote católico lideró el régimen nazi de Eslovaquia, y tambíen fueron católicos un cuarto de los miembros de las SS, así como casi la mitad de la población del Gran Reich Alemán.
La resuelta reacción del Episcopado alemán contra el programa nazi de eutanasia, logró que virtualmente se suspendiera el plan. Pero los judíos no avivaron en la Iglesia la compasión que despertaron los insanos y los retardados. Respecto de los judíos, la Iglesia estuvo interesada más en salvar sus almas que sus cuerpos. Las cancillerías diocesanas incluso proveyeron al régimen nazi de los registros de las iglesias, con datos personales acerca del marco religioso del que provenían sus feligreses.
Cuando las deportaciones de los judíos alemanes comenzaron en octubre de 1941, el episcopado limitó su intervención a suplicar por los que se habían convertido al cristianismo. Los obispos recibieron informes sobre la matanza de judíos en los campos de muerte, pero su reacción pública se limitó a vagos pronunciamientos vagos que eludían el mero término judíos.
Hubo, claro, excepciones, tanto nacionales como individuales. Una de éstas fue el prelado berlinés Bernhard Lichtenberg, quien rezó públicamente por los judíos (y falleció en su camino a Dachau). Una nación excepcional fue Holanda, en donde ya en 1934 la Iglesia prohibió la participación de católicos en el movimiento nazi. Ocho años después los obispos protestaron públicamente ante las primeras deportaciones de judíos holandeses, y en mayo de 1943 prohibieron la colaboración de policías católicos en las cazas de judíos, aun a costa de que así debieran perder sus puestos. Muchos judíos salvaron sus vidas gracias a las audaces acciones de rescate de clérigos menores, monjes, y laicos católicos.
Ahora pasaremos a lo fundamental que quedó pendiente de nuestra última lección: los tres principales mitos cristianos inventados en la Edad Media, a través de los cuales la judeofobia fue transmitida desde el siglo XIV.
Este es una de las expresiones máximas de histeria colectiva y crueldad humanas. Se trata de la acusación de que los judíos asesinan a no-judíos (especialmente cristianos) a los efectos de utilizar su sangre en la Pascua u otros rituales.
Hubo cientos de libelos, que en general seguían el mismo esquema. Se hallaba un cadáver (usualmente el de un niño, y más frecuentemente cerca de la Pascua cristiana), los judíos eran acusados de haberlo asesinado para usar ritualmente su sangre. Los principales rabinos o líderes comunitarios eran detenidos y se los torturaba hasta que confesaban que en efecto eran culpables del crimen. El resultado era la expulsión de toda la comunidad de esa comarca, tormentos para una buena parte de sus miembros, o bien el exterminio expedito de todos ellos. Generación tras generación, judíos fueron torturados en Europa y comunidades enteras fueros masacradas o dispersadas debido a este mito.
Algunos aspectos son indispensables para entender la enormidad del libelo, a saber:
En ese país ocurrió el primer caso, en Wuerzburg 1147. Un niño cristiano fue supuestamente crucificado por judíos (el motivo de la cruz explica por qué los libelos ocurrían generalmente en la época de la Pascua). En Fulda (1235) se agregó otro motivo: los judíos beben sangre cristiana con motivos medicinales. En Munich (1286) se enfatiza que los judíos rechazan la pureza, odian la inocencia del niño cristiano. Así narró los hechos el monje Cesáreo de Heisterbach: "el niño cristiano cantaba ‘Salve regina’ y como los judíos no pudieron interrumpirlo, le cortaron la lengua y lo despedazaron a hachazos".
Así lo explican ciudadanos de Tyrnau (Trnava) en 1494: "los judíos necesitan sangre porque creen que la sangre del cristiano es un buen remedio para curar la herida de la circuncisión. Entre ellos tanto los hombres como las mujeres sufren de la menstruación… Además tienen un precepto antiguo y secreto, por el que están obligados a derramar sangre cristiana en honor de Dios, en sacrificios diarios, en algún lugar".
En el caso de Norwich (1148) "los judíos compraron al niño mártir William antes de la Pascua y lo torturaron como a nuestro Señor, y durante el Viernes Santo lo colgaron en una Cruz". Esa descripción se reitera en Gloucester (1168) y en Lincoln (1255). En 1290, los judíos fueron expulsados de una Inglaterra enrarecida por la difusión de los libelos, y aun un siglo después de la expulsión, Geoffrey Chaucer lo recoge en sus prólogos a los Cuentos de Canterbury.
También la expulsión de España fue precedida por una atmósfera hostil debida a los libelos. El de La Guardia tuvo lugar en 1490-1491, y de inmediato se instituyó el culto del Santo Niño mártir. El primer libelo español data de 1182 en Saragosa, y el asunto terminó por incluirse en la ley. El Código de las Siete Partidas (1263) reza: "Hemos oido decir que en ciertos lugares durante el Viernes Santo los judíos secuestran niños y los colocan burlonamente sobre la cruz".
Detalles fueron agregándose a la historia, que asumió grandes proporciones. En 1583 Fray Rodrigo de Yepes escribió la Historia de la muerte y glorioso martirio del Santo Inocente, que llaman de La Guardia (después de casi un siglo sin judíos en España) y el argumento sirvió de base para la obra de Lope de Vega El Niño Inocente de La Guardia. En el siglo XVIII José de Canizares lo adaptó en La Viva Imagen de Cristo y Gustavo Adolfo Bécquer (1830-1870) en La rosa de pasión. En 1943 fueron republicados por Manuel Romero de Castilla bajo el título de Singular suceso en el Reinado de los Reyes Católicos.
Un caso crucial en Italia fue una especie de crónica anunciada. Durante la Cuaresma de 1475, el franciscano Bernardino da Feltre anunció que los pecados de los judíos pronto serían revelados. El Jueves Santo un niño llamado Simón desapareció, y al poco tiempo su cadáver fue encontrado al lado de la casa del jefe de la comunidad israelita. Todos los judíos, hombres, mujeres y niños, fueron arrestados. Diecisiete de ellos fueron sometidos a torturas durante quince días, después de los cuales terminaron por "confesar". Uno de los judíos murió en tormentos, seis quemados en la hoguera, y a los dos que aceptaron convertirse se los estranguló. Al principio el Papa Sixto IV detuvo los procedimientos judiciales, pero en 1478 su bula Facit nos pietas aprobó el juicio. La propiedad de los judíos ejecutados fue confiscada y a partir de entonces, los judíos tuvieron prohibida la residencia en Trento (hasta el siglo XVIII tenían aun prohibido el paso por la ciudad). El niño Simón fue beatificado.
Después de este éxito, el fray Bernardino urdió escenarios similares en Reggio, Bassano y Mantua, e instó a la expulsión de los judíos de Peruggia, Gubbio, Ravenna, y Campo San Pietro. Sus últimas víctimas fueron los judios de Brescia, en 1494, el año de su muerte. Al poco tiempo el propio Bernardino fue beatificado, y la Iglesia tardó cinco siglos para anular la beatificación de Simón, en 1965.
Con todo, la posición de la Iglesia y de los monarcas fue en general contraria a los libelos. Después del mentado en Fulda (1235), el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Federico II de Hohenstaufen, decidió clarificar el caso definitivamente a fin de proceder: si los judíos eran culpables se los mataría a todos; si eran inocentes, se los exoneraria públicamente. Las autoridades del clero, como no fueron capaces de llegar a una decisión concluyente "creemos necesario… dirigirnos a gente que alguna vez fue judía y se convirtió al culto de la fe cristiana; ya que ellos, como oponentes, no guardarán silencio sobre nada que puedan saber sobre este asunto entre los judíos".
En consecuencia, el emperador solicitó de reyes de Occidente que enviaran "judíos conversos al cristianismo, decentes y estudiosos, para tomar parte de un sínodo", que eventualmente se expidió así: "No puede hallarse, en el Antiguo ni en el Nuevo Testamento, que los judíos requieren de sangre humana. Por el contrario, esquivan la contaminación con cualquier tipo de sangre". El documento, que cita de varias fuentes judías, agrega que "hay una alta probabilidad de que aquéllos para quienes está prohibida incluso la sangre de animales permitidos, no pueden desear sangre humana".
Otro pronunciamiento escrito fue el del Papa Inocencio IV en 1247: "cristianos acusan falsamente… que los judíos llevan a cabo un rito de comunión con el corazón de un niño asesinado; y en cuanto se encuentra el cadáver de una persona en cualquier sitio, se les hace recaer maliciosamente la responsabilidad".
Pero la desaprobación de papas y emperadores no impidió que los casos de libelos se multiplicaran, sobre todo en Polonia, en donde el Consejo de las Tierras, órgano representativo de los judíos, envió un delegado al Vaticano, y logró que el cardenal Lorenzo Ganganelli (más tarde Papa Clemente XIV) emprendiera otra investigación exhaustiva. Ganganelli se sumó a quienes se pronunciaron contra el libelo: "Debe comprenderse con cuánta fe viviente deberíamos pedirle a Dios como el salmista ‘líbrame de la calumnia de los hombres’. Espero que la Santa Sede tome medidas para proteger a los judíos de Polonia, del mismo modo en que San Bernardo, Gregorio IX e Inocencio IV obraron en defensa de los judíos de Alemania y de Francia".
Desde el siglo XVII, los casos de libelo de sangre se extendieron a Europa Oriental. En 1636 en Lublin, la viuda Feiguele se mantiene firme ante el tormento. A partir del siglo XIX, judeófobos hicieron conspicuo uso del libelo para incitar a las masas en varios países, incluida Siria, en donde el affaire de Damasco de 1840 introdujo el mal en el mundo musulmán. Allí el influyente cónsul francés se sumó a los libelistas mientras toda la comunidad era arrestada y torturada, en el contexto de la pugna de las potencias occidentales para influir en el Medio Oriente.
Con todo, el principal perpetuador del libelo de sangre en tiempos modernos fue Rusia. Aquí se diseminó sin pausa avalado por los zares, quienes en general tuvieron una actitud mucho peor que la de papas y reyes medievales.
El primer caso en Rusia fue en Senno (cerca de Vitebsk, Pascua de 1799). Cuatro judíos fueron arrestrados despues de que el cadáver de una mujer fuera encontrado cerca de una taberna judía. Apóstatas proveyeron a la corte de extractos de una traducción distorsionada de literatura rabínica como el Shuljan Aruj y Shevet Iehuda. Pese a que los acusados terminaron siendo liberados por falta de pruebas, el poeta G.R. Derzhavin incluyó en su Opinión elevada al zar acerca de la organización del status de los judíos en Rusia, que "en estas comunidades se hallan personas que perpetran el crimen, o por lo menos protegen a perpetradores, de derramar sangre cristiana, de lo que los judíos fueron sospechosos en varias épocas y en diferentes países. Si bien opino que tales crímenes, incluso si fueron cometidos a veces en la antigüedad, eran llevados a cabo por fanáticos ignorantes, creo apropiado no pasarlos por alto".
Entre 1805 y 1816 ocurrieron más casos y, para evitar su mayor diseminación, el ministro de asuntos eclesiásticos, A. Golistyn, envió una circular a los jefes de gobernaciones el 6/3/1817, donde explicita que los monarcas polacos y los papas invariablemente invalidaron los libelos, y las cortes los`refutaron. La circular ordenaba que "de aquí en adelante los judíos no sean acusados de asesinar ninos cristianos, sin evidencia, y sobre el mero prejuicio de que necesitan de sangre cristiana".
A pesar de la circular, el zar Alejandro I dio instrucciones de revivir las acusaciones en Velizh. El juicio duró diez años, y aunque los judíos fueron finalmente exonerados, cabe reflexionar en la atmósfera que generaba un juicio tan largo sobre un tema tan escabroso. El zar Nicolás I se negó a firmar la circular de Golistyn, considerando que "hay entre los judíos salvajes fanáticos o sectas que requieren sangre cristiana para su ritual". El libelo recibía así un sello oficial, y ocurrieron muchos en Telz, Kovno (1827); Zaslav, Volhynia (1830); y Saratov (1853).
Otro comité especial designado en 1855 para investigar, incluyó teólogos, orientalistas y apóstatas. Revisaron manuscritos hebreos y publicaciones y, otra vez, concluyeron que no había evidencia alguna del uso de sangre cristiana entre los judíos.
En los años setenta del siglo pasado recrudeció la judeofobia, y el libelo fue motivo habitual en la propaganda literaria y la prensa. En alguna medida estas obras remedaban las que se habían publicado en Alemania y Francia, en las que "expertos" judeófobos "probaban" el libelo, como: Le mystere du sang chez les juifs de tous les temps, de H. Desportes (1859), prologada por Edouard Drumont; y Talmud in der Theorie und Praxis, de Konstantin C. Pawlikowski (1866).
Dos ejemplos de esta literatura en Rusia son Sobre el uso de sangre cristiana por sectas judías con propósitos religiosos (1876) de H.Lutostansky, que agotó varias ediciones, y El Talmud desenmascarado de J.Pranatis, que sigue publicándose. Contra algunos de los calumniadores se iniciaron juicios de difamación. Y las de crimen ritual continuaban.
Con el fortalecimiento de la extrema derecha (Unión del Pueblo Ruso) en la Tercera Duma, las autoridades necesitaban de más casos que justificaran la judeofobia reinante. Uno muy notorio fue el Caso Beilis (1911-1913), armado por el ministro de justicia Shcheglovitov, que despertó la oposición de centenares de intelectuales rusos, entre ellos V. Korolenko y Máximo Gorki. La eventual exoneración de Beilis fue una derrota para el régimen pero, otra vez, la atmósfera de veneno judeófobo surgía con el mero juicio, independientemente de sus resultados.
Cuando los nazis asumieron el poder en Alemania, utilizaron el libelo en su propaganda. Reanimaron las investigaciones y los juicios (Memel 1936, Bamberg 1937, Velhartice -Bohemia- 1940). El 1/5/1934 el periódico Der Stuermer dedicó al tema una edición horrorífica con ilustraciones. Hombres de ciencia alemanes colaboraron en la difusión.
Incluso para 1960 un periódico soviético de Daguestán afirmó que los judíos devotos necesitaban sangre de musulmanes para sus ritos.
Fuera de Alemania (donde en general ocurrienron un tercio de todos los libelos) hubo cuatro casos en el siglo XX. El primero de éstos fue el caso Hilsner. Tomás Masaryk, fundador y primer presidente de la Checoslovaquia moderna, tomó una activa postura en contra del mismo, "no para defenderlo a Hilsner (el acusado, un joven vagabundo) sino para defender a los cristianos de la superstición". Masaryk fue duramente atacado y su cátedra universitaria fue suspendida debido a las manifestaciones de estudiantes. Este caso también creó una ola de tumultos judeofóbicos en Europa, orquestados por el "especialista" vienés Ernst Schneider.
Los libelos ahondaron el estereotipo satánico del judío y, otra vez, el problema no era que la Iglesia lo difundiera. Por el contrario, vimos que usualmente se oponía, y en general trataba de detener las matanzas, pero con su característica ambivalencia. Los niños "mártires" eran reverenciados como santos, tales como en los casos de San Hugh de Lincoln, el Santo Niño Mártir de La Guardia, y Simón de Trento. Cada año durante siglos, los cristianos honraban la memoria de los puros inocentes que habían sido supuestamente asesinados en espantosos rituales judíos.
En el Cuarto Concilio Laterano de 1215 fue reconocida oficialmente la doctrina de la Transubstanciación, según la cual la hostia (galleta usada en la ceremonia de la Eucaristía) se transforma en el cuerpo de Jesús. Los protestantes eventualmente modificaron la doctrina y consideran que se trata sólo de un símbolo del cuerpo mas no Jesús en persona (que es el dogma católico hasta hoy).
Este segundo mito, el de la profanación de la hostia, sostenía que los judíos secretamente las robaban de las iglesias para torturarlas y reeditar los sufrimientos de Jesús. Obviamente, había en esta superstición mayor irracionalidad aun, puesto que los judíos claramente descreían de toda transusbtanciación. Pero esta acusación trajo más persecución y matanzas. La mayor parte de los cuarenta casos principales se perpetraron en Alemania y Austria.
El mito se basaba en los supuestos poderes sobrenaturales de la hostia, y en el prejuicio de que los judíos anhelaban renovar en Jesús los sufrimientos de la pasión. Su perfidia era tal, que no abandonaban los tormentos aun cuando de la hostia emanaran sangre o sonidos, o si echaba a volar. (La explicación de la "sangre" es que un honguillo de color escarlata puede formarse en comida rancia que se deja en lugares secos. Se lo denomina Micrococcus prodigiosus).
La primera supesta profanacíon fue en Belitz (cerca de Berlín) en 1243. Un grupo de judíos y judías fueron quemados en la hoguera en lo que pasó a denominarse Judenberg (monte de los judíos). En Italia hubo pocos casos debido especialmente a la protección de los papas, pero se expresó en el arte, como la Desecración de Paolo Uccenno (1397-1475) hecha para el altar de la Confraternidad del Santo Sacramento de Urbino.
De Inglaterra, los judíos fueron expulsados antes de que se difundiera la desecración de la hostia, pero también allí se reflejó en el arte, como en el Croxton Sacrament Play, escrito en 1491, dos siglos después de la expulsión.
Casos famosos fueron el de París de 1290; el de Bruselas de 1370 (que llevó a la destrucción de la judería belga, se celebró en una fiesta especial y todavía se lo ve grabado en las reliquias de la Iglesia de Santa Gudule); el de Knoblauch en 1510, que resultó en treinta ocho ejecuciones y la expulsión de los judíos de Brandenburgo. Por lo menos dos casos son aún celebrados localmente: el de Deggendorf, Bavaria, que data de 1337, y el de Segovia de 1415, que supuestamente había producido un terremoto, y resultó en la confiscación de la sinagoga y la ejecución de los líderes judíos.
Precisamente en España el infante don Juan de Aragón patrocinó algunas acusaciones. En la de Barcelona de 1367 varios sabios (como Hasdai Crescas, Nisim Gerondi e Isaac B. Sheshet) se hallaban entre los arrestados con la comunidad entera (hombres, mujeres y niños), encerrada en la sinagoga por tres días sin comida. Como no confesaron, el rey ordenó su libertad, y sólo tres judíos fueron ejecutados. Diez años después hubo casos en Teruel y Huesca.
El caso de Lisboa de 1671 se produjo cuando ya no había judíos en Portugal. Por lo tanto, cuando la hostia de la iglesia de Orivellas fue robada, un edicto real ordenó la expulsión… de todos los Nuevos Cristianos. Las supuestas desecraciones continuaron hasta el último caso, en 1836 en Bislad, Rumania.
El último mito de esta trilogía fue la ya mentada Peste Negra. Entre 1348 y 1350 una epidemia múltiple s (bubónica, septicémica y neumónica) causada por el bacilo pasteurella pestis, arrasó a casi cien millones de personas, un tercio de la población europea. En centros de densidad poblacional, como monasterios, la tasa de mortandad era superior. La racción popular fue extrema: o bien se buscó refugio en el arrepentimiento y las súplicas a Dios, o bien lanzándose al libertinaje y el salvajismo. Lo curioso es que estas dos actitudes se combinaron en que arremetían contra los judíos, quienes fueron acusados de envenenar los pozos de agua para destruir la cristiandad. En esos años miles de judíos fueron masacrados.
La bula del Papa Clemente VI (26/9/1348) vino a defenderlos, y definió la plaga como "pestilencia con que Dios aflige al pueblo cristiano". La vasta mayoría de la población, empero, la veía como pestis manufacta (artificial), la forma más simple de entenderla (y después de tanta matanza contra los judíos, podía sospecharse de que en algún momento éstos buscarían venganza).
La primera acusación fue en septiembre de 1348 en Castillo de Chillon del lago de Ginebra. Los judíos "confesaron" que la plaga había sido diseminada por un judío de Savoy guiado por un rabino que había preparado el veneno. Las matanzas se extendieron entre España y Polonia, destruyendo trescientas comunidades. Los llamados Flagelantes expiaban sus pecados matando judíos a su paso.
Las matanzas se dieron especialmente en Alemania, aun cuando al principio el emperador Carlos IV intentó defenderlos. Después se sumó al fervor de las hordas y concedió "perdón por cada transgresión que incluía el asesinato y destrucción de judíos". En muchas localidades los judíos fueron asesinados aun antes de que la plaga llegara. En Mainz, seis mil judíos fueron llevados a la hoguera, y en Estrasburgo dos mil judíos fueron quemados en una pira gigantesca en el cementerio judío.
El mito de los judíos envenenando pozos agravó su imagen diabólica, y después de la Peste Negra el status de los judios se había deteriorado por doquier.
Hubo en la Edad Media otros mitos que armaron el arsenal judeofóbico, pero ninguno fue mortífero como los mencionados. Uno adicional fue el del Judío Errante, una figura de la leyenda cristiana condenada por Jesús a vagar hasta su segunda venida, debido a que lo desairó o le pegó en su camino a la crucifixión. Dio lugar a muchos cuentos aun hasta este siglo. Nación aparentemente en Bolonia en 1233, cuando peregrinos del monasterio de Ferrara relataron que vieron a un judío en Armenia que había presenciado la Pasión de Jesús, lo ofendió, se arrepintió y se convirtió al cristianismo. Los nombres del Judío Errante varían en idiomas y tradiciones: Cartaphilus, Buttadeus, Votadio, Juan Espera en Dios, Ajasuerus, Isaac Laquedem, y Der ewige Jude. Se transformó, en efecto, en símbolo del pueblo judío todo, culpable y errante en el mundo. Este mito influyó arte y literatura, pero no produjo genocidios.
En contraste, la mentada trilogía generó máximo sadismo, y transformó la voz judío en sinónimo de diabólico. El arte medieval muestra al judío con cuernos, cola, cara satánica, postura grotesca, en compañía de puercos y escorpiones.
En el siglo XVI se produjo un cisma en la Iglesia, y nació el protestantismo, que entre otras facetas buscó recuperar las raíces hebreas del cristianismo. Pero fueron infundadas las esperanzas prematuras en que los judíos serían respetados por una Iglesia de mayor compasión hacia ellos. Lo veremos en nuestra próxima lección.
En la lectura del profeta que acompaña a la lectura prescrita de Torá que los judíos debemos hacer en Shabat, el profeta Isaías anuncia la Palabra eterna y refrescante del Padre Celestial:
«He borrado como niebla tus rebeliones, y como nube tus pecados.
Vuelve a Mí, porque Yo te he redimido.»
(Ieshaiá / Isaías 44:22)
Ningún pecador está desamparado, ya que siempre está el Padre celestial esperando para que el pecador «vuelva a Dios», es decir, se arrepienta sinceramente.
Cuando ese arrepentimiento total y sincero se produce, todas las perversiones, pecados y errores del pasado son borrados, son evaporados, tal como se disipa la nube de la tormenta cuando el poderoso viento actúa.
Aquellos actos negativos de los que uno se arrepiente de verdad, quedan en el olvido, en el pasado muerto.
La perfecta memoria celestial los quita, para que no interfieran más, para que no sigan dañando y perjudicando.
Tal es el poder maravilloso del arrepentimiento sincero.
Nosotros no podemos llegar a comprender como se produce este misericordioso proceso, ya que solamente el Altísimo tiene el conocimiento de ese secreto trascendental (Ieshaiá / Isaías 55:8). Pero, nosotros tenemos confianza en que esto ocurre, ya que el Eterno no es hombre que mienta, ni mortal para olvidar Sus promesas (Bemidbar / Números 23:19).
La palabra del Eterno es eterna, es certera, no defrauda, tal como dijo el profeta:
«la palabra de nuestro Elokim permanece para siempre.»
(Ieshaiá / Isaías 40:8)
Nosotros podemos aprender para nuestra vida dos enseñanzas muy grandes:
Creo que las dos enseñanzas son muy provechosas, y espero que las sepas disfrutar en tu vida.
Te deseo que tengas un feliz séptimo, en compañía de aquellos a quienes amas.
Los que han vivido bajo la opresión de la idolatría de Jesús, han sido inyectados con un mortal veneno espiritual.
Uno de sus elementos tóxicos es la idea (totalmente falsa) de que las manchas y pecados se borran solamente teniendo fe en ese pobre personaje, que la sanidad espiritual se alcanza merced a la sangre derramada de un sacrificio en el madero de la cruz.Pero, como podrás comprobar a continuación, esto es totalmente falso. Es una declaración aberrante. Es una gran mentira, que insulta por completo el intelecto, y lo que es mucho peor, se enfrenta con feo rostro de rebelión a nuestro amado Padre celestial.
Pues, nuestro amoroso Padre celestial ha señalado con ternura un camino absolutamente claro y diferente para obtener Su gracia, la limpieza de nuestro espíritu. Seguir leyendo Para quitar tus manchas y pecados
¿Tú te llamas seguidor de Jesús?
Entonces no tendrás ningún problema para dar respuestas maduras, coherentes, inteligentes, razonables, verdaderas a estas simples preguntas que te planteamos con todo respeto y amor.
Recuerda que no se vale emitir frases-lemas incoherentes o faltas de inteligencia, tampoco se vale contestar que «es por fe», puesto que Dios te exige ser persona pensante, que actúa con fidelidad y no como un robot sin sentido.
Te espero con Luz al final de este simple cuestionario. Seguir leyendo Preguntas para seguidores de Jesús
Gracias por su valioso tiempo a nuestrro servicio Hay mucho trabajo que realizar y apenas comenzamos el imperio del mal caerá sin dudas la mentira no tiene una base firme, avazaremos construyendo Shalom.
Mario Hinestroza
Isla de Margarita, Venezuela
Pronto, vecinos y familiares, amigos y conocidos, festejaran lo que ellos consideran el final de un año, el cierre de un ciclo de 12 meses, y seguro muchos harán toda suerte de ritos para la buena suerte, para que el año próximo les vaya "bien", para esta ocasión muchos comprarán ropas nuevas, harán comidas especiales, pondrán su mesa con frutas y lucirán abundantes, habrá todo un desplegue de fastuosidad, superficial; esa noche no habrá un momento para reflexionar, para entender qué significa esa noche, el por qué se inicia un nuevo año, esa noche nadie se detendrá a meditar sinceramente en qué puede mejorar; si acaso muchos escribirán una carta con sus deseos para el año que viene, si acaso otros pensarán en cómo tener más prosperidad económica. Todo estará enmarcado dentro de la superficialidad, nadie se sumergirá dentro si, sinceramente, nadie se quitará sus máscaras delante del juez de jueces, nadie tomará en serio su vida, será otro momento para olvidarse de los problemas, será un momento orgiástico más en el año secular.
Que triste, cuanta compasión merecen quienes, a sabiendas, y por ignorancia, festejan y consumen más del mortal veneno de la idolatria, cuan lejos estan de la luz, cuanta responsabilidad pesa sobre nosotros, faros de aquellos perdidos en el mar oscuro y traicionero de la falsedad.
A ellos dirijo este mensaje de acercamiento a la luz, a la senda de la justica, del equilibrio, de la búsqueda de paz y armonia para Este Mundo:
No es la circuncisión de un falso dios, ni la fe en él la que hace libre al hombre; no es la celebración fastuosa, deslumbrante, la que hace libre al hombre, no es la introspección superficial, las ansias de mejorar la posición económica, las que hacen libre al hombre, no son los momentos orgiásticos, de euforia, los que hacen libres a los hombres, no es la posición de los astros en ese momento, ni en cualquier otro, la que hace libre al ser humano, ningún rito, superstición, creencia, relacionada con esa fecha, hace libre al humano; lo único que verdaderamente te hace libre es el sincero arrepentimiento y la voluntad de amar a D»s, a ese Uno y Único ser que te dio el aliento de vida , lo único que te mantiene vivo es el conocimiento de lo que es el verdadero amor, el constante hacer por Él y para Él, el constante hacer por tus hermanos; lo único que mantendrá con ánimo a tu espiritu será la directa conexión con tu esencia, la directa conexión con D»s. Ven a Él, sígueLe sólo a Él, obedeceLo a Él nada más y verás cuantos cambios comienzas a experimentar.
Isaías 45:20 dice “…no tienen conocimiento aquellos que erigen el madero de su ídolo, y oran a un dios que no puede salvar…”
Perdidos en la idolatría anduvimos, hoy logramos escapar de las garras de la perdición y hemos abrazado la luz de la Tora, como dice Isaías 28:13 “…es pues la palabra del Señor: mandamiento tras mandamiento, mandato tras mandato, renglón tras renglón, línea tras de línea, un poquito aquí otro poquito allá, hasta que vayan y caigan de espaldas enlazados quebrantados y presos…”
Cuantas veces enseñamos de la ignorancia idolatrica, y fundamentamos la enseñanza en este versículo. Y nos olvidamos claramente que la enseñanza impartida decía que la palabra es como espada de doble filo que corta al que la recibe y al que la da.
Hoy vemos con dolor como hay multitudes engañadas en un supuesto dios (Jesús) muerto en un madero (cruz), y asimismo se encienden en oraciones a un dios (Jesús) que no salva, pero lo mas triste es la falta de conocimiento que manifiestan estos fieles a la idolatría, razón tenia D´os al expresar en el libro de Óseas 4:6 “…mi pueblo pereció porque le falto conocimiento…”
Al tiempo vemos como muchos se encierran en sus creencias y conceptos, y no escuchan otras opiniones, adiestrados en la ignorancia, no quieren ver la luz, obedientes a sus lideres, se encierran en sus propios conceptos, Pablo instruye a sus seguidores en Tito 3:9 lo siguiente “…pero evita las cuestiones necias, y genealogías y contenciones acerca de la Ley; porque son vanas y sin provecho…” todo un “doctor en la Ley” diciendo que la Ley no tiene provecho y es vana, demostrando que el es uno mas de aquellos a los que el mismo se refiere en II de Timoteo 4: 3-4 donde recomienda al joven Timoteo lo siguiente “…porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonan maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartaran de la verdad el oído, volviéndose a sus fabulas…”; me hace recordar la anécdota del avestruz que rodeado de leones esconde la cabeza en la tierra, me imagino que piensa, y cree que los leones no lo van a ver, pues el ya no ve a los leones, y ahora ellos se lo comen dándose banquete.
Este tipo de personas, tiene entenebrecida su mente y ya no se contenta al oír las escrituras sino que siente el impulso de volverse a diversos maestros de falsedades, dejando el mandamiento de Dios y obedeciendo los mandamientos del hombre.
Este capitulo 45 de Isaías rompe claramente una serie de enunciados de la doctrina paulista a saber:
1.- Pablo se presenta como el primero en que fue mostrada la clemencia para ejemplo de los que habrían de creer en el (Jesús), para vida eterna (I Timoteo 1:15-16 “…palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores de los cuales yo soy el primero…”) las preguntas lógicas son ¿entonces antes de esto(pablo) no hubo perdón para los pecadores?, que paso, como que se le olvido la Tora, al dejar de lado lo dicho por el profeta Isaías en 1:16-18, donde D´os a través del profeta manifiesta que hay que ir al Señor nuestro Dios y estar a cuentas con el, para que nuestros pecados sean emblanquecidos como la blanca lana.
2.- Pablo dijo en I Corintios 2:2 “…pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesús y a este crucificado…” y el profeta Isaías dice en 45:20 “…no tienen conocimiento aquellos que erigen el madero de su ídolo, y los que ruegan a un dios que no salva…” entonces donde queda la Tora, cuando en Éxodo 20 hace manifiesto que debemos apartarnos de la idolatría, y aun hoy vemos a muchos levantar la cruz de Jesús el ídolo, y ver orar a multitudes al dios (Jesús) que no salva y pregonan el cumplimiento de la Palabra de Dios. ¿Donde quedo Dios, el Dios fuerte, el Hashem que reina y aborrece la idolatría y a los idolatras?
3.- Mas aun si continuamos el 45:22 dice “… mirad a mi y sed salvos todos los términos de la tierra…,…Yo soy Dios y no hay mas Dios que yo; Dios justo y Salvador; ningún otro fuera de mí…” y Pablo en I de Corintios 1:21 dice “…le plació a Dios salvar al mundo por la locura de la predicación…”, y en Efesios 2:8 dice “…por gracia sois salvos por medio de la Fe…”, Pablo presenta a Jesús como Dios, y se le olvido su “teología” y aun lo que había dicho cuando manifiesta en II Corintios 5:19 “…que Dios estaba en cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados…”, en otras palabras cristo no era Dios reconocido por Pablo, donde considera que Jesús si tenia a Dios pero no lo presenta como Dios, en I de Timoteo 2:5 dice “… Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre…” era hombre o era Dios, algunos se escudan defendiendo la posición en que era 100% hombre y 100% Dios, mas la Tora es clara, no hay mas D´os que El Señor nuestro D´os, El Elohim, El Shaday, Hashem, el Eterno. Otras citas erradas Romanos 11: 11 “…por la trasgresión vino la salvación a los gentiles…” I Corintios 15:2 “…si retenéis la palabra que os he predicado sois salvos, sino creísteis en vano…” (La predicación de/o la palabra de Jesús salvan? No salvan) Efesios 2:8 “…por gracia sois salvos por medio de la fe…” (La fe es mediadora ante Dios? De ninguna manera, esto es totalmente falso)
El profeta Isaías dice en 45:22 “…Mirad a mi y se salvos todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay mas…” y a pablo el “doctor en la ley”, se le olvido la ley, e induce a sus discípulos a dejar de seguir a Hashem tu Elokim, que triste realidad que lleva a multitudes a seguir a otro dios, y lo aparta de Hashem tu Elokim, olvidándose de la palabra dada por D´os en Deuteronomio 13 de no seguir a otros dioses, mucho menos a profetas y videntes que os lleven a otros dioses, “…porque D´os os esta probando a ver si seguís a otros dioses o le obedecéis a Hashem tu Elokim…” Así mismo en I Timoteo 2:14-15 dice “…la mujer siendo engañada…. Se salvara engendrando hijos…” donde quedo la Tora de Dios….?
4.- Isaías 45:23 dice “…que a mi se doblara toda rodilla, y jurara toda lengua…” y Pablo dice en Filipenses 2:9-11 “…por lo cual Dios le exalto…. Y le dio un nombre… para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla… y toda lengua confiese su nombre, para gloria de Dios Padre…” entonces Dios lo exalta y Jesús toma su lugar….? Pablo dada su tribulación en Romanos 3:14 dice “…por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo…” si Jesús es Dios porque Pablo dobla sus rodillas delante de Dios, se le olvido otra vez lo que dijo… o fue que eran tan grandes sus tribulaciones que le hicieron olvidar su propia enseñanza que manifestó a Jesús como intermediario entre Dios y los hombres y fue directo a Dios sin intermediarios, cumpliendo la Palabra de doblar las rodillas delante de Dios, buscando al Dios uno y único, no al intermediario que no tiene valor, no salva, mucho menos sana sus tribulaciones.
5.- Isaías 45:25 dice “…en Dios será justificada y se gloriara toda la descendencia de Israel…” mas Pablo “doctor en la ley”, enseñado a los pies de Gamaliel??? Dice en Romanos 5:9,11 lo siguiente “…justificados en su sangre, por el seremos salvos de la ira… hemos recibido ahora la reconciliación…” es en Dios o en la sangre de Jesús que somos justificados/reconciliados????? Y en Tito 3:7 dice “…para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna…” nuevamente Pablo obvia a D´os y se va en la gracia de Jesús…. Donde quedo el Eterno D´os?
Ahora bien, debemos tomar conciencia de todo lo que hemos hecho, y avanzar en el camino a un sincero y total arrepentimiento, ¿Cómo lo haremos? Sencillo:
Primero: debes desear y anhelar estar delante de Dios como JUSTO que se arrepiente.
Segundo: tomar conciencia de que cosas hay en tu vida producto de meditar en nuestra vida y entender la necesidad de cambio de las enseñanzas erróneas a las enseñanzas divinas y positivas, entonces y solo entonces podemos compartir nuestro cambio con los amigos, mostrando que vamos en pos de mejorar como personas y llegamos al siguiente paso.
Tercero: inicia el verdadero trabajo y proceso de limpiar tu vida, deja las enseñanzas del hombre y comienza a vivir lo que Dios ha dejado para ti en su perfecta Palabra.
Cuarta: clarifica y purifica lo que esta dentro de ti, cambio interior, para que no queden rastros de estas enseñanzas al verificar en la Tora lo que D´os dejo para que como JUSTOS NOAJIDOS o descendientes de Noe podamos estar junto al pueblo de Dios, Israel.
Quinta: cambia tu imagen y aun tu léxico idolátrico, que te identifica con la idolatría, es un cambio exterior que acompañara el cambio interior del paso anterior.
Sexta: mira donde estabas y hasta donde habías caído, y ahora levántate ante el Señor nuestro D´os, deja lo transitorio y dedícate a lo que es fructífero y relevante para tu vida.
Séptima: ahora que encuentras el gozo de ser fiel al Eterno, que sabes hacer lo correcto, tómalo como tu real estilo de vida, no implantado por el hombre, sino enseñado por Hashem en su Tora, dejando los errores pasados a los cuales ya no deseamos regresar.
Ahora todo depende de cada uno de nosotros, pues cada uno tiene sus propios obstáculos para avanzar en el camino de D´os, es la ocasión para dejar atrás los obstáculos y fortalecernos, para tener realmente un trato fraternal con el prójimo, la inspiración que penetra hasta los tuétanos de nuestros huesos para luego devolverlo generosamente y de manera afable al entorno que nos rodea; lo que corresponde aunque nos quedemos solos como un pueblo que descansa confiado en el Eterno (Deuteronomio 33:28)
Shalom.