A mis amigos y hermanos noájidas:
¡Shalom!
Introducción
Pesaj es la primera de las festividades en la historia de la nación judía.
En ella, los judíos no sólo recordamos, sino que vivenciamos en cierta medida, las penurias y la redención que gozamos.
Tal como está dicho:
«En cada generación debe considerarse cada judío/a como si hubiera sido redimido/a de la esclavitud de Egipto«
(TB Pesajim 116b, a partir de Shemot/Éxodo 13:8)
Esa redención nos la proveyó el Eterno, (Él y nadie más, ver Shemot / Éxodo 11:4), hace más de 3300, cuando Él nos libertó de la terrible esclavitud a la que estábamos sometidos en Egipto.
Este hecho es fundamental en nuestra historia, y en nuestra forma de ser, por tanto debemos a diario recordarlo y que jamás se pierda de nuestras conciencias: el Padre nos liberó y por eso, sin excusas o dudas, le debemos nuestra vida y nuestra libertad.
Es un mandamiento para los judíos preservar este recuerdo, tal como está dicho:
«para que te acuerdes todos los días de tu vida del día en que saliste de la tierra de Egipto.«
(Devarim / Deuteronomio 16:3)
No hay dudas de que es una fiesta nacional, además de agrícola y espiritual, de los judíos; pues somos nosotros los que fuimos liberados (Devarim / Deuteronomio 6:21), son nuestros antepasados los que fueron rescatados por el Mismo Padre de garras de la esclavitud. Es nuestra historia, y no de nación ajena.
Para que no queden dudas, el Eterno nos lo dice claramente en Su perfecta Torá:
«Los Hijos de Israel celebrarán Pesaj a su debido tiempo.«
(Bemidbar / Números 9:2)
No dice los gentiles, ni el que quiera, sino que dice: «los hijos de Israel», es decir: los judíos1.
Por lo tanto, tú mi querido amigo noájida NO tienes que celebrar Pesaj, pues no es lo que el Eterno te demanda, ni lo que nutre tu espíritu.
Para los noájidas
Sin embargo, el gentil que se esfuerza por permanecer devoto al Eterno, puede (y le conviene) marcar estos días de Pesaj en su agenda, para vivirlos de una manera diferente al resto de las semanas normales.
Ahora bien, que esta vivencia no se transforme en usurpar la identidad judía, que no le corresponde, pues de hacer así, está siendo rebelde contra Dios, pues pretende ser más sabio que el Padre, atribuyéndose acciones que Dios no le ha conferido como propiedad.
Es decir, si toma para sí festividades o acciones que Dios ha dado en exclusividad a los judíos, en lugar de estar haciendo bien las cosas, está trayendo miseria y destrucción al mundo.
¿Por qué habrías tú, amigo noájida, de marcar estos días como especiales?
Te puedo ofrecer dos respuestas:
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Afirmar la redención universal de Mano de Dios
Pesaj, en la historia universal, es la primera proclamación de la libertad de la persona, así como es la primer manifestación de la autodeterminación de los pueblos. No fue una arenga surgida por intereses del momento, o conveniencia política; fue una declaración del Padre de todos los seres. Por tanto, el mensaje de «liberación» de Pesaj se convierte en universal.
Es la idea que debes hacer tuya, es la idea a la que debes dar vida en estos días, y para todos los días.
Libertad para ti, para los tuyos, para tu prójimo y para la sociedad.
Creo que es suficiente importancia como para acompañar el festejo judaico, con celebraciones noájidas, que tengan su propio carácter.
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Asociarse y colaborar en la obra de traer santidad al mundo
Los noájidas son los socios «mayoritarios» de los judíos en la obra de atraer bendición y santidad al mundo. Por tanto, cuando los noájidas celebran Pesaj (a su manera), están ayudando y fomentando a que los judíos lo celebren (como Dios les ha mandado a los judíos). Colabora con tu vecino o conocido judío, como tú puedas y él pueda precisar. Quizás el judío no recuerda que es la festividad, o ni siquiera sabe qué es lo que se festeja, o no tiene medios económicos para adquirir matzá o vino, o puede estar involucrado en idolatría, o… ¡tantos factores en contra de la belleza espiritual para el judío! Entonces, ¿qué esperas para darle una mano? Recuérdale que es Pesaj, contáctalo con nosotros para que reciba información, dale caridad si no tiene medios, enséñale que está en tremenda idolatría si aún es de los «mesiánicos», o… ¡tanto tienes para hacer como noájida!
Y si tienes algún familiar o amigo gentil, que no está actuando correctamente, pues viola algunos de los mandamientos que Dios ha dado a los gentiles: háblale del mensaje de libertad para todos, de solidaridad, de amor sin condiciones, del trabajo en equipo, de la fidelidad al Eterno. Invítalo a participar de encuentros noájidas, date tiempo para que él se sienta valioso, pues es un hijo de Dios, es tu hermano…
Este es otro de los motivos para que tú, mi amigo noájida, tengas a Pesaj como una fecha de singular valor en tu calendario anual.
Esto podrías hacer…
¿Qué puedes hacer como noájida para que tu vida tenga un calidad diferente en la época de Pesaj?
Paso a enumerarte algunos actividades e ideas, que no son obligatorias, sino pautas de positivo influjo para tu vida:
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Los días previos a la festividad, haz una limpieza general en tu casa.
Para los judíos esto se debe hacer para eliminar todo rastro de jametz, alimento fermentado. Pero tú no tienes obligación de mantener tu casa limpia de estos productos.
Sin embargo, es parte de la vida noájida el mantener un ambiente, un hogar, un cuerpo limpios y saludables. A veces no tenemos tiempo para limpiar a fondo nuestras residencias, pues bien, ahora tienes la oportunidad para hacerlo.
Y mientras sacas lo que no usas (recuerda que hay muchos indigentes que pueden beneficiarse con algunas cosas de aquello que tu no quieres más), en tanto estás esforzándote, acuérdate de cómo los antepasados de los judíos fueron esclavos durante siglos, como padecieron de innumerables tormentos, pero que finalmente encontraron la libertad por directa intervención del Padre.
Y mientras meditas en esto, no olvides que en nuestro corazón y en nuestra mente suelen haber pesadas manchas, a las que dejamos allí por mucho tiempo. Entonces, aprovecha la época previa a Pesaj para limpiarte a fondo tu alma, tus pensamientos. Libérate de esas esclavitudes que te dominan: adicciones, malas relaciones, religiones contrarias a Dios, malos hábitos, etc.
Es tu momento para limpiarte, por tanto, para liberarte.
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En la primera noche de Pesaj, convida a familiares y allegados (todos gentiles, por favor) a una cena festiva en tu hogar.
Que haya ricos manjares, y ten a disposición vino (una copita por persona como máximo), y algunas matzot. Recuerda, ustedes no tienen obligación de comer matzá, que ni siquiera cruce por tu mente esa idea; pero tendrán ambos alimentos como símbolos: el vino para que celebren la libertad (una copia libera, una botella esclaviza); el pan ácimo para que tengan presente la pobreza de los judíos en Egipto, que solamente comían ese pan miserable. Alegría y miseria a la mesa, para que en nuestras vidas aprendamos a celebrar en los momentos de gozo, y a aceptar con entereza los tiempos de dolor. Ambos momentos sobrevendrán a nuestras vidas, y debemos celebrar así como padecer cuando corresponde.
Pero además, sirve para que tengamos presente a los que sufren, a los que se alimentan miserablemente, a nuestro prójimo abatido, al necesitado de dinero o afecto; para que hagamos lo que tenemos a nuestro alcance para llevarles un bálsamo y verdadera esperanza.
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Que la cena o reunión familiar (o a veces comunitaria), presente claramente el motivo del convite: estamos para celebrar la vida, la libertad, la fidelidad a Dios, el amor al prójimo, el respeto a Israel.
Si entre tus invitados hay misioneros (o personas que tienen fe en falsas deidades, en particular los que son muy militantes: los de Jesús), debes advertirles con tajante nitidez que no permitirás ni un intento para profanar la velada con sus imprecaciones tendientes al error.
Por ejemplo: que ningún trasnochado diga que el vino es sangre y el pan ácimo el cuerpo de alguna mitológica deidad. O por ejemplo: que nadie se atreva a mencionar que la redención viene por tener fe en falsos dioses, cuando sabemos que Pesaj celebra precisamente todo lo contrario, que solamente Dios (el que libertó a Israel) es el único que «salva» (Ieshaiá / Isaías 45:22).
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El marco físico se ve engalanado si se tiende un mantel blanco sobre una mesa solemne, llena de manjares y saludables bebidas. NO se abstengan de comer leudado, aunque sí sería conveniente limitar (aunque no eliminar totalmente) los alimentos que son considerados impuros en el kashrut.
No olviden agradecer brevemente al Uno y Único, proveedor de sustento antes de ingerir el alimento.
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En el transcurso de la cena se debe proceder a lo esencial, que es el conversar acerca de los relatos de la redención de Israel de la esclavitud, y el largo y tortuoso camino que lo llevó finalmente a poder despojarse de las cadenas espirituales que cargaron incluso décadas después de romper las cadenas físicas.
Es importante que como material de referencia NO se utilicen Biblias, esas que surgen de la fantasía enviciada de los ajenos al judaísmo; ni comentarios o interpretaciones que no sean las provistas por maestros judíos idóneos; ya que (nuevamente lo digo) a veces por querer hacer lo bueno, uno tropieza con la tentación conducente de lo negativo.
Les recomiendo que usen los textos publicados en este sitio, serjudio.com, y en nuestro sitio hermano fulvida.com .
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Sería excelente que todos los invitados pudieran participar, haciendo preguntas pertinentes y no capciosas, y relatando lo que hayan aprendido acerca del evento de la libertad de Pesaj, o que expusieran conceptos prácticos acerca de «la libertad».
Por otra parte, aprovechen la oportunidad para disfrutar de la conversación con amigos y familiares; sin apuros, sin la molestia de la TV o radio, sin teléfonos, sin traer a la mesa temas de polémica innecesaria.
Bonito sería que la conversación girara en torno a temas altruistas, elevados, de inspiración, y de concordia familiar.
Y por supuesto, que no se abstengan de alabar y agradecer al Eterno por los bienes (pocos o muchos) con los que les ha bendecido en sus vidas. Que sea un trago de libertad en medio de la vida ajetreada… por favor…
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Si hay niños, haz lo posible para que ellos participen y se interesen en el tema.
Prepara juegos, dales material de lectura previa, enséñales canciones, etc.
Que sea un momento de encuentro familiar, ¿qué más bello hay?
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Es muy bueno si los invitados se comprometieran (de ahora en adelante) en el esfuerzo por atraer la redención al mundo, por el único medio humano posible: el cumplimiento de los mandamientos que Dios le ha dado a cada quien.
Como parte de este compromiso, que cada cual procure acercar a más gentiles al estilo de vida que les es propio y saludable: el noajísmo.
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Durante cada día de los siete de Pesaj, estaría muy acorde que te tomaras un par de minutos para alabar al Eterno por la liberación de Israel, y para rogarLe por la pronta venida del Mashiaj con la consecuente redención final de todas las naciones de la tierra.
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Es muy bueno que aumentes las cantidades destinadas a tzedaká -caridad, contribuciones económicas a pobres o instituciones de educación judía-, pues es uno de los modos de asociarse con Dios en la tarea de redimir al mundo (no olvides que Pesaj es, en rigor, la celebración de la libertad de los padecimientos materiales).
Puedes hacernos llegar tus aportes, que nos serán de gran ayuda para continuar con nuestra labor educativa y libertadora; haz clic aquí por favor.
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En todo momento debe quedar absolutamente claro que el gentil se está refiriendo a la historia de Israel, que no le es propia, y a los milagros, hechos maravillosos, y liberaciones que el Eterno proveyó a los judíos.
En todo momento el gentil debe guardarse de no tomar para sí mandamientos rituales que son exclusivos de los judíos, y que no le reportan bendición al gentil que se los atribuye arbitrariamente.
Tenlo siempre presente, para Pesaj y para cada día.
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Por último, sería hermoso si pudieras conseguir la invitación de judíos piadosos para que pasaras con ellos alguna de las dos cenas festivas (en la diáspora) del comienzo de la festividad.
Creo que con estas actividades e ideas, tú y los tuyos estarán en el camino de los que actúan con fidelidad al Eterno, y con amor al prójimo.
No romperán las normas de Pesaj, y crearán un ámbito de paz, libertad y verdadero desarrollo espiritual.
Un gran abrazo a todos mis hermanos, noájidas y judíos, que a pesar de las dificultades aman intensamente a Dios y desean servirLo y por tanto aman a su prójimo y le ayudan.
Y un gran abrazo a ti, hermano y amigo, que todavía estás bajo el liderazgo equivocado pero que sabes que pronto te liberarás y nos acompañaras en el Camino del Bien y de Luz.
Shalom, cuídense y gocen de lo permitido
Moré Yehuda Ribco
(Publicado originalmente en serjudio.com, en vísperas de Pesaj 5766
Republicado por primera vez en FULVIDA en el 2007)
Notas:
1- Para los que siempre buscan «peros», para hacer lo que se les antoja y no lo que les corresponde, les aclaro que lo que está escrito en Bemidbar / Números 9:14 refiere a conversos al judaísmo, y no a gentiles; o a moradores temporarios en la tierra de Israel.