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El que Busca Encuentra

Que haces o a donde acudes cuando buscas algo, pues si buscas comida vas al super o si buscas medicinas vas ala farmacia, y así con las demás situaciones, cada que buscas algo analizas rápidamente y acudes al lugar indicado, ahora que consideras tu, que sea algo que la mayoría de la gente buscamos, y que no es tan fácil de encontrar, bueno yo te voy a dar una opinión a ver que te parece, personalmente yo siempre he buscado la alegría y la felicidad, ¿te sucederá lo mismo a ti?, me atrevería a decir que si, bueno ahora que nos identificamos en ese aspecto, es momento de analizar nuestro proceder.

Por la infancia que tuve te puedo decir que se me quiso inculcar una religión, pero gracias a Di-s nunca tuve inclinaciones fuertes hacia ninguna de ellas, muchos hermanos noajidas en estos mismos momentos estarán buscando lo mismo que nosotros, pero en lugares equivocados, hablo y me refiero a religiones cualesquiera que estas sean, aquí mismo o en el otro lado del mundo, triste pero cierto, que escaso es ese estado en el ser humano de estar alegre de verdad y feliz, y ciertamente se dice por ahí “no todo lo que brilla es oro”.

Una de las cosas mas importantes y mas apreciadas para el ser humano y que muchas veces la buscamos en el lugar equivocado, muchos, y yo me cuento entre ellos, en algún tiempo busque la alegría en lugares de reunión con muchas luces para ir a bailar a tomar una copa (aclaro no es malo dentro de lo permitido), pero sabes que estas soluciones son solo aspirinas, te curan la angustia pero solo por momentos determinados, pero los síntomas van a seguir, y que pasa si tratas  de curar una enfermedad con calmantes, pues que va a llegar el momento en que ya no te van a calmar las molestias y te vas a poner enfermo de gravedad.

Te voy a contar un ejemplo verídico de búsquedas equivocadas que tienen desenlaces decepcionantes, era un señor ya de años, hombre trabajador y dedicado, un ejemplo de trabajo y amor por su oficio, un hombre que en su vida hizo mucho dinero, creo tiene dos o tres hijos, desafortunadamente y por cuestiones que desconozco, su amada compañera y fiel esposa falleció, con sus hijos ya casados y con familias propias, decidió irse a su verdadera patria, empezó por vender su negocio que con muchos trabajos logro venderlo ya que era un empresario prominente y no era tan fácil vender su empresa ni era fácil que alguien pudiera comprársela, en fin con tantos trabajos vendió todo excepto su casa porque igual, era una casa muy grande y estaba difícil para venderla, entonces ya sin negocio y solo esperando a poder vender su casa, el desafortunado señor se puso a meditar, y después de varios días en su casa puesto que ya no tenia negocio ni otra cosa que hacer, llego a una conclusión y se la comento a un amigo cercano que de vez en cuando lo visitaba y le dijo “ahora me encuentro solo en esta casa y sin nada que hacer, puesto que vendi el negocio y ahora me la paso aburrido todo el dia, todo el tiempo yo pensé que trabajaba para vivir pero ahora me he dado cuenta que no, la verdad yo vivía para trabajar”.

¿Que buscas de verdad hermano?, ¿ya  le has dado sentido a tu vida? , ¿te encuentras con alegría y feliz de estar en este mundo?, ¿o aun no encuentras la alegría y la felicidad?, para ti hermano que aun estas buscando varias de estas cosas, cumple a pleno tu herencia y participa en fulvida, cuando el Creador nos heredo los 7 Preceptos para las Naciones acaso se le habrá pasado impregnarlos de alegría y felicidad, no lo creo, todo lo que buscamos lo podemos encontrar dentro de nuestra invaluable herencia.

Y para ti hermano que aun sigues buscando en lugares equivocados, que solo te van a dar un remedio temporal, quédate aquí y sana todas tus molestias, no busques en lugares que parece que tienen el remedio porque son solo calmantes, quédate aquí y participa, comenta y critica sanamente, aprende y lleva a cabo, al paso de un tiempo, veras como las molestias empiezan a desaparecer, hasta que llegue un buen día que te encuentres feliz y cumpliendo a pleno lo que El Padre Celestial te ha instruido por hacer, atrayendo con esto bendición no solo para ti mismo sino para el mundo entero.

Y para ti hermano que ya te encuentras en el sendero correcto, gozando y disfrutando de el verdadero placer, no me queda mas que decirte felicidades ¡eres muy afortunado!, sigue cumpliendo y esforzándote por ser un Justo entre las Naciones, que alegría que estés con nosotros compartiendo y creciendo cada dia mas, juntos todos los que de alguna forma hacemos fulvida, estamos trabajando con alegría y felicidad para poder llegar cada vez, a mas hermanos necesitados de Luz,  e iluminando Gracias a Di-s los rincones mas oscuros del planeta.

 

¡Un Abrazo y Feliz Séptimo hermano!     

 

Oficina Fulvida México

 

¿Cuándo crecemos?

Dice al comienzo de la Parshá Hazinu:
“¡Escuchad, oh cielos, y hablaré; y oiga la tierra los dichos de mi boca!
Gotee como llovizna mi doctrina; caiga como el rocío mi discurso, como viento de lluvia sobre el césped y como gotas de lluvia sobre la hierba.
Cuando yo mencione el nombre del Eterno, dad grandeza a nuestro Dios.
Aunque El sea la Roca (el fuerte) perfecta es su obra, porque todos sus caminos son justicia; Dios es fiel y sin iniquidad, justo y recto es El.”
(Deuteronomio/Devarim 32: 1-4)

Moisés habla a los hijos de Israel, y pone como testigos al cielo y la tierra, para que todo lo que a continuación sigue no sea un sin sentido más, una doctrina confabulada a manera de religión para encantusar adeptos y oprimir el alma. Moisés coloca al cielo y a la tierra como garantes de la doctrina revelada en Sinaí, de la Tradición custodiada fielmente.
Moisés, pide que su doctrina permee en los corazones de un Israel novato, de un Israel creyente en la Unidad y Unicidad de D’, pero un tanto terco para asumirse como Unidad separada del resto de las naciones, con el fin superior de ser Sacerdote del Altísimo, toda una nación de lumbreras que fueran la guía del mundo, que no anduvieran detrás de caprichos nacionalistas, sino que su patria, tal como la de los levitas, no fuera específicamente geográfica, aunque los límites para su propia supervivencia humana ya hubiesen sido prometidos por Hashem a Avraham mucho tiempo antes, desde el Mar Mediterráneo, hasta más allá de los confines del Mar Muerto.
Moisés pide a los cielos y a la tierra que no sea chocante al pueblo elegido la Tradición, que sea una rica sensación de bienestar, de calma, de aceptación, que empape lentamente y con suavidad cada resquicio del alma de quienes contrayeron tamaña responsabilidad.
Moisés pide, de forma imperativa, que sólo al Eterno sea dada gloria, porque sólo aquÉl que no fue creado, que no es material, y por tanto está fuera de nuestro raciocinio, aquÉl que Es desde siempre y por los siglos de los siglos, que no tiene límites temporales, que no tiene accidentes, y por tanto es un Concepto Único y sin parangón alguno, aquÉlla Fuente Primigenia de Vidas, el Río del cual fluyen los cuatro ríos del Edén, el Árbol de Vidas, la Espada Fulgurante que guarda el Camino al Paraíso, el Rey del Universo, el Inefable Nombre, la No-Materia, el No-Creado, el Creador, Dios de las huestes, Todopoderoso, Grande, Santo y Roca Fuerte, Fortaleza de Salvación, Uno y Único, sólo Él merece el elogio de Su Creación, la alabanza constante, la alabanza con el Don que proviene de Él, La Palabra, y con nuestro propio desarrollo, La Acción.
Moisés le dice a su pueblo que quien sea justo, quien tenga dicha en su vida y dé dicha a la vida de otros, quien construya Shalom, quien haga justicia perdurable, quien camine en rectitud, quien acepte sus limitaciones, pero todos los días trate de corazón enmendarse y quien colabore en hacer de su entorno un lugar verdaderamente apacible, armónico, que sea sustentable y dé sustento está en el Camino a la Verdad. Quien reconozca que sólo hay Uno que es más que todo, quien reconozca que cualquier otra cosa no merece sino el apelativo de vanidad, quien reconozca que no hay labor más provechosa que apartar el ego y dar de sí en la construcción del Shalom, sin perder la claridad en la acción; quien haga de su propia vida la Voluntad dEl que le creó, sólo ese está haciendo méritos en el camino a reconocer la verdadera fuente de aguas vivientes, sólo ese está haciendo méritos en el sendero de la luz, sólo ese practica la Justicia.
Pero, ¿cómo se cuándo estoy siguiendo la Voluntad del Padre?
Dice en la Parashá Nitzavim:
“Porque este mandamiento que te ordeno hoy no te es encubierto ni está lejos de ti;
no está. en el cielo para que digas: ¿Quién subirá por nosotros al cielo y nos lo traerá, y nos hará oírlo para que lo cumplamos”
Ni está más allá del mar para que digas: ¿Quién pasará por nosotros al otro lado del mar y nos lo traerá, y nos hará oírlo para que lo cumplamos?
sino que la palabra está muy cerca de ti, en tu boca y en tu corazón, para que la pongas por obra.”
(Deuteronomio/Devarim 30: 11-14)
Es decir: No creas que la Justicia es una legislación para seres superiores que puedan apartarse radicalmente de este mundo material, elevándose en las esferas celestes. No está fuera de nuestro alcance, no se encuentra en los cielos ni más allá del mar. No hay que ir lejos para encontrarlos, están en nosotros mismos, en nuestra boca, en nuestro corazón. La Torah no se dirige en manera alguna a seres angelicales, divorciados totalmente de lo material. Algunas religiones sostienen que sólo matando la materia se puede servir a D’; La Torah dice que, únicamente encauzando la materia, dirigiéndola, sin matarla. Por ello la Torah no es un tratado de leyes espirituales, de ciencias ocultas o de prácticas místicas, al estilo monástico, sino de preceptos humanos dedicados al hombre y “sólo al hombre”. No hay que servir a D’ con ascetismo y tristeza, sino por el contrario, éstos constituyen faltas que denotan un desconocimiento total del espíritu de la Torah.
La Torah no depende en modo alguno de la civilización en que se halla, ni es producto de determinada cultura o función de diversas épocas y circunstancias. Es la materialización eterna de los principios espirituales que permanecen constantes a través de las edades. Guiarse por ella no significa retroceso o reacción, sino al contrario, un progreso hacia la total realización de sus fines: “el reino del Eterno en la Tierra”. La Torah exige de nosotros no concesiones parciales, sino entrega íntegra y total. No basta con que la palabra de Dios esté siempre en tus labios y las oraciones en tu lengua. No cumple el hombre toda su misión sino por intermedio de los preceptos; no puede el hombre disociar las actividades mentales de su realización práctica. También en su aspecto moral debe permanecer íntegro, pudiendo decir: la felicidad mía, de mi pueblo y de la humanidad entera, dependen de mí. Otra interpretación del Midrash sobre los mismos versículos (l1-14) dice que la ciencia sagrada no reside en las personas, cuya vanidad sube hasta los cielos y sobrepasa el océano. El verdadero sabio no conoce el orgullo; sabe que su ciencia e inteligencia no alcanzarán jamás el infinito y lo absoluto, y que el conocimiento de la Ley Sagrada sólo puede residir en las personas modestas.
Así pues se es justo, apartándose de toda creencia religiosa, alejándose de todo vínculo con deidades materiales, con objetos creados, con astros que podemos ver, que si bien determinan un arquetipo, pueden llevarnos a hacernos un estereotipo, enajenándose de asuntos místicos que no tratan lo concreto, lo que produce frutos, no estudian la eliptica ni los movimientos de recesión y precesión las plantas, sólo disponen de éstos elementos en su beneficio y en el beneficio del resto de la creación, no se angustia el león cuando no consigue qué comer, descansa y reemprende la búsqueda, no hiere la madre a los hijos, ni la nueva camada a la vieja sin que ésto tenga una razón de ser. El género humano, perfecto por ser hechos a imagen y semejanza de Él, menos que menos puede actuar de manera visceral a la hora de ser humano.
No está arriba, ni en la tierra, ni en el mar, ni en elementos que nos son útiles la Salvación/Trascendencia, está en nuestros actos, en nuestra boca, en nuestro corazón, dentro de nosotros, no llega por medio de sangre de intermediarios, ni por salidas del sol cada mañana, ni por fases lunares, ni ciclos de equinoccios, ni avances tecnológicos, ni descubrimientos arqueológicos, ni dogmas misticos y herméticos, ni fluctuantes y muy emotivos actos de culto, no está en cenas festivas ni en celebraciones, todos estos “accesorios” son lo que en el Génesis dice:
“Y dijo Dios: Haya luceros en la expansión de los cielos para apartar el día de la noche, y sean por SEÑALES, y por plazos, y por días y años;”
(Génesis/Bereshit 1: 14)
Nada más, sólo esa es su utilidad, mientras que la nuestra es inmensa, a nosotros no es propio el cultivar todo lo que D’ creó para ser cultivado, a nosotros nos es propio descubrir cada rincón del vasto universo, no para gloriarnos en nuestra ciencia, sino para dar constante reconocimiento a nuestra finitud, a nuestra pequeñez, y así sim embargo a nuestra inmensa responsabilidad de custodiar todo lo que es más grande que nosotros mismos, a nosotros nos es propio vernos como imperfectos, por no ser sujetos de un rítmico y contínuo ciclo de re-Creación, y perfectos por estar a cargo de todo aquello que hizo D’ para hacer.
En el principio, dice el Génesis:
“Y la tierra estaba vana y vacía, y (había) oscuridad sobre la faz del abismo, y un espíritu de Dios se cernía sobre la faz de las aguas.”
Éste espíritu, procedente de D’, que se “Separaba” de Él sobre la faz de las aguas, es el futuro aliento de vida que introduciría el Creador por las narinas del Adam, el primer ser humano, así pues, somos emanación de la Fuente de Vidas desde antes de la Fundación del Mundo, y luego vinimos a cumplir la única, pero valiosisima misión, de ser “pastores” del mismo, custodios y co-jueces con Él de todo lo Creado. Es Inmensa la Gloria que por esto merece el Altisimo, y es riquísima la Sabiduría que todo ésto ideó, y que cada día re-Hace.
Crecemos, entonces, cuando aprendemos que nuestro tránsito es valioso, y que no hay una vida llena de dificultades para crecer, sino que esas dificultades las hacemos nosotros, que el primer tropezadero somos nosotros y que todo cambia cuando así lo decidimos.

Resp. 171 – Recomponer y crecer

Hola Lic. Yehuda Ribco, le agradezco mucho su atencion a dar respuesta a mi pregunta y pues que Dios le bendiga siempre.
He captado todo lo que usted quiere que empieze a hacer; y me gusta todo esto, pues aparte de que es nuevo para mi; pero deje le digo una cosa me siento libre, me siento liviano como si me hubiera quitado Dios un peso de encima (yo creo que si);
lei sobre el diezmo y creo que en estos momentos tuviera una gran cantidad de dinero a mi disposicion, por todo lo que di, en fin estoy mas feliz por ser libre lo demas no me importa ya ni me pesa pues Dios me ha rescatado a tiempo, pues sigo con vida para algo.
mi pregunta es sobre lo ultimo que me escribio, como hago o le hago para que mi familia ahora me crea pues yo mismo fui quien los conduje a la idolatria y ahora pues tengo que decirles que yo ya no creo mas en jesus, siento un poco de temor pues lo primero que diran es “a que estamos jugando”?
le pide me oriente mas o menos como debe empezar en esa area.
Dios me lo bendiga siempre y SHALOM por siempre.
Roberto, EUA

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Hijos y siervos

¡Bienvenido lector estimado!

Nuevamente estoy aquí, en casa.
Luego de un tiempo que me tome para el descanso y otro para viajar por diferentes lugares fomentando el noajísmo, que como sabes es el modo de vida que el Eterno ha dado a los gentiles.
Tal como los judíos tenemos nuestros 613 mandamientos, las naciones tienen 7.
Nuestra senda es la de los 613, la de nuestros hermanos noájidas es la de los 7.
A unos y otros el Eterno nos ha dado nuestro adecuado alimento espiritual, nuestro modo de vida que debemos conocer, aplicar y difundir.

Ahora bien, muchas personas, especialmente noájidas, me preguntan el porqué Hashem hizo esta distinción en los mandamientos.
Si todos somos hijos de Él, creados a Su imagen y semejanza, descendientes de Adam a través de Shet y de Noaj, ¿cómo es posible que algunos deban cumplir más preceptos que otros?
¿Acaso esta diferenciación es en cierto modo clasista o que discrimina negativamente?
¿Será que el Eterno desecha a los gentiles y por eso sobreabunda en mitzvot -preceptos- para los judíos?

La respuesta a interrogantes por el estilo es bastante simple, directa, que no requiere de ejercicios mentales complejos ni de encumbradas racionalizaciones filosóficas.

Presta atención a esta palabra del Eterno:

«Porque los Hijos de Israel son Mis siervos; son siervos Míos, a quienes Yo saqué de la tierra de Egipto. Yo soy el Eterno, vuestro Elokim.»
(Vaikrá / Levítico 25:55)

A ver si queda claro.
De las 71 naciones de la tierra solamente una fue declarada esclava del Eterno, solamente la nación judía.
Todos somos hijos de Él, sin distinciones de color, nacionalidad, origen o hasta credo. Todos hijos del Eterno.
Pero hay un solo siervo de Dios, que es Israel.
El Eterno nos sacó de la esclavitud de Egipto, una terrible y mortal prisión del cuerpo y del alma.
De inmediato nos propuso que decidiéramos qué queríamos hacer, y decidimos contraer un contrato perpetuo de esclavitud, pero solamente hacia Él, hacia nada ni nadie más.
Cuando dijimos todos juntos y al unísono:

«¡Haremos todo lo que el Eterno ha dicho!… Todas las cosas que el Eterno ha dicho, haremos y comprenderemos.»
(Shemot / Éxodo 19:8, 24:7)

A partir de ese instante especial y único nos sometimos a la condición de ser esclavos perpetuos del Eterno.
Al mismo tiempo que manteníamos la condición de hijos, los primogénitos, de Él, tal como está escrito:

«Así ha dicho el Eterno: ‘Israel es Mi hijo, Mi primogénito.»
(Shemot / Éxodo 4:22)

Como esclavos tenemos más deberes, mas responsabilidades, más trabajo, más preceptos para cumplir.
En lugar de vivir de acuerdo con los Siete Mandamientos Fundamentales, como el resto de las naciones, tenemos 606 preceptos más. No porque seamos mejores, más lindos, más perfectos, más inteligentes, sino porque tenemos una deuda de gratitud con el Eterno y un pacto que nos declara como esclavos a Sus órdenes.

Por tanto, para el gentil la misión es ser constructor de Shalom en Este Mundo, con una estupenda, justa y buena recompensa también en la Posteridad. Cuando vive de acuerdo a las leyes del noajísmo está construyendo este mundo al tiempo que se edifica la mansión de gozo celestial en los dulces parajes del Paraíso, en donde se deleitará el noájida que ha quitado manchas de su alma y ha permitido que alumbre la Luz del Eterno en su vida.

Pero Israel, los judíos, deben actuar como siervos del Eterno, no solamente como constructores de Shalom, sino además como canalizadores de kedushá -santidad-. Es más pesada la tarea del judío, más compleja, con muchísimo más trabajo y detalles que atender, tal como corresponde al que es servidor.
En una servidumbre que enaltece, que libera, que hace crecer, que alumbra:

«seréis para Mí un pueblo especial entre todos los pueblos.
Porque Mía es toda la tierra, vosotros Me seréis un reino de sacerdotes y una nación santa.’
Éstas son las palabras que dirás a los Hijos de Israel.»
(Shemot / Éxodo 19:5-6)

Si has leído y comprendido hasta aquí debes admitir que no hay ventaja por ser judío, sino más responsabilidad, más oportunidades para equivocarse; lo que conlleva que si se camina por la Buena Senda finalmente se obtenga una radiante Posteridad.

La única duda que quizás te pueda quedar es porque el Eterno ofreció a Israel el rol de ser Sus siervos/sacerdotes/representantes terrenales, y no a las otras naciones.
¿Esto no sería discriminativo por parte del Eterno?
Y la respuesta nuevamente es clara, simple, directa.
El Eterno dio a toda la humanidad Siete Mandamientos Fundamentales, muy cercanos al corazón de cada persona para que los cumpla.
Pero las naciones y las personas prefirieron andar por sus propios caminos.
Inventaron religiones, se hicieron dioses y de dioses, fueron inmorales, despreciaron su vida, la del prójimo y el Pacto Eterno que tenían con Dios.
No fueron capaces de responsabilizarse por el cumplimiento de los Siete Mandamientos Universales.
Solamente un hombre con su esposa eran fieles y leales al Eterno, Avraham y Sará, nuestros primeros patriarcas. Solamente ellos, y su descendencia tras de ellos.
En un mundo plagado de oscuridad, mentira, idolatría y confusión, bastante parecido a nuestra época, solamente un grupo decidió ser seguidores justos del Eterno, solamente los judíos.
Fueron perseguidos, discriminados, masacrados, esclavizados, atormentados, maldecidos por los otros, estigmatizados, robados, etc., y sin embargo se mantuvieron conectados conscientemente con el Padre Celestial.
Es por esta lealtad irrestricta hacia Él que fueron liberados nuestros antepasados por Dios de Egipto, y se les propuso entrar a la Alianza Eterno con Él, para ser hijos y siervos del Altísimo.
En resumen, esto significa que la nación judía fue escogida porque ellos ANTES escogieron al Eterno y mantuvieron su elección, tal así por todas las generaciones.

En resumen, el Eterno ama a todas Sus criaturas, especialmente ama a los humanos creados a Su imagen y semejanza, pero ha destinado a Israel a cumplir un rol de liderazgo espiritual, no por cualidades de superioridad, sino por un compromiso histórico de fidelidad hacia Él.

Actualmente, gracias a Dios, hay un renacer noájida.
Más y más cada día son los gentiles que quieren buen alimento espiritual. Están hastiados de la basura que han ingerido durante siglos y quieren la libertad para sus almas.
Confundidos creen que el judaísmo es la respuesta para ellos. Entonces como ciegos e ignorantes pretenden convertirse al judaísmo. Es que sienten gran necesidad del encuentro con el Eterno y no saben, no conocen que SU senda es el noajísmo, tal como ha diseñado Hashem para ellos.
Así pues, enseña a tu allegado gentil la existencia del sendero del noajísmo, no lo lleves por nueva confusión hacia una conversión al judaísmo que en principio no es idónea para su verdadera identidad espiritual.
Da a conocer los Siete Mandamientos Universales y promueve para que este renacer noájico crezca y se multiplique, pues es lo que el Eterno ha dictado con Amor y Sabiduría para los hijos de las naciones del mundo.
Que entienda y sienta el noájida el orgullo y grandeza que se encuentra en el camino noájico, en el cumplimiento leal de los mandamientos de los benei Noaj.
Que viva a plenitud siendo un constructor de Shalom, de acuerdo a la identidad que ha recibido desde lo Alto.
En FULVIDA.com hay más información y maneras de apoyar a los noájidas.

Y tú, amigo judío, quizás hoy has comprendido tu propio rol en Este Mundo, que en parte incluye el proclamar la verdadera libertad para el Hombre.
Tal como recuerda el profeta:

«vosotros os habíais vuelto a Mí y habíais hecho lo recto ante Mis ojos, al proclamar libertad cada uno a su prójimo»
(Irmiá / Jeremías 34:15)

¡Te deseo a ti y a los tuyos que pasen un Shabbat Shalom UMevoraj!
¡Qué sepamos construir shalom!

Moré Yehuda Ribco

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¿Puedo ser algo más que humano?

Cuán irracionales encontramos algunos convencionalismos, algunos modos y costumbres que etiquetan a la persona nos resultan fuera de lugar; esta en crisis la identidad. Algunos se sienten o creen pertenecer a algo, piensan que son parte de un algo, un algo que a veces les es dificil explicar, o sea, no logran descubrir la raíz de su identidad.
Somos sin duda algo, pero no parte de. Nos hemos llamado Raza Humana, sin embargo decimos que hay muchas razas, y digo yo: el africano, como el asiático, el árabe como el europeo, el amerindio como el esquimal no estamos constituidos de los msimos elementos que conforman la tierra. Somos biológicamente animales de la tierra, sin más que eso. Todos.
Sin embargo hay en cada uno de nosotros una identidad especial, individual, indivisible, sin igual y cuyo desarrollo depende en gran medida de las capacidades y habilidades que vayamos adquiriendo de elementos socio-culturales que tomamos. 

Es el pensamiento lo único que nos hace diferentes, todo un universo interno, enlazado con el todo, pero autónomo, libre, en la medida que se conquiste aquello. Para convivir y trascender la convivencia ¿qué hay que tener? 

"Fides est substantia rerum sperandarum, argumentum non apparentium"
La fé es la sustancia de las cosas que esperamos, y la prueba de todo lo que no llega a los sentidos, dijo alguna vez uno de los tantos idolatras que poblaron, pueblan y esperemos que no sigan poblando nuestro mundo.

En cierta forma es esa una gran verdad, aunque a mi parecer no dicha de la manera más específica.
Nuestros ojos observan un espectro de 160º, casi un semicirculo; aunque no queramos esto es así; ellos perciben ese ángulo, la única manera de evitarlo es cerrando los ojos y aún así veremos el mismo ángulo dentro de nuestros párpados. A través de nuestras pupilas todo ese mar de información, de realidad, es absorbida, captada y almacenada. Pero qué vemos, ¿acaso vemos con detalle toda la realidad?; ¿no es cierto que nos enfocamos al ver en un objeto, y a veces gracias a la inercia en una idea, en un punto tan lejano que lo que esta en el presente, no es desconocido. Es un presente progresivo violento, queremos estar, ansiamos tanto estar, que no somos, que no nos dedicamos a ser, a estar en un reposo activo, de contemplación, de despeje, de atención, de sensibilización. Discriminamos; establecemos prioridades, colocamos una cosa por encima de las demás; nos apegamos a la tierra, y eso es bueno, pero no en exceso; no cuando pierdes la brújula de la dirección por ir en pos de una sóla cosa.
El sentido no se pierde, los que nos perdemos somos nosotros al no usar nuestros sentidos en la medida en que debemos. La pituitaria percibe cada olor que existe en el planeta y alcanza un importante radio de acción, es una glándula maravillosa a la que poco prestamos atención. Sólo los olores que vemos, los olores que escuchamos, sólo esos somos capaces de atender. Si no lo vemos, no lo conocemos; las cosas son, pero si no las conozco no existen.
Definitivamente es una realidad la necesidad de fe; precisamente por la flojera de descubrir sin discriminar; de vivir sin pre-juzgar, de sentir sin temor la realidad más sublime, lo más notorio y lo mas oculto, lo que esta a la vista; hacernos de una certeza cierta por nuestros sentidos.

Nuestro deseo de pertenecer a algo, de vernos separados del resto, de auto-discriminarnos, de auto-excluirnos, de fragmentarnos, separandonos del todo, creo que se debe a esas ansias egoístas de sumergirnos en nuestros Yoes, meticulosamente creados, moldeados, muy bien pintados que asemejan una autenticidad increíble.
Esto nos impide alcanzar el propósito, llegar al centro, conocernos y por lógica conocer al de al lado. Pareciéramos seres que intentan llegar al norte viajando al este; Y me pregunto: ¿no crees que si sigues la misma dirección hacia el este llegarás solamente al este y nunca alcanzarás el norte? y me respondo casi enseguida: Puesto que quiero ir al norte debo guiarme por algo; ¿hay algún instrumento que nos guíe mejor que nuestros sentidos? ¿acaso alguna vez han engañado a alguien? ¿no son los mejores sensores de la realidad?; ¿quién es el artífice de estos instrumentos? Sin duda alguna es D’, el Creador. Tan sólo si redujéramos el ego, las pasiones, si quitáramos de encima de lo esencial lo aprendido, si refináramos el instinto, si suprimimos lo que nos pesa, la carga ligera y el sentido presto a la percepción más sutil, estoy seguro que nuestra brújula adquiriría dimensiones más precisas que un GPS y que cualquier aparato de ubicación.

Ver las diferencias es algo normal; pero esas diferencias van reduciéndose en la medida en que vemos en nosotros las cualidades del otro; y vemos en el otro cualidades  nuestras. Si esto no lo llevamos a la práctica haríamos como dijo Marcos Mundstock (humorista argentino integrante de Les Luthiers) razonaríamos fuera del recipiente. Y no es lo que queremos. Tino, Asertividad, Autenticidad es lo que queremos.
Dijo Rabi Levitas de Yavne en el Pirkei Avot: "Sé de espíritu modesto en extremo, pues el porvenir del hombre es la putrefacción"
¿Qué tiene que ver el espíritu con el fin de la carcaza?, Si un sabio de Israel aconseja un espíritu de humildad es porque las acciones del espíritu se reflejan en el cuerpo físico; y si se consigue la verdadera humildad, aquella que no es apariencia de debilidad, sino fuerza para saberse débil y voluntad para reparar constantemente el camino, entonces claramente el sello impuesto en aquel mundo venidero será reflejado en este; y en el cuerpo físico.
Dijo Rabi Ishmael: "No juzgues sólo por ti mismo, pues no juzga por Sí mismo sino Uno; y no digas: "Acepten mi parecer", pues a ellos les es lícito y no a ti."
¡Qué aromas del paraíso se desprenden de las enseñanzas de los sabios de Israel! ¡Qué lecciones de vida nos dejan los elegidos de D’ para ser Luz a las naciones, faro que guía a buen puerto, señal que marca el sendero a aguas de bendición!
¿Quiénes somos para juzgar desde nuestro cerrado ángulo? No es correcto que ande yo el camino mirando a mi juicio; requiero del consenso, de la discusión con otros puntos de vista, incluso de la exposición de motivos del enjuiciado. Y si no soy yo el más apto para juzgar, si sólo no puedo determinar que esta bien y que esta mal; si necesito de un referente; si requiero de los valores establecidos, de ubicarme correctamente; ¿cómo puedo pedir se acepte el parecer de un neófito?

Esta demostrado que nuestra percepción es limitada; que no estamos sólos, que a todo hombre le llega su hora, que D’ nos otorgó el don de los sentidos para usarlos, descubrilos, manejarlos, dominarlos; no para dejarnos dominar por los senti-mientos, por las pasiones, por las trabas que se interponen entre la realidad y nosotros. Que la empatía es el medio, que como dijera alguna vez Ghandi: "el amor es el medio, la verdad es el fin; si utilizamos el medio, tarde o temprano llegaremos al fin." Que como dijera una segunda vez este hombre de paz: "La pureza de los medios debe ser igual a la pureza del fin"
Que mirando con numinosidad al mundo, abandonando el orgullo, que sabiendonos fuertes nos sintamos aún débiles para seguir escalando; que las costumbres, los papeles, los convencionalismos, los moralismos mojigatos, son lastres en nuestro crecimiento, que desprendernos de dogmas nocivos adquiriendo el sentido primordial; el criterio; podemos alejarnos de cualquier dogma y construir una vida; alejada de vicios, de identidades hechas a medida tal y como el traje nuevo del emperador, que si descubrimos que por encima de todo nuestra humanidad es perfecta, pues es capaz de intentar enderezar lo imperfecto, fijándose en ello; que poseemos roles, habilidades distintas a las de los demás pero que la unión bajo el mismo fin es lo que da armonía al mundo. que el propósito individual no debe convertirse en ascetismo espiritual, que no somos espíritus ermitaños pues un lazo de amor une al Padre con sus hijos y a los hijos entre ellos. Que si nos conducimos sabiendo que el día más bello es hoy, que la cosa más fácil es equivocarse, que el obstáculo más grande es el miedo, que el mayor error es abandonarse, que la distracción más bella es el trabajo, que la peor derrota es el desaliento, que la primera necesidad es comunicarse, que lo que hace más feliz es ser útil a los demás, que el peor defecto es el mal humor, que el regalo más bello es el perdón, que lo más imprescindible es el hogar, que la ruta más rápida es el camino recto, que la mayor satisfacción es el deber cumplido, que el valor más grande es el amor, entonces habremos de pasar juntos, como hermanos, en armonía por el gran vestíbulo que nos lleva al salón donde haremos banquete en la postrer preparación.

CINCO NIVELES DE LIBERTAD

Breve Comentario autorizado por el More Yehuda Ribco de la Parashá – Vaerá:
Cinco niveles de libertad
Lic. Prof. Yehuda Ribco // Tevet 25, 5764 – 19/1/04
El Eterno prometió (y Él no es hombre para arrepentirse, ver Bemidbar / Números 23:19):
«Di a los Hijos de Israel: ‘Yo soy el Eterno. Yo os libraré de las cargas de Egipto y
os libertaré de su esclavitud. Os redimiré con brazo extendido y con grandes actos justicieros. Os tomaré como pueblo Mío, y Yo seré vuestro Elokim. Vosotros sabréis que Yo soy el Eterno vuestro Elokim, que os libra de las cargas de Egipto.» (Shemot / Éxodo 6:6-7)
Cuatro son los verbos empleados por el Rey de reyes para describir el proceso que lleva a una certera e integral liberación. Cada uno de estos cuatro verbos apuntan a un aspecto diferente que es preciso que esté funcionando correctamente y en armonía, para que la persona realmente lleve una vida sin asfixiantes cadenas ni anclas enfermizas.
Y hay un quinto verbo (1), que manifiesta el resultado positivo de haber transitado con éxito dicho proceso de liberación.

Veamos brevemente qué podemos aprender de cada uno de estos verbos de libertad:
1. Libraré – La esclavitud más evidente, que no está sujeta a la subjetividad, es la física. Pues es aquella que implica acciones o inacciones concretas, materiales. Cuando el cuerpo recibe golpes, heridas, cargas insoportables, privación de movimiento, exigencias anormales, limitaciones de todo tipo, escasez de alimento, sustancias adictivas dañinas, y cualquier otra circunstancia que perjudique el cuerpo de la persona.
La primera etapa para una verdadera libertad empieza por descargar de su opresión a lo corporal, por liberar al cuerpo de sus cadenas concretas. (Ejemplo: para los hebreos no pasaba un día sin recibir azotes, obligaciones de trabajar forzadamente, reducidos alimentos, etc.).
2. Libertaré – La segunda etapa ya deja de ser objetiva, aunque permanece dentro de la dimensión física. Apunta a redimir a la persona de sus ligaduras y tendencias emocionales nocivas o perjudiciales. Cuando los afectos no encuentran una canalización saludable, sino que son sometidos a confinamientos anormales, o a restricciones abusivas (no coherentes con la espiritual naturaleza humana), o por el contrario están fugados de limites benéficos; o cuando se depositan dentro de sí más y más sentimientos sin posibilidad de expresarlos correctamente; estamos ante una persona esclava de (o a causa de) sus pasiones e instintos.
La segunda etapa en una carrera de liberación se halla en reconocer los afectos, en canalizar positivamente los sentimientos y en no doblegarse ante los mandatos de los instintos. (Ejemplo: para los hebreos no pasaba un día sin recibir insultos que no podían responder, matanzas de seres queridos que no podían llorar, quejas dolorosas que debían ser tragadas sin hacerse oír, etc.).
3. Redimiré – La persona está capacitada naturalmente para desear. El desear, en un contexto tradicional, significa la posición en la cual la persona se pone respecto al dar y al recibir. La dimensión desiderativa humana está penosamente esclavizada en dos circunstancias:
a. Cuando solamente se busca recibir para sí, egoístamente, sin permitir dar a los demás nada.
b. Cuando se cancela totalmente el apetito de recibir para sí.
La persona también se encuentra esclavizada en este plano, si no va construyendo una vida de sentido trascendente (2). Es aún mayor su esclavitud si ni siquiera tiene capacidad consciente para desear, o teme aproximarse sinceramente a su deseo.

Es libre en este plano la persona que busca recibir, para beneficiarse y beneficiar altruistamente al prójimo. Y que a lo largo de su existencia va formándose por medio de su búsqueda por alcanzar una meta acorde con su esencia espiritual. (Ejemplo: los hebreos pasaron más de dos siglos imposibilitados de acceder a su deseo, ya que si deseaban, recibirían ellos y sus allegados castigos brutales. No tenían esperanzas, ni a la vista caminos alternos al de continuar su pesada vida de esclavos de Egipto, y morir sin posteridad).
4. Tomaré – Está intelectualmente esclavizada la persona cuyos pensamientos son para racionalizar aspectos negativos de su vida, y hallarles excusas para que se perpetúen.
Esto ocurre mientras la mente no se entrene para escoger con libertad la senda que seguirá, y por tanto se divague sin hallar completitud para la vida. También acontece cuando los pensamientos son empleados al servicio de lo que espiritualmente (en la moralidad supra-objetiva) está signado como negativo, como sustracción a lo que es bueno.
Así pues, son esclavos tanto el ignorante, como el que se ciega al uso de la razón,
como el que es sabio en asuntos vanos, como el intelectual que emplea su capacidad para dedicarla a lo malo. La libertad en este plano se encuentra en cultivar el intelecto y dirigirlo a lo que es bueno. (Ejemplo: los hechiceros de Faraón eran sabios aplicados al conocimiento de las ciencias físicas de su época (llamadas magia y brujería), pero no por ellos eran libres intelectualmente, ya que sus pensamientos estaban dedicados a la tenebrosa empresa de someter a las personas al autoritarismo de su patrón).
5. Sabréis – Libre en este quinto plano es aquel que está en armonía con el Eterno (3), y por tanto vive una vida equilibrada en los cuatro niveles antecedentes.
Ahora que conocemos someramente estas cinco dimensiones para nuestra libertad, es cuestión de tener coraje y capacidad como para cuestionarnos y respondernos con sinceridad: ¿Estoy viviendo con libertad? ¿Soy libre en todos y cada uno de estos planos de mi vida?
Por estudios y experiencia profesional, sabemos que buena parte de la gente no está desplegando todo su potencial para ser libres, y así viven existencias opacadas y muchas veces sentidas como vacías. Es decir, son esclavos de sus Faraones, en algún u otro punto, y no encuentran al Eterno que los libere, ni al Moisés que los ayude en el camino.
Algunos creen que solos pueden quitarse las cargas que los oprimen, pero realmente no pueden.
Otros ponen su fe en ídolos que para nada bueno sirven. Y otros prueban con promesas de soluciones que son parciales, y por tanto, nada solucionan. Y así mantienen las cadenas y dolores de Egipto en sus vidas, y en la de sus allegados.
Gracias al Eterno hay maneras de andar por el sendero de la Luz, y así desatarse de los Faraones y sus capataces sanguinarios.
Notas:
1- Algunos ven el quinto verbo en Shemot / Éxodo 6:8, en relación a la venida y toma en posesión de la Tierra Prometida. No contradice el uso de este verbo, en lugar del que nosotros empleamos, las enseñanzas que se extraen en el presente estudio. Por el contrario, las refuerzan.
2- Realmente, la construcción del sentido trascendente es dificultoso si el deseo de la persona no es coherente con su esencia espiritual. Pongamos un ejemplo para clarificar el concepto. Si una persona es ambiciosa, y su vista e interés están puestos en someter a los demás, enriquecerse y obtener poder, ¿puede compatibilizar este deseo y metas en la vida, con un sentido trascendente?
3- Solamente podemos estar en armonía con nosotros mismos, si prestamos atención a la Palabra del Eterno, estudiando profundamente Torá, y cumpliendo con cabalidad con sus preceptos.
Ya que la Torá es heredad eterna de la nación judía, patrimonio exclusivo y no compartible,
los gentiles pueden aprender acerca de la Voluntad del Eterno NO por medio de indagar ilegalmente en la Torá, sino sorbiendo con diligencia las enseñanzas que les imparten los maestros judíos de la Verdad.

Recordando y teniendo presente esto ultimo que como gentiles podemos aprender acerca de la Voluntad del Eterno en su Tora, NO por medio de indagar ilegalmente en la Torá, sino sorbiendo con diligencia las enseñanzas que les imparten los maestros judíos de la verdad.

La Paz

En hebreo la palabra Shalom comúnmente se asume como paz; sin embargo estas cuatro letras encierran algo más que la simple paz occidental, la pax latina… Shin, Lamed, Vav y Men sofit son las cuatro letras que conforman el concepto Armonía/Equilibrio; cuando se lee esta palabra con masoretas se advierte que no en balde apunta a la armonía, pues debajo de la Shin hay una "A" y sobre la Vav hay una "O"… Se cumple el principio de arriba-abajo, sobre el cuatro que es el número de lo perfecto, de lo armónico.
Ahora bien, lo perfecto y lo armónico requieren de esfuerzo; ya que nuestros deseos/actitudes siempre tienden a desbocarse hacia un lado de la balanza; es natural, hemos sido condicionados de esa manera. Aquí es donde entra entonces el concepto libertad, pues la libertad es esa pequeña diferencia que hace de un ser social completamente condicionado, una persona que no se limita a re-exteriorizar en su totalidad el condicionamiento que ha sufrido.
Des-aprender, re-emprender, re-tornar, re-empezar es el trabajo constante del hombre (como raza), procurar hacer el Shalom, procurar el equilibrio/perfección es un trabajo diario, de hora en hora, de pensar y actuar, de regresar y corregir; de contemplar y buscar el modo de reparar.

Para asumir este gran reto es que nos han sido otorgado los valores y dones con que D’ nos ha bendecido; para lograrlos D’ ha dado Su Torah a Israel y le asignado el rol de guía, de faro, de lámpara que ilumina el sendero de quienes buscan el Shalom.

Como dice el moré, quiera D’ que pronto sepamos construir Shalom. Pues yo agregaría; quieran las naciones aprender de Israel a construir Shalom.

Resp. 107 – ¿Rito de conversión al noajísmo?

Quiero saber que rito o ceremonia tengo que hacer para ser noájida. Gracias.
Luis Camber
España

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La Naturaleza de la Judeofobia (G. Perednik) – Unidad 6

… los judeófobos más virulentos de la Iglesia fueron (y siguen siendo) reverenciados como santos. El crimen de la judeofobia se cometía con virtual impunidad. El fray Juan Capristano (m. 1456) instó a la abolición de los derechos a los judíos en Nápoles y otras ciudades, incluyendo la cancelación de las deudas que cristianos hubieran contraído para con ellos. Más tarde, debido a sus actividades en Breslau, muchos judíos fueron torturados y quemados vivos; muchos fueron empujados al suicidio.

 


Unidad 06: La Mitología judeófoba

Por: Gustavo Perednik

 

El sufrimiento que venimos estudiando fue relatado en un libro de 1558 de Josef Ha-kohen, bajo el bíblico título de El Valle de Lágrimas (Emek Ha-Bajá). Refiere "las penas que cayeron sobre nosotros desde el día del exilio de Judea de su tierra". Tres preguntas pueden formularse acerca de esas lágrimas.

La primera: por qué los judíos siempre sufren. Respuesta: si al decir por qué aludimos a las causas de la judeofobia, bueno, precisamente ése es el tema de nuestro curso, y para el final habrá explicaciones.

Pero si el por qué sugiere que debe de haber cierta paranoia si encontramos a los judíos siempre como víctimas, nuestra respuesta es que la judeofobia es en efecto una enfermedad social enorme que consiste en el odio hacia los judíos, y por ende, siempre los tuvo como víctimas principales. Persistió por milenios exterminando judíos, alcanzó un genocidio de seis millones hace cincuenta años (un tercio de la población judía mundial) y sigue con vitalidad para continuar.

La segunda pregunta es si la gigantesca magnitud de la judeofobia acaso significa que todo el mundo odia (u odió) a los judíos. La respuesta es no, no todo el mundo está enfermo de judeofobia, pero no es la parte sana el objeto de nuestro estudio, aun cuando es mayoritaria.

La tercera pregunta es si el clero de la Iglesia medieval era unánime en su letal postura judeofóbica. Otra vez, la respuesta es no. Incluso en períodos en los que la postura teológica de la Iglesia era judeofóbica, en el plano individual hubo eclesiásticos que rechazaron la violencia contra los judíos. Desde antaño hay ejemplos de obispos y sacerdotes que intentaron proteger a los judíos.

Cuando la sinagoga de Ravenna fue incendiada (c.550), Teodorico ordenó que la población católica la reconstruyera y flagelara a los incendiarios. Durante la primera cruzada el Obispo Comas salvó a los judíos de Praga. En la segunda, Bernardo de Clairvaux defendió activamente a los judíos que eran asesinados.

El problema, sin embargo, es que los judeófobos más virulentos de la Iglesia fueron (y siguen siendo) reverenciados como santos. El crimen de la judeofobia se cometía con virtual impunidad. El fray Juan Capristano (m. 1456) instó a la abolición de los derechos a los judíos en Nápoles y otras ciudades, incluyendo la cancelación de las deudas que cristianos hubieran contraído para con ellos. Más tarde, debido a sus actividades en Breslau, muchos judíos fueron torturados y quemados vivos; muchos fueron empujados al suicidio.

La abolición de los derechos de los judíos en Polonia por Casimiro IV también fue resultado de las maniobras de Capistrano, e inició una ola de desmanes antijudíos. Ni siquiera les permitió a los judíos escapar ese destino: fue el responsable de un edicto papal que prohibía el transporte de judíos a la Tierra de Israel. Durante su vida, recibió tanto el mote de "azote de los judíos" como el cargo de Inquisidor papal. Más de dos siglos después de su muerte fue canonizado y, desde entonces, cada 28 de marzo los católicos reverencian su memoria.

El mensaje de la Iglesia era, cuando menos, incoherente. Difundía la enseñanza del desprecio, pero ocasionalmente intentaba detener a los despreciadores que se apresuraban en cometer horrendos crímenes; el intento era tardío e insuficiente. Esta postura nunca varió radicalmente. Por ello uno de los primeros historiadores del Holocausto, Raul Hilberg, fue capaz de trazar una tabla que muestra cómo cada una de las principales Leyes de Nürenberg de la Alemania nazi tenía su precedente en la legislación eclesiástica.

La declaración de la Conferencia de Obispos Holandeses de 1995 fue un punto de inflexión en la historia de la Iglesia, al admitir que hay un sendero directo que une la teología del Nuevo Testamento con Auschwitz.

También durante la Segunda Guerra la posición del Vaticano reflejó esta habitual ambivalencia, cuando sus reservas acerca del nazismo se limitaron a proteger a católicos "no-arios". Es cierto que las encíclicas de la Iglesia y sus pronunciamientos rechazaban el dogma racista y cuestionaban algunas tesis nazis como erróneas, pero siempre omitieron criticar, o siquiera mencionar, el ataque específico contra los judíos. En 1938, Pío XI supuestamente condenó a los cristianos judeofóbicos, pero esta condena fue omitida por todos los diarios de Italia que informaron sobre el mensaje papal. Su sucesor, el germanófilo Pío XII, ya desde 1942 había recibido información sobre el asesinato de judíos en los campos. A pesar de ello restringió todos sus pronunciamientos públicos a expresiones muy cuidadosamente formuladas de simpatía por "todas las víctimas de la injusticia".

La neutralidad y el silencio del papa continaron incluso cuando los alemanes cercaron a ocho mil judíos de Roma en 1943. Mil de ellos, mayormente mujeres y niños, fueron transportados a Auschwitz. Al mismo tiempo, con la anuencia papal, más de cuatro mil judíos encontraron refugio en muchos monasterios de Roma (algunas decenas en el Vaticano mismo).

Sin duda, el papa no tenía poder como para detener el Holocausto, pero podría haber salvado miles de vidas si hubiera adoptado públicamente una posición contra el nazismo. Hitler, Goebbels y muchos otros cabecillas nazis, murieron como miembros de la Iglesia Católica, y nunca fueron excomulgados (lo que contrasta con el hecho, por ejemplo, de que el presidente argentino Juan D. Perón fue excomulgado cuando en 1955 atacó la influencia de la Iglesia, y unos pocos meses después fue derrocado).

Un sacerdote católico lideró el régimen nazi de Eslovaquia, y tambíen fueron católicos un cuarto de los miembros de las SS, así como casi la mitad de la población del Gran Reich Alemán.

La resuelta reacción del Episcopado alemán contra el programa nazi de eutanasia, logró que virtualmente se suspendiera el plan. Pero los judíos no avivaron en la Iglesia la compasión que despertaron los insanos y los retardados. Respecto de los judíos, la Iglesia estuvo interesada más en salvar sus almas que sus cuerpos. Las cancillerías diocesanas incluso proveyeron al régimen nazi de los registros de las iglesias, con datos personales acerca del marco religioso del que provenían sus feligreses.

Cuando las deportaciones de los judíos alemanes comenzaron en octubre de 1941, el episcopado limitó su intervención a suplicar por los que se habían convertido al cristianismo. Los obispos recibieron informes sobre la matanza de judíos en los campos de muerte, pero su reacción pública se limitó a vagos pronunciamientos vagos que eludían el mero término judíos.

Hubo, claro, excepciones, tanto nacionales como individuales. Una de éstas fue el prelado berlinés Bernhard Lichtenberg, quien rezó públicamente por los judíos (y falleció en su camino a Dachau). Una nación excepcional fue Holanda, en donde ya en 1934 la Iglesia prohibió la participación de católicos en el movimiento nazi. Ocho años después los obispos protestaron públicamente ante las primeras deportaciones de judíos holandeses, y en mayo de 1943 prohibieron la colaboración de policías católicos en las cazas de judíos, aun a costa de que así debieran perder sus puestos. Muchos judíos salvaron sus vidas gracias a las audaces acciones de rescate de clérigos menores, monjes, y laicos católicos.

Ahora pasaremos a lo fundamental que quedó pendiente de nuestra última lección: los tres principales mitos cristianos inventados en la Edad Media, a través de los cuales la judeofobia fue transmitida desde el siglo XIV.

Libelo de Sangre o Asesinato Ritual

Este es una de las expresiones máximas de histeria colectiva y crueldad humanas. Se trata de la acusación de que los judíos asesinan a no-judíos (especialmente cristianos) a los efectos de utilizar su sangre en la Pascua u otros rituales.

Hubo cientos de libelos, que en general seguían el mismo esquema. Se hallaba un cadáver (usualmente el de un niño, y más frecuentemente cerca de la Pascua cristiana), los judíos eran acusados de haberlo asesinado para usar ritualmente su sangre. Los principales rabinos o líderes comunitarios eran detenidos y se los torturaba hasta que confesaban que en efecto eran culpables del crimen. El resultado era la expulsión de toda la comunidad de esa comarca, tormentos para una buena parte de sus miembros, o bien el exterminio expedito de todos ellos. Generación tras generación, judíos fueron torturados en Europa y comunidades enteras fueros masacradas o dispersadas debido a este mito.

Algunos aspectos son indispensables para entender la enormidad del libelo, a saber:

  1. La ignorancia de los gentiles con respecto de la religión judía (por ejemplo en el judaísmo está totalmente prohibida la ingestión de sangre);
  2. En el medioevo, el pan de la comunión creaba una atmósfera emocional en la que se sentía que el niño divino se escondía misteriosamente en el pan compartido. El friar Bertoldo de Regensburg solía preguntar: "¿quién quisiera morder la cabeza, la mano o el pie del bebé?" En este contexto, el libelo podría considerarse como una especie de proyección colectiva: si detestamos ingerir sangre humana, atribuyámoselo a otros.
  3. Según una superstición difundida en Alemania, la sangre, incluso la de cadáveres, podía curar.

En ese país ocurrió el primer caso, en Wuerzburg 1147. Un niño cristiano fue supuestamente crucificado por judíos (el motivo de la cruz explica por qué los libelos ocurrían generalmente en la época de la Pascua). En Fulda (1235) se agregó otro motivo: los judíos beben sangre cristiana con motivos medicinales. En Munich (1286) se enfatiza que los judíos rechazan la pureza, odian la inocencia del niño cristiano. Así narró los hechos el monje Cesáreo de Heisterbach: "el niño cristiano cantaba ‘Salve regina’ y como los judíos no pudieron interrumpirlo, le cortaron la lengua y lo despedazaron a hachazos".

Así lo explican ciudadanos de Tyrnau (Trnava) en 1494: "los judíos necesitan sangre porque creen que la sangre del cristiano es un buen remedio para curar la herida de la circuncisión. Entre ellos tanto los hombres como las mujeres sufren de la menstruación… Además tienen un precepto antiguo y secreto, por el que están obligados a derramar sangre cristiana en honor de Dios, en sacrificios diarios, en algún lugar".

Inglaterra, España, Italia

En el caso de Norwich (1148) "los judíos compraron al niño mártir William antes de la Pascua y lo torturaron como a nuestro Señor, y durante el Viernes Santo lo colgaron en una Cruz". Esa descripción se reitera en Gloucester (1168) y en Lincoln (1255). En 1290, los judíos fueron expulsados de una Inglaterra enrarecida por la difusión de los libelos, y aun un siglo después de la expulsión, Geoffrey Chaucer lo recoge en sus prólogos a los Cuentos de Canterbury.

También la expulsión de España fue precedida por una atmósfera hostil debida a los libelos. El de La Guardia tuvo lugar en 1490-1491, y de inmediato se instituyó el culto del Santo Niño mártir. El primer libelo español data de 1182 en Saragosa, y el asunto terminó por incluirse en la ley. El Código de las Siete Partidas (1263) reza: "Hemos oido decir que en ciertos lugares durante el Viernes Santo los judíos secuestran niños y los colocan burlonamente sobre la cruz".

Detalles fueron agregándose a la historia, que asumió grandes proporciones. En 1583 Fray Rodrigo de Yepes escribió la Historia de la muerte y glorioso martirio del Santo Inocente, que llaman de La Guardia (después de casi un siglo sin judíos en España) y el argumento sirvió de base para la obra de Lope de Vega El Niño Inocente de La Guardia. En el siglo XVIII José de Canizares lo adaptó en La Viva Imagen de Cristo y Gustavo Adolfo Bécquer (1830-1870) en La rosa de pasión. En 1943 fueron republicados por Manuel Romero de Castilla bajo el título de Singular suceso en el Reinado de los Reyes Católicos.

Un caso crucial en Italia fue una especie de crónica anunciada. Durante la Cuaresma de 1475, el franciscano Bernardino da Feltre anunció que los pecados de los judíos pronto serían revelados. El Jueves Santo un niño llamado Simón desapareció, y al poco tiempo su cadáver fue encontrado al lado de la casa del jefe de la comunidad israelita. Todos los judíos, hombres, mujeres y niños, fueron arrestados. Diecisiete de ellos fueron sometidos a torturas durante quince días, después de los cuales terminaron por "confesar". Uno de los judíos murió en tormentos, seis quemados en la hoguera, y a los dos que aceptaron convertirse se los estranguló. Al principio el Papa Sixto IV detuvo los procedimientos judiciales, pero en 1478 su bula Facit nos pietas aprobó el juicio. La propiedad de los judíos ejecutados fue confiscada y a partir de entonces, los judíos tuvieron prohibida la residencia en Trento (hasta el siglo XVIII tenían aun prohibido el paso por la ciudad). El niño Simón fue beatificado.

Después de este éxito, el fray Bernardino urdió escenarios similares en Reggio, Bassano y Mantua, e instó a la expulsión de los judíos de Peruggia, Gubbio, Ravenna, y Campo San Pietro. Sus últimas víctimas fueron los judios de Brescia, en 1494, el año de su muerte. Al poco tiempo el propio Bernardino fue beatificado, y la Iglesia tardó cinco siglos para anular la beatificación de Simón, en 1965.

Con todo, la posición de la Iglesia y de los monarcas fue en general contraria a los libelos. Después del mentado en Fulda (1235), el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Federico II de Hohenstaufen, decidió clarificar el caso definitivamente a fin de proceder: si los judíos eran culpables se los mataría a todos; si eran inocentes, se los exoneraria públicamente. Las autoridades del clero, como no fueron capaces de llegar a una decisión concluyente "creemos necesario… dirigirnos a gente que alguna vez fue judía y se convirtió al culto de la fe cristiana; ya que ellos, como oponentes, no guardarán silencio sobre nada que puedan saber sobre este asunto entre los judíos".

En consecuencia, el emperador solicitó de reyes de Occidente que enviaran "judíos conversos al cristianismo, decentes y estudiosos, para tomar parte de un sínodo", que eventualmente se expidió así: "No puede hallarse, en el Antiguo ni en el Nuevo Testamento, que los judíos requieren de sangre humana. Por el contrario, esquivan la contaminación con cualquier tipo de sangre". El documento, que cita de varias fuentes judías, agrega que "hay una alta probabilidad de que aquéllos para quienes está prohibida incluso la sangre de animales permitidos, no pueden desear sangre humana".

Otro pronunciamiento escrito fue el del Papa Inocencio IV en 1247: "cristianos acusan falsamente… que los judíos llevan a cabo un rito de comunión con el corazón de un niño asesinado; y en cuanto se encuentra el cadáver de una persona en cualquier sitio, se les hace recaer maliciosamente la responsabilidad".

Pero la desaprobación de papas y emperadores no impidió que los casos de libelos se multiplicaran, sobre todo en Polonia, en donde el Consejo de las Tierras, órgano representativo de los judíos, envió un delegado al Vaticano, y logró que el cardenal Lorenzo Ganganelli (más tarde Papa Clemente XIV) emprendiera otra investigación exhaustiva. Ganganelli se sumó a quienes se pronunciaron contra el libelo: "Debe comprenderse con cuánta fe viviente deberíamos pedirle a Dios como el salmista ‘líbrame de la calumnia de los hombres’. Espero que la Santa Sede tome medidas para proteger a los judíos de Polonia, del mismo modo en que San Bernardo, Gregorio IX e Inocencio IV obraron en defensa de los judíos de Alemania y de Francia".

En Tiempos Modernos

Desde el siglo XVII, los casos de libelo de sangre se extendieron a Europa Oriental. En 1636 en Lublin, la viuda Feiguele se mantiene firme ante el tormento. A partir del siglo XIX, judeófobos hicieron conspicuo uso del libelo para incitar a las masas en varios países, incluida Siria, en donde el affaire de Damasco de 1840 introdujo el mal en el mundo musulmán. Allí el influyente cónsul francés se sumó a los libelistas mientras toda la comunidad era arrestada y torturada, en el contexto de la pugna de las potencias occidentales para influir en el Medio Oriente.

Con todo, el principal perpetuador del libelo de sangre en tiempos modernos fue Rusia. Aquí se diseminó sin pausa avalado por los zares, quienes en general tuvieron una actitud mucho peor que la de papas y reyes medievales.

El primer caso en Rusia fue en Senno (cerca de Vitebsk, Pascua de 1799). Cuatro judíos fueron arrestrados despues de que el cadáver de una mujer fuera encontrado cerca de una taberna judía. Apóstatas proveyeron a la corte de extractos de una traducción distorsionada de literatura rabínica como el Shuljan Aruj y Shevet Iehuda. Pese a que los acusados terminaron siendo liberados por falta de pruebas, el poeta G.R. Derzhavin incluyó en su Opinión elevada al zar acerca de la organización del status de los judíos en Rusia, que "en estas comunidades se hallan personas que perpetran el crimen, o por lo menos protegen a perpetradores, de derramar sangre cristiana, de lo que los judíos fueron sospechosos en varias épocas y en diferentes países. Si bien opino que tales crímenes, incluso si fueron cometidos a veces en la antigüedad, eran llevados a cabo por fanáticos ignorantes, creo apropiado no pasarlos por alto".

Entre 1805 y 1816 ocurrieron más casos y, para evitar su mayor diseminación, el ministro de asuntos eclesiásticos, A. Golistyn, envió una circular a los jefes de gobernaciones el 6/3/1817, donde explicita que los monarcas polacos y los papas invariablemente invalidaron los libelos, y las cortes los`refutaron. La circular ordenaba que "de aquí en adelante los judíos no sean acusados de asesinar ninos cristianos, sin evidencia, y sobre el mero prejuicio de que necesitan de sangre cristiana".

A pesar de la circular, el zar Alejandro I dio instrucciones de revivir las acusaciones en Velizh. El juicio duró diez años, y aunque los judíos fueron finalmente exonerados, cabe reflexionar en la atmósfera que generaba un juicio tan largo sobre un tema tan escabroso. El zar Nicolás I se negó a firmar la circular de Golistyn, considerando que "hay entre los judíos salvajes fanáticos o sectas que requieren sangre cristiana para su ritual". El libelo recibía así un sello oficial, y ocurrieron muchos en Telz, Kovno (1827); Zaslav, Volhynia (1830); y Saratov (1853).

Otro comité especial designado en 1855 para investigar, incluyó teólogos, orientalistas y apóstatas. Revisaron manuscritos hebreos y publicaciones y, otra vez, concluyeron que no había evidencia alguna del uso de sangre cristiana entre los judíos.

En los años setenta del siglo pasado recrudeció la judeofobia, y el libelo fue motivo habitual en la propaganda literaria y la prensa. En alguna medida estas obras remedaban las que se habían publicado en Alemania y Francia, en las que "expertos" judeófobos "probaban" el libelo, como: Le mystere du sang chez les juifs de tous les temps, de H. Desportes (1859), prologada por Edouard Drumont; y Talmud in der Theorie und Praxis, de Konstantin C. Pawlikowski (1866).

Dos ejemplos de esta literatura en Rusia son Sobre el uso de sangre cristiana por sectas judías con propósitos religiosos (1876) de H.Lutostansky, que agotó varias ediciones, y El Talmud desenmascarado de J.Pranatis, que sigue publicándose. Contra algunos de los calumniadores se iniciaron juicios de difamación. Y las de crimen ritual continuaban.

Con el fortalecimiento de la extrema derecha (Unión del Pueblo Ruso) en la Tercera Duma, las autoridades necesitaban de más casos que justificaran la judeofobia reinante. Uno muy notorio fue el Caso Beilis (1911-1913), armado por el ministro de justicia Shcheglovitov, que despertó la oposición de centenares de intelectuales rusos, entre ellos V. Korolenko y Máximo Gorki. La eventual exoneración de Beilis fue una derrota para el régimen pero, otra vez, la atmósfera de veneno judeófobo surgía con el mero juicio, independientemente de sus resultados.

Cuando los nazis asumieron el poder en Alemania, utilizaron el libelo en su propaganda. Reanimaron las investigaciones y los juicios (Memel 1936, Bamberg 1937, Velhartice -Bohemia- 1940). El 1/5/1934 el periódico Der Stuermer dedicó al tema una edición horrorífica con ilustraciones. Hombres de ciencia alemanes colaboraron en la difusión.

Incluso para 1960 un periódico soviético de Daguestán afirmó que los judíos devotos necesitaban sangre de musulmanes para sus ritos.

Fuera de Alemania (donde en general ocurrienron un tercio de todos los libelos) hubo cuatro casos en el siglo XX. El primero de éstos fue el caso Hilsner. Tomás Masaryk, fundador y primer presidente de la Checoslovaquia moderna, tomó una activa postura en contra del mismo, "no para defenderlo a Hilsner (el acusado, un joven vagabundo) sino para defender a los cristianos de la superstición". Masaryk fue duramente atacado y su cátedra universitaria fue suspendida debido a las manifestaciones de estudiantes. Este caso también creó una ola de tumultos judeofóbicos en Europa, orquestados por el "especialista" vienés Ernst Schneider.

Los libelos ahondaron el estereotipo satánico del judío y, otra vez, el problema no era que la Iglesia lo difundiera. Por el contrario, vimos que usualmente se oponía, y en general trataba de detener las matanzas, pero con su característica ambivalencia. Los niños "mártires" eran reverenciados como santos, tales como en los casos de San Hugh de Lincoln, el Santo Niño Mártir de La Guardia, y Simón de Trento. Cada año durante siglos, los cristianos honraban la memoria de los puros inocentes que habían sido supuestamente asesinados en espantosos rituales judíos.

La Hostia y la Peste Negra

En el Cuarto Concilio Laterano de 1215 fue reconocida oficialmente la doctrina de la Transubstanciación, según la cual la hostia (galleta usada en la ceremonia de la Eucaristía) se transforma en el cuerpo de Jesús. Los protestantes eventualmente modificaron la doctrina y consideran que se trata sólo de un símbolo del cuerpo mas no Jesús en persona (que es el dogma católico hasta hoy).

Este segundo mito, el de la profanación de la hostia, sostenía que los judíos secretamente las robaban de las iglesias para torturarlas y reeditar los sufrimientos de Jesús. Obviamente, había en esta superstición mayor irracionalidad aun, puesto que los judíos claramente descreían de toda transusbtanciación. Pero esta acusación trajo más persecución y matanzas. La mayor parte de los cuarenta casos principales se perpetraron en Alemania y Austria.

El mito se basaba en los supuestos poderes sobrenaturales de la hostia, y en el prejuicio de que los judíos anhelaban renovar en Jesús los sufrimientos de la pasión. Su perfidia era tal, que no abandonaban los tormentos aun cuando de la hostia emanaran sangre o sonidos, o si echaba a volar. (La explicación de la "sangre" es que un honguillo de color escarlata puede formarse en comida rancia que se deja en lugares secos. Se lo denomina Micrococcus prodigiosus).

La primera supesta profanacíon fue en Belitz (cerca de Berlín) en 1243. Un grupo de judíos y judías fueron quemados en la hoguera en lo que pasó a denominarse Judenberg (monte de los judíos). En Italia hubo pocos casos debido especialmente a la protección de los papas, pero se expresó en el arte, como la Desecración de Paolo Uccenno (1397-1475) hecha para el altar de la Confraternidad del Santo Sacramento de Urbino.

De Inglaterra, los judíos fueron expulsados antes de que se difundiera la desecración de la hostia, pero también allí se reflejó en el arte, como en el Croxton Sacrament Play, escrito en 1491, dos siglos después de la expulsión.

Casos famosos fueron el de París de 1290; el de Bruselas de 1370 (que llevó a la destrucción de la judería belga, se celebró en una fiesta especial y todavía se lo ve grabado en las reliquias de la Iglesia de Santa Gudule); el de Knoblauch en 1510, que resultó en treinta ocho ejecuciones y la expulsión de los judíos de Brandenburgo. Por lo menos dos casos son aún celebrados localmente: el de Deggendorf, Bavaria, que data de 1337, y el de Segovia de 1415, que supuestamente había producido un terremoto, y resultó en la confiscación de la sinagoga y la ejecución de los líderes judíos.

Precisamente en España el infante don Juan de Aragón patrocinó algunas acusaciones. En la de Barcelona de 1367 varios sabios (como Hasdai Crescas, Nisim Gerondi e Isaac B. Sheshet) se hallaban entre los arrestados con la comunidad entera (hombres, mujeres y niños), encerrada en la sinagoga por tres días sin comida. Como no confesaron, el rey ordenó su libertad, y sólo tres judíos fueron ejecutados. Diez años después hubo casos en Teruel y Huesca.

El caso de Lisboa de 1671 se produjo cuando ya no había judíos en Portugal. Por lo tanto, cuando la hostia de la iglesia de Orivellas fue robada, un edicto real ordenó la expulsión… de todos los Nuevos Cristianos. Las supuestas desecraciones continuaron hasta el último caso, en 1836 en Bislad, Rumania.

El último mito de esta trilogía fue la ya mentada Peste Negra. Entre 1348 y 1350 una epidemia múltiple s (bubónica, septicémica y neumónica) causada por el bacilo pasteurella pestis, arrasó a casi cien millones de personas, un tercio de la población europea. En centros de densidad poblacional, como monasterios, la tasa de mortandad era superior. La racción popular fue extrema: o bien se buscó refugio en el arrepentimiento y las súplicas a Dios, o bien lanzándose al libertinaje y el salvajismo. Lo curioso es que estas dos actitudes se combinaron en que arremetían contra los judíos, quienes fueron acusados de envenenar los pozos de agua para destruir la cristiandad. En esos años miles de judíos fueron masacrados.

La bula del Papa Clemente VI (26/9/1348) vino a defenderlos, y definió la plaga como "pestilencia con que Dios aflige al pueblo cristiano". La vasta mayoría de la población, empero, la veía como pestis manufacta (artificial), la forma más simple de entenderla (y después de tanta matanza contra los judíos, podía sospecharse de que en algún momento éstos buscarían venganza).

La primera acusación fue en septiembre de 1348 en Castillo de Chillon del lago de Ginebra. Los judíos "confesaron" que la plaga había sido diseminada por un judío de Savoy guiado por un rabino que había preparado el veneno. Las matanzas se extendieron entre España y Polonia, destruyendo trescientas comunidades. Los llamados Flagelantes expiaban sus pecados matando judíos a su paso.

Las matanzas se dieron especialmente en Alemania, aun cuando al principio el emperador Carlos IV intentó defenderlos. Después se sumó al fervor de las hordas y concedió "perdón por cada transgresión que incluía el asesinato y destrucción de judíos". En muchas localidades los judíos fueron asesinados aun antes de que la plaga llegara. En Mainz, seis mil judíos fueron llevados a la hoguera, y en Estrasburgo dos mil judíos fueron quemados en una pira gigantesca en el cementerio judío.

El mito de los judíos envenenando pozos agravó su imagen diabólica, y después de la Peste Negra el status de los judios se había deteriorado por doquier.

Hubo en la Edad Media otros mitos que armaron el arsenal judeofóbico, pero ninguno fue mortífero como los mencionados. Uno adicional fue el del Judío Errante, una figura de la leyenda cristiana condenada por Jesús a vagar hasta su segunda venida, debido a que lo desairó o le pegó en su camino a la crucifixión. Dio lugar a muchos cuentos aun hasta este siglo. Nación aparentemente en Bolonia en 1233, cuando peregrinos del monasterio de Ferrara relataron que vieron a un judío en Armenia que había presenciado la Pasión de Jesús, lo ofendió, se arrepintió y se convirtió al cristianismo. Los nombres del Judío Errante varían en idiomas y tradiciones: Cartaphilus, Buttadeus, Votadio, Juan Espera en Dios, Ajasuerus, Isaac Laquedem, y Der ewige Jude. Se transformó, en efecto, en símbolo del pueblo judío todo, culpable y errante en el mundo. Este mito influyó arte y literatura, pero no produjo genocidios.

En contraste, la mentada trilogía generó máximo sadismo, y transformó la voz judío en sinónimo de diabólico. El arte medieval muestra al judío con cuernos, cola, cara satánica, postura grotesca, en compañía de puercos y escorpiones.

En el siglo XVI se produjo un cisma en la Iglesia, y nació el protestantismo, que entre otras facetas buscó recuperar las raíces hebreas del cristianismo. Pero fueron infundadas las esperanzas prematuras en que los judíos serían respetados por una Iglesia de mayor compasión hacia ellos. Lo veremos en nuestra próxima lección.

 

EL PODER DE REALIZAR EL POTENCIAL segunda parte

El sendero hacia la plena libertad no es nada fácil:

El toque de la trompeta llevada a cabo por el mismísimo rey Shaúl anunciaba la victoria de Jonatán y llamaba al resto del pueblo a la guerra. El pueblo respondió y la liberación fue consumada, pero luego de un proceso de luchas encarnizadas, pues los filisteos también lucharon por mantener su dominio y control sobre el pueblo hebreo. No fue nada fácil.


Los filisteos tenían superioridad militar (armas, soldados y estrategias). Tenían en su haber treinta mil carros, seis mil hombres de a caballo, y pueblo como la arena que está a la orilla del mar en multitud, equipados todos con armas y estrategias de guerra altamente definidas. (Véase 1 Samuel 13: 5, 17, 18). Esta fue la razón por la cual los guerreros de Saúl, agobiados de terror, se escondieron en cuevas, espinares y entre peñascos, en lugares fuertes y en cisternas. (Véase 1 Samuel 13: 6). Los pocos fieles que estaban dispuestos a pelear iban tras Shaúl temblando (Véase 1 Samuel 13: 7), pero presionados por las complicaciones del entorno, muchos de ellos comenzaron a desertar (Véase 1 Samuel 13: 8, 11), y lo peor, los soldados que quedaron firmes, unos seiscientos hombres, no tenían armas con las cuales pelear (Véase 1 Samuel 13: 15, 19-22). Humanamente Israel estaba en desventaja y los filisteos tenían todas las posibilidades numéricas de ganar.


Otra vez Jonatán toma la iniciativa:

A pesar de todas las restricciones reales existentes, el valeroso Jonatán decidió luchar, pues sus ojos se enfocaban más allá de las limitaciones. Dice el Texto Sagrado: “Aconteció, pues, cierto día, que Jonatán, hijo de Shaúl, dijo a su paje de armas: Ven, pasémonos a la guarnición de los filisteos, que está por aquel lado (del valle), pero no dio parte de esto a su padre”. También dice: “Dijo, pues, Jonatán a su paje de armas: Ven, pasemos a la guarnición de esos incircuncisos; quizá obrará el Señor juntamente con nosotros, porque con el Señor no hay estorbo en salvar con muchos o con pocos”. (Véase 1 Samuel 14: 1, 6).

Imaginemos la posible conversación que hubo entre Jonatán y su paje de armas:

Jonatán: ¡Amigo, vayamos al campamento enemigo y hagamos algo por nuestra liberación! No nos quedemos aquí encuevados y temerosos. Me siento mal conmigo mismo sin hacer nada. Nosotros no fuimos llamados a estar ociosos y sin fruto.

Su paje de armas: Jonatán, pero ellos tienen 30.000 carros, 6.000 hombres de a caballo,  un pueblo equipados con carros, caballos, armas y estrategias. Saúl, nuestro líder, sólo tiene 600 hombres fieles en su ejército, y sin armas. (13: 15; 14: 2).

Jonatán: Yo lo sé, amado criado, yo lo sé muy bien. Pero, no te olvides del significado de mi nombre. ¿Lo recuerdas? Jonatán significa: el Eterno ha dado. Mira, fiel compañero, ellos tienen todo en las manos, pero no tienen nada en esperanza; nosotros tenemos poco en las manos, pero lo tenemos todo a nuestro favor. Vamos a enfrentarlos con los recursos con los que el Todopoderoso Señor nos ha dotado. Recuerda que Él es el amo de la guerra, y no es “difícil para Él salvar con muchos o pocos”. Si el Eterno está con nosotros y por nosotros, no habrá nada ni nadie que nos pueda propinar una caída.

Amigo mío, “el Creador ha dado”: Hazle la guerra al sistema opresor que hoy te abate, aunque aparente ser invencible, y toma la decisión de luchar por destruir todas sus perversas influencias, usando fielmente los recursos que el Eterno te ha entregado. Sus chispas están listas dentro de ti para ser activadas y proyectadas; Sus trece atributos de misericordia están dispuestos para ti; Sus Preceptos son el camino que te llevarán a puerto seguro. Dispones del poder de la plegaria y, sobre todo, de la compañía fresca y poderosa de Su divina Presencia. El Eterno ha dado; no tienes excusa para no pelear tu propia batalla.

 

Hay un dicho entre los militares que reza así: “En la guerra no hay excusas”.  Estamos en guerra, desecha las perversas excusas, toma tus armas morales, éticas y espirituales y ven a pelear en el Poder de Su fuerza.

 

Entre la vida mediocre y el éxito existen desfiladeros, peñascos agudos y muchos peligros:

Escuchemos con atención este relato: “Y entre los desfiladeros por donde procuraba Jonatán pasar a la guarnición de los filisteos, había un pico rocoso de esta parte, y otro pico rocoso de aquella parte, siendo el nombre del uno Bosés, y el nombre del otro Sene. El un pico formaba una peña escarpada de la parte del norte, frente a Mijmás, y el otro de la parte del sur, frente a Gueva”. (1 Samuel 14: 4-5).

 

Los desfiladeros eran tan abruptos que se les habían dado nombres: ‘Bosés’, que significa ‘reluciente’, y ‘Sene’, ‘puntiagudo’. Desfiladero es una palabra que significa:Paso estrecho entre montañas’. La actitud de Jonatán frente a los peligros es digna de ser alabada e imitada; él le dice a su compañero de lucha, a pesar de los riesgos, “Ven, pasemos…”. Esta debe ser la actitud de todos aquellos que desean levantarse del polvo de la mediocridad a un sitio de honor y verdadero éxito. Oye y atiende la voz del Eterno que te inspira diciendo: “Ven, pasemos juntos estos despeñaderos. No tengas miedo. Avancemos  hasta superar los peligros. No mires al abismo. Mira al frente; mira la corona; mira la liberación de tus hijos y de tu familia. Mírame a mí, la Roca inconmovible de los siglos”.

 

Para llegar a ser un hombre y una mujer de excelencia y de valor se hace imprescindible acostumbrarse a caminar en desfiladeros, peñascos y muchos peligros. Si no corres el riesgo que implica alcanzar una vida cimentada en el verdadero éxito continuarás toda tu vida siendo mediocre, miserable y digno de lástima. Nadie te recordará después que mueras, nadie; y si lo hacen, será para decir: “No sigan ni imiten el torpe ejemplo de ese cobarde ser”.

 

¿En qué lista quieres que anoten tu nombre después que mueras? ¿En la larga y penosa lista de los cobardes y mediocres? O, ¿en la corta, pero distintiva lista de aquellos que lucharon con tesón por redefinir el rumbo de sus vidas y familias? Sólo los hombres y mujeres de firme decisión llegarán, con el respaldo divino, a ser reconocidos como águilas en su generación.

 

El éxito sólo lo alcanzarán aquellos que estén dispuestos a trepar:

“Y trepó Jonatán sobre sus manos y sus pies, y su paje de armas tras él. Y cayeron delante de Jonatán, y su paje de armas mataba en pos de él”. (1 Samuel 14: 13). Treparon la roca utilizando sus manos y sus pies; algo que los filisteos pensaron era irrealizable. Pero para aquél que sabe quien es y qué es lo que quiere no hay peñasco que lo atemorice y lo haga retroceder.

 

Si no estás dispuesto a trepar los escabrosos peñascos, olvídate de tu liberación integral. ¡Qué fácil es llevar una vida simple y vacía!; por eso es que hay tantos mediocres en las calles y plazas. Esperan triunfar dependiendo de la casualidad, la suerte y el azar. Debes entender que el éxito verdadero no te va a caer del cielo; tienes que subir y trepar con tus propias manos y con tus propios pies y no darte por vencido hasta alcanzar la cumbre.

 

¡Qué duro es subir los peñascos! Para llegar a ser un hombre de proezas se necesitan varias cualidades: Absoluta certeza en las promesas del Eterno. Es más que creer en Dios, es creerle a Dios, depender de su cuidado, ser constante, disciplinado y poseedor de un espíritu valiente.

 

Imaginémonos al Eterno viendo a estos dos bizarros guerreros trepando con entereza y bravura los peñascos que tenían por delante. Imaginémonos diciéndole a sus ángeles servidores: “Me siento muy honrado por la intrepidez que han manifestado esos resueltos soldados. Vamos a coronar su hazaña con el galardón de la victoria”.

 

Vamos, hijos del Eterno, trepen, y trepen bien alto; usen lo que tienen, sus manos y sus pies, y todos aquellos recursos que el Eterno les ha entregado. No desfallezcan delante del conflicto. Tienen al Eterno a su lado y sus bondades a su favor.



Alfredo Zambrano García
FULVIDA Táchira – Venezuela