De Termópilas (191 AC) a Jerusalén (2010 DC)
Julio César Millán
Aunque a lo largo de mi vida he tenido diferentes miradas del problema del Medio Oriente, en la actualidad he ampliado mi punto de vista para dejar de ver el problema de Israel-Palestina desde un punto netamente religioso a verlo desde un punto de vista secular.
Hoy en día pienso que el conflicto árabe-israelí más que ser un problema religioso constituye una batalla representativa del choque de civilizaciones que en esta época nos ha tocado vivir. Como los espartanos en Termópilas, Israel se constituye en nuestra primera línea de defensa de la vida, la libertad, la democracia y el derecho a la búsqueda de la felicidad de cada individuo sobre la tierra.
Después de 50 años, como sea que se haya formado Israel, esta nación es la única democracia de Medio Oriente rodeada de enemigos que ha logrado mantenerse a pesar de los innumerables ataques que recibe a diario de un Occidente políticamente correcto y un Oriente abiertamente violento. Más allá de las divisiones y las fronteras que Israel ha establecido luego de las guerras que ha librado por su supervivencia, se enfrentan dos tipos de mundo. Mientras que en Palestina las mujeres “adúlteras”, un término muy amplio para los musulmanes, son apedreadas, en Israel, si un hombre le llega a pegar a su esposa la verá muy mal hasta con varios años en la cárcel. ¿Por qué las feministas del mundo no ven esto? Algunos representantes del multiculturalismo hasta defienden la ablación del clítoris de las niñas musulmanas, mostrando el ejemplo de la circuncisión judía en los varones, como si fuera lo mismo! Es una práctica tan repugnante que me produce asco.
Israel es la primera línea de defensa del Occidente libre y democrático ante la barbarie musulmana. Comprendamos de una vez que el judaísmo y el cristianismo se han secularizado y se han adoptado a la modernidad occidental, es más: muchos de sus gozos son fruto de esas dos religiones. Es cierto, ambos tienen grupos de fanáticos que minan nuestras propias democracias, pero eso es normal que ocurra, debemos mantener a raya a cristianos peligrosos como David Koresh o judíos peligrosos como el asesino de Isaac Rabin. Sin embargo, el mayor enemigo a nuestras libertades es el musulmán promedio que a pesar de habitar naciones occidentales como Holanda o como Francia, sigue pensando que su ley (la Sharia) debe ser acatada por todos. Las migraciones de musulmanes a Occidente tienen una razón principal: en sus propios países les es imposible alcanzar el bienestar y la libertad porque sus estados de origen son claramente liberticidas, salvajes, bárbaros. Y no tengo pelos en la lengua para decir esto así me llamen fascista. Si señor, yo prefiero a George W. Bush que a Sadam Hussein. El señor Bush juró defender la vida de los norteamericanos, incluyendo los musulmanes a quienes nunca ha perseguido; lo que no se puede decir de Roosevelt con respecto a los japoneses. Bush mantuvo su palabra. Con la guerra de Irak trasladó el escenario de la guerra de los terroristas al otro lado del mundo o sino hoy veríamos las calles de Los Ángeles, San Francisco, Washington, Filadelfia o Nueva York en estado de conmoción como el 11 de septiembre de 2001.
Esta invasión de bárbaros pretende reconvertir a los países que los acogen en países en que reine el Islam a la vez que reina la prosperidad y la libertad, pero eso es imposible mientras el Islam no acepte una separación religión-estado como medianamente se ha logrado en Turquía y en Egipto.
Israel tiene un parlamento amplio donde se expresan toda la multitud de opiniones de sus ciudadanos. En el propio parlamento israel hay árabes que jamás habrían soñado ocupar un puesto de poder en un país musulmán. En la misma visión exclusivamente religiosa en que yo observaba la disputa Israel-Palestina, debo decir que los mayores opositores al Estado de Israel son los judíos más ortodoxos que no aceptan una Nación que se haya creado sin la llegada de su Mesías. No aceptan a Israel porque Israel es un estado secular. De todas formas ellos también forman parte en el parlamento Israelí. Utilizan los medios que les da la democracia para destruir la misma democracia israelí. Por otro lado hay judíos muy religiosos que no aceptan ni un ápice de concesiones a los palestinos. Por eso mataron a Isaac Rabin.
Israel representa nuestra vergüenza como Occidentales al haber eliminado a un tercio de los judíos europeos en los años 30 y 40 del siglo XX. El sionismo que antes había sido una oportunidad de una vida mejor para los judíos, después de 1945 constituía la única oportunidad de supervivencia ante el miserable ataque de los nazis. No más en la Polonia que fue desgarrada en dos por Hitler y Stalin, los ciudadanos polacos denunciaban a los judíos que se escondían en sus casas para apoderarse de ella, luego de que Alemania incumpliera el pacto Molotov- Ribentropp y empezara la limpieza del Este Europeo. Hoy en día, los ancianos judíos expulsados de Polonia vuelven a su antiguo barrio e identifican la casa que habitaban, mientras que el actual morador se esconde de ellos y de las cámaras de los noticiarios.
Cuando el imperio Otomano decidió unirse a las fuerzas liberticidas del segundo Reich y del imperio Austro Húngaro, se auto destruyó. Lo que había sido de él, se convirtió en legítimo botín de guerra de Inglaterra y de Francia. Palestina pasó a manos británicas. Judíos y árabes vivían en su multiculturalidad divididos solo por pequeños barrios o distritos bajo el manejo pacífico de los ingleses. Cuando se demostró la horrorosa inmensidad de la Shoa, Inglaterra amparada por la ONU no vió más camino que otorgarle un estado propio a los judíos y otro a los árabes. Lo que Inglaterra le dio a Israel fue considerablemente menor de lo que le dio a los palestinos. Sin embargo, al mundo árabe, que había demostrado sus simpatías por Hitler, no le gustó que se montara un Estado para los judíos en medio de ellos. Les ordenaron a los palestinos salir de sus casas, porque los árabes se encargarían de eliminar al naciente Estado de Israel como serpientes alrededor de la cuna de Heracles. Como no pudieron, los palestinos que habían huído por órdenes de sus correligionarios jamás regresaron. Se quedaron en unos lastimosos campos de refugiados que los árabes han eternizado para demostrarle al mundo la “maldad” de Israel. Todos los estados árabes alrededor están en la capacidad de otorgarles tierras y derechos ciudadanos a sus correligionarios palestinos pero no lo hacen para tener la excusa de matar más y más judíos. Especialmente, el rey de la colindante Jordania, quien dice haberse occidentalizado porque se casó con una occidental, pero mantiene como vecinos a unos empobrecidos palestinos, a quienes podría acoger.
En las diferentes guerras que Israel ha luchado por su supervivencia ha ganado tierras como legítimo botín de tierra, pero luego las ha devuelto por su política de “paz por territorios”. Le devolvieron los altos de Golam al Líbano, el Sinaí a los egipcios. Los árabes quieren reducir a los judíos a un gueto, en parte por la envidia que sienten ante este país próspero y libre que ha logrado niveles de desarrollo que ningún país árabe subyugado por la religión ha alcanzado. Israel le da empleo a los palestinos porque ellos y sus amigos árabes son incapaces de generar la riqueza suficiente para brindar empleo a quienes lo necesitan. Israel no mantiene en estado de apartheid a los palestinos como afirma Jimmy Carter, son los propios árabes que necesitan un objeto de odio hacia los judíos como si Israel no fuera algo más que un Estado judío. Repito es un estado secular, donde usted puede comerciar con tranquilidad, rezar cinco veces al día, recorrer el camino de Jesús hacia el Gólgota, seguir una dieta libre de cerdo o adquirir la comida kósher que quiera en ciudades cosmopolitas. Por favor alguien que ofrezca un millón de dólares a quien sea capaz de fundar un sinagoga en Arabia Saudita o en Irán.
Lo que deseo demostrar es que Israel es nuestra primera línea de defensa ante las nuevas invasiones bárbaras. Se lucha entre un Occidente democrático y un Oriente Teocrático-fascista. Si abandonamos a Israel, no habremos aprendido nada del siglo XX. Si Israel claudica, todos los valores occidentales claudican con él ante la Sharia. La prosperidad y la libertad de Israel son únicas en Medio Oriente, asegurarse de que permanezcan así es misión de todo Occidente. Por supuesto, para eso es necesario darle un Estado Propio a los palestinos, un estado que sea conformado por personas libres con un gobierno respetable con el que se pueda negociar no como el gobierno de Hamas. Los palestinos tienen derecho defender su vida y su libertad, pero también tienen la responsabilidad de luchar por ello eliminando a los terroristas.
En el tiempo que escribí mi primer artículo sobre la disputa en Medio Oriente, el señor Ariel Sharon acababa de visitar lo más alto de lo que queda del segundo templo de Jerusalem donde los musulmanes han puesto esa bella mezquita. Condené su irresponsabilidad y aún lo hago, no obstante he visto como la valentía del propio Sharon le ha devuelto prácticamente toda Gaza a los palestinos. Todos vimos como el ejército israelí debía sacar por la fuerza a los judíos que habían colonizado esa zona tan densamente poblada. Los propios soldados lloraban y se sentían avergonzados de hacer algo así, pero lo lograron, le devolvieron Gaza a los palestinos, en pos de la consigna, una y otra vez fracasada, de paz por territorios. Los israelitas devolvieron territorios ¿Alcanzaron la paz? No. Desde Gaza ahora bajo el yugo del grupo terrorista Hamas, se rompió la última tregua. Desde allí los terroristas disparan cohetes Kazaa contra barrios israelíes a civiles indefensos que no protegen a ningún soldado israelí. Y no son piedras o papas-bombas son cohetes rusos y alguien que sepa hacer armas son los rusos. ¿Desde donde disparan? Desde edificios de la ONU, desde campos de entrenamiento situados al lado de un colegio. Hasta han transportado armas en ambulancias de la Cruz Roja. Mueren y mueren niños palestinos por culpa de sus padres y hermanos que los colocan como escudos militares. Hoy los árabes incumplen la prerrogativa de 1948 de la ONU de formar un estado judío y un estado árabe, incluyendo una Jerusalem dividida con más área para los árabes que para los judíos.
En los años 30, en la Alemania Nazi que incumplía el Tratado de Versalles, Hiltler fundó orfelinatos le devolvió comida a su pueblo, prosperidad alcanzada del robo a los judíos. Años después cuando la Alemania Nazi estaba prácticamente derrotada, Hitler insistía en continuar y continuar la guerra, llamaba a combate a divisiones que ya no existían, se había vuelto loco. Se llamó a luchar a niños y ancianos por lo poco que quedaba de su patria. ¿Soviéticos y angloamericanos tuvieron misericordia con esos niños y ancianos? No mientras siguieran disparando.
Desde Normandía, donde los aliados invadieron, a la Berlín nacional-socialista, hay un trecho muy grande y esa zona era habitada por gente inocente. Así y todo los aliados tuvieron que luchar pueblo a pueblo, río a río, puente a puente, con bajas en ambos lados, porque Hitler desistía de rendirse incluso ante el último intento de golpe de estado del que milagrosamente salió vivo, lo que le permitió recordarle al maltrecho pueblo alemán que el Fhurer era un protegido de Dios, cumpliendo la misión de Dios, convicción mantenida desde que escribió Mi Lucha.
Si los árabes hubieran cumplido con las iniciales resoluciones de la ONU sin intentar exterminar a los judíos, hoy tendrían más tierra que el propio Israel. Lo que pasa es que las oportunidades a veces son aprovechadas en pos de una ganancia mejor y ya no hay forma de devolver el tiempo atrás. Eso es teoría de juegos.
El propio pueblo palestino eligió al gobierno de Hamas, eligió su propia destrucción a menos que un golpe de estado extermine a estos terroristas en el poder. El pueblo palestino ha optado por su autodestrucción. No es nada nuevo, lo eligieron los cartaginenses en las guerras púnicas y los alemanes en los años treinta.
Hoy en día, el ejército más civilizado del mundo lucha por la vida y la libertad del pueblo que le ha entregado el ejercicio de la violencia para protegerlo. El ejército israelí como cualquier otro de una nación democrática debe mantenerse a raya en cuanto al Derecho Internacional Humanitario, pero si sus enemigos disparan desde una escuela o desde una iglesia, ¿adónde más van a buscar? Las guerras del siglo XXI, en particular la guerra contra el terrorismo, requieren nuevas reglamentaciones.
Como la Alemania nazi, los palestinos han puesto a sus civiles, especialmente niños, como escudos militares. Al ejército israelí no le queda otra opción. Los enemigos de Isarel han repetido hasta el cansancio que desean arrojar a los judíos al mar, que el Estado de Israel debe desaparecer. Mientras, el pueblo israelí les brinda empleos que sus propios “gobiernos” no puede generar e insiste una y otra vez en la conformación de un estado palestino, así quede dividido en dos como Gaza y Cisjordania.
¿Es que acaso los europeos no escuchan? Miran lo que hacen los musulmanes inmigrantes en toda Europa, especialmente Holanda (donde mataron al nieto de Van Gohg) y en Francia. Si no pueden ver lo que sucede en sus propias ciudades, tampoco quieren ver lo que sucede en las ciudades de Oriente Medio. En aras del multiculturalismo callan ante los crímenes de odio efectuados por musulmanes en Europa. Desde mi visión como Deísta, cuando defendemos Israel no estamos defendiendo una religión en particular, estamos defendiendo los valores de Occidente que incluyen la libertad religiosa de la que gozamos, imposible de alcanzar en cualquier país musulmán.
Lo de Jerusalem es otra cosa. El único Estado que por el momento le puede garantizar la seguridad de los lugares sagrados a los feligreses es el Estado israelí. Por eso Jerusalem es en estos momentos indivisible.
De Termópilas (191 AC) a Jerusalén (2010 DC)
Julio César Millán
Aunque a lo largo de mi vida he tenido diferentes miradas del problema del Medio Oriente, en la actualidad he ampliado mi punto de vista para dejar de ver el problema de Israel-Palestina desde un punto netamente religioso a verlo desde un punto de vista secular.
Hoy en día pienso que el conflicto árabe-israelí más que ser un problema religioso constituye una batalla representativa del choque de civilizaciones que en esta época nos ha tocado vivir. Como los espartanos en Termópilas, Israel se constituye en nuestra primera línea de defensa de la vida, la libertad, la democracia y el derecho a la búsqueda de la felicidad de cada individuo sobre la tierra.
Después de 50 años, como sea que se haya formado Israel, esta nación es la única democracia de Medio Oriente rodeada de enemigos que ha logrado mantenerse a pesar de los innumerables ataques que recibe a diario de un Occidente políticamente correcto y un Oriente abiertamente violento. Más allá de las divisiones y las fronteras que Israel ha establecido luego de las guerras que ha librado por su supervivencia, se enfrentan dos tipos de mundo. Mientras que en Palestina las mujeres “adúlteras”, un término muy amplio para los musulmanes, son apedreadas, en Israel, si un hombre le llega a pegar a su esposa la verá muy mal hasta con varios años en la cárcel. ¿Por qué las feministas del mundo no ven esto? Algunos representantes del multiculturalismo hasta defienden la ablación del clítoris de las niñas musulmanas, mostrando el ejemplo de la circuncisión judía en los varones, como si fuera lo mismo! Es una práctica tan repugnante que me produce asco.
Israel es la primera línea de defensa del Occidente libre y democrático ante la barbarie musulmana. Comprendamos de una vez que el judaísmo y el cristianismo se han secularizado y se han adoptado a la modernidad occidental, es más: muchos de sus gozos son fruto de esas dos religiones. Es cierto, ambos tienen grupos de fanáticos que minan nuestras propias democracias, pero eso es normal que ocurra, debemos mantener a raya a cristianos peligrosos como David Koresh o judíos peligrosos como el asesino de Isaac Rabin. Sin embargo, el mayor enemigo a nuestras libertades es el musulmán promedio que a pesar de habitar naciones occidentales como Holanda o como Francia, sigue pensando que su ley (la Sharia) debe ser acatada por todos. Las migraciones de musulmanes a Occidente tienen una razón principal: en sus propios países les es imposible alcanzar el bienestar y la libertad porque sus estados de origen son claramente liberticidas, salvajes, bárbaros. Y no tengo pelos en la lengua para decir esto así me llamen fascista. Si señor, yo prefiero a George W. Bush que a Sadam Hussein. El señor Bush juró defender la vida de los norteamericanos, incluyendo los musulmanes a quienes nunca ha perseguido; lo que no se puede decir de Roosevelt con respecto a los japoneses. Bush mantuvo su palabra. Con la guerra de Irak trasladó el escenario de la guerra de los terroristas al otro lado del mundo o sino hoy veríamos las calles de Los Ángeles, San Francisco, Washington, Filadelfia o Nueva York en estado de conmoción como el 11 de septiembre de 2001.
Esta invasión de bárbaros pretende reconvertir a los países que los acogen en países en que reine el Islam a la vez que reina la prosperidad y la libertad, pero eso es imposible mientras el Islam no acepte una separación religión-estado como medianamente se ha logrado en Turquía y en Egipto.
Israel tiene un parlamento amplio donde se expresan toda la multitud de opiniones de sus ciudadanos. En el propio parlamento israel hay árabes que jamás habrían soñado ocupar un puesto de poder en un país musulmán. En la misma visión exclusivamente religiosa en que yo observaba la disputa Israel-Palestina, debo decir que los mayores opositores al Estado de Israel son los judíos más ortodoxos que no aceptan una Nación que se haya creado sin la llegada de su Mesías. No aceptan a Israel porque Israel es un estado secular. De todas formas ellos también forman parte en el parlamento Israelí. Utilizan los medios que les da la democracia para destruir la misma democracia israelí. Por otro lado hay judíos muy religiosos que no aceptan ni un ápice de concesiones a los palestinos. Por eso mataron a Isaac Rabin.
Israel representa nuestra vergüenza como Occidentales al haber eliminado a un tercio de los judíos europeos en los años 30 y 40 del siglo XX. El sionismo que antes había sido una oportunidad de una vida mejor para los judíos, después de 1945 constituía la única oportunidad de supervivencia ante el miserable ataque de los nazis. No más en la Polonia que fue desgarrada en dos por Hitler y Stalin, los ciudadanos polacos denunciaban a los judíos que se escondían en sus casas para apoderarse de ella, luego de que Alemania incumpliera el pacto Molotov- Ribentropp y empezara la limpieza del Este Europeo. Hoy en día, los ancianos judíos expulsados de Polonia vuelven a su antiguo barrio e identifican la casa que habitaban, mientras que el actual morador se esconde de ellos y de las cámaras de los noticiarios.
Cuando el imperio Otomano decidió unirse a las fuerzas liberticidas del segundo Reich y del imperio Austro Húngaro, se auto destruyó. Lo que había sido de él, se convirtió en legítimo botín de guerra de Inglaterra y de Francia. Palestina pasó a manos británicas. Judíos y árabes vivían en su multiculturalidad divididos solo por pequeños barrios o distritos bajo el manejo pacífico de los ingleses. Cuando se demostró la horrorosa inmensidad de la Shoa, Inglaterra amparada por la ONU no vió más camino que otorgarle un estado propio a los judíos y otro a los árabes. Lo que Inglaterra le dio a Israel fue considerablemente menor de lo que le dio a los palestinos. Sin embargo, al mundo árabe, que había demostrado sus simpatías por Hitler, no le gustó que se montara un Estado para los judíos en medio de ellos. Les ordenaron a los palestinos salir de sus casas, porque los árabes se encargarían de eliminar al naciente Estado de Israel como serpientes alrededor de la cuna de Heracles. Como no pudieron, los palestinos que habían huído por órdenes de sus correligionarios jamás regresaron. Se quedaron en unos lastimosos campos de refugiados que los árabes han eternizado para demostrarle al mundo la “maldad” de Israel. Todos los estados árabes alrededor están en la capacidad de otorgarles tierras y derechos ciudadanos a sus correligionarios palestinos pero no lo hacen para tener la excusa de matar más y más judíos. Especialmente, el rey de la colindante Jordania, quien dice haberse occidentalizado porque se casó con una occidental, pero mantiene como vecinos a unos empobrecidos palestinos, a quienes podría acoger.
En las diferentes guerras que Israel ha luchado por su supervivencia ha ganado tierras como legítimo botín de tierra, pero luego las ha devuelto por su política de “paz por territorios”. Le devolvieron los altos de Golam al Líbano, el Sinaí a los egipcios. Los árabes quieren reducir a los judíos a un gueto, en parte por la envidia que sienten ante este país próspero y libre que ha logrado niveles de desarrollo que ningún país árabe subyugado por la religión ha alcanzado. Israel le da empleo a los palestinos porque ellos y sus amigos árabes son incapaces de generar la riqueza suficiente para brindar empleo a quienes lo necesitan. Israel no mantiene en estado de apartheid a los palestinos como afirma Jimmy Carter, son los propios árabes que necesitan un objeto de odio hacia los judíos como si Israel no fuera algo más que un Estado judío. Repito es un estado secular, donde usted puede comerciar con tranquilidad, rezar cinco veces al día, recorrer el camino de Jesús hacia el Gólgota, seguir una dieta libre de cerdo o adquirir la comida kósher que quiera en ciudades cosmopolitas. Por favor alguien que ofrezca un millón de dólares a quien sea capaz de fundar un sinagoga en Arabia Saudita o en Irán.
Lo que deseo demostrar es que Israel es nuestra primera línea de defensa ante las nuevas invasiones bárbaras. Se lucha entre un Occidente democrático y un Oriente Teocrático-fascista. Si abandonamos a Israel, no habremos aprendido nada del siglo XX. Si Israel claudica, todos los valores occidentales claudican con él ante la Sharia. La prosperidad y la libertad de Israel son únicas en Medio Oriente, asegurarse de que permanezcan así es misión de todo Occidente. Por supuesto, para eso es necesario darle un Estado Propio a los palestinos, un estado que sea conformado por personas libres con un gobierno respetable con el que se pueda negociar no como el gobierno de Hamas. Los palestinos tienen derecho defender su vida y su libertad, pero también tienen la responsabilidad de luchar por ello eliminando a los terroristas.
En el tiempo que escribí mi primer artículo sobre la disputa en Medio Oriente, el señor Ariel Sharon acababa de visitar lo más alto de lo que queda del segundo templo de Jerusalem donde los musulmanes han puesto esa bella mezquita. Condené su irresponsabilidad y aún lo hago, no obstante he visto como la valentía del propio Sharon le ha devuelto prácticamente toda Gaza a los palestinos. Todos vimos como el ejército israelí debía sacar por la fuerza a los judíos que habían colonizado esa zona tan densamente poblada. Los propios soldados lloraban y se sentían avergonzados de hacer algo así, pero lo lograron, le devolvieron Gaza a los palestinos, en pos de la consigna, una y otra vez fracasada, de paz por territorios. Los israelitas devolvieron territorios ¿Alcanzaron la paz? No. Desde Gaza ahora bajo el yugo del grupo terrorista Hamas, se rompió la última tregua. Desde allí los terroristas disparan cohetes Kazaa contra barrios israelíes a civiles indefensos que no protegen a ningún soldado israelí. Y no son piedras o papas-bombas son cohetes rusos y alguien que sepa hacer armas son los rusos. ¿Desde donde disparan? Desde edificios de la ONU, desde campos de entrenamiento situados al lado de un colegio. Hasta han transportado armas en ambulancias de la Cruz Roja. Mueren y mueren niños palestinos por culpa de sus padres y hermanos que los colocan como escudos militares. Hoy los árabes incumplen la prerrogativa de 1948 de la ONU de formar un estado judío y un estado árabe, incluyendo una Jerusalem dividida con más área para los árabes que para los judíos.
En los años 30, en la Alemania Nazi que incumplía el Tratado de Versalles, Hiltler fundó orfelinatos le devolvió comida a su pueblo, prosperidad alcanzada del robo a los judíos. Años después cuando la Alemania Nazi estaba prácticamente derrotada, Hitler insistía en continuar y continuar la guerra, llamaba a combate a divisiones que ya no existían, se había vuelto loco. Se llamó a luchar a niños y ancianos por lo poco que quedaba de su patria. ¿Soviéticos y angloamericanos tuvieron misericordia con esos niños y ancianos? No mientras siguieran disparando.
Desde Normandía, donde los aliados invadieron, a la Berlín nacional-socialista, hay un trecho muy grande y esa zona era habitada por gente inocente. Así y todo los aliados tuvieron que luchar pueblo a pueblo, río a río, puente a puente, con bajas en ambos lados, porque Hitler desistía de rendirse incluso ante el último intento de golpe de estado del que milagrosamente salió vivo, lo que le permitió recordarle al maltrecho pueblo alemán que el Fhurer era un protegido de Dios, cumpliendo la misión de Dios, convicción mantenida desde que escribió Mi Lucha.
Si los árabes hubieran cumplido con las iniciales resoluciones de la ONU sin intentar exterminar a los judíos, hoy tendrían más tierra que el propio Israel. Lo que pasa es que las oportunidades a veces son aprovechadas en pos de una ganancia mejor y ya no hay forma de devolver el tiempo atrás. Eso es teoría de juegos.
El propio pueblo palestino eligió al gobierno de Hamas, eligió su propia destrucción a menos que un golpe de estado extermine a estos terroristas en el poder. El pueblo palestino ha optado por su autodestrucción. No es nada nuevo, lo eligieron los cartaginenses en las guerras púnicas y los alemanes en los años treinta.
Hoy en día, el ejército más civilizado del mundo lucha por la vida y la libertad del pueblo que le ha entregado el ejercicio de la violencia para protegerlo. El ejército israelí como cualquier otro de una nación democrática debe mantenerse a raya en cuanto al Derecho Internacional Humanitario, pero si sus enemigos disparan desde una escuela o desde una iglesia, ¿adónde más van a buscar? Las guerras del siglo XXI, en particular la guerra contra el terrorismo, requieren nuevas reglamentaciones.
Como la Alemania nazi, los palestinos han puesto a sus civiles, especialmente niños, como escudos militares. Al ejército israelí no le queda otra opción. Los enemigos de Isarel han repetido hasta el cansancio que desean arrojar a los judíos al mar, que el Estado de Israel debe desaparecer. Mientras, el pueblo israelí les brinda empleos que sus propios “gobiernos” no puede generar e insiste una y otra vez en la conformación de un estado palestino, así quede dividido en dos como Gaza y Cisjordania.
¿Es que acaso los europeos no escuchan? Miran lo que hacen los musulmanes inmigrantes en toda Europa, especialmente Holanda (donde mataron al nieto de Van Gohg) y en Francia. Si no pueden ver lo que sucede en sus propias ciudades, tampoco quieren ver lo que sucede en las ciudades de Oriente Medio. En aras del multiculturalismo callan ante los crímenes de odio efectuados por musulmanes en Europa. Desde mi visión como Deísta, cuando defendemos Israel no estamos defendiendo una religión en particular, estamos defendiendo los valores de Occidente que incluyen la libertad religiosa de la que gozamos, imposible de alcanzar en cualquier país musulmán.
Lo de Jerusalem es otra cosa. El único Estado que por el momento le puede garantizar la seguridad de los lugares sagrados a los feligreses es el Estado israelí. Por eso Jerusalem es en estos momentos indivisible.