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Fariseo o Saduceo?

Fariseo o Saduceo?

Hechos 22: 1 al 5

1-Hermanos y padres, escuchad la defensa que ahora hago ante vosotros.
2-Al oír que les hablaba en lengua hebrea guardaron más profundo silencio. Y dijo:
3-Yo soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero educado en esta ciudad, instruido a los pies de Gamaliel en la exacta observancia de la Ley de nuestros padres; estaba lleno de celo por Dios, como lo estáis todos vosotros el día de hoy.
4-Yo perseguí a muerte a este Camino, encadenando y arrojando a la cárcel a hombres y mujeres,
5-como puede atestiguármelo el Sumo Sacerdote y todo el Consejo de ancianos. De ellos recibí también cartas para los hermanos de Damasco y me puse en camino con intención de traer también encadenados a Jerusalén a todos los que allí había, para que fueran castigados.

Si en verdad Pablo estudio como dice aquí a los pies de Gamaliel, por que entonces el perseguía a los cristianos?

Gamaliel rabino fariseo enseñaba que no se debía perseguir a nadie. Entonces de donde lo aprendió?

Se le olvido a Pablo las enseñanzas de su maestro Gamaliel? No puede ser ya que el mismo dice que estudio a sus «pies». Que mas cerca de el podía el estar? No solo esto, tambien dice, «en la exacta observancia de la Ley de nuestros padres»

Se le olvido que Gamaliel condenaba la matanza?

Cual era la razón entonces de las persecuciones de Pablo? Si segun Pablo, el era fariseo.Porque entonces andaba con los saduceos?

La contestación a esto es, que Pablo estaba en la nómina de los Romanos colaborando con el gran Sacerdote que era saduceo. Esto es según el llamado N.T. Hay mas información sobre esta situación en esta misma pagina de Fulvida.

Entre aqui.

http://fulvida.com/misioneros/era-caifas-el-gran-sacerdote-realmente-tan-ignorante

En hechos 22:5 vemos que el trabajaba para el Sacerdote.

Hechos 22:5-como puede atestiguármelo el Sumo Sacerdote y todo el Consejo de ancianos. De ellos recibí también cartas para los hermanos de Damasco y me puse en camino con intención de traer también encadenados a Jerusalén a todos los que allí había, para que fueran castigados.

Leamos ahora lo que dice aquí…..

Hechos 5:17 Entonces se levantó el Sumo Sacerdote, y todos los suyos, los de la secta de los «saduceos» y llenos de envidia,……….

Ahora, mi pregunta es, como es posible que el fuese fariseo y saduceo por igual? Como es que el podía estar en ambos bandos?

Estos no se llevaban entre si. Y estar en ambos lados no era tolerable por ninguno de los dos bandos.

Veamos aquí un ejemplo.

Hechos 23

6-Pablo, dándose cuenta de que una parte eran saduceos y la otra fariseos, gritó en medio del Sanedrín: Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseos; por esperar la resurrección de los muertos se me juzga.
7-Al decir él esto, se produjo un altercado entre fariseos y saduceos y la asamblea se dividió.
8-Porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel, ni espíritu; mientras que los fariseos profesan todo eso.
9-Se levantó, pues, un gran griterío. Se pusieron en pie algunos escribas del partido de los fariseos y se oponían diciendo: Nosotros no hallamos nada malo en este hombre. ¿Y si acaso le habló algún espíritu o un ángel?
10-Como el altercado iba creciendo, temió el tribuno que Pablo fuese despedazado por ellos y mandó a la tropa que bajase, que le arrancase de entre ellos y le llevase al cuartel.

Fariseo o saduceo?

Pablo estudio a los pies de Gamaliel, fariseo.

Donde lo dice?

Pues aquí….

Hechos 5:34-Entonces un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley, con prestigio ante todo el pueblo, se levantó en el Sanedrín. Mandó que se hiciera salir un momento a aquellos hombres,

Pablo diciendo que era fariseo.

Hechos 23:6 Pablo, dándose cuenta de que una parte eran saduceos y la otra fariseos, gritó en medio del Sanedrín: Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseos; por esperar la resurrección de los muertos se me juzga.

Estuvo en la nomina de el Sacerdote, Saduceo,

Aquí lo dice…..

Hechos 5:17 Entonces se levantó el Sumo Sacerdote, y todos los suyos, los de la secta de los saduceos, y llenos de envidia……

Era o no era?

La gran tela de araña de pablo era tremenda. El perseguía a los cristianos desde que era joven. Los perseguía por que le dio la gana. No solo los perseguía el, sino que tenia gente que lo hacia por el.

Hechos 7:58 le echaron fuera de la ciudad y empezaron a apedrearle. Los testigos pusieron sus vestidos a los pies de un joven llamado Saulo.

(Para los que no lo saben, Saulo y pablo son la misma persona)

No es todo esto una gran contradicción?

Claro que si!

Pero,por lo poco que entienden los cristianos el llamado N.T , ni cuenta se han dado de esta situación! Y si se dieron cuenta, tienen miedo a preguntar ya que tengo la seguridad que no hay respuesta. Y como no hay respuesta de parte de los lideres cristianos, tenemos mas que la seguridad que le van a contestar. «Tenemos que creer por fe» La misma historia de siempre, la misma contestación de siempre.

Todo el llamado Nuevo Testamento fue invento humano, y esto lo sabemos por los grandes errores de este terrible libro.

De todas maneras, sabemos que Pablo era un mentiroso. Por lo tanto si me preguntan si el era Fariseo o Saduceo, les contesto que ninguna de estas dos cosas. El fue mentiroso, por lo tanto todo lo que escribio pablo es una mentira. Repito; El era un mentiroso. Esto no lo invente yo, el mismo Pablo lo dijo en el llamado N.T.

Que les parece!

Que donde lo dice?

Pues aquí!

1 Corintios 9:19 al 23

19 Efectivamente, siendo libre de todos, me he hecho esclavo de todos para ganar a los más que pueda.
20 Con los judíos me he hecho judío para ganar a los judíos; con los que están bajo la Ley, como quien está bajo la Ley aun sin estarlo para ganar a los que están bajo ella.
21 Con los que están sin ley, como quien está sin ley para ganar a los que están sin ley, no estando yo sin ley de Dios sino bajo la ley de Cristo.
22 Me he hecho débil con los débiles para ganar a los débiles. Me he hecho todo a todos para salvar a toda costa a algunos.
23 Y todo esto lo hago por el Evangelio para ser partícipe del mismo.

Romanos 3:7

7-Pero si con mi mentira sale ganando la verdad de Dios para gloria suya ¿por qué razón soy también yo todavía juzgado como pecador?

No creen que la pregunta que hace aquí Pablo, es un insulto a la inteligencia?

Porque razón soy juzgado como pecador, si lo único que he hecho es mentir y así demostrar la verdad de D-s?

Pero que es esto?

Que barbaridad!

Como es que un hombre como este pudo escribir 14 de los 27 libros del llamado Nuevo Testamento y exista gente que crea en estos escritos?

Fue Constantino el que acepto los escritos de Pablo y los añadió al Nuevo Testamento.

Y muchos tontos creen en esto como algo sagrado. Se que hay mucha gente sincera en el camino de la idolatría, pero están terriblemente equivocados. No han estudiado en detalles esta libro y a su dios humano. Han tenido la oportunidad, pero se conforman con lo que le dicen, repitiendo así una manada de ignorancias.

Repito la pregunta!

Saduceo o fariseo?

Pero sabemos con toda seguridad que no hay respuesta a esta pregunta.

Shalom Shalom

Magda

Cuento: Un Joven y su Camino.

El siguiente es un cuento que ideé algo breve al principio, pero que a medida que lo escribía se me ocurrían ideas, y más ideas, por lo que no pude evitar hacerlo extenso. No soy literato ni tengo experiencia en escribir relatos, sólo me apoyé en algo de conocimiento, otro poco de lectura de la cual pudiera influenciarme, otro poco de sentido común, pero creo que valdría la pena leerlo si es que se tiene algo de tiempo, o si quieren cópienlo y péguenlo en un word, como deseen. Espero que les guste. Shalom.

Sebastián.

Había un joven y junto a él su familia y algunos amigos. Su familia era su padre, su madre, hermanos y algunos parientes. Siempre juntos andaban en la vida, compartían todo y todos se amaban mutuamente, algo que nunca se rompería era los lazos de amor eterno que entre ellos había.

Cierto día caminando sólo Di-s sabe dónde, divisaron a lo lejos un lugar donde había un tumulto de gente, y por curiosidad se acercaron hacia ahí. Notaron al llegar que de ese lugar nacían varios caminos, cada uno tenía un cartel en la entrada y muchas de las personas empezaban a tomar estos varios caminos.

Se acercaron más a leer lo que estos carteles decían, así fué como leyeron uno que expresaba: » El Camino del Gentil Justo», y tenía un símbolo, como un arco iris. Este camino les inspiraba confianza, y resplandecía con claridad desde adentro, pero notaban que eran poquísimas las personas que entraban acá. Les parecía raro, nunca habían escuchado hablar sobre un gentil justo, ni imaginaban por qué tenía tal símbolo, sin embargo no se detuvieron a pensar mucho en este asunto, más, siguieron leyendo los carteles de los otros caminos.

Había otro cartel que dictaba: »Camino de la Salvación», y éste tenía como símbolo una cruz, sin embargo no les parecía raro, puesto que ya antes de llegar al lugar habían oído mucho sobre este camino. Comprobaron lo que habían oído al ver que muchas personas, la mayoría, eligían éste. Además, éste camino al igual que el anterior, también les inspiraba confianza e irradiaba casi la misma claridad, apenas algo menos, y al ver que eran muchas las personas que entraban por ahí comenzaban ya a decidirse por éste camino. Así la familia y amigos del joven empezaron a entrar, pero el joven se detuvo un momento para pensar, y les dijo que se adelanten, que ya los alcanzaría.

Antes de entrar decidió ver los letreros de los otros caminos. Notó pues que había varias entradas que simplemente decían »camino», o »camino sin retorno», y varios otros. Por último vió que había uno cuyo cartel tenía la leyenda »Camino de la Torá», y tenía como símbolo una estrella de seis puntas.

Acá se detuvo por un instante, se asombró al ver que era la única de todas las entradas que estaba cerrada, cercada por un alambrado de una especie de acero inmenso y que parecía llegar a los cielos. El joven no llegaba a distinguir hasta dónde llegaba, pues escapaba a su vista al mirar hacia arriba. Pensó que cómo es que hay un camino cuya entrada está bloqueada, no tenía sentido para él.

Pronto había menos gente, ya todos iban decidiendo sus caminos, por lo que el joven decidió emprender el que había elegido, en donde su familia y amigos ya habían entrado. Sin embargo, al estar frente a la entrada del Camino de la Salvación, vió que había personas que salían de acá y se dirigían al de la Torá, y que además, sin que nadie los viera escondían en sus ropas una cruz y un libro. Se vestían de una manera extraña, algunos se ponían una redonda »tapita» rara en la cabeza, otros sombreros, otros extrañas mantas, hasta se ponían barba falsa. El joven no entendía qué hacían, por qué se vestían así o para qué.

Entonces vió que estas personas al llegar a la entrada de aquella estrella, comenzaban a trepar el alambrado, cada vez erán más los que hacían lo mismo. Sólo por curiosiad, pospuso su entrada y fué a ver qué encontrarían al llegar al final de esa red.

Así empezó el muchacho también a trepar, trepaba, trepaba, trepaba…y nada. No llegaba a nada. Miraba hacia arriba y sólo había más alambrado…y más trepaba, y más alambrado. Lo curioso acá fué que mientras el subía, las pesonas que ya lo habían hecho antes se cruzaron con él y comenzaban a descender exhaustos, pero él decidió seguir un poco más.

Ya al fin se dió cuenta que era imposible, estaba cansado y miraba hacía arriba y sólo veía…mas alambrado.

Decidió ya descender, y al estar cerca ya del suelo se sorprendió al ver a través de la red a personas dentro de éste camino. Eran personas que tenían una apariencia similar a las que antes trepaban el alambrado, pero éstas emanaban una especie de luminiscencia, tenían unos extraños rollos hermosos que destellaban luz, tampoco entendía el joven lo que veía, todas estas personas aplaudían, bailaban, reían, abrazadas unas con otras, todas alrededor de este rollo. Lo que más le llamaba la atención era cómo estas personas estaban ahí, en ese camino, si era imposible de entrar…el alambrado no sólo era altísimo, imposible de llegar a la cima, sino que a pesar de que se podía doblar un poco, era indestructible a causa del raro material con el que estaba confeccionado. Era realmente imposible de pasar al otro lado.

Además también desde ahí se apreciaba claridad, era distinta a las anteriores pero de la misma hermosura.

Terminó entonces de descender, la gente que antes quería trepar el alambrado ya no estaba, así se dirigió al camino que había elegido.

Al estar nuevamente en la entrada, al leer otra vez el cartel pensaba: –»Si éste es el Camino de la Salvación, no tengo por qué temer, además esto debe significar que me tengo que salvar de algo, que seguramente es oscuro y malo, optaré pues por este camino.»

Al pasar ya la entrada, dentro del camino, dio algunos pasos hasta que a su encuentro salieron unas personas con vestigios con la insignia de la cruz que vió en el cartel. Fué el primer saludo: –¡Saludos hermano!¡Aleluya y enhorabuena para ti haber entrado!– Así hablaban con macabra astucia. Estas personas le dieron una »calurosa bienvenida», lo llamaban hermano y lo felicitaban por haber elegido el camino de un tal »Cristo». Le dieron una supuesta guía de este camino: dos rollos. El muchacho otra vez se asombró ahora al ver que un rollo era muy similar en tamaño y forma al resplandeciente que alcanzó a ver en el Camino de la Torá, sólo que éste rollo no destellaba luz, de hecho era muy opaco y carecía de la extraordinaria belleza del anterior, sin embargo éste parecía lindo y le gustó, entonces lo tomó. También tomó el otro rollo, que era muy similar al primero que le dieron, su título era »Nuevo Pacto» y era también opaco. Después de tomarlos se alejó de ellos y emprendió el viaje. Al alejarse algo el joven, una de estas personas recepcionistas le dijo al otro: –Veo que no hay más gente afuera, apaga entonces las luminarias sobre la entrada-. Habiendo dicho esto fué el otro solícito y apagó aquellas opacas luces. Tal era su oscuro proceder.

Con estas guías entonces emprendió lo que ignoraba iba a ser un largo y arduo camino, difícilmente lo imaginaría, el sólo se sentía contento, feliz de que su camino lo salvaría de algo.

Comenzó a la vez que caminaba, a leer las guías. Así supo de la Creación, de que había un Ser superior que creó todo lo que existe y que además había creado al ser humano, y tambíen leyó acerca de los ángeles que eran seres celestiales también creados y al servicio de este Supremo Ser. Dios,así supo que le decían, había creado un lugar llamado Edén y ahí vivían el primer humano y su compañera, pero en una ocasión desobedecieron un mandato del Ser Supremo, por culpa de una serpiente que había engañado a la mujer de aquel jardín, y a causa de esto fueron expulsados…y seguía leyendo más. Entendía todo lo que había en esos rollos, veía cosas positivas, cosas lindas, pero a veces había cosas que no le cerraban, algunas contradictorias, otras sin mucho sentido, algo vacío. También se encontró en estas lecturas muchas referencias a un ser malvado, un espíritu inmundo que sólo quiere hacer perder a los humanos y que gobierna el mundo de los hombres. Alguien que según estos escritos se llama »Satanás el Diablo», pero también lo llamaban por muchos otros nombres, pero la idea general era que se trataba de un ángel que se opuso al Supremo Ser, un enemigo, y se trataba de la misma serpiente que engaño a la primera mujer.

La sola idea de que existía un ser así le producía terror, mucho miedo, pues no quería que este ser lo hiciera perder. Descubrió que de éste ser había que salvarse.

Siguió leyendo y felizmente para él se encontró con que había alguien que tenía el poder de destruir al ser malvado, justamente era la persona a quien los que le dieron la bienvenida al muchacho llamaban Cristo, aunque también se referían a este personaje como Jesús, Jesucristo, etc.

Era alguien que según estos escritos era hijo unigénito del Ser Supremo, y que era del mismo origen de las personas que antes él había visto reir y bailar junto con el rollo luminoso. Así y todo, tampoco le cerraban las cosas que se decían sobre este personaje, pues le daban condición divina, poder milagroso, y hasta se decía que era el mismo Ser Supremo…pero…murió! no entendía esto el joven ¿un dios puede morir? lo habían matado las mismas personas de su nación, porque lo despreciaban…era mortal! murió y todo para salvarnos…eso leía, aunque entendía lo que leía, muchas cosas no le cerraban, no tenían sentido. Igualmente decidió aceptarlo, pues resolvió que era el único que lo salvaría del espíritu malvado, esto era lo que más le aterraba.

Luego de terminar sus lecturas, se encontraba ya en pleno sendero, había gente con él que había hecho lo mismo, también había dejado camino atrás y tenía mas por delante.

Notó que de pronto las personas que terminaron sus estudios empezaron a reunirse en varios grupos, algunos eran de mucha gente, otros con poca, y gran parte de la gente tenía como una venda en los ojos aunque parecía buena, pero lo más increíble era que entre los grupos se discriminaban, se desaprobaban, se despreciaban y hasta se insultaban. Justamente discutían sobre lo que habían leído y competían por sus creencias. Estos grupos tenían líderes, cada líder dirigía a su gente y algunos de estos líderes tenían tambien vendas, otros no. Uno de ellos le decía al joven que si bien son los jefes de su grupo el Líder de todos era el Salvador.

Para sorpresa del muchacho también en este camino se encontraban las personas que al principio querían trepar las redes de la entrada de la Torá, que al no poder pasar del otro lado bajaron y entraron al de la Salvación mientras el joven todavía intentaba subir aquel alambrado. Tampoco habían abandonado sus vestigios, la »tapita», el sombrero, la manta en la cabeza, las barbas…también imitaban a las personas de aquel camino, bailando riendo, aplaudiendo, todos abrazando un rollo parecido al del joven y al resplandeciente, de hecho también tenía cierto brillo, pero requería ser pulido constantemente, porque su brillo no era natural, era igual de opaco que los rollos del joven. Más bien parecían tratar de imitar aquella radiante luz pero no lo lograban. También notó que a una de estas personas se le escaba una cruz de su bolsillo mientras bailaba y festejaba, y creyendo que nadie lo veía, escondía esa cruz. Esta situación le pareció muy inquietante y lo desconcertaba. Este grupo también era como los demás al desaprobar a los otros, algo no andaba bien…

Algunos líderes y especie de supervisores en ocasiones se topaban con el muchacho a pedirle colaboración con dinero, para mantenimiento del camino, pues alegaban que era mucho el tránsito a causa de la gran cantidad de gente y que esto desgastaba el suelo, era »para el bien de todos», decían. El joven un poco perplejo les daba algo del dinero que traía consigo, aunque al ver los suelos no le parecía que estaban en buenas condiciones, o que alguien haya hecho algún mantenimiento. Sin embargo lo entregaba de buena fé, con la intención de ayudar a los demás.

Así pasaba el tiempo para él, caminando y dando dinero, contemplando gente discutir, llorar, insultar…un caos…a veces leía su guía y se consolaba en ella pero no lograba reconfortarse del todo, recordaba y extrañaba a su familia y amigos, no sabía nada de ellos, sólo estaba seguro que se encontraban en el mismo camino que él. Pasaban días, meses, años…lo mismo de siempre, ya no estaba contento ni seguro del camino que eligió, y seguía caminando…

Pronto notó que el suelo del camino estaba raro, como con barro, a medida que avanzaba había más barro, más incómodo era caminar, de a poco costaba más avanzar, en esta zona ya del camino otros andaban con dificultad y con una constancia que parecía terquedad u obsesión, pero esforzados en seguir a toda costa, »tal vez sea una prueba para saber si queremos seguir»- pensaba- ‘‘¿quién sabe? a lo mejor, después del fango estaría la salvación…»’

En esta zona había carteles raros que decían: »Peligro, no continuar», éstos parecían no estar hechos por los mismos que contruyeron este camino, pues más bien resplandecían de una manera parecida al del rollo que vió al principio. Tampoco comprendió qué origen tenían esos carteles de suma advertencia, ni cómo estaban ahí apartados a un lado del sendero . De alguna manera se podría presumir que no eran de la misma naturaleza que el camino tomado ni de las guías que llevaba consigo. Pero una cosa era segura: ya no quería seguir caminando ahí. Realmente sintió miedo del lugar en el que estaba, peor, no sabía como salir.

Así divisó cerca de uno de esos carteles un pequeño camino que se unía al cual él se encontraba, y rápidamente se dirigió para aquel pequeño sendero y llegó. Era humilde, algo precario, pero más firme que el fango en el que estaba, era como de arena. Si bien no era cómodo de estar parado, pues tenía que estar constantemente moviendo los pies, al menos ya no se hundiría como antes, porque ya a esa altura el otro camino en vez de fango era arena movediza. Entonces se alegró pues creía aún que su Salvador le había mostrado aquella oportunidad, así empezo a andar por este nuevo sendero, y a lo lejos veía que se conectaba con algo que no alcanzaba a ver pues se veía como niebla, pero igual el muchacho siguió.

Ya cerca de donde terminaba este nuevo camino, podía ver atrás de él, lejos pero claro, el destino final de su camino anterior. Primero una especie de rampa hacia abajo.Luego un precipicio. Ciertamente significaba la muerte para los que lleguen, esto estremeció al joven que recordaba a sus allegados, no quería que llegasen ahí, pero el fango del lugar le imposibilitaba volver para buscarlos, no podía él buscar a su familia y amigos.

Llegó triste al final del nuevo sendero… y otro cartel más:»Estás llegando a Fulvida. Fundación Luz de Vida.» »Constructores de Shalom». –¿Shalom? ¿Qué significa eso?– se dijo a sí mismo,-Jamás había oído sobre esa palabra ¿Qué lugar es éste?-

Dejó el cartel atrás y siguió, pero había una espesa niebla que parecía no tener principio ni fin, muy densa, que no dejaba ver qué había del otro lado, y temió seguir, –Tal vez exista un precipicio parecido al que ví antes– dijo, y se quedó parado…

MIentras tanto, del otro lado, había mucha gente, justo a la misma altura de dónde se encontraba el joven, trabajando sobre el camino, parecían estar renovando los pisos. Éstos parecían como de madera firme, con una inscripción en cada una de sus tarimas: »Shalom». En esos momentos las estaban cambiando por unas baldosas que eran de piedra muy dura, mas firmes aún que las de madera, y que también tenían tallada la misma inscripción, y todos trabajaban en esto.

Junto con estas personas había una que parecía ser una especie de asesor, guía y supervisor en esta obra, aunque también ponía manos a la obra. Era muy entendido en el tema, y lo curioso es que no era como los demás trabajadores, traía sobre su cabeza esa redonda tapita, una similar que nuestro joven había visto anteriormente, también un rollo resplandeciente como el que ya conocemos. Él mismo parecía dar pautas, extraía instrucciones de su rollo, de las cuales elegía lo conveniente para sus colegas obreros, aunque todos mostraban una eficacia en lo que hacían. Pero todos trabajaban juntos en lo mismo, hacer más firme y sólido ese camino. Tenían en mente para el futuro cambiar la piedra por acero grueso, para hacer más sólidos aún sus baldosas, aunque requerían de recursos y debido a eso todo lo hacían despacio pero seguro, y siempre en acuerdo mutuo en mantener la inscripción de los suelos de su camino. Cosas como éstas hacían con alegría.

De repente uno de ellos vió sorprendido a un joven parado del otro lado, nuestro muchacho. Con ese asombro le dijo a los demás: – ¡Miren! ¡Un muchacho desconocido está parado al costado de nuestro camino!-, los demás vieron y no con menor sorpresa advirtieron la presencia de aquel extraño. Otros más lejos, no se habían percatado aún del asunto.

¿Quién sera?– se decían –Se ve bastante cansado y angustiado, vamos, acerquémonos y averigüemos quién es y de dónde viene-…entonces dejaron de hacer aquello en lo que trabajaban y fueron a su encuentro. Entonces uno de ellos le habló diciéndole: –Hola, quién eres y de dónde vienes?

El joven oyó estas palabras, pero no vió a nada ni nadie cerca ni alrededor: solo algo de camino que terminaba en una niebla interminable. Entonces se estremeció, pues ya no sabía qué creer. Si era fruto de su imaginación, o que era el tal Diablo, o algun ángel…ya sentía pánico y temblor en todo el cuerpo. Miraba a todos lados pero no veía nada ni a nadie.

Hola-de nuevo-¿No nos ves?– El joven se dió cuenta que no era su imaginación ni alucinación, notó que la voz venía como de la niebla, y tomando valor se camino un poco más hacia ella y miraba la niebla más de cerca, y la examinaba con el entrecejo fruncido, tal es el gesto cuando no se comprende algo, y miraba hacia más arriba, abajo, a los costados…

Las personas del otro lado se extrañaron por la actitud del muchacho: –¿Estará ciego? Yo lo veo claramente– decía alguno a los de su alrededor. Volvieron a hablarle de la misma manera, y el joven ya armado de valor y extraña curiosidad respondió:-¿Quién esta ahí? Sólo veo niebla

¿Niebla? ¿Cuál niebla?– Todos se decían, ya más personas se percataban y se agrupaban en el lugar.

No hay ninguna niebla, te estamos viendo claramente joven. Estás parado ahí moviendo la cabeza intentando ver algo, parece como si fueras ciego

Ya al joven más que miedo sintió curiosidad, hablaba más ameno, tal vez por su propia perplejidad que lo sacaba de su propia asimilación de la situación. –No estoy ciego-dijo-Sólo veo una niebla al terminar éste camino que anduve después de haber transitado otro peor, además hay un cartel con un nombre, Fulvida, no sé que es ni porqué está acá…no entiendo ya nada

En ese momento ya las personas comenzaban a comprender las cosas. el joven evidentemente no era ciego, pues habló del cartel, de Fulvida, del camino…pero de modo alguno él no los podía ver, aparentemente por una supuesta niebla que ellos no veían, sin embargo parecían creerle porque nadie mueve así la cabeza ni mira alrededor como buscando algo, no podía ser un loco por las referencias que hizo. Así que el único misterio era la niebla, pero en vez de meditar sobre eso más bien quisieron ayudarlo por el estado en que se veía, así que nuevo le hablaron: –Joven, te ves muy cansado y bastante afligido. Ven así te daremos comida, agua, ropas…pues pareces necesitado-. Pero el joven dudaba ante estas palabras, y prefería quedarse donde estaba y sin dar gesto de respuesta, lo que desconcertaba en cierto modo a la gente.

Viendo todo esto y sin decir nada estaba el supervisor de aquellas personas, un hombre sabio y solícito cuando los demás lo requerían, pues todo lo hacía con amor pero también seriedad, por esto y otras cosas más era respetado. Era llamado por todos »Moré» cuyo significado es maestro. Éste excelso hombre pues decidió romper su silencio hablándole a todos sabia y firmemente con estas palabras:

Escúchenme estimados amigos y compañeros, el joven que ven ahí me figuro que viene de un camino lejano, que evidentemente no fué propicio para él, sino miren nada más el estado en el que está. Lo sé muy bien porque tristemente sé acerca de ese horrible camino aunque no lo he andado ni me interesa hacerlo, ni aunque sea para conocer. Éste pobre desafortunado tiene una expresión de desasosiego, vacío y soledad y sus pies rondan la miseria de haber andado por un terreno áspero y pantanoso, al parecer le costó mucho llegar acá y creo que su único medio fué ese pequeño sendero que ven detrás de él. Lo que yo veo y que parece ser es que hay algo que él llama »niebla» que no le deja ver lo que hay hacia acá, pero ustedes no pueden ver. Esto se trata de una alguna probable imposibilidad que le dejó aquel miserable camino andado de ver lo que realmente es bueno, una especie de membrana ante sus ojos frente a lo recto y justo, fíjense bien en lo que ustedes recién trabajaban y tendrán la respuesta al enigma: este suelo es por demás superior al que anduvo el joven, ustedes sí lo pueden ver puesto que no tienen esa membrana a causa del buen suelo, pero él a ustedes no. La razón primordial por la que se origina esta niebla es un secreto de Di-s que no tiene que ocuparles la cabeza pues nada bueno hallará para quién lo investigue, sólo Él sabe por qué forma este fenómeno. Más bien ahora vaya uno cerca del muchacho y extiéndale la mano traspasando este camino, para que lo pueda ver y se tranquilice, después veamos cómo ayudarle. Tal cosa es lo que el Eterno desea y manda.-

Ante semejantes palabras todos enmudecieron, porque eran concientes de la sabiduría de todo en cuanto hablaba y además estaba ya claro en sus mentes el asunto. Así que uno de ellos se acercó al joven y le extendió su mano. El muchacho del otro lado miraba estupefacto cómo una mano abierta de repente salía extendida de aquel denso y grisáceo muro, a esa altura este nuevo fenómeno para él sobrepasaba su ya pobre discernimiento y si antes estaba inmóvil, ahora parecía de piedra, una parálisis difícil de describir.

Comprendió todo el sabio Moré, y alzando la voz le dijo de una manera dulce: –No debes temer joven, solamente acerca tu mano y agarra fuerte de la que ves

El joven sintió esta nueva voz más santa que la anterior, así logró recomponerse un poco de su estado, y ya con más seguridad respondió:-Gracias. Sí lo haré, porque siento en tus palabras paz que jamás sentí antes, pero dime…¿Eres tu el Salvador?

Esto dijo porque mantenía la creencia que tuvo cuando descubrió el pequeño sendero que lo sacó del desastroso lodo de su camino antes andado. Pero entonces el Moré al escuchar aquella pregunta insensata, se disgustó y le habló con serenas y directas palabras: –No soy ningún Salvador ni otra cosa que se le parezca, pues aquello que te han dicho sobre esa persona sólo fueron calumnias que por la inocencia que en tí veo creíste. Te digo que aunque tuviste buen corazón estuviste errado en varias de tus acciones, no te culpo pues sólo fuiste victima de falacias, pero la verdad es que no hay salvación alguna por donde antes anduviste. Se nota igualmente que tienes buen corazón y tu intención es sana, sino no hubieras encontrado este lugar que aún no ves. Vamos, confía y tiende tu mano.-

La primera sensación del joven fué de miedo y tristeza, por lo que aquél decía de su supuesto salvador, si bien no huvo violencia en sus palabras, para el joven fueron duras, pues no estaba preparado para escucharlas y se entristeció porque tenía razón el hombre sabio, de alguna manera llegaba a ese lugar movido por alguna fuerza de la que nunca se percató, así recordaba la luminiscencia de los objetos que anteriormente había visto. Pero inmediatamente después y felizmente para él, sintió una nunca antes percibida sensación de esperanza. Por ésta última entonces, alargó su mano y tomó fuertemente la que lo esperaba, y tomando impulso pasó del otro lado.

Entonces cerró los ojos en su primera reacción, porque en ese lugar había más claridad que del lugar de donde venía, de hecho recordaba la claridad del Camino del Gentil Justo, y se preguntaba si se encontraría ahí. Luego de adaptarse a la nueva vista, comenzaba a contemplar el lugar y sus gentes. Sin saberlo aún, se había salvado él mismo.

Entonces las personas más cercanas le dieron la calurosa bienvenida, lo felicitaban por haber tomado el coraje que lo hizo pasar al buen camino, e inmediatamente se dispusieron a atenderlo.

Éstas personas cercanas eran justamente las muy pocas que el joven había visto entrar al principio de todo, en el Camino del Gentil Justo, ésta era la extraña razón por la que no se percataron nunca de la niebla. Así confirmó el muchacho aquello que pensaba y supo que estaba ahí, con gentiles justos. Y así recibía con alegría las palabras de aliento que le daban, le decían esto y aquello, todo era recibido gratamente por el muchacho y éste les respondía con gratitud. Así hablaban.

Mientras aquellos hablaban de tales cosas, se iba reuniendo más gente aún que antes, algunas ya habían visto algo, otras recién se enteraban. Muchos se recordaban a sí mismos actuando como el muchacho, pues también en otro tiempo habían caminado y conocían del macabro Camino Salvador. Éntre éstos hubo entonces alguno que les hablaba a los que tenía a su alrededor diciendo:

Escúchenme amigos noájidas, todos que descendemos del noble Noaj. Al ver a aquel joven vino a mi memoria todo aquello que he pasado cuando caminaba por aquel deplorable Camino de la Salvación, borrado sea este nombre. También de similar manera llegué a este lugar, tal como el Moré nos describió hace un momento, y recuerdo un sendero perdido que sería mi esperanza para llegar acá así como también veía una niebla antes de llegar y pasé por parecidas circunstancias, y muchos de ustedes saben bien de qué hablo. No nos debería entonces extrañar que ahora nosotros no veamos nada de eso, pues nuestra visión es pulcra y sé que me entienden, lo que veo es que tal niebla no desapareció en verdad y hay muy pocos caminos como los que conectan a éste, el nuestro, yo también advertía que a lo largo de toda esa niebla no se veía ni a lo lejos algún otro sendero esperanzador, fué un milagro que haya encontrado aquél uno de éstos caminos. Por eso les propondré cómo debemos actuar de aquí en adelante:

MIentras algunos de nosotros siguen con la obra de mejorar estos suelos, otros vayan prestos con ayuda de máquinas o cualquiera otra que sirva, a disipar esa espesa niebla que no deja ver para acá, a pesar de que no la vemos está ahí, y debemos hacerlo. También apresurémonos en construir más caminos como el de arena que se ve ahí, pero que sea de un mejor material, más firme, por ejemplo las maderas que estamos ahora sacando. Si así obramos entonces hay mas probabilidades de que más personas extraviadas como éste pobre joven encuentren el camino que en verdad deben tomar. Vamos, no perdamos más tiempo hablando y hagámoslo.-

Dicho esto todos empezaron a obrar de esta manera, felices porque entonces tenían una nueva manera de construir su Shalom, ayudando a los perdidos, y así renovaban su lema de Constructores de Shalom, descubrían pues un nuevo significado.

Así entonces comenzaba también el joven su nueva y definitiva etapa, aunque le sería largo y costoso la adaptación total a esto nuevo, pero no lo abandonaba su esperanza: ahora sí entendía sobre Di-s. Entonces él mismo luego del descanso empezó en silencio a aprender todo cuanto había ahí, observando por largo tiempo las obras sobre los suelos, a los que disipaban la niebla y a los que construían pequeños senderos conectores.

Notó también que entre ellos estaba un hombre con la tapita redonda, de semblante sabio y reconfortante. Pero no hizo preguntas ni comentarios, pues le vencía el sueño en ese momento después de sus penurias interminables, así se durmió a un costado hasta el día siguiente.

Era viernes ahora cerca del mediodía, el joven abrió los ojos y se sentía bien descansado, mucho había dormido por el sueño pesado y al ver alrededor notaba que estaban todos trabajando en lo mismo del día anterior,y nuevamente el Moré entre ellos, portando esos magníficos rollos de luz que ya el joven conocía de lejos y por los cuales aún se extrañaba. Se incorporó entonces y fué a su encuentro, cuando estuvo al lado del guía quiso ver el contenido de lo que leía , y al posar su vista sobre las letras sintió un ardor en los ojos que lo hizo cerrarlos y retroceder un poco. Refregó sus párpados y volvió a abrirlos con dificultad, pero podía ver.

Advirtió todo esto el sabio hombre y le hablo así: –Estimado, tuviste suerte esta vez, pues si mirabas otras letras de estos rollos era inevitable la pérdida de tu vista con el tiempo. Tus ojos naturales no son aptos para leer de esas letras, pero sí lo son para leer las que viste recién, sólo que no estás listo y por eso sentiste sólo ardor, pudo ser peor para ti. Ten paciencia y con lentitud aprende todo de cuanto hay aquí, luego podrás leer con mi ayuda algo de esto, pero nunca lo intentes solo. Ahora me despido de tí querido, pues tengo obligaciones en otro lugar, para que sepas soy del Camino de la Torá y allá debo ir.-

Luego habló a los demás exhortando:- Amigos, me voy ahora a lo mío pues llegará Shabbat y tengo cosas múltiples que hacer y el tiempo apremia. Algunos de ustedes acompañen a este joven en lo que necesita, lo que realmente necesita, sé que me entienden. Ahora me despido y nos veremos pronto. Cariños y fuerza noájidas.-

Así hablo y se alejó con sus cosas. Recién en ese momento comprendió algunas cosas el joven pues aquél que se iba tenía el mismo resplandor de las personas que estaban alrededor de los rollos radiantes del principio. Luego de pensar en eso le dijo a su más cercano: –¿Shabbat?¿Noájidas? no comprendo a qué se refiere

Le respondió entonces el gentil sonriendo: – Amigo, Shabbat es un día especial de nuestro Moré y de los que son como él, y debe preparar ciertas cosas y hacer otras, pero eso por ahora no debe acuciarte, con el tiempo sabrás de qué se trata, aunque es importante que vayas sabiendo que no debes imitarlo, jamás. Del mismo modo actuarás con los rollos que viste, seguro ya te lo habrá dicho. Ten paciencia y sabrás todo lo que debes saber, sobre cómo trabajar en los suelos de Fulvida, aunque si te fijas al lado y muy cercano de nuestro camino verás otros caminos parecidos a éste. Ése se llama por ejemplo »Benei Noaj», aquél otro tiene por nombre »Gran Arca» y muchos otros más, todos juntos en realidad forman el verdadero Camino del Gentil Justo, el nuestro es en realidad uno pequeño en comparación con éste inmenso…en cuanto a los noájidas, se refiere a los descendientes de Noaj, que tú conoces como Noé…

Así entonces empezaría a aprender con paciencia y virtud todo lo que a él competía, se le inculcarían las 7 leyes universales sobre las que todos ahí se regían, las cosas que debería hacer, las que tendría permitido, las que tendría totalmente prohibido, todo lo recibiría con felicidad, aunque sin olvidar a sus seres queridos de los cuales no supo más y le preocupaba, y también para esto le darían aliento pues si tenían buen corazón como el joven el Eterno haría que llegaran como él, así le hablarían y todos los días futuros en su vida trabajaría como los demás contruyendo suelos, disipando nieblas por conocer él mismo los tormentos antiguos, Desechando las cosas que llevaba física y mentalmente consigo. Desecharía sobre cestos de basura al costado de su nuevo camino los rollos opacos que traía, así como sus expresiones antiguas, todos en los mismos cestos donde otros también llegarían como él, así como también los gentiles que ya obraban tiempo hace y estaban en constante aprendizaje desechando sus cosas también. También el Moré le enseñaria con amor y alegría a leer de lo que podía de los rollos que eran llamados Torá (de acá el camino del Moré), y de éste hombre el joven aprendería mucho, del Shabbat mencionado, y otras cosas que no debería imitar. Así sería de ahí en más para nuestro joven, y se convertiría algún día en un ejemplar noájida.

Pasaron tres años de haber llegado a su lugar ya amado, y advirtió para su sorpresa que de su camino amado se desprendían como puentes gigantescos con carteles que dictaban: »Al Camino de la Torá»; éstos puentes se veían muy dificutosos para tomar por el complicado andar que demandaba: muchas subidas, bajadas, curvas, escalinatas, todo tipo de complicaciones, pero también se notaban muy firmes. En algunos de ellos se veían hombres gentiles andando acompañados de hombres parecidos al Moré, pero que sugerían un rango algo más alto y exhibían magnificencia. Éstos eran por el joven ya conocidos, porque su Moré siempre les hacía referencia cuando le enseñaba, decía que los consideraba sus maestros y que no sólo en vida los eran sino también aquellos ancestros que dejaron sus sabios escritos y de los cuales el Moré leía. A ellos pues también los consideraba sus maestros, y eran por él llamados Rabinos.

Los últimos eran entonces los acompañantes de los noájidas en los puentes, pero mientras éstos andaban por ahí de manera dificultosa, aquellos caminaban sin problemas, pues los puentes no les representaba incomodidad alguna, a pesar de las depresiones e irregularidades de sus estructuras, eran parte de su Camino de la Torá. Y les daban fuerzas los Rabinos a sus guiados, cuando éstos sucumbían en su andar, porque solos no podían ni debían.

El muchacho sabía de esas dificultades, porque mientras aprendía de sus 7 leyes tenía referencias sobre sus colegas los Judíos (así se llamaban los felices bailadores del rollo de luz), y de la luz de aquel otro buen camino, pero él decidió seguir de largo…estaba contento con su propia labor y no quería dejar de ser noájida aunque apreciaba a aquellos de los puentes, al llegar al otro lado de largo brazo se encontrarían con muchos de los excelsos hombres para ser como ellos y al fin ser llamados Judíos.

Así continuaba su extenso y amado camino, donde siguió avanzando en años hasta convertirse en hombre, luego hizo su propia familia, tenía no menos ejemplar mujer, buenos hijos nacidos noájidas que seguirían los pasos del buen padre…ya entonces estaba completo porque sentía en si interior que cumplía con todo cuanto el Eterno su Di-s le encomendaba, pero no consideraba lo que sentía para no caer en soberbia, más bien seguía cumpliendo y cumpliendo como si no llegara nunca a hacerse. Así era su proceder en su vida.

Llegaba entonces al tiempo de su vejez que toca la puerta de los que mucho viven, estaba cerca ya de sus 120 años,  cosa admirable porque fué de los pocos en lograrlo. El blanco de sus cabellos era el fiel anunciador de su grandeza y saber a cualquiera que lo viese. A él acudían los muchos jovenes y hombres que buscaban sabiduría, para hacer todo lo que debían y que este anciano hizo en su juventud. Recordaba a su Moré instructor a quien mucho le debía, y con esto en la mente enseñaba el también todo lo que había aprendido, era menester hacer todo lo que se podía para llegar a buen puerto, así era todo para quien fué una vez joven que ahora estaba cerca del final de su camino y de sus días.

Un día de repente se sintió distinto a los demás días de su vida, se acercaba el final de su sendero y el anciano bien lo reconocía y con gusto pues no temía, sabía bien en su corazón que había cumplido cabalmente sus 7 leyes, aunque nunca cesó de hacerlo mientras le quedaba fuerza, como si siempre le quedara algo por cumplir. Llegaba ya al final de los férreos bloques con el querido Shalom inscripto, cuando un sueño distinto pero muy dulce le vencía, se tomó la cabeza con una mano y se sentó. Estas ganas de dormir eran distintas a las demás.

Así como el fiel trabajador se levanta temprano a la mañana, antes del cantar del gallo, y se dirige a su deber durante todo el día hasta llegada casi la noche y vuelve muy cansado y se va a la cama a dormir sin pensar en la reparadora cena, tal era el cansancio del anciano. Pronto apoyó el resto de su cuerpo sobre el suelo amado y comenzaba a cerrar los ojos. La misericordia del Eterno había hecho cansar los arrugados párpados del centenario noájida, y éstos se rindieron por fin y se juntaron para que sus ojos terrenales no vieran nunca más. Así fueron pues los últimos momentos del ejemplo de muchos.

Pasado un tiempo imposible de decir si mucho o poco, nuevamente se levantaba el hombre ahora desorientado; no sentía su cuerpo o lo que sentía más bien era algo muy extraño y nunca antes sentido, se sentía vivo pero de otra manera… –¿Qué es esto?– se decía su espíritu sin norte al principio.

Se incorporó, o más bien una hizo una acción parecida, y con sus nuevos ojos veía muchas personas sollozando juntas, eran sus descendientes, amigos, colegas, todos queridos alrededor de algo. Era su cuerpo material. Ësto lo conturbó más pues si bien sabía de qué se trataba la muerte, sólo esa vez, que era la única, era como si nunca hubiera aprendido al respecto. Para las personas presentes había sucumbido el anciano en medio del camino, pues sus ojos veían más camino por recorrer, mientras que los del anciano ya en espíritu veían el fin del suyo.

Sin tiempo para deliberar sintió el alma la atracción del otro lado, era como si caminara sin necesidad de usar piernas, como si una fuerza externa lo hiciera dezplazar hacía una nueba niebla para él nunca antes vista. Era ésta la cortina que separaba el fin del camino de lo maravilloso que se aproximaba. Cruzó así la línea divisora y empezaba la paz.

Notó ahora que después de cruzar había un patio al que llegaba también otro camino que llegando a su fin se unía al suyo. Y de él llegaban otros, los judíos, tal como lo hacía como el anciano, y al ver la señal de ese sendero leyó: »Fin del Camino de la Torá», al darse vuelta al suyo vió: »Fin del Camino del Gentil Justo». Éstos se unían entonces al final para hacer saber a todos que tanto un camino como el otro eran los necesarios para llegar a buen destino.

Se juntaban entonces gentiles y judíos para saludarse y seguir hacia la enorme puerta de un edificio áureo con argénteos adornos, tal construcción daba la idea de un tribunal. No era otra cosa más que eso, y la fuerza desplazadora los guiaba a todos mezclados hacia su interior. Entonces el fiel noájida sentía temor reverencial y alegría a la vez, pues bien sabía lo que llegaría. Se abrieron las puertas y se hizo una fila entre los muchos llegados para entrar. Al hacerlo, el interior del lugar era destellante, hermoso, indescriptible apenas los ojos espirituales podían mirar algo hacia el suelo que también era de luz. Apenas se podía ver algo, casi nada…

Avanzó una persona delante de él y una voz enfrente e imposible de ver su emisor decía: –Dime Yehuda, ¿Has cumplido con las 613 órdenes que te He dado?-.

Conmoción. Ésto sentía el buen gentil y todos los demás detrás de él. –Sí, las he cumplido– respondía el judío, y avanzaba pero no se sabía dónde.

Quedó ahora solo el siguiente frente a la Majestuosa Voz, que le dijo: –Dime Noaj-(por ésto era la grata sorpresa que se llevó en vida al saber del nombre de su ancestral patriarca)-¿Cumpliste con las 7 órdenes que te He dado?-. Al momento se llenaba su alma de inmensa alegría, y con una sonrisa respondió: –Sí mi Señor, tal como lo he aprendido-dijo, y agregó:- Perdóname mi gran Señor, ¿Qué es de mi familia y amigos a quienes nunca más vi?-, a lo que la Magnificencia respondió: –No te preocupes por ellos, han recibido también su juicio justo como tú, más, complácete porque lleno de misericordia es el mismo-. Dicho ésto avanzó mediante la fuerza recorriendo la Sala de Justicia, hacia una puerta que daba a otro exterior.

Había tenido su juicio justo, y sentía amor por su Amo, cantaba alabanzas, se abrazaba con otros, y se disponía a gozar de las cosechas de su siembra. Estaba ahora en otro patio, interior, que llevaba a un gran portal hermoso del mismo dorado y plateado que el Sagrado Tribunal, sabía que aquél era su Mundo Venidero, al que todos se dirigían con no menor gozo que el noájida.

Caminaba hacía ahí cuando de pronto de su interior salían personas que parecían alborotadas de mucha alegría, hablando rumores, escuchando voces y gritos del primer patio, anterior al Tribunal, como si se hablaran con los que están del otro lado, pero no alcanzaba a entender lo que decían, así que se acercó a ellos. Tanto era el alboroto que sólo alcanzó a entender unas pocas palabras, las suficientes para aumentar su alegría. Todos los que habían salido volvían a entrar corriendo, tal vez para avisar al resto. Detrás de ellos caminaba Noaj lentamente hasta que quedó solo, y traspasaba de a poco el acceso al mundo de gozo con una sonrisa y un ligero pensamiento sobre lo que recién había oído:

Andaba por el Camino de la Torá un tal Mashíaj…

FIN.

Resp. 243 – Séptimo día y noájidas

Seba-Noaj nos consulta:

Estimado moreh: que repercusion o efectos tiene el shabat sobre los noajidas justos,o por qué no,sobre el mundo en gral.a pesar que solo judios pueden y deben guardarlo?me refiero a si se forjan bendiciones,milagros,etc.Busque al respecto y lei que tenia beneficios para todos,pero primero Israel
Sebastian Gloria Salas, 27 años, Bs As, Argentina

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Resp. 232 – Significado de «SHALOM»

Freddy Contreras nos consulta:

Muy buenas tardes.
Es mi primera pregunta y pido disculpa porque estoy seguro que la misma es demasiado elemental. ¿Cual es el significado en español de la palabra SHALOM?.
Por lo que he leido en la página se que es algo bueno grande y del agrado del Eterno. Pero me gustaría saber si tiene algun
Freddy Contreras. 52 años. Ingeniero. Pampatar. Venezuela

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Resp. 229 – ¿Sábado para Adán?

heverth nos consulta:

porque se dice \»sábado solo para judíos\» si el creador se lo dio a nuestro antepasado Adán EL HOMBRE ( \»lo bendijo y lo santifico\» )no deja implícito que el Adan y su familia deben tratarlo como sagrado..?
heverth, 38 años, musico, colombia…

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Hablar lashon hara

Quiero compartir con todos ustedes este articulo de judaismohoy.com que me enviaron. El titulo Original es ¿Que Gusto Tiene La Sal?,

Les deseo a todos feliz Pesaj

Shalom

¿QUE GUSTO TIENE LA SAL?

El Jafetz Jaim fue un gran hombre, que con sus libros iluminó los ojos de nuestro pueblo, especialmente en un tema muy importante, como el cuidado en la forma de hablar.

En su libro “Jafetz Jaim”, concentró y a la vez detalló todas las leyes respecto a este tema, y en el “Shemirat Halashon” nos muestra y también nos fortalece desarrollando los premios y los castigos derivados de la forma de hablar que aparecen en el Talmud y en otros libros sagrados. Con el estudio de estos libros podemos tener una visión clara acerca del cuidado extremo, de la obligación que tenemos de pensar antes de abrir nuestra boca.

Pero este cuidado no está solamente en sus libros, sino que la vida del Jafetz Jaim es el ejemplo de lo que escribió. El rab hagaon Iaacov Kaminetzky tzt”l nos atestigua:

Un rab tenía que cumplir una importante misión durante tres días en una ciudad de Polonia. El Jafetz Jaim lo acompañaba en esa oportunidad. En el camino se detuvieron para comer algo en una hostería que era conocida por su cuidado estricto del Kashrut.

La esposa del dueño del lugar les preparó enseguida una mesa y les sirvió de la mejor forma posible, al ver que habían llegado unos huéspedes muy especiales. Cuando terminaron de comer se acercó a preguntarles si la comida estuvo bien preparada. El Jafetz Jaim respondió sin dudar: “muy buena, en verdad estuvo excelente”.

La señora no se movió del lugar, esperaba la respuesta del otro rab. Y la respuesta no tardó en llegar: “bien, pero podría haber estado mejor con un poco más de sal…”

La mujer dio media vuelta y fue rumbo a la cocina. El Jafetz Jaim “olió” algo no muy bueno. Se dirigió a su compañero y le dijo: “No puedo creerlo! Toda mi vida me cuidé de escuchar y hablar lashon hara, ¿por qué Hashem me tiene que hacer esto, que te acompañe para tener que escuchar hablar lashon hara? Estoy muy apenado y arrepentido de haberte acompañado hasta aquí, y ahora estoy convencido que la misión que tenemos no es del todo pura, si sería pura no habría pasado semejante cosa”.

El rab quedó paralizado ante las palabras del Jafetz Jaim, no entendía la gravedad de sus palabras, es más ni la gravedad ni la levedad, estaba seguro de no haber dicho nada malo.

“¿Qué es lo que dije, hay algo grave en mis palabras? Simplemente dije que la comida estaba bien, y solamente agregué que hubiera sido digno agregar un poco más de sal!”

No tenés la menor idea de la fuerza de las palabras y del mal que pueden causar, dijo el Jafetz Jaim casi llorando, la mujer que vino a servirnos, seguro que no preparó la comida. Lo más probable es que la cocinera sea una mujer muy pobre, y además viuda, que no puede dejar de trabajar para conseguir el sustento de su familia.

Ahora, gracias a tus palabras, la señora entrará a la cocina a decirle unas cuantas cosas a esta pobre mujer. Para defenderse, la pobre viuda tendrá que mentir, y contestará que puso la medida justa de sal y hasta probó la comida para asegurarse que esté a punto.

Entonces, la dueña de casa la tratará de mentirosa y le dirá: ¿acaso pensás que los distinguidos rabanim están mintiendo?!! Vos sos la que está mintiendo!!!

Y esto provocará el enojo de la señora que posiblemente llegue a despedir a la pobre cocinera, y ésta quedará sin trabajo

Fijate cuántos pecados cometiste con tan pocas palabras:

1) Hablaste lashon hara.

2) Provocaste que la dueña de casa escuche lashon hara.

3) Hiciste que la dueña de casa repita el lashon hara frente a la cocinera.

4) Provocaste que la cocinera necesite mentir.

5) Tus palabras enfurecieron a la dueña, y ésta hizo sufrir a una mujer viuda.

6) Provocaste peleas entre la gente.

Cuando el Jafetz Jaim terminó su reproche, sonriendo, el rab dijo en voz baja: me parece un poco exagerada toda esta historia! No es posible que palabras tan simples como las que dije provoquen semejante desastre!

Si pensás así, volvió a la carga el Jafetz Jaim, levantándose de su asiento, vamos a ver lo que está pasando en la cocina!!!

Entraron y vieron a la dueña de casa hablando en un tono muy fuerte a la cocinera, y esta pobre mujer estaba parada contra la pared llena de lágrimas en sus ojos.

El rab vio que el Jafetz Jaim no exageró y sintió una tremenda lástima por la cocinera, ahora tenía que salvarla y disculparse, si existiera la forma, por haberla hecho sufrir tanto. Hasta tendría que insistirle a la pobre viuda que lo perdone, por todo lo que provocó…

Se dirigió primero a la dueña de casa diciéndole que fue un error, que la comida estaba perfecta, que disculpe a la cocinera y que se olvide de todo este asunto, y desde luego, que no se le ocurra despedirla, ya que hizo un gran trabajo. Inclusive estaba dispuesto a pagar por los problemas que causó, con la condición que no despidan a la cocinera.

La señora era muy buena, y aceptó los pedidos del rab. “No tengan ninguna duda, seguro que la cocinera continuará en su trabajo. Solamente quise enseñarle que debía ser muy cuidadosa con los condimentos. Es una gran cocinera, y seguirá trabajando con nosotros”.

El relato nos enseña hasta dónde debemos ser cuidadosos con nuestras palabras. Así como unos pocos granitos de sal pueden provocar un daño tremendo, unas pocas palabras pueden causar el abandono de este mundo y el del mundo venidero. En la generación del desierto, el leproso, que adquirió la enfermedad al hablar lashon hara, debía soportar la soledad, el alejamiento, debía vivir fuera del campamento.

Alejado de todos sus conocidos, de su familia, por lo menos durante una semana, sin nadie con quien hablar, solamente con su interior, reprochándose su conducta, que lo condujo a esa triste soledad.

Una palabra de lashon hara también aleja al que la dice del Bore Olam, debido a la gravedad del pecado, pero también lo aleja de su compañero, porque quien escucha que alguien desprecia a otra persona sin motivo no hace otra cosa que alejarse.

Para salvarnos de todo esto, hay un solo remedio: estudiar las leyes del lashon hara, y fortalecernos en el amor y el cariño hacia nuestros semejantes. Toda persona que “enfoque” a sus semejantes con un “buen ojo” se acostumbrará a querer a todo el mundo, y “comprará” el escudo que lo proteja de hablar lashon hara. Y esto lo convertirá en una persona querida por todos, y lo más importante querida del Bore Olam, será querido “arriba” (en el Cielo) y apreciado “abajo” (en la tierra). Logrará mejorar su Olam Haze y también tendrá un gran Olam Haba.

El inconveniente de la masturbación

En la longeva y siempre vigente tradición espiritual se considera como inconveniente la masturbación, especialmente la masculina.

Primero comprendamos el motivo fundamental-racional para la prohibición de la masturbación.
El Eterno nos ha diseñado con instintos de supervivencia muy fuertes, entre los que se incluye el de la supervivencia de la especie humana por medio de la reproducción.
Así pues, es natural, normal, bueno, que poseamos instinto sexual, que es poderoso, que es de bendición, en tanto esté correctamente canalizado.

El instinto sexual nos exige acercarnos a otro, a una persona del sexo complementario, para fundirnos en un abrazo íntimo que nos vivifique y que posibilite la procreación. Así fuimos diseñados por el Creador.
Atendamos que NO solamente es para procrear, sino también para crear lazos de unión, de unidad, de cercanía con nuestra pareja.
Es un mecanismo natural para dar vida, a nuevas criaturas y a los que comparten este instante sagrado de intimidad sexual.

Pero, así como hay distorsiones del instinto de nutrición, lo hay también en el ámbito del instinto sexual.
Están los que se dejan llevar por la gula, los que no se ponen (o no respetan) límites, los que son bulímicos, los anoréxicos, los apáticos, los que confunden comer con mitigar la angustia, los que mastican chicle en vez de alimentarse, los que comen comida chatarra en vez de nutrirse, etc.
Uno puede comerse una masita de chocolate en vez del almuerzo, probablemente no sienta hambre por un rato, ¿pero se ha cumplido la función de nutrición para lo cual ha sido diseñado el instinto de alimentarse?

Así pues, cuando uno se masturba, puede que haga reducir un poco la tensión física, que por un instante se sienta relajado; pero, la tendencia no se ha cumplido como corresponde, el ser no se ha nutrido a través de la función sexual como corresponde, por tanto, al poco rato la masturbación deja paso a un vacío interior, a un requemor, a dudas, a confusión, a sentimiento de culpa, a fantasías negativas.
Como el que mastica chicle en vez de comer su ensalada.
Como el que toma una pastilla para no sentir hambre, pero que se está consumiendo a sí mismo al no nutrirse como Dios manda.

¿Está claro hasta acá el motivo fundamental-racional por el cual la masturbación ha sido prohibida?
Es el motivo similar por el cual el condón (o método parecido de barrera) solamente puede ser usado en caso de riesgo cierto de contraer o contagiar enfermedad venérea mortal.
Porque el condón separa, impide la unión íntima, impone una barrera de alejamiento allí en donde debiera haber momentánea fusión.

Así pues, no es malo, endiablado, impuro por masturbarse, sino solamente una persona con cada vez más hambre de unidad, de cercanía con una persona apta del sexo complementario.
Una persona que está desperdiciando vida, como indica el Código Legal en el judaísmo (que recordemos no es siempre idóneo para los noájidas), y que es como si estuviera asesinando. Entiéndalo bien, no asesina a los espermitas, no son seres vivos, pero está cortando la posibilidad de traer nueva vida, y más importante quizás, de dar verdadera vida a su vida.
Recuerde lo dicho, el sexo es muy bueno, es natural, es necesario, pero debe estar dirigido a las metas correctas, para no crear inconvenientes o cosas peores.

¿Qué hacer para solucionarlo?
Realmente, no hay respuestas fáciles, ni curas mágicas.
Le daré cinco.
1- Intensifique su dar tzedaká (caridad a pobres y buenas obras tales como FULVIDA), involucrese en realizar buenas acciones desinteresadamente. Haga más y más por el prójimo, con real generosidad, sin por eso dañarse a usted en lo esencial.

2- Haga lo posible para conseguir esposa idónea y compartan mutuamente de acuerdo a lo que corresponde.

3- Lea diariamente los salmos 16, 32, 41, 42, 59, 77, 90, 105, 137, 150 en traducción judía erudita.

4- Inicie una terapia con algún especialista en salud emocional que además sea conocedor de Torá y respetuoso de los preceptos. No admita que alegremente el terapeuta le incentive a masturbarse o le quite peso al tema.

5- Identifique las situaciones, objetos, vestimentas y momentos en (con) los cuales se masturba y evítelos.

Hablando de las Siete Leyes (parte 2)

Por Carmen Hermoza y Juan Mayorga

Como mencionamos en la parte 1, un requisito básico para poder presentar ante otra persona el conocimiento de las Siete Leyes Universales es apreciarlas en su real dimensión, con su belleza, flexibilidad, sensibilidad, racionalidad y tolerancia. Más aún, si quien habla sobre el Código Noájico es (él mismo) un gentil observante, entonces es indispensable un par de ingredientes adicionales que son esenciales:

  • un orgullo sano por su propia observancia;
  • un dominio apropiado sobre el tema.

Si usted no tiene estos dos ingredientes – quizá porque es muy reciente su apego a las Siete Leyes o porque está «enganchado» todavía con la idea de hacer la conversión al Judaísmo, no sufra por verse imposibilitado de presentar con efectividad el legado de Noaj a sus parientes, vecinos, amigos, etc. Nadie se va ir a algún (inventado) infierno, ni se va a perder. Estos son conceptos cristianos y no tienen nada que ver con el Monoteísmo. Ocúpese primero de lo que le corresponde a usted y luego, con el tiempo y si Dios lo permite, usted podrá ayudar a otros. Cuando las aeromosas dan las instrucciones de seguridad para el vuelo, indican que «en caso de despresurización de la cabina caerán de la parte superior unas mascarillas conectadas a surtidores de oxígeno; póngasela con cuidado, asegúrese que funciona y entonces podrá ayudar a otros pasajeros». Seguir leyendo Hablando de las Siete Leyes (parte 2)

¿QUE ES UN JUDÍO?

Quería compartir con todos ustedes este mail que me envío un amigo, que comparte mi ideología y mi lucha por difundir el Laicismo como corriente de pensamiento en Paraguay.

No tengo la fuente exacta, pero el mensaje de todos modos me parece muy bello y menciona también a nuestra Indentidad Noájica.

¿Qué es un judío? Leo Nikolaievitch Tolstoy. Rusia 1908

Esta pregunta no tan extraña como parece.

Veamos qué clase de criatura peculiar representa el judío, sobre quien todos los gobernantes y todas las naciones, ya sea en conjunto o por separado, han cometido abuso y dado tormento, han oprimido y perseguido, pisoteado y masacrado, quemado en la hoguera y ahorcado…., y a pesar de todo ello, todavía sigue vivo.

¿Qué es un judío, que nunca ha permitido ser descarriado por todas las posesiones mundanas que sus opresores y perseguidores le han constantemente ofrecido para que cambiara su creencia y abandonara su propia religión judía? .

El judío es ese ser sagrado que ha bajado el fuego eterno de los cielos y a través de él ha iluminado el mundo entero. El judío constituye la cuna, el manantial y la fuente de religión de la que todos los demás pueblos han extraído sus creencias y religiones.

El judío es el pionero de la civilización. La ignorancia fue condenada en la Antigua Israel mucho más de lo que es hoy en día en la Europa civilizada. Además, en aquellos días de salvajismo y barbarie, cuando ni la vida ni la muerte de nadie tenía el más mínimo valor, Rabí Akiva no se abstuvo de expresarse abiertamente en contra de la pena de muerte, una práctica que en la actualidad es reconocida como una forma de castigo altamente civilizada.

El judío representa el emblema de la tolerancia civil y religiosa.

«Amad al extranjero y al residente temporario», ordenó Moisés, «porque vosotros habéis sido extranjeros en la tierra de Egipto». Y esto fue expresado en aquellos tiempos remotos y salvajes cuando la ambición principal de las razas y de las naciones consistía en abatirse y oprimirse unos a otros. En cuanto a la tolerancia religiosa, la fe judía no sólo dista mucho del espíritu misionero de convertir a pueblos de otras creencias, sino que, por el contrario, el Talmud ordena a los rabinos informar y explicar a todos aquellos que voluntariamente vienen a aceptar la religión judía acerca de todas las dificultades que encierra su aceptación, y recalcar a los supuestos prosélitos que los justos de todas las naciones tienen su parte en la inmortalidad. Ni siquiera los moralistas de nuestros días pueden jactarse de una tolerancia religiosa enaltecida e ideal de este tipo.

El judío representa el emblema de la eternidad.

El, es a quien ni la masacre, ni la tortura durante miles de años pudo destruir; él, es quien ni el fuego ni la espada ni la inquisición pudo borrar de la faz de la tierra, él, quien fue el primero en presentar los oráculos de D-s, él, es quien durante tanto tiempo ha sido el guardián de la profecía, y es quien la a transmitido al resto del mundo.

Una nación semejante no puede ser destruida.

El judío es eterno como lo es la Eternidad misma

Leo Nikolaievitch Tolstoy. Rusia 1908

Falsedades del Nuevo Testamento

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